Está en la página 1de 59

1

Capítulo I: La Eutanasia

1. 1 Naturaleza

1.1.1 Concepto de eutanasia o muerte digna.

La eutanasia por su propia esencia toca temas que son sensibles o más
bien polémicos para la sociedad, por lo que para un debido análisis
requiere la comprensión de un término inequívoco, para de esta manera
delimitar el tema debatido.

En términos genéricos, se podría definir la eutanasia como el acto


consistente en propiciar una muerte digna a una persona que se
encuentra en condiciones dolorosas e inhumanas. Ahora bien, ¿En qué
consiste una muerte digna? ¿No es esto un supuesto subjetivo?

Etimológicamente eutanasia significa “Buena muerte”. El mismo se


ubica en el vocablo Griego, “Eu” y “Thanatos”, cuyo significado es bueno
y muerte respectivamente. En el transcurso de los años, han surgido
otros significados como muerte rápida y sin tormentos, o muerte
tranquila y fácil o muerte misericordiosa. Todos estos hacen alusión a
un solo fin, una muerte digna, lo cual, según los diferentes sectores pro
eutanasia, afirman es la esencia de la misma.

Por eutanasia se entiende la ayuda que se le presta a una persona


gravemente enferma, por su deseo o por lo menos en atención a su
voluntad presunta, para posibilitarle una muerte humanamente digna
en correspondencia con sus propias convicciones. 1

La real academia española le atribuye dos significado a la eutanasia,


estos son:2

1
Eutanasia Y Suicidio Cuestiones Dogmáticas y De Política Criminal por Claus Roxin, Ferrando Mantavani,
Jesus Barquin, Miguel Olmedo, Gisele Mendes De Carvalho, Luis Reyna. Primera edición. Lima Peru, ARA
Editores E.I.R.L, 2008, pag.15.
2
Diccionario de Lengua Española, vigésimo segunda edición (En Línea) <http://lema.rae.es/drae/?
val=eutanasia> ( 3 de Mayo del 2013)
2

1. f. Acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes


desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él.

2. f. Med. Muerte sin sufrimiento físico.

Diez Ripolles J.L3 define la eutanasia como aquel comportamiento que,


de acuerdo con la voluntad o interés de otra persona que padece una
lesión o enfermedad incurable, generalmente mortal, que le causa grave
sufrimientos y/o le afecta considerablemente su calidad de vida, da
lugar a la producción, anticipación, o no aplazamiento de la muerte del
afectado.

Puede que el principal debate con respecto a la eutanasia no haga


alusión a la terminología de la misma, ahora bien, se hace necesario
establecer una definición del término eutanasia en relación con la
realidad de una sociedad secular, pluralista, en la que el modelo de las
relaciones médico-paciente está sufriendo una rápida evolución. 4 De
igual modo necesita ser definida en relación con el paradigma técnico y
científico imperante de este siglo, y con los usos de determinadas
tecnologías que han erosionado derechos humanos de primera
generación, como los derechos de libertad y dignidad.5

La eutanasia constituye las conductas comisivas u o misivas


consistentes en un no hacer, en un dejar de hacer o en un hacer,
determinantes del fallecimiento humano antes de su prolongación
artificial.

Tal anticipación de la muerte comprende los siguientes modos: a)


Dejando que la naturaleza siga su curso; b) aplicando tratamientos
lenitivos sobre la naturaleza vital fracturada; y, c) suprimiendo
directamente la vida.
3
catedrático de Derecho Penal en la Universidad de Málaga, director de la Sección de Málaga del
Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología.
4
Vid. J. A. MARÍN GÁMEZ: «A vueltas con la constitucionalidad del artículo 10.6 de la
Ley General de Sanidad: la relevancia jurídica del "consentimiento informado"», en la Revista
General de Derecho, núms. 610-611, julio-agosto 1995, págs. 8237-8257
5
MARÍN GÁMEZ, J.A., “Reflexiones sobre la eutanasia: una cuestión pendiente del Derecho
Constitucional a la vista”, Revista Española de Derecho Constitucional, nº 54, 1998.
3

Martín Gómez y Alonso Tejuca6 define la eutanasia de la siguiente


manera: “Aquella conducta, comportamiento o técnica que, consistente
en un hacer, un dejar de hacer lo posible o en un mero no hacer, tiene
por fin paliar la situación de dolor extrema e incluso anticipar el exitus
de quien, consintiendo o no pudiendo prestar su anuencia a ello, se
halla en una situación de enfermedad o deficiencia límite e irreversible.”

Para Roxin, la eutanasia podría ser diferenciada en un sentido amplio y


un sentido estricto. Por eutanasia en sentido estricto se entiende a la
que es suministrada una vez el suceso mortal ha comenzado, es decir,
cuando la muerte es inminente con dicha ayuda o sin ella. Y en un
sentido amplio, cuando se colabora en la muerte de una persona que
con ayuda médica podría vivir más tiempo pero que quiere poner fin a
su presunto sufrimiento a causa de una enfermedad.

Varios autores y doctrinarios concuerdan en que el concepto de


eutanasia consta de varios elementos, estos son7:

1. Una situación vital muy penosa para el sujeto afectado de alguna


enfermedad incurable que le cause graves e insufribles dolores.
2. Una petición de muerte por parte de dicha persona
3. Conducta de tercero que le cause la muerte.

De igual modo Luís Cousiño Mac Iver, arriba a una definición basada
en un análisis de elementos neutros y para ello dice que: “De las
numerosas definiciones que se han propuesto, podemos decir que son
cinco los elementos que se comprenden dentro de su concepto:

1.- Que se trate de un enfermo incurable;

2.- Que padezca de crueles dolores;

6
MIGUEL MARTÍN GÓMEZ y JOSÉ L. ALONSO TEJUCA: «Aproximación jurídica al problema de la
eutanasia», en La Ley, año XIII, núm. 3048, Madrid, 17 de julio de 1992, pág. 1.
7
Luz González Moran. De la Bioética al bioderecho, libertad, vida y muerte. Madrid, España. Editorial
Dykinson S.L, 2006. Página 860
4

3.- Que la muerte se dé a su propio pedido; de sus familiares o


guardadores;

4) Que se haga a impulsos de un sentimiento profundo de piedad y


humanidad

5) Que se procure una muerte exenta de sufrimientos”. 8

1.1. 2 Concepto médico de la eutanasia

La declaración de la Asociación Médica Mundial sobre la eutanasia


adoptada por la 39ª Asamblea Médica Mundial, Madrid, España,
octubre 1987 entiende por eutanasia al acto deliberado de poner fin a
la vida de un paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de
sus familiares que se encuentren en estado terminal e irreversible, o
que el mismo posea pocas posibilidades

Del mismo modo el Diccionario Medico Ilustrado De Melloni la define


como la “1.Inducción de una muerte tranquila e indolora a personas
con enfermedades terminales dolorosas. 2. Muerte indolora.”

Ahora bien, los profesionales de la medicina de la mano de una serie de


principios del consejo General de Colegios Médicos acerca de la muerte
asistida por el médico, tienen por objetivo que el uso del término
“Eutanasia” sea ajeno a su vocabulario, esto así debido a que el mismo
se encuentra revestido de contenidos emocionales, y no es para menos,
para algunos la expresión “Eutanasia” contiene muchas connotaciones
del reconocido Aktion T-4 programa eutanásico de la época nacional-
socialista , cuyo objetivo principal era lograr la completa eliminación de
las personas señaladas como enfermos incurables, pedófilos,
homosexuales, niños con taras hereditarias, delincuentes, enfermos
mentales, discapacitados físicos, adultos o ancianos considerados
‘improductivos’, dicho programa fue llevado a cabo por médicos que

8
COUSIÑO MAC IVER Luis “Breve Curso de Medicina” San Bernardo Chile, Talleres del Politecnico de
Menores, 1942. pag. 323
5

habían realizado su juramento hipocrático. 9


Muchos quieren limitar la
palabra a la denominación de ayuda a morir, esto es, al caso en el que
se atenúa el dolor sin un efecto de acortamiento de la vida. 10

Son meras cuestiones terminológicas, que no repercuten en la esencia


del tema tratado.

Son muchos sectores de las sociedad que alzan su vos a la hora de


referirse al concepto de eutanasia y su significado, así como su
contenido.

La asociación médica mundial (Madrid, Octubre de 1987) define la


eutanasia como “El acto deliberado por el cual el medico provee fin a la
vida de un paciente ya sea por su propio requerimiento, o a petición de
los familiares.”

1.1.3 Antecedentes Históricos

Todos los aspectos circundantes a la eutanasia han rondado las mentes


de los más reconocidos filósofos, juristas y religiosos a lo largo de la
historia. Se puede afirmar que la historia de la eutanasia está ligada a
la evolución del hombre y su vida en sociedad, esto así pues engloba
conceptos jurídicos, morales, médicos, religiosos, entre otros.

En algunas culturas indígenas americanas, los moribundos eran


expuestos a humos que lentamente les causaba una pérdida de
memoria y luego les ocasionaba la muerte.11

Aunque en la biblia no se encuentra textualmente ningún pasaje que


implique que la eutanasia era permitida, se encuentran varios casos
que hacen alusión y que dejan por entendido que ya para dicha época la
9
Juramento Hipocrático: Juramento publico realizado por un estudiante de medicina al momento de ser
admitido como miembro de la profesión médica.
10
Eutanasia Y Suicidio Cuestiones Dogmáticas y De Política Criminal por Claus Roxin, Ferrando
Mantavani, Jesus Barquin, Miguel Olmedo, Gisele Mendes De Carvalho, Luis Reyna. Primera edición.
Lima Perú, ARA Editores E.I.R.L, 2008, pag.15.
11
DRANE James; “Eutanasia y Suicidio Asistido en Las Culturas Antigua y Contemporánea”; en Revista
Humanitas Humanidades Medicas, Volumen 1 Nº 1; enero marzo 2003; Editorial Fundación Medicina y
Humanidades Medicas; Barcelona, 2003 pág. 24
6

población tenía idea de las implicaciones de una muerte digna o lo que


para ellos significaba morir con dignidad. Así lo narra el libro de Reyes
“Peleaban los filisteos e Israelitas arrojándose los filisteos contra Saúl a
quien hirieron las flechas gravemente. Dijo Saúl a su escudero:
desenvaina tu espada y quítame la vida, para que no lleguen esos
incircuncisos y me maten mofándose de mí. Mas, su escudero no quiso
hacerlo sobrecogido de temor. En esto Saúl desenvaino su espada y
arrojose sobre ella”. Este pasaje resulta un tanto interesante, pues se
considera una de las primeras formas de la eutanasia. Es sabido que a
lo largo de la historia fue una costumbre en ejércitos y en situaciones
de guerra aliviar el dolor de un soldado gravemente herido con el
famoso “Tiro de gracia”

Por lo menos para el siglo V A.C la eutanasia ya era un tema que no


carecía de interés público y el cual ocasionaba discusiones diversas.
Sócrates fue uno de los grandes pensadores que respaldaba el hecho de
no prolongar la vida de una persona “En los casos en que los cuerpos
están totalmente muerte por dentro”. Para los Romanos, la prolongación
de la vida de una persona en tal condiciones no era útil ni para él ni
para el estado (Polis).

Para Sócrates la autodeterminación de la vida era un privilegio del cual


solo gozaban los filósofos, pues al renunciar de ella se acercaban más a
un estado de plena sabiduría y desligaban el alma y el cuerpo. Dejando
esto ver los comienzos de una desigualdad, aunque es el mismo
Sócrates quien más adelante señala que propiciar la muerte era
indebido excepto cuando se actuara bajo autorización del estado o
cuando existía una razón insuperable para prescindir de la vida.

Sin embargo, la eutanasia desde siempre ha tenido grandes opositores,


tal es el caso de Hipocrates, quien fue uno de los más relevantes
opositores y en su juramento establece: “Jamás daré a nadie
medicamento mortal, por mucho que me lo soliciten”. Para hipocrates
los médicos no solo poseían en conocimiento para salvar vida, sino que
7

tenían en sus manos herramientas tanto intelectuales como físicas para


poner fin a la vida de una persona, y por lo tanto veía necesario poner
algún freno moral a dicha posibilidad.

Por otro lado, Platón en su libro III de La Republica afirma que cada
ciudadano tiene un deber que cumplir en todo Estado bien organizado.

“Nadie puede pasar la vida en enfermedades y medicinas. Tu


establecerás, oh Glaucon, una disciplina en el Estado y una
jurisprudencia tales como nosotros la entendemos, limitándote a dar
cuidados a los ciudadanos bien constituidos de alma y cuerpo. En
cuanto a los que no son sanos corporalmente se les dejar‡ morir.”

La filosofía estoica tenía un ideal, el cual consistía en la aceptación de


la muerte mientras haya vida (“mori discere”), En la antigüedad,
eutanasia significaba, en esta perspectiva, una muerte honrosa y
agradable.

En la antigüedad clásica, en Atenas y en otras ciudades Griegas, era el


estado quien suministraba veneno a los heridos en guerra, esto asi para
mitigar el dolor. También, una persona que deseara poner fin a su vida
podía hacerlo siempre y cuando contara con la autorización del estado,
pero lo que los ciudadanos buscaban al obtener un permiso del estado
era un perdón de los dioses más que la libertad de cometer el hecho en
sí.

