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ÍNDICE.
Introducción
CAPÍTULO I. La Responsabilidad Civil
CAPÍTULO II. La Responsabilidad Civil en el ámbito penal.
CAPÍTULO III. La Responsabilidad Civil en el ámbito civil.
Introducción.
CAPÍTULO I. Hecho, Acto y Negocio Jurídico.
CAPÍTULO II. El Negocio Jurídico en el Código Civil.
CAPÍTULO III. Los Negocios Jurídicos Unilaterales.
CAPÍTULO IV. Los Negocios Jurídicos Bilaterales o Contratos.
Introducción.
CAPÍTULO I. Inexistencia.
CAPÍTULO II. Nulidad Absoluta, radical o Ab- Initio.
CAPÍTULO III. Nulidad relativa o anulabilidad.
CAPÍTULO IV. Rescisión.
CAPÍTULO V. Resolución.
CAPÍTULO VI. Revocación.
CAPÍTULO VII. Revisión.
PRIMERA PARTE.
INTRODUCCION.
La ley.
En síntesis creo que las obligaciones civiles nacen de tres grandes fuentes:
las conductas ilícitas, las conductas lícitas y la ley.
Responsabilidad Civil.
17. Normas generales. El Código Civil contiene dos normas generales que
guardan congruencia con las regulaciones de la ley penal. Una se refiere a
que el responsable de un delito doloso o culposo está obligado a reparar a
la víctima los daños y perjuicios que le haya causado; y la otra, a que la
exención de Responsabilidad Penal no libera de la Responsabilidad Civil.
Artículos 1646 y 1647 del Código Civil.
De lo anterior, así como de las normas generales del proceso, se colige que
el apremio es legal si habiendo sido dictado por juez competente y
notificado al destinatario, hay evidencia de que éste no ha obedecido la
resolución, no obstante que transcurrió el plazo que para el efecto le fue
fijado. De ahí que si la imposición del apremio no cumple con alguno de los
requisitos referidos, será ilegal y originará la Responsabilidad Civil
solidaria que establece la norma citada al principio.
1o. Por los daños o perjuicios que causen las cosas que se arrojaren o
cayeren de los mismos. No tengo ninguna duda de la responsabilidad de
quien tiene a su cargo el inmueble, por los daños que causaren las cosas
que cayeren del mismo. Ahora bien, con respecto de los que causen las
cosas “que se arrojaren” del mismo, creo que la responsabilidad del
resarcimiento de los daños causados debe correr a cambio de quien arrojó
las cosas, puesto que aquí no se está ante daños causados por cosas, sino
ante daños causados por personas (esto es, las personas que arrojaron las
cosas). Quienes piensan diferente a mí, es decir, en el sentido de la
regulación antes transcrita, argumentan que el dueño, arrendatario o
poseedor del inmueble tiene autoridad sobre quienes habitan o ingresan al
mismo, y por consiguiente debe vigilarlos y responder por su conducta.
2o. Por la caída de árboles, cuando no sea ocasionada por fuerza mayor;
4o. Por el uso o gases que sean nocivos, perjudiquen o causen molestia a
las personas o a las propiedades;
Abuso de derecho.
31. En general, debe tenerse en cuenta que, para que haya abuso de
derecho, debe estarse en situaciones en las que, quien es titular legítimo
del mismo, lo emplee de manera excesiva o imprudente; lo ejercite sin
necesidad alguna y, como consecuencia, cause daño a personas o
propiedades; u omita su ejercicio cuando hay certidumbre o posibilidad de
que por su abstención otra persona resulte dañada o perjudicada.
36. Naturaleza jurídica. Entre las aspiraciones del derecho civil, en pos de
la justicia, está la de preservar y proteger la seguridad y el equilibrio
patrimonial. Es por eso que las leyes civiles aceptan que una persona
incremente su patrimonio en detrimento del patrimonio de otra, siempre
que haya una razón que lo justifique. Lo que no acepta la ley es el
enriquecimiento, de cualquier cuantía, en detrimento injustificado de otra
persona, es decir, el desplazamiento de bienes o dinero del patrimonio de
una persona al patrimonio de otra, sin causa que lo justifique. Quedan
también comprendidas en esto, además de lo puramente material y
tangible, cualesquiera otras situaciones como aquellas en que una persona
se beneficia del pago o del gasto que otra hizo en su favor, o en las que
alguien, sin motivo justo, obtiene ventaja de los conocimientos, destrezas o
habilidades de otro.
37. Casos de enriquecimiento sin causa. Entre los casos previstos en la ley
en los que, de no darse la devolución, la retribución o la indemnización
correspondiente se produciría enriquecimiento sin causa, están los
siguientes:
38.Casos en los que no hay enriquecimiento sin causa. El artículo 1617 del
Código Civil establece que “No hay enriquecimiento sin causa en los
contratos celebrados lícitamente, cualquiera que sea la utilidad que
obtenga una de las partes contratantes; salvo el caso contemplado en el
artículo 1542”. De la norma anteriormente transcrita es posible deducir lo
siguiente:
Esta forma de pensar se originó del deseo de atender, con mayor justicia,
frecuentes casos de daños que quedaban sin resarcimiento, debido a la
poca flexibilidad que tenían las normas legales de la Responsabilidad Civil.
René Savatier, citado por Mazeaud4, dice, acerca de esto que: “El riesgo
unido al beneficio traduce la equidad reclamada por las sociedades
modernas. Responde al llamamiento que el sentimiento público lanza ahora
hacia la reparación más frecuente y completa posible de los daños
individuales. Antaño, todo se limitaba a compadecerse de las víctimas de
los accidentes, sin duda de que debieran soportar la carga cuando el
accidente no tuviera por causa la culpa de otro. Y, si un particular o el
Estado intervenía benévolamente para resarcirlos, era cuestión de caridad,
4
Mazeaud, Henri, León, Jean. Ob. Cit.Página 100.
no de justicia. En la actualidad, ya no lo admiten ni la víctima ni la opinión.
El sentimiento que las domina es que el accidente quebranta la justicia, y
que la equidad exige su reparación. La idea de unir una responsabilidad al
riesgo expresa esa tendencia. Conviene sin duda limitar su empleo, pero no
cabe ya suprimirlo”.
Esta doctrina es aplicada por el Código Civil, excepcionalmente, en los
casos siguientes:
1. Accidentes de trabajo. En los accidentes de trabajo son
responsables los patronos aun en el caso de culpa del trabajador. No lo
serán si el trabajador produjo voluntariamente (dolosamente) el daño.
Artículo 1649 del Código Civil.
42. Establece, finalmente, el Código Civil, que en todos los casos a que se
refiere el Título VII del Libro V, la acción para pedir la reparación de los
daños o perjuicios prescribe en un año, contado desde el día en que el daño
se causó, o en que el ofendido tuvo conocimiento del daño o perjuicio, así
como de quien lo produjo. Artículo 1673 del Código Civil. Lo anterior debe
entenderse, desde luego, sin perjuicio de lo establecido por el artículo 155
de la Constitución de la República, al que aludí anteriormente.
43. Más acertado habría sido, a mi juicio, que el Código Civil hubiera
establecido que en el plazo indicado caduca la acción para reclamar el
resarcimiento de los daños y perjuicios. De esa manera se habría situado
en la posición correcta de fijar como caducidad: la extinción, por efecto del
transcurso del plazo pertinente, de la acción o derecho de demandar; y,
como prescripción: la pérdida de la coercibilidad de la obligación, por la
consumación del tiempo de que legalmente disponía el acreedor para
efectuar formalmente su requerimiento de pago.
47. Definición. Muy pocas instituciones del derecho civil han merecido
tanta atención, de manera ininterrumpida desde épocas anteriores ya
lejanas, como la obligación. De ahí que son numerosos los autores que la
han definido. Unos han enfatizado en el aspecto subjetivo; es decir, en la
sujeción del deudor a determinada conducta exigible; y otros han
5
Boffi Boggero , Luis María. Enciclopedia Jurídica OMEBA.
Tomo XX, página 637.
acentuado la facultad del acreedor de exigir la satisfacción de la
prestación debida.
48. Para mi, tomando en consideración los valiosos elementos que aportan
las definiciones anteriormente transcritas, así como los que se ha dicho en
los códigos civiles de la República de Guatemala, a partir del de 1877, la
obligación civil es la “Situación resultante de actos o manifestaciones de
voluntad de personas capaces que pueden disponer válidamente de su
patrimonio, que determina para el deudor, en virtud de la relación jurídica
establecida, el deber de dar, hacer o no hacer algo posible, lícito y de
naturaleza económica que interesa al acreedor; y que, en caso de
incumplimiento, faculta a éste para hacerla efectiva sobre el patrimonio
enajenable del deudor”.
50. Algunos autores aceptan la tesis arriba referida, pero acotan que hay
casos de deuda sin responsabilidad (como sucede con las denominadas
obligaciones naturales); y de responsabilidad sin deuda (como sucede, por
ejemplo, en el caso del fiador). Por supuesto que dicha acotación no es
exacta puesto que, en el caso de la obligación natural únicamente hay un
deber de honor, pero realmente no hay obligación exigible. Y es
precisamente por eso, porque no hay obligación dotada de coercibilidad,
que no existe tampoco responsabilidad. Y, en el caso del fiador, sí hay
obligación: la obligación del deudor principal o fiado a la cual el fiador se
ha adherido prometiendo pagarla en defecto del obligado. Y precisamente
porque sí hay obligación es que también existe responsabilidad.
Capacidad:
52. Este elemento requiere, como es común en toda relación jurídica, que
las personas que lo integran tengan plena capacidad civil, tanto en el
sentido de ser mayores de edad, como en lo concerniente a poder hacer
declaraciones válidas de voluntad y disponer de su patrimonio sin más
limitaciones que las que expresamente impone la ley.
Incapacidad:
63. Las obligaciones civiles pueden ser clasificadas por su objeto, por la
relación jurídica y por sus sujetos. Es decir, desde el punto de vista de su
elemento real, su elemento formal y su elemento subjetivo.
Artículos 1534, l535, 1537, 1538 del Código Civil; 336 del Código Procesal
Civil y Mercantil.
Obligaciones de hacer.
Artículos 1323, 1324, 1325, 1381 del Código Civil; 337 del Código Procesal
Civil y Mercantil.
Obligaciones de no hacer.
69. En estas obligaciones la prestación del deudor consiste en abstenerse
de dar o de hacer algo, que de no existir el impedimento aceptado
contractualmente, podría perfectamente ejecutar sin infringir ninguna ley.
70.Cumplimiento. Mientras el deudor no entregue o no haga, es decir,
mientras no rompa su obligatoria abstención, está cumpliendo su
prestación.
71. Incumplimiento. Ocurre cuando el deudor, contraviniendo lo pactado,
entrega lo que no debía entregar, o hace lo que no debía hacer Por eso es
que se afirma que el deudor infringió o contravino la obligación. El
incumplimiento del deudor faculta al acreedor para ejercitar, a su elección,
las acciones siguientes:
a) Solicitar al juez competente le autorice para destruir por sí mismo
lo hecho, a costa del deudor.
Artículos 1327, 1328 del Código Civil; 339 del Código Procesal Civil y
Mercantil.
72. Si bien lo más frecuente sea quizá el pacto por separado de las
obligaciones antes explicadas, hay contratos en que las mismas pueden
coexistir. Ejemplos: el contrato de arrendamiento en el que hay
obligaciones de dar (entregar la cosa arrendada y pagar las rentas), de
hacer (efectuar las reparaciones o mejoras necesarias y útiles) y de no
hacer (no cambiar el destino del bien arrendado, no ceder el contrato y, si
fue prohibido, no subarrendar el bien). O el contrato de depósito regular en
el que hay obligaciones de dar (entregar uno la cosa objeto del depósito, y
devolverla el otro), de hacer (conservar y cuidar la cosa depositada), y de
no hacer (no usar la cosa recibida en depósito).
Por la determinación del objeto o elemento real. Desde este ángulo las
obligaciones se dividen en: específicas o individualmente determinadas, y
genéricas (delimitadas e ilimitadas).
Obligaciones Genéricas.
75. Son aquellas cuyo objeto está formado por una amplitud o
generalización de prestaciones. Pueden ser: genéricas delimitadas (de
género limitado), o genéricas ilimitadas (de género ilimitado) Puede
decirse que hay algún grado de imprecisión o indefinición en su objeto.
Respecto de este tipo de obligaciones el Código Civil se limita a decir que:
a) “No solo las cosas que existen pueden ser objeto de los contratos,
sino las que se espera que existan; pero es necesario que las unas y las
otras estén determinadas a lo menos en cuanto a su género”. Artículo
1538.
