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Génesis de las condecoraciones en la

Policía Nacional
“Entre más conozcamos la historia de la Policía Nacional
el amor y compromiso por ella cada día será mas grande”
Génesis de las condecoraciones en la Policía Nacional
Una condecoración es una insignia o medalla que se concede como
honor y distinción. Suele consistir en una pieza metálica con forma
determinada, en la que se graban imágenes o inscripciones, y que
suele ir prendida del pecho o colgada del cuello.

Las medallas por méritos adquiridos ante la patria existen ya desde


tiempos remotos y fueron conocidas por los egipcios, griegos y
romanos. Consistían en collares, cintos, medallones, etc. que se
llevaban ostensiblemente sobre la vestimenta. En los pueblos
cristianos han tenido más comúnmente la forma de cruz
ornamental, dorada y esmaltada con figuras e inscripciones alusivas
que se lleva pendiente de algún lazo, collar o cordón precioso.
Análogas a ellas, son las medallas distintivas de academias,
congresos y demás corporaciones oficiales, muy usadas en la época
moderna y adornadas con los emblemas propios de la corporación o
dignidad a que corresponden.
Condecoración o Medallas

Aunque tanto en la forma como en el material existen múltiples excepciones, las medallas tienden a ser discos
metálicos, similares en apariencia a las monedas, aunque usualmente de mayor diámetro y relieve pronunciado.

Esta voz tiene su origen en la latina Metallum y así llamamos a aquellas piezas antiguas, que según la más corriente
opinión eran la moneda, de que se usaba en sus respectivos tiempos. Ello es cierto a excepción de aquéllas que en Italia
y en otras partes se llaman Medallones, las cuales verisímilmente no eran moneda, sino de aquéllas arrojadizas que se
suelen ver y esparcir al pueblo en las aclamaciones de los Reyes o son fabricadas con ocasión de algún gran suceso y se
reparten como dones.

Las medallas son emitidas con diversos fines y así existen:


Las emitidas con propósitos puramente artísticos (afines usualmente a las plaquetas).
Las conmemorativas o de recuerdo.
Las que otorga una organización por servicios distinguidos en un campo específico (como el premio Nobel).
Las que se otorgan como premio en un evento o competición (como las medallas olímpicas).
Las que otorga un gobierno por servicios al país, que se ostentan prendidas al pecho o colgadas al cuello; estrictamente
hablando esto se refiere sólo a medallas de apariencia similar a una moneda, pero informalmente se extiende también a
la condecoración militar.
Las de culto religioso, usualmente con un aro que permite colgarlas.

El estudio de las medallas, su autenticidad, origen, clasificación, etc., constituye el objeto de la medallística, una rama de
la numismática. En el Renacimiento se llamaban "medallas" a todas aquellas monedas de la Antigüedad que ya no
estaban en circulación y por tanto no tenían valor de cambio. Aunque la forma es generalmente redonda, con todo no
faltan medallas ovales, poligonales, cuadradas, etc. La materia de que se componen es el oro, la plata, el plomo, el estaño,
el platino, el níquel y el cobre pero también las hay de cristal y de barro cocido. En casos raros y especialmente durante
el asedio a una plaza, se fabricaban monedas de cuero, papel o hierro (obsidionales).
Época antigua

En la primera de dichas épocas, la medalla tiene carácter oficial y sólo se produce en las oficinas imperiales, sin reproducir
más efigies que las de los emperadores o individuos de su familia, siendo su procedimiento el de la acuñación como en las
monedas.

Hay medallas de oro, plata , metal corintio, cobre, bronce y plomo, de cobre cubiertas con hoja de plata y de cobre plateado. El
gran bronce no pasa de los Póstumos; el mediano dura hasta la decadencia del Imperio y continúa con interrupciones hasta
los Paleólogos. El mínimo es muy raro desde Julio César hasta los Postumos.
Las consulares de cobre tuvieron principio en Roma en el año 484 de su fundación
Las de plata en el 546.
El P. Joubert numera entre las consulares de 50 a 60 en oro, 250 en cobre y 1.000 en plata. De medallas Imperiales en oro se
cuentan hasta 1.200, en plata 3.000, y en bronce de б а 7.000. No obstante Morell prometió una serie universal de medallas
en número de 25.000.

Las latinas y griegas son las más comunes


Las hebreas no exceden del tiempo de los Macabeos
Las púnicas se encuentran en España
Las árabes son poco curiosas y mal fabricadas
Las góticas tienen el mismo defecto.
Medallas Hebreas Medallas Romanas

Medallas Púnicas

Medallas Griegas

Medallas Árabes
Imperio Romano
Los phalerae

"Phalerae", era una de las muchas condecoraciones que crearon los


romanos, y que consistían en pequeños escudos repujados en oro,
plata o bronce, que se llevaban sobre la coraza o cota de malla, sujetos
con correas, o en los arreos del caballo. Y que en la medida en que se
desarrolló la economía de guerra en Roma, fueron concedidas por
determinados méritos u acciones a Unidades completas de manera
colectiva, y que para mostrarlos los colgaban de sus "Vexillae“
(Estandartes).
Los Estandartes y Signos de Roma

La primera de estas imágenes, de izquierda a derecha, corresponde a la insignia más importante para roma, esta es el
"Aquila", signo de la deidad protectora de roma. Esta insignia era la que representaba a cada legión, su protección estaba
a cargo de la Primera Cohorte. La Aquila era el objeto de culto dentro de la legión. En un principio el Aquila no era el
único símbolo, también estaba el lobo, el minotauro, el caballo y el jabalí, pero a instancias de Cayo Mario, este abolió los
otros 4 signos, dejando como único representante de roma al águila o aquila. En la época de Cayo Mario las aquilas
estaban hechas de plata, pero a instancias de Augusto se empezaron a fabricar de oro.

Parte anterior y posterior de los Phalerae


Además del aquila, el ejército contaba con otras insignias, la que vemos al lado derecho del estandarte del águila es la insignia
del Vexillum, esa insignia le correspondía a las tropas que se encontraban en lugares lejanos luchando, por lo general más
allá de los límites imperiales, además las unidades que se apartaban de la legión, por ordenes del legato o tribuno, ya sea para
explorar, negociar o hacer algún otro servicio mediante la campaña, también portaban la Vexillum. Este estandarte era un
largo bastón con una bandera que tenía un águila en el centro de esta. Hacia la época de Augusto se empezó a usar tan solo
de color rojo, esto fue por primera vez con las legiones que ocuparon Cirenaica y Egipto al mando de Octavio en la guerra
civil.

La última insignia corresponde a la Signum, estandarte que pertenecía a las centurias, por esto es que era la insignia más
usada en las legiones, dentro de cada una por lo menos debían de haber más de 40 Signum. Este estandarte estaba constituido
por el águila y la insignia de la corona romana en la punta, bajo esta la inscripción de SPQR, solo durante la republica, luego
fue remplazada por el nombre del soberano. En la inscripción también se encontraba escrito que numero de cohorte eran. Por
último las insignias en forma de círculo, significaban el número de centuria que correspondía a la cohorte correspondiente.

