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Capítulo III: La región de la conciencia pura

Parágrafo 47: El mundo natural como correlato de la conciencia

En actitud natural, le damos a las cosas intuidas una “verdad física” que le sirve de base o trasfondo.
Es concebible que el mundo intuitivo sea el último, por “detrás” no hay nada. O también, que no
haya nada añadido al mundo intuido
Simple experiencia, intuiciones en que se da algo. Ese algo son cosas persistentes, unidades
intencionales en medio de multiplicidades y apariencias.
Lo que las cosas son lo son en cuanto cosas de la experiencia, tienen un sentido impuesto por la
experiencia.
Vivencia empírica → consideración eidética (necesidades, posibilidades esenciales, variantes
esencialmente posibles) → Resultado: correlato de nuestra experiencia fáctica llamado “el mundo
real” como caso especial de una multiplicidad de posibles mundos y no mundos, que por su parte no
son nada más que correlatos de variantes esencialmente posibles de la idea “conciencia empírica”
con sus complejos sometidos a un orden mayor o menor.”
Concepto de trascendencia de la cosa: sacarlo del contenido actual y propio de la percepción…. La
idea de la trascendencia es el correlato eidético de la idea pura de la experiencia comprobatoria.
Jamás es un objeto existente en sí un objeto tal que no le afecta para nada la conciencia y su yo
La cosa es una cosa del mundo circundante. Las cosas tácitas, posibles, latentes, inclusive.
Las cosas son motivadas en el orden de la experiencia.
Las motivaciones varían según los contenidos. Son formas esenciales.
La esencia configura las experiencias actuales y también las posibles, es la condición trascendental
de aquellas, lo que las posibilita.
Horizonte indeterminado pero determinable de los actos de la conciencia.
El horizonte tiene como correlato los componentes determinables de las experiencias
Configuraciones motivadas, trazadas de antemano por el tipo esenciales.
Formas y reglas esencialmente determinadas o ligadas a tipos a priori.

Parágrafo 48: Posibilidad lógica y contrasentido efectivo de un mundo fuera de nuestro mundo

[Nos-otros / el otro, la alteridad]


- Todo mundo debe ser experimentable para algún yo actual
- Lo que es cognoscible para un yo tiene que ser por principio cognoscible para todo yo. Aunque
fácticamente no todos están ni pueden estar con todos en relación de “intrafección”, de inteligencia
mutua, por ejemplo, no estamos nosotros con los espíritus quizá vivientes en los más lejanos
mundos estelares, sin embargo, y consideradas las cosas en principio, existen posibilidades
esenciales de establecer una inteligencia mutua, o sea, posibilidades también de que los mundos
empíricos fácticamente separados se fundan mediante nexos de experiencia actual en un solo
mundo intersubjetivo, el correlato de uni-verso de los espíritus (de la ampliación universal de la
comunidad humana)”
- El mundo humano no está ahí, no surge espontáneamente, sino que es construido por un trabajo de
inteligencia mutua. Se unen los mundos empíricos de todos los yoes.
- Espíritu. No un sentido religioso, sino un ánima, seres animados.

“Si en general hay mundos, cosas reales en sentido estricto, las motivaciones empíricas que las
constituyen tiene que poder entrar en mi experiencia y en la de cualquier yo”
Parágrafo 49: La conciencia absoluta como residuo de la aniquilación del mundo

Uso polémico de “aniquilación”

“La existencia de un mundo es el correlato de ciertas multiplicidades empíricas señaladas por


ciertas formas esenciales.”

Trascendencia de cosas: posibilidad del no-ser entrañada en su esenciales


Lo real, lo que se le aparezca a la conciencia, no es necesario para la conciencia.
El mundo de las cosas trascendentes está íntegramente referido a la conciencia
Ser trascendente: matices, escorzos, ser accidental y relativo
Incluye el ser real en sentido estricto del yo humano y de sus vivencias de conciencia en el mundo,
conexiones psicofísicas, realidades singulares y subordinadas
El mundo espacio-temporal entero es un mero ser intencional por su sentido o un ser tal que tiene el
mero sentido secundario y relativo de ser un ser para una conciencia.