Para el siglo VXII se consideraba la eutanasia como una muerte


privada de dolores. Lucio Anneo Séneca fue uno de sus precursores,
usando como fundamento principal que la ley eterna propuso un solo
modo de iniciar la vida, pero varios para salir de ella. Corresponde al
hombre decidir libremente sobre el sentido y su capacidad de soportar
su existencia en el cuerpo.

No es de extrañar que la Era Moderna haya traído consigo la vuelta de


los clásicos del renacimiento, como consecuencia natural a esto se
8

retornó el concepto de eutanasia para los pacientes inservibles e


incurables, según el planteamiento humanista.12

Tomas Moro en su reconocida obra La utopía, se hizo eco de la


necesidad de ofrecerle descanso a aquellos que “Sobrevivían su propia
muerte”. “ Ya dije que se esmeren en la atención a los enfermos. No
escatimen nada que pueda contribuir a su curación, trátese de
medicina o alimentos. Consuelan a los enfermos incurables,
visitándolos con frecuencia, charlando con ellos, presentándoles, en fin,
toda clase de cuidados. Pero cuando a estos males incurables se
añaden sufrimientos atroces, entonces los magistrados y los sacerdotes
se presentan al paciente para exhortarle. Tratan de hacerle ver que esta
ya privado de los bienes y funciones vitales; que es una carga para sí
mismos y para los demás. Es inútil por tanto, obstinarse en dejarse
devorar más tiempo por el mal y la infección que le corroen. Y, puesto
que la vida es un puro tormento, no debe dudar en aceptar la muerte.
Armado de esperanza, debe abandonar la vida cruel como se huye de
una prisión o del suplicio. Que no dude, en fin, liberarse así mismo o
permitir que liberen a otros. Será una muestra de sabiduría seguir estos
consejos, ya que la muerte no le apartara de la dulzura de la vida, sino
del suplicio”.

En 1605 Francis Bacon introduce como significado de eutanasia la


acción del médico sobre el enfermo incluyendo la posibilidad de
apresurar la muerte. Ya para el siglo XVII, se sostiene una postura
diferente a la de Platón, Moro y Bacon, y es la del teólogo Johann
Valentin Andreae.

Finalmente para Kant (1724 a 1804), el suicidio en un principio va en


contra la moral, porque viola los deberes y el respeto para consigo
mismo. Sostiene el argumento de que el ser humano que se quita la
vida, de niega así mismo las posibilidades de desarrollo de sus
capacidades. "La vida no vale por sí misma, sino en función de un
12
Pichardo Alejando. Eutanasia Visión ético-Jurídica. Santo Domingo, Rep. Dom. Ediciones Jurídicas.
2002. Página 23
9

proyecto de vida ligado con una libertad y una autonomía, ésta última
se justifica si permite la base material para una vida digna". Para el
propio Kant el suicidio (y la eutanasia voluntaria) era una cuestión en la
que no debía intervenir el derecho, “pues la jurisprudencia debe decidir
lo que es justo o injusto únicamente en el terreno de los deberes para
con los demás, pero no en los deberes para con uno mismo”.13

Para el siglo XX hay que destacar una obra precursora de Enrico Ferri
“Homicidio-Suicidio” respecto de la discusión eutanásica de nuestros
días, para Ferri la vida es renunciable o “abdicable” para su titular;
otorgando por ende, plena eficacia al consentimiento como argumento
de impunidad en esta materia. Ferri consideraba que no existen
derechos solamente innatos o inalienables, sino que todo está ligado al
devenir histórico y a la evolución de la sociedad. Para este la
indisponibilidad del bien “vida” solo se puede mantener argumentando
desde el punto de vista ético o religioso, pero no desde un punto de
vista jurídico.14

Como se puede percibir, determinar el momento de iniciación de la


eutanasia en la historia es impreciso, lo que sí es apreciable es que la
misma ha estado presente de una forma u otra a lo largo del desarrollo
de la sociedad y que ha provocado debates entre grandes filósofos y
juristas. Hoy en día la eutanasia no deja de ser controversial, pues a
partir de los años 90 se han suscitados casos que la vuelven a colocar
en la palestra pública y en el ojo de las más importantes áreas del
conocimiento.

De igual formas, Mercedes Alonso posee un criterio bastante acertado,


este señala que “Los continuos progresos de la medicina, los avances
técnicos, el aumento de medios a disposición de los profesionales
sanitarios…no pueden conducir a la situación paradójica de mantener
13
KANT E. “La Metafísica de las costumbres”, (Traducción y notas de Adela Cortina y Jesús Conill Sancho)
Alianza Editorial, Madrid, 1989 pág. 280
14
Alberto Ortega Girón. Derecho a Morir Tratamiento Jurídico Penal de la Eutanasia en la Legislación
Chilena y Comparada. (tesis para optar al grado de magíster en derecho, mención derecho penal)
Santiago, Chile. Universidad de Chile, Facultad de Derecho 2008.
10

con vida a personas a las que, por utilizar las palabra de Eser, la
naturaleza habría trazado una generosa salida al hallarse en una
situación extrema en que, presente un cuadro complejo y grave,
bastaría la no intervención en relación con alguna de las múltiples
malformaciones para que sobreviniera la muerte.15

1.1. 4 Variables de la eutanasia

Existen ciertas variantes de la eutanasia que por su definición


etimológica se ven relacionada a la figura jurídica de la eutanasia, por
lo que se hace necesario hacer mención de las mismas.

 Distanasia
A diferencia de la eutanasia, la distanasia consiste en la
“acción, intervención o procedimiento médico que no
corresponde al objetivo de beneficiar a la persona cuando está
en fase terminal, y que prolonga, en forma inútil y con
sufrimiento, el proceso de morir, promoviendo la postergación
de la muerte.”16
 Ortotanasia:
La ortotanasia es el punto de equilibrio entre la eutanasia y la
distanasia, esta consiste en tomar todas las medidas con el
objetivo de mejorar la calidad de vida de los enfermos a quienes
se les pronostica la muerte a corto plazo; se evita el
encarnizamiento terapéutico al retirar todas las medidas
desproporcionadas que en nada benefician al enfermo;
sustituyéndose estas por cuidados paliativos, de los cuales nos
ocuparemos más adelante.
 Eutanasia agónica :

15
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 23.
16
Pessini, L. “Bioética y cuestiones éticas esenciales al final de la vida”. En: Lolas F. Diálogo y cooperación
en salud. Diez años de bioética en la OPS. Unidad de Bioética OPS/OMS. Serie publicaciones, 2004. p. 51
11

La eutanasia agónica consiste en supresión de la vida de un


enfermo terminal o agónico, o a pacientes que se consideran
clínicamente desahuciados

1.1.5 Tipos de Eutanasia y características

Existen diversas clasificaciones de la eutanasia, no existiendo así


unanimidad a la hora de realizar una categorización. Es por eso, que
queda un tanto a la discreción de cada autor dicha clasificación.

Claus Roxin distingue entre las variantes de a) Eutanasia pura b)


Eutanasia indirecta c) Eutanasia pasiva y d) Eutanasia activa. También
incluye en su clasificación la eutanasia precoz.

Ahora bien, la clasificación clásica de la eutanasia consiste en dos


categorías, Eutanasia activa y Eutanasia pasiva y las modalidades que
las mismas implican. A saber: un no hacer; un dejar de hacer; un
hacer indirecto; y, un hacer directo. Empezando por la primera: a) Un
no hacer: se trata de una abstención en sentido estricto, una no
intervención consistente en no aplicar en el caso concreto técnicas de
mero mantenimiento o sostenimiento, b) Un dejar de hacer: se entiende
que lo posible o factible, es decir, se trata de una abstención en sentido
lato, de tal forma que a lo que se va a dar lugar es al cese de la
intervención, significa cesación en el sentido de dejación definitiva, c)
Un hacer indirecto: se trata de la aplicación de lenitivos o calmantes
con la intención primordial de aliviar los dolores de una persona a
sabiendas de que la administración del lenitivo determina la aceleración
del proceso extintivo vital.17

Pudiendo entonces ser la eutanasia dividida en cuatro categorías, según


el criterio de la Licda. MARÍN GÁMEZ, J.A., en su estudio “Reflexiones
sobre la eutanasia: una cuestión pendiente del Derecho Constitucional

17
MARÍN GÁMEZ, J.A., “Reflexiones sobre la eutanasia: una cuestión pendiente del Derecho
Constitucional a la vista”, Revista Española de Derecho Constitucional, nº 54, 1998.
12

a la vista”, eutanasia pasiva por acción (un no hacer) y por omisión (un
dejar de hacer lo posible), la eutanasia activa indirecta (un hacer
indirecto) y eutanasia activa directa (un hacer directo).

Eutanasia Pura:

La eutanasia pura acontece en las situaciones en que la muerte llega


por causas naturales y a su debido tiempo, ocupándose el medico y/o
sus familiares a acompañar al paciente en este periodo. Claus Roxin
afirma que la eutanasia pura caracteriza “el caso en el que el a un
moribundo se le administran medios paliativos del dolor que no tienen
por efecto un acortamiento de la vida.

Eutanasia activa directa:

La eutanasia activa también conocida como mercy killling, viene por un


facer del sujeto agente sobre el sujeto pasivo, administrándole drogas o
alguna practica que aceleren o produzcan su muerte. Esta es no solo la
ayuda <en> el morir, sino la ayuda <a> morir 18; la producción
intencionada de la muerte o cooperación activa bajo las condiciones
que se describen.

La eutanasia activa considera una situación relativamente segura e


invariable, en el sentido de que la persona que solicite el auxilio de
tercero para su ejecución tiene que estar padeciendo, o bien una
enfermedad incurable y dolorosa que determine en ella un estado de
postración, o bien, aun si soportar la aflicción del dolor que le produzca
tal detrimento de la calidad de vida que no le resulte factible el realizar
la más mínima actividad, viéndose relegada a vivir un papel pasivo y
necesitado de la asistencia de otros total y constantemente. 19

18
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 16.
19
MARÍN GÁMEZ, J.A., “Reflexiones sobre la eutanasia: una cuestión pendiente del Derecho
Constitucional a la vista”, Revista Española de Derecho Constitucional, nº 54, 1998.
13

Eutanasia activa indirecta:

Esta consiste en el suministro de analgésicos que colateralmente


originan una anticipación al fallecimiento. 20 Se trata así de una medida
que tiene un doble efecto (Alivio de dolor y adelantamiento de la
muerte).

La admisión de la eutanasia indirecta es reconocida por la doctrina


como por la mala praxis médica. El Tribunal Supremo Federal se ha
pronunciado por primera vez en este sentido en Noviembre de 1996. De
acuerdo con la tesis mantenida por la sentencia (BGHt 42, 301), “Una
medicación destinada a aliviar el dolor expedida por un facultativo en
correspondencia con la voluntad declarada o presunta del paciente, no
resulta inadmisible en un moribundo aunque de modo inintencionado
aquella suponga como consecuencia inevitable la conformación del
proceso mortal.”21

La eutanasia activa indirecta o eutanasia indirecta engloba la conducta


del médico, que por solicitud del paciente terminal y con el objeto de
abreviar su sufrimiento y su situación al entender del paciente indigna,
procura soluciones indicadas por la ciencia médica encaminadas a
aminorarlos aunque a la postre éstos mismos precipiten su muerte. Las
personas que se encuentran padeciendo de ciertas enfermedades
incurables, son presas de agudos dolores. En esta situación, el
profesional de la medicina, luego de agotar los recursos a su alcance, no
puede ir más allá de proveer paliativos a su paciente y,
prudencialmente, abstenerse de aplicar técnicas de sostenimiento que
sirvan para prolongar sin ninguna utilidad su proceso vital. La decisión
del paciente de rehusar en todo o en parte las terapias y medicamentos
que se le ofrezcan, siempre que sea capaz y consciente, tiene plena
validez y se sustenta en su derecho al libre desarrollo de su
20
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 18.
21
Eutanasia Y Suicidio Cuestiones Dogmáticas y De Política Criminal por Claus Roxin, Ferrando
Mantavani, Jesus Barquin, Miguel Olmedo, Gisele Mendes De Carvalho, Luis Reyna. Primera edición.
Lima Perú, ARA Editores E.I.R.L, 2008, pag.18.
14

personalidad. Este aserto se sostiene aún con más fuerza cuando el


rechazo se expone en las condiciones del supuesto objeto de análisis. El
enfermo terminal, víctima de extremos sufrimientos, que carece de toda
perspectiva de curación, bien puede oponerse a la intervención médica
y optar por abreviar su existencia.22

En países como España el medico se encuentra en la obligación de


proporcionar un adecuado tratamiento paliativo, aunque el mismo
convelle posteriormente al acortamiento de la vida. La sociedad
Española de cuidados paliativos, en su declaración sobre la Eutanasia,
señala que “no hay objeciones éticas al empleo de altas dosis de
analgésicos en el tratamiento del dolor de un paciente en situación
terminal, aunque esto pueda suponer de manera indirecta un
adelantado de la muerte.”

De igual modo, el Tribunal Constitucional Chileno afirma al resolver


sobre la cuestión de constitucionalidad planteada a determinados
artículos del proyecto de ley sobre trasplantes de órganos, de
“igualmente, la ley también legitima la actividad de los médicos al
practicar intervenciones quirúrgicas tendientes a preservar la vida. Sí
como consecuencia de ellas, la persona muere, el médico "no mata a
otro"

Varios juristas concuerdan en que la eutanasia indirecta o pasiva es la


única que se podría considerar poseedora de un sólido respaldo
constitucional.

