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análisis hermenéutico
M Marianela Bustillos Flores Ph.D
Sin embargo traer esa diatriba al terreno de la palabra “Gerencia” es sin más,
descabellado, ya que esta expresión castellana no es un anglicismo ni una derivación, ni
nada que se parezca a “Management”, cuya traducción correcta a nuestro idioma sería
“Administración”, en cuanto a que es en esta ciencia donde se produce el conocimiento
que sustenta el “Management”. En tal sentido, hago valer que el trabajo de Frederick
Taylor intitulado en el original como “The Principles of Scientific Management” se haya
traducido al español como “Principios de la Administración Científica”, bajo la idea de que
siendo el término homólogo inglés “Administration”, este cobijara dentro del conocimiento
que abarca, tanto la “Public Administration” como el “Business Administration”, no
pudiendo ser “Management” otra cosa que un sinónimo de este último.
Fue a partir de 1705 cuando los británicos pasaron a darle una nueva acepción para
indicar al que “maneja una casa de negocios”. Posteriormente en el siglo XX lo
extendieron a los representantes de deportistas, artistas y celebridades.
Muy distinto es el origen del término “Gerencia” que viene del latín Gerentia, con la cual
se designa “la cualidad de los que administran”, teniendo como componentes léxicos el
verbo latino Gerere (llevar a cabo) más el sufijo –encia. Su correlato lo encontramos en el
Derecho Romano como Gerere Pro: que significa “Administrar por otro”. Era el derecho
que daba el Pater Familia a un familiar o tercero para que se encargara de sus
asuntos. Gerere también tenía el significado de “llevar algo, conducirlo, ver por él”.
De hecho la palabra “Manager” existe en el español, al cual llegó en el siglo XVI, en el que
la primera constancia escrita es del año 1580, teniendo como significado: “persona que
maneja o doma los caballos”, pasando en el siglo XVIII a ser sinónimo de “representante”.
“Gerencia” es un término mucho más amplio y antiguo que incluye todas las formas de
“ver y llevar” algo a buenos resultados, sin restricciones en el retorno monetario. No
porque se llame al águila, gallina en otro idioma, se le quita el carácter de águila. Las
palabras existen por algo, en el idioma Castellano por ejemplo, las palabras “industria”,
“empresa” y “propaganda” son mucho más antiguas que la Revolución Industrial.