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Gonzalo N. Bustos Preiti DNI: 36.156.159 gonzalobustos1010@gmail.

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En el presente trabajo, con el fin de sintetizar y cumplir con los caracteres


requeridos, opte por un análisis global. Cada consigna tiene diversos ítems con el fin de
guiar a los alumnxs en la construcción de la respuesta. Concretamente he trabajado con
cada ítem en particular para posteriormente elaborar una respuesta general, global y con
cierta cohesión con el fin de agilizar la lectura. Hay algunas consideraciones que las
expreso en un fragmento específico pero, bien pueden, abarcar a ambos autores. De la
misma manera, mis balances personales, respecto a puntos fuertes o críticas hacia los
fragmentos y líneas de pensamiento seleccionados, los redacté en el cuerpo de la
respuesta. Me pareció mucho más dinámico integrar todos los conceptos antes que
segmentarlo de manera cuadrada en pregunta a, b, c, etc. Espero haber acertado en la
decisión…

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Gonzalo N. Bustos Preiti DNI: 36.156.159 gonzalobustos1010@gmail.com

1) Definir el concepto de “revolución” ha resultado problemático desde que el


término tuvo una difusión cuasi universal y fue aplicado a una gran cantidad de eventos a
los que se les atribuye un significado de cambio extremo y radical. H. Arendt, baluarte
filosófico del revisionismo, debate fuertemente con el marxismo respecto al concepto de
revolución. Sus trabajos constituyen la base filosófica de toda la historiografía actual
latinoamericana dominante. Dicha autora entiende por revolución cuando en la misma está
presente el “pathos” de la novedad y cuando ésta aparece asociada a la idea de la libertad.

Desde una perspectiva marxista, Neil Davidson en su obra “Transformar el mundo.


Revoluciones burguesas y revolución social” lleva a cabo un pertinente análisis sobre el
concepto de revolución. Dicho autor expone su propia concepción de la revolución
burguesa manteniendo como tesis principal su naturaleza no exclusivamente política, sino,
sobre todo, social, esto es, como revoluciones que se han desarrollado a lo largo de más de
tres siglos y han supuesto, con sus variantes y características específicas, la introducción,
con la eliminación definitiva del feudalismo o sus residuos, del orden capitalista que
domina hoy en el mundo.

Entonces, ¿Qué es una revolución? y, ¿qué la hace burguesa o social?¿Existió la


denominada revolución de mayo? ¿Fue una revolución burguesa? Estos son algunos de los
interrogantes que vamos a trabajar a partir de los fragmentos expuestos en las consignas.

F.X. Guerra, autor del primer fragmento a trabajar perteneciente a su obra


Modernidad e Independencias, abre ante nosotros (desde una perspectiva revisionista) un
panorama sumamente interesante sobre esta cuestión, al analizar las revoluciones que
tuvieron lugar en América, así como la relación de España con estos acontecimientos. En el
periodo comprendido, Guerra observa signos de modernidad encarnados en sus diversas
formas de sociabilización, así como también en el lenguaje utilizado por las elites
intelectuales que son las que conducirán al resto de la sociedad a los umbrales de la
modernidad. Estas elites se no se conforman por su posición económica o política, sino por
su pertenencia a un mismo mundo cultural, entre los cuales podemos encontrar
universitarios, funcionarios reales, clericós, entre otros, siendo este grupo el que se
encargará de difundir e ir construyendo el nuevo imaginario tanto político como social.

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En el caso del fragmento de G. Di Meglio perteneciente a Introducción al Dossier