Eutanasia pasiva

Cuando se habla de eutanasia pasiva se refiere a la acción del médico u


cualquier otra persona consistente en omitir alargar una vida que está
tocando a su fin. Se renuncia de esta manera a una operación o

22
Eutanasia Y Suicidio Cuestiones Dogmáticas y De Política Criminal por Claus Roxin, Ferrando
Mantavani, Jesus Barquin, Miguel Olmedo, Gisele Mendes De Carvalho, Luis Reyna. Primera edición.
Lima Perú, ARA Editores E.I.R.L, 2008, pag.18.
15

tratamiento intensivo que habría posibilitado al paciente una vida un


poco más larga.

Calus Roxin distingue en tres las manifestaciones de la eutanasia


pasiva, están son: La omisión de medidas que alarga la vida puede
suceder de acuerdo con el deseo del paciente o en contra de su
voluntad; y el tercer caso en la que el paciente se encuentra en una
situación en la cual no puede expresarse.

Por lo general al referirnos a eutanasia pasiva se hace alusión a los


siguientes supuestos: La desconexión de un respirador; la ausencia u
omisión de actos reanimatorios; la interrupción de tratamientos o
terapias, etc.

Por otro lado la Licda. Doris Silva Alarcón en su estudio “La eutanasia,
aspectos doctrinarios y aspectos legales” del centro de estudios
biojurídicos realiza una clasificación la cual será desarrollara
brevemente en la presente tesis, aunque no será esta la clasificación
base para el desarrollo de nuestro análisis crítico.

1) Eutanasia Natural: Aquella en que en que la muerte se produce


naturalmente sin que intervenga la conducta humana.
a) Según la voluntad del sujeto:
a.1) Eutanasia Provocada Voluntaria: aquella en que la decisión
la toma el paciente directamente o terceras personas obedeciendo
los deseos que el paciente ha expresado con anterioridad
a.2) Eutanasia Provocada No Voluntaria: aquella en que la
decisión la toma un tercero sin que haya posibilidades de conocer
la determinación del enfermo debido a que Žeste no tiene la
capacidad para elegir entre vivir o morir.
a.3) Eutanasia Provocada Involuntaria: aquella en que la decisión
la toma un tercero sin pedir el consentimiento de un pariente
capaz de expresar su elección o en contra de su voluntad.
16

b) Según el autor:
b.1) Eutanasia Provocada Autónoma: aquella en que la propia
persona se provoca la muerte sin intervención de terceras
personas.
b.2) Eutanasia Provocada Heterónoma:
Aquella en que en la provocación de la muerte participan otra u
otras personas.

c) Según la actitud que se tome frente al curso vital:


c.1) Eutanasia Provocada Solutiva: Aquella consistente en el
auxilio en el morir mitigando el sufrimiento, suministrando
calmantes que no incida en la duración de ese proceso,
controlando las sofocaciones, los espasmos, asistiendo
psicológicamente y /o espiritualmente al enfermo o anciano

1.2 Marco Jurídico de la Eutanasia

Nociones Generales

Aunque en la actualidad no cabe hablar de la eutanasia como una


figura permitida, varios países, principalmente desarrollados que
poseen leyes y jurisprudencia para regulan y sirven como parámetros
para todo lo circundante a la figura de la eutanasia.
17

Solo tres países en el mundo han legalizado la eutanasia, estos son


Holanda, Australia y el estado de Oregón en Estados Unidos. Aunque
Australia posteriormente derogo esta medida. Sin embargo, existen
otros países como Suiza, Bélgica, Alemania en que si bien no está
legalizada la Eutanasia, existen ciertas excepciones. De igual modo
seria inaudito dejar de lado el caso de Colombia que con su sentencia
se convirtió en el primer país cuyo Tribunal constitucional reconoce la
eutanasia como un auténtico derecho fundamental.

Se trata pues de un tema complejo y bastante transcendental, por lo


cual amerita un minucioso análisis que comprenda toda la
problemática que él encierra, y que no se limita tan sólo al estricto
campo del derecho positivo. Cabe destacar, que en ninguno de los pocos
ordenamientos en que se reconoce la validez bajo ciertas condiciones,
de la eutanasia, la cuestión se haya planteado explícitamente desde el
orden constitucional.

En general la eutanasia posee una característica común a temas


polémicos, carece de posición unificada y por lo tanto le dificulta la
tarea al legislador a la hora de crear leyes para la regulación de la
misma.

1.2.1 República Dominicana

En la actualidad jurídica de la República Dominicana, no se han


presentado casos referentes a la eutanasia, se podría considerar
que existe un vacío legal, el cual no está regulado y mucho menos
contemplado. Siendo la vida un derecho consagrado en la
constitución Dominicana, existe una necesidad latente y fáctica de
una regulación. La falta de pronunciamiento por parte del legislador
abre una brecha de interpretaciones, la cual en un determinado
momento se basaría en jurisprudencias extranjera.
18

1.2.2 La figura de la Eutanasia en el ordenamiento jurídico


Español.

Código Penal Español

El inicio de la figura de la eutanasia en España podría ubicarse en su


código penal del 1995, el cual en su artículo 409 establecía lo siguiente
“El que prestare auxilio o induzca a otro para que se suicide será
castigado con la pena de prisión de mayor (seis años y un día a doce
años); si se lo prestare hasta el punto de ejecutar el mismo la muerte
(homicidio consentido) será castigado con la pena de reclusión menor
(doce años y un día a veinte años). Aun sin ponerle nombre ya España
tenía contemplado dicho precepto Juristas Españoles tenían una
posición unánime con referencia a que este precepto incurría en un
pecado capital pues sancionaba con la misma sanción la muerte en la
que mediaba el cometimiento y la petición de la víctima, que la muerte
sin consentimiento. El actual código penal Español en su artículo 143
tipifica la eutanasia activa.

La interpretación que se ha realizado en España con referencia al tema


tratado, es elaborada a partir de otros principios. Se trata así de normas
construidas más que halladas. La constitución española posee diversas
disposiciones con proyección sobre la materia, iniciando con el derecho
a la vida, la integridad física moral y la prohibición.

El parlamento de Cataluña en fecha del 30 de Septiembre del 2005


aprobó un informe sobre la eutanasia y suicido asistido. Según dicho
informe no poder decidir la muerte de acuerdo con las convicciones
propias equivale a renunciar a un aspecto importante de la dignidad
humana, de esto se desprendería que despenalizar la eutanasia sería
una manera de reconocer jurídicamente la dignidad de la persona
vinculada a la autonomía de la misma, es decir que tener la potestad de
decidir cuándo morir se desprende del mismo derecho a la vida.
19

El informe establece y realza la importancia del consentimiento de


los enfermos que solicitan la eutanasia, la decisión debe ser:

1) Competente.
2) Racional
3) Informada
4) Persistente
5) No coaccionada

Son varios las interpelaciones que se han llevado al congreso de


diputados Español con referencia a la necesidad de una regulación de la
eutanasia. El informe de Cataluña incluyo en su artículo vigésimo una
disposición bajo la rúbrica “Derecho a morir con dignidad” el cual reza
lo siguiente:

“1.Todas las personas tienen derecho a vivir con dignidad el proceso de


su muerte. 2. Todas las personas tienen derecho a expresar su voluntad
de forma anticipada para dejar constancia de las instrucciones sobre
las intervenciones y tratamientos médicos que puedan recibir, que
deben ser respetadas, en los términos que establezcan las leyes,
especialmente por el personal sanitario cuando no estén en condiciones
de expresar personalmente su voluntad.”

Como bien se hizo mención anteriormente, en España no se


encuentra está legalizada la eutanasia, sin embargo, este país es
necesario e imprescindible para el estudio de la figura pues se han
dado varios casos que constituyen parámetros para el análisis, los
cuales serán estudiados más adelante, del mismo modo han sido
varios los proyectos de leyes que buscan no tanto la legalización de
la eutanasia, sino que esta sea reconocida como un verdadero
derecho fundamental.

Aunque el debate de los estatutos de Andaluz no ha llevado a la


meta principal que es la legalización de la eutanasia, si provoco un
interesante resultado, se consagra un nuevo derecho de naturaleza
20

prestacional, el derecho a los cuidados paliativos, el derecho frente al


dolor físico.

La Organización Mundial de la Salud, entiende por cuidados


paliativos al “cuidado activo de las enfermedades que no tienen
respuesta al tratamiento curativo, siendo su objetivo mejorar la
calidad de vida del paciente y su familia.” En opinión de varios
juristas como médicos los cuidados paliativos vendrían siendo una
alternativa a la eutanasia.

El autor Fernando Rey Martínez en su obra Eutanasia y Derechos


fundamentales, critica el precepto de “derecho a morir” que utiliza el
estatuto Catalán, este expone que el uso de la expresión “Derecho a
morir” es equivoca, puesto que la muerte más que un derecho es un
hecho.

La cuestión de la figura de la eutanasia no radica en la libertad a


morir, pues la libertad se posee, es más bien el reconocimiento de la
misma. Con el derecho a morir se alude a lo que se denomina
eutanasia activa indirecta y eutanasia pasiva.

Resulta un tanto interesante que aunque la eutanasia directa está


prohibida en España, El artículo 27 del Código de Ética y
Deontología médica del 1999, habilita e incluso obliga al médico a
practicar la eutanasia indirecta23 y pasiva24.

23
Art. 27.1 “El médico tiene el deber de intentar la curación o mejoría del paciente siempre que sea
posible. Y cuando ya no lo sea, permanece su obligación de aplicar las medidas adecuadas para
conseguir el bienestar del enfermo, aun cuando de ello pudiera derivarse, a pesar de su correcto uso, un
acortamiento de la vida. En tal caso el médico debe informar a la persona más allegada al paciente y, si
lo estima apropiado, a éste mismo.”

24
Art. 27.2 “El médico no deberá emprender o continuar acciones diagnósticas o terapéuticas sin
esperanza, inútiles u obstinadas. Ha de tener en cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar el
tratamiento para prolongar su vida y a morir con dignidad. Y cuando su estado no le permita tomar
decisiones, el médico tendrá en consideración y valorará las indicaciones anteriores hechas por el
paciente y la opinión de las personas vinculadas responsables.”
21

Un caso que marco precedente con respecto a la eutanasia pasiva


y/o eutanasia indirecta fue el de la española Inmaculada Echevarria,
una ciudadana Española que sufría de distrofia muscular
progresiva, ya para el año 1997 Inmaculada dependencia absoluta
de la ventilación mecánica.

Inmaculada Echevarria vivió en el Hospital San Rafael entre los


años 1997 y 2006. Aunque en varias ocasiones había manifestado su
deseo de ser desconectada del ventilador que la mantenía con vida
de forma artificial, no fue hasta el día 18 de octubre del año 20006
que Inmaculada solicito a la Dirección del Hospital San Rafael el
permiso para dar una rueda de prensa y solicitar públicamente ser
desconectada del respirador. En la carta que leyó ante la prensa,
manifestó lo siguiente : “Asumo mi enfermedad, pero no los métodos
artificiales de alargarla de manera inútil, aumentando el dolor y
desesperación que ya sufría, y que esperaba se acabara con una
muerte natural»; «mi vida no tiene más sentido que el dolor, la
angustia de ver que amanece un nuevo día para sufrir, esperar que
alguien escuche, entienda y acabe con mi agonía»; «lo único que pido
es la eutanasia; no es justo vivir así»”.

Dicha declaración abrió intensos debates entre diferentes sectores


sociales de España, el personal del hospital manifestó que no tenía
inconvenientes en hacer cumplir la voluntad de la señora puesto que
dicha solicitud no incurría en eutanasia activa la cual si es tipificada
como ilícito en España, pero solicito a la Comisión Autonómica de Ética
e Investigación de Andalucía 25

La comisión emitió su opinión unánime, para la comisión la petición


realizada por Inmaculada Echeverria constituía un “rechazo de
25
Órgano colegiado consultivo de participación y asistencia en materia de ética e investigación
sanitarias, adscrito a la Consejería de Salud. Su creación está amparada por el Decreto 232/2002 por el
que se regulan los órganos de ética e investigación de Andalucía. Su función principal es informar, asistir
y asesorar al titular de la Consejería de Salud en cuestiones de carácter ético, científico, técnico y
organizativo relacionadas con la ética y la investigación sanitarias en Ciencias de la Salud en la
Comunidad Autónoma de Andalucía. Lo integran un máximo de 20 vocales, que son personas de
prestigio reconocido en el mundo de la medicina, el derecho, la ética, etc.
22

tratamiento expresado como revocación del consentimiento previamente


emitido para recibir tratamiento de soporte vital mediante ventilación
mecánica”. Descarto, por lo tanto, la posibilidad de encasillar la
actuación como eutanasia activa, no obstante de que en sus
declaraciones iniciales Inmaculada hubiera usado ese término, pero no
en los escritos que remitió a la Consejería y los médicos del Hospital
San Rafael.