83. Son aquellas cuyo objeto está formado por varias prestaciones.
Pueden adoptar la modalidad de conjuntivas o copulativas, alternativas y
facultativas.
Obligaciones Alternativas.
7
Espín, Diego, Manual de Derecho Civil Español, página 105.
l) Por elección. Las formas de elección podrían ser las mismas que
indiqué en las obligaciones genéricas.
91. Notificación. En tanto no esté firme la elección efectuada, las cosas que
integran la prestación siguen siendo propiedad del deudor. Por lo tanto
corresponden a éste, hasta dicho momento, tanto los aumentos en las cosas
como los riesgos de las mismas.
Artículos 1334, 1335, 1336, 1337, 1338, 1339 y 1340 del Código Civil.
Obligaciones facultativas.
Artículos 1341, 1342, 1343, 1344, 1345 y 1346 del Código Civil.
Obligaciones divisibles.
102. Son aquellas en las que la prestación, fuere esta de dar, de hacer o de
no hacer, puede ser cumplida por partes o por etapas. Esto será posible si
por su naturaleza la prestación puede ser fraccionada, y si por acuerdo de
las partes o por disposición de la ley, se admite el cumplimiento
fraccionado. La falta de cualquiera de dichos supuestos, como lo expondré
adelante, torna indivisible la obligación.
103. Cumplimiento. En caso el deudor sea uno solo, cumplirá según las
porciones o etapas que se hubieren pactado o determine la ley. En caso
fueren varios, cada uno es responsable únicamente por su porción o etapa.
En caso de incumplimiento el acreedor demandará por aparte a cada
deudor, salvo que en el contrato se hubiere establecido que uno representa
a todos los demás.
Mancomunidad simple.
Definición. Rezzónico8 dice, refiriéndose a las obligaciones mancomunadas
simples que “Son aquellas que tienen como titulares del crédito a varios
deudores (mancomunidad pasiva), entre los que se divide la prestación
8
Rezzónico, Luis María. Enciclopedia Jurídica OMEBA.
Apéndice I, página 508.
(siempre que esta sea divisible, como sucede en el caso de una suma de
dinero). Vale decir, que cada uno solo es acreedor o deudor de su parte”
aa) Unidad de causa (origen común). Debe existir una razón voluntaria
o proveniente del objeto de la obligación por la que actúan conjuntamente.
Por ejemplo: Las personas A, B y C, copropietarias de un inmueble urbano
desean construir una casa. Para tal fin obtienen de D, E y F un préstamo de
dinero.
9
Espín, Diego. Ob. Cit. Página 117.
dd) Cada acreedor puede reclamar el cumplimiento únicamente de la
porción que le corresponde de la prestación.
122. Elementos:
mm) Unidad de causa (origen común). Esto significa que debe existir
alguna razón determinada por la voluntad de las partes o por la ley, que les
obliga a actuar conjuntamente, vinculados por una misma relación jurídica.
10
De Pina, Rafael. Derecho Civil Mexicano, Tomo IV, página
22.
11
Espín, Diego. Ob. Cit. Página 121.
12
Espín, Diego. Ob. Cit. Página 122.
124. Naturaleza jurídica. Creo que el Código Civil, siguiendo una teoría
que tiene muchos adeptos, fundamenta la mancomunidad solidaria en la
unidad del objeto. Así explica que uno solo de los acreedores pueda exigir
el cumplimiento íntegro de la prestación debida, y que uno solo de los
deudores pueda ser constreñido al cumplimiento total.
Ahora bien, si eso fuera totalmente cierto, no existirían casos en los que el
mismo código, como más adelante puntualizo, permite el cumplimiento
parcial de la obligación mancomunada solidaria. Por esa razón pienso, no
obstante mi respeto por la doctrina expuesta, que lo que verdaderamente
existe en esta clase de obligación es, no obstante la pluralidad de sujetos,
una indivisibilidad de la prestación (sea por la propia naturaleza de la
misma, por disposición categórica de la ley o por la forma en que fueron
expresamente estipuladas las obligaciones y los derechos de los
interesados), lo cual determina que exista una sola e indisoluble relación
jurídica.
Autores como Boffi Boggero13 comparten la tesis del Código Civil. Este
autor dice que las obligaciones indivisibles y las mancomunadas solidarias
coinciden en algunos de sus efectos, pero difieren en su causa. La
solidaridad deviene del título constitutivo de la obligación, en tanto que la
indivisibilidad la determina la clase o tipo de prestación.
Planiol14, citado por Rojina Villegas dice: “La solidaridad produce, en las
relaciones del acreedor con los deudores, algunos efectos secundarios que
no pueden explicarse mediante la simple obligación de cada uno por el
total. Es necesaria otra idea, la de una representación recíproca entre los
codeudores, que hace que el acto ejecutado por o contra uno de ellos se
considere realizado por o contra los demás, respecto de los cuales produce
efectos como si fuere realizado por ellos”.
Clases:
ss) Cada acreedor puede hacer lo que beneficie a los demás, pero no
lo que les perjudique.
128. Elementos:
zz) El pago total efectuado por uno solo de los deudores libera a
todos frente al acreedor común, y extingue totalmente la obligación.
bbb) La novación celebrada por el acreedor común con uno solo de los
deudores, libera a los demás. Esto es razonable, desde luego que ello
implicaría que por haber introducido cambios sustanciales al objeto de la
obligación ésta se extinguió y nació una obligación nueva, la cual no puede
vincular a quienes no fueron parte en su celebración.
Lo que el Código Civil no aclara es qué pasa con los derechos que tenían
los deudores que quedaron liberados (en caso la obligación mancomunada
solidaria fuere bilateral y los deudores tuvieren derechos contra el
acreedor). Resolver el caso no es fácil. La dificultad nace de una mala
regulación de la ley. Lo correcto, a mi juicio, hubiese sido, siguiendo la tesis
de la unidad de objeto implícita en el Código Civil, establecer que la
novación solo puede celebrarse con el consentimiento unánime de los
deudores, de donde devendría que, si se celebra con uno solo de ellos,
dicha novación sería nula absolutamente por falta de un elemento esencial:
el consentimiento de los demás codeudores.
Critico por partes la norma transcrita, así: 1.) No debería el acreedor poder
alterar la solidaridad por sí solo, es decir, sin el consentimiento de todos los
deudores. Eso quebranta gravemente el consentimiento que dieron todos
los codeudores al celebrar la obligación; 2.) Si el acreedor renunció a la
solidaridad respecto de uno de los deudores, ello significa que éste sale de
la relación originaria, y entabla con el acreedor una nueva relación
jurídica que le permite responder únicamente de su parte de la prestación.
Entonces, si otro de los antiguos codeudores suyos deviene insolvente,
tendrían que ser los restantes codeudores los responsables de responder
por su cuota. El liberado de la solidaridad no, puesto que él ha dejado ya
de ser deudor solidario y pasado a ser deudor simplemente mancomunado,
y por lo tanto, responsable únicamente del cumplimiento de su parte. 3.)
Regular el caso como lo hace el Código Civil no solo quebranta principios
básicos de la mancomunidad, sino tutela exagerada e injustificadamente al
acreedor.
138. Son aquellas cuyo cumplimiento puede exigir el acreedor por medio
del juez competente. Constituyen la mayoría de las obligaciones civiles y en
su existencia y eficacia descansa la confianza del público en las
prestaciones de pago diferido.
Ahora bien, debe tenerse en cuenta que el pago voluntario del deudor no
convierte a la obligación natural en obligación jurídica o coercitiva. Así
tenemos que, si el pago fuere parcial, el acreedor carecería de acción para
cobrar judicialmente el saldo. Desde este punto de vista puede admitirse
que la obligación natural es una obligación sujeta a la condición suspensiva
de que el deudor efectúe el pago, en cuyo caso se produce el efecto jurídico
de retención antes referido. Si no se cumple la condición, es decir, si el
deudor no efectúa voluntariamente el pago, la obligación natural no
alcanzará eficacia jurídica.
3ª En el caso de la obligación prescrita, si al ser demandado el deudor no
opone la excepción correspondiente, deberá ser condenado al pago, pues
no puede el juez hacer valer de oficio la prescripción extintiva o liberatoria.
16
Rojina Villegas, Rafael. Ob. Cit. Página 70.
r) Obligaciones naturales por causas sobrevenidas. Son las que
nacieron dotadas de coercibilidad, pero la han perdido en momento
posterior de su vigencia. Es el caso de las obligaciones que no han sido
cumplidas, respecto de las cuales se consumó ya el periodo de prescripción
extintiva o liberatoria. En dicha circunstancia el deudor pagará si desea
hacerlo. En caso contrario, puede invocar en su favor la prescripción de la
obligación. Artículos 150l y 1504 del Código Civil.
Coincido con el autor del anteproyecto que dio origen al Código Civil
vigente, en cuanto a que el cumplimiento o pago no constituye un modo de
extinción de las obligaciones sino, como antes dije, una fase (quizá la
principal o ideal) de la vida de la obligación, cuyo itinerario cronológico
comprende: celebración, vigencia, cumplimiento y extinción. En tal virtud,
la extinción de la obligación es una consecuencia o efecto jurídico del pago
o cumplimiento. El párrafo número 10 del capitulo V de la exposición de
motivos del Código Civil dice, respecto a esto, lo siguiente: “El Código del
77, igual que muchos códigos antiguos, reglamentó el pago entre los
medios de extinción de las obligaciones y ciertamente que es el medio
normal para extinguirlas, por lo que no es defectuosa su colocación en
dicho lugar. Sin embargo, técnicamente debe figurar como efecto de las
obligaciones, pues para que éstas se extingan deben antes satisfacerse o
cumplirse y este cumplimiento es el efecto inmediato y directo de la
obligación, puesto que las partes contratan para que la prestación se
realice; y aunque es imperceptible el momento que separa los dos aspectos
del pago (cumplimiento y extinción), toda vez que se operan
simultáneamente, no cabe duda que para que se declare la cancelación
debe antes cumplirse o pagarse”.
Adviértase que, en este caso, el deudor está de acuerdo con que un tercero
pague la deuda suya. En tal circunstancia el pago produce los efectos
jurídicos siguientes: 1. El deudor queda liberado frente al acreedor hasta el
monto de lo efectivamente pagado; 2. El tercero subroga (sustituye) al
acreedor en todos los derechos, acciones y garantías que éste tenía frente
al deudor. De manera, que cuando el tercero (subrogante) demanda
judicialmente el pago al deudor, no está ejercitando un simple derecho de
repetición (actio in rem verso), sino una verdadera acción de subrogación.
Es decir, está ejercitando contra el deudor, de conformidad con los
artículos 1453, 1454 y 1455, inciso 3o., del Código Civil, la misma acción
procesal que el acreedor (subrogado) tenía legalmente contra el deudor.
Pago efectuado por tercera persona, contra la voluntad expresa del deudor:
152. Presunciones legales. Previendo sin duda situaciones en las que, por
cualquier circunstancia, el deudor no pueda acreditar el pago por el medio
escrito que corresponda, el Código Civil reguló determinados casos en los
que, salvo prueba en contrario, se presume el pago. Dichos casos son:
Artículos 1283, 1384, 1385, 1386, 1387, 1388, 1389, 1390, 1391, 1392,
1393, 1394, 1395, 1396, 1397, 1398, 1399, 1400, 1401, 1402, 1403, 1404,
1405, 1406 y 1407 del Código Civil.
Pago en especie.
Creo que, salvo disposición expresa de la ley, pueden las partes convenir
que el pago se efectúe en especie, en cualquiera de las modalidades que
antes indiqué.
Pago en dinero.
166. Elementos:
b) Que se haga por persona capaz o hábil para verificar el pago. Esto
no es sino una aplicación específica de la norma general contenida en el
párrafo segundo del artículo 44 del Código Procesal Civil y Mercantil,
relativo a que “Las personas que no tengan el libre ejercicio de sus
derechos, no podrán actuar en juicio sino representadas, asistidas o
autorizadas conforme a las normas que regulen su capacidad”.
170. Efectos jurídicos. Cuando queda firme el auto que declara con lugar el
pago por consignación, se producen los efectos jurídicos siguientes:
Artículos 1408, 1409, 1410, 1411, 1412, 1413, 1414, 1415 del Código Civil;
568, 569, 570, 571 del Código Procesal Civil y Mercantil; 135, 136, 137,
138, 139, 140 de la Ley del Organismo Judicial.
Dación en pago.
171. Consiste en que, en una situación en que una persona debe a otra, la
parte deudora puede ofrecer a la parte acreedora pagarle con uno o
varios bienes, cuyo valor equivalga a la prestación adeudada. Si el
acreedor acepta, la obligación queda cumplida, y consecuentemente
extinguida, mediante un pago efectuado con prestación diferente a la
inicialmente convenida.
