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Universidad Nacional del Este

Facultad de Filosofía

Materia

Taller de Radio
Tema

Redacción Periodística Radiofónica


Profesor Carlos María Vera

Año 4to
Sección única
Integrantes
Sergio Duarte
Perla Bobadilla
Estefani Arguello
Willians Paiva

Año 2018

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Introducción
La redacción radiofónica tiene dos principales características, las
cuales son la claridad y la simplicidad, esto ayuda a la comprensión
de lo que se escribe para el oído y facilitará a la transcripción oral,
es decir, cuando el locutor transmite el mensaje frente al micrófono.

Entendemos por genero radiofónico que son las distintas formas de


armonizar los elementos del mensaje en radio, de modo que la
estructura resultante pueda ser reconocida como perteneciente a
una modalidad característica de la información y opinión
radiofónicas.

La importancia de la redacción en radio, radica principalmente en la


simplicidad de las expresiones, una forma clara y sencilla ayuda a
que la transmisión del mensaje sea comprensible por cualquier
persona ya sea del mas culto al más ignorante.

Conocer más sobre redacción radiofónica nos ayudara a realizar el


trabajo de redacción en el medio oral de la mejor manera posible,
porque la redacción no solo se usa en prensa escrita sino también
en la radial.

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La redacción radiofónica
Cuando hablamos de escritura para el oído tenemos que tener en cuenta dos
factores muy importantes: Claridad y Simplicidad. Esto asegurará la
comprensión del mensaje y facilitará la transcripción oral, es decir, cuando el
locutor se dispone a transmitir el mensaje delante del micrófono.
Esto se logra respetando la lógica gramatical: Sujeto-Verbo-Predicado. Así se
conseguirá frases no divagantes y sí concretas.
El oyente debe saber que puede confiar en nosotros como locutores, en lo que
le contamos y transmitimos, ya que por norma suele recordar a la perfección
nuestros errores y pocas veces nuestros aciertos.
Debemos evitar los fallos técnicos, la mala pronunciación de las palabras
(nunca olvidemos realizar ejercicios de dicción y calentamiento antes de
ponernos ante el micrófono). Los “titubeos” transmiten inseguridad, perdiendo
la veracidad de lo que estamos contando. Y lo más importante: el locutor que
no entiende lo que está leyendo desembocará en un fracaso de toda la
información. Recuerda esta frase: Para convencer, tienes que estar
convencido.

En ocasiones la redacción de dos minutos de radio puede llevar media hora de


trabajo, ocurre que cuando repasamos lo redactado nos da la sensación de que
todas las palabras no suenan igual y nos provoca una sensación de bloqueo,
por lo tanto, es conveniente dejar pasar un intervalo de tiempo para volver a
intentarlo.
Es habitual que se olviden cuestiones fundamentales, que aun teniéndolas en
nuestra memoria no las hemos transmitido al oyente.
Es conveniente y un truco factible leer saltadamente, sin orden, en diagonal, en
forma sesgada, para detectar presencias no buscadas como pueden ser rimas.
Ten en cuenta que la memoria auditiva retiene fácilmente las palabras
acabadas en “mente” y “on”, por lo tanto, palabras que debemos evitar.

Un buen locutor y redactor radiofónico debe saber escribir sobre cualquier


tema, y si el tema en sí no lo domina, basta con documentarse. Recuerda que
eres el primero que debe conocer y comprender el asunto, en caso contrario el
mensaje no llegará al oyente.

El género radiofónico
Entendemos que son las distintas formas de armonizar los elementos del
mensaje radiofónico, de modo que la estructura resultante pueda ser

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reconocida como perteneciente a una modalidad característica de la
información y opinión radiofónicas.

La primera distinción es la que se refiere a la distinción entre hechos y


opiniones. Efectivamente, también los mensajes radiofónicos pueden reducirse
al dualismo hechos-opiniones. Pero al analizar el conjunto de los mensajes
radiofónicos, se observan dos fenómenos que no se presentan, al menos con
tanta claridad, en los medios escritos:

La noticia: Es el género periodístico por excelencia. En radio se define


como la unidad estructural mínima de la información, escueta, sencilla y
formalmente neutra.
La noticia radiofónica puede ser la fuente de información de aquellas
personas que no leen, porque no quieren hacerlo, porque no tienen
tiempo, etc. Por ello, en la radio no debe darse nada por supuesto: la
información radiofónica debe ser autosuficiente, sustancialmente
completa y debe interesar desde el principio. Además tiene que cumplir
con los requisitos básicos de toda comunicación radiofónica eficaz:
sencillez, reiteración y consecuencia.
1.1- Tipos de noticia:

