Está en la página 1de 3

Lectio divina “SÍGUEME” – Mons.

Víctor Hugo Palma Paúl


3er. DOMINGO DE ADVIENTO, ciclo B
Página Sagrada:
Primera lectura: Isaías 61, 1-2. 10-11
Salmo responsorial: Salmo Lucas 1, 38
Segunda lectura: Tesalonicenses 5, 16-24
Evangelio: Juan 1, 6-8. 19-28
(I) LECTURA Llamado Domingo de la alegría (básicamente por el tema de la segunda lectura) tres voces proféticas
resuenan en la página sagrada de este nuevo paso de Adviento, invitando a la reflexión sobre le identidad de Aquel que
viene. Mientras se prepara el camino de su llegada, la Iglesia debe esforzarse por distinguir al Salvador como lleno del
Espíritu Santo de Dios (Isaías en la primera lectura); uno que es luz capaz de vencer las tinieblas del pecado y la muerte
(Juan Bautista, en el Evangelio); a quien se debe ser fiel hasta su llegada (san Pablo, en la segunda lectura). Todas ellas
van formando un retrato descriptivo del Señor del Adviento. La comunidad deberá contemplarlo para no “confundir al
señor de su esperanza” con Mesías de conveniencia, con salvadores que “no tienen el sello del Espíritu”, con
falsificadores en fin, que llevarían a la frustración el anhelo más profundo de vida abundante.
1ª. Lectura - El Espíritu del Señor está sobre mí - El primer rasgo del Mesías es propuesto por Isaías por lo menos
600 años antes de la venida de Cristo. Se trata de la presencia del Espíritu que garantiza que Dios está salvando al
hombre auténticamente:
1. Su venida será Buena Noticia. Contrariamente a los mesianismos extraños de todas las épocas, el que viene de
parte de Dios llenará de consuelo y misericordia la tierra castigada por las consecuencias del pecado. Buena
Nueva de perdón, y no condena automática, marcan al enviado de Dios” 21 (VER vv. 1ss.).
2. Será un salvador que se dirigirá a los sufrientes. Diversas categorías de hombres que padecen serán “tocados por
la gracia de Dios” (VER vv. 2-3).
3. Dará una nueva dignidad al hombre. El vestido, símbolo de la identidad de la Biblia, será otorgado como nueva
dignidad por la justicia y la felicidad que brillarán entonces (Ver v. 10).
4. Renovará todas las cosas. El paso de Dios no será una “sensación íntima y emotiva” sino el recomienzo de la
historia dañada por la iniquidad de los hombres. La situación será comparable al “germinar nuevo” de un campo
(la humanidad misma) que no podría hacer nada estable por sí misma (VER v. 11).
Evangelio - Está en medio de ustedes y no le conocen - Continuando con la presentación del rostro esperado, Juan
Bautista lanza la desconcertante afirmación: “Entre ustedes hay uno que no conocen” (v. 26). La escena contiene
elementos notables:
1. Juan, el “enviado por Dios” se ve obligado a negar varias veces que él sea el Mesías. La cerrazón y la lógica
obstinada del hombre impiden “reconocer” y distinguir entre enviado y Señor 22.
2. El símbolo de Cristo es desde un inicio el ser luz para “toda la humanidad” (Jn 1, 4). Más adelante, esta luz brilla
en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla (Jn 1, 5).
3. El profeta es capaz de ser voz pero no puede “poseer para él” la comunidad de los que creen en Cristo (v. 27-28).
4. La audiencia de los profetas es siempre la misma: (VER vv. 19ss. una mezcla de devoción y fe a la par de
insensibilidad y prejuicio). Los dos grupos que le escuchan representan las dos opciones que a lo largo de la vida
de Cristo se irán entretejiendo como fe o rechazo... Desde el Adviento, y en base a las posturas interiores, se
ofrecen las conclusiones del drama: vida o muerte, ir a la luz o permanecer en las tinieblas.
Aún cuando aparece “extraño y lejano” al Cristo que anuncia, Juan Bautista ya hace presente, mediante la inquietud que
siembra a su alrededor, al Señor esperado. Su actitud contiene la doble dimensión de pobreza (no ser la salvación) y de