La Signum

Busto de Cayo Mario


La pérdida de cualquier estandarte era considerada la deshonra para roma y en especial para el legato, dentro de
la sociedad romana se celebraba la recuperación de las insignias romanas y se consideraba una desgracia la
desaparición de alguna. Como ejemplo esto, puedo nombrar a generales importantes que arriesgaron su vida por
alguna insignia, en este caso el águila. Como ejemplo tomare a Julio Cesar, quién en sus relatos de la conquista de
las Galias señala que cuando se encontraban en el canal de la mancha, un Aquilifer, guardián del águila, perdió la
insignia, dejándola caer en las aguas del canal, rápidamente Cesar se percato y según relata, el Aquilifer se lanzo a
las turbulentas aguas a recuperar la insignia. Por lo cual él mismo se encargo de premiarlo y condecorarlo, tanto
como si este le hubiese salvado la vida en aquel instante. Además hay que recordar que dentro de la historia
romana este hecho marcaba un hito social, de este modo es como muchos historiadores antiguos y escritores
señalas estos continuos hechos, como por ejemplo: Mientras César luchaba en las Galias, su amigo Craso fue
derrotado por los partos en Carras, al norte de Siria, el 53 a.C. Todo su ejército de siete legiones fue muerto o
prisionero y las siete águilas capturadas. El sucesor de César, Augusto, consiguió tras años de negociaciones que
las águilas fueran devueltas y toda Roma lo celebró como una gran victoria. Pero años más tarde, el ejército de
Quintilio Varo fue majaderamente derrotado por los germanos en Teutoburgo y las tres águilas capturadas.
Augusto pasó días y noches gritando desesperado "¡Quintilio Varo! ¿Dónde están mis águilas?". Las 3 águilas
fueron recuperadas años después por el emperador Claudio.
Los Egipcios
Los antiguos Egipcios fueron muy aficionados a adornarse, tanto mujeres como hombres, y desde los más humildes hasta el faraón
llevaban algún tipo de joya. A pesar de ello, la cantidad de piezas que ha llegado hasta nosotros es realmente mínima, en
comparación con la que, seguramente, se produjo, lo que presenta cierta dificultad a la hora de estudiarla.
Normalmente las joyas son consideradas como un mero adorno, pero en el Antiguo Egipto, como en la mayoría de las
civilizaciones antiguas tenían, además, un significado determinado: en la mayoría de las tumbas, tanto de personajes relacionados
con la corte, como de miembros de la familia real, encontramos las paredes adornadas por pinturas y relieves con
representaciones, bien de la vida cotidiana, religiosa o descripciones de la vida misma del difunto. A pesar de que muchas se
encuentran en muy mal estado, otras nos reflejan, con amplitud de detalles, gran cantidad de información sobre la joyería
utilizada por los diferentes personajes en distintas épocas de la Historia.

Los usos de la joyería fueron:

Como amuleto y protección: las primeras piezas de joyería son pequeñas piedras utilizadas como colgantes, de ahí derivarán los
amuletos más conocidos, que se utilizarán solos o formando joyas complejas.
Para indicar rango ú oficio: Como en todas partes y épocas, las joyas sirvieron para indicar status y riqueza, así como el poder y
prestigio del propietario.
Como premio militar ó civil: Una de las mayores ocupaciones de los joyeros era la de realizar condecoraciones para los oficiales
premiados. La “Orden del Collar de Oro” quizás fue el más antigua de estos honores. El collar shebyu, formado por unos discos de
oro macizo enfilados muy estrechamente, surge como parte de un premio honorífico por el valor militar.
Para adornar templos y palacios: Sabemos que muchos elementos arquitectónicos de los palacios y templos eran adornados o
recubiertos con metales preciosos.
Para depositar en la tumba: Los Egipcios depositaban en sus ajuares funerarios todo lo que creían iban a necesitar en la vida del
Más Allá, por lo tanto en las excavaciones de las tumbas se han podido encontrar gran cantidad y variedad de piezas.
Por motivos puramente funcionales: Grandes sellos cilíndricos de oro ó de piedras duras, con el nombre del Rey, eran confiados a
aquellos oficiales que actuaban en nombre del Rey en actos oficiales Durante los Imperios Antiguo y Medio.
Por motivos rituales: Los collares menhat y contrapesos que eran utilizados por las grandes damas ó sacerdotisas como símbolos de
su devoción al culto de la Diosa Hathor ó sus encarnaciones.
El collar shebyu
Pueblos Cristianos
En los pueblos cristianos han tenido más comúnmente la forma de cruz ornamental, dorada y esmaltada con figuras
e inscripciones alusivas que se lleva pendiente de algún lazo, collar o cordón precioso

Medallas Cristinas
Medallas de la época de la
Independencia Hispanoamericana
Independencia hispanoamericana

Dando un salto de gigante en el tiempo se encontraran en este documento con un estudio iconográfico de la
independencia hispanoamericana, a partir de las condecoraciones presentes en los retratos de sus protagonistas.

Para este objetivo, se parte de que la noción de héroe se aplica tanto al ejército realista como al republicano. Con esta
perspectiva, se pretende indagar de forma amplia el uso dela condecoración como dispositivo simbólico para
designar la heroicidad.

Simón Bolívar, gran caudillo de la independencia hispanoamericana


Órdenes, condecoraciones y medallas

Los términos orden, condecoración y medalla habitualmente son considerados sinónimos aunque en una
investigación realizada por Thomas Baumert y Francisco J. Roldán centrada en el análisis económico del sistema
premial español, estos autores recordaron que en sentido estricto no lo son. En algunos países como España, esta
confusión en la terminología se ha llegado a extender al ámbito institucional. Las órdenes, según los investigadores
mencionados, están determinadas por tener su origen en las órdenes militares o ecuestres, creadas como sociedades
de caballeros en el contexto de las Cruzadas. Este origen explica que las órdenes, a diferencia de las restantes
distinciones, se constituyen como órganos corporativos o colegiados. De esta forma, en sentido estricto, las
condecoraciones serían elementos o símbolos de distinción entregados a personas o entidades en señal de
reconocimiento pero, a diferencia de lo que sucede con las órdenes, después de recibirlas sus titulares no se
integrarían en ninguna entidad corporativa. Las órdenes, también debido a su origen, suelen contar con una
estructura jerárquica, organizándose en varias modalidades o categorías, generalmente denominadas "grados". Los
grados más frecuentes suelen ser, en orden creciente de importancia: Medalla, cruz sencilla o de caballero, cruz de
oficial, encomienda o insignia de comendador o de comandante, gran cruz y collar. Una excepción notable es la
Orden del Toisón de Oro, que se encuentra entre el reducido número de las órdenes de caballería más antiguas y
prestigiosas del mundo, y es una orden con una única categoría que es la de caballero de collar. Las medallas son
distinciones individuales que tienen como finalidad premiar actos meritorios o de valentía, conmemorar
acontecimientos determinados o distinguir servicios valiosos o conductas ejemplares. Estas últimas (y también
algunas condecoraciones) pueden tener varias clases, habitualmente identificadas con el oro, la plata y el bronce.
Estas clases suponen una clasificación de los actos, conductas o servicios recompensados pero no establecen una
jerarquía entre sus poseedores
Entre los dispositivos simbólicos empleados durante la Guerra de Independencia Americana, las medallas jugaron un papel
fundamental por estar destinadas a destacar y estimular la participación en la contienda. Al terminar la guerra, las medallas
sobrevivieron en los retratos de los héroes de la leyenda patria, de los que fueron excluidos los militares de bajo rango, a pesar
de que también fueron condecorados. La posición de subalternidad de la tropa se inscribió en tres instancias: la primera
resultaba de su lugar en la jerarquía militar; la segunda, se expresó en la condecoración por que, a diferencia de los altos
oficiales, el héroe de la tropa recibía un diploma pero no la medalla; finalmente, la tercera instancia se relacionaba con la
formación del Panteón Nacional, a partir de la iniciativas gubernamentales y privadas de “inmortalizar” al héroe en retratos
que sólo se centraron en la oficialidad. Esta situación es válida para el bando realista como para el independentista, como lo
muestra el triunfo de Rancagua (1 y 2 de octubre de 1814), en el que las tropas realistas vencieron al ejército patriota chileno,
dirigido por Bernardo O’Higgins y José Miguel Carrera. Entonces el virrey Marqués de la Concordia ordenó la acuñación de
medallas para los vencedores (Lima, Junio 10 de 1814):

“...para distribuirlas entre los individuos del Ejército de Chile que más se han distinguido en las acciones de guerra [...] 400
deben ser de plata, empleando para ellas hasta donde alcance las monedas del Sol que remito acuñadas en Potosí por el
Gobierno Insurgente de Buenos Aires y 80 de oro con destino a los oficiales.”

Pero al final del documento dice que “No se verificó la construcción de estas medallas”, por la escasez de recursos que llevaba a
priorizar el “pago y ajuste” delos sueldos atrasados de los soldados, por encima de la condecoración.
Bernardo O’Higgins
José Miguel Carrera
Presidente de la Junta Provisional de Gobierno
1814: En la Batalla de Rancagua, las tropas realistas, comandas por Mariano Osorio,
vencieron a las fuerzas del general Bernardo de O'Higgins, que debieron retirarse
tras una heroica resistencia. Concluía así el período llamado Patria Vieja. En la
imagen, se pasa revista a las tropas de Rancagua.
Batalla de Rancagua (Chile)

Carga de O'Higgins en la Batalla de Rancagua, óleo de Pedro Subercaseaux.

Últimos momentos de la batalla.