El consejo para su decisión hace referencia al marco normativo


constitucional aplicable de modo general. Tomando en consideración la
doctrina constitucional sobre asistencia sanitaria y consentimiento de
los afectados, toma como marco de referencia una famosa sentencia
sobre asistencia medica coactiva de los reclusos de GRAPO 26 y la
sentencia dictada por el Tribunal Europeo de derechos humanos del 29
de Abril del 2002. De las anteriores sentencias la comisión sintetizo que
“Desde la perspectiva propia de la constitución Española y del Convenio
Europeo de los Derechos Humanos, no existe un derecho a morir que
forme parte de la vida y de la integridad física y moral.”

Para la petición de la eutanasia pasiva o la eutanasia indirecta la


legislación Española exige ciertos requisitos para la petición de la
muerte, la misma debe ser expresa, puede ser realizada por escrito o de
forma oral en caso del paciente no poder utilizar el habla como forma de
expresarse, lo que si debe ser es inequívoca. No pudiendo así admitirse
peticiones presuntas o tacita. Respecto a la voluntad del sujeto, se ha
expresado que la tensión emocional producida en respuesta a la
comunicación de una enfermedad terminal incurable no comporta
ausencia de discernimiento.

En cuanto al estado del enfermo, se hace preciso resaltar que en


España se exige que el solicitante sufra una enfermedad grave que
conduzca inminentemente a su muerte, o que padezca de graves

26
STC 11/1991 Para el año 1991, el fiscal asumiendo la doctrina de dos sentencias anteriores, solicita
la nulidad de una resolución judicial que había denegado la alimentación forzosa defendida por la
administración penitenciaria hasta que el recluso cambiase de opinión o perdiera la conciencia.
23

padecimientos difíciles de soportar. Se tienen así dos supuestos “mortal


y dolorosa” cuyo común determinante es una enfermedad grave.

Repercusiones Jurídicas en el caso de Ramón Sampedro

El caso de Ramón Sampedro podría considerarse el más polémico y


controversial de España, el cual le dio la vuelta al mundo, llegando al
punto de ser llevado a la pantalla grande a través del film
cinematográfico “Mar adentro” dirigida por Alejandro Amenabar. El film
logra captar la lucha de Ramón Sampedro, quien desde el año 1968 se
encontraba de manera irreversible diagnosticado con una tetraplejia
postraumática con sección medular que le suponía una inmovilidad
total, en sus propias palabras "Una cabeza sin cuerpo".

Ramón Sampedro llevo a los tribunales Españoles por primera vez el


30 de Abril del 1993 una petición de eutanasia activa directa,
solicitando que el tribunal autorizara a un médico a suministrale los
medicamentos necesarios para morir puesto que el mismo debido a
su condición física no podía realizar el acto. Sin embargo, la petición
no fue admitida por el Magistrado competente del Juzgado de
Primera Instancia, por lo que el solicitante presenta recurso de
apelación ante la Audiencia Provincial de Barcelona, que desestimó
el recurso el 28 de Febrero de 1994, por incompetencia territorial al
igual que en primera instancia. 27

Debido a la negativa del tribunal de primera instancia así como en la


corte de apelación, Ramón Sampedro interpuso un recurso de
amparo ante el Tribunal Constitucional Español contra la
resolución de la Audiencia, que resuelve su inadmisión mediante
Auto.28

27
Antonia Suárez Suárez. Disponibilidad sobre la propia vida y el derecho a morir con dignidad {En línea}
(http://noticias.juridicas.com/articulos/25-Derecho%20Sanitario/20002-425582621022840.html)
{Consultado 18 de Mayo del 2013}
28
ATC 931/1994, del 18 de julio.
24

En este caso la argumentación sostenida por el Sr. Sampedro fue


menos ambigua, sus principales planteamientos fueron los
siguientes:

“La Constitución no reconoce explícitamente el derecho a morir con


dignidad pero sí de forma implícita y se deduce del art. 15, art. 10 29 y
del derecho al libre desarrollo de la personalidad. La decisión libre y
consciente de una persona en plenitud de sus facultades psíquicas
y, al margen de cualquier presión externa, de poner fin a su vida,
nunca puede ser castigada o impedida por el Derecho y, por ello
mismo, en nuestro país el suicidio no está penado.”

De lo anteriormente expuesto, a juicio del recurrente solo la vida


deseada libremente merece el calificativo de bien jurídico protegido, y
es por esto que no existe un deber de vivir contra la voluntad
personal de no hacerlo. Existe pues un derecho a la vida pero no un
deber constitucional y jurídico de tener obligatoriamente que vivirla,
porque su sola existencia supondría la mayor de las imposiciones
imaginables a la libertad personal. 30

A lo anterior la Corte argumento que “No existe ningún título que


justifique la intervención del Estado en la libertad de la persona a
morir con dignidad, porque la vida a diferencia de la propiedad, no
tiene una función social, sino que es un derecho personalísimo. Por
todo ello, el art. 409 del CP, que tipifica como delito el auxilio al
suicidio, supone, en casos como este, un límite innecesario al
29
Artículo 10
1. La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la
personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la
paz social.
2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se
interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y
acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.
Artículo 15
Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser
sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte,
salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra.
30
Antonia Suárez Suárez. Disponibilidad sobre la propia vida y el derecho a morir con dignidad {En línea}
(http://noticias.juridicas.com/articulos/25-Derecho%20Sanitario/20002-425582621022840.html)
{Consultado 21 de Mayo del 2013}
25

ejercicio del derecho a morir con dignidad, carente de toda apoyatura


constitucional y contrario a los derechos consagrados en los art. 10 y
15 de la Constitución.”

El caso de Ramón Sampedro no tuvo éxito, y luego tres décadas de


lucha por el reconocimiento legal de lo que había considerado su
derecho a morir dignamente, Ramón Sampedro puso fin a su vida
ingiriendo mediante una pajita o sorbete el cianuro potásico
contenido en un vaso que alguien puso frente a él a petición de el
mismo para que le fuera posible ingerirlo.

1.2.3 Eutanasia en el ordenamiento jurídico de Holanda

Cuando se toca el tema de la eutanasia y su marco regulatorio, Holanda


es el primer país a la vista, pues es el único país del mundo que cuenta
con una ley en la que se regula la práctica de la eutanasia. El primero
de abril del 2002 entro en vigor la Ley de comprobación de la
terminación de la vida a petición propia y del auxilio al suicidio, ley que
codifica una constante jurisprudencia a favor de la despenalización de
la eutanasia.

A partir del año 1973 luego de una elaboración jurisprudencial a lo


largo de los años comienza a establecer una serie de condiciones por las
cuales se exime de responsabilidad a quienes practiquen la eutanasia.
Se podría decir que el caso que marco esta corriente pro eutanasia en
Holanda fue el caso Postan, y luego con el caso Schooheim, se trataba
de una mujer que a los 93 años de edad estaba enferma e inconsciente,
pero que al recuperar la conciencia, solicitó y obtuvo de su médico la
aplicación de la eutanasia activa directa. El conflicto llego al tribunal
Supremo del país, y en sentencia del 27 de noviembre del 1984 utilizo
la disputa para identificar una excepción a la prohibición expresa de la
eutanasia, apreciando no tanto la autonomía del paciente, cuanto un
caso de fuerza mayor31, concretamente un conflicto de deberes del

31
El art. 40 del código penal Holandés configura como exagerantes la fuerza mayor “El que cometiere un
crimen siendo compelido a actuar de ese modo por fuerza mayor, quedara exento de pena”
26

médico (entre los cuidados debidos al paciente y la obediencia a la ley),


que por su conducta estaría justificada por su valoración acerca de la
carencia de calidad de vida de su paciente.32

Se estima que ya para el año 1986 los médicos practicaban la eutanasia


en un número de pacientes que osciló entre los 5000 a 20.000 sobre un
total de 120.000 muertes, sin embargo, todavía la eutanasia se
practicaba de manera clandestina.

En el parlamento Holandés durante la década de los ochenta se


presentaron varias iniciativas políticas. Para el año 1985 fue constituida
una comisión estatal para la eutanasia. Sin embargo, en el año 1992
fue aprobada una ley que modifico la ley de inhumaciones que
establecía procedimientos para que los médicos notificaran la muerte
por eutanasia sin establecer garantías legales.

Holanda no deja de ser el país que más aporte jurisprudenciales ha


hecho en cuanto a la figura de la eutanasia, por ejemplo la sentencia
chabot que es su momento supuso una extensión de las causas de
justificación de la eutanasia, aquí básicamente se plantea que no era
necesario que el sufriente fuese físico o que el paciente se encontrara en
fase terminal, sino que también un sufrimiento meramente psicológico
habilitase al paciente a solicitar la eutanasia, sin embargo el Tribunal
Supremo Holandés con una sentencia del 24 de Diciembre del 2002
cierra la puerta a dicha posibilidad.

La ley holandesa permite la eutanasia siempre y cuando el medico


posea la convicción de que la petición realizada por el paciente ha sido
fruto de su propia voluntad, que padezca de un sufrimiento
insoportable y sin esperanza de mejor. En cuanto a la edad que se
precisa para solicitar la eutanasia, los menores de 16 a 18 años de los
que pueda juzgarse que tienen una razonable comprensión de sus
intereses pueden obtener el suicidio asistido y la eutanasia incluso sin

32
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 50
27

el consentimiento de los padres, aunque estos deben estar implicados


en el proceso de la toma de decisión, ya para los menores de 12 a 16
que se estima ya poseen un nivel de valoración razonable, si es
necesario el consentimiento de los padres.33

1.2.4 La eutanasia en el ordenamiento jurídico de Estados Unidos

En Estados Unidos tampoco está permitida la eutanasia, sin embargo


en el estado de Oregón la misma tiene una gran aceptación, la “Dead
whit dignity act” fue aprobada por iniciativa popular, algo que resulta
bastante interesante pues se trata de un tema que por su naturaleza es
delicado. La “Dead with dignity act” fue aprobada con el voto de un 51%
el 8 de Noviembre del 1994. Es significativo el alto grado de aceptación
ciudadana que el sistema de suicidio asistido por medico tiene en
Oregón, lo cual unido a la posibilidad procedimental de que el cuerpo
electoral puede aprobar directamente las leyes, subraya el carácter
excepcional del modelo de Oregón y dificulta su exportación a otros
países.34

Dentro de los factores responsables del éxito de la iniciativa de Oregón


es el hecho de que la medicina letal se auto-administre por el paciente
por vía oral. Cabe destacar que Oregón es un estado en el cual la
interpretación del derecho de autonomía personas es bastante abierta y
se le es conferido un sumo grado de importancia a la autodeterminación
de las personas.

Sin embargo, la “Dead with dignity act” de Oregón encontró sectores


que se opusieron rotundamente. El 23 de Mayo de 1994 un grupo de
abogados, médicos y enfermos, planteo una “Class Action” contra dicha
ley ante el Tribunal Del Distrito Federal en Oregón alegando una
supuesta inconstitucionalidad. Es el famoso caso Lee vs Oregón, dentro
de los argumentos expuestos por la parte demandante se encontraba el
33
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 51
34
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 51
28

alegato de que la ley violaba la cláusula de igual protección puesto se le


denegaba solo a los enfermos terminales la no protección contra el
suicidio asistido. Otro alegato de la parte demandante era la violación
del debido proceso.

La defesa del estado expuso que no se trataba de una ley de carácter


obligatorio y por lo tanto no obligaba a los enfermos terminales a
practicarse procedimientos establecidos en la ley. No obstante, el Juez
Michael Hogan determino que la ley si violaba la cláusula constitucional
de igual protección a la decimocuarta enmienda.

El argumento de la corte se basó en que la clasificación “Enfermos


terminales” era discriminatoria por ser “Sobre-inclusiva” puesto que no
se encontraba limitada. Y que además se les otorgaba mayor protección
constitucional a los enfermos no terminales que a los enfermos
terminales. La ley no discriminaba en el caso de enfermos terminales
competentes, sin embargo, no ofrecía garantías para asegurar que el
suicidio asistido por medio estuviera disponible solo para enfermos
terminales adultos y competentes que voluntariamente pidieran la
medicación letal.35 Sin embargo, la corte concluyo en que con algunas
modificaciones, la ley podría pasar el examen constitucional.

Para el año 1997, la ninth circuit court of appels se opuso a la


sentencia Lee vs Oregón y ordeno el archivo de referido caso por
motivos procesales (falta de legitimación de los demandantes), meses
después fue llevada al tribunal supremo pero este lo rechazo.36

Otro dato interesante es que la ley paso dos veces por el cuerpo
electoral, en 1994 cuando se aprobó y tres años después rechazando
derogarla, y obtuvo mayor apoyo que la primera vez con el 60 % a favor.
En los años subsiguientes la ley se vio debatida en tribunales, pero ya
fue para el año 2006
35
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 64
36
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 65
29

Otro caso que ha marcado precedentes en la figura de la eutanasia y su


desarrollo en Estados Unidos fue el caso del Dr. Jack kervorkian (26 de
mayo de 1928 - 3 de junio de 2011, Míchigan, Estados Unidos),
conocido como el Dr. Muerte y por su apoyo y campaña pro eutanasia,
en la década de los noventa asistió a un total de 130 pacientes a
practicarse la eutanasia con ayuda de un aparato que el mismo creo
conocido como “Maquina del suicidio”.

Se estima que para el año 1997 Kevorkian ya había aplicado la


eutanasia a un número de 47 pacientes, entre las razones se
encuentran:

1. 36 habían expresado el temor de convertirse en dependiente de


los demás.
2. 34 estaban en el dolor crónico o cáncer.
3. Por lo menos 15 habían sido diagnosticados con menos de 6
meses de vida.
4. 13 habían rechazado cualquier tratamiento médico adicional.
5. Por lo menos 10 habían intentado suicidarse antes.

