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Carga de la prueba
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antiguamente la atribución del onus probandi era rígida y se ponía en cabeza de quién afirmaba un hecho o de quién
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pretendía cambiar un status jurídico a través de su pretensión, pronto terminó por advertirse que necesariamente
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esta carga o este esfuerzo probatorio no podía sino contemplarse con un criterio flexible, puesto que no son las
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partes las únicas interesadas en arribar, por el camino del proceso, a la verdad real, a la verdad verdadera, por así
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decirlo.
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Algunos autores, a manera de teorías superadoras de los principios tradicionales, comenzaron a exponer doctrinas A
como las del activismo de los jueces o de los deberes de colaboración de las partes con el órgano jurisdiccional, que
en lo esencial significaban anteponer la búsqueda de la verdad real a la vigencia absoluta e incondicionada del D
principio dispositivo. E

En ese marco progresista surge la elaboración doctrinal de las cargas probatorias dinámicas, que si bien no significa L
un aporte original, viene a difundir entre nosotros ideas que datan de bastante tiempo atrás, constituyendo un I
mérito indudable de los Profs. Peyrano y Chiappini la divulgación de la idea y su recepción por parte de la B
jurisprudencia . R
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Para sintetizar la elaboración en pocas ideas, puede decirse que:

a) Las partes carecen del derecho de permanecer ensimismadas en el proceso, escudándose en una cerrada negativa C
de las alegaciones de la contraria. O
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b) La carga de la prueba puede recaer en cabeza del actor o del demandado según fueren las circunstancias del caso V
y la situación procesal de las partes. I
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b) La carga de la prueba no depende solamente de la invocación de un hecho, sino de la posibilidad de producir la
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prueba.
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c) La doctrina de las cargas probatorias dinámicas consiste en imponer el peso de la prueba en cabeza de aquella Ó
parte que por su situación se halla en mejores condiciones de acercar prueba a la causa, sin importar si es actor o N
demandado. .

d) La superioridad técnica, la situación de prevalencia o la mejor aptitud probatoria de una de las partes o la índole o E
complejidad del hecho a acreditar en la litis, generan el traslado de la carga probatoria hacia quién se halla en s
mejores condiciones de probar.
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EFICACIA Y VALORACIÓN DE LAS PRUEBAS: sistema diverso.
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Análisis y critica de cada uno de ellos: El tema tiene relación con el régimen legal que puede existir en un
determinado orden jurídico respecto del cómo se valoran las pruebas. Se reconocen tres sistemas nítidos: s
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1) EL SISTEMA DE PRUEBA LEGAL. La ley ya determina el valor que tiene cada prueba y el juez no puede apartarse de s
esa valoración. Se critica a la misma por que constituye un sistema rígido que no se ajusta a la casuística de los casos t
judiciables, el juez carece de potestad creadora. Todo esta a cargo de la ley. Los márgenes en que el juez puede e
juzgar son muy estrechos. Rige, por tanto, con plenitud la regla “dura lex, sed lex” que en muchos casos conlleva a la m
aplicación ciega y mecánica del derecho sin consideración de la posibilidad de variantes en cada caso concreto. a
opuesto en que se deja a la discrecionalidad judicial la libre apreciación de las pruebas. Aquí es el juez el que
determina que el valor tiene cada prueba. Se le critica porque en este sistema los litigantes quedan atados a la
arbitrariedad y dictadura de los jueces, que pueden cometer abusos en el ejercicio de tan amplias facultades.

3. EL SISTEMA DE LA SANA CRÍTICA: ES ECLÉTICO. La ley determina los medios de prueba y puede determinar el valor
probatorio de alguna de ellas (por ejemplo en nuestro sistema jurídico, la ley determina el valor probatorio de los
instrumentos públicos diciendo que hacen plena fe) pero no se niega al juez la facultad de juzgar el valor de las
pruebas, en general, atendiendo su ciencia, su conciencia y su experiencia. En esta labor ejerce una importante
función la lógica en la valoración de las pruebas entendiendo que el juez debe hacer una valoración razonada,
comparando los elementos probatorios arrimados, realizando inferencias lógicas por vía de deducción, de inducción
de análisis, llegar a presunciones de hechos a partir de indicios probados. La lógica pues, como disciplina del
pensamiento correcto, tiene una importancia capital en la valoración de las pruebas.

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