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Startups y empresas jóvenes ante el COVID-19: impactos y respuestas desde el

ecosistema
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impactos-y-respuestas-ecosistema/
Startups y empresas jóvenes ante el
COVID-19: impactos y respuestas desde
el ecosistema
May 14, 2020 by Hugo Kantis - Pablo Angelelli - Juan Federico - Cristina Fernández 5
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Si bien existe un buen número de empresas jóvenes y startups innovadoras que


están aportando soluciones a los desafíos que ha traído el COVID-19, la realidad
nos muestra que estos emprendimientos y las organizaciones que los apoyan
están sufriendo duramente los impactos de la pandemia.

Un estudio reciente del BID y Prodem explora estos impactos y las respuestas de


los emprendedores y ecosistemas, con base en una encuesta a 2.232
emprendimientos de América Latina y el Caribe (ALC) y a 429 instituciones de
apoyo tales como incubadoras, aceleradoras, company builders, espacios
de coworking y agencias públicas de apoyo a la innovación. En este blog
presentamos los principales resultados de la encuesta realizada y algunas
reflexiones para la acción.
¿Cómo la están llevando los emprendedores y las
empresas jóvenes?
Empecemos con una historia. Joinnus Market es una startup peruana fundada
en 2012 cuyo negocio está basado en una plataforma dedicada a la difusión y
venta de eventos masivos en la región. En los últimos meses vio cómo sus
ingresos se desplomaban hasta cero, después de haber llegado a tener un
millón y medio de usuarios en Colombia, Perú y Ecuador. Ante esta catástrofe, el
espíritu resiliente de los emprendedores, Carolina y Domingo, los llevó a
refundarse y lanzar nuevas plataformas como JoinnUs Live, Joinnus Market y
Joinnus Donaciones, que buscan atender las crecientes necesidades de las
personas y organizaciones en el contexto actual. Por ejemplo, la primera es una
plataforma que permite acceder a eventos, clases, talleres y contenidos a través
de transmisiones en vivo; la segunda es una tienda en línea autogestionable
para pequeños productores; y la tercera busca ayudar a recaudar y realizar las
campañas a instituciones benéficas. Algunas de estas actividades ya están
comenzando a generar ingresos, pero los emprendedores saben que se trata de
comenzar desde cero y no es fácil.

Esta historia retrata bien el impacto que están sufriendo los emprendimientos y
da luz sobre su potencial resiliencia ante la adversidad. Sin embargo, es difícil
pensar que la mayoría vaya a encontrar respuestas sin un adecuado
acompañamiento. Y el impacto es grande. El estudio realizado señala que ocho
de cada 10 emprendimientos están siendo fuertemente afectados por esta
crisis. En particular, la mitad de quienes aún no habían puesto en marcha su
emprendimiento interrumpieron el proceso, mientras que un 53% de los que ya
vendían, dejaron de hacerlo. Y lo más preocupante, solo la mitad podría resistir
hasta dos meses sin cerrar la empresa.

Los impactos son mayores entre las empresas de menor trayectoria. Dos de


cada tres empresas con menos de un año de vida dejaron de vender, frente
a algo menos de la mitad de las que tienen al menos tres años. Por el contrario,
los emprendimientos del sector tecnológico y las empresas jóvenes que más
habían logrado crecer en los años anteriores, estarían sufriendo un poco menos.
El 29% de las tecnológicas dejó de vender, frente a más del 80% en otros
sectores de servicio; mientras que apenas un tercio de las empresas más
dinámicas dejaron de vender, frente al 53% del promedio general.

La pandemia también está pasando la factura en el ánimo general de los


emprendedores y sus equipos. Dos de cada tres emprendimientos han visto
decaer significativamente el ánimo de su equipo emprendedor, algo que se da
de forma aún más acentuada entre sus empleados (71%).
Ante la crisis, la mayoría de los emprendedores refiere que solo cuenta con el
apoyo de su equipo interno (56%) y, en menor medida, de su red social más
próxima como familiares y amigos (39%). Al parecer las organizaciones del
ecosistema no estarían jugando un rol protagónico de acompañamiento en
la etapa actual. Un 44% calificó la reacción de estas organizaciones y su apoyo
como lento e insuficiente, o incluso inexistente (29%). No obstante, el
reconocimiento de los emprendedores a estos apoyos es algo superior entre las
empresas más dinámicas y las de mayor edad, así como también en los
ecosistemas de Uruguay, Costa Rica y Chile.