Se conoce como Batalla o Desastre de Rancagua al último de los enfrentamientos de la llamada Patria Vieja, ocurrido los
días 1 y 2 de octubre de 1814 en la ciudad de Rancagua, Chile.
La caída de Rancagua marca el fracaso de los primeros proyectos por la Independencia de Chile. El General Bernardo
O'Higgins, bajo el mando de José Miguel Carrera, en ese entonces Presidente de la Junta Provisional de Gobierno, fue
sitiado en la plaza de la ciudad por las tropas realistas al mando del Brigadier Mariano Osorio, logrando resistir durante
dos días, hasta que con los pocos hombres de su división que sobrevivieron, pudo romper el cerco y huir. Durante el
fragor de la batalla, Bernardo O'Higgins dijo nuevamente la frase que había acuñado meses antes en la batalla de El Roble:
O vivir con honor o morir con gloria, a las tropas.
Brigadier Mariano Osorio
Esto sucedió también en los decretos de honores de las campañas de San Martín y Bolívar; San Martín, en la medalla “Yo fui
del ejército libertador” estableció tal disposición para el Ejército Unido y la Escuadra de Chile, lo cual hizo Bolívar años
después: “El Ejército vencedor en Ayacucho será inmediatamente ajustado pagado; teniendo estos gastos la preferencia
sobre todos los del Estado” para lo cual se planeó contraer un nuevo empréstito. Aún así los sueldos adeudados a los
veteranos no se pagaron, aunque el gobierno colombiano emitió vales como garantía de la deuda. En la creación de las
leyendas patrias, americanas y españolas, se incorporaron los retratos de militares condecorados que pasaron luego a
formar los panteones nacionales, en un discurso militarista visto desde la oficialidad. Así se perdió la imagen de la tropa sin
medallas, retratos, ni sueldo. En su momento, las medallas y las órdenes, más que un reconocimiento al mérito fueron
armas en una batalla simbólica librada en los dominios españoles en América. Por ello se propone que la condecoración
implica un proceso de reconocimiento pre-nacional, a partir de dos vías postuladas por Ernest Gellner: la culturalista, que
parte de la existencia sistema común “de ideas y signos, asociaciones y pautas de conducta y comunicación”, y la
voluntarista, que implica un reconocimiento mutuo.

San Martín y Simón Bolívar


I. Orden y condecoración

La orden y la condecoración suelen confundirse, por sinécdoque, con


la medalla que reduce ambas categorías al objeto concreto de metal.
Pero condecoración y orden implican temporalidades y vías
diferentes, a pesar de ser distinciones honoríficas. Con la Orden no se
busca sólo la exaltación de méritos personales, sino también la
selección de individuos por vía culturalista, distinguidos con una
condecoración que los señala permanentemente. En cambio la
condecoración, sinónimo de medalla, es un reconocimiento
voluntarista a una acción determinada, señalada con el nombre de un
hecho, su fecha de ocurrencia y el nombre de su poseedor. Mientras
que la medalla consagra un instante de gloria de un individuo,
ocurrido en el pasado, la orden denota una temporalidad más larga,
pues sus miembros pasan a formar parte de un grupo selecto, una
élite, que se encarga de escoger a sus pares. Por ende la
condecoración señala un sentido múltiple: una significación factual –
por el hecho conmemorado-una temporalidad y una pertenencia. Por
ello es el atributo que identifica al héroe con una acción, pasada (una
batalla) o proyectada al futuro y una "patria”. Véase por ejemplo a
José María Córdova, oficial joven y valiente, que en su celo por la
defensa de la libertad se enfrentó a Bolívar por su propuesta de
presidencia vitalicia en la constitución Boliviana. En sus retratos, las
condecoraciones remiten a la campaña del sur, el proyecto
independentista y un recorrido que partió de la actual Colombia,
hasta el sur del Perú. En la leyenda patriótica su iconografía lo Retrato de José María Córdova
muestra joven y “heroico”, en virtud de sus múltiples medallas, a veces
indefinidas.
La dimensión espacial de la medalla y la orden, derivada de la indicación geográfica, establece una idea de recorrido. Por
ejemplo, un miembro de la orden de los Libertadores de Venezuela debió formar parte del ámbito militar o político de
Colombia, Ecuador y Venezuela, así como el oficial neogranadino que tiene las medallas de Pichincha y Ayacucho, hace
gala de que recorrió casi la mitad de Suramérica, desde su extremo norte. Este recorrido simbólico de los libertadores, se
puede poner en paralelo con el de los exploradores de las misiones científicas de la corona, que reafirmaron el poder de la
corona en el reconocimiento de un territorio. En ambos casos es fundamental el “haber estado” físicamente.

Medalla Orden de los Libertadores de Venezuela

Instituida directamente por Simón Bolívar en Caracas el 22 de


Octubre 1813, fue la primera Condecoración de Venezuela. La orden
militar de los Libertadores sirvió para recompensar las acciones
heroicas y para rendir tributo a los libertadores

Su venera es una Estrella de 7 rayos, símbolo de las 7 provincias que


componían Venezuela, en la Orla se ubica la inscripción LIBERTADOR
DE VENEZUELA, y en el reverso el Nombre del agraciado, quien
ostentara a su vez el titulo de Benemérito
Medalla de los libertadores de Quito, condecoración de pichincha
Instaurada por una Asamblea de personas
notables, reunidas en Quito en mayo de 1822, en
ocasión de la victoria alcanzadas en Pichincha,
debía llevar las inscripciones "Libertador de Quito"
y "Vencedor en Pichincha". Asimismo esta
condecoración era otorgada a las fuerzas que bajo
las órdenes de Bolívar habían combatido en Pasto.
La medalla se compone de un sol naciente sobre
las montañas del Ecuador, uniendo sus rayos por
una corona de laureles, realizada en esmeraldas.
Según la jerarquía, para los generales la medalla
debía venir junto a piedras preciosas; para los
oficiales de oro, y para la tropa de plata.

Medalla de Ayacucho
La comprende un escudo de la ciudad de Sucre, con su respectiva
inscripción y una corona de laureles de diamantes que lo rodea. Esta
condecoración fue decretada por Bolívar en Lima, en diciembre de
1824, para que todos los integrantes del "Ejercito Unido Libertador del
Perú" llevaran en el pecho. Perteneció a Antonio Guzmán Blanco,
quien posteriormente la donó al Museo Nacional.
Aunque medallas y órdenes se prestan al recuento événementiel del período, también pueden dar cuenta de otros asuntos,
como las divisiones sociales: En América los generales ostentaban condecoraciones de oro con brillantes, los oficiales de oro y
la tropa de plata; en España, oro los generales, plata los oficiales y parches de paño o cintas los soldados. En ambos casos es
evidente la diferenciación social, reforzada en lo material, sumado a la imposibilidad de que indígenas, negros o mestizos
recibieran el mismo honor de un caballero. El aquellas preseas para la tropa no se acuñaran, mientras que las de generales y
oficiales si, se debió a que estaban hechas de metales preciosos como la moneda, que era de alor intrínseco es decir, de piezas
metálicas que valían por su propio peso. Así que fabricar las 400 medallas de plata y 80 de oro del documento citado,
implicaba sacar de circulación monedas para fabricar preseas. En suma los costos de tales honores eran impracticables,
sobretodo en una proporción de una medalla de oro por cada cinco de plata, lo que no excusa pero si explica que se haya
honrado aun grupo reducido.
II. ÓRDENES MILITARES ESPAÑOLAS

Al regreso de Fernando VII, en 1814, se establecieron en España dos órdenes relacionadas con la Independencia
americana y las guerras napoleónicas. La primera fue la Orden de San Hermenegildo, creada el 28 de noviembre de 1814,
al final de la Guerra de Independencia Española, con el propósito de premiar la constancia en el servicio de las armas
reales. La segunda fue la Orden de Isabel la Católica, del 24 de marzo de 1815, en recompensa de la lealtad y los méritos
delos defensores de los dominios hispanoamericanos.

Orden de San Hermenegildo


La Orden de Isabel la Católica es una condecoración de España, instituida por el rey Fernando VII el 14 de marzo de
1815, con el nombre de Real y Americana Orden de Isabel la Católica, con el fin de «premiar la lealtad acrisolada a
España y los méritos de ciudadanos españoles y extranjeros en bien de la Nación y muy especialmente en aquellos
servicios excepcionales prestados en favor de la prosperidad de los territorios americanos y ultramarinos». La orden fue
reorganizada en 1847. Mediante un Real Decreto de 26 de julio de 1847 la orden tomó el nombre de Real Orden de
Isabel la Católica.

