Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hay que remitirse a la más lejana antigüedad, donde los hombres ya practicaban la aplicación
de los agentes físicos con el fin de adquirir fuerza, destreza, salud y belleza. Estas prácticas
estaban guiadas por el empirismo, doctrina filosófica que fundamenta los conocimientos
humanos en la observación y la mala experiencia y como preparación para la guerra y la paz.
Las primeras noticias históricas sobre la medicina nos relatan que en la prehistoria, patentes
pinturas rupestres, algunos pueblos primitivos ya utilizaban determinadas técnicas como los
baños y el masaje, en el tratamiento de algunas enfermedades. Sin embargo es en el libro
Kong Foug (escrito 2700 años a.c.), aparecido en la antigua China, el que recoge las primeras
recomendaciones empíricas sobre el masaje y la gimnasia respiratoria con fines terapéuticos.
El embajador chino, Hoang-Ti, escribió el Nei-Ching; tratado de medicina interna o doctrina de
lo interior (en el año 2698 a.c.). Además, fueron los chinos los primeros en utilizar las manos
de los ciegos, por su mayor sensibilidad, para aplicar los distintos tipos de masaje.
MUNDO ANTIGUO
Los inicios de la medicina se le atribuyen al Dios Esculapio, dedicándole una serie de santuarios
¨Templos de Salud¨, situados cerca de manantiales, donde el ejercicio físico, la hidroterapia y
el masaje junto con la dieta, se utilizaban con carácter higiénico, purificador o preparatorio de
competiciones atléticas.
Herodico de Selimbria (480 a.c.) desarrolla y deja testimonio escrito, primer manuscrito
completo, de una teoría científica sobre los beneficios de los ejercicios corporales, así como
algunas pinceladas de fisioterapia respiratoria en el ¨Ars Gimnastica¨.
Pero fue su discípulo, Hipócrates de Cos (430-377 a.c.), el médico mas importante de la
antigüedad, quien contribuyó de forma especial al desarrollo de las técnicas de fisioterapia,
reconoce el valor de los ejercicios para fortalecer los músculos debilitados, acelerar la
convalecencia y mejorar las actitudes mentales. En su libro ¨Acerca de las articulaciones¨
recomienda el empleo de agua fría para combatir dolores articulares, así como los baños de
mar o agua dulce, baños de vapor, compresas húmedas y calientes junto a aplicaciones de
barro de fango, base de la hidroterapia actual.
Corneli Celso en un libro de medicina indica el ejercicio progresivo y la marcha como la base de
tratamiento para la hemiplejía y otras parálisis graves. También recomiendan el ejercicio físico
y los juegos de ocio para los enfermos mentales.
EDAD MEDIA
Esta época se caracteriza por un dominio y expansión del cristianismo por toda Europa
tomando las riendas del saber de las distintas órdenes eclesiásticas, así la medicina de esta
etapa se denomina monástica y escolástica que es partidaria de una terapia farmacológica,
pasando a un segundo plano la hidroterapia y quedando casi prohibida la realización de
ejercicios físicos. Todos provenían del culto al alma que prevalecía sobre el culto al cuerpo.
En el campo de la electroterapia hay que destacar las aplicaciones empíricas del ultrasonido,
aprovechando las ondas que emitía un cristal muy resonador, al que se le hacia vibrar
mediante un órgano.
Durante toda la edad media, el masaje cayó en manos de magos y curanderos, quienes lo
aplicaban junto a ungüentos y pomadas.
Esta situación mejora a finales de la edad media con la aparición de las universidades y las
escuelas de medicina (entre los siglos XIII – XIV). En el siglo XIV, el valenciano Arnau de
Vilanova, perteneciente a la escuela de Montpellier, escribe: ¨…entre otras cosas hay
necesidad de medicina convenientes, ejercicios y placeres¨.
En la primera mitad del siglo XV, el gran impulsor en la reintroducción del ejercicio físico en los
programas de educación fue Prieto Vergerio (1349-1428), quien ejerció una fuerte influencia
en Vitorio de Filtra (1423), educador fundador de una escuela para jóvenes de Mantua, donde
el programa educativo estaba dividido en la educación mental y física, tal y como preconizaba
la cultura helénica; además, instauraron la hidroterapia y la natación junto con el ejercicio en
el método pedagógico humanista.
Uno de los grandes estudiosos de la actividad muscular fue Leonardo Da Vinci, diferenciando
movimientos como la flexión, pronación y supinación. Describe la mecánica del cuerpo en la
bipedestación, diferentes tipos de marcha y cambios desde la sedestación y el salto.