El lema del Dr. Kervorkian era “Morir no es un crimen”, este contaba


con ciertos criterios para asistir a personas que solicitaban la
eutanasia, estos eran37:

1. Cada candidato a someterse al suicidio asistido deberá someterse


a una exhaustiva asesoría con el Dr. Kervorkian.
2. Todo aspirante a un suicidio asistido debe ser examinado por un
psiquiatra.
3. Los pacientes que se quejan de dolor crónico deben ser
examinados por un especialista en control del dolor.
4. Antes de acordar la asistencia a un suicidio, los registros médicos
del paciente deben ser revisados en detalle.

37
Dónal O’Mathúna. Jack Kevorkian: Man of Mercy or Doctor of Death? {En línea}
(http://www.xenos.org/ministries/justforfun/cc_resources/Kevorkian.pdf) {Consulta: 20 de mayo del
2013}
30

5. Kevorkian sólo ayudará a aquellos que sufren de aflicciones que


son incurables o que no pueden ser tratados sin efectos
secundarios intolerables.
6. La muerte no debería tener lugar antes de 24 horas después de
que el paciente ha hecho la petición final.

El Dr. Kervorkian en varias ocasiones manifestó que su deseo no era


matar a los pacientes, sino evitarles el sufrimiento. Sin embargo este
recibió muchas críticas con motivos a como este llevaba a cabo la
acción. El diario Detroit Free Press en un reportaje titulado “SUICIDE
MACHINE : Kevorkian rushes to fulfill his clients' desire to die” de fecha
3 de Marzo del 1997 realizo una intensiva investigación que supuso una
serie de entrevistas a varias personas y se examinaron miles de páginas
de documentos, incluyendo registros médicos, informes de autopsia,
registros de matrimonio y divorcio de los pacientes, archivos policiales,
notas personales y cartas. Se concluyó que el Dr. Kervorkian no seguía
sus principios puesto que a más de 60% a los que asistió no eran
pacientes terminales, algunos ni siquiera se habían quejado de estar
sufriendo dolor. En algunos casos los pacientes ni siquiera tenían
signos de enfermedad física grave. El reporte también demostró que el
periodo de estudio de los casos había sido en varios casos
extremadamente corto (algunas veces no transcurrieron ni 24 horas de
conocer al paciente para que les aplicara la eutanasia) y en ocasiones
Kevorkian carecía de un examen psiquiátrico del paciente, incluso así
ocurrió en casos de pacientes que tenían antecedentes de depresión. 38

38
Dónal O’Mathúna. Jack Kevorkian: Man of Mercy or Doctor of Death?. {En linea}
(http://www.xenos.org/ministries/justforfun/cc_resources/Kevorkian.pdf) {Consulta: 20 de mayo del
2013}
31

Capitulo II: Derecho Constitucional

Derecho Constitucional

El derecho constitucional es la rama del derecho tendente a


salvaguardar y asegurar los derechos y libertades de los ciudadanos.

La expresión derecho constitucional según el Dr. Jorge Pratss en su


obra “Derecho Constitucional” reviste tres sentidos diferentes, “por un
lado, un derecho” una facultad que pertenece a una persona o a una
comunidad, en virtud de la constitución. En ese sentido que se habla de
que uno tiene derecho constitucional-en minúscula- a no declarar
contra uno mismo. La expresión, por otro lado, designa el conjunto de
normas jurídicas contenidas en la constitución de un país, como ocurre
cuando se habla, en mayúscula, del “Derecho Constitucional
Dominicano”. Y, finalmente, la expresión “Derecho Constitucional” es
32

usada para referirse a la disciplina intelectual, la ciencia que tiene por


objeto el estudio de las normas constitucionales.” 39

Interpretación Constitucional

Debido al tema abordado una correcta interpretación constitucional es


fundamental para el análisis, puesto que como se ha podido percibir
armar el cuadro de la eutanasia dentro de un determinado
ordenamiento jurídico requiere de una interpretación de normas pres
existentes.

De igual modo se hace necesario desmentir el mito de que la


constitución se agota en el texto jurídico “El corpus constitucional está
compuesto no solo del texto constitucional sino también del bloque de
los derechos humanos reconocidos en convenios internacionales
suscritos y ratificados por el país y que adquieren rango constitucional,
como bien establece la constitución.” 40

2. 1 Derechos Fundamentales

El término “Derechos fundamentales fue utilizado por primera vez en la


constitución Alemana del 20 de Diciembre del 1848.

Luigi Ferrajoli propone una definición teórica de los derechos


fundamentales, este entiende que son “Todos aquellos derechos
subjetivos que corresponden universalmente a todos los seres humanos
en cuanto dotados del status de personas, de ciudadanos o personas
con capacidad de obrar; entiendo por derechos subjetivo cualquier
expectativa positiva (de prestaciones) o negativa (de no sufrir lesiones),
adscrita a un sujeto por una norma jurídica; y por estatus la condición
de un sujeto, prevista así mismo por una norma jurídica positiva, como

39
Eduardo Jorge Prats, Derecho Constitucional volumen I, Republica Dominicana, IUS NOVUM, Tercera
Edición 2010, pág. 67
40
Eduardo Jorge Prats, Derecho Constitucional volumen I, Republica Dominicana, IUS NOVUM, Tercera
Edición 2010, pág. 69
33

presupuesto de idoneidad para ser titular de situaciones jurídicas y/o


autor de los actos que son ejercicios de esta.”

Sin embargo, es el mismo Ferrajoli quien hace la aclaración de que la


anterior definición es puramente formal o teórica y no de una
dogmática, es decir formulada con referencias a las normas de un
ordenamiento concreto. De lo anterior es deducible que son
fundamentales los derechos adscritos por un ordenamiento jurídico a
todas las personas físicas en cuanto tales, en cuanto ciudadanos o en
cuanto a capaces de obrar. 41

Javier Pérez Royo señala que “Los derechos fundamentales son, pues,
los derechos naturales constitucionalizados sobre la base del principio
de soberanía popular, no basta por tanto que los derechos sean
enumerados sin más en la constitución. Para que los derechos se
conviertan en derechos fundamentales tienen que incorporarse a una
constitución que se afirme expresamente como norma jurídica y que
prevea mecanismos para garantizar su supremacía sobre todas las
demás normas del ordenamiento y en particular sobre la ley.”

No obstante siguiendo la línea de Luiji Ferrajoli, cabe señalar que el


hecho de los derechos fundamentales se encuentren previstos en un
texto constitucional es solo una garantía a su observancia por parte del
legislador, por lo tanto hay que tener presente que en determinadas
circunstancias un derecho puede ser fundamental aunque no se
encuentre consagrado en el texto constitucional.

A los derechos fundamentales se le suelen atribuir ciertas


características. Se entiende que los mismos son inviolables,
irrenunciables, inalienables, ilimitados.

Según la Corte Constitucional Colombiana, “La fundamentalidad de los


derechos puede establecerse en dos sentidos: en primer lugar, un

41
Luiji Ferrajoli. Derechos y Garantías: La ley del más débil. Cuarta edición. Madrid, España, Editorial
Trotta, 2004. Página 37
34

derecho fundamental puede ser aquel que en caso de verse vulnerado


cuenta con la posibilidad de ser socorrido por el mecanismo ultra eficaz
de la acción de tutela, y, en segundo lugar, un derecho fundamental
puede ser aquel cuya regulación forzosamente deberá seguir la vía
estatutaria. Y se debe entender que los mismos poseen derechos una
“aplicación directa”, en el sentido que pueden invocados judicialmente
sin necesidad de enunciación expresa del legislador.”42

2.1.2 Garantía de los derechos fundamentales

La Constitución Dominicana del 2010 establece en su Título II los


derechos, garantías y deberes fundamentales.

La constitución Dominicana en su artículo 68 establece las Garantías


de los derechos fundamentales de la siguiente manera: “La Constitución
garantiza la efectividad de los derechos fundamentales, a través de los
mecanismos de tutela y protección, que ofrecen a la persona la
posibilidad de obtener la satisfacción de sus derechos, frente a los
sujetos obligados o deudores de los mismos. Los derechos
fundamentales vinculan a todos los poderes públicos, los cuales deben
garantizar su efectividad en los términos establecidos por la presente
Constitución y por la ley”.

Del anterior artículo surge una interrogante, ¿Qué es garantismo?


Garantizar significa afianzar, asegurar, proteger, defender, tutelar algo;
y que cuando en la cultura jurídica se habla de garantismo ese algo que
se tutela son derechos y bienes individuales. El estado Dominicano
establece que los derechos fundamentales vinculan a todos los poderes
públicos y establece mecanismos e instrumentos para la defensa de los
derechos de los individuos frente a su eventual agresión por parte de
otros individuos y por parte del poder estatal.

42
David Sierra Sorockinas. Colisión de derechos fundamentales: una visión desde el derecho a la vida y el
derecho a la libertad religiosa. {En línea}
(http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/derypol/article/viewFile/2116/1832)
{Consultado 27 de Mayo del 2013}
35

En el artículo 74 la Constitución Dominicana se establece los principios


de reglamentación e interpretación de los derechos y garantías
constitucionales. El primero de los principios interpretativos que se
relaciona con el tema tratado establece que “Los poderes públicos
interpretan y aplican las normas relativas a los derechos fundamentales
y sus garantías, en el sentido más favorable a la persona titular de los
mismos y, en caso de conflicto entre derechos fundamentales,
procurarán armonizar los bienes e intereses protegidos por esta
Constitución.”

Como bien se encuentra consagrado los poderes públicos se encuentran


en la obligación de interpretar las normas en el sentido más favorable a
la persona titular, entonces nos viene a la cabeza el cuadro critico de un
paciente que se encuentre sufriendo dolores inhumanos debido a una
enfermedad terminal en la cual su dignidad a entendimiento de este se
va extinguiendo con el paso del tiempo, ¿Que norma constitucional
prevalece? ¿La más favorable al titular de la vida y la dignidad?

En la Republica Dominicana todavía no se ha suscitado ninguna


petición de eutanasia activa, no obstante, es deducible que en caso de
presentarse la corte deberá tomar en cuanta no tanto que norma posee
un mayor grado en el orden jerárquico, sino cual norma es la más
favorable en el caso en concreto.

2.1.3 Derecho a la vida

El concepto de derechos subjetivos entre los cuales encontramos el


derecho a la vida, surge con la finalidad de reconocer y proteger la
facultad de obrar y ser de sujetos individuales y concretos. El derecho
subjetivo vendría a ser un privilegio legal o posesión para el individuo al
cual se le atribuye, esto así pues en un principio los derechos eran
considerados como atributos de determinadas personas, no de todas.
No obstante de manera paulatina, con ayuda de la noción de ley natural
entendida como la ley moral universal, se llegaron a concebir estos
36

derechos como una prerrogativa directamente vinculada con la


naturaleza humana, y por consiguiente como un atributo de todo ser
humano.43

Desde la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de


1789 el Derecho a la vida se encuentra consagrado en la mayoría de las
constituciones alrededor del mundo.

Según varios doctrinarios el derecho a la vida podría entenderse desde


cinco perspectivas: como el derecho a vivir o a permanecer vivo; como el
derecho a vivir bien o vivir con dignidad; como el derecho a recibir todo
lo mínimamente necesario para no morir en lo inmediato; como el
derecho a que no nos maten y, finalmente, como el derecho a que no
nos maten arbitrariamente.44 Para nuestro análisis tomares el concepto
de vivir dignamente.

La primera postura establece que el derecho a la vida consiste en el


derecho a vivir, a permanecer con vida o seguir viviendo. Enrique
Evans en su obra “Derechos Constitucionales” señala que “Todo ser
humano tiene el derecho esencial de conservar su vida... (...) La vida,
por ser el don primario que Dios ha dado al hombre, y por ser la fuente
de sus demás atributos, está cautelada por la institucionalidad
constitucional y legal.”45 Respaldando la anterior postura, José Cea
afirma que “Este es el derecho más importante, porque es el supuesto,
la base y la finalidad de todos los demás derechos, sin excepción. Perder
la vida es quedar privado de todos los derechos que sólo tenerla hace
posible disfrutar.” Partiendo de las anteriores afirmaciones se
entendería que la vida no tiene elementos valorativos y que la misma

43
Eduardo Cifuentes Muñoz. Derecho a la vida {En línea}
(http://www.defensoria.org.co/red/anexos/publicaciones/derecho_a_la_vida.pdf) {Consultado 25 de
Mayo del 2013}
44
Rodolfo Figueroa García-Huidobro. CONCEPTO DE DERECHO A LA VIDA. {En línea}
(http://www.scielo.cl/pdf/iusetp/v14n1/art10.pdf) { Consultado: 24 de Mayo del 2013}
45
Evans, Enrique. Derechos Constitucionales. Tomo I. Editorial Jurídica. Santiago, 2004, p. 113.
37

tiene la particularidad de ser no sólo un atributo del ser humano sino


que confundirse con él mismo.46

El derecho a la vida se encuentra consagrado en la Constitución


Dominicana en su artículo número 37 “Derecho a la vida. El derecho a
la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá
establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de
muerte.”