Conciencia considerada en su pureza


Ser inmanente: ser absoluto, necesario, no se da por medio de matices ni escorzos ni apariencias.
Orden del ser encerrado en sí; no está “dentro” de un continuo espacio-temporal
El ser de la conciencia, de toda corriente de vivencias en general, queda modificado por la
aniquilación del mundo de las cosas, pero intacto en su propia existencia.

Aniquilación del mundo: quedan excluidos ciertos órdenes de experiencias y ciertos órdenes de la
razón teorizante orientada a tales experiencias.

Parágrafo 50: La actitud fenomenológica y la conciencia pura como campo de la fenomenología

La realidad carece de independencia. No tiene “esencia absoluta” sino que tiene la esencia de algo
que por principio es sólo intencional, sólo para la conciencia.

Reducción fenomenológica: se desconecta el universo natural psicofísico y queda el campo de la


conciencia pura en su absoluto ser puro.
Se deja atrás la actitud natural, todas las tesis trascendentes, los actos inherentes a la conciencia
constituyente de la naturaleza. Vida ingenua. Se lleva a cabo los actos mediantes los cuales está ahí
para nosotros el mundo, ahí adelante, lo real. Se cultiva la ciencia natural. Pensamientos ordenados
según la lógica de la experiencia. En lugar de vivir en la ejecución de las tesis cogitativas de la
actitud natural, se ejecutan actos de reflexión dirigidos a ellas y se aprehenden estos actos como el
ser absoluto que son.

La conciencia pura alberga en sí todas las trascendencias del mundo, las constituye en sí. Actos de
segundo grado, en que se da el campo infinito de las vivencias absolutas. Campo fundamental de la
fenomenología.

Parágrafo 51: El significado de las consideraciones trascendentales previas

“la naturaleza sólo es posible como una unidad intencional motivada en él [campo de conciencia
pura] por relaciones inmanentes” La conciencia constituye la unidad

“nuestro prescindir del mundo entero bajo la forma de la reducción fenomenológica es algo
totalmente distinto de una mera abstracción de componentes de conjuntos más amplios”
Concebir vivencias de conciencia sin concebirlas entretejidas con la naturaleza
“tampoco quiere decir la reducción fenomenológica un mero restringir el juicio a un fragmento
coherente del ser real total”

Dominio de las vivencias absolutas: encerrado herméticamente en si; es por esencia independiente
de todo ser de un mundo, de una naturaleza, y no ha menester de éste para su propia existencia.

La existencia de una naturaleza no puede condicionar la existencia de la conciencia, puesto que se


presenta ella misma como correlato de esta última; la naturaleza sólo existe en cuanto se constituye
en órdenes regulados de conciencia.

Parágrafo 52: Complementos. La cosa física y la “causa desconocida de las apariencias”

No hay detrás de la cosa una causa desconocida; no hay detrás de la “falsa” apariencia una
“verdadera” cosa. Lo primero no sustituye a lo segundo. No hay una causa escondida de las
apariencias. No hay una imagen que remita a algo fuera de ella que sea aprehensible en sí mismo
(representación → intuición)

La cosa física no es extraño a lo que se aparece, se da a conocer en ello y a priori sólo en ello. La
cosa que aparece es signo de sí misma.
“La cosa que aparece con estas y aquellas cualidades sensibles en las circunstancias fenoménicas
dadas es para el físico – que en general ha llevado a cabo ya la determinación física de semejantes
cosas – índice de una multitud de propiedades causales de esta misma cosa que en cuanto tales se
dan a conocer justamente en cadenas de apariencias de índole bien conocida.”
“Lo que se da a conocer en ellas es patentemente – justo en cuanto se da a conocer en unidades
intencionales de vivencias de conciencia – trascendente por principio.
“tampoco la trascendencia superior de la cosa física significa un ir más allá del mundo de la
conciencia o de todo yo que funcione como sujeto de conocimiento”

“Sólo cometiendo un contrasentido se enlazan, pues, al cosa sensible y la cosa física por medio de
la causalidad. En el realismo habitual se confunden las apariencias sensibles, esto es, los objetos
que aparecen en cuanto tales (que son ya trascendencias), en virtud de su “mera subjetividad”, con
las vivencias absolutas del aparecer, de la conciencia que experimenta en general, vivencias que los
constituyes.