Orden de Isabel la Católica


En su iconografía, ambas órdenes se aferraron a
símbolos de Antiguo Régimen para aludir a la defensa
del privilegio de la Corona Española sobre América y
su papel en la defensa de la fe. La orden de Isabel la
Católica representa no sólo el apoyo a la empresa
colombina y la conquista del territorio americano,
pues también recordaba el establecimiento de la
Inquisición española (1478) y la "reconquista” de la
península ibérica iniciada con la guerra de Granada
(1481-1492), que desterró a los musulmanes, y la
expulsión de los judíos, en 1492.

En el otro caso, San Hermenegildo de Sevilla


representa al hijo católico de un rey visigodo del siglo
VI, enfrentado a su padre, que abrazó la herejía
arriana, por lo que fue encarcelado, en 586,y
condenado a la decapitación de un hachazo. Sixto V lo
canonizó en 1585 y Felipe II trasladó parte de sus
reliquias al Escorial.
Un ejemplar de esta orden se encuentra en el retrato de Vicente
Vanegas, que pasó del ejército realista al de Cundinamarca,
comandado por Antonio Nariño como ejemplo de un soldado fiel del
rey, comprometido con la Independencia.

A la luz de esta simbología, la medalla de Isabel la Católica en el


retrato Pablo Morillo, le confiere al comandante de la reconquista
española (1815-1819), una dimensión culturalista que refuerza la
imagen del héroe de las guerras napoleónicas, que enfrentó a los
traidores afrancesados. Así la reconquista, puede verse simbólicamente
como continuación de la guerra de independencia española. Este
distintivo–al parecer-llegó a América, donde se le otorgó al
octogenario cacique indígena Antonio Núñez, que en marzo de 1813
comandó a los indígenas de Mamatoco y Bondad para recuperar la
ciudad de Santa Marta, de manos del republicano Pierre La batut. En
recompensa por su acción, Morillo lo condecoró el 25 de julio de
1815, día de Santiago, con una cinta alrededor del cuello y un
diploma, frente a los 5000 soldados del ejército de reconquista.

Es significativo que los indígenas llamaran a los republicanos de


Labatut Jacobinos, denominación que puede rastrearse hasta el
gobernador de Santa Marta, Pedro Ruiz de Porras, que proveyó de
armas a Núñez. Este caso demuestra hasta qué punto se creía –o hacía
creer- que Francia amenazaba a la corona allende los mares, con
grupos de traidores adictos a los ideales de 1789. Lastimosamente no General Pablo Morillo
se conocen más detalles de la condecoración recibida por Núñez, para
confirmar si fue la Orden de Isabel la Católica.
III .UNA ORDEN AMERICANA

Este punto se inicia con la Orden de los Libertadores de Venezuela, instituida por Simón Bolívar el
22 de octubre de 1813, en Caracas:

Llamado a la autoridad suprema para reparar los ultrajes hechos a la virtud, uno de los primeros
actos del poder, debe llevar por objeto tributar a los libertadores de la Patria un honor que los
distinga entre todos, creando símbolos que representen sus grandes servicios [...] la venera de la
orden será una estrella de siete radios, símbolo de las siete Provincias que componen la República.
En la orla habrá esta inscripción, Libertador de Venezuela, y al reverso el nombre del libertador. Se
llevará al costado izquierdo pendiente de un lazo amarillo.

La orden se usó para designar una élite patriota, opuesta a los enemigos de la Independencia
perseguidos por el decreto de Guerra a Muerte. Por ello se le concedió a los participantes de la
Campaña Admirable, la independencia de Venezuela y la de Cundinamarca, o a quienes apoyaron
tales campañas, como sucedió con de Antonio Nariño, que la recibió el 4 de mayo de 1814:

Deseoso de distinguir a aquellos militares que [...] contribuyeron altamente al feliz éxito de la
campaña que libertó a Venezuela, y que haría la gloria de los más grandes héroes de la tierra,
instituí la Orden de los Libertadores. Como vuestra excelencia es [...] de los más sinceros amigos
que numera mi patria, y cuya singular protección contribuyó [...] a redimirla del poder español, el Orden de los Libertadores
reconocimiento y la justicia exigen que sea [...] de los primeros en el uso de la venera. Al final de su de Venezuela
carta Bolívar dice que el fin de la orden es presentar a quienes la reciben

“a la faz [...] de la América entera, como un libertador de Venezuela, y dar un nuevo realce a esta
útil institución”. El objetivo se logró con creces, como puede verse en numerosos retratos y en la
presentación de los héroes al principio de la República, que a continuación de su nombre
declaraban pertenecer a la orden, a pesar de lo cual se conservan pocas medallas. Esta distinción
aparece representada con variaciones, como sucede en el retrato de Carlos Soublette, con una
corona de laurel que denota el rango de general, sin dejar de lado inconsistencias como los ocho
radios de la venera en el retrato de Ramón Nonato Guerra o los seis radios en el del canónigo
Ignacio Mariño y Soler, lo que indica desconocimiento de la presea.
Retrato de Carlos Soublette
Presidente de Venezuela
IV Condecoraciones americanas

En este punto se enumerarán las condecoraciones de las campañas


bolivarianas, para crear un catálogo iconográfico de cada medalla.
Adicionalmente se presentarán algunas medallas de la campaña de San
Martín conservadas en la colección del museo, de las que no se conoce
registro iconográfico en Colombia, aunque debieron ganarla militares
colombianos.

Cruz de Boyacá.

Creada por la Asamblea de Notables de Santafé el 9 de septiembre de


1819, para reconocer a los vencedores de la Batalla del puente de Boyacá
(7 de agosto de1819), que selló la Independencia colombiana. José
Tiburcio Echevarría, a nombre de la Asamblea, le notificó al Libertador la
decisión de imponerle la Cruz, mientras le solicitaba permiso para que la
tropa la usara, pues se trataba de un premio civil para un cuerpo militar.
La Asamblea de Notables, antecedente del Congreso dela Nueva Granada,
estableció que la presea tendría una cinta verde, una cruz con el mote
Boyacá y tres categorías: de oro y piedras preciosas para los generales de
división (Anzoátegui, Santander y Soublette); oro para la oficialidad y plata
para la tropa. Los primeros tipos aparecen en la iconografía republicana,
con algunas variaciones respecto al decreto y las pocas medallas
conocidas; por ejemplo en el acta no se menciona una rama de laurel
cruzada con un sable, en la zona inferior de la presea, que reúne la
sinécdoque del guerrero y la metonimia de la gloria militar. Aunque no se
conocen representaciones dela medalla de la tropa, se conserva una cruz
que no se ajusta al decreto de honores por ser redonda, con cinta roja y
rastros de esmalte en la inscripción, el laurel y el sable. Este indicio
confirma que las medallas no se hacían en serie.
Libertadores de Cundinamarca

Esta medalla fue creada para condecorar a los participantes civiles y militares dela independencia del Nuevo Reino de Granada,
por el Congreso de Angostura18, el 14 de enero de 1820. Debía tener una corona de laurel esmaltada de verde, el nombre de su
poseedor en esmalte rojo y debajo el mote: ‘Cundinamarca Libertada 1819’. Los tipos se establecieron así:

...de Oro guarnecida de Esmeraldas para los generales - de Oro sin guarnición para los Oficiales y Ciudadanos Empleados [...] de
Plata para los Soldados y Ciudadanos [...] Los Militares la llevarán pendiente de una cinta roja en el segundo ojal de la casaca, y
los Ciudadanos de una cinta azul celeste.

A diferencia de la Cruz de Boyacá, que exaltaba sólo a militares, esta medalla incluyó a los civiles, a pesar de lo cual sólo se
conoce por la iconografía militar.

En forma de herradura , y compuesta por una cruz de diamantes, se señala la


inscripción de: BOYACA. En su parte inferior presenta una hoja de palmera
cruzada por una espada. En el Congreso de Angostura se le dio el título de:
"Medalla a los Libertadores de Cundinamarca", en 1820.