Ambroise Pare (1517-1590), famoso cirujano del ejército francés, aconseja la masoterapia y la
aplica en los muñones dolorosos de los amputados en la cicatrices retractiles y los músculos
atrofiados. En su obra Introducción a la cirugía dedica especial atención a la ortopedia siendo
el inventor de los miembros artificiales alcanzando especial renombre su mano artificial.
En cuanto a los beneficios del ejercicio físico sobre el organismo, la primera obra escrita es de
Cristóbal Méndez, médico natural de Jaen, que 1553 publicó en Sevilla el libro titulado ¨Libro
de ejercicio y de sus provechos, por el cual cada uno podrá entender que ejercicio será
necesario para conservar su salud¨, donde además de los beneficios, describe las distintas
modalidades deportivas de todas ellas relacionadas con la edad, sexo y condición social del
practicante. También se recomienda la práctica de fisioterapia para las personas
discapacitadas y describen ejercicio pasivos para las personas que han de guardar cama.
Joseph Duchenne, médico de Enrique IV es uno de los primeros en popularizar las doctrinas de
Paracelso, escribiendo un tratado sobre higiene en donde afirmaba: ¨el ejercicio es cosa muy
saludable, que preserva el cuerpo humano de muchas enfermedades y dolencias a las cuales le
someten el ocio y el reposo¨.
Continuando los estudios realizados por Borelli, Fridericus Hoffman, médico alemán (1660-
1742), recuperó la importancia del ejercicio físico para la higiene y el tratamiento,
exactamente como había preconizado los clásicos. Fue quien revolucionó la medicina física, al
establecer la diferencia entre ejercicio, movimiento y trabajo, tal y como aparece en el capítulo
¨Acerca del movimiento considerado como la mejor medicina para el cuerpo¨, del libro
¨DissertationesPhysico-medicae¨ (1708), y en el que introduce las actividades de la vida diaria
dentro de los ejercicios terapéuticos. En su trabajo, además actualiza los tratamientos y
ejercicio que aplicaba sobre los pacientes unos ¨terapeutas¨, quienes determinaban cantidad,
ritmo y duración de los mismos.
En el año 1780, Joseph ClementTissot (1750-1826), cirujano mayor del regimiento de caballería
ligera, imbuido por los cambios políticos, sociales y educacionales de la época, pública
¨Gimnastiquemedicinale et chirurgicale¨ la obra más completa y avanzada de ese período,
aunque no se le reconocería su importancia ni se practicarían sus enseñanzas hasta bastante
tiempo después. En ella, le daba importancia a una de las bases fundamentales del ejercicio: la
correlación entre movimiento y reposo, así como la necesidad de poseer unos conocimientos
anatómicos exhaustivos, para poder suministrar los ejercicios terapéuticos de una forma
adecuada y todo ello, considerando al ejercicio como parte del tratamiento global del
enfermo, en igual medida que cualquier otra prescripción. En su obra da a conocer ejercicios
respiratorios y en el tratamiento postural para evitar y solucionar las ulceras por decúbito.
También incluye recomendaciones para los que padecen de procesos agudos de artritis, en los
que estarían indicado el reposo absoluto, pero una vez pasado este, estarían indicado el
movimiento, incluso por cierto dolor y limitación de la movilidad.
En 1741, John Junter, cirujano y gran conocedor de la relación agonista –antagonista de los
músculos, manifestaba la importancia de una movilización precoz después de una enfermedad
o lesión y prefería el ejercicio voluntario al pasivo.
Durante el siglo XIX se siguen produciendo modificaciones doctrinales, ética y científica, que
uniendo al gran número de investigadores, nos reportan nuevos y revolucionarios
conocimientos y aplicaciones de los agentes físicos.
Tras la era napoleónica, son varios los autores que promueven los ejercicios programados en
los tratamientos de desviaciones de la columna vertebral, junto con masajes y períodos de
descanso. Entre ellos, John Shaw (1825), quien consideraba que la debilidad de los músculos
de la espina dorsal ocasiona una curvatura de la columna, por lo que no parecía indicado
continuar con el reposo en cama con un bragueo, en suspensión o tracción como se había
empleado hasta el momento.
Parvas (1827) diseña una rueda de hombro con una manivela ajustable que empleó para
utilizar el lado de la concavidad de la curva escoliótica. Delpech comenzó el tratamiento de la
escoliosis en Montpellier, donde fundó una escuela para niñas con escoliosis, a partir de
suspensión y tracción del cuerpo a través de las manos, valorando también los efectos
beneficiosos de la natación.
