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Manco Inca Yupanqui (Cuzco o Tiahuanaco, circa 1515 - Vilcabamba, circa

1545), también conocido como Manco Cápac II, fue un noble inca, militar,
político, líder de la resistencia y primer soberano del reino independiente de
Vilcabamba.

Vivió en los últimos años del Imperio incaico y participó en la conquista inca
de la región de Moxos.2 Durante la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa,
Manco Inca apoyó al primero; por lo que acabada la guerra con la victoria del
bando atahualpista tuvo que esconderse de las represalias del ejército de
Atahualpa en el Cuzco. Cuando recibió la noticia de la captura de Atahualpa a
manos de los conquistadores españoles decidió ofrecerles ayuda creyendo
que lo liberarían de las «malignas tropas de Quito».3 A cambio de entregarles
Cuzco los españoles lo nombraron Sapa Inca.

Pero en una ocasión Gonzalo Pizarro, al ver que su hermano Francisco Pizarro
se había casado con una ñusta y él no, le pareció incómodo, por lo que va a
pedirle a Manco Inca que le de su esposa, pero en lugar de aceptarlo Manco
Inca le ofreció una de sus acllas, pero Gonzalo Pizarro se lo negó, ya que
quería específicamente a Cora Ocllo, lo cual hizo enojar a Manco Inca, lo
emborracha y le entrega una sirviente de su esposa muy parecida a ella y la
hace pasar como si fuese su esposa.

Pero a pesar de la condición con la que se encontraba Gonzalo Pizarro no


tarda en darse cuenta de que lo estaba engañando, por lo que se pone
furioso y lo encarcela para después arrebatarle su mujer, fue cruelmente
maltratado junto con la nobleza del Cusco, cuando Hernando Pizarro va a ver
cuál era la situación del inca, fue ahí cuando Manco Inca le prometió
regalarle unas estatuas de oro, pero con la condición de que lo dejara en
libertad para ir a buscarlas en un lugar secreto situado en Yucay.
Hernando le creyó y lo dejó en libertad, de la que se aprovechó Manco Inca
para organizar su formidable rebelión. En la mañana del 6 de abril de 1536,
sus maltratadores se vieron rodeados en el Cusco por miles de guerreros
incas iniciándose así su rebelión.

La guerra de Manco Inca supuso el mayor enfrentamiento militar de la


conquista del Perú: los ejércitos cuzqueños cortaron los caminos entre Lima y
Cuzco, sitiaron ambas ciudades y en 1536 estuvieron cerca de tomar el Cuzco
y expulsar definitivamente a los españoles;4 sin embargo, ante la llegada de
los refuerzos españoles de Diego de Almagro y Alonso de Alvarado, Manco se
refugió en Vilcabamba por tener que dar de baja a sus tropas por el excesivo
tiempo que estaba tomando la guerra. Lideró la resistencia desde su reino
independiente hasta que fue asesinado en 1545, apuñalado por un grupo de
siete españoles almagristas que lo traicionaron.5

Origen
Manco Inca era hijo de Huayna Cápac y de la ñusta Mama Runtu y
probablemente nació en 1515 en el Cuzco.6 Aunque, según el historiador
José Antonio del Busto, Manco Inca nació en 1514 en Tiahuanaco.7

Durante la guerra civil, las tropas de Atahualpa tomaron el Cuzco bajo el


mando del general Quizquiz y asesinaron a los descendientes de Huayna
Cápac, a los partidarios de Huáscar, y a todo aquel que pudiera intentar
tomar el lugar del Inca. Fue por esta razón por la que Manco Inca se vio
obligado a huir evitando cualquier contacto con los atahualpistas.8

