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El que gobierna la historia

II Parte.

Misión Palabra de Vida


San José Costa Rica
1. El Gobierno de Dios está en
marcha
“Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre
todos.” (Salmos 103:19).

En el mundo existen alrededor de 260 países. Cada uno de ellos tiene un


gobierno organización. El trono del dominio de los humanos está en la
tierra y, por ende, tiene una duración transitoria. El gobierno cambia muy
a menudo, por lo que es difícil que una misma persona gobierne más de
40 años. Las personas saben que existe un gobierno visible, pero viven
olvidando que, detrás de todo, existe un rey eterno.

El escritor de Salmos explica que Dios estableció su trono en los cielos y


su reino domina sobre todos. ¿Será cierto esta palabra en Salmos que
dice existir un ser absoluto que gobierna no sólo el universo, la tierra y
cada país; sino que también está gobernando la vida de cada uno de
nosotros? ¿Existirá un Dios que es el Creador del Universo y, a la vez, el
que administra y gobierna directamente todo el Universo? Por medio de
este libro vamos a aclarar la veracidad o falacia de esta palabra.

“Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van


delante de tu rostro.” (Salmos 89:14). En el versículo anterior podemos
descubrir dos principios en el que se basa la administración y el gobierno
de Dios en este Universo. Dios es justo connaturalmente y, por ello, su
gobierno está basado en la “rectitud” y la “justicia”. Este principio para
gobernar se manifiesta mediante el juicio en la historia de la humanidad.
Cuando un individuo, un pueblo, una nación, o toda la humanidad cae en
pecado; Dios pacientemente espera mucho tiempo, pero al llegar a un
límite, juzga terriblemente.

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En otras palabras, la historia de la humanidad es la misma historia sobre
el juicio de Dios. Aunque en el momento del juicio no se nota, al hacer un
análisis de la historia se ve claramente que el juicio ha perseguido al
transgresor. Algunas veces pareciera que la maldad está dominando,
pero, al final, siempre se termina cumpliendo la justicia. El Dios que juzga
el pecado ha establecido que los que viven en rectitud y justicia sean
premiados. Detrás de todas las cosas se encuentra Dios, el Justo, por
eso todos segarán lo que siembren (Gálatas 6:7).

El segundo aspecto del Gobierno de Dios es la “misericordia” y la


“verdad”. Este segundo principio en el que se basa el dominio de Dios se
manifestó en la historia como la salvación. Aunque el ser humano haya
pecado por su corrupción, si la persona reconoce su maldad y pecado, y
corrige su andar, Dios desea salvar a esta persona.

Por consiguiente, podemos decir que la historia de la humanidad es la


historia del juicio de Dios y a la vez la historia de la salvación. La Biblia
parece un libro complicado, pero podemos puntualizar que trata sobre el
juicio y la salvación de Dios. La Biblia dice que, al final, el ser humano
debe escoger para sí mismo entre: Persistir en su maldad y pecado,
recibir el juicio de Dios e ir a la destrucción eterna; o arrepentirse de su
pecado, recibir la salvación e ir al reino de los cielos.

¿POR QUÉ EL CASTIGO NO CAE INMEDIATAMENTE?

Alguna persona podría contradecir lo expuesto anteriormente diciendo


“Si Dios existe ¿Por qué no castiga inmediatamente a los malos?” Esta
pregunta surge porque cuando peca siente remordimiento de conciencia,

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pero el castigo no le llega de inmediato, entonces, muchos optan por
pensar que Dios no existe.

Un día un ateo daba una conferencia: “Señoras y señores, hoy yo voy


a demostrar que Dios no existe. Yo voy a blasfemar contra Dios durante
cinco minutos y le voy a decir que, si él existe, de verdad, me mate.”
Luego de decir esto, estuvo hablando infamia contra Dios durante cinco
minutos. Después de pasar los cinco minutos el hombre seguía intacto y
dijo “¡Véanme! ¡Dios no existe!”, entonces, una persona entre el pública
levantó su mano y dijo “¿Usted cree alguien que no tenga una paciencia
de 5 minutos pueda ser un Dios?”

“Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el


corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para
hacer el mal.” (Eclesiastés 8:11).

¿Será que Dios no ve la maldad de las personas? Por supuesto que las
ve. Pareciera que Él no le presta atención a los males que cometen, pero
la Biblia dice que todo lo está observando (Job 11:11). Dios está mirando
la vida de todos (Salmos 33: 13-15). Él conoce mejor que yo sobre mí
mismo. Él no se ha perdido ni un momento de mi vida desde que yo nací
hasta ahora, ha visto todo el viaje de mi vida.

“Entended, necios del pueblo; y vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis


sabios? El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?”
(Salmos 94:8-9).

El que hizo nuestros ojos puede ver. El que hizo nuestros oídos está
escuchando todo lo que decimos. Entonces, ¿por qué Dios viendo toda
la maldad, no castiga a la persona inmediatamente? La razón es muy
simple, Dios no es un humano. Entre los humanos existen individuos con

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una personalidad madura que tienen un gran corazón, mientras que hay
otros que son todo lo contrario. Una persona que no tiene un carácter
pulido se enoja fácilmente y tiene cambios emocionales constantes y
bruscos. Mientras más maduro sea el carácter de una persona, más
lentos son para airarse. “Pues si nuestro corazón nos reprende, mayor
que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.” (1 Juan 3:20) El
corazón de Dios es mucho más amplio y grande que el de los seres
humanos, y Él sabe todas las cosas. ¡Cómo comparar el corazón de Dios
con el de los hombres!

No obstante, no debemos equivocarnos pensando que Dios no se aira.


Si el hombre es una olla pequeña, Dios es una olla grande. Las ollas
pequeñas se calientan y se enfrían rápido; mientras que las grandes se
calientan enfrían lentamente. Así también, la ira de Dios se acumula
despacio, pero una vez que llega al colmo, Dios juzga irremisiblemente.
Si estudiamos la Biblia podremos saber lo temible que es Dios.

La santidad y la justicia de Dios son temas desatendidos por las personas


de hoy en día, ellos se sienten incómodos de hablar sobre la justicia de
Dios y procuran negar la clara verdad que la Biblia enfatiza. Sin embargo,
el Dios infinitamente justo manda hasta el infierno a aquellas personas
que niegan la verdad por siempre.

Se concluye que el juicio de la maldad es lento, pero, definitivamente,


este se ejecuta. Esto es porque detrás de la historia se encuentra un Dios
justo. El historiador estadounidense, Charles Beard, una vez dijo: “Los
molinos de Dios muelen lentamente, pero lo reducen todo a polvo.”

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¿POR QUÉ AL INJUSTO LE VA MEJOR QUE AL JUSTO?

La prosperidad y el bienestar del injusto es otra razón por la que algunos


niegan que Dios gobierna. Dicen que si Dios existe porqué los inicuos
salen favorecidos. A veces podemos ver que los justos no reciben
ninguna recompensa mientras que los perversos gozan del éxito. Se
dicen que si existe un Dios justo ¿cómo es posible que le vaya bien al
malvado hasta su muerte? Algunos no aceptan la existencia de Dios por
esta injusticia.

Lo anterior es un problema importante por lo que la Biblia lo trata con


detalle. Hay una palabra que dice “Prosperan las tiendas de los
ladrones, y los que provocan a Dios viven seguros, en cuyas manos él
ha puesto cuanto tienen.” (Job 12:6) ¿Qué quiere decir que Dios
permite que a los malos les vaya bien? A pesar de que son perversos,
poseen más de lo que desean y hasta se encuentran con la muerte en
paz. Si existe un Dios justo, ¿cómo es esto posible? La respuesta de esto
también es sencilla.

Hace sólo una generación atrás, se consideraban obvias la existencia del


espíritu y la vida más allá de la muerte; ellos no creían que el mundo
terrenal lo era todo, tenían certeza en la existencia de un mundo después
de la muerte. En cambio, en el presente, las personas suponen que sólo
lo visible lo es todo. El extremo de esta creencia es tal que algunos se
han referido al periodo actual como el siglo del ateísmo.