1.1.1- Estricta: En contraste con la clásica pirámide invertida, en radio la


cantidad de información no es decreciente en su distribución. Encabeza la
estructura de la noticia radiofónica una entrada que debe ser breve y sencilla
en su formulación. Su función es la de atraer la atención del oyente sobre la
información. Para cumplir esta función dispondremos en la entrada de los datos
más atractivos o más importantes de la información. Generalmente en la
entrada se encontrará con seguridad la respuesta al qué, y al quién o al cómo,
predominando aquel que tenga más capacidad de atraer la atención o sea el
tema clave de la información. La estructura de la noticia radiada párrafos
sucesivos, con las mismas características internas de sencillez, brevedad y
linealidad. La noticia concluye con un cierre, que recupera lo esencial de la
noticia, de forma atractiva, para fijar el hecho que fue transmitido y para dejar el
interés del oyente en una cota elevada que facilitará la atención en la
información siguiente.

1.1.2- Citas: Es en la que algunos de los datos ofrecidos son expresados por la
voz del protagonista de los sucesos o por la fuente. Esto aumenta en
credibilidad, da sensación de participar al oyente, y alivia la posible monotonía
de la lectura incluyendo un aliciente sonoro de gran interés. Estas se pueden
producir de tres formas: Intercaladas en el texto, compartiendo el desarrollo de
la noticia. Como resumen de la información, cerrando una noticia que se da
completa en la voz del informador. Como mero complemento de la información,
como elemento redundante.

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1.1.3- Entrevista: Tiene una estructura con una entrada atractiva en la que se
responderá necesariamente al quien puesto que ha de protagonizar la
entrevista y probablemente al que. En el caso de que esto no sucediera, ésta
sería la primera previsión entre las preguntas al entrevistado.

2- La entrevista: En la radio es posible comunicar aspectos de la


información con mayor autenticidad. El testigo presencial de un hecho puede
relatarlo con sus propias palabras, con el tono y el ritmo personal, aportando
datos que no se captan cuando se transcriben declaraciones.

2.1- Deberes del entrevistador:

2.1.1- Conseguir del entrevistado la información que interese al oyente.

2.1.2- Asegurarse de que lo que diga el entrevistado resulta inteligible e


interesante al oyente.

2.1.3- Abstenerse de exponer sus opiniones.

3- El reportaje: Es considerado uno de los géneros que más


posibilidades aporta a la narrativa de la radio gracias a la libertad creativa que
permite, la flexibilidad de su estructura y su enorme variedad estilística. No
obstante, a pesar de la riqueza de esta forma narrativa, en la práctica es el
género menos utilizado ya que exige una compleja elaboración.

La mayoría de los autores coinciden al definir el reportaje radiofónico en el


concepto de actualidad y de información en su sentido más amplio. Martín
Vivaldi define el reportaje como el relato periodístico informativo, libre en
cuanto al tema, objetivo en cuanto al modo y redactado preferentemente en
tono directo.

Permite muy variadas posibilidades en cuanto a elaboración artística del


mensaje, no sólo por lo que respecta al lenguaje oral, sino también por lo que
supone la inclusión y combinación de efectos, música. Es producto de una
agrupación de datos organizados y sistematizados

3.1- Se diferencian entre:

3.1.1 Subjetivos: que entrarían a formar parte del estilo de opinión.

3.1.2- Interpretativos: que serían una clasificación dentro del estilo


informativo.

4- La crónica: Se trata de una historia en que se observa el orden de los


hechos, o artículo periodístico sobre temas de actualidad. Por sus orígenes y
por su posterior desarrollo, consiste en la información sobre unos hechos
ocurridos durante un período de tiempo desde el lugar mismo, o próximo a

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donde han ocurrido, por un informador que los ha vivido como protagonista,
testigo o investigador y que conoce las circunstancias que los rodean.

La crónica recoge sucesos acaecidos; exige poner en antecedentes a la


audiencia, es decir, fijar el hecho y luego narrar los últimos datos. Recoge
también lo que pasa en un lugar en torno a un tema, durante un tiempo
prolongado. Exige la presencia del informador en el lugar de los hechos. Se
cubre mediante la creación de una corresponsalía fija, volante, o de enviados
especiales a los lugares donde ocurren tales hechos. No obstante, no debe
confundirse la tarea de un corresponsal con la elaboración de crónicas.
Además exige la interpretación personal del periodista.

