DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO MAESTRIA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN MENCIÓN ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA
VALOR DEL DESARROLLO ORGANIZACIONAL COMO
FACTOR TRANSFORMATIVO
Desarrollo Organizacional
Autora: Adriana Sierra
Facilitadora: Hilda Abache
Maracay, Marzo 2020
Valor del Desarrollo Organizacional como Factor Transformativo
El proceso administrativo tal como lo conocemos en nuestros días fue creciendo y
evolucionando junto con la humanidad a través del tiempo, el mismo se remonta desde que existieron las primeras comunidades organizadas y de allí nace lo que se conoce como jefe y subalterno siendo esto destacado como administración empírica. Posteriormente, fue empleado el método científico en la conducción de las actividades comerciales y empresariales surgiendo de esta forma la administración científica moderna. No obstante, no es sino hasta principios del siglo XX que la administración se estudia más profundamente por los diversos pensadores. Entonces, puede decirse que la administración es el resultado histórico e integrado de la contribución de numerosos precursores, filósofos, físicos, economistas, estadistas, ingenieros, empresarios y otros que con el pasar de las décadas fueron cada uno en su campo respectivo popularizando y difundiendo las diversas teorías y pensamientos. Siendo así, no es de extrañar que el pensamiento administrativo utilice ampliamente principios y conceptos propios de ciencias como las matemáticas, al igual que de la estadística, así como de las ciencias humanistas psicología, sociología, biología, educación, etc., las ciencias físicas como la química, física, y por supuesto se emplea el derecho y la ingeniería. Al transcurrir los tiempos y cónsono a las distintas exigencias de cada momento, han emanado diferentes corrientes o escuelas del pensamiento administrativo que bajo ciertas perspectivas han contribuido a conformar una serie de teorías, filosofías y principios que aún siguen vigentes. Pero cabría preguntarse ¿cuáles de estas corrientes, principios o filosofías serán las que más se ajustan o las que se pueden usar en una situación específica, en una empresa, organización, institución, etc.?, la respuesta es sencilla el administrador o gerente es el que decidirá la que se utilizará tomando en cuenta una serie de factores del entorno en el que se desenvuelve. Por lo tanto, es el que debe reconocer las escuelas administrativas existentes, así como los principios, supuestos, efectos e implicaciones con el fin de evaluar sus fortalezas y debilidades y seleccionar o adaptar aquello que le sea más útil. Ahora bien, algunas escuelas de pensamiento administrativo se fundamentan en la administración como tal y hacen énfasis en los procesos y en la organización, otras se basan en las personas y otras en factores externos. De esta forma, la Escuela Clásica; concibió la organización como un sistema cerrado sin conexión con su ambiente exterior, la Escuela de las Relaciones Humanas; comprende un enfoque hacia el ambiente interno, lo que era válido para una organización humana era válido para las demás, la Escuela de la Burocracia; solo se preocupó por los aspectos internos y formales de un sistema cerrado, sin la participación individual, entre tanto la Escuela Estructuralista; hace el primer enfoque en la interacción organización-ambiente y se ve a la organización como un sistema abierto. Es en la Escuela de Sistemas; donde surge la preocupación por la creación de modelos abiertos más o menos definidos que interactúan en forma dinámica con el ambiente y en la Escuela Situacional o Contingencial es donde se observan las organizaciones de adentro hacia fuera, aquí son los factores externos los que condicionan las características organizacionales (culturales, políticos, económicos, sociales etc.). Los cambios innovadores que se están presentando en el mundo durante los últimos años incluyen a la economía, las finanzas, los impuestos, negocios o empresas, procesos administrativos y productivos, aspectos relacionados con la contabilidad, entre otros. Por lo tanto, las empresas, instituciones y organizaciones sean éstas grandes, medianas o pequeñas o se dediquen a la comercialización, la educación, la fabricación, la prestación de servicios entre otras, no pueden desligarse de dichos cambios que constituyen la globalización que no es más que una agrupación de países en mercados y actividades comunes. A medida que ha ido evolucionando la sociedad moderna los procesos organizativos se han vuelto vitales e indispensables, la complejidad e interdependencia de las organizaciones se han convertido en un aspecto crucial para los mismos y sobresalen como un factor clave tanto para el mejoramiento de la