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marnos una imagen tan diferente, una imagen más pa- Después de todo lo dicho, resulta fácil advertir

cil advertir que


recida a aquella que caricaturiza Umberto Eco en El el texto en cuestión, bajo sus seductoras apariencias,
nombre de la rosa cuando habla de un mentado "Doc- disimula una exhaustiva tensión conceptual y exige,
tor Quadratus", sorbonícola que vivió y profesó en la para quien se proponga traducirlo, una atención re-
gris época dorada de la escolástica. Abro esta obra y me partida entre el rigor estético y el rigor disciplinario.
digo: "he aquí que es necesario pensar todo otra vez". Si, como en este caso, uno está siempre más tentado
Leyendo este libro turbador, podríamos preguntar- por la literatura que por la semiótica, la traducción se
nos: si la semiótica está llamada a intervenir de ese modo vuelve una aventura de düícil pronóstico. Por ello es ne-
en la vida de los hombres ¿su realización será también cesario agradecer la ayuda brindada por Teresa Keane,
su disolución? De cualquier modo, parece evidente que cercana colaboradora de Greimas, quien revisó mi
la semiótica ha dejado de ser, progresivamente, una trabajo y lo mejoró con oportunas sugerencias.
disciplina de contornos precisos para ser cada vez más Puebla, junio de 1989
un espacio móvil, intersticial, una red de vasos comu-
nicantes distribuida por el ancho cuerpo de la cultura,
una mirada ordenadora a la que nada le es ajeno y todo
J
le es extrafto, una mirada atraída por esa profundidad
donde, para decirlo con Rilke, "todo se vuelve ley".
, Desvío o confirmación; este libro nos informa de la
vitalidad del proyecto semiótico en el mismo momento
en que, entre nosotros, el interés por esta disciplina
conoce una declinación. La semiótica ya no está de
moda. Lejos de ser una desventaja, ello configura una
situación favorable para su desarrollo. Ahora que la
ansiedad de los círculos que dirigen el gusto se ha des-
plazado hacia otras latitudes, la semiótica puede, con
mayor serenidad, encaminarse hacia su propia plenitud.
Si esa plenitud termina por hacerla invisible y ubicua,
es decir, si la incorpora definitivamente a nuestros há-
bitos mentales y por eso la disuelve, entonces podría
pensarse que ha cumplido su propósito. De todos mo-
dos, es interesante llevar al lector de habla hispana esa
"otra" cara de Greimas y su teoría, proponiéndole la
sugestión de estas páginas.
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