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La tasa de siniestralidad efectiva es un tema que durante el año 2020 ha generado gran resquemor
entre las organizaciones empresariales, toda vez que la autoridad pertinente ha catalogado como
enfermedad profesional aquél contagio con covid-19 de un trabajador que se origine en el contexto
de la prestación de servicios.
Asimismo, dicha norma agrega que las empresas o entidades que no ofrezcan condiciones
satisfactorias de seguridad y/o higiene, o que no implanten las medidas de seguridad que el
organismo competente les ordene, deberán pagar la cotización adicional con recargo de hasta el
100%, sin perjuicio de las demás sanciones que les correspondan”. Se debe indicar que la
ponderación de las medidas de prevención serán efectuadas por los organismos administradores
del seguro contra accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.
Lo anterior implica que las medidas de prevención ante el covid-19 que podamos implementar al
interior de las empresas, junto con ser un elemento relevante para cumplir con los protocolos
sanitarios exigidos, además nos permitirá solicitar la reducción o exención de la tasa de cotización
adicional.
Junto con lo anterior, la Superintendencia de Seguridad Social reitera el hecho de que únicamente
“se puede excluir de la siniestralidad efectiva de una empresa, aquellas enfermedades calificadas
como de origen laboral cuyo origen se encuentra en el trabajo realizado en otra entidad
empleadora”. Es decir, contrayendo el covid-19 mientras el colaborador presta servicios para
nuestra organización empresarial no existe forma de evitar el aumento de la tasa de siniestralidad
efectiva.
Finalmente, el Dictamen N° 4024-2020 vuelve a corroborar “que los días perdidos de casos
confirmados de COVID-19, calificados como de origen laboral, sean incluidos en los índices de
siniestralidad de la entidad empleadora."
Belmar Asesores