calidad de vida como para la solución de los problemas más complejos que afectan a la humanidad. Visto de esta forma, es evidente pensar que al pasar los años las organizaciones evolucionen y con ellas todas sus actividades, las cuales deben someterse a las variaciones que necesariamente se lleguen a producir y de esta manera poderse combinar y manejar de forma más eficiente las mismas. En este sentido, cabe destacar que hoy más que nunca la dirección de una institución debe estar capacitada de acuerdo a los tópicos modernos que el presente demanda, para ello no solamente debe prepararse para evaluar sus alcances y repercusiones, sino el adaptarlos de acuerdo a los requerimientos que los escenarios exigen. Las condiciones que imperan en esta época de crisis y la necesidad de convivencia y labor de grupo, requieren de una eficiente aplicación de la disciplina de la organización que se verá reflejada en la productividad y eficiencia de la organización que así lo requiera. Todo lo anteriormente señalado, conlleva a establecer entonces cómo nace la filosofía del desarrollo organizacional y la misma se derivó a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta como una estrategia singular para mejorar la organización, este surgimiento está basado en los descubrimientos de la dinámica de grupo y en la teoría y la práctica relacionadas con el cambio planificado, por lo que el desarrollo organizacional ha evolucionado tanto hasta llegar a ser una estructura integrada de teorías, principios, normas y prácticas capaces de resolver o ayudar a solucionar gran parte de la problemática importante a los que enfrenta el lado humano de las organizaciones. En este mismo orden de ideas, se puede definir Desarrollo Organizacional y según Rosenberg (1999) consiste en “un proceso planificado de reeducación y formación, diseñado por personal administrativo para facilitar la adaptación a las exigencias provenientes del entorno de la empresa” (p. 131). Ahora bien, en las grandes instituciones es donde se manifiesta mayormente la función organizativa por su magnitud y complejidad, sin embargo, para las pequeñas y medianas sociedades la organización es importante motivado a que al mejorarla obtendrán un mayor nivel de competitividad, al coordinar mejor sus elementos esto es maquinaria, talento humano, mercados, procesos, entre otros. Es por ello que, las organizaciones se ven sujetas a una presión cada vez mayor para prever y responder a las diversas fuerzas a las que se enfrentan como lo son empleados, consejos administrativos, consumidores, competidores, proveedores, acreedores, gobierno, medios de comunicación y otros, por lo que muchas han optado por utilizar una serie de herramientas o nuevos enfoques para responder ante un entorno que evoluciona con rapidez y de esta manera lograr mayores beneficios, utilizando racionalmente los recursos disponibles y producir bienes y servicios de calidad óptima y a precios competitivos. De acuerdo a lo antes planteado, las empresas e instituciones no pueden actuar por sí solas porque existen fuerzas y presiones internas o externas que las afectan bien sea positiva o negativamente. Ahora bien, las concepciones tradicionales de la administración prestaban poca atención al ambiente organizacional o natural, con justificada razón, debido a que el ambiente externo de las organizaciones era principalmente estático y estable, es decir sin variantes. En cambio, en la actualidad el mundo es muy diferente y se presentan frecuentemente alteraciones en el ambiente principalmente por las tendencias tecnológicas, políticas, económicas, sociales, educativas, que pueden ser la causa de que una institución tenga éxito o no. También, las personas que llevan la batuta en las diversas instituciones deben prestar atención al medio natural donde se desenvuelven, a efecto de conservar el mundo para las generaciones futuras. El entorno externo puede mostrar signos oportunos de los cambios que puedan afectar las actividades y operaciones de las organizaciones y los encargados de la dirección deben analizar constantemente estas señales para adaptarse satisfactoriamente a las mismas, la información puede provenir de distintas fuentes como rumores del sector económico al cual pertenezcan, directores de otras instituciones, informes y estadísticas del gobierno, publicaciones especializadas de expertos, de bancos de datos computarizados, de datos provenientes de la propia organización y esta información puede alertar a la gerencia que está sucediendo algo y estar atentos y prevenidos. El desarrollo organizacional constituye un procedimiento que no tiene fin, motivado a que son cambiantes el entorno donde se desenvuelven las instituciones sea éste local, nacional, internacional, los procesos, el personal, la