Está en la página 1de 2

CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS

Alma en pena 8

-¿Q uién se llama Baudilio Bautista?


El paisano que hizo esta pregunta apareció sin que le viésemos llegar.
Vestía luto riguroso, por lo cual era de suponerle seminarista o viudo, muerto
o recién llegado de provincia, aunque, a decir verdad, nadie hubiera atinado el
acertijo a primera vista. Más no puede negarse que su semblante enigmático
nos pareció raro al extremo de sobrecogernos tremebunda la duda de que fuera
un alma en pena. Amarillento, barbilampiño, de nariz afilada y brillantes ojos,
daba idea de cargar consigo alguna terrible preocupación funeral.
-¿Ninguno de ustedes es Baudilio?-esgrimió esta vez resuelto a obtener
nuestra contestación.
-Nadie. Ninguno. No hay quien se llama así…-respondimos.
-Pues señores-aclaró sentencioso el desconocido-, para que lo sepan, yo
soy quien lleva ese nombre: soy Baudilio Bautista para servirlos… He llegado
de ahí por Zacapa. Discúlpenme, pregunto por mí para saber si me conocen
aquí…
Nos miramos ciertamente extrañados. Y, por lo mismo, seguro de la
chifladura del señor Baudilio, alguien le hizo este injusto reproche:
-¿Qué se trae con ese juego? ¿Pregunta por usted mismo tan
tranquilamente…?
-Pues… verán: tengo un hermano gemelo, mejor dicho, tenía… No hace
mucho que el estiró la pata. Mi hermano se llamaba Reginaldo Bautista… ¡Un
momento! ¡Ni hagan ojo pache! Juro que éramos iguales…
-Resulta-continuó-, que por cuestión de faldas acabo de tener
dificultades. Me enamoré de una doña llamada Susana Domínguez, mujer de
un tal Teodoro Teos, viejo camionero y dueño de trapiche en Estanzuela…
¡Claro que en los pueblos luego se saben las cosas! ¿Quién le diría a Teodoro

8
José María López Baldizón nació en Rabinal, Baja Verapaz, en 1929 y murió en 1975. Obras: “Sudor y
protesta”. Cuentos (1953); “La vida rota”. Cuentos (1960); “La sangre del maíz”. Novela (1966).

25
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS

que su mujer era mi mujer? Es lo que no sé. Pero, matrero como él solo,
Teodoro Teos me aguardó a la salida de Choyoyó, junto al Motagua, camino a
Chimecate, donde existe un improvisado funicular de canastilla… Y una
noche me salió de las sombras un corvo traicionero que se sembró aquí, en mi
pecho. Se vengó el maldito, más ¿a quién daría muerte? ¿Será que vengó mi
acción dándole muerte a Reginaldo, mi hermano gemelo, o, de veras, en vez
de matar a Reginaldo, me mató a mí? Es lo que no sé. Por eso pregunto mi
nombre. ¡Ah! ¡Maldita mi desgracia! ¡No sabré quién fue el muerto hasta no
dar con un conocido!
Diciendo esto, se disculpó, y, quitándose el sombrero de fieltro para
saludarnos, el espectro de Baudilio Bautista se fue desvaneciendo poco a
poco.

26

También podría gustarte