Fuente: http://www.bcv.org.ve/blanksite/c3/joyas2.htm
Quito a sus libertadores en Pichincha

La Municipalidad de Quito creó esta medalla en agradecimiento al ejército


Gran Colombiano comandado por Antonio José de Sucre y la caballería de
Santa Cruz, compuesta por granaderos chilenos y argentinos, vencedores de
la batalla de Pichincha (24 de mayo de 1822). La condecoración tenía un
sol naciente en las montañas ecuatorianas y una corona de laurel con la
inscripción: “Colombia – Libertador de Quito – Vencedor en Pichincha – 24
de mayo, XIIº”. Las medallas de los jefes se engastaron con piedras preciosas
y esmalte azul, y las de la tropa se hicieron en plata. La condecoración se
proclamó en el Acta de Independencia de Quito (29 de mayo de1822)
como una muestra de adhesión al proyecto bolivariano de la Gran
Colombia, promulgado tres años antes de lograr la independencia
ecuatoriana. La medalla de la colección del museo, corresponde a la
iconografía descrita, aunque con un mote diferente: “Quito a sus
libertadores / en Pichincha". En todo caso el metal plateado de la misma
denota que perteneció a un militar de menor rango.

Antonio José de Sucre


Medalla de Ayacucho

Creada por Antonio José de Sucre, en el cuartel general de Huamanga el 19 de diciembre de 1824, tenía una corona de
laureles con la inscripción: “Colombia a sus bravos en el Perú”, en medio la llanura de Ayacucho, atravesada de un fusil y
una espada, y la inscripción “Vencedor en Ayacucho, 9 de diciembre, año 14”. No obstante las dos medallas de la
colección del Museo se ajustan al segundo decreto de honores, expedido por Simón Bolívar en Lima (27 de diciembre
de1824). Bolívar inició ordenando que el ejército fuera “inmediatamente ajustado y pagado” con “preferencia sobre todos
los del Estado, aún cuando para ello téngala Nación que contraer un nuevo empréstito”. A continuación estableció una
medalla más sencilla con “...una medalla al pecho pendiente de una cinta blanca y roja con esta inscripción: AYACUCHO.
Los generales esmaltada en brillantes; los jefes y oficiales de oro y la tropa de plata”. Las medallas conservadas, con la
bandera del Perú en la cinta, corresponden a un oficial y a un soldado.
El busto del Libertador

Esta medalla es un testimonio de la campaña del Perú, que inició con la victoria en Pichincha (1822) y culminó con la de
Ayacucho (1824). Fue creada el 12 de febrero de 1825, por el Congreso constituyente del Perú–presidido por José María
Galdeano- en “honor del Libertador que lleve por el anverso busto con este mote: ‘A su Libertador Simón Bolívar’; y por el
reverso las armas de la República con este otro: ‘El Perú restaurado en Ayacucho. Año de 1824”.

En el mismo documento se rindió reconocimiento público a los participantes en la batalla de Ayacucho, se le concedió a Sucre el
título de Gran Mariscal de Ayacucho y se le confirió a los soldados de la Campaña del sur: “la calidad de peruanos de
nacimiento con opción a todos los empleos de la República, si por otra parte reunieren los demás requisitos constitucionales”.

José María Galdeano Medalla Busto del Libertador


Los grabadores Manuel Villavicencio y Atanasio Dávalos
realizaron, cada uno un cuño de la medalla, con lo que se
creó una disputa por quien había logrado la mejor medalla,
como relata Hipólito Unanue, Presidente del Consejo de
gobierno del Perú, en una carta a Bolívar: “Gran disputa hay
entre los dos grabadores [...] sobre el busto de V. E. en las
medallas. El primero ha obtenido la preferencia y el segundo,
a quien no faltan votos, quiere que V. E. vea las muestras que
le incluyo”. Al no poderse dirimir el conflicto entre los
grabadores, Unanue decidió enviarle a Bolívar: “50 medallas
de oro de dos diferentes artistas, con otros tantos diplomas
firmados por el Consejo para que se distribuyan a quien V. E.
quiera, y además se remiten 100 de plata”. En Lima se
distribuyeron 50 piezas de oro y se acuñaron “1000 de plata
sin asa para tirar al pueblo el día de San Simón”, lo que remite
a una resignificación republicana de las ceremonias de jura
al rey español, centrada en la figura de Bolívar. Respecto a las
medallas enviadas a Colombia, hay menciones de su uso
discrecional por parte del Libertador, en el relato de Luis Perú
de Lacroix:

...hago memoria […] de que di a usted el […] diploma del


busto del Libertador, pero que no pude darle la
condecoración porque no la tenía entonces: en mi escritorio
tengo una y voy a dársela’. Efectivamente, S.E. me dio una Hipólito Unanue
medalla de oro […] sobre la cual aparece por un lado el Presidente del Consejo de gobierno del Perú
retrato obusto en relieve del Libertador y por el otro las armas
del Perú.
Curiosamente, de esta medalla se conserva un ejemplar, pero no hay
representación pictórica. En un retrato de Francisco de Paula
Santander, realizado por José María Espinosa, aparece una medalla
similar, con una cinta de franjas roja, amarilla y azul. En todo caso,
podría tratarse de una medalla diferente, entregada en la ceremonia
de honores por la batalla del Puente de Boyacá: “Santander recibió
un valioso obsequio: otra medalla en la cual se ven el anverso el
busto de Bolívar y este lema: Bolívar Libertador; el reverso tiene una
corona de laurel y estas palabras: Sin Libertad, sin Constitución no
hay Patria,1819”. Esta referencia nos mostraría, entonces, que la
medalla de la pintura de Espinosa es anterior a la del Busto del
Libertador. Esto explicaría el porqué del sentido alegórico de la obra,
en la que Santander sostiene la constitución sobre su cabeza
mientras que en el fondo se desarrolla una batalla, que sería
entonces la de Boyacá.

"Francisco de Paula Santander", óleo de José María Espinosa Prieto, 1853.


(Museo Nacional de Colombia)
A los vencedores de Pasco

Mientras el gobierno de Buenos Aires se encontraba en guerra civil con las


provincias de Entre Ríos, Santafé y la Banda Oriental, José de San Martín desobedece
el llamado a participar en la confrontación por la que pasaba su país para marchar
rumbo al Perú. El 20 de agosto se embarca en Valparaíso, territorio chileno, en
compañía del almirante Cochrane. El 8 de septiembre de 1820, desembarca en la
bahía de Paracas. En la región de Pisco decide dividir fuerzas, y envía una avanzada
bajo el mando del general español Juan Antonio Álvarez de Arenales en dirección a
las sierras del Perú. En el cerro de Pasco se produjo una confrontación, el 6 de
diciembre de 1820, en la que vencieron los patriotas. Esta victoria antecede la
entrada de San Martín a Lima. San Martín comunica a los vencedores que merecen
un honor militar: “La división libertadora de la Sierra ha llenado el voto de los
pueblos que la esperaban”. En el mismo documento se menciona la iconografía de la
medalla:

1) Que luego que las circunstancias lo permitan, se grabará una medalla que
represente las armas del Perú, provisionalmente adoptadas, y en el reverso esta
inscripción: ‘A los vencedores de Pasco’.
2) El General de la División la traerá de oro, y lo mismo los demás jefes de ella; los
oficiales la usarán de plata.
3) Los sargentos, cabos y soldados, traerán un escudo bordado sobre el pecho con
las mismas armas y una inscripción al exergo: ‘Yo soy de los vencedores de
Pasco’.
General Juan Antonio Álvarez de Arenales
La medalla de la colección del Museo Nacional de Colombia pertenece, entonces, a la
campaña San Martiniana del Perú. Según las disposiciones del decreto de honores, se
puede colegir que la medalla en cuestión, le perteneció a un oficial de San Martín,
aunque no hay inscripciones en las que se revele el nombre de la persona que la
obtuvo, ni información sobre la procedencia de la pieza.
Yo fui del ejército Libertador
Medalla al Ejército y la Escuadra Libertadora del Perú

El 15 de agosto de 1821, José de San Martín, nombrado para entonces Protector de la Libertad del Perú, proclamó un decreto de
honores para aquellos que lo acompañaron en la campaña libertadora del Perú. En la introducción del decreto, San Martín
escribe lo siguiente: “…puesto yo a la cabeza del Estado Peruano, dejaría un gran vacío en mis deberes públicos, si a su nombre
no manifestase el alto aprecio que merecen los que han tenido parte en la empresa de más trascendencia al nuevo orden social de
ambos hemisferios”. En los artículos 3º y4º, se establece la creación de la medalla y los merecedores de la misma, como sigue:

3) Todos los oficiales del Ejército y Escuadra que salieron en la Expedición Libertadora y se hallan existentes en el día son
reconocidos Oficiales del Perú.
4) Los individuos comprendidos en el artículo anterior y los empleados que se hallen en el mismo caso, gozarán, aunque después
queden de simples particulares, una medalla, de oro los oficiales, y de plata las demás clases, con esta inscripción: YO FUI DEL
EJÉRCITO LIBERTADOR y al reverso las armas del Estado.