175. Historia. Según Acuña Anzorena 18, el pago por cesión de bienes fue
incluido en la Ley Julia, en el año 737 antes de Cristo, con el nombre de
Cessio Bonorum, y era permitida únicamente al deudor de buena fe. Tenía
entonces, según el autor citado, las ventajas siguientes:
18
Acuña Anzorena, Arturo. Enciclopedia Jurídica OMEBA,
Tomo XX, página 980.
a) Hacía innecesaria la ejecución de los bienes del deudor, pues éste
los ponía voluntariamente a disposición de los acreedores.
176. Naturaleza jurídica. Diversas son las doctrinas mediante las que se ha
tratado, a través del tiempo, de explicar la naturaleza jurídica del pago por
cesión de bienes:
a) Una de ellas dice que constituye una dación en pago. No creo que
esto sea cierto, puesto que la dación en pago trasmite la propiedad de los
bienes del deudor al acreedor. En cambio, en el pago por cesión de bienes
el deudor únicamente trasmite a los acreedores la posesión de las cosas,
para que éstos las administren o las vendan.
177. Elementos:
d) Personal o subjetivo.
a) Objetivo o real:
180. El pago judicial por cesión de bienes. El artículo 1417, segunda parte,
del Código Civil, lo define como “Un beneficio que se concede al deudor de
buena fe que por accidentes inevitables o por causas que no le pueden ser
imputadas, suspende el pago de sus deudas o está en inminente riesgo de
suspenderlas”; y lo sujeta de conformidad con el artículo 1423, “al
procedimiento señalado en el Código Procesal Civil y Mercantil. El pago de
los créditos deberá hacerse de conformidad con lo que disponga la ley para
la graduación de acreedores”.
182. Solicitud. El convenio judicial debe proponerse ante el juez del lugar
en que el deudor tenga el centro principal de sus negocios; y la solicitud
debe contener, además de los requisitos de todo escrito, los siguientes: 1o.
Causa de la suspensión o cesación de pagos; 2o. Origen y monto de cada
deuda, fecha de su vencimiento, garantía y condiciones, si las hubiere; 3o.
Proyecto del convenio, al cual se adjuntará el balance general de los
negocios, firmado por el deudor y por la persona encargada de llevar la
contabilidad (el convenio puede ser extrajudicial, en cuyo caso se requiere
el acuerdo de todos los interesados en el concurso y deberá celebrarse en
escritura pública); 4o. La nómina de los acreedores, con indicación del
domicilio de cada uno o de sus respectivos representantes legales. 5o. Dos
copias de la solicitud y documentos anexos, una quedará en el tribunal y la
otra se entregará a la comisión revisora. Artículos 349 y 350 del Código
Procesal Civil y Mercantil.
188. Efectos del pago judicial de bienes. Una vez aprobado por el juez,
produce lo efectos siguientes: lo. La separación del deudor de la
administración de sus bienes, quien o no podrá recibir pagos válidamente;
2o. La liquidación de los negocios del deudor, la realización de los bienes
cedidos y el pago y cobro de las deudas; 3o. La suspensión definitiva de las
ejecuciones entabladas contra el deudor y de los intereses respectivos, por
créditos no garantizados con hipoteca, subhipoteca o prenda; y 4o. La
extinción de las deudas en virtud de los pagos que se hagan, aunque lo que
alcance cada acreedor no baste para el pago total, siempre que el que haga
la cesión sea una persona individual. Si fuere una sociedad y sus bienes no
alcanzaren para el pago total, subsistirá la responsabilidad de los socios
conforme el contrato y naturaleza de la sociedad. Artículo 1418 del Código
Civil.
189. Mala fe. El dolo o fraude por parte del deudor origina nulidad del
pago por cesión judicial de bienes. Así se establece en las siguientes
normas:
Pago indebido:
192. Lo expongo en este lugar por considerar que, una vez que he
explicado en el apartado precedente lo concerniente al pago debido,
ordinario o normal, puede comprenderse en mejor forma el pago indebido,
que constituye realmente un pago incorrecto, anómalo.
194. Consecuencias:
195. Pago por equidad. El párrafo primero del artículo articulo 1625 del
Código Civil establece que: “No se puede recobrar lo pagado que no
habiéndose podido exigir con arreglo a las leyes, se hubiere satisfecho
según la equidad”. Debe entenderse que la norma transcrita se refiere a
casos en los que la persona paga voluntariamente no obstante que sabe
que mediante las leyes no puede obligársele a hacerlo. Si pagó en esas
circunstancias porque consideró que el recipiendario merecía el pago, no
sirve de nada que posteriormente cambie de opinión y se arrepienta. El
pago no fue por error. Por lo tanto, no constituye pago indebido, y por
consiguiente no produce acción alguna de repetición o de resarcimiento.
Artículos 1618, 1619, 1620, 1621, 1622, 1623, 1624, 1625, 1626, 1627 y
1628 del Código Civil.
197. De conformidad con el artículo 1626 del Código Civil “está sujeto a
las reglas del pago indebido el que se hace para extinguir una obligación
condicional, cuya condición no se ha cumplido; o por una causa que ha
dejado de existir”. Ejemplo de esto último podría ser el caso de un deudor
que debe pagar una pensión periódica a un tercero, durante el período
necesario para que culmine sus estudios universitarios, y que haya
continuado pagando después de que el beneficiario abandonó los estudios,
sin saberlo el deudor.
j) Artículo 1715: “El mandatario podrá retener las cosas que son
objeto del mandato hasta que el mandante realice la indemnización de que
tratan los artículos anteriores”. (Se refiere a cantidades de dinero que el
mandatario haya puesto de su propio peculio para los asuntos del
mandante, y a daños o perjuicios que el mandatario hubiere sufrido en el
cumplimiento del mandato).
o) “El acreedor cuyo crédito sea exigible, podrá retener los bienes
muebles o inmuebles de su deudor que se hallaren en su poder, o de los
que tuviere la disposición por medio de títulos de crédito representativos”.
Artículo 682.
Mora:
205. Definición. “Es la situación jurídica del deudor o del acreedor, que no
cumplió la prestación o el deber a su cargo, y que fue legalmente
interpelada por su contra parte”.
206. Clases. Hay mora del deudor (mora solvendi o debendi), y también
mora del acreedor (mora accipiendi o credendi).
Daños y perjuicios.
216. La sanción civil por excelencia que impone la ley al deudor en todo
caso de incumplimiento culpable, es la del resarcimiento de daños y de
perjuicios. Por daño entiende la ley la pérdida que el acreedor sufre en su
patrimonio; y por perjuicio, la ganancia lícita que deja de percibir. Artículo
1434 del Código Civil.
Agrega la norma arriba citada que los daños y los perjuicios “deben ser
consecuencia inmediata y directa de la contravención”. Es decir, limita la
obligación de resarcimiento a las pérdidas patrimoniales vinculadas
inmediatamente con la infracción en una estrecha relación de causa y
efecto. Desecha, por consiguiente, aquellas que fueren consecuencia
lejana, remota y colateral de la contravención. Ejemplo: si el constructor de
la casa incurrió en retardo y por ese motivo el propietario continuó
pagando rentas de la casa en que mientras tanto está viviendo, eso
constituye daño inmediato y directo del retardo. Pero si el propietario
aduce que iba a dar en garantía hipotecaria la casa cuya construcción
ordenó y no pudo hacerlo por el retardo del constructor, eso ya no es un
daño que constituya consecuencia inmediata y directa de la contravención.
Bejarano Sánchez21 ilustra la cuestión diciendo que: “No todas las
consecuencias perjudiciales que fueren producto remoto de un hecho ajeno
van a ser reparadas por el causante. Los hechos nocivos pueden
encadenarse hasta el infinito. Uno puede ser la consecuencia del
precedente, y así en forma sucesiva, y, de no establecerse un límite a la
cadena de causas, resultaría que el iniciador de una lesión, causante a su
vez de pérdidas más remotas, se vería en la necesidad de restaurar
también éstas. Sólo las consecuencias inmediatas y directas del hecho
dañoso son los daños reparables”.
217. Daño moral. Cabe señalar que en doctrina hay algunas opiniones
que se inclinan por incluir en el resarcimiento el denominado daño moral
proveniente del incumplimiento de un contrato. Sobre esto no hay
aceptación mayoritaria o relevante y tampoco ha sido admitido en la
legislación patria, como si lo ha sido, en el resarcimiento del daño moral
proveniente de la Responsabilidad Civil sin relación preexistente
( responsabilidad extracontractual ). Sin embargo, es una noción que
merece examinarse, puesto que no es imposible que como consecuencia
de un incumplimiento total, o de un cumplimiento irregular o defectuoso, el
acreedor deba soportar sufrimiento, pena u otros sentimientos aflictivos.
21
Bejarano Sánchez, Manuel. Ob. Cit. Página 252.
Tal el caso, por ejemplo, de quien contrató el transporte de una pintura
valiosa ligada a su afecto por constituir un recuerdo de familia, y la pierde
porque el transportista la extravió sin posibilidad alguna de recuperación.
218. Fijación del monto. El monto o cuantía del daño o del perjuicio
proveniente del incumplimiento contractual puede ser fijado en cualquiera
de las formas siguientes: a) por los propios contratantes mediante la
inclusión en el contrato de cláusulas de indemnización o la celebración
posterior de contratos indemnizatorios; b) por la ley. Tal el caso del artículo
1435 del Código Civil concerniente a que: “Si la obligación consiste en el
pago de una suma de dinero y el deudor incurre en mora, la indemnización
de daños y perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá en el pago
de los intereses convenidos, y a falta de convenio, en el interés legal hasta
el efectivo pago”; c) por el juez, en sentencia.
221. Funciones.
hh) Función liquidadora. De antemano los contratantes fijan una
cantidad cierta y determinada, de manera que al momento del
resarcimiento, no hay necesidad de probar cantidad, monto o cuantía.
ii) Función sancionadora: constituye una sanción civil al contratante
incumplido. Es tanta, en este sentido, su eficacia, que el acreedor no está
obligado a probar los daños y perjuicios, ni el deudor podrá eximirse de
pagar la indemnización pretendiendo probar que no los hubo. Artículo 1439
del Código Civil.
jj) Función coercitiva. Incide o presiona el ánimo de los contratantes
para cumplir sus prestaciones, so pena de tener que pagar la cantidad
indemnizatoria previamente fijada.
227. Arras. Las regula el artículo 1442 del Código Civil diciendo que “Las
arras dadas en garantía del cumplimiento de una obligación, constituyen el
equivalente de los daños y perjuicios provenientes de la inejecución,
siempre que mediare culpa; y si el incumplimiento procediere de quien las
recibió, éste deberá restituir el doble de lo que hubiere recibido”.
229. Contratos de promesa. Pienso que las arras son garantías idóneas en
los contratos de promesa. En éstos la parte que está interesada en la
celebración de un determinado contrato, que en el momento presente no
puede o no quiere realizar, entrega a la otra parte una determinada
cantidad de dinero en calidad de arras, es decir, como garantía de que el
contrato que desea se celebrará dentro del plazo que para el efecto
establecen. Si quien entregó las arras no celebra el contrato en el plazo
fijado, las pierde; y si, por el contrario, quien no otorga el contrato
prometido es quien las recibió, tendrá que devolverlas duplicadas. El
artículo 1442 del Código Civil dice al respecto que: “Las arras dadas en
garantía del cumplimiento de una obligación, constituyen el equivalente de
los daños y perjuicios provenientes de la inejecución, siempre que mediare
culpa; y si el incumplimiento procediere de quien las recibió, éste deberá
restituir el doble de lo que hubiere recibido”.
244. Tres son las formas de transmisión de las obligaciones que admite el
Código Civil: la cesión de derechos, la subrogación y la transmisión de
deudas.
Cesión de derechos.
246. Elementos.
De ahí que resulte confuso el artículo 1445 del Código Civil relativo a que
“La cesión debe hacerse en escritura pública si se trata de derechos sobre
inmuebles o que deben inscribirse en el Registro de la Propiedad”. Lo que
se quiso decir, sin duda, es que debe constar en escritura pública la cesión
en la que el acreedor esté transmitiendo al cesionario derechos de cobro o
acreedurías que tienen que ver con bienes inmuebles o muebles, y
derechos reales sobre los mismos. Por ejemplo, que la acreeduría esté
garantizada con hipoteca. En este caso, debe inscribirse en el registro de la
propiedad el cambio de acreedor, para cuyo efecto es indispensable la
celebración de la cesión en escritura pública.