El problema principal entorno a la eutanasia tal vez podría ser ubicado


en cómo es concebido el bien jurídico protegido, la vida. La corte
Constitucional Colombiana entiende que “

Diferentes tesis sobre la disponibilidad de la vida

Tesis del deber a vivir

Esta tesis posee un contenido más filosófico que jurídico porque


ninguna constitución ni ninguna legislación señala el deber a vivir.

Schmidhauser en apoyo a esta tesis usa como bases las obligaciones


que tiene el individuo frente a la sociedad. Es decir, las deudas de
carácter civil, obligaciones familiares, laborales, etc. y que estas
obligaciones que posee frente a la sociedad y frente a terceros le
impiden gozar del derecho la disponibilidad de la vida.

De igual forma Bueno Arus considera “Que la protección a la vida no es


una cuestión ética que corresponde solo al individuo, sino que es una
cuestión jurídica que compete también a la sociedad porque cuando
muere un hombre es como si muriera la humanidad.”
46
Vivanco, Ángela. Curso de Derecho Constitucional. Tomo II. Ediciones Universidad Católica de Chile.
Santiago, 2006, pp. 242-243.
38

Existe otra vía para explicar la existencia del deber a vivir según sus
defensores, esta es a través de los denominados derechos obligatorios,
“Los derechos obligatorios, son aquellos que solo pueden ser ejercidos
por su titular en una sola vía y no existe, por tanto, opción para elegir
una diferente. En este sentido dichos derechos son, a su vez, deberes
del individuo cuyo sustento gira entorno a la existencia de beneficios
que su ejercicio reportara a su titular, y por ellos, este no puede
renunciar a ellos aunque asilo desee.” 47

Feinberg en su obra “Eutanasia voluntaria” da dos ejemplos de estos


derechos, el derecho a la educación y el derecho al voto, seria así la vida
como un presupuesto o condición para el goce o más bien la existencia
de los demás beneficios del individuo, tendría así un carácter dual,
derecho- obligación.

La anterior afirmación resulta interesante, con la única salvedad que si


se acepta la misma se estaría negando que el hombres es un fin para sí
mismo y no un medio para la sociedad, y no menos cierto es que
cuando se habla de derecho se refiere a la confirmación de la libertad
que posee el individuo para actuar bajo sus propios fines. Tal como se
plasma en el imperativo Categórico kantiano, el cual reza de la siguiente
manera: "Obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto
en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y
nunca sólo como un medio". Para Kant todo ser humano tiene un valor
absoluto y este valor no puede ser relativizado (no puede ser utilizado,
ya que es un fin en sí mismo), "El ser humano no tiene precio, tiene
dignidad".

Del mismo modo Enrique Reffri sostiene que “la sociedad mientras el
hombre vive y permanece en ella, y bajo su protección, tiene el derecho
de exigirle el respeto de los derechos sociales, como aquella que tiene el
deber de respetar los derechos individuales; en el límite reciproco de la

47
Díaz Aranda Enrique, Del suicidio a la eutanasia, México, Gilberto Cardena Uribe cardenas, 1997,
pag.113
39

necesidad; pero la sociedad no tiene derecho de imponer al hombre la


obligación jurídica de existir o de permanecer en ella.” 48

La tesis del deber a vivir no serviría pues como base para la negativa de
la legalización de la eutanasia pues si consideramos que un individuo
tiene la obligación de vivir por las obligaciones contraídas por este, que
pasaría en el caso de aquellos individuos que no poseen obligaciones,
por ejemplo, un mendigo que no posea familia, ni deudas, ni
compromisos. ¿Podría esta persona entonces si tener el derecho a vivir?
De ninguna manera, afirmar lo contrarios seria argumentar que un
individuo que posea ciertas condiciones tiene más libertad que otro, lo
cual va en contra del derecho a la igualdad, consagrado y reconocido en
diferentes constituciones, entre ellas la de Republica Dominicana en su
artículo número 39. 49

Si bien podríamos afirmar que estar vivo constituye una obligación


moral, ética o religiosa, se debe observar que esto no puede traducirse
en la existencia de un deber constitucional. 50 Y por consiguiente los
fines sociales solo pueden anteponerse a los derechos fundamentales
cuando así lo dispusiere la misma constitución.

Tesis del derecho a morir

El fundamento principal de quienes defienden esta postura es que el


derecho fundamental a la plena disposición de la vida se deduce del
derecho a la vida. Entre sus principales defensores de la misma
encontramos a Rudolf Schmitt, Hamann, Lenz, Arthur Kaufmann y Joel
Feinberg.

48
Ferri Enrique, Homicidio Suicidio, Madrid España, Editorial Reus, 1934, pág. 34
49
Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las
instituciones, autoridades y demás
Artículo 39.- Derecho a la igualdad. Toda personas y gozan de los mismos derechos, libertades y
oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, color, edad, discapacidad,
nacionalidad, vínculos familiares, lengua, religión, opinión política o filosófica, condición social o
personal
50
Francisco Cabello Mohedano, entre los límites personales y penales de la eutanasia, España,
Universidad de Cadiz. Servicio de Publicaciones, 1990, pág. 558 y ss.
40

El principal argumento contra esta tesis es la ausencia de su


reconocimiento jurídico, sin embargo, el derecho se ha caracterizado
por ser una ciencia que evoluciona a la par con la sociedad y el hecho
de que una figura o un derecho no este consagrado en la legislación no
desaparece el hecho de la necesidad de una regulación para la misma.

Tesis del espacio libre de regulación jurídica

En otras palabras, tesis de la cualidad de no prohibido del suicidio. El


planteamiento central de esta tesis se encuentra en la postura de que el
derecho debe permanecer al margen de la problemática sobre la
autodeterminación de la vida.

Esta tesis tiene sus inicios en Alemania, posteriormente fue adoptada


en España. Uno de sus principales defensores afirma lo siguiente :
“Polémica no menos compleja es la que puede abrirse sobre si la
constitucionalizacion del derecho a la vida y a la integridad física se
puede colegir la existencia de un derecho al suicidio o debe, antes al
contrario, deducirse la obligación del estado a prohibirlo. Lo cierto es
que la redacción de este precepto constitucional no parece poder
deducirse que el bien jurídicamente protegido con rango de súper ley
sea otro que la voluntad de vivir, sin que ellos afecte la anómala
“Voluntad de morir”, lo cual, de otra parte, no es óbice para que se
puedan mantener las medidas precautorias contra el suicidio que, en
terreno de lo jurídicamente factible, contiene nuestro derecho positivo
actualmente.”51

2.1.4 Derecho a la Dignidad

El termino dignidad es un tanto subjetivo, podría decirse que depende


de la apreciación o valor que cada persona le otorgue al mismo.

En un principio en concepto de dignidad era visto desde un punto


meramente religioso, y las razones de su aparición deben ser ubicadas
51
Díaz Aranda Enrique, Del suicidio a la eutanasia, México, Gilberto Cardena Uribe cardenas, 1997,
pag.113
41

en el antropocentrismo fomentado en gran parte por la religión


judeocristiana.52

Ya para la época moderna, el concepto de dignidad se ve reformulado y


se entiende que la dignidad humana se deriva de su naturaleza humana
y esta se ve totalmente desvinculada del concepto religioso. El hombre
se empieza a ver como un fin en sí mismo y debe ser tratado como tal y
no como un medio.

El derecho a la dignidad humana podría decirse que es el eje de la


polémica circundante a la eutanasia, debido a que nos encontramos
frente a un derecho el cual está cargado de muchos elementos
subjetivos, sin embargo, como bien lo expresa el Magistrado de la Corte
Constitucional Colombiana Eduardo Cifuentes Muñoz, en sentencia T-
401 de 1992 “La dignidad humana ... es en verdad principio fundante
del Estado,... que más que derecho en sí mismo, es el presupuesto
esencial de la consagración y efectividad del entero sistema de derechos
y garantías contemplado en la constitución.”

La constitución Dominicana, por su parte consagra el Derecho a la


Dignidad humana en su artículo 38 el cual reza lo siguiente “El Estado
se fundamenta en el respeto a la dignidad de la persona y se organiza
para la protección real y efectiva de los derechos fundamentales que le
son inherentes. La dignidad del ser humano es sagrada, innata e
inviolable; su respeto y protección constituyen una responsabilidad
esencial de los poderes públicos.”

Del anterior articulo entenderíamos pues que las actuaciones del estado
van ligadas a la protección de la dignidad de las personas, de igual
modo el artículo de manera expresa señala que el respeto y protección
de la misma constituyen una responsabilidad esencial de los poderes
públicos y todas sus actuaciones van encaminadas a salvaguardar a la
misma.

52
Antonio Pele. Una aproximación al concepto de dignidad humana. {En línea}
(http://universitas.idhbc.es/n01/01_03pele.pdf) {Consultado 12 de Abril del 2013}
42

El reconocimiento superior de la dignidad como principio fundante de


nuestro ordenamiento constitucional, "exige un trato especial para el
individuo, de tal forma que la persona se constituye en un fin para el
Estado que vincula y legitima a todos los poderes públicos, en especial
al juez, que en su función hermenéutica debe convertir este principio en
un parámetro interpretativo de todas las normas del ordenamiento
jurídico". De lo expuesto fluye que cuando el Estado,
independientemente de cualquier consideración histórica, cultural,
política o social, establece normas sustanciales o procedimentales
dirigidas a regular las libertades, derechos o deberes del individuo, sin
tener presente el valor superior de la dignidad humana, serán
regulaciones lógica y sociológicamente inadecuadas a la índole de la
condición personal del ser humano y, por contera, contrarias a la
Constitución, en la medida en que se afectarían igualmente los
derechos fundamentales, dado que éstos constituyen condiciones
mínimas para la "vida digna" del ser humano; en efecto, cuando se
alude a los derechos fundamentales se hace referencia a aquéllos
valores que son anejos a la dignidad humana. 53

La postura sostenida en el presente análisis es que los derechos


fundamentales son fundamentales porque versan sobre la dignidad de
la personas, se entiende así puesto que la dignidad vendría a servir
como parámetro y punto de partida para la actuación del estado.

Se entiende que la constitución a la hora de consagrar el derecho a la


dignidad toma como inspiración y como parámetro la persona como
sujeto moral, dotado de capacidad para asumir de manera responsable
y autónoma las decisiones que en un primer término le incumben,
viéndose el estado limitado a imponerles deberes, en principio, en
función de los otros sujetos morales con quienes se cohabita, de esta
forma, si la manera en que un individuo ve la muerte, este no puede ser
forzado a continuar viviendo cuando, por circunstancias externas en
que se encuentran, no lo estiman deseable ni compatible con su propia
53
Sentencia C-521/98
43

dignidad, con el argumento inadmisible de que una mayoría lo juzga un


imperativo religioso o moral.54

La Corte Constitucional Colombiana toma como ejemplo una situación


que resulta un tanto interesantes, esta considera que si bien es cierto
que “Job es un ejemplo de valor para sobrellevar la existencia en medio
de circunstancias dolorosas y degradantes; pero la resignación del
santo, justificable y dignificante sólo por su inconmovible fe en Dios, no
puede ser el contenido de un deber jurídico, pues de nadie puede el
Estado demandar conductas heroicas, menos aún si el fundamento de
ellas está adscrito a una creencia religiosa o a una actitud moral que,
bajo un sistema pluralista, sólo puede revestir el carácter de una
opción.”

De lo anterior se entiende que la Corte estima que una conducta de


apego hacia la vida por una determinada creencia religiosa o actitud no
puede serle impuesta a la población en general, es decir, no puede
servir de parámetro para todos los casos que se susciten.

No obstante, ciertos autores afirman que utilizar el principio de derecho


a la dignidad como argumento para la fundamentación constitucional
de la eutanasia resulta excesivamente lábil, puesto a que esta puede
entenderse como “un valor que implica la obligación de conservar la
propia vida, de modo que la eutanasia no es justificable porque elimina
(anula) al sujeto que es soporte de esa dignidad.” 55 Pero esta también
puede concebirse como la manifestación de la dignidad, es decir el
derecho a elegir el momento, lugar y modo de la propia muerte frente a
terceros como una opción que debe ser respetada en cuanto a forma
parte de un plan querido y deseado por la propia persona. 56 Y es por
esto que utilizar la dignidad de las personas como argumentos da como
posibilidad alcanzar resultados distintos y diametralmente opuestos.
Hay catedráticos como Ignacio Gutiérrez incluso afirman que el

54
Sentencia C-521/98
55
J.A SEOANF. pág. 42 y siguientes
56
Ibidem, 54
44

principio de dignidad es menguada e incluso quebrada. La misma se ve


rodeada de tres dificultades específicas. La primera es que la idea de la
dignidad es una idea axiológicamente abierta la cual debe ser
compaginada con la diversidad de valores y el pluralismo que se
manifiesta en las sociedades. De modo que se trata de una clausula
afectada de ambigüedad en relación con sus usos jurídicos concretos,
Y es por dicho motivo que la dignidad podría tratarse de una simple
ideología camuflada bajo un seudónimo jurídico. La segunda dificultad
con la que el principio de la dignidad se enfrenta es que la misma se
encuentra abierta tanto en su contenido como en el tiempo. Y la otra
dificultad es que la dignidad a diferencia de otros bienes, como la
libertad, la igualdad, la intimidad, etc., no se cuida de los aspectos más
o menos particulares de la existencia humana, sino de la cualidad
tenida como inherente a todo ser humano.

