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Nueva nanoestructura antibacteriana basada en las alas de libélula

La nanomorfologia de las alas de libélula ha servido de inspiración para crear la nanoestructura


antibacteriana de silicio negro

Un estudio internacional, en el que ha participado el Dr. Vladimir Baulin de la Universidad Rovira i


Virgili (URV), abre la puerta a todo un nuevo abanico de materiales antibacterianos basados en la
estructura de las alas de insectos y que pueden tener aplicación en la industria y la biomedicina.

Previamente a este estudio el equipo de investigadores, liderado por la Swinburne University of


Technology (Australia), generó un nuevo tipo de material capaz de imitar el efecto antibacteriano
de las alas de grillo. Vieron entonces que la nanoarquitectura de la superficie de las alas de insecto
tiene efectos bactericidas.

En este estudio, los científicos han evaluado y comparado el potencial bactericida de las alas de
una libélula (Diplacodes bipunctata) con el silicio negro sintético, una nanoestructura creada a
partir de una técnica de grabado con iones reactivos sobre una hoja de silicio tratada con un
compuesto de azufre, proceso rápido y sencillo que se puede reproducir a gran escala.

El grupo de investigación del investigador ICREA Vladimir Baulin, de la Escuela Técnica Superior de
Ingeniería Química de la URV, realizó la modelización del proceso de rotura de las membranas
celulares bacterianas causado por las estructuras nanométricas que se encuentran en las alas de
libélula, estructuras simuladas en el silicio negro.

El resultado de la investigación, publicada en la revista Nature Communications, muestra que, a


pesar de la diferencia en la química de su superficie, tanto las alas de libélula como el silicio negro
son letales para ciertas especies de bacterias como Pseudomonas aeruginosa o Staphylococos
aureus, e incluso para las esporas de la bacteria Bacillus subtilis, muy resistentes a la mayoría de
métodos de esterilización. Además, se descubrió que la estructura del silicio negro es aún más
eficiente que el propio diseño de la naturaleza, ya que el silicio negro es casi el doble de eficaz que
las alas de libélula a la hora de matar las células de Pseudomonas aeruginosa.

Esta investigación abre todo un mundo de posibilidades para producir una nueva generación de
materiales antibacterianos.

Las superficies nano-texturadas (SNT) son de importancia crítica para la supervivencia de algunos
organismos y, últimamente, se han convertido en un campo muy activo de investigación en la
microbiología y la ciencia de materiales.

Hay tres técnicas principales para desarrollar superficies antibacterianas. Una previene la
formación de biopelícula (o biofilm) usando una infusión de sustancias muy resbalosas. Otra baña
la superficie con una cubierta de nanopartículas de plata, resistentes a los estafilococos. La tercera
hace uso de un nuevo material, el silicio negro, cuyos nanopilares rasgan las paredes celulares a la
manera de una cama de clavos. Un estudio publicado la semana pasada en ACS ha descrito en
detalle este último método de SNT en la naturaleza, en particular en la nanotopografía de las alas
de las libélulas.

Nuevos avances en microscopía han hecho posible estudiar el mecanismo exacto y la interacción
natural de la SNT con individuos de una cepa de E. choli. A diferencia de lo que se pensaba, la
muerte de la bacteria no sucede a causa de un contacto directo entre los nanopilares y la pared
celular. El daño a la pared celular ocurre por una combinación de la adherencia de polímeros
secretados por las bacterias (EPS) para establecer la biopelícula a los nanopilares con la fuerza que
aplica la bacteria inmovilizada para moverse. En otras palabras, cuando la bacteria comienza a
preparar una nueva colonia, queda pegada a la trampa; es su propio afán de escapar lo que la
destroza. La pared celular se fractura y se provoca un derrame fatal del contenido celular.

Una variedad de superficies de antibióticos se pueden encontrar en el mundo natural, inspirando a


los científicos a desarrollar versiones hechas por el hombre de ellos. Un ejemplo reciente de esta
tendencia se puede encontrar en la investigación de científicos australianos y españoles que han
desarrollado un nanomaterial a partir de silicio negro con pequeñas puntas en su superficie.