riqueza (preparar su camino) que están presentes en todo testigo de Cristo.
En lo profundo, permanece la dramática sentencia del profeta: hay incapacidad de reconocer la salvación cuando se
intenta hacerle entrar en la medida de las conveniencias, pequeñas esperanzas, mentalidades o aparentes conocimientos
humanos.
2ª. Lectura - Permanezcan sin mancha, hasta la venida de Cristo - El apóstol san Pablo siente la urgencia de velar
por la calidad de vida de la comunidad de los Tesalonicenses, cuando advierte en estos “señales de fatiga” en la
esperanza. Tres elementos básicos vienen propuestos a quienes han de perseverar en su camino hacia Cristo:
1. Conservar la alegría, como expresión de la misma fe en Aquel a quien se aguarda (VER v. 16).
2. Permanecer en la gracia, pues esa “fe alegre” se verá embestida por un mundo adverso y a la vez seductor
(VER v. 22).
3. No extinguir al Espíritu, quien nos hace capaces de “discernir el grado y condiciones auténticamente cristianas
en el mundo” (VER v. 19).
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
21 Al inicio de su vida pública, Jesús de Nazareth escogerá este trozo de Isaías (VER Lc 4, 16-20) para presentar el “programa” de su obra
salvadora en el mundo: Jesús es la misericordia divina que visita la tierra.
22 Según la costumbre semítica, la triple negación de Juan está en orden a resaltar más su afirmación acerca de Cristo.
(II) MEDITACIÓN La escucha de los mensajeros de Adviento y la contemplación del rostro del que viene nos
plantean:
a) ¿Hasta qué punto podemos nosotros reconocerlo? ¿Qué deformaciones del rostro de Cristo ocurren a nuestro
alrededor (doctrinas sectarias, reduccionismos emotivos, etc.) y cómo reaccionamos ante ellas?
b) Nuestro tiempo y nuestra comunidad ¿puede contarnos como profetas de Cristo?¿O delegamos en los más
responsables el deber de identificar su rostro y llamar a la conversión?
c) ¿Podrán los más pobres, encarcelados, enfermos y oprimidos de nuestro alrededor sentir su paso en este Adviento?
¿O ya preparamos una celebración materialista, consumista, “irreal y abstracta” de la venida de Cristo?
(III) ORACIÓN
EN ESPÍRITU DE ALEGRE ESPERANZA
Se hace breve, oh Cristo,
el tiempo que falta a tu venida...
Sólo el temor de no reconocerte
nos hace hoy detenernos a suplicar:
- purifica nuestro corazón para encontrarte;
- abre nuestras manos para socorrerte;
- ensancha nuestro amor para amarte...
En todos aquellos a los que vendrás
en primer lugar como consolador y salvador:
- los pequeños de la tierra,
- los olvidados de todos,
- los que urgen con sus lágrimas tu retorno.
Y aviva esta alegría nuestra,
pues Tú llevarás a término para gloria del Padre
las horas que aún faltan para tu encuentro.
Tú que vives y reinas por los siglos. Amén.

(IV) CONTEMPLACIÓN El tema de la fidelidad del Señor inspira la alegre recitación del trozo del evangelio según
san Lucas, el famoso Magníficat en los labios de la comunidad que, contemplando el Adviento con esperanza, reconoce
que su caminar en este tiempo puede producir frutos de cercanía, salvación y caridad auténtica. Como María, en su
reciente celebración de la Inmaculada, la comunidad creyente se ve enriquecida y comprometida para que su canto en el
mundo se acompañe de los frutos de la gracia.
(V) ACCIÓN
a) Ejercitar nuestro papel de testigos con la honestidad de Juan Bautista: Dejando que por sobre nuestras palabras y
acciones los hombres perciban a Dios.
b) Continuar distinguiendo a Cristo más allá de nuestras imágenes de conveniencia o instalación espiritual.
c) Determinar desde ahora a aquellos que podrán por nuestro medio, sentir en su necesidad el paso del amor de Cristo
ejercido por nuestras manos.

También podría gustarte