Durante esta época, Gustav zander (1835) observa que el sistema de ejercicios propuesto por
Ling era muy costoso, ya que se necesitaba un terapeuta para cada paciente; y por ello,
propuso la creación de aparatos que a través de palancas, poleas y pesas podían asistir y
resistir el movimiento ejecutado por el paciente. Aparece así la idea de la mecanoterapia, que
tuvo una gran aceptación y se extendió rápidamente por todos los países de Europa y América.
El médico Vienes, Winternitz (1835-1917) asienta en 1876 las bases fisiológicas y las
indicaciones de la hidroterapia, alcanzando de este modo un nivel científico. Más tarde,
incluye la hidroterapia en los planes de estudios en la facultad de medicina de Viena, imitado
con posterioridad en el resto de Europa.
A finales de siglo, nos encontramos con estudio de diversos neurólogos, Todd, Reven,
Hirschberg, Frenkel; sobre el tratamiento de los hemipléjicos. Hirschberg distingue tres
períodos en la enfermedad: el primero nada más produce el ACV, después de una semana
comienza la segunda fase, en la que primaron los movimientos pasivos para evitar el
anquilosamiento; y un último período consistente en una reeducación muscular.
Durante el siglo XX, como consecuencia de los grandes conflictos bélicos mundiales y el
desarrollo tecnológico e industrial (mecanización del campo, la industria, el automóvil…)
aparecen un sin fin de nuevas dolencias, prolifera la creación de hospitales y se origina las
distintas especialidades sanitarias. Entre ellas se asiste al nacimiento de la medicina física o
terapéutica física, que al englobar a una serie de especialidades terapéuticas, que se
encontraban separadas, va a facilitar la investigación y las posibilidades de crecimiento
científico.
Durante la primera guerra mundial, protagoniza el plano terapéutico lo que se conoce como
cirugía de guerra, es decir, las amputaciones, como único medio al parecer de combatir la
gangrena y el tétano, y unida a esta en la recuperación de eses heridos de guerra, la utilización
del ejercicio con fines terapéuticos.
En 1916, el doctor Robert W. Lowet y sus colaboradores establecen las bases de la valoración
analítica muscular. Introducen un método de valoración muscular cuando la resistencia es de
la gravedad y establecen una gradación que de mayor a menor funcionalidad era indicio
mediocre, pasable, bueno y normal. Posteriormente, otros investigadores contribuyeron a
fundamentar la técnica de exploración muscular manual, entre ellos destacar a Charles
Lowman (1922) quien optó por una gradación cifrada de cero a nueve, por los esposos Henry
Kendall y Florence Kendall (1936), que emplearon un método de registro con porcentajes. Ya
en 1958, las fisioterapeutas L. Daniels C. Worthingham, proponen una gradación de cero a
cinco que es la que más se utiliza actualmente en el ámbito internacional.
Codman, cirujano de Boston, crea los ejercicios ¨pendulares o agachados¨ para conseguir
amplitud articular en el umbral del dolor, en el complejo articular del hombro.
Las alteraciones motoras cerebrales en sus diversas formas hicieron eco en los profesionales
de la salud, lo que ha dado lugar a numerosas investigaciones y desarrollo de técnicas y
métodos de tratamiento para estos trastornos.
Entre los autores cabe destacar a Karen y Bertha Bobath (1966) quienes formulan un método
de tratamiento, basado en el desarrollo neurológico, niños con parálisis cerebral y que
posteriormente se utilizaría en la recuperación de los hemipléjicos.
También incluir dentro de la masoterapia, la técnica del drenaje linfático manual, descubierto
de forma intuitiva y empírica por Emil Vodder, a principios de los años 30, y que
posteriormente, gracias a los trabajos de investigadores médicos como los profesores F. 1di y
Kunke en Alemania, Casley-smith en Australia o Leduc en Bélgica, goza de una base científica
bien estructurada.
Leduc, basándose en los estudios de Rossi (1902), logró introducir medicamentos a través de la
piel con la ayuda de la corriente eléctrica, sentándose las bases de la actual Iontoforesis.
A través de esta visión histórica, se puede concluir, diciendo, que han sido muchos los que han
contribuido a sentar y definir lo que hoy conocemos por fisioterapia. No se puede decir que la
fisioterapia se haya desarrollado de forma independiente, sino que su desarrollo y evolución
esta íntimamente relacionada con los avances de otras ciencias (anatomía, fisiología,
biología…), con el desarrollo tecnológico, así como con los cambios sociales, económicos y
culturales de cada época.