La medalla de la colección de numismática, de metal plateado, corresponde a un militar de bajo rango, que formó parte del
Ejército Libertador de San Martín.
Cruz de Boyacá

La condecoración vivió en el olvido durante un siglo; sólo hasta 1919, al


celebrarse el primer centenario de la Batalla de Boyacá, bajo el gobierno
del doctor Marco Fidel Suárez, se "creó" nuevamente, como una
condecoración militar.

El Decreto No 1667, del 8 de agosto de 1919, ordenó conceder la Cruz


de Boyacá a los Oficiales del Ejército como “Recuerdo” a la
conmemoración de la Batalla de Boyacá; una Cruz de Malta, cuyo
centro iba la Bandera Nacional… y la inscripción: “CENTENARIO DE
BOYACA”, en el reverso la inscripción: “1819 – 1919”.

Marco Fidel Suárez


Posteriormente, en 1922 por el Decreto No. 513, la Cruz de Boyacá se
hizo extensiva a los militares y diplomáticos de los gobiernos
extranjeros "para corresponder distinciones" y se establecieron tres
categorías: la Extraordinaria, de oro; la Primera Clase, de plata y la
Tercera Clase, de bronce. Se determino entonces que el centro de la
Cruz y en alto relieve, fuera el busto del Libertador rodeado de la
inscripción: COLOMBIA – CENTENARIO DE BOYACA, y en el reverso
la inscripción “1819 – 1919”
Orden de Boyacá

A partir del 6 de agosto de 1930 por Decreto No. 1247, se


dispuso convertir la condecoración Cruz de Boyacá en
“Orden de Boyacá” concedida no solo a los militares, sino
también a los civiles.

Posteriormente hubo modificaciones a los estatutos de la


Orden, y en 1954, se dictó el decreto que rige hoy y que
está firmado por el General Gustavo Rojas Pinilla. Su forma
es en Cruz de Malta, brazos esmaltados en Azul Prusia, con
delgada cenefa dorada o plateada; al centro en círculo el
busto del Libertador en alto relieve rodeado por una faja
circular en esmalte azul con la leyenda “ORDEN DE
BOYACA”.

Señala el decreto que la "Orden de Boyacá" se concede en


siete grados: Gran Cruz Extraordinaria, Gran Cruz, Placa
de Gran Oficial, Cruz de Plata -que se otorga solamente a
entidades y personas jurídicas-, Cruz de Comendador, Cruz Teniente General Gustavo Rojas Pinilla
de Oficial y Cruz de Caballero.

Es en esta estancia y velando por el prestigio de la misma,


se da fe que la condecoración es “Creada por el Libertador”,
por este inciso se distorsiona la verdad sobre la Cruz de
Boyacá.

En diciembre de 1980 se modificó, aumentado el grado de


Gran Collar, el cual se puede conceder exclusivamente a
los jefes de Estado.
Las medallas, un discurso proto-nacional
El discurso en el que se apoya la creación de los distintivos honoríficos de la Independencia, no se aleja del interés de crear
identidades nacionales. No hay que olvidar que la Independencia es un proceso que sigue a la vacatio regis, es decir a la
ausencia de la figura del rey, que era el único que podía detentar la imagen de soberanía. Tampoco se puede olvidar que el
proceso de la Independencia no se adecua a una revolución originada únicamente en una lucha reivindicatoria; mas bien
puede verse como un proceso de separación en el que los miembros pertenecientes a la comunidad española, en territorios
geográficamente separados, se separan en bandos que son integrados por todos los grupos sociales y étnicos, mismos que
integraron los ejércitos americanos. Una de las reivindicaciones pedidas en América durante la vacancia real, fue su
reconocimiento en la integración de la Junta Central de Aranjuez y las Cortes de Cádiz. Una vez desconocidos tales cuerpos
políticos, el dominio territorial americano fue confirmado por el pueblo que integraba el ejército, a partir de las
declaraciones políticas que fundaron la lucha por la Independencia. En esta medida la medalla creaba una distinción pre-
nacional que se refleja en la alusión a porciones territoriales que adhieren al proyecto emancipatorio americano:
La soberanía del pueblo de la época revolucionaria será muy a menudo pensada y vivida no como la soberanía de una
nación unitaria, sino como la de los ‘pueblos’, la de esas comunidades de tipo antiguo que son los reinos, las provincias o las
municipalidades.
Aunque la alusión al territorio fue en la mayoría de los casos, parcial y taxativa(Pasco, Pichincha, etc.), algunos proyectos de
conmemoración honorífica instalaron un incipiente nacionalismo, al aludir a territorios extensos (Libertadores de
Venezuela, Libertadores de Cundinamarca), con unidades políticas que los representaban, como Asambleas de Notables o
Congresos. Recuérdese que Bolívar reconoció a Nariño como un amigo de “su patria”, lo que implica que todavía no se había
planteado el proyecto de la Gran Colombia. También se encuentra el caso especial del Perú, con el Busto del Libertador, en el
que se utiliza una estrategia similar a la de la jura del rey, para sentar las bases de un territorio libre representado por el
mismo “Libertador”. La medalla del busto de Bolívar, no dista de la de la Jura Real con el busto del nuevo monarca, como
tampoco se diferencia la idea de “regar de plata al pueblo” de la de tales ceremonias, ni la propuesta de usar el día de San
Simón para el festejo. Finalmente, hay que tener en cuenta que estos premios militares en muchos casos(Boyacá, Pichincha,
Ayacucho), surgieron de las municipalidades o las asambleas civiles, que dieron legitimidad y reconocimiento político a la
acción militar, al ofrecerle a la tropa el título de ciudadanos de una nueva república, por lo cual permiten restituir los
dispositivos simbólicos de reconocimiento que soldados de todos los rangos recibieron en su momento, a diferencia de la
pintura, una estrategia conmemorativa más onerosa que se restringió a los altos oficiales del ejército
Las medallas de Juan María Marcelino Gilibert Laforgue
Fundador de la Policía Nacional
Las medallas de Juan María Marcelino Gilibert
Laforgue

Juan María Marcelino Gilibert al cumplir 22 años de edad


ingresó a la carrera militar donde alcanzó el grado de sargento
mayor de primera clase. Estuvo en campaña en África, atravesó
el desierto del Sahara y fue distinguido por exponer su vida
para salvar a varios compañeros que se encontraban afectados
por una epidemia de cólera. En 1870 participó en la guerra
franco-prusiana y fue herido en las batallas de Reichshuffen,
Sadán y Orleans. Posteriormente cayó prisionero en tres
ocasiones, pero en todas escapo de los enemigos. A1 terminar la
guerra, fue condecorado con la medalla militar y volvió con su
regimiento a Constantinopla, donde fue designado Comisario
Especial de Quinta Clase de la Policía Francesa. Ascendió
gradualmente hasta alcanzar el grado de Comisario Jefe de
Primera Clase, condecorado con la medalla colonial y con Cruz
de la Legión de Honor; fue trasladado a prestar sus servicios en
la ciudad de Lille, donde se hallaba en 1890, cuando fue
designado para venir a Colombia. Cinco años más tarde, el
Gobierno Francés lo ascendió a la clase de Comisario
Excepcional, que era el puesto más elevado entre los comisarios
de la Policía Francesa..
La Medalla Militar (Médaille militaire en francés) es una
condecoración de Francia que fue instituida por primera
vez en 1852.
El creador de la medalla fue el emperador Napoleón III,
quien puede haberse inspirado en una medalla
concedida por su padre, Luis Bonaparte, Rey de Holanda.
La Medalla Militar es concedida a cualquier oficial sin
comisión o personal enlistado que se distinga por actos
de valentía en acción contra una fuerza enemiga. Los
oficiales comisionados no son aptos. Una característica
interesante de la médaille es que también es la concesión
suprema por liderazgo, siendo otorgada a generales y
almirantes que han sido comandantes en jefe. Esta
medalla particular incluso es considerada superior a la
gran cruz de la Légion d'honneur. Tras la Primera
Guerra Mundial, la Medalla Militar fue también
concedida a los heridos en combate.

