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¿HAS HALLADO EN CRISTO?

Obra del compositor estadounidense, Elisha Albright Hoffman. El himno, simple y


emocionante a la vez, conecta la muerte de Jesús con el cordero del sacrificio del
Antiguo Testamento. Una alabanza que recuerda que Cristo murió por nuestros pecados.

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¿Has hallado en Cristo? es una alabanza sencilla y directa que expresa con maestría y
destreza lo que es capaz de hacer la sangre de Jesús. Su herencia musical es la que
mejor sintetiza la importancia del sacrificio realizado por el hijo de Dios. Fue escrita en
1,878 por el reverendo estadounidense Elisha Albright Hoffman, autor de más de 2,000
himnos evangélicos.
Nacido el 7 de mayo de 1,839, en el estado norteamericano de Pennsylvania, Hoffman
creció cantando himnos en su hogar junto a su madre Rebecca Hoffman y en la iglesia
que pastoreaba su padre, el reverendo Francis Hoffman, donde era muy común verlo
rebosante de fe. Cargado de un talento natural, Elisha jamás asistió a una escuela de
canto. Sin embargo, desde muy corta edad se volvió un maestro de la música sacra y su
capacidad siempre llamó la atención. Luego, al terminar sus estudios secundarios,
ingresó al Union Seminary.

Odas para el Señor

Después de su educación espiritual, Hoffman comenzó a trabajar en la rama editorial de


la Asociación Evangélica en la ciudad de Cleveland, ubicada en el noreste del estado de
Ohio, donde permaneció once años al servicio de este reconocido cuerpo de cristianos
estadounidenses. En 1,873, a la edad de treinta y cuatro años, fue ordenado ministro de
Dios. Más adelante, conducido por el Todopoderoso, ocupó varios cargos pastorales en
el Medio Oeste de los Estados Unidos. Elisha pastoreó iglesias en los territorios de
Ohio, Michigan e Ilinois.

Durante el curso de su vida, Hoffman nunca dejó de trabajar a favor del cristianismo a
través de la música evangélica. Al respecto, inspirado por el Señor, Elisha editó
cincuenta libros de canciones con los que contribuyó de gran forma al desarrollo de este
género musical construido alrededor de la fe. Asimismo, en la actualidad, su legado es
de tal magnitud que más de media docenas de sus canciones, entre ellas el himno ¿Has
hallado en Cristo?, siguen siendo populares debido a su fuerza inspirativa.

La imagen central de ¿Has hallado en Cristo? conecta la muerte de Jesús con el cordero
del sacrificio del Antiguo Testamento. Sobre este punto en particular, se puede inferir
que Hoffman reparó en el pasaje bíblico en el que Juan el Bautista señala a Jesús como
“el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Además, es razonable afirmar que
el autor tomó en cuenta que el apóstol Pedro dijo que  nuestra salvación fue comprada
“con la sangre preciosa de Cristo”. Es muy claro que canción es importante porque nos
recuerda que Cristo murió por nuestros pecados.

Como compositor, Elisha Albright Hoffman creó canciones para la adoración


congregacional. Además, las estructuras de la mayor parte de sus obras disponen de una
forma sencilla y por lo general derraman una gran dosis de emoción y espiritualidad.
Respecto a sus himnos, que contienen verdades teológicas profundas, él alguna vez
afirmó que: “estaban diseñadas para expresar adoración plena hacia los propósitos del
Altísimo”. De acuerdo con sus biógrafos, este varón del Señor dejó de existir el 5 de
noviembre de 1,929, en la ciudad de Chicago, a la edad de noventa años.

¿Has hallado en Cristo?


Letra
1
¿Has hallado en Cristo tu buen Salvador?

¿Eres salvo por la sangre de Jesús?

¿Por la fe descansas en el Redentor?

¿Eres salvo por la sangre de Jesús?

Coro
Lávame, Lávame,

en tu sangre, Cordero de Dios,

y con alma limpia me presentaré

ante tu tribunal de luz.

2
¿Vives siempre al lado de tu Salvador?

¿Eres salvo por la sangre de Jesús?

¿Del pecado eres siempre vencedor?

¿Eres salvo por la sangre de Jesús?

3
¿Cuándo Él viniere te encontrarás

ya lavado en la sangre de Jesús?

¿Para su venida preparado estás,


ya lavado en la sangre de Jesús?

4
Si perdón y paz deseas pecador,

tu refugio es la sangre de Jesús;

si librarte quieres de eternal dolor,

oh, acude a la sangre de Jesús.

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