Lo revolucionario en la Revolución, el autor niega el carácter de revolución burguesa de la
revolución de independencia respecto a la finalización de la etapa feudal del Río de la Plata.
Para el autor, no una revolución burguesa. A continuación, vamos a debatir contraponiendo
al autor con cierta perspectiva marxista a través de los autores trabajados en la materia. Un
aspecto claro en el debate es la naturaleza de la revolución. Para Di Meglio los
acontecimientos de mayo de 1810 es una revolución pero no porque transforma las formas
de producción como expone Harari o Davinson sino, como evidenciamos en el texto,
porque transforma las formas por las cuales se manda y se obedece, que es la clave en la
sociedad humana. Este “unos mandaban y otros obedecían” tiene que ver con la idea del
problema de la soberanía. Otro aspecto es la transformación de la clave dominante, el
comerciante va a devenir en terrateniente (no burgués) sumado al ingresó de las clases
populares en la dinámica política. Por primera vez en la región, las clases populares
desafiaron el orden vigente y ahí, observa Di Meglio, se evidencia la lucha de clases. En la
resolución hubo luchas de clases pero la revolución no parte de ella sino que genera las
condiciones para que se de esta lucha de clases. Otro aspecto que destaca, es la dislocación
de la economía. Una economía que dependía de la articulación minera se transforma hacia
el mercado atlántico (cambio espacial). Por último, como se puede observar en las últimas
líneas, es una revolución porque para los sujetos históricos así lo fue.

La línea revisionista de Di Meglio entra en debate con la interpretación marxista de


F. Harari o Davinson respecto de la condición burguesa de la revolución. Se cuestiona si la
revolución es burguesa porque sus protagonistas son burgueses o porque sus efectos son
burgueses. Como observamos en el texto Los contra los sujetos históricos son burgueses y
la misma está conformada por hacendados. Di Meglio niega cierta condición de burgueses a
los hacendados bonaerenses como sujetos revolucionarios. Expone la imposibilidad de
demostrar porqué el Río de la Plata era feudal. Dicha diversidad en la relación de
producción, se da sin que la masa asalariada fuera predominante. Al mismo tiempo, se
pregunta ¿De qué manera las relaciones de producción definen esa burguesía? Los
hacendados buscan libertad de comercio lo cual no es necesariamente revolucionario.
Respecto al sujeto histórico, si no hay ninguna formación de clase antes de la revolución, es
imposible cualquier revolución burguesa. Los comerciantes monopolistas son aquellos que

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se oponen a la revolución. Una clase no solamente es lo que es, sino es lo que es y lo que va
a ser, porque sus relaciones objetivas están en contradicción (Di Meglio niega cierta
condición de burgueses a los hacendados bonaerenses que poseen tierras o son
arrendatarios y se dedican a la producción como sujetos revolucionarios).

2) La idea de este trabajo es examinar el problema de las clases sociales, en particular en


sociedades pre-capitalistas. Nuestro objetivo es, en principio, trabajarlo como herramientas para
pensar las sociedades americanas. Es importante delimitar los conceptos que se vamos a llevar a
cabo nuestro análisis. Antes de adentrarnos en el concepto de clase, es necesario remitirnos a la
idea/teoría de las elites (herramienta fonética, no intelectual). Su importancia se debe que la
adopción de dicha teoría cumple el rol básico de obviar la teoría de las clases.

Según P. Carasa es su trabajo De la Burguesia a las Eites, entre la ambigüedad y la


renovación cultural, estudia cómo la teoría general de las elites llega a la historiografía española
más por su contexto ideológico que por su contenido teórico. El autor, reconoce en su artículo el
concepto de elite como un acuerdo profesional. ¿Podemos utilizar el concepto de elite para el
desarrollo de una temática específica o debemos hablar de clase social? El concepto elite encubre
frecuentemente eclecticismo ideológico, pobreza teórica y actúa de comodín vacío y oportunista
de huida ideológica. Esta teoría destierra la idea de clase, y que una sociedad puede entenderse
por el conjunto de sus partes. Destierra la pregunta de dominadores y dominados debido al origen
del poder político y social. El concepto/ teoría de la elite proviene del funcionalismo proto-
facista italiano.

Como trabajamos en los teóricos, entendemos por clase social al conjunto de


personas, en concreto. Para eso debemos preguntarnos: ¿Cómo esa sociedad se reproduce
como tal? ¿Cómo se organiza socialmente para reproducirse? Una clase social no es una
relación ya que se puede identificar su evolución. Es una categoría relacional. Esa relación
esta mediada por un objeto y tiene una función específica que es una relación de
explotación. La función de la relación es producir el fenómeno de la explotación. Esta
relación determina un antagonismo social. Incompatibilidad del desarrollo de ambas clases
sociales. Ese antagonismo es la génesis del conflicto social.

