Capítulo VI, Conclusiones: desde el realismo hacia el futuro
Reconocer la realidad sin pesimismos; la realidad es
dinámica en la historia de la Iglesia. En Occidente es
alarmante la situación, sumado a las problemáticas
sociales, que han implicado la desaparición de
sacerdotes.
- El ministerio presbiteral en las zonas rurales es escasa,
son los laicos los responsables de la animación de la
comunidad. Se asemeja a las comunidades paulinas. El
presbítero debe ser comunicador y animador.
- El ministerio presbiteral en las zonas urbanas; la figura
ministerial se acompaña de diáconos y laicos, pero no
hay referencia eclesial permanente en las periferias .
Redefinir los ministerios de los laicos, desde el Concilio
Vaticano II se viene defendiendo y promoviendo el
apostolado especial del laicado al que se le puede atribuir el
término "ministerio" con las debidas condiciones de carismas.
- Para un discernimiento teológico los laicos ya venían
desarrollando servicios, incluso comprendidas entre el Código
de Derecho Canónico. Será que estos servicios no merecen
ser sacramentales.
- ¿Es conveniente la "institución" de los ministerios de los
laicos? La realidad ministerial ya existente, pues hay un
reconocimiento oficial, celebración y significación litúrgica,
compromiso mutuo y estabilidad. La ventaja sería con una
ministerialidad más pública que impulsa a la
corresponsabilidad, así adquiere una cierta
sacramentalización en su inclusión institucional.
Valorar sin reservas la participación de la mujer; El Vaticano
II valoriza a la mujer y ellas van tomando fuerza desde
diversos ámbitos teológicos y prácticos especialmente
ejerciendo ministerios no oficiales.
- La conciencia eclesial se importa con la dignidad e igualdad
de la mujer desde la vida cristiana. Promueve el
reconocimiento y experiencia de verdadera humanización y
auténtica evangelización por medio de ellas. Su participación
es eclesiológicamente esencial.
- la clericalización es algo que las excluye poniendo en duda
sus capacidades, pero no puede negar su superioridad
numérica. Con todo, sobre la ordenación de las mujeres, la
Iglesia ha tomado su postura, pero no gira en torno al
servicio esencial de la mujer en la Iglesia.
Los ministerios laicales, ¿un camino para el ministerio sacerdotal?
Esta cuestión teológica y eclesiológica trata de entender la
renovación de la estructura ministerial de la iglesia, reconociendo
la participación del pueblo en las dimensiones eclesiales.
- Los servicios laicales no son de suplencia ante ausencia de
sacerdotes, sino realizan la misión integral del pueblo de Dios.
- El modelo sacerdotal es un modelo cultural, por lo que no hay
razón de obligar su imposición en todos los lugares, lo importante
es que la Iglesia pueda desarrollar la misión recibida por Cristo.
- Seis son las condiciones posibles: que tengan vocación y
disposición de servicio, demuestren madurez y equilibrio,
capacidad de dirigir, animar y coordinar, vida espiritual y testimonio
de vida como ejemplo para la comunidad, aceptación del obispo y
de la comunidad a la que se designa y disposición a la formación
teológica necesaria.