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La

Metamorf
osis. –
Franz
Kafka
Ficha de lectura

Miguel Ballarín A2
La metamorfosis (Die Verwandlung), obra de Franz Kafka (1883-1924) publicada en
1915 por el editor Rowohlt de Praga.

La contextualización literaria de la obra resulta confusa si no ambigua; al margen


de las subjetivas interpretaciones relativas a las distintas escuelas y estilos desde
los que se la puede interpretar, sí se reconocen elementos de irracionalidad y de
angustia vital y existencial que permitirían identificarla prioritariamente con el
Existencialismo, si bien no se ciñe en todos los aspectos al género, dando pie al
debate interpretativo que hasta hoy mantiene. Hay que tener en cuenta que esta
multiplicidad de opiniones respecto a su obra se da, y es posible que justamente
por ello se de, a posteriori del propio autor, pues él nunca pudo ganarse la vida
como escritor ni tuvo un público lo suficientemente numeroso para hacer un estudio
de su obra que no fuese más allá de sus amigos, familiares y unos pocos
seguidores incondicionales. Entre estas interpretaciones con cierta coherencia se
encuentran la melancolía y angustia de Kafka en su condición de judío –habida
cuenta de las circunstancias históricas con las que podría sentirse identificado- y de
la sensación de soledad que como tal es susceptible de sentir, expresada a través
de un personaje alienado del mismo modo; la cercanía con movimientos de
izquierda, tales como el anarquismo o el comunismo, en su representación trágica,
alienada y frustrante del hombre frente a una implacable sociedad; incluso se
puede estudiar psicoanalíticamente a través de las relaciones en el interior de la
familia y su evolución. Esta polémica llega al punto de plantear las antagónicas
posturas sobre si es necesario contar con la implicación biográfica del autor en la
obra, choque comprensible teniendo en cuenta la posible exageración de símbolos
(si como tales se quieren interpretar) presentes en la obra, dando pie una vez más
a una desatada pluralidad de interpretaciones y opiniones.

La obra narra la transformación de Gregorio Samsa, un hombre de mediana edad


que trabaja como vendedor comercial en una empresa textil, con la que su padre
contrajo una deuda que Gregorio se ve obligado a resarcir, totalmente volcado en
su trabajo, con una existencia angustiosa y solitaria, que una mañana se despierta
transformado en coleóptero gigante tras una noche intranquila; a partir de ese
momento se verá cómo la evolución de su conciencia interna y de sus relaciones
con su familia multiplica la anterior agonía y alienación que culmina con la propia
muerte del personaje, dejando entrever en todo momento cómo afecta la posición
negativa del protagonista de una manera contradictoriamente positiva en el
desarrollo familiar, culmen del sentimiento de descarnada soledad e incomprensión
de Gregorio.

Como novela propiamente dicha, esta no es una obra rompedora ni con la forma ni
con el estilo, es en los significantes deducibles de su simbología contenida donde
reside su principal fuerza artística. Si observamos la novela desde una óptica más
general que englobe el resto de la obra kafkiana, sí que se presenta como aspecto
innovador la infinita angustia e incomprensión de sus personajes, a modo de
analogía, se puede observar cómo, mientras los personajes de Shakespeare gozan
de una sólida identidad y de una firmeza personal y moral plena los de Kafka son
seres incompletos, grises figurantes de un mundo que ya no es el suyo propio, y
adalid de dicha estirpe es el propio Gregorio Samsa. Diríase que toda la obra
kafkiana constituye un estudio sobre la identidad humana, sobre la personalidad
individual dentro de una sociedad impersonal, arañazos de ansia y melancolía hasta
el agotarse de la propia vida.
Volviendo a la contextualización de la obra, de nuevo parece coherente estudiarla
dentro del ámbito del existencialismo a nivel teórico; teniendo en cuenta el posible
ánimo del autor al escribirla, la Metamorfosis plantea las mismas preguntas: Se
inquiere acerca de la posición del individuo respecto al grupo, plantea la misma red
moral en la que se mezclan la ética personal y la colectiva, si bien la respuesta de
Kafka se desmarca dejando de lado la profundización en las libertades humanas y
centrándose en la realidad vital del propio individuo, es un planteamiento mucho
más próximo a la realidad –o, en su defecto, pesimista- que hace respirar en toda
la obra un lado oscuro de la moral no menos real que el que pueda esperarse en un
primer momento, obsérvese cómo la propia madre no puede relacionarse con él a
pesar de tener la voluntad de hacerlo simplemente por la repulsión que le produce
el nuevo aspecto de su propio hijo, tomando por descontado la aversión inicial y
permanente del padre a reconocer la nueva situación de su hijo reaccionando
incluso agresiva y violentamente contra él.

Esta deshumanización realista de los familiares respecto de Gregorio da mucha


solidez al argumento trágico de la novela, la dota de una importante credibilidad,
teniendo en cuenta, por supuesto, que se parte de una situación absurda de por sí
en tanto que un hombre pueda convertirse en un insecto de la noche a la mañana,
no es esa la clase de realismo que se busca, si no más bien una plasmación fiel de
las reacciones sociales, tanto en lo próximo y familiar como en lo distanciado y
empresarial, ante la total desdicha de un simple individuo.