22
Espín. Diego. Ob. Cit. Página 266.
247. Acciones o títulos nominativos. Si la acreeduría consta en acciones o
títulos nominativos se observarán las disposiciones especiales de su
creación o las que establezca el Código de Comercio, entre las que estarán
sin duda el endoso en propiedad y el registro de la transmisión en el libro
de acciones o títulos de la entidad de que se trate. Si consta en títulos a la
orden o al portador, bastará la mera tradición y, si figurase en efectos
públicos negociables, su transferencia queda sujeta a lo que disponga el
instrumento de su creación.
248. Clases. La cesión puede ser contractual, legal y judicial. Por razón
del tema que trato (obligaciones civiles derivadas de relación jurídica
preexistente), no haré referencia más que a la cesión contractual.
250. Notificación. Debe tenerse presente que los efectos jurídicos que
conciernen al deudor o a terceros, se inician a partir de la notificación de la
cesión. La notificación pueden hacerla, indistintamente, el cedente o el
cesionario, en forma judicial o por medio de notario. No es necesaria
cuando el deudor ha facultado al acreedor (cedente) para ceder el crédito
sin su notificación, o cuando se trate de documentos que de conformidad
con la ley se transmiten por endoso. Sin embargo, por razones de utilidad y
conveniencia debe procurarse que, por algún medio, se entere el deudor
de la celebración de la cesión del crédito, pues de lo contrario tendrían
validez los pagos que por desconocimiento efectuare al primitivo acreedor.
De igual manera es necesario que se enteren los fiadores y terceros
garantes.
Subrogación:
23
Mazeaud, Henri, León, Jean. Ob. Cit. Volumen III. Página
129.
257. Naturaleza jurídica. Varios son los criterios que la doctrina ha
expuesto para explicar qué es realmente la subrogación. Según Espín 24, las
doctrinas concernientes al asunto pueden dividirse en: teorías del pago,
teorías eclécticas y teorías de la transmisión del crédito.
a) Teorías eclécticas:
24
Espín, Diego. Ob. Cit. Página 275.
1. Teoría de la expropiación del crédito. Se basa en que hay dos
formas de pago:
263. Efectos:
Artículos 1453,1454, 1455, 1456, 1457, 1458, 917, 918 del Código Civil;
1455 del Código Procesal Civil y Mercantil.
Cesión de deudas:
267. Elementos:
271. Cesión legal. Se configura por ministerio de la ley, sin necesidad del
consentimiento del acreedor, en los casos siguientes:
Artículos 1459, 1460, 1461, 1462, 1463, 1464, 1465, 1466, 1467, 1468 del
Código Civil.
Compensación:
275. Elementos:
a) Existencia simultánea de acreeduría y deuda recíprocas. Es decir, de
dos partes: una deudora de la otra, en una relación; y ésta acreedora de
aquella, en otra relación. Ambas relaciones han de constituir obligaciones
independientes, válidas y exigibles. Por tal razón no son compensables las
obligaciones de plazo todavía no vencido, las condicionales cuya condición
estuviere aun pendiente y las obligaciones naturales.
b) Las acreedurías y las deudas, deben ser por derecho propio, lo cual
significa que lo que se puede hacer valer u oponer son las acredurías
personales, propias de quien las opone. Es decir, el deudor que es
requerido de pago por su acreedor puede oponer compensación por lo que
a él mismo le debe el acreedor, pero no por lo que éste deba a tercera
persona. Se exceptúa el caso del fiador y del tercero garante, quienes en
caso de ser requeridos de pago por el acreedor sí pueden oponerle
compensación por lo que éste deba al deudor principal. Por esta exigencia
de acreeduría propia es que no puede el deudor mancomunado solidario
oponer compensación por lo que el acreedor deba a otro de los
codeudores. Artículo 1369 del Código Civil.
Artículos 1469, 1470, 1471, 1472, 1473, 1474, 1475, 1476, 1477 del
Código Civil.
Novación:
283. Elementos:
a) Existencia de una obligación válida y vigente. Obviamente no puede
introducirse cambios de ninguna naturaleza a una obligación que carezca
de validez o ya no exista. Por eso es que, de conformidad con el Código
Civil, la novación no produce efectos si la antigua obligación era nula o
estaba extinguida. La obligación simplemente anulable queda confirmada
(convalidada) por la novación (se trataría de una confirmación tácita).
Artículos 1478, 1479, 1480, 1481, 1482, 1483, 1484, 1485, 1486, 1487,
1488 del Código Civil.
Remisión:
291. Elementos:
a) Personal o subjetivo: El acreedor. que debe ser persona capaz y con libre
disposición de sus bienes; y el deudor, que puede ser incluso menor de
edad o incapaz. Como antes se dijo, su representante legal, dado lo
beneficiosa que es para el representado, no necesitaría autorización
judicial para poder aceptar la remisión.
292. Efectos:
Confusión:
295. Origen:
a) Puede producirse por motivo de muerte, en el caso de que el acreedor
(por testamento o donación mortis causa) o la ley (por sucesión intestada)
hubieren instituido heredero universal al deudor. El artículo 1500 del
Código Civil indica que “los créditos y deudas del heredero que no haya
sido instituido a título universal, no se confunden con las deudas y créditos
hereditarios”.
Artículos 1495, 1496, 1497, 1498, 1499, 1500 del Código Civil.
Prescripción extintiva:
300. Denominada también prescripción negativa o liberatoria,” es la
pérdida de la coercibilidad de la obligación causada por el transcurso
íntegro del tiempo establecido por la ley, sin que el deudor ni el acreedor
hayan ejecutado acto alguno que pudiera interrumpir jurídicamente el
cómputo de dicho tiempo “. Es decir, a la inactividad del acreedor debe
sumarse la circunstancia de que tampoco el deudor asumió actitud alguna
que implique reconocimiento de la deuda.
303. Naturaleza jurídica. Varias son las doctrinas que tratan de encontrar
el fundamento, la razón esencial, el por qué, de la prescripción extintiva,
negativa o liberatoria. Entre ellas están:
306. Renuncia. La persona capaz que tenga libre disposición de sus bienes
puede renunciar, expresa o tácitamente, la prescripción ya adquirida. La
prescripción ya consumada en un caso concreto pasa a ser un derecho
individual, cuyo interés se circunscribe al beneficiado con el mismo. Por
consiguiente, es renunciable, siempre que quien renuncie esté actuando
respecto de bienes propios, sea persona capaz y tenga libertad de
disposición.
Se entiende renunciada la prescripción (renuncia tácita) si el deudor
confiesa deber sin alegar prescripción, o si paga el todo o parte de la
deuda. Dicha renuncia es irrevocable, es decir, no admite ninguna clase de
arrepentimiento o retractación.
a) Contra los menores y los incapacitados, durante el tiempo que estén sin
representante legal constituido. Sería el caso, por ejemplo, de un acreedor
menor de edad cuyos padres fallecen. Durante el tiempo que esté sin tutor
legalmente designado no corre tiempo alguno de prescripción a favor del
deudor, puesto que no había forma alguna en que el acreedor pudiese
ejercitar sus derechos.
Puig Peña27, dice que la caducidad “Es aquel instituto jurídico por virtud
del cual, una vez expirado el plazo que o bien la ley o bien la voluntad de
los particulares establecen o asignan a la acción, ésta ya no puede ser
ejercitable en modo alguno. En la caducidad, el tiempo tiene un influjo
decisivo y extintivo, pero actúa a modo de plazo únicamente, sin tener en
cuenta la negligencia o imposibilidad del titular del derecho”. La definición
transcrita explica acertadamente la caducidad, pero debe tenerse en
cuenta que el derecho guatemalteco no permite a los particulares fijar
plazos para el ejercicio de acciones. Dichos plazos judiciales los fija
siempre la ley.
Artículos 1501, 1502, 1503, 1504, 1505, 1506, 1507, 1508, 1509, 1510,
1511, 1512, 1513, 1514, 1515, 1516 del Código Civil.
SEGUNDA PARTE:
TÍTULO: III. EL NEGOCIO JURÍDICO.
INTRODUCCION:
317. Valía y vigencia del Código Civil. Quiero, con idéntica intención,
tratar de reinvidicar la valía y vigencia del Código Civil frente a otras leyes
importantes y necesarias, que conciben quizá de manera diferente la
institución del negocio jurídico. Para ello intentaré deslindar los conceptos
de: hecho jurídico, acto jurídico y negocio jurídico, lo que me llevará
directamente al negocio jurídico contractual o contrato. Reconozco la
dificultad del asunto, dada la larga tradición doctrinaria y legislativa, que
como firme atadura cómoda y generalmente aceptada, se aferra a
concepciones tan amplias del hecho y del acto jurídico, que dejan muy poco
espacio para instituir frente a ellos al negocio jurídico como concepto
diferente aunque íntimamente ligado a ambos.
Hechos jurídicos.
Actos jurídicos.
a)Lícitos.
b)Ilícitos. Estos últimos son, a su vez: 1.Culposos: son los constituidos por
manifestaciones de voluntad o conductas inicialmente compatibles con la
ley (es decir, lícitas), pero cuya ejecución descuidada, temeraria o carente
de pericia, origina responsabilidades civiles de resarcimiento de daños y
perjuicios. 2. Dolosos: son las manifestaciones de voluntad o conductas en
las que el agente causa intencionalmente un daño o transgrede
deliberadamente la norma legal. De esa naturaleza son, por ejemplo:
a) Unilaterales y bilaterales;
b) Recepticios (cuando celebrados por uno tienen por destinatario a otro.
Ejemplo, la promesa de recompensa); y no recepticios (cuando no van
dirigidos a ninguna persona, sino que interesan únicamente a quien los
celebra. Ejemplo, el cambio de nombre);
c) Extrapatrimoniales (como el matrimonio, la adopción); o patrimoniales
(como los contratos civiles y mercantiles).
d) Entre vivos y por motivo de muerte (Estos últimos pueden ser
unilaterales, como el testamento o la donación por motivo de muerte; o
bilaterales, como los contratos de seguros de vida o los contratos de
servicios funerarios)
32
Rojina Villegas, Rafael. Ob. Cit. Volumen I. Página 493.
anulación del contrato y acepta cumplir las obligaciones a su cargo
derivadas del mismo.
La promesa de recompensa.
Consecuencias jurídicas.
336. Hallazgo. De conformidad con el artículo 597 del Código Civil “El
dueño que recobre lo perdido o su precio, está obligado al pago de los
gastos y a abonar a quien lo halló el diez por ciento del valor de la cosa o
del producto de la venta”. De manera entonces que, si la promesa de
recompensa consiste en una suma de dinero a favor de quien encuentre y
entregue a su dueño algún objeto que éste ha extraviado, quien lo haga
podrá optar entre exigir la recompensa a tenor de la promesa, o el importe
del hallazgo de conformidad con la norma antes transcrita.
Artículos 1630, 1634 del Código Civil.
Concursos con premio.
337. Consecuencias jurídicas
338. Los define el Código Civil como aquellos que no están expedidos a
favor de persona determinada, contengan o no la cláusula al portador. La
obligación que de ellos se origina consiste en que quien tenga el título en
su poder puede reclamar del emisor la prestación debida. Aquí se está ante
la peculiaridad de que, desde el principio (desde la emisión), está
determinado o identificado el deudor (emisor). Cada portador sucesivo es
un acreedor potencial, pero el verdadero acreedor se determina o identifica
hasta el momento en que el último portador comparece a reclamar la
prestación, en cuyo acto exhibe y entrega el título a cambio. Resulta,
evidente, por lo tanto, que la obligación nace de la sola manifestación de
voluntad del emisor, quien se constituye deudor desde el momento en que
emite el título.
Artículos 1628, 1639, 1640, 1641, 1642, 1643 (párrafo primero, por razón
de que el párrafo segundo, según el artículo V de las normas derogatorias y
modificatorias del Código de Comercio, no será aplicable a las obligaciones
mercantiles) y 1644 del Código Civil.
El pagaré.
339. De conformidad con el artículo 490 del Código de Comercio, el pagaré
debe contener, además de los requisitos establecidos por el artículo 386 de
dicho cuerpo legal, lo siguiente: lo. La promesa incondicional de pagar una
suma determinada de dinero, y el nombre de la persona a quien deba
hacerse el pago. Nótese que únicamente el deudor suscribe el pagaré. Es
decir, él solo se declara deudor de la cantidad de dinero que expresa, a
favor de la persona a quien él mismo dice se la pagará.
Artículos 918, 920, 1304 del Código Civil; 462 y 479 del Código Procesal
Civil y Mercantil.
La gestión de negocios.