No obstante a esto hay que tomar en cuenta que ver la dignidad


humana como una simple ideología seria afirmar que el estado ve al
individuo como un mero objeto social carente de autonomía. De igual
forma ningún sistema de reglas puede ser fijado transgrediendo la
dignidad humana. El Estado no puede por lo tanto imponerle al sujeto
lo que la mayoría o lo que determinado sector considere como digno,
esto anularía su capacidad de discernimiento y de agente moral.
45

2.2 Choque en el ordenamiento jurídico

2.2.1 Colisión de Derechos

Antes de proseguir con el desarrollo, conviene establecer que la cuestión


constitucional más problemática radica en la eutanasia activa directa y
suicidio asistido, para Rey Martínez hablar de eutanasia pasiva y activa
indirecta se hace necesario desvincularlas de la activa ya que estas no
son fungibles, dicha distinción se hace necesario pues la colisión entre
derechos, específicamente derecho a la vida y derecho a la dignidad se
da en la eutanasia activa directa o suicidio asistido y es lo que se
tratara en las próximas líneas.

Albin Eser ha explicado que el hombre no se agota en su existencia


bilógica, sino que requiere ciertas cualidades y por ellos la idea del
hombre como ser dotado de sentido impide la adopción de medidas de
mantenimiento de vida inútiles.

Para Rey Martínez la Eutanasia pasiva y la Eutanasia activa indirecta


encuentra su fundamento constitucional en la misma constitución y
que estas conductas deben ser consideradas como facultades que
integran el contenido de los derechos fundamentales.
46

Ahora bien, una posible tensión dentro de los derechos fundamentales y


su aplicación en un determinado caso es uno de los principales
problemas presentados en el marco de los derechos fundamentales.
Para resolver una contradicción entre dos derechos fundamentales se
hace necesario afrontar la misma desde un caso concreto. La misma
corte estima que la fundamentabilidad de los derechos puede ser
establecido en dos sentidos: El primer parámetro a tomar en cuenta es
que el derecho en caso de verse vulnerado cuenta con la posibilidad de
ser recorrido por el mecanismo ultra eficaz de la acción de tutela. Y que
los mismos poseen una aplicación directa.

Cuando los principios, reglas y bienes jurídicos entran en conflicto, se


hace necesario entender la magnitud o campo de incidencia de cada
una. Los principios al igual que las reglas son normas que regulan la
conducta humana y que se utilizan para construir y fundamentar las
decisiones jurisdiccionales.57

Las reglas expresan “El deber ser real” las mismas son normas que
exigen un cumplimiento pleno, es decir, solo pueden ser cumplidos o
incumplidos. “Las reglas iusfundamentales no toleran restricciones en
su contra, ya que se encuentran incorporadas de modo expreso en la
constitución política y son aplicadas por subsunción, es decir, la
conducta debe estar supeditada al supuesto de hecho de la regla
pertinente, imputándose la consecuencia prevista por esta.”58

Los principios vendrían a ser mandatos de optimización que pueden ser


cumplidos en diversos grados, que forman un conjunto de normas en
las que se expresa el “deber ser ideal” de cada disposición de derecho
fundamental. Estas exigen un cumplimiento lo más extendida o
aproximadamente posible.59

57
BERNAL Pulido, Carlos. Principio de proporcionalidad y derechos fundamentales.
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid.2003 pág. 570.
58
Ibídem. 57
59
GUNTHER. Klaus (1998). En: BERNAL Pulido, Carlos (2003). Op. cit.
47

Las normas iusfundamentales de principios poseen su validez prima


facie, lo que quiere decir que estas no pueden ser aplicadas por
subsunción; sino por ley de ponderación, la cual formula el principio de
la proporcionalidad en un sentido estricto.

El filósofo Dworkin sostiene que el ordenamiento jurídico aparte de


estar conformado no solo por reglas sino también por principios y que
cuando el juez se enfrente a tomar una decisión la cual por su
naturaleza sea enteramente discrecional, la decisión debe provenir de
una aplicación rigurosa de los principios jurídicos, este también afirma
que siempre existe una única respuesta correcta para cada caso. 60

Dentro de las situaciones que se pueden presentar cuando colisionan


dos o más reglas, dos o más principios o en su defecto una regla con
un principio, se encuentran61:

1. Cuando se presenta un conflicto entre dos reglas y ninguna


puede ser declarada invalida según los criterios de jerarquía
posterioridad y especialidad, dicho choque solo puede
solucionarse mediante la introducción de una de ellas en la
cláusula de excepción.
2. Cuando el conflicto se da entre principios, según Robert Alexys en
su obra “Teoría de los derechos. allgemeine lehre der
grundrechte” uno de los principios tiene que ceder ante el otro,
pero sin declararse invalido. “62Cuanto más alto sea el grado de
incumplimiento de un principio, tanto mayor debe ser la
importancia del cumplimiento del otro, es decir, el de mayor peso
se impone, por un proceso llamado ponderación, del que surge
una regla condicionada por las circunstancias del caso
específico.”
60
ALEXY, Robert (1998). Sistema jurídico, principios jurídicos y razón práctica. En: Revista
Doxa número 5. pág. 139
61
David Sierra Sorockinas. Colisión de derechos fundamentales: una visión desde el derecho a la vida y el
derecho a la libertad religiosa. {En línea}
(http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/derypol/article/viewFile/2116/1832)
(Consultado 27 de Mayo del 2013)
62
Ibidem, 60
48

3. Cuando se está a principios constitucionales como la dignidad


humana, libertad, igualdad, democracia, Estado de Derecho y
Estado social, se entienden incorporadas las formas principales
del derecho racional de la modernidad. Si el conflicto es entre
derechos fundamentales, o entre uno de estos y otro bien
constitucional, “la norma que resuelve la colisión es la norma
iusfundamental adscrita, que opera como premisa mayor de la
fundamentación interna de la sentencia que resuelve el caso”. 63

Por otro lado, los criterios de racionalidad, proporcionalidad y


razonabilidad sirven para una obtener una valoración con sentido de las
normas jurídicas, analizando y estudiando detenidamente las
disposiciones legislativas y constitucionales. Podrían establecerse dos
funciones principales para estos criterios, Bernal Pulido afirma que
estos “son criterios orientadores mediante los cuales la Corte
Constitucional intenta tomar decisiones correctas y adoptarlas
correctamente; son criterios valorativos mediante los cuales la
comunidad política y jurídica examina la corrección de las decisiones de
la corte constitucional”64

El derecho actual no está compuesto solo reglas (Normas jurídicas en


estricto sentido) y esto en ocasiones constituye uno de los principales
problemas ante el cual se enfrentan las cortes. Anteriormente a estos
principios no se les podía aplicar la regla de la subsunción, sin
embargo, gracias a los aportes realizados por Ronald Dworkin y Robert
Alexy, se determinó que “los principios son normas, pero no normas
dotadas de una estructura condicional hipotética con un supuesto de
hecho y una sanción bien determinada. Más bien, los principios son
mandatos de optimización que ordenan que algo sea realizado en la
mayor medida posible, de acuerdo con las posibilidades jurídicas y
fácticas que juegan en sentido contrario.”65

63
BERNAL PULIDO, Carlos (2003). Op cit. pág. 576.
64
BERNAL PULIDO, Carlos. El Derecho de los Derechos. Editorial Universidad Externado de Colombia,
Bogotá. 2005 págs. 62 y SS
65
ALEXY, Robert . Tres escritos sobre los derechos fundamentales y la teoría de los
49

La ponderación entonces vendría a entrar en juego cuando entre los


principios se presenta una colisión debido a su redacción abstracta o
también conocido como ponderación abstracta. Carlos Bernal Pulido
afirma que “La ponderación es entonces la actividad consistente en
sopesar dos principios que entran en colisión en un caso concreto para
determinar cuál de ellos tiene un peso mayor en las circunstancias
específicas, y, por tanto, cuál de ellos determina la solución del caso.”

De lo anteriormente expuestos se deduce que para analizar una posible


legalización de la eutanasia se hace necesario tomar un caso específico
y ponderar los dos principios que se encuentran en contradicción
haciendo uso de tres elementos, la ley de la ponderación, la fórmula del
peso y las cargas de la argumentación.

2.2.2 Fundamento constitucional del derecho a rechazar


tratamientos médicos vitales

La constitución Dominicana en su Título II establece los derechos,


garantías y deberes fundamentales, y es específicamente en su artículo
37 que establece la vida como un derecho fundamental.

Art. 37 “- Derecho a la vida. El derecho a la vida es inviolable desde la


concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni
aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte.”

Cuando se hace referencia a la protección constitucional del derecho a


la vida es a partir de una interpretación aislada del art. 37 no se deduce
de manera implícita la existencia de un derecho a la disponibilidad de la
propia vida, ahora bien, tampoco se podría de dicho artículo afirmar la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de la eutanasia en sus
diferentes categorías.

La opinión de la doctrina europea es que las constituciones al consagrar


la vida como derecho fundamental, plasman el respeto de la misma

principios, Universidad Externado de Colombia, Bogotá. 2002 pág. 95


50

como una vertiente positiva, es decir, le imponen al estado el deber de


protección de la vida humana frente a sus propias agresiones y a
agresiones de terceros. Pero que esta no descarta una vertiente negativa
del derecho a la vida, es decir, la disponibilidad de la propia vida como
algo que debe ser respetado y garantizado por el estado. Partiendo de
esto, se infiere que el hecho de que el derecho a la disponibilidad de la
vida no se encuentre expresamente consagrado en la constitución
Dominicana, no niega la posibilidad de que la vida sea un bien jurídico
disponible por sus titulares.

La vida está consagrada como un derecho, y el Estado Dominicano


considera la misma como un bien y por consiguiente está obligado a
protegerla, ahora bien tal como lo expresa Carlos Gavira Díaz ex
presidente de la Corte Constitucional Colombiana, “El estado debe tener
en cuente que un bien no puede seguir siéndolo cuando el sujeto moral
(su titular) ya no lo valora de ese modo; solo un estado paternalista
puede pretender sustituirse a la persona en una decisión radical que
solo a ella incumbe.”

Para respaldar la anterior idea se hace necesario interpretaciones


constitucionales del mismo derecho a la vida y su arreglo a otros valores
consagrados de igual modo en la constitución Dominicana, tales como
la dignidad humana, libertad individual, autonomía, entre otros. El
punto de partida para afirmar una posible disponibilidad del derecho a
la vida, es saber que interpretación darle al bien jurídico de la vida. La
interpretación que le otorgan aquellos que no están a favor de la
eutanasia es una interpretación estrictamente naturalista, es esta una
de las interpretaciones más radicales, la concepción de la vida vendría a
ser una mera existencia físico-biologica, “la existencia o inexistencia de
vida humana no puede hacer depender de valoraciones sociales y, en
cuanto se cumple los correspondientes presupuestos físico-biológicos,
51

hay que reconocer la presencia de la vida, cualquiera que sea su estado,


condición y capacidad de presentación social de su titular.” 66

Por otro lado, Gracia Martin afirma que una cosa es que exista vida en
ese sentido (existencia material) y otra es que la existencia de ese
sustrato material determine su protección absoluta. 67 Concebir la vida
desde un punto estrictamente naturalista vincula una postura de que
la vida humana es un bien absoluto y sagrado, el cual debe ser
protegido por el mero hecho de consistir en un proceso vital o físico-
biológico, sin consideración a posibles deficiencias físicas ni a concretas
funciones o capacidades específicamente humanas.68 Sin embargo, si
se acepta en su totalidad el principio de la santidad de la vida, y la
indisponibilidad de la misma por parte de su titular, serian
inadmisibles las excepciones a la protección de la vida humana, que
van conforme a la misma legislación penal, las cuales justifican la,
muerte de otro, por ejemplo la legitima defensa.

Es pues necesario comprender la vida de una forma valorativa, si


consideramos que la vida humana es en realidad susceptible de
valoración a lo largo de su existencia, y que, por lo tanto, no es
suficiente la identificación del bien jurídico protegido en estos casos con
la mera existencia bilógica. Se trata pues de una comprensión
normativa de la vida y los otros valores constitucionales que deben ser
tomados en cuanta para dicha comprensión.

Se deduce así pues que la vida es un valor relativo, y como tal solo
existe mientras se mantenga en la persona cierto nivel de calidad, lo
que supone la capacidad del individuo de sostener auto experiencia y
relación o comunicación con los demás, o de asumir sus propios
actos.69 Pero no puede caerse en el error de considerar que existen
66
Rodriguez Mourullo, G., en Rodriguez Mourullo, G. (Dir)/ Jorge Barreiro , A. ( Coord), comentarios,
pag. 385
67
Gracia Martin, L., en Diez Ripolles, L.,/ Gracia Martin , L., comentarios
68
Eutanasia Y Suicidio Cuestiones Dogmáticas y De Política Criminal por Claus Roxin, Ferrando
Mantavani, Jesus Barquin, Miguel Olmedo, Gisele Mendes De Carvalho, Luis Reyna. Primera edición.
Lima Perú, ARA Editores E.I.R.L, 2008, pag.18.
69
Romeo Casabona, C.M, El derecho y la bioética, pag.41
52

vidas de diferente valor o carentes de valor vital, pues esto va en contra


de la constitución, al interpretar la vida como un bien valorativo no se
crea una desigualdad lo que varía y cambia es la capacidad del
individuo de comunicarse y relacionarse con los demás, de asumir
responsabilidades, valerse por sí mismos, etc.