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El punto de partida es una matriz de inspiración marxista. El fragmento a trabajar


pertenece a un libro del historiador J. C. Chiaramonte titulado: Usos políticos de la
historia. Lenguaje de clases y revisionismo histórico. Como podemos observar en el texto,
el autor indaga sobre los modos en que una matriz discursiva opera como productora de
sentido. Desde su perspectiva, esa tendencia a individualizar fenómenos históricos
colectivos se patentiza en el Manifiesto comunista, en el cual las clases (burguesía,
proletariado) pasan a adquirir atributos subjetivos y personales, configurando así un patrón
narrativo de fuerte atracción. En cambio, el análisis de una coyuntura política particular
habría de exigirle otra estrategia discursiva. R. Fradkin, en su trabajo, ¿Estancieros,
hacendados o terratenientes?, realizó una muy sugestiva indagación sobre los conceptos y
categorías que permitieran dar cuenta de la formación de la clase terrateniente en Bs As
desde mediados del SXVIII. En primer lugar intentó dilucidar el problema de la utilización
de categorías históricas y analíticas, explorando qué se expresaba en la época al decir
estanciero, hacendado, criador o ganadero, ya que no estaban claramente diferenciadas en
las fuentes en lo que hace a la descripción de las ocupaciones, pero tampoco son sinónimos,
expresando la ambigüedad de un contexto social determinado.

En el texto de Meriño Fuentes, Familias, agregados y esclavos. Los padrones de


vecinos de Santiago de Cuba, podemos observar una propuesta metodológica encarnada en
el análisis de censos y padrones vinculados en algunos aspectos a la dinámica de estudio
que se llevó a cabo para la campaña de Bs. As. El autor realiza un trabajo empírico basado
en censos y padrones en la cual busca trayectorias y características demográficas. Realiza
una tipología de hogares organizados por los lazos parentales, familias principales y
agregados considerando al vínculo relacional personal.

En el Rio de la Plata no observamos una comunidad que funcionase como tal


(capacidad de reproducción interna). Al contrario, Frandkin en sus textos habla de la
posibilidad de usufructuar el suelo de uso común. Una comunidad requiere un
funcionamiento interno, una estructura que no está cotejado en el Río de la Plata. El
campesino no es por sí mismo un concepto de clase, la clase campesina. El campesino hace
referencia a la relación de un productor directa con una tierra, a la relación de ese sujeto
con la parcela (pequeña familia campesina). No hay clase pero si una comunidad. No

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podemos hablar de una comunidad campesina como clase sobre la base de una relación de
explotación. No al menos en una etapa capitalista embrionaria.

Por último, cumpliendo con la consiga, analizaré los fragmentos de los autores bajo
los conceptos trabajados por M. Godelier. Según la categorización que realiza el autor en su
trabajo: Economía, fetichismo y religión en las sociedades primitivas, ambos fragmentos
son claramente funcionalistas. En el primero (perteneciente a Chiaramonte) realiza una
crítica a Marx y Engels. En el segundo (Frandkin) se pregunta por la configuración
específica de determinados sectores, clases sociales a partir de determinadas pautas,
mecanismos y código de comportamiento. Por lo tanto, ambos textos poseen una discusión
en torno al marxismo, sus usos y prácticas, el segundo (en particular) entorno a una
historiografía más de tipo marxista, a cierto individualismo metodológico para afirmar un
funcionalismo metodológico. Es una escuela, fuertemente, positivista o empirista que
realiza un trabajo de campo, etnología, etc. El funcionalismo entiende por sociedad a un
sistema de relaciones conformado por subsistemas o una totalidad de interrelaciones que se
concreta fundamentalmente en que cada elemento de esa relación, es decir, cada sistema
cumple una determinada función social. Es por lo tanto una teoría que elabora una crítica a
cualquier tipo de individualización de las acciones sociales. Chiaramonte crítica la forma en
la cual conciben a las clases sociales de manera individualizada. Esto le otorga atributos a
las clases sociales que son formaciones colectivas y que cumplen determinadas funciones
de acuerdo a las normas, códigos, costumbres, prácticas que esas clases reproducen o
contestan.

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Bibliografía

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estructuralista y marxista”.

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