344. El Código Civil acepta la gestión de negocios diciendo que: “El que
sin convenio se encarga voluntariamente de los negocios de otro, está
obligado a dirigirlos y manejarlos útilmente y el provecho del dueño”.
Artículo 1605, párrafo primero del Código Civil.
345. Lo primero que debe destacarse es que la obligación civil que nace de
la gestión es a cargo del gestor, tiene como único origen la sola voluntad
del gestor y consiste en que, por haberse inmiscuido voluntariamente en
negocios ajenos, debe dirigirlos y manejarlos de manera útil y provechosa
para el dueño. Es, por o tanto, la decisión unilateral del gestor, la que lo
vincula al negocio con severos deberes y responsabilidades.
b) Propietario del negocio. Puede ser cualquier persona, sin que importe
si es o no capaz. Si no lo fuere, todo lo concerniente a la gestión deberá
atenderlo su representante legal. En el inicio de la gestión el propietario
del asunto no tiene conocimiento de ella, ignora las diligencias que
comenzó a ejecutar el gestor. Si las sabe y no las prohíbe estaría
celebrando tácitamente un contrato con el gestor.
347. Objeto de la gestión. El objeto de la gestión, es decir, lo que va a
atender el gestor, es un asunto material o jurídico, lícito, abandonado por
su propietario. Es decir, la palabra negocio no tiene aquí ninguna
connotación necesariamente mercantil. Es posible la gestión en asuntos de
naturaleza jurídica, siempre desde luego que no impliquen enajenación,
limitación ni gravamen de la propiedad ajena, y que puedan ser efectuados
por el gestor en virtud de que la ley no exija comparecencia personal del
propietario. Ejemplo de esto último: el pago que efectúa un tercero, con
dinero propio, sin el consentimiento ni el conocimiento del deudor.
348. El asunto debe ser lícito, puesto que no puede admitirse que el gestor
sustituya al propietario en una actividad contraria a la ley. Debe, asimismo,
ser susceptible de atención por persona distinta de su propietario. Por
consiguiente, no pueden ser materia de la gestión los asuntos
personalísimos o estrictamente privados del propietario. Es decir, todos
aquellos en los que la ley exige comparecencia o actuación personal del
propio interesado.
Artículos 918, 920, 1304 del Código Civil; 462 y 479 del Código Procesal
Civil y Mercantil.
357. Concluyo este tema, reiterando que el Código Civil tiene el mérito de
haber creado la amplitud y flexibilidad necesarias para comprender y
clasificar mejor las fuentes de las obligaciones civiles, permitiendo la
inclusión del negocio jurídico unilateral y bilateral, cuyo estudio es
verdaderamente necesario y útil. He aprovechado, entonces, el referido
acierto del legislador para exponer lo concerniente al negocio jurídico
bilateral y me valgo también del mismo, para exponer a continuación lo que
creo pertinente del negocio jurídico bilateral o contrato.
33
Enciclopedia Jurídica OMEBA Tomo XX Página 247.
34
De Buen Lozano, Néstor. La Decadencia del Contrato.
Página 205.
359. Eficacia y limites. Ha sido larga la evolución del contrato y no
concluye todavía el debate acerca de su eficacia y alcances. En Guatemala
se discute desde hace décadas si pueden ser celebrados únicamente los
negocios o contratos establecidos por el Código Civil, o si aceptando que el
contrato constituye una de las mayores expresiones de la voluntad humana,
puede celebrarse en cualquier asunto que surja a la vida por cambios o
necesidades de la realidad individual o social, invenciones o avances
científicos o tecnológicos, o en respuesta a los requerimientos cada vez
más intensos y variados del intercambio de bienes y servicios dentro y
fuera del territorio nacional. Acerca de esto se enfrentan una concepción
restringida o hermética y una amplia o abierta.
Por otra parte, deben tenerse presente también los casos en los que los
representantes de menores, incapaces o ausentes, necesitan previamente a
contratar por sus representados, la expresa y pertinente autorización del
juez competente.
Consentimiento.
367. Silencio. De conformidad con el artículo 1253 del Código Civil, “El
silencio no se considerará como manifestación tácita de voluntad sino en
los casos en que existe, para la parte a quien afecta, la obligación de
explicarse”. Esto podrá ocurrir cuando las personas mantienen entre sí una
continua relación de negocios, o cuando en un contrato aun vigente entre
ellas han convenido que en las sucesivas ofertas que se hagan no habrá
necesidad de aceptación expresa. En tal sentido se pronuncia el artículo
1526 del Código Civil al establecer que “Si el negocio fuere de aquellos en
que no se acostumbra la aceptación expresa, o cuando el oferente la
hubiere dispensado, se reputará concluido el contrato si la oferta no fue
rehusada sin dilación”.
36
Mazeaud, Henri, León, Jean. Ob. Cit. Página 140.
anteriormente, el negocio jurídico unilateral, que obviamente no constituye
contrato por carecer de declaraciones recíprocas de voluntad.
Artículos 1251, 1252, 1253, 1254, 1517, 1518, 1541 del Código Civil.
La oferta.
375. Denominada también propuesta de contrato o invitación a contratar,
consiste en la manifestación expresa o tácita de una persona a otra o al
público, haciéndole saber su disposición u ofrecimiento de celebrar
determinado contrato. Conlleva una intención seria y efectiva y debe
contener los elementos indispensables que permitan su evaluación por
parte de quien es invitado a contratar.
Oferta al público. El Código Civil la regula como declaración unilateral de
voluntad, en idéntica categoría que la promesa de recompensa y los títulos
al portador. En el artículo 1629 indica que “la persona que ofrece al
público objetos en determinado precio, queda obligada a sostener su
ofrecimiento”.
A juicio mío no es tal, sino que constituye igual que cuando se hace a
persona determinada, la etapa inicial de la formación del consentimiento.
Al circunscribir el ofrecimiento a “objetos en determinado precio”, el
Código Civil pareciera limitar la oferta al público a la propuesta de venta
de cosas a persona indeterminada, puesto que el precio es elemento
exclusivo del contrato de compraventa. Sin embargo, la oferta de contrato
efectuada al público como la realizada a persona específica, puede
referirse a cualquier contrato lícito y posible.
La obligación civil que de ahí nace consiste, entonces, en que el oferente
está comprometido, desde el momento mismo en que publicó la oferta, a
celebrar un contrato de compraventa (vender el bien ofrecido por el precio
por él mismo fijado), a quien se presente a solicitarlo. Nótese que el
oferente se obligó por virtud de su sola declaración pública de voluntad y,
al presentarse el interesado y aceptar la oferta, se produce la celebración
de un contrato. Por eso es que a partir del momento mismo en que ha sido
aceptada, la oferta no puede ser modificada ni revocada por ningún motivo.
Tal como manifesté al referirme a la enumeración de las fuentes de las
obligaciones, no considero la oferta al público como declaración unilateral
de voluntad o negocio jurídico unilateral. Adviértase que, a diferencia de la
promesa de recompensa o los títulos al portador, en los que el acreedor
sencillamente se presenta a cobrar el cumplimiento de una prestación a
que tiene derecho, en la llamada oferta al público el oferente lo que ofrece
es la celebración de un contrato, para cuyo efecto fija el precio en que está
dispuesto a vender determinado objeto. El interesado no se presenta,
entonces, a reclamar el cumplimiento de una prestación que ya le
pertenece, sino a celebrar un contrato con el oferente, fin para el cual, si
bien el oferente está obligado a sostener su disposición de contratar y el
precio en que prometió vender, deben ambos interesados discutir las
restantes estipulaciones necesarias para culminar el contrato, como sería,
por ejemplo, la forma de pago, fecha y el lugar de entrega de la cosa,
etcétera. Es decir, deben convenir y formalizar un contrato cuya
celebración se inició con la oferta al público y culmina con la aceptación de
un interesado. Se trata, pues, únicamente de una peculiar forma de
coincidencia de las dos etapas indispensables de todo contrato: oferta y
aceptación
Messineo, citado por Garrido y Zago 37, dice que: “En el contrato, las dos
declaraciones de voluntad de las cuales es él la resultante, se presuponen
mutuamente; de manera que una sola de ellas no es un negocio jurídico
unilateral, sino un fragmento del negocio jurídico bilateral”.
37
Garrido, Roque Fortunato. Zago, Jorge Alberto. Ob. Cit.
Tomo I, Página 32.
b) Al vencimiento del plazo, si lo ha fijado el oferente.
La aceptación.
Lugar de formación.
Artículos 1521, 1522, 1523, 1524, 1525, 1526, 1527, 1528 del Código Civil.
391. Boffi38 indica que “El acto voluntario necesita tres elementos
internos (el discernimiento, la intención y la libertad), y uno externo (la
exteriorización). Cada elemento puede ser privado de vigencia o solamente
de plenitud”.
38
Boffí Boggero, Luis María. Enciclopedia Jurídica OMEBA.
Tomo XX. Página 141.
por considerarla más amplia y, por lo tanto, comprensiva no solo de los
defectos de la exteriorización de la voluntad, sino también de los defectos
en la formación de la misma). En el artículo 1257 califica como vicios de la
declaración de la voluntad: el error, el dolo, la simulación y la violencia. En
mi opinión la simulación si bien puede ser causa de anulabilidad del
contrato, no lo es por constituir vicio del consentimiento, sino porque las
partes acordaron consciente e intencionadamente distorsionar las
declaraciones recíprocas de voluntad, a efecto de fingir haber contratado o
aparentar un contrato diferente del verdadero.
Error.
Arturo Acuña Anzorena, citado por Juan Farina 39 dice: “En primer lugar, el
negocio jurídico, cada vez más desarrollado y rico en variedad de
transacciones, exige seguridad y rapidez, y esto no se conseguiría si luego
de concertado un contrato, fuese permitido a una de las partes obtener su
nulidad porque la cosa objeto del mismo no tiene las cualidades
substanciales que le atribuyó al adquirirla, pero que no hizo conocer a la
otra parte. En segundo lugar, no es justo que la suerte del contrato esté
supeditada a lo que una sola de ellas atendió por cualidad substancial de la
cosa, criterio variable y arbitrario, ya que hace depender la idea de
cualidad substancial únicamente del pensamiento individual del
contratante, con prescindencia de la opinión común o de la que puede
presumirse con arreglo a los usos existentes”.
Artículos 1257, 1258, 1259, 1260, 1303, inciso 2o., y 1310 del Código Civil.
Dolo.
403. Prueba. Quien invoca como motivo de anulación del contrato haber
sido engañado, debe probar el dolo de su contraparte. El que procedió
dolosamente no puede demandar la anulación del contrato invocando su
propio dolo.
Violencia.
b) “El que de algún modo ejerza coacción sobre el testador para que haga,
altere o revoque su testamento o cualquiera disposición testamentaria,
pierde todos los derechos que por el testamento o por la ley le
correspondan en los bienes de la herencia”. Artículo 979 del Código Civil.
c) Incurre también en la pena del artículo anterior quien impida que una
persona haga, revoque o varíe su testamento”. Artículo 980 del Código
Civil.
Simulación.
412. Casos en los que no hay violencia. Dice, finalmente, el Código Civil ,
que la amenaza del ejercicio regular de un derecho y el temor reverencial
no anulan el acto o negocio. Es decir, no los considera vicios del
consentimiento o de la declaración de voluntad.
Artículos 1264, 1265, 1266, 1267, 1268, 1303, 1310, 1312 del Código Civil.
C) Objeto.
D) Causa.
417. Llama la atención que el artículo 1251 del Código Civil, al enumerar
los requisitos esenciales del negocio o contrato no menciona la causa. Se
debe, según algunos, a que aceptó la corriente doctrinaria que admite la
existencia de la causa pero no como elemento esencial del contrato.
419. Corriente adversa. Otros autores que no creen que la causa sea
elemento esencial del negocio jurídico. Son los llamados anticausalistas.
Dicen unos que se confunde con el consentimiento, que es parte del
consentimiento. Otros sostienen que coincide con el objeto, que forma
parte del objeto.
421. Posición del Código Civil. Por mi parte creo que el Código Civil sí
admite la causa como elemento esencial del contrato, en la misma jerarquía
que la capacidad, el consentimiento y el objeto. Pongo como ejemplos de mi
aseveración los siguientes: para estimar el error y el dolo como
determinantes de anulabilidad del contrato, exige que hayan sido “la causa
principal de la declaración de voluntad” o “la causa determinante del
negocio jurídico”; y en lo que concierne al juego o la apuesta ilícitos, el
artículo 2148 establece: “El que hubiere firmado una obligación que se
derive de una deuda de juego o de apuesta, puede anularla probando la
causa real de la obligación”. Es decir que, no solo admite la importancia de
la causa, sino además exige que la misma sea lícita. También es importante
la exigencia del Código Civil de que todo enriquecimiento tenga una causa
justa. Artículo 1616.