No se trata pues de apoyar el sacrificio de unos bienes con aras a la


vigencia de otros, sino que se tome la vida como soporte o bien como
bases para el disfrute de los demás derechos, de afirmar la preservación
del derecho a la vida como concepto global, unido a otros valores.

En contra posición a esto, se encuentra la postura adoptada por la corte


constitucional colombiana sobre la supuesta ilegitimidad jurídica de la
conducta eutanásica es que hablar de un derecho a la muerte
representa una contradicción puesto que ésta, más que un derecho es
un hecho inexorable. Para la corte no se puede ejercer
simultáneamente el derecho a la vida y el supuesto derecho a la muerte.
Siendo la opción de la muerte necesariamente posterior a la de la vida,
cuando sobreviene aquella no se es más sujeto de derechos. Se dirá
entonces que el pretendido derecho a la muerte consiste en el derecho a
renunciar a estar vivo, lo cual nos lleva a analizar si la vida humana
puede ser un derecho renunciable.

El principio de la calidad de vida conlleva aceptar que este bien jurídico


no es inviolable o susceptible de valoración per se, sino que es un bien
jurídico cualitativamente graduable o, en todo caso, no excluido a priori
de la ponderación de otros intereses.

Por otro lado, Rey Martínez adopta una posición interesante referente a
la eutanasia pasiva y eutanasia activa indirecta, para este, en los casos
de eutanasia pasiva o eutanasia activa indirecta no existiría un en
conflicto entre la protección jurídica de la vida con y la integridad de
esa misma disposición, esto así debido a que la decisión adoptada por
un paciente al rehusarse a algún tratamiento no se refiere directamente
53

a la muerte, sino a la salud o más bien, al rechazo del sufrimiento,


aunque esto repercuta posteriormente sobre la vida del sujeto.

Utilizando como marco de referencia la ley Española 42/2002 sobre la


autonomía del paciente y el Convenio del Consejo de Europa para la
protección de los derechos humanos y la dignidad del ser humano
respecto a las aplicaciones biológicas y la medicina, se entiende que se
está frente a un nuevo derecho, el derecho a adoptar decisiones sobre la
propia salud, este derecho ha venido a cambiar el paradigma de la
relación entre médico-paciente, puesto que el paciente deja de ser un
mero objeto de atención medica y se convierte en el sujeto protagonista
del tratamiento médico.

De igual modo el rechazo al tratamiento médico debe considerarse como


una manifestación de la libertad de tomar decisiones sobre la propia
salud, y no como la objeción de conciencia al deber del médico de curar
a toda costa.70 Este nuevo de tomar decisiones sobre la propia salud se
desprendería del derecho a la integridad personas.

El legislador Español se ha ocupado de la regulación de la


autodeterminación de los pacientes con la creación de la ley 42/2002
cuyo objetivo es servir de reguladora de la autonomía del paciente y de
derechos y obligaciones en materia de información y documentación
clínica, la ley es de suma importancia en el ordenamiento español pues
responde a las interrogantes más frecuentes en torno a la interrupción
y negación de tratamientos. Esta les reconoce a los usuarios y pacientes
ciertos derechos, entre ellos, la autonomía del paciente. No obstante,
hay dos límites al derecho a tomar decisiones sobre la propia salud: el
riego para la salud pública y la urgencia grave cuando no se pueda
obtener la voluntad del paciente.

Salvador Tarodo afirma que la autonomía más que un derecho


especifico es un principio informador que atraviesa transversalmente

70
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 50
54

todos los derechos y todo el ordenamiento jurídico. Rey Martínez


entiende que el derecho de tomar decisiones sobre la propia salud es un
derecho de naturaleza legal y el mismo tiene dimensión constitucional
como derecho fundamental.

La constitución Dominicana en su artículo 42 establece el derecho a la


integridad personal “Toda persona tiene derecho a que se respete su
integridad física, psíquica, moral y a vivir sin violencia. Tendrá la
protección del Estado en casos de amenaza, riesgo o violación de las
mismas.” Esta cláusula vendría entonces a proteger la inviolabilidad de
las personas no solo contra ataques dirigidos a lesionar su cuerpo o
espíritu, sino también contra toda clase de intervención de esos bienes
que carezca del consentimiento de su titular.71

Por otro lado, El sistema sanitario Dominicano está regido


principalmente por dos leyes, la ley general de salud 42-01 y la ley de
seguridad social 87-01. Es el artículo 28 párrafo J de la ley general de
salud donde se encuentra reconocido el derecho a la integridad, este
reza de la siguiente manera:

“El derecho a no ser sometida/o a tratamiento médico o quirúrgico que


implique grave riesgo para su integridad física, su salud o su vida, sin
su consentimiento escrito o el de la persona responsable, esto último
sólo en el caso de que el paciente no esté en capacidad para darlo y
siempre que sea en su beneficio.”

2.2.3 Eutanasia activa directa y su posible legalización dentro del


marco de los derechos fundamentales

La eutanasia activa por otro lado, no es una decisión que se toma sobre
la salud, es una conducta enfocada directamente a la propia muerte. La
única forma de tratarla como una práctica valida y conforme al

71
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 114
55

derechos es considerarla justificable bajo determinadas y estrictas


condiciones de la regla general del deber estatal de la vida.

Muchos son los argumentos a favor y en contra de una posible


justificación constitucional de la eutanasia activa directa. Los
principales argumentos a favor de la legalización de la eutanasia como
ya se ha venido mostrando en el desarrollo del presente análisis son los
principios de dignidad, la integridad personal y el libre de desarrollo de
la personalidad.

Un considerable número de personas en sociedades con más arraigos


laicos consideran que a los enfermos terminales y a aquellos que se
encuentren en un estado de dolor insoportable se les debería permitir
poner fin a sus vidas antes de que estos mueran por causas naturales
luego de un proceso en el cual su dignidad se ve vulnerada y
disminuida. En República Dominicana existen lagunas referentes al
tema y por dicho motivo tal vez la población no se encuentra dotada de
todos los argumentos para dar un juicio que pudiera considerarse
juicioso.

El autor dominicano Alejandro Pichardo en su obra “Eutanasia Visión


Ético – Jurídico” incluye un estudio realizado por el mismo y por su
equipo de trabajo a 200 médicos de todas las especialidades que
ejercían las profesiones en hospitales públicos de la Ciudad de Santo
Domingo para el año 2002, las conclusiones fueron las siguientes:

1. El conocimiento, la actitud y la práctica (CAP) sobre la eutanasia


eran mayores mientras más años de graduado y edad tenía el
médico.
2. CAP estaba relacionada a especialidades ligadas a las
enfermedades con evolución natural al deterioro d la salud y a la
terminación en muerte: Oncología, neuroquirugia, psiquiatría,
etc.
56

3. El 20 % (1 de cada 5) manifestó una actitud favorable a la


eutanasia.
4. El sexo masculino es más proclive a la práctica de la eutanasia.
5. El 54% (60 de 110) practico o está presto a practicar la eutanasia.

La posible legalización de la eutanasia podríamos verla en dos modelos,


la eutanasia como un auténtico derecho fundamental y la eutanasia
como una excepción legal. El primero de ellos se basa en que el derecho
a disponer de la propia vida se desprende del mismo derecho a la vida,
apoyándose en otros derechos fundamentales como la dignidad
humana, la cual como ya se hizo énfasis anteriormente es la base de un
Estado social democrático de derecho, en el que el respeto hacia la
misma irradia el conjunto de derechos fundamentales reconocidos. “El
principio de la dignidad humana atiende necesariamente a la
superación de la persona, respetando en todo momento su autonomía e
identidad.”72

La Corte Constitucional Colombiana la cual ha sido clave en el presente


análisis, pues como a se había apuntado es la única corte en el mundo
que reconoce la eutanasia como un auténtico derecho fundamental,
considera que cuando una persona se encontrase en una situación
terminal con dolores insoportables el Estado no podrá oponerse a su
decisión de morir ya que esto constituiría “No sólo a un trato cruel e
inhumano, prohibido por la Carta (art. 12), sino a una anulación de su
dignidad y de su autonomía como sujeto moral”. Nuestra constitución
Dominicana por su parte, también establece el derecho a la dignidad
como fundamento del Estado.

Como bien se había expuesto anteriormente, la eutanasia encuentra su


justificación como una extensión del mismo derecho a la vida, ahora
bien, esta solo podría ser admitida como una excepción a la regla
constitucional, el legislador podría desde el punto de vista
constitucional prohibir la eutanasia o el suicidio asistido por medico

72
Sentencia C-239/97
57

pero también podría despenalizar cualquiera de las dos conductas bajo


ciertas condiciones de procedimientos. 73

¿Por qué la eutanasia activa como excepción? Si bien es cierto que el


derecho a la vida posee una vertiente positiva tanto como negativa y que
el derecho a la disposición de la vida es inherente al derecho a la vida,
si la eutanasia fuese concebida como regla general se estaría afirmando
que cualquier persona, bajo cualquier situación y motivado por
cualquier razón podría disponer de su vida lo cual se alejaría del
propósito principal de la eutanasia, que es propiciar una muerte digna
a personas que se encuentran en situaciones inhumanas debido a
enfermedades o accidentes que hacen que cada día de su existencia sea
una continua batalla con el dolor insoportable.

No obstante, hay autores como M. Alonso que sostienen que permitir la


eutanasia como excepción legal pudiera crear palpables riesgos de
abuso, esto así pues legalizar la eutanasia le otorga el derecho a una
persona de morir pero le otorga a otra el derecho a matar.

El informe del Task Force on Life & Law constituye uno de los más
reconocidos documentos referentes a los riesgos de una posible
despenalización de la eutanasia, este documento tiene más que un valor
doctrinal, ya que cuenta con argumentos los cuales son utilizados por
los tribunales Norteamericanos para resolver casos de peticiones de
eutanasia. En el documento se sintetizan 10 riesgos asociados a la
despenalización de la eutanasia:

1. Enfermedad mental no diagnosticada o no tratada de manera


correcta.
2. Síntomas físicos manejados inadecuadamente.
3. Insuficiente atención al sufrimiento y temores de los pacientes en
trance de morir.
4. Vulnerabilidad de grupos sociales marginados.

73
Fernando Rey Martínez, Eutanasia y Derechos fundamentales, España, Centro de estudios
constitucionales, 2008, página 171.
58

5. Devaluación de la vida de los discapacitados.


6. Sentido de obligación: los pacientes podrían sentirse presionados
a optar por la eutanasia por sentirse presionados a tomar esa
opción debido al sentimiento de carga para los suyos.
7. Incentivos económicos a limitar los cuidados paliativos.
8. Deferencia del paciente hacia recomendaciones del médico.
9. Arbitrariedad de los límites propuestos.
10. Imposibilidad de desarrollar un control efectivo.

Sin embargo, como se pudo apreciar en el anterior capítulo del presente


texto, existen países que constan de leyes y actas para regularizar la
práctica de la eutanasia las cuales están previstas de ciertas garantías
procedimentales. Como es el caso de Holanda cuya ley “Termination of
Life on Request and Assisted Suicide” ya tiene 11 años de vigencia.

Dentro de las garantías procedimentales que debe contener una ley con
miras a la legalización y regularización de la eutanasia están:

1. Que la persona objeto de la eutanasia o auxilio al suicidio sea


residente en el país donde se habrá de practicar. De esta manera
se evita “El turismo suicida” muy famoso en Suiza a donde
personas de otros países viajaban con el fin de practicarse la
eutanasia, suiza en los últimos años ha tratado de contrarrestar
con medidas y normas más rigurosas. Esta garantía también
evitaría posibles conflictos territoriales entre países y sus
diferentes legislaciones.
2. Que el médico esté convencido de que la petición es voluntaria, es
decir que la voluntad no se vea sugestionada. Entendemos que la
misma debe haber sido exteriorizada al médico o al órgano
competente. (Expresa e inequívoca) Ésta puede haber sido
manifestada en un documento de voluntades anticipadas
notariada por Notario público acompañado de dos testigos y dos
médicos.
59

3. Que se constate un padecimiento insoportable y sin esperanzas


de mejora, que la muerte sea inminente. Entendemos que el
enfermo no necesariamente debe encontrarse en fase terminal,
será suficiente que el diagnostico implique un resultado letal en
un tiempo más o menos lejanos.
4. Que se el paciente se encuentre al tanto de su situación y de las
perspectivas de futuro.

“Se encuentra de manea explicita el deber del Estado de proteger la


vida. Ahora bien, Sin embargo, el Estado no puede pretender cumplir
esa obligación desconociendo la autonomía y la dignidad de las propias
personas.”74

Entre las líneas del libro “Cartas desde el infierno” escrito por Ramón
Sampedro encontramos las angustias plasmadas en papel de un
hombre que llevaba más de 20 años postrada y cuya dignidad según él
se había esfumado. En sus palabras “Mi equilibrio, si lo es, consiste en
saber que se puede sobrevivir domesticado en el infierno, pero sin
olvidarse jamás de que es absurdo permanecer en él.”

“Pero hay sufrimientos lógicos, y hay sufrimientos absurdos. Sólo en lo


irremediable el salto es verdad, el deseo es verdadero. No es error.”

74
Sentencia C-239/97

También podría gustarte