5- El comentario: Se basa en el monólogo que pretende analizar


hechos, interpretarlos, valorarlos y enjuiciarlos, pero desde una perspectiva
individual y no institucional como es el caso del editorial. Se sitúa a cierta
distancia del hecho y esboza una reacción ante él, una respuesta que puede
tomar la forma de una acción o quedarse en un juicio.

El comentario radiofónico surge, porque la audiencia no se satisface con la


información escueta del hecho noticiable sino que el público tiene necesidad de
disponer de claves racionales que le ayuden a la interpretación de los hechos.
De este modo, vemos cómo el comentario firmado, ha desplazado al
comentario anónimo institucional.

5.1- Características:

5.1.1- Referencia obligada no sólo a datos principales del hecho, sino a


aspectos menores, accidentales o anecdóticos.

5.1.2- Mención inmediata en las primeras líneas al tema central del comentario.

5.1.3- Suele emitirse a la misma hora, de manera que el público sabe de


antemano –si es asiduo oyente del programa– en qué momento se emite el
comentario.

5.1.4- Utilización de figuras retóricas de apelación: interrogación retórica,


exclamación, apóstrofe, etc.

5.1.5- Su conclusión debe ser en forma de exposición de hipótesis de futuro,


bien planteando una petición o demanda.

5.2- Requiere:

5.2.1- Ausencia de prejuicios.

5.2.2- Independencia de criterios.

5.2.3- Fuerza comunicativa.

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6- La crítica: Es un modo de comunicación con el oyente situado entre
la información y la interpretación. Tiene la función de valorar la obra, tiene
también un carácter informativo, descriptivo y orientador. Ofrece información
sobre la obra, la sitúa entre las demás obras del autor, describe el tema y
estudia su estilo formal. Después de todo esto, se aporta la valoración o
enjuiciamiento de la obra, que incidirá en la relación entre el tema y el estilo, o
entre los contenidos y las formas y su mejor o peor coordinación.

6.1- Características:

6.1.1- Debe ser informativa.

6.1.2- En el caso de que se trate de crítica de cine o de teatro, el crítico no


debe dejarse impresionar por la actitud del público.

6.1.3- Debe enfocarse primero en su aspecto positivo, y después exponer los


aspectos negativos.

6.1.4- Debe responder a un criterio elaborado, no a merced del impresionismo


o del humor del momento.

6.1.5- Se debe ejercer con ecuanimidad de tono y absoluto respeto a las


personas y desarrollarse con un estilo preciso y ágil.

6.2- Elementos periodísticos propios:

6.2.1- Nexo con el hecho noticiable.

6.2.2- Orientar al público, que supone señalar que el valor estético de los
objetos criticables es el elemento de atención por parte de la crítica y
accesoriamente, servir de fuente de conocimiento erudito al público.

6.2.3- Examina los fundamentos de nuestras condiciones y creencias, a la vez


que orienta conceptos varios sobre los objetos criticables.

NORMAS PRÁCTICAS DE USO

― Verbos

El lenguaje radiofónico necesita verbos activos, de acción. Los tiempos a


utilizar son: presente, pretérito, perfecto, indefinido y futuro. Hay que desterrar
fórmulas como “el mitin se iniciaba...” o “el presente llegaba”, utilizando “se
inició” o “ha llegado”.

En lenguaje oral, y la comunicación interpersonal próxima refieren


preferentemente acontecimientos que acaban de suceder, y así son muy

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utilizados el presente y el futuro. En cambio, el relato escrito contiene, sobre
todo, elementos del pasado y del presente.

― Adjetivos

Sólo se usan cuando son necesarios para la comprensión de la noticia. Su uso


excesivo afecta a la credibilidad y es contrario a la economía del lenguaje.

Son innecesarios en muchas ocasiones. Y hay que tender a convertirlos en


innecesarios tratando de encontrar sustantivos que logren el significado que
busquemos. La radio pretende la sobriedad y quiere informar de forma neutral y
objetiva. En la medida que implica un juicio de valor, el adjetivo debe ser
evitado salvo que sea imprescindible para clarificar una noticia. Y siempre es
mejor un dato exacto que la aparición de un adjetivo modificador.