La Biblia enseña que existe un mundo espiritual y eterno, ella dice que
“las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son
eternas.” (2 Corintios 4:18), Dios trata a cada persona considerando no
sólo su cuerpo, sino también su espíritu, su vida terrenal y la eterna.

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Algunas personas viven cerrando completamente su corazón a todo lo
relacionado con el espíritu, la vida eterna y Dios. Ellos insisten que el
cuerpo y lo material es todo, y cierran las puertas de cualquier otra
posibilidad. Dios quien observa el fondo del corazón, deja abandonado a
estos tipos de personas como el animal gordo de la fiesta; a veces hasta
les complace más de lo que ellos pueden desear.

De vez en cuando vemos a algunos que han asesinado a muchas


personas y han cometido infinitas maldades, pero gozan de la
longevidad. No obstante, al cruzar la muerte recibirán el juicio y el
infierno sin falta. La Biblia advierte de la siguiente manera:

“Pasan sus días en prosperidad, y en paz descienden al Seol.”


(Job 21:13).

La prosperidad en la tierra comparado a la eternidad es momentánea, es


nada, por eso la conclusión prematura no es de sabios.

La prosperidad terrenal jamás podría ser valorada como una verdadera


felicidad. Más bien, Dios permite la aflicción y tristeza a aquellos que
considera que tienen la mínima posibilidad de ser salvos. Dios no aflige
ni entristece voluntariamente a los hombres. ¿Cómo Dios se alegraría al
ver a la humanidad en tristeza y aflicción?

“He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, más a ti agradó


librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus
espaldas todos mis pecados.” (Isaías 38:17).

La razón por la que Dios permite el sufrimiento no es porque odie sino


porque Él ama el alma de las personas. Dios permite el dolor
momentáneo a una persona para librarla de la destrucción espiritual.
Dios desea librarnos del hoyo de corrupción y quiere darnos a conocer

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de la maravillosa obra que ha hecho por nosotros. Y para esto suele
permitir la aflicción en la vida, por eso muchos le llaman a la aflicción,
“bendición disfrazada”.

LO VISIBLE NO LO ES TODO

Algunas personas sienten lástima por aquellos que creen en Jesús


porque dicen que al congregar a una iglesia la persona adquiere muchas
restricciones. Muchos hoy en día creen que la religión es otra carga más
para esta vida, pero no es así. Jesús no dijo “Venid a mí todos los que
estáis trabajados y cargados, y yo os sofocaré más.” Al contrario, dijo
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar” (San Mateo 11:28) y también dijo “conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres” (San Juan 8:32). Jesús vino a este mundo para
librar a la humanidad del temor por el pecado, la muerte y el juicio; y
solucionar el problema de la vida. Más bien, aquellos que han recibido la
solución del pecado y la salvación del espíritu, ahora sienten mayor
pasión por la vida. Las personas del mundo no conocen lo bello que es
que creer en Jesús.

Si verdaderamente el mundo material lo fuera todo, entonces no habría


nadie más ridículo que aquel que cree en Jesús. El apóstol Pablo dijo “Si
en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de
conmiseración de todos los hombres.” (1 Corintios 15:19). El apóstol
Pablo recibió la salvación en el camino hacia Damasco, y desde ese día
vivió el resto de su vida, más de 30 años, predicando el evangelio. En el
proceso de la evangelización, Pablo ha padecido desvelos, hambre y sed,
desnudez, frío, azotes sin número; hasta murió una vez por ser
apedreado, pero luego despertó (2 Corintios 11:23-27). Después de

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sufrir toda su vida, al final murió decapitado. Si con la muerte todo se
acaba, entonces la vida de este hombre sería la más vana y ridícula.

En la iglesia de los primeros cristianos, muchos creyentes sufrieron


martirio de fuego y fueron alimento de leones. La religión que tiene mayor
número de mártires en la historia es el cristianismo. Si la vida terrenal lo
fuera todo, entonces no tendría ningún sentido estudiar la Biblia, sería
un acto sin sentido; además, ¿habría razón alguna para que las personas
vivan en rectitud?

“Si como hombre batallé en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si


los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana
moriremos.” (1 Corintios 15:32). Aquí está el motivo por la que a
nuestra cultura moderna se le llama también “cultura de chanchos” (pig
culture); porque, así como los chanchos piensan sólo en comida, las
personas modernas piensan sólo en lo visible para satisfacer el cuerpo
como si fuera lo único importante.

No hay que dejarse engañar por la mentira que dice que la muerte es el
fin. Por esta engañosa ideología, la persona puede llegar a ser tan cruel
que hasta puede matar a sus propios padres, porque de por sí, al morir
todo se acaba. Así como existe el mundo presente, existe una dimensión
más alta, algo más allá que es inexplicablemente importante, y para todo
ser humano existe la resurrección.

“Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué


cuerpo vendrán? Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no
muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir,
sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; pero Dios le
da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.” (1
Corintios 15:35-38).

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“Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en
corrupción, resucitará en incorrupción.” (1 Corintios 15:42). En esta
palabra se compara una semilla que lleva frutos con la transición de un
hombre de la muerte a la resurrección. Cuando una semilla cae sobre la
tierra, más tarde revela su verdadera identidad. Así como una semilla
puede manifestarse como una hermosa flor, una semilla siempre tiene
una apariencia completamente diferente a lo que saldrá de ella más
adelante. Así como la semilla es cubierta bajo el suelo, algún día nuestro
cuerpo también será enterrado bajo la tierra. La carne es sólo una
“semilla”, y no mi verdadera esencia.

Reconociendo la existencia del espíritu, la vida en el más allá y la


resurrección, será comprendido gran parte de lo que no se comprendía
al observar el mundo. Sin embargo, lastimosamente, hoy, muchos viven
engañados creyendo que lo terrenal lo es todo.

FALSOS DIOSES, ALEGAD POR VUESTRA CAUSA

En el mundo existen muchos escritos sagrados. El budismo tiene sus


escrituras budistas, el islamismo tiene el Corán, el hinduismo tiene la
Veda. Entonces, ¿por qué solamente a la Biblia se le llama la palabra de
Dios? Esto es porque sólo la Biblia contiene lo que otras escrituras
religiosas no abarca: la historia. La Biblia es la única que relata
perfectamente los acontecimientos desde el puro inicio hasta el final de
la humanidad. Todas las demás religiones se tratan del esfuerzo del
hombre para llegar a Dios. Pero la Biblia es todo lo contrario. En la Biblia,
Dios es el que llega al hombre, lo salva y lo eleva hacia Dios. En el sentido
estricto, su estructura es completamente diferente a las demás
religiones.

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“Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas,
dice el Rey de Jacob.” (Isaías 41:21). El versículo anterior Dios reta a los
ídolos. Los “ídolos” son dioses creados por el hombre. En India hay 330
millones de dioses, en Japón 8 millones diferentes dioses, y sólo en la
Isla Jeju de Surcorea hay 18.000 dioses. Dios les dijo a los ídolos, “si
ustedes son dioses, entonces demuéstrenlo sin ambigüedad”. Las
enseñanzas morales o cuentos bonitos pueden ser relatados por otros
estudiosos que han leído muchos libros, sin necesidad de que sea un
dios. Nosotros necesitamos claras evidencias, necesitamos que nos
demuestren cosas que, sin ser un dios, un ser supremo, nadie más lo
podría hacer.

“Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha


pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello;
sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha
de venir. Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que
sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal,
para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. He
aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad;
abominación es el que os escogió.” (Isaías 41:22-24).

Nosotros podemos reconocer que es un dios si éste puede contar el


pasado y el futuro con exactitud. En realidad, un dios así no lo podemos
encontrar fuera de la Biblia. Ésta es la única que narra detalladamente
la historia de la humanidad y su final. La razón de esto es una, es para
demostrar que el que profetizó es un ser que puede ver la historia fuera
del péndulo del tiempo. La expresión “un dios que se equivoca” es,
definitivamente, una contradicción. El Dios de la Biblia jamás se
equivoca.

