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Douglas Quimis

Construcciones Metálicas
2BGU C

A que como la Ecuación de Einstein y porque


es tan famosa
E=MC² es la ecuación más famosa
del mundo desde que apareció en
la portada de la revista Times de
1946. En ella aparece un retrato
de Albert Einstein, un hongo
atómico y E=MC², estableciendo
una relación entre la fórmula del
físico alemán y el desarrollo de la
bomba que destruyó Hiroshima.
La verdad es que Einstein no
participó en la creación de la bomba, pero su idea fue la semilla que lo comenzó todo.
Hoy se puede encontrar la ecuación en polos, tazas, stikers y toda clase de
merchandising, pese a que pocos entienden su significado y las consecuencias que tuvo
para el mundo.

La idea fue presentada en el artículo ¿Depende la inercia de un cuerpo de su contenido


de energía?, publicado en Annalen der Physik el 27 de septiembre de 1905. Pese a lo
complejo que suelen resultar los cálculos de algunas teorías, el físico logró una ecuación
elegante y sencilla. ¿Pero de qué va todo esto? El periodista estadounidense Walter
Isaacson (el mismo que hizo el libro sobre Steve Jobs) publicó en 2007 una biografía de
Einstein, en la cual hace una didáctica explicación de la ecuación.

“La energía (E) es igual a la masa (M) multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la
luz (C²). Obviamente, la velocidad de la luz ya es una cifra enorme, y su cuadrado resulta
casi inconcebiblemente mayor. De ahí que una diminuta cantidad de materia, si se
convierte completamente en energía, genere una fuerza enorme. (...) Expresado de una
manera más gráfica: la energía contenida en la masa de una uva pasa podría satisfacer
casi todas las necesidades energéticas de la ciudad de Nueva York durante un día
entero”.

daquimis@sociedadfilantropica.edu.ec
Douglas Quimis
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Una explicación más profunda

Pese a que E=MC² es una fórmula muy pequeñita y podemos tener un entendimiento
básico de lo que significa, su implicancia en el campo de la física es enorme. Antonio
Francisco De Zela Martínez, docente del departamento de Física de la PUCP, nos da las
pistas para entender aquello que se esconde detrás de la idea de Albert Einstein.

"La masa (m) es una medida de la inercia que tiene un cuerpo. Por ejemplo, m cuantifica
en kilogramos la resistencia que presenta un cuerpo al que se le cambia su velocidad por
acción de una fuerza externa. Cuanto mayor sea la masa de un cuerpo, más difícil resulta
cambiarle su velocidad. Es más fácil acelerar o cambiar la dirección con la que se está
moviendo un auto, que hacerlo con un camión".

“La energía (e) puede manifestarse en diversas formas: cinética, potencial gravitatoria,
potencial elástica, térmica, etc. La energía cinética, por ejemplo, es proporcional al
producto de la masa y el cuadrado de la velocidad. Imaginemos dos camiones idénticos
que chocan contra un edificio. Si un camión se mueve al doble de velocidad que el otro,
su energía es cuatro veces mayor. Eso lo veríamos reflejado en el daño producido al
edificio por uno y otro camión”.

¿Qué decía la física antes de E=MC² ?

Hasta antes de que Einstein encontrara la relación entre masa y energía, se pensaba que
ambas se conservaban por separado. Por ejemplo, cuenta De Zela, si tenemos
inicialmente una cierta cantidad de energía cinética, puede ocurrir que posteriormente
parte de ésta convierta en energía térmica o potencial elástica. Sin embargo, la suma de
estas últimas debe ser igual a la energía inicial. Lo mismo se asumía que ocurría con la
masa: si sumamos las masas de los ladrillos, cemento, hierro y madera que se usó para
construir un edificio, el valor obtenido debe ser igual a la masa que tiene el edificio
completo. La fórmula de Einstein nos dice la suma de las masas de los elementos con los
que construimos un edificio no es exactamente igual a la masa del edificio una vez
construido".

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¿Por qué esto no ocurre? El físico de la PUCP explica que al mezclar cemento y arena
para hacer concreto, por ejemplo, se producen ciertas reacciones químicas
infinitesimales y se forman nuevos compuestos. Esto conlleva ciertos cambios de
energía a los cuales van asociados cambios de masas, según lo prescribe la fórmula de
Einstein. Para todo fin práctico, un edificio tiene una masa que es igual a la suma de las
masas de sus materiales constituyentes. Este no es el caso cuando se trata de reacciones
que no son químicas sino nucleares”.

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