Hay usos incorrectos de los nombres y a veces se confunden sus significados.


El profesional de la radio debe esmerarse y guardar una constante alerta
respecto de lo que dice.

― Siglas

Excepto las muy conocidas (ETA, OTAN, etc.) deben evitarse y mencionarlos
nombres completos de los organismos, instituciones, organizaciones, etc.

― Abreviaturas

Las abreviaturas deben suprimirse a la hora de escribir el guion: incluso las


más usuales ―Sr., Sra., Ilmo., etc.― para facilitar una lectura que los
periodistas harán en situación tensa o confusa. Una abreviatura en un guión es
un tropiezo incómodo ante el micrófono.

― Puntuación

En radio no se utilizan las comillas, los dos puntos, el punto y coma y los
puntos suspensivos. Nunca, salvo en algunas ocasiones, se empieza una
noticia con una cita textual.

La puntuación sirve para asociar la idea expresada a su unidad sonora y, por


tanto, para marcar unidades fónicas y no gramaticales como es usual en la
cultura impresa. Los signos que deben bastar en la radio son la coma y el
punto. La coma, pequeña pausa lógica que resulta innecesaria en la lectura si
el período no es largo. Y el punto como resolución de la unidad fónica.

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― Retransmisiones

Lenguaje claro, sencillo y correcto. Hay que desterrar términos bélicos como
“disparo, artillero, fusilado, la batalla, etc. Es simplemente una competición
deportiva. Tampoco hacen falta muletillas.

Españolizar, en la medida de lo posible: el baloncesto, en lugar del basket; el


córner es un saque de esquina; el linier es el juez de línea.

Hay que repetir con cierta frecuencia el resultado, tiempo de juego y dar el
indicativo de la emisora; y hacer frecuentes resúmenes. En cuanto a los
comentarios, siempre respetuosos y ponderados.

― Deportes

Los programas y espacios de información deportiva deben guardar todas las


normas de estilo de los Servicios Informativos, con algunas especificaciones:
en los espacios de comentario o análisis no deben introducirse
descalificaciones. No deben utilizarse tecnicismos ni dar por hecho que todos
los oyentes saben que Ramón Mendoza es todavía presidente del Real Madrid.
Hay que distinguir los nombres de los clubes o equipos de la ciudad
introduciendo el artículo: ”El Salamanca” o “El Murcia”. No es correcto decir que
Salamanca gana a Murcia por uno a cero.

Errores frecuentes

―Pobreza de vocabulario.

―Uso indebido de las preposiciones.

―Abuso del adjetivo.

―Abuso del adverbio terminado en “mente”.

―Uso indebido del gerundio.

―Laísmo, leísmo y loísmo.

―Confusión de “debe” (obligatoriedad) y “debe de” (posibilidad).

―Queísmo.

―Imprecisión de “su”, posesivo apocopado.

―Perifraseo.

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―Abuso de expresiones como “de alguna manera”, “en cualquier caso”,
efectivamente” y otras muletillas.

―Uso de barbarismos que tienen traducción al castellano (“bureau” es oficina y


“amateur” es aficionado)

―Errores de concepto (“punto álgido” no es el de más calor sino al revés).

Errores de actitud

Yoísmo, engolamiento, retórica gratuita, tartamudeo y dudas reiteradas, tono


monocorde, énfasis excesivo, tuteo o familiaridad excesiva, aseveraciones y
exclamaciones en entrevistas y diálogos. Sobran los alardes de saludo y no
interesan al oyente referencias técnicas. No hay que pedir disculpas por fallos
que no trascienden y es de mal gusto utilizar el “argot” radiofónico. Finalmente,
no hay que dar nada por sabido.

Características del lenguaje radiofónico


Las peculiaridades del medio radiofónico condicionan la expresión hablada. El
periodista radiofónico debe ser consciente de la fugacidad del mensaje; el
oyente no puede volver a escuchar lo que se está contando, no puede
comprobar si ha entendido bien la información. Su única opción es escuchar el
texto en el momento, en el orden, y con el ritmo que establece el locutor. Por
tanto, escribir para la radio implica saber utilizar adecuadamente el principal
instrumento del periodista, la palabra. Para ello, se tendrán en cuenta las
características básicas del lenguaje hablado y sus exigencias:

Claridad: se trata de hacer asequible la expresión porque existe el riesgo de


interrumpir la asimilación mental de los mensajes si se adoptan códigos que
requieren esfuerzos reflexivos y por tanto, tiempo de descodificación
(comprensión)

Lo concreto, en forma activa y presente. En radio son necesarias las formas


que más “vitalizan” las imágenes y los relatos. En casos de equivalencia
semántica, mejor las formas simples que las compuestas, el presente que el
pasado, la frase activa que la pasiva.