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También podemos reconocer a un dios si tiene el poder para hacer bien
o mal a la humanidad. La causa por la que los estudiosos de la Biblia se
impactan, es el cumplimiento literal del bien o mal predicho por las
escrituras.

Para Dios, los ídolos son abominables; y las personas que escogen a los
ídolos durante su vida también son abominables. El Dios que ha
manifestado esto, es el que describió el pasado y el futuro de la historia,
y cumplió los acontecimientos conforme a su descripción. Además,
ejecutó el bien y el mal a los humanos tal como lo había predicho en su
palabra.

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2. El primer juicio y castigo fue
llevado a cabo en el huerto del
Edén
Esta vez vamos a averiguar si realmente Dios, como soberano, ejecuta el
juicio cuando el hombre hace el mal. Si lo concerniente al juicio es cierto,
podemos dar fe que la salvación también es real.

El primer juicio de la historia humana está escrito en Génesis capítulo 3.


Dios creó a las primeras personas, Adán y Eva. Ellos no eran salvajes
primitivos que residían temporalmente en una en una cueva, sino que
eran adultos con gran capacidad intelectual que, apenas fueron creados,
podían conversar con Dios y ponerles nombre a todos los animales. Pero
este primer hombre decidió desobedecer a Dios comiendo del fruto de la
ciencia del bien y del mal, por lo que fueron los primeros en recibir el
juicio de Dios. Previo a la desobediencia, estos dos, sólo recibían
bendición por parte de Dios; sin embargo, al desobedecer fueron puestos
bajos la condenación y recibieron el justo juicio de Dios.

Génesis capítulo 3 nos relata un acontecimiento real, sin artificio alguno.

RESULTADO DEL JUICIO: DOLOR Y MUERTE

“A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus


preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido,
y él se enseñoreará de ti.” (Génesis 3:16)

Como Eva fue la primera en pecar, Dios castiga a la mujer de primera.


Los dolores del embarazo fueron multiplicados en gran manera, con

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dolor debe dar a luz los hijos, y debe pasar por mucho sufrimiento
mientras cría a sus hijos desde que nacen. Además, Dios decidió que la
mujer sea gobernada por el hombre. Desde el momento en el que ella se
casa, el hombre llega a ser la cabeza y la mujer el cuerpo por lo que la
esposa es elevada al respetar y elevar a su marido.

“Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la vos de tu mujer, y


comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él;
maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos
los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás
plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta
que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo
eres, y al polvo volverás.” (Génesis 3:17-19).

A continuación, Dios castigó a Adán y dijo algo terrible: “maldita será la


tierra por tu causa”. Dios es el que creó el cielo y la tierra, y vio que era
bueno en gran manera (Génesis 1:31). En Dios abunda la verdad, la
bondad y la belleza, por eso todo lo que Él hace es perfecto y lo más
hermoso. En ese entonces, todos los animales se alimentaban de las
plantas y el humano de las frutas y verduras sin necesidad de ningún
esfuerzo (Génesis 1:29-30). La configuración inicial de las criaturas era
diferente a la de ahora.

Por el pecado que cometió, surgió un problema entre Dios y el hombre, y


una relación completamente diferente entre el hombre con la naturaleza
también. La corrupción del hombre causó la maldición de la tierra
haciendo que en ella se produzcan espinos y cardos, demandando dolor
y esfuerzo del hombre, y ocasionando sin fin de dificultades. El carácter
de los animales cambió, el mundo animal, ahora lleno de depredadores,

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había sido transformado en un mundo vil y violento. Todo aspecto
desagradable es producto del pecado.

Además, Adán, aunque en el principio no tenía necesidad de trabajar;


ahora debía cosechar la tierra con el sudor de su rostro. El pecado
significó dolor, sufrimiento, sudor, maldición y muerte para el hombre. En
fin, Adán y Eva, castigados por Dios, fueron expulsados del huerto del
Edén.

EL DESCUBRIMIENTO DEL HUERTO DEL EDÉN

El acontecimiento del huerto del Edén es, evidentemente, un hecho


histórico. Se ha demostrado, genética y demográficamente, que en el
principio fueron sólo dos personas. En el presente, se calcula alrededor
de 7 mil millones de habitantes en el mundo; en el año 1987 eran 5 mil
millones; en 1650, 400 millones; en el primer siglo DC, 200 millones; y
si seguimos más atrás, en algún momento hubo 100 millones; y aún más
atrás, en el principio, dos personas. La primera persona se llamaba Adán,
y no era una Ameba. La Biblia explica con mucha precisión la ubicación
del huerto del Edén, donde habitaban Adán y Eva.

“Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al


hombre que había formado.” (Génesis 2:8).

“Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en


cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea
toda la tierra de Havila, donde hay oro; (…) El nombre del segundo
río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre
del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el
cuarto río es el Eufrates.” (Génesis 2:10-11, 13-14).

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La Biblia describe que el huerto del Edén era el origen de cuatro ríos, los
cuales tienen por nombre: Pisón, Gihón, Hidekel y Eufrates. El tercer y el
cuarto río siguen fluyendo aún en nuestros días. “Hidekel” es en hebreo,
y en griego se le llama “Tigris”; pero “Eufrates” se llama igual en los dos
idiomas. A diferencia de los ríos Pisón y Gihón, el Tigris y el Eufrates
siguen fluyendo en el oriente de Siria.

En el año 1982, algunos científicos han encontrado rastros de ríos en el


subterráneo de un área desértica. El transbordador espacial Columbia
de los Estados Unidos, captó el campo topográfico que existía en este
lugar antes de ser cubierto por una capa de arena de 5m; este revela
rastros de grandes ríos que existían hace unos 6.000 años atrás
atravesando el Arabia Saudita. Mediante este descubrimiento se ha
comprobado la existencia de los ríos Pisón y Gihón, pues estos se topan
con las corrientes de los ríos Tigris y Eufrates.

Con las características anteriores, los arqueólogos estiman que la


ubicación del huerto del Edén es el Golfo de Persia hoy. Este lugar es tan
seco que es difícil de creer que en algún momento ha estado poblado
por árboles frondosos, es completamente desértico a excepción de los
valles de sus ríos.

En el libro de Ezequiel capítulo 31 está escrito que todo el huerto del


Edén fue enviado debajo de la tierra:

“Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las


hice descender al Seol con todos los que descienden a la
sepultura; y todos los árboles escogidos del Edén, y los mejores del
Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en lo
profundo de la tierra.” (Ezequiel 31:16).

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“¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los
árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén
en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los
muertos a espada. Este es Faraón y todo su pueblo, dice Jehová el
Señor.” (Ezequiel 31:18).

Para una mejor comprensión, necesitamos conocer el escenario de


Ezequiel capítulo 31. Resulta que la arrogancia de los asirios llegó al
límite y Dios los juzga echándolos al Seol. En el libro de Nahum, se
profetiza el castigo para la capital de Asiria, Nínive. Estos asirios eran tan
crueles que hasta les despellejaban la piel a los cautivos de sus guerras.
Aunque Dios enviando al profeta Jonás hizo que los asirios se
arrepintieran de su maldad, poco después ellos estaban de vuelta en su
maldad. Al final, Dios destruyó a Asiria y envió a todos los asirios de esa
época al Seol, infierno donde sólo van los espíritus (Salmos 9:17).

Cuando el profeta Ezequiel escribía la palabra antes citada, Egipto


también estaba alcanzando el límite de la altivez. Es así como Dios
profetiza que tanto el rey como el ejército de Egipto también caerían en
el Seol, y explica esto tomando como ejemplo la caída del antiguo huerto
del Edén, mencionando el entierro de todo lo inmenso y majestuoso del
huerto del Edén; y a la vez está diciendo que todas las almas que no
reciban la salvación entrarán al Seol.

Ahora, la Biblia dice que todos los grandes árboles del huerto del Edén
fueron enterrados bajo la tierra. Y es sorprendente ver que más del 70%
de todo el petróleo distribuido en el mundo proviene del lugar donde se
encontraba este huerto. Para que la tierra produzca petróleo es
necesario que en el pasado haya habido un repentino desastre natural,
y que materia muerta de plantas, animales, y otros muchos desechos

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orgánicos se sepulten bajo la tierra. Allí, enterrados, estos desechos
orgánicos pasan varios miles de años recibiendo gran calor geotérmico,
presión, y otros estímulos que producen cambios químicos hasta que se
convierten en petróleo.

