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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MANIZALES HISTORIA DE LAS IDEAS POLITICAS

CIENCIA POLITICA GIOVANNY HERRERA MUÑOZ


VALENTINA YUSUNGUAIRA CHAVEZ 21 DE FEBRERO DE 2020

PLATÓN: “LA REPUBLICA”

Platón siendo discípulo de Sócrates aprendió que a través de la virtud se puede


llegar al conocimiento, lo que podría llevar a todos los hombres gozar de una
buena vida y este ideal lo plasmó en su pasaje denominado la Republica.

Este texto desafía todo intento de clasificación en los estudios modernos, ya que
se aluden todos los aspectos de la filosofía platónica encontrando su principal
argumento en el hombre bueno, la vida buena y todos los métodos eficaces para
lograrlo a través de la convergencia de todos los ámbitos de la sociedad; para ello
tuvo gran influencia el contexto en que vivió Platón, dado que en las polis toda la
vida humana estaba conectada, el hombre bueno tenía que ser excelente en todos
los ámbitos.

No obstante, Platón criticaba a las polis ya que estaban directamente relacionadas


con la ineficiencia del colectivo político y de la condición humana, destacando que
la ignorancia e incompetencia de los estadistas era la maldición especial de las
democracias; también destaca el egoísmo que había dentro de las ciudades-
estado ya que causaba inestabilidad produciendo dentro de un mismo lugar dos
ciudades: la de los ricos y la de los pobres. Y esto lleva a Platón a escribir un texto
que relatara un estado ideal (casi utópico) dirigiéndose hacia el ideal del bien, a
través del trabajo en conjunto, donde todos buscan satisfacer sus necesidades en
asociación con otros hombres y estos se mantienen unidos a través del ideal de
justicia, que significa dar a cada quien lo que es de el y ni siquiera el gobernante
se escapa de esta realidad.

Por último, Platón en este pasaje resalta la importancia de la educación para un


ciudadano y por ende para la sociedad, encontrando un balance entre la
educación del cuerpo y del alma, y que se ha de tener un sistema de educación
superior para las posiciones más elevadas naciendo aquí el ideal del rey filosofo.
Tesis: La corrupción es la más grande falta de aptitud del cuerpo político siendo la
maldición de las democracias.

Platón exponía muy claramente, que en las polis la mayoría de los profesionales
sabían de manera adecuada como se debían de desempeñar, pero el político no,
ya que este no llegaba ni a vislumbrar la virtud del conocimiento de la política y de
la sociedad, y esta es una problemática que después de 2300 años
(aproximadamente) sigue existiendo, los contextos sociales e históricos han
cambiado, pero los cuerpos políticos continúan siendo son ineficaces,
incompetentes, ignorantes y egoístas, llegando así a causar una enfermedad
incurable en las democracias: la corrupción.

Toda peste conocida como corrupción es un muro de contención de la


podredumbre y de la descomposición, un cáncer que se oculta detrás de los
estados democráticos, y esta es causada por la falta de educación para el ejercicio
de la política. Hay sujetos en los altos cargos, que poseen excesivo poder y lo
mínimo de conocimiento, procediendo de manera totalmente arbitraria en una
burocracia lenta causando un grave quebranto y problemáticas de gran riesgo en
las sociedades, hundiendo los países y dirigiéndolos hacia desigualdades e
injusticias cada vez más profundas y absurdas.

Como sucedió en la Grecia Antigua hoy en los países democráticos existen dos
caras de la moneda y Colombia no se libra de tener el país de los pobres y el país
de los ricos, viviendo el resultado de la precariedad del conocimiento y de
potencial de quienes representan a la población y en parte se debe de tener un
poco en cuenta (aunque no de manera tan absolutista) lo que Platón planteaba
sobre la enseñanza para el ejercicio de la política, se debe de educar a los
políticos para que logren salir del Oikos y llegar a la virtud.

Y es que, sólo saliendo de ese mundo oscuro y de la caverna, donde existe la


corrupción y e impera la falta de aptitud de los funcionarios que trabajan para lo
público, se logrará encontrar la solución para la atónita maldición de las
democracias.

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