Linaje
Tras la muerte de Huáscar y Túpac Hualpa respectivamente, era el único
príncipe de sangre que aún vivía y se convertía así en el más válido
pretendiente al trono de los incas. La legitimidad de sus derechos al trono fue
universalmente reconocida entre el pueblo del Cuzco, pero no fue tan
apreciada por los ejércitos de Atahualpa que, por el contrario, precisamente
por esta prerrogativa, habían tratado de matarlo.
Chalcuchímac, aunque prisionero, había brigadado para poner en el trono a
un hijo de Atahualpa, pero sus maniobras habían resultado infructuosas y,
con su muerte, las esperanzas de los partidarios de un príncipe de Quito se
habían desvanecido definitivamente. Quizquiz, el comandante de las fuerzas
atahualpistas, había entendido, a su pesar, que no podía imponer un
candidato de Quito y, con el fin de reunificar el imperio, agotado por la
guerra civil, había intentado nombrar un pretendiente que podía estar de
acuerdo con todos los contendientes. Había elegido, para este fin, al príncipe
Paullu Inca, también hijo de Huayna Cápac, pero cuya madre había sido sólo
una esposa secundaria. Paullu había parecido una alternativa viable hasta
que Manco Inca fue dado por muerto, pero la aparición del príncipe había
puesto en juego los derechos de herencia en beneficio de este último.
Encuentro con los españoles
El 14 de noviembre de 1533, Manco Inca se encontró con Francisco Pizarro y
su contingente, tanto indígena como español. Esta entrevista y otros hechos
previos, como la captura y muerte de Atahualpa en Cajamarca, llevaron a
Manco Inca a creer que los españoles eran «salvadores» enviados por los
dioses.3 Al presentarse a Pizarro, este le respondió:
Has de saber que yo vine con el único propósito de protegerte y liberarte de
esta gente de Quito, podéis creer que yo no vengo en provecho mío.
Chalcuchímac, uno de los 3 generales principales de Atahualpa en la guerra
civil, había sido tomado preso a traición por Hernando Pizarro, y sobre su
final existen dos versiones: Una de ellas dice que para convencer a Manco
Inca, Francisco Pizarro lo quemó vivo delante de aquel. Por otro lado, José
Antonio del Busto cita a Pedro Sánchez de la Hoz cuando afirma que el
general ya había muerto un día antes del arribo de Manco Inca:9
Informado el Gobernador de todas estas acusaciones y comprobando cuánto
de verdad había en ello, mandó que fuese quemado vivo en medio de la
plaza, y así se hizo, que los principales y más familiares suyos eran diligencia
en prender el fuego (...) toda la gente de la tierra se alegró infinito de su
muerte, porque era muy aborrecido de todos por conocer lo cruel que era.
Pedro Sánchez de la Hoz.
Colaboración con los españoles
La toma del Cuzco
Véase también: Toma del Cuzco
Las tropas de Quizquiz se enfrentaron al ejército combinado de Manco Inca y
Francisco Pizarro. Pintura de Juan Bravo para la municipalidad del Cuzco.
Manco Inca, en ese momento, no pudo reunir un ejército, pero logró ser útil
al proporcionar una red de informantes que advirtieron a los conquistadores
españoles de las intenciones de Quizquiz. El experimentado general había
decidido quemar la capital en lugar de entregarla y los españoles atacaron de
inmediato para evitar que llevara a cabo sus planes. Cuarenta jinetes
cargaron hacia adelante, pero contrariamente a sus suposiciones, se vieron
envueltos en una batalla tan amarga que puso en peligro sus propias vidas.

Los indígenas que los acompañaban, aterrorizados por la llegada de los ejércitos de Quizquiz, se
dieron la vuelta y perjudicaron a los jinetes. Muchos españoles resultaron heridos y tres caballos
muertos por la inesperada oposición de los nativos, que obligaron a las tropas ibéricas a una
retirada desordenada. Quizquiz podría haberse aprovechado de este desorden, pero, a pesar de lo
cauteloso que era, sospechó que era una táctica para atraerlo y hacer que sus hombres desistieran
de perseguirlo. Esta vez, el veterano general había exagerado la precaución. Si hubiera empujado
hacia adelante, el resto de la tropa de Pizarro también habría estado en malas condiciones y
habría tenido grandes dificultades para repeler el ataque. El astuto general, satisfecho con el
resultado, prefirió en cambio replegarse y abandonar la capital.

Gobierno bajo el vasallaje español

En la mañana del sábado 15 de noviembre, día de San Eugenio, las tropas hispano-indígenas
ingresaron a la capital (Cuzco) por el cerro de Carmenca (actual barrio de Santa Ana) para luego
bajar por un camino que llevaba a un río y que posteriormente bautizaron como «El callejón de la
Conquista» o «La calle de los Conquistadores».10 Tras saquear el Coricancha, los templos y
palacios más importantes del Cuzco, Francisco Pizarro coronó a Manco Inca como Sapa Inca.11
Campañas contra Quizquiz

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