De hecho, para los productores del petróleo del s.XIX, el Génesis del
Antiguo Testamento fue la razón clave para que ellos afirmaran la
existencia de un yacimiento petrolífero en el medio oriente y lo
explotaran. Aunque ahora este es un lugar desértico y estéril, se
descubre que en algún pasado había sido boscoso y que en este Golfo
Pérsico se localizó el huerto del Edén.

3. El segundo castigo fue el gran


diluvio
El juicio que sigue es el diluvio. Al multiplicarse los descendientes de
Adán, el pecado sobre la tierra iba creciendo, especialmente en la época
de Noé, el mundo estaba repleto de pecado. El Santo Dios dejó con vida
a los ocho miembros de la familia de Noé, y un par de cada especie
animal, pero todo el resto fue juzgado con el agua. Los capítulos del 6 al
9 de Génesis relata el gran cambio que ocasionó el gran diluvio, pues
éste inundó todo el planeta y lo dejó en completa ruina.

LA RAZÓN DEL JUICIO: EL PECADO

¿Por qué Dios tuvo que sumergir la tierra bajo el agua durante 150 días?
En la Biblia menciona dos grandes pecados que ensucian la tierra, y
estos son: el adulterio y el homicidio. La Biblia dice que, al abundar estos

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dos pecados la tierra se ensucia. En la época de Noé, el homicidio y el
adulterio se practicaban excesivamente, por lo que Dios tuvo que limpiar
la tierra sumergiéndola bajo el agua durante 150 días.

Después de la muerte y resurrección de Jesús, pasaron muchas


generaciones y dice Dios que con fuego será castigada nuestra época
¿Cuál será el motivo? Esto es porque el fuego de su celo (Sofonías 1:18)
consumirá nuestro mundo. El adulterio y el homicidio abundan tanto
como en la época de Noé; nunca ha existido un tiempo en el que la
obstinación de corazón y el pecado excediera tanto como en el presente.

El homicidio más frecuente es el aborto. Se estima que se realizan 50


millones de abortos cada año. Si un bebé no hubiera sido abortado hace
cinco años entonces ese bebé estaría creciendo, siendo un niño de 5
años. No sólo el aborto es un problema, cada vez va incrementando el
número de personas que son asesinadas injustamente. En Números
capítulo 35 dice que el derramamiento de sangre inocente causa la
contaminación de la tierra.

Adicionalmente, en Levíticos capítulo 18 dice que la inmoralidad sexual


ensucia la tierra. Jamás ha existido una época en la que las
inmoralidades sexuales se cometan tan abiertamente como la de ahora.
Dios guía al camino de la salvación a los que tienen la posibilidad de ser
salvos, para luego juzgar con fuego al resto de este mundo.

EL BARCO PERFECTO

“Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la


tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los
destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás

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aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por
fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud
del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su
altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de
elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su
lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.” (Génesis 6:13-16)

Un codo es cerca de 45 a 46cm, por lo que el largo del arca era de unos
135 a 140m. El arca de Noé tiene un ancho de, más o menos, 22m y
14m de alto. Era un arca inmenso, pues, en total, tenía una capacidad

alrededor de 9.000 m² que equivaldría a unos 570 contenedores de

ferrocarril; esto quiere decir que podría haber cabido tres parejas de cada
especie de animal que existía en esa época.

¿El arca de Noé habrá podido sobrevivir el gran diluvio? Recientemente


se aclaró que un barco puede resistir un diluvio mundial, sólo si se tiene
la proporción descrita por la Biblia. Esto fue comprobado haciendo una
prueba de eficiencia con una imitación reducida del arca, y ha
demostrado ser un barco estable aún al presenciar una ola de 40m de
alto. El arca de Noé es aún más excelente y perfecta que cualquier
tecnología ofrecida por los mejores constructores de naves hoy en día;
claro está que esto es posible porque Dios fue el que reveló cómo diseñar
el arca.

EL GRAN DILUVIO, UNA REALIDAD HISTÓRICA INEVITABLE

“Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en


que había espíritu de vida. Y los que vinieron, macho y hembra de
toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová cerró

19
la puerta. Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas
crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra. Y subieron
las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el
arca sobre la superficie de las aguas. Y las aguas subieron mucho
sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos
los cielos, fueron cubiertos.” (Génesis 7:15-19)

Una cantidad inmensurable de agua cayó durante 40 días y noches. A la


vez, se estallaron fuentes del profundo de la tierra, probablemente
manaron conglomerada cantidad de aguas nuevas y se presenciaron
grandes maremotos. Incluyendo todos los montes, el planeta entero
estuvo encerrado bajo el agua durante 150 días, por ende, todos los
seres vivientes con respiración pulmonar murieron. Antes del diluvio de
Noé, en la tierra no existían montañas altas sino sólo algunas
formaciones de colinas; no obstante, cuando Dios hizo que se retiraran
las aguas que cubrían el mundo, dice la Biblia que, los montes subieron
y los valles descendieron (Salmos 104:7-8).

“Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo


lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser que vivía
sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los
reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó
solamente Noé, y los que con él estaban en el arca. Y prevalecieron
las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.” (Génesis 7:22-24)

¿Habrá alguna evidencia que demuestre que todo el planeta estuvo


alguna vez sumergido en el agua? Evidencias de este tipo hay
incontables.

Sin importar cuán alta sea una cumbre, allí nosotros podremos encontrar
fósiles de peces y ostras. Alrededor de la cima de la Cordillera de

20
Himalaya existe un estrato que se llama “Yellow Band” (Banda Amarilla
en español) en el cual se encuentran fósiles marinos que son evidencias
de que en algún momento estas alturas estuvieron en el fondo del mar.
La Cordillera de Himalaya tiene una altura de 8.000 m sobre el nivel del
mar (m s.n.m.), donde se descubren fósiles de cuerpos que tienen la
posibilidad de ser encontradas únicamente en el mar; por ejemplo,
fósiles de ostras. Sin embargo, este no es el caso de las Himalayas
solamente, en la Cordillera de los Andes también se ha encontrado un
incontable número de fósiles marinos. ¿Por qué será que en las
cordilleras más altas del mundo se encuentran estratos marinos? Porque
esto es prueba que hasta los montes más elevados del planeta han
estado bajo el agua en algún pasado.

Las piedras de sal y los lagos de sal están distribuidos por todo el planeta.
Ellos son el producto de la evacuación del agua después de que la tierra
estuvo completamente inundada; en los hoyos se formaron lagos de sal
y, por otra parte, la evaporación produjo sinnúmero de piedras de sal.

Mongolia es una tierra totalmente alejada del mar, pero en este país es
fácil de encontrar lagos de sal a una altitud de 1.500 m s.n.m. El Lago
Qinghai de China, es un lago de sal que se encuentra a unos 3.194 m
s.n.m. En todo el mundo se encuentran cada vez más lagos de sal, y su
fenómeno no puede ser explicado a no ser por la inundación planetaria.

La palabra que dice que murieron todos los seres con respiración
pulmonar, a excepción de los que fueron rescatado, también fue un
hecho real. Este planeta en la que vivimos es un completo osario. Por
todos lados se descubren grandes estratos con fósiles de peces,
dinosaurios, mamuts, anfibios, y entre otros muchos tipos de animales

21
porque una cantidad fenomenal de animales fueron arrasadas por el
agua de un solo.

El doctor Immanuel Velikovsky anduvo por todos los rincones del mundo
recolectando datos, luego publicó su libro Earth in Upheaval donde se
evidencia que en el pasado la tierra experimentó una catástrofe
extraordinaria. Los fósiles de millones de criaturas muertas que se
encuentran en las rocas sedimentarias se muestran haber sido
enterrados en un instante muy veloz.