Medalla Militar
La revolución francesa abolió todos los rangos y privilegios en 1791, tanto civiles
como militares. A pesar de esta tabula rasa, cientos de ardientes revolucionarios
combatían al otro lado del Rin y en Italia contra los enemigos de la joven
República. Les bastaba con dar su vida por sus ideales, sin premio alguno que
mediara. El entonces Consul Bonaparte que era de otra opinión, empezó a gestar
el germen de la Legión de Honor en una cena con sus hermanos en el castillo
Malmaison, entre las partidas de billar que tanto le gustaban. “Es por estas
baratijas por las que los soldados luchan y mueren por mí”, esgrimió el general
más adelante. El 14 de Floreal, 3 de mayo de 1802, Roederer, su consejero de
Estado, dio la lectura que la constituía.
El Consulado instauró las armas de honor para premiar a los soldados por sus
actos de valentía en combate. Este sistema de condecoraciones era estrictamente
militar, Francia no poseía ningún otro tipo de recompensa. Bonaparte era
consciente de la necesidad de reinstaurar las medallas y en 1802 ideó la
institución llamada “La Legion de Honor”, que amalgamara a los mejores sujetos
de Francia y les uniera por este vínculo.
Napoleón, generoso en las dadivas, concedió más de 2.000 de esta condecoración
cuyo nombre se remontaba a la Antigua Roma, la Legió honoratorum conscripta.
Los legionarios tenían que jurar fidelidad a la república, a imagen y semejanza de
las antiguas ordenes religiosas que se postraban ante el Gran Maestre. Quería así,
Napoleón, formar una irreductible guardia que le jurase lealtad hasta las ultimas
consecuencias.

Medalla “La Legión de Honor”,


La Medalla de Colonial, medaille coloniale, está estrechamente ligada con el imperio colonial francés.
Fue instituida como premio a los soldados que participaron en las operaciones militares llevadas a cabo
por Francia en las colonias y protectorados.

Fue creada el 26 de Julio de 1893 para premiar "los servicios militares en las colonias , como resultado
de la participación en operaciones militares, en un país colonia o protectorado “

La medalla es de 30 mm de diámetro fabricada en plata. En el anverso de la misma se encuentra la


efigie de la República, con casco y en relieve "República Francesa". En el reverso, un mapa del mundo
ocupa el campo central, apoyado sobre un ancla flanqueada por un trofeo de armas. La cinta, en la que
las citaciones de campaña se colocan, es a rayas verticales blancas y azules. Su longitud puede variar
este 35 a 37 mm.

La medalla es la misma para todas las campañas, lo único que cambian son los pasadores que lleva, que
identifican el lugar donde ha servido el soldado.

Medalla Colonial
Inicio del otorgamiento de medalla a funcionarios del cuerpo de Policía
Revisando los anales de la Génesis de la Policía Nacional, se establece
que solo hasta el año de 1912 (21 años después de la fundación de
la Policía Nacional en 1891) el Doctor Gabriel fue el gestor para que
por primera vez en la historia del Cuerpo de Policía el Gobierno
Nacional le otorgara una medalla a uno de sus funcionarios.

Es de anotar que tal requerimiento se realizó debido a que la


Institución para esa época aun no contaba con medallas propias
para exaltar los hechos distinguidos y heroicos realizados por sus
integrantes.

Y es solo hasta el año de 1942, cuando mediante el Decreto 2390


del mismo año, la Institución da inicio a la creación de sus propias
medallas, con la creación de la “Medalla de la Policía Nacional”.
Por primera vez en la Institución, gracias al interés del
doctor Gabriel González, se condecoró a un miembro de la
Policía. Esta acción fue consignada en el Decreto Ejecutivo
313 del 7 de marzo de 1912, por el cual se concedió una
medalla de honor al señor Comisario Manuel A. Maldonado,
quien “ha hecho su carrera por rigurosa escala, desde 1891
cuando ingreso como Agente de Tercera Clase hasta llegar a
Subdirector del Cuerpo de Policía”, cumpliendo 20 años
ininterrumpidos de servicio en la Policía., cabe anotar que el
señor Comisario Maldonado asumió la dirección de la
Policía en calidad de encargado en dos oportunidades.

Por esa brillante trayectoria de vida institucional es que el


Doctor Gabriel González lo postuló ante el Gobierno
Nacional, para que fuese el funcionario que por primera vez
en la historia de la Institución recibiere dicho galardón.

Doctor. Gabriel González López


Director de la Policía Nacional
16 de enero de 1911-1 de julio de 1914
Comisario Manuel A. Maldonado
Característica de la “Medalla de Oro” que otorgaba
el Gobierno Nacional, paralelamente la Dirección
General de la Policía Nacional como incentivo le
concedía al personal condecorado recompensas
extraordinarias en dinero, acción que se realizaba
mediante resolución interna.
Aparte de la revista de la Policía donde se exaltaba la acción heroica de dos policiales, así como
también la recompensa y condecoración que se les otorgó.
Agentes condecorados por el Gobierno Nacional.
Características de las medallas otorgadas por el Gobierno Nacional
Plaza de Ayacucho donde se llevó a cabo la imposición de las medallas al personal de la Policía Nacional.
Héroes de la Estación “La Gómez” del Ferrocarril Central del Norte (Puerto Wílchez)
Heroísmo de miembros de la Policía que protegieron la Estación ferroviaria de la “Gómez” de un
numeroso grupo de amotinados.
En la fotografía se observa el evento de ceremonia de imposición de la “Medalla de Oro”
donde un representante del Gobierno Nacional hace dicha Imposición a unos agentes
de la Institución, con ellos se encuentra el entonces Director de la Policía Nacional,
Doctor José María Dávila Tello.
Otra manera de incentivar a los miembros de la institución fueron los “Votos de Aplausos”
figura que hoy se conoce como felicitaciones escritas
Creación de la “Medalla de la Policía Nacional”
Siendo Director de la Policía Nacional el General Alfredo
Azuero Arenas, el Gobierno dictó importantes disposiciones
sobre las cuales se resalta la Resolución 66 de 1938 y
aprobado por Decreto Ejecutivo 28 de 1939, por la cual se
expidió “El Reglamento de Uniformes y Equipo para la
Policía”, de igual forma en 1942 se expidió el Decreto 2390
del mismo año, por el cual se estableció la “Medalla de la
Policía Nacional”, la cual se le otorgaba por sus excelentes
meritos a los oficiales, suboficiales, agentes y no
uniformados el día de la Policía Nacional (5 de noviembre)
de cada año.
General. Alfredo Azuero Arenas
Director de la Policía Nacional
8 de septiembre de 1938-10 de agosto de 1942
El Decreto 2390 de octubre 14 de 1942, por el cual se estableció la
“Medalla de la Policía Nacional”
Creación de la orden “Estrella de la Policía” y los Distintivos de Servicios
Distinguidos y al Valor
Creación de la orden “Estrella de la Policía”

Siendo Director de la Policía Nacional el


señor Coronel Francisco Rojas Escarpetta
mediante Decreto No. 2358 del 9 de
septiembre de 1953, se creó la orden “Estrella
de la Policía” y en abril de 1954 los distintivos
de Servicios Distinguidos y al Valor; decreto
que fue actualizado mediante el Decreto No.
2612 del 14 de octubre de 1966. el objetivo
de creación de dicha orden era distinguir y
reconocer el trabajo y virtudes profesionales
de los miembros de la Institución y de los
ciudadanos que prestasen servicios eminentes
en la tarea de proteger, garantizar la vida y
honra y demás derechos de los habitantes del
territorio nacional.

Coronel. Francisco Rojas Scarpetta


Director de la Policía Nacional
21 noviembre 1952 - 14 septiembre 1954
Orden “Estrella de la Policía” creada
mediante Decreto No. 2358 del 9 de
septiembre de 1953.
La orden Estrella de la Policía Tenia seis (6) grados o categorías así:

Gran Estrella Cívica Extraordinaria.