Brevedad: las exigencias del tiempo, la necesidad de facilitar la asimilación y


la fugacidad del mensaje obligan a la radio a construir mediante períodos y
frases breves que aseguren la comprensión.

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El periodista radiofónico está obligado a dominar la ortografía, la morfología, la
sintaxis y un vocabulario rico. Debe saber escribir y narrar, pero además debe
adaptar su escritura y narración al ritmo, cadencia y entonación requeridos en
cada momento. A estas características debe unirse el matiz de la expresión
personal. A través del micrófono, lo que se pierde desde el punto de vista
plástico se gana en los matices de expresión exclusivos del sonido y en la
posibilidad de testimonios personalizados a través de la voz; es lo que se
puede denominar tono comunicativo, necesario tanto en informativos como en
programas. La voz, la música, los efectos y el silencio son los elementos
sonoros que determinan la capacidad expresiva. La armonía de todos ellos en
torno a un contenido interesante será la que permita sostener el relato
radiofónico. Así, captar la atención y el interés del público y hacerlo con la
gramática adecuada al medio y al mensaje será la principal exigencia del
periodista radiofónico.

El Estilo Periodístico

Se trata del conjunto de rasgos de expresión, propios de una época, persona o


de un género. Cada estilo tiene su propia técnica de trabajo y el periodista se
regirá por una de ellas, según el tipo de redacción que quiera lograr. Pero, sea
cual fuere el estilo empleado por el periodista, este no debe olvidar que el
objetivo principal del periodismo es relatar hechos actuales, para informar al
lector.

Gonzalo Martín Vivaldi propone las siguientes cualidades del buen estilo
periodístico informativo: claridad, concisión, densidad, exactitud, precisión,
sencillez, naturalidad, originalidad, brevedad, variedad, atracción, ritmo, color,
sonoridad, detallismo, corrección y propiedad.

Normas básicas: el periodista ha de transmitir al lector un mensaje en


óptimas condiciones de rapidez y eficacia comunicativa. Dichas normas7
podrían resumirse en los siguientes puntos:
Empleo de verbos en voz activa, siempre que sea posible. En cuanto a
los tiempos verbales, el presente confiere vigor a la narración. Conviene
evitar que se produzcan giros verbales de tiempo pretérito y cuidar el
uso de gerundios.
Evitar los vocablos poéticos, así como los vocablos técnicos, que serán
utilizados sólo cuando sea preciso.
Empleo de oración sustantiva en vez de adjetivos calificativos.
Empleo del menor número posible de comas, manteniendo el orden
lógico de la frase.
Cuidar el uso de las imágenes y metáforas.
Exposición de las ideas con orden y claridad.
Evitar el “yo” del periodista.

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Reglas para la redacción
La primera y sagrada norma del periodismo radiofónico es la claridad. En
cualquier otra característica se puede fallar, menos en ésta. La mejor primicia,
el más inteligente contexto, todos los recursos para hacer atractiva la nota no
significan nada si el oyente se pierde, si no entiende lo que ha sucedido. Es
sabia la máxima de Quintiliano: la claridad de algo no consiste en que pueda
entenderse, sino en que no pueda no entenderse
No presuponga. No dé por sabido. Donde la gente pueda confundirse, se
confundirá. Alertando sobre esto, no subestimamos en absoluto a la audiencia
promedio de nuestras emisiones. Lo que hacemos es tomar en serio la
fugacidad de la palabra hablada, los muchos estímulos que asedian la atención
del oyente. Tal vez en poesía no, pero en cuestiones de periodismo es mejor
pecar de diáfano que de sugerente.
Hasta ahora no conozco a nadie que haya llamado a la emisora para quejarse
de que el programa estuvo demasiado comprensible.