“Cuando un pez muere; su cuerpo flota en la superficie del agua,


se hunde al fondo, o es prontamente comido por otro pez. No
obstante, todos los fósiles de peces encontrados en las rocas
sedimentarias tienen el total de sus huesos bien conservados”.
(Earth in Upheaval, p. 122)

El descubrimiento de una cantidad colosal de animales e insectos


fosilizados, que pertenecen a regiones y climas diferentes, enterrados en
un mismo lugar, respaldan perfectamente la existencia de una
inundación global en el pasado; justo lo que está escrito en la Biblia.

La prueba de la gran inundación se encuentra no sólo en los fósiles, sino


también en las diferentes tradiciones alrededor del mundo. La mayoría
de los antiguos imperios y tribus como Sumeria, Egipto, Inca, China, etc.
tienen en común el relato de la inundación como está escrito en la Biblia;
comparten hasta los detalles más específicos como el envío del cuervo y
la paloma para comprobar si había tierra seca, y después de esto el
sacrificio ofrecido a Dios junto a otros detalles; y este fenómeno se da a
pesar de que en aquella época no existía mucha comunicación entre las
distintas tribus y culturas. Además, la historia de la inundación del Monte
Baekdu de Corea del Sur, coincide con el periodo de la inundación de

22
Noé. Esto tiene sólo una explicación, que la literatura oral de cada
tradición ha tenido el mismo origen: el suceso real de la inundación
documentada en Génesis. Esto, porque la Biblia es la única que narra
este hecho completa y detalladamente.

Si ojeamos Génesis capítulo 5, podemos observar que, en la época de


Noé, antes del gran diluvio, el promedio de las personas vivía más de
900 años. Pero la Biblia dice que después del diluvio, los años de vida
de las personas se acortaron súbitamente, ¿será esto cierto? Claro que
sí lo es. La historia antigua documenta que más de doce personas
tuvieron una longevidad no usual. Sumeria es el primer imperio que nace
después del diluvio, y en sus tablas de barro manifiestan que la duración
de la vida de las personas se disminuyó drásticamente posterior al
diluvio universal.

Ahora, ¿cómo fue posible que vivieran 900 años? En el principio, dice
Dios, que hizo aguas sobre la expansión (Génesis 1:7). Previo al diluvio
de Noé, existía una capa de agua en un estado denso de gas que estaba
sobre la atmósfera rodeando y protegiendo la tierra. La capa de agua
absorbía el calor proveniente del sol, lo esparcía uniformemente
alrededor de todo el planeta. Gracias a la capa de agua, la tierra nunca
se encontraba ni muy caliente ni muy fría, sino que tenía un clima
subtropical parejo en todo lugar. Además, la capa de agua bloqueaba
toda radiación de alta frecuencia que destruye las células del ser
humano causando un rápido envejecimiento.

Sólo la existencia de la capa de agua pudo haber permitido la vida de


mariposas de 56cm, libélulas de 1m, camarones de 2m, seres humanos
de 4m, vacas de 9m, etc., de los cuales sus fósiles se encuentran
desenterrados hoy. Con estas pruebas podemos decir que el medio

23
ambiente del planeta antes del diluvio era el óptimo para la vida de los
seres vivientes.

La ciencia moderna ha comprobado que la existencia de una capa de


agua encima de la atmósfera puede alargar la vida de las personas hasta
más de 900 años, pero toda aquella agua fue derramada por el gran
diluvio (Génesis 7:11).

EL ARCA DE NOÉ DESCUBIERTO

“Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del


mes, sobre los montes de Ararat” (Génesis 8:4). La Biblia afirma que
el arca de Noé reposó sobre los montes de Ararat que aún existen en el
presente. Los montes de Ararat limitan al oeste con Turquía, al sur con
Irán y al este con Armenia, y en estos montes de Ararat fue descubierto
una gran estructura de barco.

La cumbre de Ararat que tiene una altura de 5.165 m s.n.m., está


cubierta por una nieve perpetua, y esta es la razón por la que el arca se
ha conservado hasta el día de hoy a pesar de los miles de años que han
transcurrido.

Todavía hoy, las personas de esa zona llaman al monte Ararat “Kuhi
Nuch” que quiere decir “Monte de Noé”, y durante miles de años, los
barrios de esta región utilizan los nombres de los hijos de Noé y sus
descendientes.

Según los escritos que dejó el sacerdote de Babilonia, Beroso, en el año


300 a.C., todos los que subían a la cima del monte presenciaban el arca
de Noé. Durante cientos de años en el pasado, muchos grupos de

24
exploradores de distintos países han escalado el monte Ararat y
declararon haber visto el arca, de vez en cuando hasta vuelven con
pedazos del arca. Las descripciones de personas coinciden
perfectamente con las medidas, dimensiones y el diseño de interiores
que detalla la Biblia. Además, no es posible que un barco tan grande de

15.000 toneladas, que podría ser comparado con un buque mercante,


se desplace 4.000 m s.n.m.

En el año 1916, el piloto y teniente ruso, Vladimir Roskovitsky, dice haber


visto un gran barco en la cumbre de un monte mientras volaba en la zona
montañosa oriental de Turquía. Asimismo, en el año 1955, el explorador
francés Fernand Navarra, subió el monte Ararat y dentro de una
concentración de hielo encontró un pedazo de madera que tenía 1.5 m
de largo y estaba pintada con brea. Él la trajo consigo, y la muestra fue
enviada a diferentes centros de investigación de Europa y los Estados
Unidos para examinar la edad de la madera; resulta que después de
minuciosos estudios, se dio a conocer que la madera era de hace 5.000
años atrás, lo cual evidenció perfectamente que aquella construcción de
madera era el arca de Noé. También, la investigación demostró que la
madera era de gofer (Génesis 6:14), pero lo curioso es que este árbol no
crece dentro de los 460 km de diámetro alrededor del monte Ararat.

En el año 2009, un equipo integrado por exploradores de Hong Kong y


científicos de Turquía exploraron el monte Ararat. Cuando ellos llegaron
a un punto de 4.000 m s.n.m. encontraron una gran estructura de
madera que estaba cubierta por hielo y cenizas volcánicas; de las siete
divisiones que tenía el arca en su interior, seis de ellas fueron grabadas
en video.

25
Este equipo de exploradores y científicos anunciaron oficialmente que
por la estructura que tiene la construcción de madera yacente en el
monte, se deducía que era el arca de Noé. No existe una prueba más
exacta que la misma arca de Noé, la gran inundación está perfectamente
comprobada hoy por la arqueología y la historia.

4. La humanidad se esparce por el


juicio en la Torre de Babel
“Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas
palabras. Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una
llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a
otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el
ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron:
Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al
cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la
faz de toda la tierra. Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre
que edificaban los hijos de los hombres.” (Génesis 11:1-5)

Después de experimentar la gran inundación, los hombres no tardaron


mucho para volverse a corromper. Noé tenía tres hijos: Sem, Cam y Jafet.
Entre los descendientes de Cam hubo uno que se llamaba Nimrod, éste
fue la cabeza de muchos que hicieron contra Dios en la llanura de Sinar.
Ellos se unieron entre sí para establecer una gran ciudad y comenzaron
a levantar una torre. La llanura de Sinar, hoy es Irak.

26
LA TORRE DE BABEL, OTRO HECHO REAL

“Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque halló


confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció
sobre la faz de toda la tierra” (Génesis 11:9). Dios intervino de forma
supernatural y dividió las lenguas y razas de la humanidad. El suceso de
la Torre de Babel también fue real sin duda alguna.

Desde finales del s.XIX hasta los principios del s.XX, el arqueólogo R.
Koldewey descubrió en este lugar más de 15 millones de ladrillos
horneados.

En el año 331 a.C., el rey Alejandro Magno se apoderó de Irak y quiso


reconstruir la Torre de Babel para la conmemoración de la conquista,
pero luego abandonó el plan. Hasta la historia misma documenta la
existencia de la Torre de Babel en el pasado.