¿Qué está sucediendo con las organizaciones del


ecosistema ante el COVID-19?
El impacto también es muy importante entre las organizaciones de apoyo de los
ecosistemas de emprendimiento e innovación de ALC. Dos de cada tres han
detenido o disminuido su trabajo con los emprendedores. Los principales
problemas que enfrentan son la falta de servicios apropiados para las
necesidades de los emprendedores en la emergencia (68%) y la incertidumbre
sobre su funcionamiento futuro (64%), así como las caídas significativas de sus
fuentes de financiamiento (62%). Y solo una de cada cuatro organizaciones es
optimista con respecto a la pronta recuperación de su actividad.

Pero no todos los países muestran el mismo comportamiento. Los ecosistemas


de Uruguay, y en menor medida el de Chile, son los menos afectados. Esto se da
posiblemente por una mayor capacidad de resiliencia y flexibilidad para
adaptarse rápidamente al nuevo escenario, fruto de un mayor sendero
de acumulación de capacidades institucionales y articulación previa a la
crisis. Por el contrario, los ecosistemas que registran los mayores impactos de la
crisis son los de Bolivia, Ecuador, Panamá, Guatemala, El Salvador y Venezuela.

La principal respuesta que tendieron a dar estas organizaciones es


la implementación de actividades online como cursos, seminarios virtuales y
canales de asistencia (66%). Son mucho menos frecuentes, sin embargo, otras
acciones de mayor proximidad con los emprendedores, como por ejemplo el
acompañamiento online (18%), las mentorías (5%) o la gestión de apoyos
públicos para aliviar a las empresas (3%).
En este contexto, diversas instituciones han impulsado acciones tendientes a
promover el involucramiento de los emprendedores para generar soluciones a
los problemas derivados de la crisis. Las más frecuentes son los hackatones y
desafíos, como por ejemplo el Reto COVID-19 de la Alianza para el
Emprendimiento y la Innovación en Ecuador, el HackCovid-19 que se desarrolló
en Argentina, Uruguay y Costa Rica, el hackaton regional Cada Día Cuenta, y las
iniciativas chilenas HackThePandemic y “COVID, Colaboración y Vida”, por
nombrar sólo algunos casos.

Los gobiernos de la region también lanzaron retos y convocatorias de


innovación para orientar las capacidades emprendedoras hacia las nuevas
demandas, muchas veces para desarrollo de una oferta local de insumos
críticos. En este enlace encontrarás una lista no exhaustiva de estas convocatorias
de agencias y ministerios de ciencia, tecnología e innovación. También han
surgido iniciativas de plataformas de vinculación entre problemas y soluciones
como la organizada por Innpulsa en Colombia, o de formación y asistencia a la
reconversión de emprendedores como PLAi en México.

¿Cómo podemos impulsar la recuperación?


Los emprendedores, las empresas jóvenes y las instituciones que los apoyan
están dentro de los grupos particularmente afectados por la pandemia y deben
ser tenidos en cuenta en las medidas de alivio que se propongan desde las
políticas públicas. Proteger a las nuevas empresas con potencial de
crecimiento, preservando su capital humano y organizacional, así como su
capacidad innovadora, permitirá acelerar la reconstrucción económica y social
necesaria a la salida de la crisis. Hay que actuar rápidamente para que los
emprendedores dinámicos e innovadores y los ecosistemas de apoyo puedan
ser parte de la solución.
La agenda de políticas tiene que considerar medidas que promuevan el acceso
al financiamiento vía capital semilla, tanto para atender la emergencia como
para apoyar a los emprendedores a repensar sus modelos de negocios dadas
las condiciones de la nueva normalidad. Pero también debería apuntar
a generar demanda para sostener la actividad emprendedora, lo cual incluye
impulsar las compras del Estado, especialmente ligadas a la innovación, así
como las acciones para orientar y potenciar las propuestas de valor de los
emprendedores hacia los desafíos sociales y productivos del escenario posterior
a la pandemia. Por último, esta agenda debe contemplar a las organizaciones
del ecosistema de innovación, apoyándolas para enfrentar y superar esta crisis,
acompañando en la actual coyuntura la adaptación de sus servicios a las
nuevas necesidades de los emprendedores.

Podemos evitar aún más impactos en esta generación de emprendedores y en


un ecosistema construido a lo largo de los años. Construyamos una agenda
para que eso suceda.

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