Se concedía únicamente a los jefes del estado.
Gran Estrella Cívica Ordinaria.
Se concedía al Ministro de Defensa Nacional, oficiales en grado de General y a la máxima
Jerarquía Eclesiástica Cástrense.
Gran oficial.
Se concedía a los Ministro del Despacho Ejecutivo, Jefes de Departamentos Administrativos,
comandantes de las fuerzas, oficiales en el grado de Mayor General y Brigadier General, al
Director General de la Policía Nacional, al Subdirector y Jefes de Estado Mayor.
Estrella cívica categoría comendador.
Se concedía a los oficiales superiores, gobernadores, secretarios generales y directores de los
ministerios, a los secretarios generales de los Departamentos Administrativos, Secretario
General de la Policía Nacional, y al Capellán General de las Fuerzas Armadas.
Categoría oficiales.
Se concedía a los oficiales subalternos, empelados civiles con categoría de especialistas,
intendentes, comisarios y alcaldes.
 Estrella cívica categoría de compañeros.
Se concedía a los suboficial, agentes y a empleados civiles de la Policía Nacional, en la
categorías de adjunto y auxiliares, la orden de la estrella de la policía podrá ser concedida al
personal colombiano o extranjero que hallan prestado eficientes servicios la policía en la
categoría que señale el consejo de la orden.
La de la categoría compañeros y oficial en el lado izquierdo del pecho.
La de la categoría comendador suspendida en el cuello.
La de la categoría gran oficial, arriba de la cintura en el lado derecho.
La de la categoría gran estrella cívica ordinaria o extraordinaria, a la altura de la cintura
al lado izquierdo.

Las insignias solo podrán llevarse con uniforme de parada o con vestido de civil de
ceremonia.

La otorga siempre por Decreto del Gobierno con la firma del Ministro de Defensa y previa
intervención del consejo de la orden.

Estos decretos se publicaran el diario oficial y en la revista de la Policía Nacional.


primeras autoridades a quien se les otorgó la orden
“Estrella de la Policía”
Teniente General Gustavo Rojas Pinilla
Presidente de la República de Colombia
Mayor General Deogracias Fonseca Espinoza Director de la Policía
Nacional y posteriormente integrante de la Junta Militar de Gobierno
que sucedió en la presidencia al Teniente General Gustavo Rojas
Pinilla el 10 de mayo de 1957
La protesta ciudadana llevo a la caída del
Gobierno del Teniente General Gustavo Rojas
Pinilla , el 10 de mayo de 1957 asumiendo el
poder una Junta Militar de Gobierno
integrada por el MG. Gabriel Paris Gordillo,
Ministro de Guerra, MG. Deogracias Fonseca
Espinosa, Director de la Policía Nacional, CA.
Rubén Piedrahita Arango, Ministro de Obras
Publicas, BG. Rafael Navas Pardo,
Comandante del Ejercito y BG. Luis Ernesto
Ordoñez Castillo, Jefe del Servicio de
Inteligencia Colombiano.
Brigadier General Saulo Gil Ramírez Sendoya
Director Policía Nacional
Doctor Alberto Lleras Camargo
Presidente de la República
Doctor Guillermo León Valencia
Presidente de la República
Brigadier General Bernardo Camacho Leyva
Director de la Policía Nacional

Un aspecto importante que resaltar es que mi General Bernardo


Camacho Leyva ha sido el único oficial de la Policía Nacional a
quien se le otorgó la Orden Pontificia del San Silvestre Papa, la
cual es una de las cinco Órdenes de Caballería otorgadas
directamente por el Papa como Sumo Pontífice y cabeza de la
Iglesia Católica y como el Jefe de Estado de Ciudad del Vaticano
Doctor Virgilio Barco Vargas
Alcalde de Bogotá
Pontificia Orden Ecuestre de San Silvestre Papa y mártir

La "Pontificia Orden Ecuestre de San Silvestre Papa y mártir", (en latín:


Ordo Sanctus Silvestri Papae, en italiano: Ordine di San Silvestro
Papa), a veces denominada como Orden Silvestrina, o la Orden
Pontificia del San Silvestre Papa, es una de las cinco Órdenes de
Caballería otorgadas directamente por el Papa como Sumo Pontífice y
cabeza de la Iglesia Católica y como el Jefe de Estado de Ciudad del
Vaticano.
Fue instituida por el Papa Gregorio XVI el 31 de octubre de 1841 y
reformada por San Pío X el 7 de febrero de 1905.
Dentro de la Orden existen actualmente cuatro grados o clases:
Gran Cruz.
Comendador con Placa.
Comendador.
Caballero / Dama.
Pontificia Orden Ecuestre de San Silvestre Papa y mártir
Distintivos “Al Valor y Servicios Distinguidos”
Distintivo “Servicios Distinguidos”
Falcao recibió condecoración de la Policía

En una ceremonia especial, el General José Roberto León Riaño y el Subdirector General Édgar Orlando vale Mosquera
impusieron la medalla al mérito ciudadano.
Medalla “General Santander”
Ceremonia de clausura del Curso de Subtenientes “Cadete Gerardo Moncayo Barrera”. El primer puesto
fue obtenido por el señor Subteniente Rafael parra Garzón . Nota: cabe destacar que este fue el último
curso de bachilleres egresado de la Escuela de Policía “General Santander”
Clausura del Curso de Subtenientes “Julio Garavito Armero”. El primer puesto fue obtenido por el señor
Subteniente Oscar Adolfo Naranjo Trujillo, en la foto aparece el señor Presidente de la República Alfonso
López Michelsen imponiéndole la condecoración respectiva.
El señor Subteniente Janio León Riaño,
ocupó el primer puesto en la promoción
No. 051 “Teniente Joaquín Olmedo
Botero Villegas”
“Medalla de Los Servicios”
El 5 de noviembre de 1966 la Policía Nacional cumplió sus Bodas de Diamante con motivo de este acto se
celebraron importantes actividades en todo el territorio nacional, siendo importante resaltar que en la ciudad
de Bogotá se le impuso la Medalla de 25 años de servicio a los señores Brigadieres Generales Bernardo
Camacho Leyva y Juan Feliz Mosquera Mosquera.
El mas pequeños de los Agentes de la Policía Nacional, Nació en Choachi (Cund) , 35 años, soltero,
estatura 1, 05 , trabaja en la institución desde 1947, se desempeñó como el proveedor del casino de
oficiales de la Escuela “General Santander”. En la foto aparece recibiendo la medalla de servicios
categoría 20 años.
Brigadier General Luis Humberto Valderrama Núñez
Director de la Policía Nacional
Nuevo ReglamentoReglamento de uniformes, insignias,
condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía
Nacional (Resolución No. 3372 del 26 de octubre de 2009)
El señor Mayor General Oscar Adolfo Naranjo Trujillo, Director
General de la Policía Nacional mediante Resolución No. 3372 del
26 de octubre de 2009, expidió el Nuevo reglamento de uniformes,
insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la
Policía Nacional. en su Titulo III Condecoraciones, Capítulo I
Condecoraciones, artículos 123 al 126 establece la definición, clase,
criterios entre otras condecoraciones de la Medalla Estrella de la
Policía”.

Algo importante a resaltar de este reglamento, es la potestad que se


le dio a las direcciones operativas y administrativas de la Policía
Nacional para proponer la creación de medallas que identificaran a
cada unidad, así como también a otras dependencias policiales.

Así las cosas, actualmente la Policía Nacional posee 29 medallas:


cuatro (4) otorgadas mediante decreto del Gobierno Nacional y
veinticinco (25) que puede otorgar el Director General de la Policía
Nacional de Colombia mediante resolución.
ReglamentoReglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el
personal de la Policía Nacional
Medalla al Mérito del Servicio de Vigilancia Patrullero Víctor Manuel Chía Fonseca.

Se otorga a todo el personal que preste sus servicios en actividades de vigilancia y sea destacado por
la comunidad, las autoridades y sus superiores.

Medalla al Mérito del Servicio de Vigilancia Patrullero


Víctor Manuel Chía Fonseca.
“El único deber que tenemos con la historia es rescribirla”

autor: Oscar Wilde

La presente compilación histórica fue elaborada por el


Comisario Fernando García Fernández
Oficina de Planeación - Dirección General

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