La pintura de la Torre de Babel que frecuentamos es una obra de Pieter


Bruegel, la cual no es resultado de una vaga imaginación; esta fue
dibujada con base en lo escrito por Heródoto, el padre de la historia, en
su obra Historia. Heródoto explica detalladamente la existencia de la
Torre de Babel que en su tiempo medía 90m de largo, alto y ancho, y
describe que había ocho torres, una encima de la otra.

DIVISIÓN DE LENGUAS Y RAZAS

“Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias,
en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra
después del diluvio” (Génesis 10:32). Las tres razas humanas por color:
amarillo, negro y blanco, se generaron después del juicio de la Torre de

27
Babel. Los descendientes de Sem eran amarillos y se trasladaron hacia
Asia, los hijos de Cam eran negros y se fueron a África; por último, los
hijos de Jafet, los blancos, se movieron hacia Europa. En los libros de
historia se mencionan los nombres Sem, Cam y Jafet, que se tomaron de
los hijos de Noé.

El color de la piel de una persona es el resultado de la cantidad y


concentración del pigmento de la piel conocido como melanina, y esto
puede dar lugar a 16 subrazas en una misma generación. Además, está
demostrado por la genética, geografía y lingüística que las tres razas
(amarillo, negro y blanco) fueron hermanos de un mismo progenitor.

Los filólogos han descubierto que todos los idiomas tienen un mismo
origen. Las personas que manejan diferentes idiomas sabrán que a
menudo existen casos en el que una misma palabra significa lo mismo
en diversas lenguas; por ejemplo, en inglés, francés, latín, etc. Esto es
evidencia que se derivan de una única lengua.

Todos los antropólogos aceptan sin ninguna objeción que en algún lugar
del medio oriente existió un ancestro que dio lugar a toda la humanidad
esparcida. Lo anterior se concluye al ver la similitud en los relatos que se
heredan de generación en generación; como el relato de la corrupción
humana, el diluvio, etc. Al juntar todas estas narraciones, estudiarlas y
rastrearlas, se llega a inferir lo que se expone en los libros de textos
educativos: la primera civilización humana comienza en Mesopotamia.
Esto es porque al indagar el origen de cada nación, sólo Mesopotamia
muestra la posibilidad de ser el centro de enlace de todas las naciones
en el pasado. El avance de la arqueología y la antropología demuestran
y confirman lo que la Biblia dice a cerca de la unanimidad del origen de
los seres humanos.

28
A más de lo ya expuesto, la antropología ha demostrado el yerro de la
tesis que sostiene la evolución paulatina de la cultura, ciencia, religión,
etc. de la humanidad a través del tiempo.

Los primeros sedentarios reconocían la existencia de un solo ser


todopoderoso, sin embargo, se están descubriendo evidencias en
diferentes partes del mundo que el monoteísmo fue corrompido por el
politeísmo, panteísmo, chamanísmo, toteísmo, entre otros. Los
descubrimientos arqueológicos jamás han refutado la verdad dicha por
la Biblia. El renombrado arqueólogo palestino, doctor William F. Albright,
dice lo siguiente en su libro:

“Los historiadores del s. XVIII y XIX han tomado una actitud de extrema
incredulidad con respecto a la Biblia. Pero ahora, sus alegaciones no
son más que el perfecto blanco de burla. Mientras más excavaciones
se realizan, se van descubriendo de una manera maravillosa la
exactitud de lo escrito en la Biblia hasta en sus más mínimos detalles.
Por esto, se reconoce la Biblia como una valerosa fuente de datos
históricos, sus datos se van confirmando como fehaciente registros
conforme pasa el tiempo.” (The Archaeology of Palestine, p. 127,
128).

29
5. La historia de Israel, una historia
de juicios
Después del juicio de la Torre de Babel, la humanidad le dio la espalda a
Dios y se esparció por todo el mundo sumergiéndose en la idolatría. Pero
en ese momento, Dios llamó a un hombre que se encontraba en Ur de
los caldeos.

“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu


parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y
haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a
los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las
familias de la tierra.” (Génesis 12:1-3)

La palabra anterior es una orden de Dios para Abraham, el padre de


Israel. La obediencia de Abraham ante el mandato de Dios fue un hecho
clave en la historia de Israel. La “tierra” que Dios le prometió a Abraham
es Canaán, y la “nación” grande prometida es Israel. Abraham sería el
“origen de toda bendición”, y por medio de él todas las naciones serían
bendecidas también; con esto Dios prometió que Jesucristo vendría
como descendiente de Abraham. Y según esta promesa, por medio de
Cristo todas las naciones recibieron la bendición de la vida eterna. Dios
había llamado a Abraham teniendo en cuenta desde el principio a todo
el mundo.

Los críticos de la Biblia ponían en duda la existencia de la ciudad Ur de


Caldea en el pasado, de donde Abraham es proveniente; sin embargo,
en el s.XX fue comprobado la existencia del lugar y del personaje
Abraham como un personaje real que vivió en el pasado. Ur era una

30
ciudad tan avanzada que había construido un canal para que los barcos
viajaran atravesando la ciudad. Luego, Abraham llegó hasta la tierra de
Canaán pasando por la región “fértil creciente”, Harán, que también era
una ciudad espléndida en aquel entonces.

EL PUEBLO QUE PACTÓ CON DIOS

El pueblo que fue distinguido por Abraham es Israel, este pueblo fue
esclavizado por Egipto, pero llega a salir de esta sumisión mediante la
guía de Moisés. Este hecho se conoce como el éxodo. Dios realizó un
importante pacto con este pueblo que venía de experimentar el éxodo, si
ellos obedecían ante la palabra de Dios serían bendecidos; de lo
contrario, si desobedecían, les esperaban la maldición. Dios dijo que
utilizaría la historia de Israel como ejemplo, en vivo y en directo, para
enseñar al mundo entero lo que sucede al obedecer o desobedecer Su
palabra.

El contenido de este pacto está detallado en Deuteronomio capítulo 28.


En resumen, dice que, si Israel anda en el camino de la obediencia será
exaltado sobre todas las naciones de la tierra; pero si desobedece será
humillado poco a poco hasta llegar a ser la cola de todos. El pueblo de
Israel respondió, unánime, que seguirían la palabra del Señor (Éxodo
24:3).

En la historia de Israel podemos ver que la bendición y la maldición llega,


exactamente concorde a la palabra de Dios. Cuando le llegaba la
bendición, Israel era bendecido al extremo; era el mejor en hacer dinero
y el más eminente a nivel intelectual. Pero cuando Israel desobedecía la
palabra, fracasaban de la manera más miserable. Lamentablemente,

31
Israel escogió, en su mayoría de las veces, el camino de la
desobediencia.

Cuando Israel desobedeció en el principio, fue castigado cerca de 25


años; fueron oprimidos por los gentiles durante 8, 12, 23 años, pero
cuando este pueblo corregía su camino, Dios los recuperaba.

Sin embargo, al Israel crecer en su maldad, fue castigado alrededor de


40 años. Cuando se volvieron aún más perversos, el periodo de su
punición aumentó a 70 años; y esto es bien conocido por nosotros como
el Cautiverio Babilónico (606 – 586 a.C.). Babilonia está a más de 1.000
km de distancia de Israel, el cual fue cautivado y terminó sirviendo por
70 años en Babilonia. Israel fue oprimido por los cuatro grandes imperios
que se levantaron la historia, en orden: Babilonia, Persia, Grecia y Roma.

Más tarde, los judíos recibieron un castigo extremo durante 2.000 años;
su motivo fue por haber rechazado a Cristo. A pesar de que Cristo vino
conforme a la profecía del antiguo testamento, la mayoría de los judíos
lo rechazaron.

EL PUEBLO DE DIOS QUE RECHAZÓ AL HIJO DE DIOS

“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré


mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas
a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo
le pediré cuenta” (Deuteronomio 18:18-19).

Desde Moisés hasta Malaquías, todos los profetas del antiguo


testamento testificaron a cerca de Cristo (Hechos 3:22-24). Cristo es
griego que se traduce en hebreo como “Mesías”, el cual se refiere

32
al Dios que vino como hombre a este mundo. El antiguo testamento
profetiza a cerca de la primera venida de Cristo en más de 320
ocasiones. Jesús vino a este mundo, conforme a la profecía del antiguo
testamento. Durante tres años y medio transmitió explícitamente la
palabra de Dios y realizó muchos milagros como lo es revivir a un muerto.