A continuación, algunas pistas para lograr un estilo más


claro, especialmente en las notas de prensa:

Use un lenguaje sencillo. Huya como de la peste de esos sustantivos


adjetivados que se combina con adjetivos sustantivados: congestionamiento
vehicular, unidad escolar …Desconfíe de las palabras largas que acaban en
ción, dad, orio y oria.
Evite palabras tan de moda como incorrectas: sumatoria, escogencia,
avalizar, coherentizar, aperturar. Otra ridiculez consiste en el uso de latinajos
(de motu proprio, sine qua non, ipso facto…) o de inglesajos (tengo una
computer con una performance muy high…).
Evite muletillas y jergas: en otro orden de cosas, sobre el particular, etc.
Diga la palabra decir. Algunos hacen auténticos malabarismos para evitar el
verbo decir.
Redondee cifras y porcentajes. Si son 478,600 toneladas de arroz, hable
de medio millón.
Use un lenguaje sencillo.
Use frases cortas. Ordene la frase. 21.3% de la población vive en los
cinturones de miseria, diga uno de cada cinco. En cuanto a los números
ordinales, digamos que puede llegar hasta el 20 (vigésimo). A partir de ahí,
diga el veintiún y el veintidós.
Traduzca las cantidades en moneda extranjera a la equivalencia
nacional. Haga lo mismo con unidades de peso y medida (millas por kilómetros,
libras por kilos, etc). l Traduzca las siglas. ¿Quién sabe lo que es la OMS, el
TLC o el G- 8? Incluso en siglas muy conocidas (la ONU, los OVNIS y la ex
URSS) no le cuesta nada descifrar las iniciales y asegurarse que el público
sabe a qué se refieren.

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No use pronombres. Un pronombre distanciado del nombre crea
confusión. Vale más repetir los nombres, el apellido o, al menos, el cargo o
profesión de los protagonistas de la noticia. l Cuide el machismo del lenguaje.
No hable de hombres, sino de hombres y mujeres. No salude sólo a los
oyentes, sino a las oyentes y los oyentes. Por cierto, los cargos de mujeres
deben desmasculinizarse: es correcto decir la jueza, la testiga, la doctora, la
médica…
Use frases cortas. Una vez más insistimos en esta disciplina de hablar,
escribir y expresarse con frases cortas, utilizando muchos puntos y pocas
comas. Tampoco se trata de una sintaxis simplona. Pero evitando siempre los
incisos y las subordinadas
Ordene la frase: sujeto, verbo y complemento. La segunda norma
innegociable del buen estilo periodístico es la concisión. Concisión significa
ahorro de palabras inútiles. Decir lo que se va a decir. Y punto. No andar
prologando ni epilogando las ideas. Evite los rodeos. Vaya al grano
Elimine los adjetivos. Tal vez el vicio más arraigado en el lenguaje político,
tanto de izquierda como de derecha, consiste en pasarse adjetivando la
posición contraria y vilipendiando a quienes la sostienen. No nos referimos a
los adjetivos descriptivos, que ambientan el texto, sino a los que califican al
hecho y sus actores.

― Adverbios

Generalmente sólo los de tiempo y lugar. Le sucede al adverbio lo mismo que


al adjetivo. Es un modificador del verbo, y lo “califica”. Adverbios como “bien”,
“mal”, “mejor”, son juicios de valor. Y siempre son juicios de valor los adverbios
derivados de adjetivos.

― Pronombres

No es conveniente su uso. Convendría evitar el uso de los personales,


posesivos e indefinidos. La obsesión de los redactores de prensa por soslayar
la repetición de palabras, sorteada por medio del uso de pronombres, no
cuenta en la radio.

El uso de pronombres presenta un problema. La radio es irrepetible,


irreversible. El pronombre sustituye a un nombre que ha sido mencionado ya. Y
cualquier referencia que se haga en radio a lo anterior, está en contra de la ley
del mínimo esfuerzo de comprensión. Si el oyente no ha seguido atentamente
el relato, o no lo ha memorizado, se le obliga a una reflexión que compromete
incluso la información futura pues ha de estar esforzándose mientras se le
sigue suministrando nueva información.

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La repetición del sujeto, en lugar del pronombre, es hasta recomendable como
redundancia útil, en todos los casos, porque el pronombre siempre implica un
salto adelante o un salto atrás.

― Nombres

En los nombres propios, siempre se menciona el cargo antes que el nombre, y


se citan uno o dos apellidos, lo que consiga más claridad.

Todo vocablo positivo es preferible a su sinónimo con forma negativa,


especialmente cuando éste es casi homófono. Es una norma que vale para
todas las partes de la oración.

