La segunda campañ a del Chinchaysuyo estuvo encaminada a la
conquista de Quito. Comandando a su ejército salió Tú pac Yupanqui nuevamente del Cusco. Llevaba por generales, como la vez anterior, a sus deudos Tilca Yupanqui y Amqui Yupanqui. En el camino, por medio de incursiones de castigo, devolvió al vasallaje a varias naciones rebeldes. Pacificada la comarca, dejaba un gobernador y muchos mitimaes para que lo secundaran; luego proseguía su marcha. De esta manera, entrando por Cajamarca, llegó al también sublevado País de los Cañ aris. Aquí le salieron al encuentro el alzado Pisar Cá pac, rey de los lugareñ os, y Pillcahuaso, rey de los Quilacos. Ambos habían juntado sus ejércitos "y estaban determinados de pelear con Topa Inga por defender su tierra y vidas ". Túpac Yupanqui les envió mensajeros invitando a los dos monarcas a rendirse, pero "ellos respondieron estar en su patria y naturaleza, y quellos eran libres y no querían servir a nadie, ni ser tributarios". Prosigue Sarmiento que "desta respuesta se holgaron Topa Inga y los suyos, porque no querían sino hallar ocasió n para llevallo todo a las puñ adas, por poder robar, que era su principal intento. Y así, ordenaron su gente, que, segú n dicen, eran má s de ducientos y cincuenta mil hombres diestros en guerra; marcharon contra los cañ aris y quitos, arremetieron los unos a los otros, y todos peleaban animosísima y diestramente. Y estuvo gran rato la victoria dudosa por parte de los cuzcos, porque los quitos y cañ aris apretaban reciamente a sus enemigos.