422. Presunción de licitud. Opino que en todo negocio jurídico hay causa y
se presume que la misma es lícita, salvo prueba en contrario. Por lo tanto,
la circunstancia de que no se le mencione entre los requisitos esenciales
del negocio jurídico no significa que el Código Civil le niegue
41
Mazeaud, Henri, León, Jean. Ob. Cit. Volumen I. Página 255.
importancia, sino sencillamente que se adscribió a la corriente del llamado
negocio abstracto, que es aquel que como todo negocio tiene causa, pero
que sus efectos se producen desvinculados de ella, salvo en el caso en que
se impugne su validez por ilicitud de la causa. Además, en el negocio
abstracto, la ley no exige que se exprese su causa.
424. Hay, asimismo, negocios jurídicos unilaterales en los que la ley exige
expresión de causa, tales como:
Sistemas de contratación.
429. Contrato escrito. Por escrito puede contratarse mediante las formas
siguientes: escritura pública, documento privado, acta levantada ante el
alcalde del lugar, acta ante juez competente y correspondencia.
a) Validez o prueba.
El artículo 1576 del Código Civil dice: “Los contratos que tengan que
inscribirse o anotarse en los registros, cualquiera que sea su valor, deberán
constar en escritura pública. Sin embargo, los contratos serán válidos y las
partes pueden compelerse recíprocamente al otorgamiento de escritura
pública, si se establecieren sus requisitos esenciales por confesión judicial
del obligado o por otro medio de prueba escrita”.
b) Solemnidad o existencia:
431. Documento privado. Se trata de casos en que los interesados por sí, o
por medio de tercero, redactan un contrato en papel común, y lo firman.
No interviene notario ni funcionario o empleado público que, en ejercicio
de su cargo, esté investido de fe pública por la ley. Debe cumplir, por
supuesto, los requisitos fiscales del caso, y es admisible en contratos que
no tengan que ser inscritos o anotados en los registros públicos.
432. Acta ante el alcalde del lugar. No cabe duda que en este asunto la ley
reconoce la autoridad de la autoridad local y la necesidad de los vecinos de
los municipios de la república. Por supuesto, esta forma de contratación
antaño muy frecuente, viene en mengua por la mayor facilidad notarial de
los tiempos actuales. Es admisible la contratación en acta ante alcalde
cuando el contrato no debe ser anotado o inscrito en ningún registro
público.
434. Correspondencia. Debe entenderse como tal las cartas y todo tipo de
comunicación escrita cuya autenticidad pueda establecerse por medio de
las firmas de los contratantes o cualesquiera otras formas que la tecnología
vaya creando. Desde luego, en cuanto a lo último habrá que legislar en
forma sencilla y clara, que a la vez que proporcione seguridad y certeza no
obstaculice la economía y agilidad de la contratación.
437. Los efectos del contrato son las obligaciones que de él nacen. Vale
decir, son las acreedurías y las deudas que producen los acuerdos de
voluntad que forman el contrato. Estas obligaciones comprenden, en
primer lugar a los contratantes en su calidad de creadores del contrato; y,
en segundo lugar, a terceras personas: herederos o sucesores de los
contratantes, beneficiarios de contratos a favor de terceros y obligados por
contratos a cargo de terceros.
Terceros:
439. Herederos o sucesores. Según el artículo 1529 del Código Civil “Los
derechos y obligaciones de los contratantes pasan a los herederos y demás
sucesores de las partes, a menos que lo contrario resulte de la ley, de la
convención o de la naturaleza del contrato”.
Resulta sencillo admitir que las partes puedan convenir que al fallecer una
de ellas no se transmitan los derechos y obligaciones respectivos a los
herederos o sucesores del fallecido, puesto que ellas son libres de disponer
de sus bienes como quieran, salvo prohibición expresa de la ley. De igual
manera es fácil entender que en algunas ocasiones la naturaleza misma de
la obligación impide que al fallecer una de las partes sus obligaciones se
transmitan a sus herederos o sucesores. Si, por ejemplo, fallece el médico
que trataba al enfermo, es obvio que la obligación de seguir prestando el
servicio profesional no puede transmitirse a los herederos o sucesores.
Sucedería así en cualquier caso de servicios profesionales.
Hay autores que indican que, en algunos casos, los representados son
terceros respecto de los contratos que en su nombre celebraron sus
representantes. Se argumenta que:
En este tipo de contrato hay una tercera persona, ajena a las partes
contratantes, y que además tampoco estuvo representada por ninguna de
ellas en la celebración del contrato y que, sin embargo, obtiene un
beneficio nacido de ese contrato del que no forma parte. Es el beneficiario
agraciado que, por supuesto, es libre de aceptar o no el beneficio que a su
favor estipularon las partes.
Artículos 1531, 1532, 1533 del Código Civil; 1000 del Código de Comercio.
448. Origen. Respecto del origen de los derechos que nacen a favor del
tercero hay dos criterios importantes:
43
Bejarano Sánchez, Manuel. Ob. Cit. Página 172.
452. Código Civil. El artículo 1530, único que el Código Civil dedica a esta
institución, dice: “Se puede estipular por el hecho de un tercero con cargo
de indemnización si éste no cumple. La responsabilidad del promitente
cesará desde el momento en que el tercero acepte la obligación”.
453. Elementos:
455. Efectos:
Saneamiento.
El artículo 1543 del Código Civil dice: “El enajenante está sujeto al
saneamiento por evicción o por vicios ocultos, en todo contrato oneroso en
que se transfiere la propiedad, la posesión, el uso, goce o disfrute de la
cosa”.No hay, pues, obligación de saneamiento en los contratos gratuitos,
ya que en ellos el adquiriente no ha cumplido ninguna prestación a cambio
de los bienes que recibe, de manera que se considera que aun existiendo
vicios ocultos en las cosas o habiéndolas perdido por evicción, el
enajenante no le causó ningún daño o perjuicio. Se exceptúan las
denominadas donaciones onerosas en lo que constituya la carga que deberá
cumplir el donatario, y las llamadas donaciones remuneratorias.
El artículo 1548 del Código Civil dice: “Tendrá lugar la evicción cuando se
prive al adquirente, por sentencia firme en virtud de un derecho anterior a
la enajenación, de todo o parte de la cosa adquirida”; y el 1549 establece
que:”Si el derecho del demandante no era perfecto antes de la enajenación
y se perfeccionó por culpa o descuido del adquirente, no habrá lugar al
saneamiento por evicción”.
e) Los gastos e impuestos del contrato que haya satisfecho. Artículos 1553
y 1554 del Código Civil.
463. Pérdida por vías de hecho. Si el adquiriente fue desposeído no por vía
judicial sino de hecho, no tendrá acción alguna contra el enajenante, pues
en tal caso no se tipifica evicción (vencimiento en juicio). Su demanda, que
puede ser mediante el juicio sumario interdicto de despojo, o en proceso
plenario de reivindicación de posesión, deberá dirigirla contra el
despojador. Artículos 255 y 250, párrafo segundo, del Código Procesal
Civil y Mercantil.
465. Vicios ostensibles. No se toman como vicios ocultos los que están a la
vista, ni los que aunque no sean superficiales el adquiriente debió
conocerlos por razón de su profesión u oficio, salvo que el enajenante haya
declarado que entregaba la cosa sin ningún de efecto. Artículo 1560 del
Código Civil.
466. Acciones. Por los vicios ocultos que tiene la cosa, el adquiriente puede
elegir entre la acción estimatoria y la acción redhibitoria.
471. Ventas en feria. El saneamiento por los vicios ocultos de los animales
y ganados no tendrá lugar en las ventas hechas en feria ni en la de
caballerías enajenadas como de desecho, salvo el caso de enfermedad
contagiosa. Artículo 1569 del Código Civil.
479. Del artículo 1593 al 1604 el Código Civil establece reglas para la
interpretación de los contratos. Lo más relevante del contenido de dichas
normas, es lo siguiente:
A) Por las características que les dan entidad propia, los contratos pueden
ser: unilaterales o bilaterales.
Contrato unilateral.
De esta clase son los contratos de: promesa unilateral u opción (solo queda
obligado el promitente); donación pura y simple (el obligado es únicamente
el donante), el depósito gratuito (el obligado es solo el depositario), el
mandato gratuito (solo queda obligado el mandatario), la fianza gratuita
(solo queda obligado el fiador), el comodato y el mutuo (solo quedan
obligados el comodatario y el mutuario, puesto que el comodante y el
mutuante cumplen su obligación de entrega de la cosa en el momento
mismo de la celebración del contrato).
Contrato bilateral.
Contrato consensual.
El artículo 1518 del Código Civil acepta con carácter general el contrato
consensual, estableciendo que: “Los contratos se perfeccionan por el
simple consentimiento de las partes, excepto cuando la ley establece
determinada formalidad como requisito esencial para su validez”. Tales
formalidades son propias de los contratos reales y de los contratos
solemnes.
Contrato real.
C) Principales y Accesorios.
Contrato principal.
Contrato accesorio.
497. Código Civil. Son contratos accesorios según el Código Civil, los de:
D) Onerosos y gratuitos.
Contrato oneroso.
Contrato gratuito.
499. Es aquel en el que una de las partes tiene sólo provecho o ganancia,
sin pérdida alguna; en tanto que la otra únicamente tiene pérdida o
detrimento económico, sin ganancia o beneficio correlativo. Tomando en
cuenta que en el contrato gratuito se busca favorecer a alguien con una
liberalidad o beneficio, es pertinente decir que el enajenante no queda
obligado a saneamiento de evicción o de vicios ocultos (salvo en las
donaciones onerosas y en las remuneratorias) y es en los que con mayor
frecuencia puede haber casos de anulabilidad por error en la persona del
favorecido o beneficiado. También es importante destacar que son: los
contratos más fácilmente revocables por fraude a acreedores con derecho
anterior, por razón de que el demandante (quien pretende la revocación).
No está obligado a probar mala fe del adquiriente a título gratuito.
Contrato absoluto.
Contrato condicional.
501. Es aquel cuyos efectos están subordinados por las partes, o por
disposición de la ley, a una o a varias condiciones; o, como dice el artículo
1592 del Código Civil, aquellos “cuya realización o cuya subsistencia
depende de un suceso incierto o ignorado por las partes”. Su estudio
requiere examinar previamente la institución de la condición.
Condición suspensiva.
44
Rojina Villegas, Rafael. Ob. Cit. Tomo V, Volumen II, página
670.
c) Fallida o frustrada: el arrendatario todavía no obtiene sus títulos
profesionales e infortunadamente le declaran interdicto por padecer
enfermedad mental grave e incurable. En este caso por razón de que la
condición nunca podrá cumplirse, se extingue el contrato, sin necesidad de
que el arrendador tenga que esperar el vencimiento del plazo convenido. El
Código Civil denomina caduca a la condición fallida o frustrada, y también
a la que se extingue por razón de que no se realizó dentro del plazo fijado.
504. Todos los contratos sobre cosas futuras (las que se espera que
existan, como dice el artículo 1538 del Código Civil) están sujetos
tácitamente a condición suspensiva: que efectivamente lleguen a existir en
el estado, tiempo y lugar convenidos. Si no llegaren a existir, el contrato no
alcanzará efectos jurídicos.
Condición resolutoria.
508. Condiciones legales. No obstante que muchos autores dicen que las
condiciones son eminentemente voluntarias, es decir, que el negocio o
contrato sólo es condicional si los propios contratantes subordinan sus
efectos a una o varias condiciones, en algunos casos es la ley la que
determina la existencia de condiciones, sin que se necesite de pacto alguno
de los interesados. Ocurre, por ejemplo, de conformidad con el Código
Civil, en los casos siguientes:
511. Es aquel que por su naturaleza, por convenio de las partes o por
disposición de la ley, debe ejecutarse inmediatamente después de su
celebración. No media tiempo alguno entre la celebración y el
cumplimiento. Es posible en casos en que las prestaciones no necesitan
preparación previa y cuya ejecución puede realizarse en un período
razonablemente breve. Ocurre frecuentemente en contratos orales.
Contrato a plazo.
514. Clasificación.
a) Por sus efectos el plazo puede ser suspensivo (si señala el día de
inicio de los efectos del contrato) o resolutorio (si indica la fecha de
extinción de los efectos del contrato). El artículo 1279 del Código Civil
establece que:”El plazo solamente fija el día o fecha de la ejecución o
extinción del acto o negocio jurídico”.
