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TRABAJO INDIVIDUAL
Horario: 0684
Comisión: 0684D
SEMESTRE 2020-2
Resumen
Le presente trabajo de investigación tiene como objetivo determinar que, a inicios del siglo XX,
la imagen negativa construida a los migrantes chinos y japonés fueron distintas. Debido a que
las diferentes circunstancias entre ambos grupos de inmigrantes, las imágenes esbozadas por las
sociedades fueron distintas. Por ello en este trabajo se analizará, en un primer momento, cual el
discurso y las teorías raciales que impulsaron este tipo de imágenes. Luego se realizará un
análisis sobre la migración china al Perú y sobre el impacto de los discursos raciales en su
imagen. Finalmente se hará un análisis similar con los migrantes japones el cual permita
conocer sobre el proceso migratorio y la formulación de sus imágenes negativas ante la
sociedad. Con el fin de realizar una investigación sólida, se ha realizado una búsqueda
bibliográfica digital; la cual tiene como base fundamental artículos y libros de autores como
Humberto Rodriguez Pastor, Amelia Morimoto, Gonzalo Paroy, Fanny Muñoz, entre otros.
Tabla de Contenido
Introducción
Capítulo 1
1.1 El proyecto modernizador y las teorías raciales a finales de siglo XIX e inicios de siglo XX
Capítulo 2
Conclusión
Bibliografía
Introducción
Entre la segunda mitad el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, el Perú recibió una
considerable cantidad de migrantes asiáticos. Por un lado, el gobierno peruano, mediante la
promoción de políticas migratorias, buscó suplir el déficit de mano de obra en el país durante el
boom guanero. Mientras que por otro, la población pobre de Asia buscó un lugar a donde
emigrar en búsqueda de un futuro más próspero. Sin embargo, al llegar al Perú, el futuro
próspero anhelado por los migrantes asiáticos se convirtió en una pesadilla. En ese sentido,
ambos grupos fueron rechazados por la sociedad. Lo que tuvo como resultado que se
construyeran imágenes negativas en base a prejuicios y creencias racistas, las cuales se
popularizaron durante aquellos años. Sin embargo, debido a que los migrantes asiáticos están
compuestos por dos grupos humanos (chinos y japoneses), el presente trabajo busca determinar
en qué medida se diferenciaron las imágenes negativas que se construyeron de los migrantes
japoneses y chinos.
Cabe señalar que la importancia de investigar un tema como este radica en su vigencia, puesto
que permite esclarecer uno de los problemas más determinantes para el país: el racismo. Pues es
mediante el análisis de los primeros prejuicios racistas que se tienen sobre los asiáticos en el
Perú, que se puedo lograr cuestionar aquellos que todavía prevalecen en la actualidad. Ya que
el cuestionar un discurso pregonado por siglos es la única manera de resquebrajar la pirámide
racista existente en el Perú.
En ese sentido, los migrantes chinos, víctimas de contratos de enganche, fueron obligados a
trabajar en las haciendas costeras del Perú en condiciones serviles. Sin embargo, pese a esta
situación deplorable, ya en siglo XX esta comunidad se estableció en las ciudades; formando
redes de connacionales: Los famosos “barrios chinos”. No obstante, a pesar de su búsqueda de
integrarse en la sociedad, el discurso modernizador de la republica los expuso de manera
negativa. Ya que las elites modernizadoras asociaron su contacto con la peste y los rasgos
culturales propios de estos migrantes como “obstáculo” para su proyecto. De esta manera,
chinos fueron relacionados con la “suciedad” y la “inferioridad racial”.
Empero, como se mencionó anteriormente, los chinos no fueron los únicos migrantes asiáticos
en llegar al Perú. En paralelo a este proceso migratorio, otro grupo de migrantes traería consigo
una problemática similar en la sociedad. La diáspora japonesa tendría como destino el Perú. No
obstante, a diferencia de los migrantes chinos, el discurso esbozado en detrimento de los
migrantes fue totalmente distinto. Ya que para el año de 1930, los migrantes japoneses habían
transitado del campo a la ciudad. Esto significó la apertura de negocios nipones, los cuales
fueron señalados como “peligrosos” para el capital peruano. A esta situación se le sumo la
oleada anti nipona de la Segunda Guerra Mundial, la cual influyó en pensamiento radicales los
cuales determinaron a los japoneses como “traidores” y “espías”. Por ello, se puede determinar
que el inmigrante chino, fue relacionado con la idea de una raza inferior que “obstaculiza” la
modernización; mientras que al japonés fue relacionado con la idea de ser un “enemigo de la
patria”, “espía” y “traidor”.
El presente trabajo está dividido en dos capítulos. En lo que concierne al contenido del primer
capítulo, en un primer momento se analizará el desarrollo del “proyecto modernizador de la
república” y las teorías raciales popularizadas en el Perú a inicios de siglo XX. En donde se
analizará el discurso “modernizador” orquestado por la oligarquía y se examinaran las posturas
raciales sobre la población asiática. Luego de finalizada esta sección se procederá a analizar el
proceso migratorio de la comunidad china al Perú. Para luego finalizar el capítulo con un
análisis de la imagen del chino dentro de la sociedad, en dónde inspeccionará su establecimiento
y su relación con la “suciedad” y la “inferioridad”.