tecnología, las formas de laborar, las instituciones como tal, etc. Cualquier cambio que se genere influye en el trabajo de la empresa y entonces al desarrollo organizacional le corresponde calcular el impacto que generaron estas modificaciones y responder a ellas dentro de la visión, los valores y la misión de la empresa. De igual modo, el desarrollo organizacional es parte fundamental de la gestión del cambio en una empresa, cambio que es inevitable, y es un trabajo determinante que, cuando no lo hace un departamento experto de la institución, lo hará el director aunque no sepa que lo esté haciendo o cómo lo va a hacer. Las variaciones o cambios en el contexto actual se han transformado en una de las operaciones más habituales para nuestras instituciones, a pesar de esto el desafío es inmenso y la ventaja competitiva radica en los conocimientos y recursos que se tengan para afrontar dichas variaciones. Aparece de esta manera el Cambio Organizacional que para Martínez (2009) no es más que “la capacidad de adaptación de las organizaciones a las diferentes transformaciones que sufra el medio ambiente interno o externo, mediante el aprendizaje” (p.145). Estos cambios se producen por la conjunción de fuerzas que pueden estar dentro o fuera de la organización y que se relacionan con plataformas tecnológicas, nuevas maquinarias, sustitución de personal directivo, técnico, administrativo u obrero, cambios de metodología en sistemas y procedimientos, decretos gubernamentales o nuevas leyes, variaciones en la economía, mercado, consumidores, etc. Una vez establecido por la institución que se van a instituir los cambios que se generaron en la toma de decisiones los mismos deben ser permanentes, para que se adapte la organización lo más rápido posible y romper así con el equilibrio existente, para transformarlo en otro mucho más provechoso económicamente hablando evitando la Resistencia al Cambio. Estos cambios deberán ser comunicados a todos los niveles de la institución porque si no hay una comunicación adecuada sobre los cambios implementados conlleva a que los involucrados se resistan a los mismos; en numerosas ocasiones las personas juzgan negativamente al cambio exclusivamente por lo que sucede en su contorno íntimo (su grupo de trabajo, su sector, su gerencia), sin considerar los beneficios globales que obtiene la empresa en su conjunto. Ahora, si las personas tienen suficiente información sobre el cambio, pueden ofrecer también cierta resistencia simplemente porque perciben que no pueden cambiar. Sucede que se sienten condicionadas por la organización, no saben cómo hacer lo que deben hacer o no tienen las habilidades requeridas o las herramientas necesarias por la nueva situación. Finalmente, el desarrollo organizacional es un programa educativo a largo plazo, orientado a mejorar los procesos de solución de problemas y de renovación de una organización, mediante una administración que se base en la colaboración y en la efectividad de la cultura de la empresa, con ayuda de un agente de cambio, o mediante el uso de la teoría y de la tecnología pertinentes de acuerdo con la ciencia del comportamiento organizacional, orientándola hacia un panorama satisfactorio. En lo concerniente a desarrollo organizacional están envueltos aspectos tales como actualización, activación, renovación, energía, revitalización de las empresas por medio del el talento humano y recursos técnicos destacando la necesidad de evitar la decadencia y la obsolescencia empresarial, haciendo uso de sus procesos con el fin de producir resultados de cambios dentro de la organización para que puedan lograr sus objetivos empresariales. Es de vital importancia que haya un líder en la organización, que esté capacitado para enfrentar las distintas situaciones con el talento humano que trabaja en la institución, guiándolas hacia el cambio, modificando la conducta de las personas, sus actitudes, creencias con el objeto de que ellos mismos se puedan identificar con las modificaciones implementadas y aplicar las mismas, generalmente con la ayuda de un agente de cambio externo o consultor. Referencias Bibliográficas
Chiavenato, I. (1999). Introducción a la Teoría General de la Administración.
Bogotá. McGraw-Hill.
González, I. (2008). Desarrollo Organizacional: Aspectos Conceptuales y su
Evolución Histórica. Venezuela. Universidad Nacional Abierta.
Martínez, C. (2009). Introducción al Desarrollo Organizacional: Empresa y su
Entorno de acción. Colombia.
Perozo, G. (2003). Cambio y Desarrollo Organizacional. Venezuela. Universidad
Nacional Abierta.
Rosenberg, J.M. (1999). Diccionario de Administración y Finanzas. España. Cuarta
Edición. Grupo Editorial Océano.
Velásquez, F. (2002). Escuelas e Interpretaciones del Pensamiento Administrativo.