Antes de su vencimiento.
a) Salvo en los casos de caducidad que la propia ley establece o los que las
partes hubieren establecido expresamente, no puede exigirse el
cumplimiento de la obligación antes del vencimiento del plazo. El artículo
1282 del Código Civil indica que “el plazo se presume convenido en favor
del deudor, a menos que resulte del tenor del instrumento o de otras
circunstancias, que ha sido fijado en favor del acreedor o de las dos
partes”.
El artículo 1280 del Código Civil establece que “No puede exigirse el
cumplimiento de la prestación antes del vencimiento del plazo, pero si el
que pagó ignoraba la existencia de ese plazo cuando hizo el pago, tendrá
derecho a reclamar del acreedor los intereses o los frutos que éste hubiere
percibido por el anticipo”. Adviértase que, no obstante la ignorancia o error
con que actuó el deudor, no se tipifica un pago indebido, sino que, por el
contrario, constituye pago válido, es decir, no susceptible de acción de
devolución.
517. Caducidad del plazo. Caduca el plazo cuando por razones legalmente
previstas o pactadas expresamente por las partes contratantes, el acreedor
puede dar por vencido anticipadamente el plazo y demandar el
cumplimiento de la obligación. El artículo 1281 del Código Civil establece:
“Perderá el deudor el derecho de utilizar el plazo: lo. Cuando después de
contraída la obligación resulte insolvente, salvo que garantice la deuda; 2o.
Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que se hubiese
comprometido; y 3o. Cuando por acto propio hubiese disminuido las
garantías y cuando por caso fortuito desaparecieran, a menos que sean
inmediatamente sustituidas por otras, a satisfacción del acreedor”.
518. Caducidad del plazo en casos especiales: a) Hay caducidad del plazo
en el contrato de comodato al disponer el artículo 1963 del Código Civil
que si el comodante necesita con urgencia imprevista la cosa prestada, o si
ésta corre peligro de perecer si continúa en poder del comodatario, podrá
exigir que se le devuelva antes de cumplido el plazo o antes de que se haya
usado de ella, y el juez, según las circunstancias, resolverá lo que proceda;
b) En el contrato de fianza establece el Código Civil otro caso específico de
caducidad del plazo, concerniente a que: principal”. “Si el fiador viniere a
estado de insolvencia, puede el acreedor exigir al deudor otro fiador
abonado, y si no lo presentare dentro del término que le señale el juez, el
acreedor podrá dar por vencido el plazo de la obligación”.
Después de su vencimiento.
c) Son a cargo del deudor omiso los riesgos de la cosa, aun los
provenientes de caso fortuito o fuerza mayor, si cuando ocurrieron estos
últimos ya estaba en mora.
520. Plazo de gracia. Es el que concede el juez al deudor que por razones
que no le son imputables no ha podido cumplir en el plazo convencional o
legal. Esto sólo es posible en caso de imprevisión. Artículo 1330 del Código
Civil. Respecto de esto en el numeral 12 (LibroV) de la exposición de
motivos del Código Civil se explica que: “En aquella, la ejecución de la
obligación es posible para el deudor pero en un plazo incierto que
evidentemente excede del plazo convenido, o puede realizarse la
obligación, pero con tan grave sacrificio económico del deudor que lo
dejaría en la ruina”.
Contrato de adhesión.
H) Contrato normativo.
I) Contrato tipo.
532. Es el que se celebra en modelo o formulario preparado por una de las
partes. El Código Civil lo menciona en el artículo 1600, en el sentido de que
“Las cláusulas oscuras, ambiguas o contradictorias de un contrato, insertas
en modelos o formularios preparados de antemano por uno de los
contratantes, se interpretarán a favor del otro contratante”.
533. Contrato típico. Es todo aquel que está expresamente regulado en una
ley vigente. Todos los que figuran en el Código Civil, son contratos típicos.
Tienden esta clase de contratos a ser también contratos nominados, en
virtud de que, generalmente, la ley que los regula les da un nombre.
534. Contrato atípico. Es el que no está regulado por la ley, pero que ha
nacido de determinada necesidad humana o como consecuencia de algún
invento o avance tecnológico. La doctrina subdivide este contrato en atípico
puro, cuando es completamente nuevo y distinto de todo contrato
existente; y atípico mixto, cuando es resultado de la fusión de dos o más
contratos típicos que responden a una misma causa. Tienden estos
contratos a ser innominados, pues generalmente no tienen un nombre con
el que todas las personas los identifiquen
535. Régimen jurídico del contrato atípico mixto. Cada uno de los contratos
que lo integran tiene su propio régimen jurídico, pero el contrato
resultante de todos carece de un régimen jurídico propio. Por consiguiente,
hay que determinar por qué normas jurídicas debe regirse. Algunos autores
preconizan la teoría de la absorción o de la prevalencia, diciendo que debe
regirse por la normas del contrato que prevalezca sobre los demás. Otros
autores prefieren la tesis de la aplicación analógica, en el sentido de
aplicar, de forma armónicamente combinada, las normas de todos los
contratos que lo integran en lo que cada una fuere pertinente.
Personalmente me inclino por la segunda de las referidas posiciones, por
las razones siguientes: a) no siempre un contrato prevalece sobre los otros,
de manera que sería imposible establecer qué normas absorben a las
demás; b) Con frecuencia se daría el caso de que las normas de un solo
contrato no serían suficientes para resolver todas las cuestiones o
problemas que pudieren presentarse. Por lo tanto, resultaría absurdo
prescindir de normas que en cada uno de los contratos integrantes serían
idóneas para cada caso.
Contrato causal.
536. Es aquel en el que la ley exige que se exprese su causa. Es decir, que
en este tipo de contrato la causa va incorporada a la declaración de
voluntad, forma parte de ella. De manera entonces, que el contrato causal
no produce efectos jurídicos si le falta causa, o tiene causa ilícita. Los
principales contratos causales son los de renta vitalicia, en el que la ley
establece que, en la escritura pública en que se celebre, deberá expresarse
el propósito de la renta. Articulo 2122 del Código Civil; el constitutivo de
la denominada subrogación ex-mutuo, en el que el Código Civil exige que
en el contrato correspondiente se haga constar que el dinero lo presta el
mutuante con el propósito de que el mutuario pague determinada deuda a
tercero. Artículos 1456; el contrato de sociedad civil, en el que se exige
que en la escritura pública en la que se celebre se exprese el objeto de la
sociedad. Articulo 1730, inciso 1º del Código Civil; y el contrato de
mandato otorgado por el representante del menor de edad, incapaz o
ausente, en el que es indispensable exprese por qué razón no puede
atender personalmente el asunto que encarga el mandatario. Articulo 1691
del Código Civil.
Contrato abstracto.
L) Contrato forzoso.
539. Hay situaciones en las que la ley, por razones de interés social,
impone la celebración de determinados contratos. Entre dichas situaciones
están las siguientes:
Contrato de medios.
Contrato de resultado.
A) Contratos preparatorios.
E) Contratos de garantía.
F) Contratos aleatorios.
547. Son aquellos cuya ganancia o pérdida depende de la suerte, del azar.
Quedan incluidos aquí: la renta vitalicia, la lotería, la rifa, la apuesta y el
juego ilícitos.
Enneccerus, citado por Rojina Villegas 46, dice:” la usura tiene, pues, un
doble supuesto objetivo y además uno subjetivo. Objetivamente presupone:
primero, la promesa o la concesión de ventajas patrimoniales que exceden
de tal modo del valor de la prestación (al tiempo de la conclusión del
negocio) que existe una desproporción extraordinaria, dadas las
circunstancias entre la prestación y la contraprestación. Segundo, que
otro (que, por regla general, es la otra parte contratante, pero que puede
ser también un tercero) se encuentre en situación de necesidad, o sea,
ligero o inexperto. Subjetivamente requiere la explotación, o sea, el
aprovechamiento conscientemente (no es menester la intención) de la
necesidad, de la ligereza o de la inexperiencia”.
Emmanuel Gounot, citado por Mazeaud47, indica que “El único contrato
conforme con el bien común, el único que está orientado hacia la
satisfacción máxima de las legítimas necesidades de cada uno y de todos,
el único que une a los hombres, que estimula y regulariza a la vez el juego
46
Rojina Villegas, Rafael. Ob. Cit. Tomo V, volumen I, página
378.
47
Mazeaud, Henri, León, Jean. Ob. Cit. Volumen I. Tomo
5.Página 141.
normal de las actividades individuales en concurso, es el contrato justo, el
contrato conforme con la antigua noción de justicia conmutativa , el
contrato en que cada contratante recibe el equivalente de lo que da; en
otros términos la remuneración de los sacrificios y de las aportaciones que
hace a esta gran obra común de la satisfacción de las necesidades
humanas corresponde al valor social de esos sacrificios y de esas
aportaciones. Proclamar la libertad absoluta de las convenciones desde ese
punto de vista, tener todo contrato por válido por el solo hecho de que
habría sido consentido regularmente en apariencia, sería consagrar en
muchos casos el uso de la fuerza, de la astucia o de cualquiera otra
superioridad de hecho: eso sería, dice Ihering, “entregar una licencia de
caza a los piratas y a los bandidos, con un derecho de presa sobre todos
aquellos que cayeran en sus manos”; eso sería abrir las vías más amplias a
la explotación del prójimo, tras el pretexto del contrato; dicho de otra
manera, a esa “usura” contra la cual se han rebelado tan justamente los
canonistas y la misma Iglesia, y que ha revestido formas tan diversas. En el
fondo, consiste siempre en enriquecerse sin causa legítima a expensas de
otro; en explotar su necesidad o su inexperiencia para hacer que pague lo
que no se le da o para no pagarle lo que da. Y ese robo implica el total
desconocimiento de la dignidad de la persona humana”.
551. El Código Civil admite que hay enriquecimiento sin causa en los
contratos usurarios y alude a ellos diciendo que “la persona que
aprovechándose de la posición que ocupe, o de la necesidad, inexperiencia
o ignorancia de otra, la induzca a contraer obligaciones notoriamente
perjudiciales a sus intereses, está obligada a devolver lo que hubiere
recibido, con los daños y perjuicios, una vez declarada la nulidad del
convenio”. Artículos 1617 y 1542 del Código Civil. Radica, pues, la usura en
la desproporción exagerada entre la ventaja que se concede y la ventaja
que se obtiene. Dicha desproporción ha de ser coetánea a la celebración
del contrato. Si fuere posterior habrá que analizar, en el caso concreto,
cual es su causa.
553. Elementos:
Delito de usura.
No existe en Guatemala ley que fije una tasa máxima de intereses, por lo
tanto las partes pueden fijar el que consideren conveniente, y si resultare
evidentemente desproporcionado en relación al interés corriente en el
mercado, el afectado podrá pedir su revisión a efecto de que el juez
competente pueda reducirlo equitativamente tomando en cuenta la tasa de
interés legal y las circunstancias del caso. Artículo 1948 del Código Civil.
De lo dicho en el párrafo anterior se deduce, que mientras no se fije
legalmente tasa máxima de intereses, es imposible que puedan tipificarse
los delitos de usura y de negociaciones usurarias. Lo único posible es que
se tipifique este último delito cuando se trate de un acreedor que exija a su
deudor garantías de carácter extorsivo.
Elemento personal.
Elemento real:
565. Son objeto del derecho civil todas las cosas lícitas susceptibles de
enajenación. El objeto del derecho mercantil lo constituyen únicamente las
cosas mercantiles.
566. Las cosas que pueden ser objeto de los contratos civiles se refieren a
bienes muebles e inmuebles, derechos reales sobre los mismos, derechos
de cobro (acreedurías), así como deudas. Las que pueden ser objeto de los
contratos mercantiles incluyen, además de lo anterior, las cosas
propiamente mercantiles (títulos de crédito, la empresa mercantil y sus
elementos, las patentes de invención y de modelo, las marcas, los nombres,
los avisos y anuncios comerciales). Artículos 1538 del Código Civil, 4 del
Código de Comercio.
Elemento formal.
573. No hay contratos civiles de los que, por imperativo de la ley, surjan
títulos autónomos. En los contratos civiles si los hay.
Efectos:
577. En los contratos civiles hay casos de prórroga tácita o automática del
plazo. En los contratos mercantiles toda prórroga debe ser expresa.
Artículos 1887, 2034 del Código Civil; 676 del Código de Comercio.
582. En los contratos civiles puede haber lesión patrimonial y dar lugar a
su nulidad. En los negocios jurídicos mercantiles no, excepto en aquellos
casos en que pudiere tipificarse el delito de usura.