Estrategias de recolección de datos:

La persona encargada de la recolección de datos en radio principalmente es el


cronista

Una vieja frase que define perfectamente este rol es “los ojos de la radio”. El
cronista -al que algunos denominan movilero, término que no es del agrado de
muchos de estos profeisonales- es el que se presenta en el lugar de los hechos
para hacer un relevamiento de la noticia

Tips para el reelevamiento de datos.

*Recaba información

*Habla con testigos

*Observa el lugar de los hechos

*Recoge testimonios

La estructura de un móvil es la siguiente:

Introducción: saluda, menciona dónde se encuentra y plantea la noticia que lo


llevó hasta allí.

Desarrollo: explica la noticia, incluyendo datos propios y los relevados en el


lugar, descripciones y testimonios.

Cierre: con un dato adicional (vinculado con la noticia, radioservicio, etc.),


completa la noticia y se despide.

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Para que un móvil sea completo, tiene que abarcar las 5 W -qué, quién,
cuándo, dónde, cómo- aunque es cierto que en radio -especialmente en los
formatos panorama, boletín y flash- muchas veces se deja alguna de lado por
tratarse de un dato secundario que no hace al eje de la información y que, por
lo tanto, distrae, confunde y/o roba tiempo.

La tarea periodística del cronista se centra, tal como su nombre lo indica, en


realizar una crónica de lo ocurrido. Con un adecuado dominio del potencial
expresivo de la radio, podrá transmitir al oyente las sensaciones que rodean al
hecho que está reportando e incluso generarle imagenes mentales para que
"vea" los hechos. Dado que muchas veces el cronista es el primero en tener
contacto con la noticia, su rol es relevante para la posterior profundización
informativa y editorial desde piso, por lo que debe ser muy criterioso al recabar
toda la info disponible y jerarquizarla para transmitir de la manera más
completa y concreta posible los acontecimientos. Por todo lo anterior, el
cronista no deberá emitir opinión sobre la noticia, ya que el análisis de la noticia
corresponde a columnistas, conductores, etc. En este audio, un cronista
desatiende esta premisa y el conductor del programa lo deja solo.

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Conclusión
La redacción periodística tiene sus normas consolidadas para todos
los medios de comunicación, pero se diferencian una de otra,
especialmente en la redacción radial, en el detalle de que deben
respetar algunos parámetros propios de su campo para lograr a
cabalidad el objetivo de informar a un público heterogéneo.

Como la radio no solo cumple la función de informar, también se


deben respetar las normas de redacción radiofónica para otros
campos como el entretenimiento, entre la redacción de tinte
dramático (empleado de la literatura clásica) para representar a una
obra teatral o novelesca. Los géneros periodísticos son una muestra
de ello, debemos ser conscientes de la existencia de una amplia
jerga utilizadas en el ámbito de los deportes, economía,
cinematografía, entre otros.

Entre los géneros más importantes están las entrevistas, los


comentarios, la crítica y otros géneros, todos los cuales hicieron y
siguen haciendo que la radio sea lo que es, un medio de
transmisión masiva, donde el espectador debe entender lo que se
expresa y que esta expresión sea lo más lo más comprensible en lo
posible.

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BIBLIOGRAFIA
http://www.cultureduca.com
https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/31177/G
%E9neros%20period%EDsticos%20en%20radio.pdf?
sequence=1
http://www.abc.com.py/articulos/estilos-periodisticos-
866327.html

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Indicadores a evaluar defensa oral
1 – Demuestra dominio solvente del contenido (evitar divagación y
titubeos prescindir de papeles salvo anotaciones importantes, no
supeditar la exposición exclusivamente a las informaciones
contenidas en el auxiliar tecnológico) 2p

2 – Ejemplifica con claridad aspectos relevantes 1p

3 – Aporta ideas propias sobre el tema 1p

4 – Se expresa fluidamente con claridad y corrección (evitar errores


de concordancia, procurar buena dicción y articulación, hilar
correctamente las ideas, etc) 2p

5 – Emplea recursos tecnológicos auxiliares (power point,


materiales audiovisuales) 1p

6 – Desarrolla la exposición con espíritu crítico y reflexivo (emitir


opiniones fundamentales, contextualizar la información, hurgar
causas y consecuencia de los hechos, realizar con la realidad
actual) 1p

7 – Posee repertorio amplio de vocabulario (amplia léxica,


sinonimia, evitar muletillas, etc.) 2p

8 – Emplea apropiadamente los vocablos técnicos 1p

Total de puntos: 10

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