La geometría de la superficie del material es similar a la de las alas de una libélula australiana
conocida como la «perca errante», cuyas alas tienen pequeñas espigas que inhiben el crecimiento
bacteriano.

En el laboratorio, los científicos confirmaron que el material de silicio negro demostró ser efectivo
contra una serie de bacterias Gram-negativas y Gram-positivas, así como contra endosporas.

Los investigadores informan que el descubrimiento es la primera «actividad bactericida física


de[silicio negro] o, de hecho, para cualquier superficie hidrófila».

TECNOLOGÍAS Fabricada con una técnica de grabado con iones reactivos sobre una lámina de
silicio

Nanoestructuras antibacterianas imitan las alas de las libélulas

La sofisticada nanomorfología de las alas de las libélulas y su homólogo sintético, el sílicio negro. |
IVANOVA ET ALT.

SincMadrid

Actualizado: 27/11/2013 14:24 horas

El equipo de investigadores liderados por Elena P. Ivanova desde la Swinburne University of


Technology de Hawtorn (Australia) ha evaluado el potencial bactericida de las alas de una libélula
(Diplacodes bipunctata) y de una nanoestructura de silicio negro. Está fabricada utilizando una
técnica de grabado con iones reactivos sobre una lámina de silicio con un compuesto de azufre, un
proceso simple, rápido y compatible con la producción a gran escala.
Los resultados de la investigación, que publica 'Nature Communications', demuestran que tanto
las alas de libélula como las superficies de silicio negro son letales para los tipos celulares de las
bacterias estudiadas, a pesar de sus diferencias en la química de la superficie y capacidad de
humectación.

Alas de líbelula y silicio negro

Las alas del insecto y las superficies de silicio negro acaban con las bacterias Pseudomonas
aeruginosa y Staphylococcus aureus así como con las células bacterianas del Bacillus subtilis. Las
dos superficies han sido también eficaces contra las esporas de la bacteria Bacillus subtilis, que son
altamente resistentes a la mayoría de las formas de esterilización.

La eficiencia bactericida de las dos superficies ha sido muy similar en la mayoría de los casos. Cada
centímetro cuadrado de las alas o el silicio pueden matar más de 100.000 células por minuto. En
cambio, el silicio negro es casi dos veces más eficaz que las alas de libélula eliminando a las células
de Pseudomonas aeruginosa.

Las alas de los insectos 'enseñan' cómo crear biomateriales antibacterianos con aplicaciones
industriales y biomédicas

El equipo de Ivanova ya había conseguido generar una nueva clase de materiales capaces de imitar
los efectos antibacterianos de las alas de la cigarra. Detectó que el efecto bactericida era una
función de la nanoarquitectura de las alas. Superficies como las alas de los insectos representan
una gran oportunidad para el desarrollo de biomateriales antibacterianos con aplicaciones
industriales y biomédicas

En el estudio actual el investigador ICREA de la Universidad Rovira i Virgili (URV), Vladimir Baulin,
también es uno de los firmantes del artículo. El grupo del doctor Baulin, en la Escuela Técnica
Superior de Ingeniería Química de la URV, ha realizado la modelización del proceso de ruptura de
las membranas provocado por las estructuras nanométricas encontradas en las alas de la libélula y
reproducidas en el material fabricado, el silicio negro.

El mecanismo antibacteriano que se ha descubierto es diferente al que ejercen las alas de cigarras
ya que las estructuras de las libélulas -como las del silicio negro- son muy finas y agudas y pueden
apuñalar bacterias de diferente tipo (Gram positivas y Gram negativas). Por tanto, las alas de
cigarra no son tan eficientes como el silicio negro. El nuevo material supera en eficacia el diseño
de la naturaleza y puede matar las bacterias y además las esporas bacterianas.

Los resultados muestran que las alas de esta especie son superficies bactericidas muy eficaces, y
que a través de una técnica de grabado iónico simple se pueden producir nanomateriales
antibacterianos de silicio negro basados en estructuras de ala de libélula.

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