585. El derecho mercantil no puede negar que casi todas sus instituciones
tienen claros antecedentes en el derecho civil; pero es también innegable
que en el derecho mercantil han encontrado inusitado desarrollo,
versatilidad y plenitud. Ojalá, entonces, que los estudiosos, los legisladores,
los jueces, árbitros y conciliadores nos ayuden a construir un régimen
jurídico que armonice plenamente ambos derechos, para obtener mejor
doctrina, adecuada legislación y efectiva justicia civil y mercantil.
Introducción:
CAPITULO I: INEXISTENCIA.
595. Doctrina. Dos son los más conocidos puntos de vista doctrinarios
acerca de la naturaleza jurídica de la inexistencia: l. Considera que en el
acto inexistente no hay voluntad de obligarse. Falta la voluntad real. Es
pura apariencia, es un fantasma, es la nada; 2. Considera el acto
inexistente como un acto nulo, en el que sí existe el consentimiento para
provocar el engaño; y, por consiguiente, la voluntad de fingir es suficiente
para que el acto nazca (aunque sea defectuoso); para que tenga vida
(aunque sea clandestinamente).
596. Posición del Código Civil. Creo que el Código Civil acepta el segundo
de los criterios antes referidos, puesto que, por una parte, refunde la
inexistencia dentro de la nulidad absoluta o radical (al establecer, en el
artículo 130l, que hay nulidad absoluta por “la ausencia o no concurrencia
de los requisitos esenciales para la existencia del contrato”. Obviamente,
en la inexistencia faltan todos los elementos esenciales del contrato); y por
otra, porque regula como modalidad de la nulidad absoluta (aunque no lo
diga expresamente), la simulación absoluta.
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603. Nulidad por ley. El contrato tiene todos los elementos esenciales o
constitutivos. No obstante, la ley lo declara nulo. A dicho supuesto alude la
parte primera del artículo 130l del Código Civil, al establecer que “Hay
nulidad absoluta en un negocio jurídico cuando su objeto sea contrario al
orden público o contrario a leyes prohibitivas expresas”.
606. Nulidad por falta de causa. También reconoce el Código Civil que el
contrato puede ser absolutamente nulo por falta de causa. Así podría
suceder en el contrato de renta vitalicia si se diere el supuesto previsto en
el artículo 2125 referente a que “El contrato es nulo si la persona sobre
cuya vida se constituye ha muerto antes de su otorgamiento o dentro del
plazo que el contrato señale y que no podrá bajar de tres meses”.
D) Falta de causa:
E) Inobservancia de forma:
3. Ilicitud de la causa:
610. Efectos jurídicos. El artículo 130l, párrafo segundo, del Código Civil,
establece que “Los negocios que adolecen de nulidad absoluta no producen
efecto ni son revalidables por confirmación”. De dicha norma se desprende
que:
Puig Peña51 dice: “El negocio anulable es eficaz en principio, pero por
haberse celebrado con determinados defectos se encuentra amenazado de
destrucción que, al realizase, borra retroactivamente los efectos por él
producidos. En consecuencia, es un negocio provisionalmente válido, pero
está pendiente de ser invalidado por el titular del derecho a
impugnarlo”.Concluye el referido autor afirmando que “La nulidad relativa
es aquella situación especial en que se encuentra un negocio jurídico, por
cuya virtud puede quedar destruido a consecuencia de una acción de
impugnación cuando, no obstante haber sido válidamente formado, adolece
de un grave defecto constitutivo”. Todo lo dicho por el autor citado es
coincidente con lo que regula el Código Civil, excepto lo concerniente a
“borrar retroactivamente” los efectos producidos por el contrato. puesto
que, como adelante lo explico, el contrato anulable pierde sus efectos
hasta que queda firme la sentencia que lo anula”.
617. El artículo 1257 del Código Civil indica que “Es anulable el negocio
jurídico cuando la declaración de voluntad emane de error, de dolo, de
simulación o de violencia”. Por las razones que expuse al hablar de la
simulación absoluta excluyo a la simulación, en general, de la calidad de
vicio del consentimiento. Reconozco, eso sí, a la simulación relativa, como
adelante lo explico, la categoría de causa de anulabilidad o nulidad
relativa.
619. Motivo de casación. Según el artículo 621, inciso 2o., del Código
Procesal Civil y Mercantil, habrá lugar a la casación de fondo: “Cuando en
la apreciación de las pruebas haya habido error de derecho o error de
hecho, si éste último resulta de documentos o actos auténticos, que
demuestren de modo evidente la equivocación del juzgador”. Por
consiguiente, es sumamente importante que si el juzgador tiene que
valorar documentos de prueba consistentes en contratos civiles o de
cualquiera otra índole, desentrañe fielmente el significado de las cláusulas
o estipulaciones de que se trate. De lo contrario, su equivocación evidente
puede utilizarse como motivo de casación de fondo del fallo que hubiere
dictado .
Francesco Ferrara, citado por Puig Peña 52, la define como: “La declaración
de un contenido de voluntad real, emitida conscientemente y de acuerdo
entre las partes, para producir con fines de engaño la apariencia de un
negocio jurídico... que es distinto de aquel que realmente se ha llevado a
cabo”.
a) Artículo 1315: “En los casos en que ambas partes han percibido frutos,
productos o intereses, serán compensables hasta la fecha de la notificación
de la demanda de nulidad, y desde esa fecha serán restituibles”. Este es
uno de los pocos casos de compensación por imperativo de la ley que
regula el Código Civil y demuestra, asimismo, los efectos jurídicos
provisionales que la ley admite al contrato viciado de nulidad relativa.
647. Clases. Las clases de rescisión contenidas en el Código Civil, son las
siguientes: a) Rescisión voluntaria unilateral; b) Rescisión contractual
(mutuo disenso); c) Rescisión judicial; d) Rescisión fortuita o forzosa.
649. Código de Comercio. En dicho cuerpo legal están los casos siguientes:
Rescisión Judicial.
652. Esta clase de rescisión es la que dicta el juez competente una vez
que el contratante interesado ha probado en juicio alguno de los motivos
rescisorios expresamente previstos en la ley. Se origina, pues, de la
demanda promovida por el contratante que ha sufrido el perjuicio
económico o la lesión patrimonial (única persona legitimada para ejercitar
la acción). La sustanciación de la litis se efectúa en proceso sumario
(artículo 229, inciso 3o., del Código Procesal Civil y Mercantil). Se
configura la rescisión cuando queda sentencia firme que declare disuelto el
negocio o contrato por virtud de dicha acción rescisoria.
b) Sociedad civil.
c) Compraventa:
1.Las partes pueden estipular que el contrato se rescindirá si no se paga el
precio el día convenido. Artículo 1844.
2.Las partes pueden estipular que se rescindirá la venta, a solicitud del
vendedor, si dentro de un plazo convenido hubiere quien de más por la
cosa. Artículo 1847.
e)Arrendamiento.
Puede rescindirse:
1.Si el arrendatario se ve impedido, sin culpa suya, de usar parcial o
totalmente la cosa arrendada, puede demandar la rescisión del contrato, si
el impedimento dura más de dos meses. Artículos 1906.
2.Si en un contrato de arrendamiento se fija una renta menor de la que la
cosa produce, con el objeto expreso de que el arrendador le haga mejoras,
puede el arrendador pedir que se rescinda el contrato, si el arrendatario no
cumple con hacer las mejoras convenidas. Artículo 1926.
3.Si cualquiera de las partes falta al cumplimiento de sus respectivas
obligaciones.
4.Sí tratándose de una finca rústica, el arrendatario abandona las
plantaciones existentes al tiempo de celebrarse el contrato, o no las cultiva
con la debida diligencia.
5.Si después de entregada la cosa el arrendatario se niega a garantizar el
pago de la renta o no lo hace en el plazo convenido.
6.Por mayoría de edad de quien era menor, rehabilitación del incapaz o
vuelta del ausente, en los arrendamientos que sus respectivos
representantes hubieren celebrado por plazo mayo de tres años.
7.Por subarrendar contra prohibición expresa del arrendador.
8.Por usar el arrendatario la cosa arrendada para fines contrarios a la
moral, el orden público, o la salubridad pública.
9.Por muerte del arrendatario, si sus herederos no desean continuar con el
arrendamiento. Artículo 1930.
654. Pacto de motivos rescisorios. Surge aquí la duda de si sólo pueden ser
causas de rescisión las previstas de manera expresa en la ley, o si, por el
contrario, las partes en salvaguarda o previsión de sus intereses y sin
transgredir normas legales prohibitivas, pueden en sus contratos pactar
motivos de rescisión no previstos por la ley. Mi opinión es que sí pueden
hacerlo. La ley, no puede nunca preverlo todo. Además, siempre surgen
cuestiones nuevas que, obviamente, no están reguladas. Impedir a las
personas que protejan sus intereses carecería de sentido y de justicia. Lo
que sí debe cuidarse, desde luego, es que sus pactos rescisorios no
contraríen la ley ni la moral.
658. Esta clase de rescisión ocurre unas veces porque por circunstancias
casuales se tornó imposible el cumplimiento de la obligación, y otras
porque la imposibilidad de cumplimiento proviene de causas ajena a la
voluntad del obligado. Configuran la citada clase de rescisión, de
conformidad con el Código Civil, los casos siguientes:
CAPITULO V: RESOLUCIÓN.
660. Definición: “Es la extinción del contrato producida por el
acaecimiento de la condición resolutoria a la que el mismo estaba sujeto
por convenio de las partes o por disposición de la ley”.
A) Contrato de mandato:
Artículos 1699, 1704, 1717, inciso 3o.; 1718, 1719, 1720 del Código Civil.
Artículos 1866, 1867, 1868, 1869, 1870, 1871, 1872, 1873, 1874 del
Código Civil.
C) Contrato de comodato:
Según el artículo 1963 del Código Civil “Si el comodante necesita con
urgencia imprevista la cosa prestada, o si ésta corre peligro de perecer si
continúa en poder del comodatario, podrá exigir que se le devuelva antes
de cumplido el plazo o antes de que se haya usado de ella, y el juez según
las circunstancias, resolverá lo que proceda”.De la norma anteriormente
transcrita resulta:
D) Contrato de depósito:
De conformidad con el artículo 1974 del Código Civil “Por el contrato de
depósito una persona recibe de otra alguna cosa para su guarda y
conservación, con la obligación de devolverla cuando la pida el
depositante, o la persona a cuyo favor se hizo o cuando lo ordene el juez”.
El análisis de la norma anteriormente transcrita revela:
Código Civil. El párrafo primero del artículo 1290 del Código Civil
establece que “Todo acreedor puede pedir la revocación de los negocios
celebrados por el deudor en perjuicio o fraude de sus derechos”.
677. Elementos:
Artículos 1290, 1291, 1292, 1293, 1294, 1297 del Código Civil.
Una vez firme la sentencia que declara con lugar la acción revocatoria, se
producen los efectos jurídicos siguientes:
a) Los bienes se devolverán por quien los adquirió de mala fe, con todos
sus frutos; o se indemnizará por daños y perjuicios al acreedor, cuando la
restitución de dichos bienes no fuere posible. Artículo 1296 del Código
Civil.
Para que sea posible la tesis referida, sería indispensable que la sentencia
dijese que el contrato impugnado se revoca únicamente en beneficio del
acreedor demandante y hasta el importe del crédito acreditado en el
proceso. De esa manera el contrato impugnado no sería oponible frente a
dicho acreedor, pero sí lo sería frente a cualquier otra persona.
684. Cese de la acción revocatoria. Según el artículo 1295 del Código Civil
“La acción revocatoria cesará luego que el deudor satisfaga su deuda o
adquiera bienes con qué poder cubrirla. La persona a quien se hubiesen
55
Sánchez Bejarano, Manuel. Ob. Cit. Página 351.
enajenado los bienes del deudor, puede hacer cesar la acción de los
acreedores satisfaciendo el crédito de los que se hubiesen presentado”.
b) El corto tiempo que concede la ley para ejercitar la acción (un año). Si
se toma en cuenta que lo que se busca es que se deje sin efecto actos o
contratos dolosos, fraudulentos, del deudor y de terceros, resulta
incomprensible por qué el plazo para demandar es tan corto.
BIBLIOGRAFIA
ALVAREZ DEL PINO, Diana Cristina Visser. (1987). De la Responsabilidad
Civil Contractual y Extracontractual por el Hecho de Otro. Facultad de
Ciencias Jurídicas y Socioeconómicas. Pontificia Universidad Javeriana.
Bogotá. Colombia.
Diccionarios y Enciclopedias:
Leyes:
Constitución Política de la República.
Código Civil.
Código de Comercio. Código de Notariado.
Código Procesal Civil y Mercantil.
Código Penal.
Código Procesal Penal.
Ley del Organismo Judicial.
Ley de Protección al Consumidor y Usuario.
Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia.