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¿Podría ponerse en marcha hoy en día, la propuesta vasconcelista?

Me parece que pese a lo genial que fue la propuesta de Vasconcelos para reestructurar la
educación mexicana, hoy en día en plena pandemia, las necesidades que una política en educación
debería cubrir se revelan muchísimo más complejas.

Pienso que la escuela es una instancia donde se nos promueve el desarrollo de nuestros
potenciales humanos; donde forjamos a través de la convivencia capacidades sociales y empáticas,
y donde adquirimos herramientas para ser seres productivos. Ahora, estamos ante la realidad de
que esa instancia ya no se da, hemos perdido la escuela como espacio.

Creo que ante la contingencia que vivimos mundialmente, los programas de educación digital
pueden ser vehículos desafortunados de la desigualdad social. Cabría preguntarnos ¿cuántos
hogares poseen una computadora, tablet, smartphone con acceso a internet? y en el caso de
tenerlos ¿Con quién y cómo el alumno puede discutir, indagar, razonar, argumentar, es decir,
retroalimentar y retroalimentarse? Siento que hay un déficit porque ya no está el compañero, el
maestro y muchos padres también están ausentes por su trabajo. Además, ¿es viable que la mamá,
el papá o el tutor carguen con la responsabilidad pedagógica?

Aunque es verdad que somos una sociedad cada vez más digitalizada, donde nos vinculamos con
la tecnología todo el tiempo, empujandonos a modificar nuestras habilidades, nuestras forma de
relacionarnos y comunicarnos, la educación me parece un proceso muy complejo. Los niños y
adolescentes saben usar la tecnología para entretenerse, para expresarse, para comunicarse, (redes
sociales, youtube) pero no necesariamente como un recurso educativo.

Tal vez si que pueda rescatarse algo de la propuesta vasconcelista:su espíritu y su dinamismo por
reformar la educación, por reflexionar sobre las necesidades de nuestro tiempo y por considerar a
todos por igual en esa reformulación.

1. La apatía ciudadana hacia la política lo que genera es que gobiernen los peores (Platón).
Hernández Meneses, 2

2. El tamaño y la densidad poblacional no importan a la hora de intervenciones directas, len la


toma de decisiones. El pueblo puede tomar decisiones generales y delegar los detalles a
comisionados efímeros.
3. La participación ciudadana no entorpece el ejercicio político y no aliena de sus vidas a los
ciudadanos. Con las herramientas digitales actuales se puede hacer partícipe directo al
pueblo.
4. La gente puede estar capacitada para la toma de decisiones políticas. Es parte inherente de
la democracia que lo esté. Por tanto se debe hacer énfasis en la educación y la
responsabilidad en la participación política.

De forma ideal pienso que poner en práctica una democracia comunitarista desde tener un sistema
de cargos rotativos o asambleas donde deliberen y tomen decisiones los ciudadanos, puede ayudar
a transformar la sociedad desde sus verdaderas necesidades, con una planificación participativa.

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