La trascendencia de la cosa es constituida por la conciencia y está ligada a ella


Trascendencia: objetividades de la naturaleza, meras cosas, objetividades axiológicas y prácticas
fundadas en aquellas )objetos estéticos, productos de la cultura, etc).

Parágrafo 53: Los seres animados y la conciencia psicológica

El mundo en su plenitud es un mundo psicofísico


Realidades animadas: corrientes de conciencia unidas a los cuerpos animados

Por una parte, la concia es lo absoluto en que se constituye todo lo trascendente (el mundo
psicofísico entero)
Por otra parte, la conciencia es un proceso real en sentido estricto subordinado dentro del mundo

La conciencia puede participar de la trascendencia por su relación empírica con un cuerpo, con una
naturaleza material. La conciencia no pierde, al relacionarse psicofísicamente con lo corporal, nada
de su esencia propia. El ser corporal aparece en escorzos sensibles. La conciencia, la corriente de
vivencias de la que se tiene experiencia enlazada con lo corporal, no es convertida en algo que
aparezca por escorzos. Pero así es como se jace árte itegrante de la naturaleza.
Sólo mediante el enlace de la conciencia y el cuerpo en una unidad intuitivo-empírica natural es
posible algo así como una comprensión mutua entre los seres animados. Sólo por este medio puede
cada sueto cognoscente encontrarse con el mundo en su plenitud, consigo mismo y con otros
sujetos, y a la vez reconocer en él un mismo mundo circundante

“en esta apercepción sui generis se constituye una trascendencia sui generis: aparece un estado de
conciencia de un sujeto-yo idéntico, real en sentido estricto, que da a conocer en él sus propiedades
individuales y reales en el mismo sentido y del que se tiene conciencia como único en el cuerpo en
que aparece.”

Actitud psicológica: se diriga la mirada al objeto apercibido a través de la apercepción trascendente,


se dirige a las vivencias
La actitud fenomenológica, se dirige reflexivamente a la pura conciencia apercipiente, descoecta las
posiciones trascendencias y se vuelve hacia la conciencia pura donde se encuentra con la
apercepción del estado que es una vivencia pura

La vivencia pura “reside” en la apercibida ´sicologicamente. Con su propia esencia toma la forma
de estado y cn ésta la referencia intencional al yo humano y al cuerpo humano

Parágrafo 54: Continuación. La vivencia psicológica trascendente es contingente y relativa, la


vivencia trascendental es necesaria y absoluta

Disolución del hombre psicofísico → disolución de estados de un yo personal → disolver las


formas intencionales → reducción a las vivencias puras
Se disuelves las unidades intencionales de experiencia (cuerpo, alma, sujeto-yo empírico), las
vivencias en sentido psicológico

“los estados psíquicos remontan a regulaciones de vivencias absolutas en que ellos se constituyen,
en que toman la forma intencional y a su manera trascedente de estado”

Todas las unidades empíricas y también las vivencias psicológicas son índices de complejos de
vivencias absolutas; todas son trascendentes, meramente relativas, contingentes.

A la vivencia empírica le hace frente, como supuesto de su sentido, la vivencia absluta


Todo lo psiquico en el sentido de la psicologia son unidades empiricas, son meras unidades de
constitucion intencional (sentido), meramente intencionales, meramente relativas.

Parágrafo 55: Conclusión. Toda realidad en sentido estricto existe por obra de un “dar sentido”.
Nada de “idealismo subjetivo”

“todas las unidades reales en sentido estricto som unidades de sentido. Las unidades de sentido
presuponen una conciencia que de sentido, que por su parte sea absoluta y no exista por obra de un
dar sentido”

Realidad y mundo son rótulos para ciertas unidades de sentido válidas, unidades de sentido
referidas a ciertos complejos de la conciencia pura o absoluta que por su esencia dan sentido y
comprueban la validez de todo sentido justamente en determinada forma y no en otra.

Conciencia absoluta como campo del dar sentido, esfera del ser de orígenes absolutos

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