No obstante, los judíos rechazaron a Cristo. Ellos esperaban la venida del


Mesías, sin embargo, cuando este llegó, no lo reconocieron. ¿Cómo
puede ser que se haya dado tal caso? ¿Por qué ellos habrán rehusado a
Jesús? Esto se puede resumir en tres grandes razones:

Primero, el pueblo de Israel presente en la época de Jesús tenía un


corazón muy duro y malvado (San Mateo 13:15). Las personas con un
corazón obstinado y perverso no pueden comprender la palabra de Dios.
Eran tan tercos que, aun presenciando la resurrección de Lázaro, un
muerto por 4 días, rechazaron a Jesús.

Segundo, Israel no tuvo interés en su alma. Cuando Jesús realizaba


milagros, el pueblo de Israel se reunía en multitud alrededor de él y
decían que Jesús era el Mesías del cual hablaba Moisés tratando de
levantarlo como rey (San Juan 6:14-15). Pero cuando Jesús enseñaba
sobre el espíritu, la mayoría de los judíos lo abandonaban porque ellos
no tenían interés en su alma.

ELLOS MALENTENDIERON AL MESÍAS

La razón decisiva por la que el pueblo de Israel rechazó a Jesús es la


tercera, ellos habían malentendido la imagen del Mesías. En el Antiguo
Testamento se describen dos tipos de Mesías completamente
diferentes, entre ellos; por una parte, se detalla minuciosamente a cerca

33
del “Cristo que será afligido (el Cristo que salva las almas)”, y por otra,
se profetiza, también detalladamente, sobre el “Cristo que vendrá como
rey (el Cristo que será glorificado)”. Primeramente, Jesús tuvo que morir
en la cruz, derramar su sangre para salvar el alma de las personas. El
plan de Dios es que después de que el evangelio se haya esparcido por
todo el mundo, Cristo vuelva como el rey.

Profeta, Sacerdote y Rey son los papeles de Cristo. Jesús se desempeñó


como “profeta” durante los 33 años de su ministerio sobre la tierra;
desde que murió y resucitó, tiene la ocupación de “sacerdote” hasta que
vuelva por segunda vez. Cuando vuelva, vendrá como el “rey” y
conquistará a todo el mundo. En la primera venida, Jesús había sido el
Mesías afligido.

Pero para el pueblo de Israel que había estado bajo el dominio de otras
naciones potentes durante 600 años, desde la época de Babilonia, lo
que más le urgía era la independencia de su país. Como ellos deseaban
la solución de su circunstancia carnal, esperaban al Mesías que vendría
como conquistador del mundo. Esto ocasionó una gran discrepancia
entre el pueblo de Israel y Jesús, quien en su mayor parte hablaba sobre
el mundo espiritual, y enseñaba a cerca del arrepentimiento y el deber
de nacer de nuevo.

Ellos procuraron levantar a Jesús como rey, pero cuando vieron que la
ilusión de ellos se derrumbó, decidieron que Jesús no era el Mesías y
pretendían matarle. Como en ese momento estaban bajo el gobierno
romano, los judíos no tenían la autoridad para ejecutar a nadie; sin
embargo, Pilato, quien era un enviado de Roma, sí lo tenía. Aunque Pilato
abogó a Jesús tres veces diciendo que en Él no había pecado alguno, los
judíos insistían en que se le matase; así es como Pilato llega a idearse

34
un plan. Dado a que esos días estaban muy próximos a la pascua, una
fecha muy especial para los judíos en el que era un ritual darle la libertad
a un prisionero. Pilato trajo al preso Barrabás que era un ladrón y
asesino, y lo presentó ante el pueblo junto a Jesús diciendo que
escogieran liberar sólo a uno de los dos. Esto lo propuso creyendo que
obviamente los judíos decidirían matar a Barrabás y dejarían con vida a
Jesús, pero el resultado fue diferente a su expectativa. Los judíos
pidieron la libertad de Barrabás y clamaron la crucifixión de Jesús.

Pilato temió que se diera una sublevación y tomó una actitud cobarde,
trajo una palangana y se lavó las manos diciendo “¡Ustedes, judíos, son
los responsables de la sangre derramada de Jesús!”, entonces ellos
respondieron “¡Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos!”.

“¡SU SANGRE SEA SOBRE NOSOTROS, Y SOBRE NUESTROS HIJOS!”,

UNA ESPANTOSA EXCLAMACIÓN

“Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y


sobre nuestros hijos.” (San Mateo 27:25)

Tal como los judíos lo solicitaron, ellos y sus descendientes recibieron


una horrible punición durante 2.000 años. Moisés escribió con detalle
en Deuteronomio, 1.500 años antes de la venida de Jesús, a cerca del
castigo que recibirían los judíos.

“Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas


que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te
angustiará tu enemigo.” (Deuteronomio 28:53)

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“Al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere
a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia de todo, en el
asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus
ciudades.” (Deuteronomio 28:57)

Los dos versículos anteriores se cumplieron en el año 70 d.C. cuando el


general Tito asedió a Israel durante 5 meses. Y sucedió que dentro de la
ciudad de Jerusalén se habían acabado todos los víveres y los judíos
comenzaron a comer la carne de sus hijos. Este hecho está
minuciosamente explicado en la obra de Flavio Josefo, La guerra de los
judíos. La palabra de Deuteronomio capítulo 28 se cumplió al pie de la
letra y por esta guerra murieron 1.100.000 judíos.

“Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así


se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados
de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella. Y
Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la
tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no
conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra.” (Deuteronomio
28:63-64)

Los cinco libros de Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Número y


Deuteronomio) fueron escritos antes de que el pueblo de Israel entrara
a la tierra de Canaán. En esta última palabra Dios predice que, si Israel
decide seguir desobedeciendo aún después de haber entrado a la tierra
de Canaán, serán maldecidos y desarraigados de su territorio.
Seguidamente, esta palabra se cumplió exactamente en el año 135 d.C.
cuando el emperador romano Hadrian destruyó por completo las 985
ciudades de Israel y exterminó a 580.000 judíos.

36
Encima de todo, se emitió una ley que prohibía la residencia de los judíos
en su tierra. Todo Israel fue quemado, dejándose la tierra en completa
esterilidad. Literalmente, los judíos fueron arrancados de su tierra y
fueron esparcidos por todo el mundo como un pueblo errante. Esto es
una historia especial. El país de Corea del Sur también ha experimentado
cerca de 900 amenazas externas, grandes y pequeñas, pero nunca ha
sido despojado de su tierra. La mayoría de las naciones que han pasado
por calamidad y explotación sujetos a otra nación más fuerte, han
sufrido, pero dentro de su propio país; no obstante, Israel fue arrancado
de su tierra y esparcido por todo el mundo.

Los judíos divagaron 2.000 años recibiendo maltrato y desprecio adonde


sea que fuesen, sin encontrar reposo alguno (Deuteronomio 28:65),
siendo aislados en guetos donde fueron aislados dentro de los campos
de concentración o exiliados; todo sucedió tal como lo predijo la Biblia.
En todo momento sus vidas corrían peligro, no sabían cómo y en qué
momento morirían repentinamente; ellos tuvieron que observar cómo
sus familiares y amigos eran asesinados. En la mañana estaban
intranquilos, con preocupación de si podrían sobrevivir el día; o en caso
de morir, se cuestionaban en qué forma esto se daría. En las noches,
deseaban que llegara la mañana porque sufrían hambre y dolor.

“Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! Y a la tarde


dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! Por el miedo de tu
corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.”
(Deuteronomio 28:67), esta palabra también se cumplió al pie de
la letra.

“Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros


enemigos que en ella moren; y a vosotros os esparciré entre las

37
naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y nuestra
tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades.” (Levítico
26:32-33)

Si Israel escogía la desobediencia hasta el final, entonces la palabra dice


que su tierra sería hecha un desierto; lo cual se cumplió perfectamente.
Dios casi no envió lluvia a la tierra de Isarel, e hizo que el caluroso viento
siroco, proveniente del desierto de Sahara y el desierto de Arabia,
corrieran en Israel; lo cual secó totalmente toda planta e Israel se
convirtió en un verdadero desierto, cumpliéndose así la palabra de Dios.

