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Mat 5:6 

Bienaventurados los que tienen hambre y sedc de justicia,


porque ellos serán saciados.

Cuando el nuevo Rey se sentó en el monte, Sus discípulos, y no las


multitudes, se le acercaron para ser Su auditorio. Con el tiempo, no
sólo los judíos que creían, sino también las naciones, los gentiles, que
fueron hechas ciudadanos del reino (Mat_28:19), llegaron a ser Sus
discípulos. Más tarde, los discípulos fueron llamados cristianos
(Hch_11:26). Por lo tanto, lo que el nuevo Rey habló en el monte, en
los Mat_5:1-48; Mat_6:1-34; Mat_7:1-29, con respecto a la
constitución del reino de los cielos, fue dirigido a los creyentes del
Nuevo Testamento, y no a los judíos del Antiguo Testamento.
Los primeros dieciséis versículos de Mat_5:1-48 describen al
verdadero cristiano y se refieren al carácter. El resto del Sermón del
Monte analiza la conducta que brota del carácter. El carácter siempre
viene antes que la conducta, debido a que lo que somos determina lo
que hacemos. En Mat_5:1-16 Jesús nos muestra que la verdadera
justicia es interior, y en Mat_5:17-48 señala que el pecado es también
interno. Así, expone la falsa justicia de los fariseos, quienes enseñaban
que la santidad consistía en acciones religiosas y que el pecado era lo
que usted hace externamente. ¡Cuántas personas cometen estas
equivocaciones hoy! Dios mira el corazón, porque allí es donde se
decide el destino de la vida.
Nótese que estos versículos tratan con actitudes: lo que pensamos en
nuestros corazones, nuestra perspectiva de la vida. Bienaventuranzas:
las actitudes que deben estar en nuestras vidas si somos verdaderos
cristianos.
«Pobres en espíritu» (v. Mat_5:3).
Nuestra actitud hacia nosotros mismos en la cual percibimos nuestra
necesidad y la admitimos.
B. «Lloran» (v. Mat_5:4)
Nuestra actitud hacia el pecado, una verdadera tristeza por el pecado.
C. «Mansos» (v. Mat_5:5).
Nuestra actitud hacia otros; nos dejamos enseñar; no nos defendemos
cuando estamos equivocados.
D. «Hambre y sed» (v. Mat_5:6)
Aquí se expresa nuestra actitud hacia Dios; recibimos su justicia por fe
por cuanto la pedimos.
El resto de las Bienaventuranzas muestran los resultados de la nueva
vida en el creyente:
E. «Misericordiosos» (v. Mat_5:7).
Tenemos un espíritu perdonador y amamos a los demás.
F. «Limpio corazón» (v. Mat_5:8).
Mantenemos nuestras vidas limpias; la santidad es felicidad para
nosotros y no queremos sustitutos.
G. «Pacificadores» (v. Mat_5:9).
Los cristianos deben traer la paz, entre la gente y Dios y entre los que
están en pugna unos con otros. Llevamos el evangelio de la paz.
H. «Persecución» (v. Mat_5:10).
Todos los que viven piadosamente sufrirán persecución.

Mat 5:6  Bienaventurados los que tienen hambre y sedc de justicia,


porque ellos serán saciados. 
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia
(Luc_6:21).
Un verdadero cristiano tiene apetito por las cosas espirituales.
Pregúntele a las personas lo que desean y sabrá cómo son.

Bienaventurados los que ansían grandemente la justicia. Nada


está más cerca de esta bienaventuranza que lo que dice Jesucristo en
este mismo sermón: “Buscad el reino y su justicia” (Mat_6:33).
“Si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no
entraréis en el reino de los cielos” (Mat_5:20)

I. ¿Qué significa tener hambre y sed de justicia?

A. Pregúntese primero, ¿qué significa tener hambre y sed? Son dos de


los apetitos más fuertes. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido
verdadera hambre y sed? ¿Cuántos han estado en peligro de morir si
no encontraran muy pronto la comida y agua? ¿Habrá entre los
oyentes o lectores alguna persona que lo haya experimentado? Desde
luego, hay muchas personas en la actualidad que sufren verdadera
hambre y sed. No quieren un vaso de agua sino toda la jarra; no
quieren dos o tres tortillas, sino todo el paquete. Muchos están
muriendo de hambre.
B. Figuradamente tener hambre y sed significa tener deseo ferviente,
desear intensamente, anhelar, añorar, o apetecer. Tener hambre y sed
de justicia significa desear intensamente hacer toda la voluntad de
Dios. Debemos tener hambre y sed de obtener el perdón de Dios, de
ser transformados en la imagen de Cristo, de ser edificados en la fe
santísima, de poder ganar muchas almas por Cristo. Mat_3:15,
aunque Jesús no tenía pecado, quería ser bautizado: "Deja ahora,
porque así conviene que cumplamos toda justicia". Conviene obedecer
los mandamientos de Dios. Véase Sal_119:172.

C. Mat_6:24-34, "No os afanéis por vuestra vida... Mas buscad


primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas". Debemos "buscar" intensamente las cosas del reino
de Dios. Debemos desear saber y hacer la voluntad (palabra) de Dios:
más que el oro, Sal_119:72; Sal_119:127, "Por eso he amado tus
mandamientos más que el oro, y más que el oro muy puro"; más que
la miel, Sal_119:103, "¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!
Más que la miel a mi boca"; más que la comida, Job_23:12, "Guardé
las palabras de su boca más que mi comida (porción señalada)".