Ha quedado aclarado que la gran relevancia de la obra se da a través de sus


personajes, estos son:

 Gregorio Samsa: Protagonista, hijo mayor de una familia de Praga de clase


media, alienado por su trabajo y abrumado por las responsabilidades
sociales que sin más remedio ha de asumir, representa el núcleo del drama
existencial al verse de la noche a la mañana incapacitado para mantener
una vida familiar, social y no digamos ya empresarial, no recibiendo
compasión o siquiera intento de comprensión alguno por el resto de los
personajes más que en un primer momento por su hermana menor Grete.
 Señor Samsa: Padre de Gregorio, vencido por los años, incapaz desde un
primer momento de asumir la nueva situación de Gregorio, plantea el
aspecto más positivo de la desdicha familiar, pues es debido a este incidente
como empezará a trabajr de nuevo, a recuperar su fuerza de antaño y a
volver a ser de nuevo competente y responsable de cara a la familia.
 Señora Samsa: Madre de Gregorio, es el centro del estudio moral kafkiano
en la obra, siente una gran compasión por su hijo y su desgracia, y sin
embargo es incapaz de ayudarlo siquiera al verse sobrepasadas por la
repugnancia que le produce su mero aspecto.
 Grete Samsa: Hermana pequeña de Gregorio, único personaje que muestra
una cercanía humana con Gregorio y la reconoce en él, se ve obligada a
crecer y madurar dejando de un lado sus sueños de música que como
dependiente hermana pequeña sin responsabilidades se había podido
permitir, desazón no mayor que lo positivo de su maduración y evolución
personal, dando a entender un próspero futuro en el final de la obra, cosa
imposible sin la anterior tragedia de su hermano.
 Intendente: Representa el mundo comercial que tiene subyugado al
protagonista, apareciendo en su casa por faltar a una sola de sus
obligaciones, invadiendo su intimidad sin ningún podar y no ya no
mostrando comprensión hacia Gregorio, sino directamente huyendo en
cuanto le ve aparecer.
 Huéspedes: Son personajes secundarios que sirven de palanca para
evidenciar la evolución positiva de la familia, si bien en un primer momento
significan una humillación y una degradación para ésta, permiten la
revelación del padre como alguien íntegro y capaz que no duda en echarles,
asumiendo plenamente las consecuencias, ante la agresividad de estos hacia
la complicada situación familiar en general y hacia Gregorio en particular.
 Criadas: Son la parte externa de la familia, la primera simplemente reniega
de la situación encerrándose en la cocina y, más tarde, renunciando al
trabajo; la segunda no siente comprensión alguna por el bicho, lo trata con
desdén y burla sin humanidad ninguna y es, significativamente, quien
encuentra primeramente el cuerpo sin vida de Gregorio.

El tiempo dentro de la obra no es un elemento simbólico en sí, si bien el espacio sí


lo es. La acción se desarrolla casi exclusivamente en la angustiosamente pequeña
habitación de Gregorio y el salón; el espacio sirve para retratar la discusión interna
del protagonista entre su actual forma y su anterior humanidad, mostrándose
reticente a retirar muebles y recuerdos que no son sino vestigios de lo que ya no
es, pues actualmente no desearía más que vaciar en su mayoría su habitación para
poder desenvolverse mucho mejor como lo que es, escalando las paredes y el techo
con total libertad.

La gran controversia de la obra, su grandeza principal y también su posible fallo, es


la amalgama de alegorías y símbolos indiferenciables a lo largo del todo el
desarrollo de la obra; es evidente que se vale de esta confusión, o mejor dicho
ambigüedad, como recurso literario en calidad de elemento artístico, sin embargo
también hace de su lectura y aún más de su interpretación una tarea
intencionadamente subjetiva, o al menos de una dificultad altísima en su completo
y claro despliegue de términos referenciales, el cuadro que defiende de serle
arrebatado, lo corto que le parece el pasillo al salir de su habitación y lo largo que
le parece al volver, el hospital que ve desde su ventana y que, sin embargo, no
puede curarle, las manzanas como una de las posibles causas de su muerte o el
baúl que no sabe si quiere mantener o perder.

Es una obra que golpea al lector, de eso no hay duda, no me ha dejado indiferente
ni creo que a nadie que la haya leído atentamente, si bien a nivel personal soy de la
opinión de que los símbolos a los que recurre no son alegorías preconcebidas sino
simples elementos con los que pretende expresar la atmósfera de la obra, soy de la
opinión de que el calado referencial de la obra es mucho menos profundo de lo que
puede parecer, si bien no por ello de menor calidad literaria. Considera el elemento
más magistral de la obra la dicotomía negativo-positiva que experimenta la familia,
con un futuro mucho más esperanzador a raíz de la trágica muerte de Gregorio al
asumir cada uno las responsabilidades que les harán lo suficientemente fuertes
como para luchar por su propio futuro, cambio inasumible –y en cierto sentido
innecesario- con el sacrificio de Gregorio por el resto de su familia.

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