La palabra que dice que esparcirá a Israel y desenvainará la espada


contra ellos también se ha cumplido porque durante 2.000 años los
judíos fueron víctimas de masacres en cualquier lugar que fuesen. En la
edad media, durante dos siglos (1096 –1291 a.C.), el eslogan de las
cruzadas consistía en la reconquista de la Tierra Santa, Jerusalén. No
había judío que sobreviviera en la región donde pasara el ejército de las
cruzadas porque estos eran católicos que creían que los judíos eran hijos
del demonio que habían crucificado a Jesús, lo cual, en ese entonces,
justificaba la aniquilación del pueblo israelita sin piedad.

En el año 1298, en Franken, 100.000 judíos fueron masacrados. En el


año 1348, cuando Europa sufría por una peste, se acusó falsamente a
los judíos diciendo que ellos habían contaminado el pozo de agua con
veneno, por lo que otro elevado número de judíos fueron exterminados.
Luego, durante la guerra de Polonia contra Rusia, que tomó lugar entre
los años 1648 y 1658, fueron sacrificados 400.000 judíos.

Desde 1939 hasta el año 1945, en la Segunda Guerra Mundial, fueron


asesinados 6 millones de judíos. El lugar donde se dio la mayor matanza

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fue en el campo de concentración Auschwitz de Polonia, que es conocida
por haber arrebatado la vida de 4 millones de judíos.

Todos los días morían hasta diez mil judíos en la cámara de gas de
Auschwitz, cuando eran pocos, eran varios miles; y al estar cerca del final
de la guerra, una cantidad incontable de cuerpos daban vueltas en el
campo. Y así se cumplió la palabra que dice “y tus cadáveres servirán de
comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no habrá quien las
espante.” (Deuteronomio 28:26)

Después de ser desnudados, claramente eran despojados de todas sus


posesiones, hasta sus dientes de oro eran arrancados; los pelaban y con
el cabello de las mujeres hacían pelotas impermeables para buques. Los
nazis producían jabones con la grasa que se obtenía de los cuerpos de
los judíos que morían en la cámara de gas. Se calcula que unos 400.000
judíos fueron víctimas de todo tipo de crueles experimentos mientras
estaban vivos, sin recibir ninguna anestesia. Estudiaban lo que se les
ocurriera con el cuerpo de los judíos: investigaban de qué altura se debe
caer una persona para morir, cómo muere una persona al ser congelada,
se les inyectaba cualquier tipo de virus y productos químicos para
observar la reacción del cuerpo, entre otros muchos experimentos
inimaginables.

6. El final de la historia, un castigo


de fuego
Existe una frase que dice que, aunque todo el mar se llene de tinta, toda
la tierra se llene de plumas y todos los habitantes del mundo escriban;

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jamás se podrá escribir toda la persecución que han recibido los judíos.
Ellos fueron tratados peor que los animales, fueron miserables y
humillados de una forma sumamente insultante. ¿Acaso hay otra nación
que haya vivido lo mismo?

Nosotros tenemos que tener presente que la historia de este pueblo tiene
una relación directa con cada uno de nosotros. Si los judíos por rechazar
a Cristo recibieron un castigo espantoso. Entonces, ¿qué será de los
gentiles que rechacen a Cristo?

¿EN EL ÁRBOL SECO, QUÉ NO SE HARÁ?

“Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, en el seco, ¿qué


no se hará?” (San Lucas 23:31)

El árbol verde ser refiere a Israel que es el pueblo escogido de Dios. Si el


árbol verde, Israel, recibió tal maldición; entonces, ¿qué pasará con el
árbol seco que son los gentiles? Recibirán un castigo mayor que la de los
judíos, el fuego del infierno. Así como la punición predicha para los judíos
cayó sobre ellos literalmente, nosotros tampoco escaparemos del castigo
que menciona la palabra si no seguimos su advertencia.

La palabra dice que cuando el Evangelio se predique por todo el mundo,


entonces, vendrá el fin de la historia (San Mateo 24:14). Y, hoy, en
nuestro tiempo, el Evangelio está anunciado por todos lados. Dios dijo
que cuando el evangelio esté esparcido completamente, juzgará el
mundo con fuego.

“Por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero


los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la
misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la
perdición de los hombres impíos.” (2 Pedro 3:6-7)

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En la época de Noé, el castigo fue con agua, pero el castigo que se
avecina en el futuro es con fuego. La destrucción de Sodoma y Gomorra
es el ejemplo del juicio de fuego que le espera al mundo entero
(2 Pedro 2:7).

La destrucción de Sodoma y Gomorra también ha sido revelada como un


hecho histórico mediante los descubrimientos arqueológicos. En la costa
sur del mar Muerto, hay una amplia evidencia de que en algún momento
ha sido devastada por una catástrofe de lluvia de fuego y azufre.
Observando las ruinas de los alrededores se puede percatar que han
sido ciudades desarrolladas con gran prosperidad.

La Biblia profetiza minuciosamente cómo el mundo va a ser consumido


por fuego en los últimos días por la guerra. El apóstol Pablo explica que
“encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados,
se fundirán” (2 Pedro 3:12) y esto ilustra los efectos de una guerra
nuclear.

Cuando una bomba atómica explota, absolutamente todo lo que está


dentro de su radio se derrite instantáneamente y se disuelve por el calor
extremo y la radiación. Después de la explosión, el polvo de su
destrucción cubre el cielo y bloquea el 95 por ciento de la luz del sol.
Sobre esto, el profeta Amós escribió así: “Acontecerá en aquel día, dice
Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de
tinieblas la tierra en el día claro.” (Amós 8:9).

El apóstol Juan profetiza en que la tercera parte de la humanidad van a


morir instantáneamente (Apocalipsis 9:18), y el profeta Zacarías
describe cómo exactamente van a morir los humanos: “Y esta será la
plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra
Jerusalén: la carne de ello se corromperá estando ellos sobre sus pies, y

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se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su
boca.” (Zacarías 14:12)

HISTORIA HABLA

En inglés historia se dice “history”, una palabra compuesta por “his” y


“story”, donde “His” es el pronombre posesivo “Su” en español. Esto
puede referirse a Su Historia, como la Historia de Dios. La historia evidencia
la proactividad de Dios. Cuando comparamos la historia con la Biblia
podemos notar que Dios está vivo y que es el Gobernador Absoluto de la
historia. LA Podemos observar que la historia se desenvuelve
exactamente concorde a la Biblia y que es imperativo que nosotros
recibamos la enseñanza debida mediante la historia.

Estudiando la Biblia podemos conocer que, de hecho, existe un Ser


Absoluta que gobierna la historia de la humanidad. Sus principios de
gobernanza son la justicia y el amor. Su justicia se manifiesta cuando él
castiga la maldad. El castigo en el huerto de Edén fue real como la
inundación global en los tiempos de Noé. El castigo en la Torre de Babel
fue un hecho cierto y por ella las personas se esparcieron por razas y
hablando diferentes idiomas. El juicio y castigo de Dios se muestra en el
pueblo escogido de Dios, Israel, conforme a lo advertido en la Biblia. De
igual manera, el siguiente versículo también se cumplirá: “La tierra será
consumida por el fuego de su celo.” (Sofonías 3:8)

“Después de la muerte nos espera el juicio.” (Hebreos 9:27). Todos los


castigos mencionados anteriormente son indicadores de la existencia del
juicio y castigo futuro después de la muerte. Mediante la historia, Dios ha
ejecutado su justicia, pero también ha cumplido la salvación. El castigo
físico es una alusión al castigo eterno que existe después de la muerte. Sin
embargo, en la historia, siempre ha existido el camino de la salvación

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paralelo a la punición. De igual manera, existe el camino para salvarnos
del castigo eterno y su enseñanza está en la Biblia.

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