D. Mat_13:44-46, al descubrir el evangelio, debemos "vender todo"


para "comprarlo" (poseerlo). "Compra la verdad, y no la vendas",
Pro_23:23.
E. Estudiemos los Salmos para entender mejor lo que significa
anhelar: Sal_42:1-2 "Como el ciervo brama por las corrientes de las
aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía"; Sal_63:1, "De
madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en
tierra seca y árida"; Sal_84:2, "Anhela mi alma y aun ardientemente
desea los atrios de Jehová". Léase todo el Sal_84:1-12; Sal_119:20,
"Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo". El
Sal_119:1-176, el capítulo más largo en la Biblia, alaba la Palabra de
Dios 1Pe_2:1-2, "Desechando, pues, toda malicia, todo engaño,
hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños
recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella
crezcáis para salvación".

II. ¿De qué cosas tenía hambre y sed la mayoría de los judíos?

A. Cosas materiales. Luc_8:14, "las riquezas y los placeres de la vida".


1Ti_6:9, "los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en
muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en
destrucción y perdición". Ecl_2:3-11, "Propuse en mi corazón agasajar
mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría...
engrandecí mis obras... me hice huertos y jardines... me amontoné
también plata y oro... me hice de cantores y cantoras, de los deleites
de los hijos de los hombres, etc."

B. Poder político. Jua_6:15, "iban a venir para apoderarse de él y


hacerle rey", porque tenían "hambre y sed" de ser liberados de los
romanos.

C. Panes y peces. Jua_6:26, "me buscáis, no porque habéis visto las


señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis".

D. La mayoría de la gente hoy en día tiene hambre y sed de las


mismas cosas: toda clase de cosas materiales, placeres, y poder
(político, comercial, y religioso, etcétera).

III. Algunos ejemplos de aquellos que tuvieron hambre y sed


de justicia.

A. La mujer cananea. Mat_15:27, "Sí, Señor; pero aun los perrillos


comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos". Jesús alaba
la fe "grande" de esta mujer cananea.

B. La mujer pecadora. Luc_7:38, "estando detrás de él a sus pies,


llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies".

C. Los casos de conversión en Hechos de los Apóstoles:

(1). El día de Pentecostés tres mil personas obedecieron al evangelio


el mismo día en que oyeron, Hch_2:37-41. Tenían hambre y sed de
justicia.

(2) Los samaritanos obedecieron "cuando creyeron", Hch_8:12.

(3). Cuando el eunuco oyó el evangelio, dijo, "Aquí hay agua, ¿qué
impide que yo sea bautizado?" e inmediatamente obedeció, Hch_8:35-
39. Este hombre es un ejemplo muy bueno de tener hambre y sed de
justicia. "Había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su
carro, y leyendo al profeta Isaías".

(4). El carcelero y su casa fueron bautizados a media noche, y "se


regocijó con toda su casa de haber creído a Dios", Hch_16:25;
Hch_16:33-34. Estos y otros demostraron mucha hambre y sed de
justicia, oyendo el evangelio, arrepintiéndose de sus pecados,
confesando a Cristo, y siendo bautizados sin demorar.

D. El apóstol Pablo siempre demostraba que tenía mucha hambre y


sed de justicia. Léase Flp_3:7-8. Lo demostró a través de su vida
entera y sus escritos.

IV. "Porque ellos serán saciados", Mat_7:7-11;

A. Sinónimos de la palabra "saciar" son llenar, hartar, hastiar, cumplir.


De esto habla Jesús en Jua_4:13-14. Dijo que "Cualquiera que bebiere
de esta agua volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo
le daré, no tendrá sed jamás". Véanse Jua_7:37-38; Apo_22:17.
Jua_6:27, "Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida
que a vida eterna permanece".

(1) El requisito fundamental para todos los que viven piadosamente es


tener "hambre y sed de justicia" (cf. Mat_6:33). Moisés (Éxo_33:13;
Éxo_33:18), el salmista (Sal_42:2; Sal_42:6, notas; Sal_63:1-11,
nota) y el apóstol Pablo (Flp_3:10) tuvieron tal hambre. La condición
espiritual del creyente durante toda su vida dependerá de su hambre y
su sed de

(a) la presencia de Dios (Deu_4:29),

(b) la Palabra de Dios (Sal_119:1-176),

(c) la comunión con Cristo (Flp_3:8-10),

(d) la comunión del Espíritu (Jua_7:37-39; 2Co_13:14),

(e) la justicia (Mat_5:6),

(f) el poder del reino (Mat_6:33) y

(g) el retomo del Señor (2Ti_4:8).

(2) El hambre del creyente por las cosas de Dios desaparece cuando
hay afán de este siglo, engaño de las riquezas (Mat_13:22), deseo
desmedido de tener "las otras cosas" (Mar_4:19) y "los placeres de
esta vida" (Luc_8:14), y cuando deja de permanecer en Cristo (véase
Jua_15:4, nota). Cuando se le acaba el hambre por Dios y su justicia,
muere espiritualmente. Por esa razón es necesario que sea sensible a
la obra convincente del Espíritu Santo en su vida (véanse Jua_16:8-
13; Rom_8:5-16). Los que no cesan de tener hambre y sed de justicia
"serán saciados".

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