En lo que al segundo capítulo se refiere, el contenido que este comprende hace referencia al
grupo de migrantes japoneses en el Perú. Por ello, en un principio se hará un análisis del
fenómeno migratorio japonés y sobre cómo se establecimiento en el Perú. En el cual se
explicará el cómo y el porqué es que llegan al territorio peruano y cómo es que logran establecer
una red de connacionales que les permite prosperar.Para luego, a modo de conclusión, examinar
cuales fueron los discursos que impactaron de manera negativa en la imagen del migrante
japones.
En la presente investigación, los autores están separados en tres grupos: los investigadores de la
colectividad china, los investigadores de la colectividad japonesa. En lo que concierne a los
investigadores de la colectividad china, estos están encabezados por Humberto Rodriguez
Pastor con múltiples publicaciones, sin embargo, también hay se encuentran autores como:
Isabelle Lausent-Herrera, Adam Mckeown y Gonzalo Paroy. Mientras que en el caso de los
investigadores de la comunidad japonesa, este grupo tiene como mayor exponente a varios
autores: Amelia Morimoto, Hiroshi Miyashiro, Toraji Irie y William Himel. Además cabe
resaltar la importancia de autores como Fanny Muñoz, Gonzalo Portocarrero y Alejandro
Obregón los cuales son de vital importancia para entender la mentalidad del Perú de inicios de
siglo XX.
La temática de esta investigación fue inspirada por la novela histórica escrita por Fernando de
Trazegnies: En el país de las colinas de arena. Novela la cual narra la vida de un migrante chino
el cual llega al Perú en busca de un futuro próspero y es confrontado con una realidad cruenta y
desoladora. Sin embargo, el presente trabajo no solo busca retratar cuales fueron las condiciones
en las cuales vivieron estos migrantes, sino, la cruenta respuesta que tuvo la sociedad ante esta
situación. En ese sentido, las ideas racistas retrataron al migrante asiático como alguien abyecto
en la sociedad. Por consiguiente, la presente investigación busca esclarecer cuales fueron las
imágenes esbozadas por la sociedad frente a estos grupos, ya que mediante un correcto
entendimiento es posible romper con los prejuicios de la actualidad que tienen sus orígenes en
estos discursos.
Capítulo 1
Entre la segunda mitad el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, el Perú recibió una
considerable cantidad de migrantes asiáticos. Esto debido a que el Estado Peruano implementó
una serie de políticas migratorias, las cuales tuvieron como objetivo suplir el déficit de mano de
obra agrícola durante la época del Boom Guanero. Sin embargo, si bien el Estado fue promotor
de la migración asiática al territorio, los ciudadanos chinos fueron víctimas de contratos de
enganche; obligándolos a trabajar en condiciones serviles. En el presente capítulo, se explicará
cuáles fueron los discursos que esbozaron las élites durante las postrimerías del siglo XIX e
inicios del siglo XX. Para posteriormente se realizar un análisis sobre el proceso de migración
chino y finalmente se examinar más a fondo la imagen negativa de la comunidad china dentro
de la sociedad.
1.1 El proyecto modernizador y las teorías raciales a finales de siglo XIX e inicios de siglo
XX
Durante este periodo el aparato estatal estuvo gobernado por una oligarquía, la cual impuso un
proyecto “modernizador” acompañado de una serie de discursos racistas de corte
pseudocientíficos. Por ello, el proyecto modernizador y el “racismo científico” influyeron de
manera directa en como la sociedad representaba a los diferentes grupos sociales de forma
negativa. Puesto que se construyeron identidades a partir de un modelo de superioridad racial
esbozado por la oligarquía.
Después de la derrota en la Guerra del Pacífico, el país entró en una etapa de Restauración
Nacional. Sin embargo, lejos de que se resuelvan las brechas previas a la guerra; estas
incrementaron sus niveles de manera alarmante 1. Lo que no sólo significó un retroceso en la
modernización de la ciudad, sino un cuestionamiento al proyecto de nación. La derrota en la
guerra significó un gran acontecimiento para los ideales de las élites, las cuales no dudaron en
explicar que el fracaso fue debido a factores dentro de la misma sociedad 2. En ese sentido, el
grupo de poder abandonó la idea de una nación cohesionada formulada décadas atrás, en aras de
una sociedad gobernada por un “élite capaz”.
Fanny Muñoz menciona que dentro de la mentalidad modernizadora se pueden identificar dos
propuestas: la idea de un progreso vinculado al desarrollo material y un ideal “cosmopolita”.
Además, agrega que los desafíos que el Estado y la aristocracia liberal modernizadora se
plantearon fueron la construcción de una ciudad moderna y la formación de un individuo
burgués para integrar al país al universo de las "naciones ricas y desarrolladas" 3. Mientras que la
idea de desarrollo material tuvo como consecuencia la mejora de la infraestructura de la ciudad,
la persecución del ideal “cosmopolita” estableció las bases para proliferar un discurso
jerarquizador en la sociedad. Lo que permite determinar que la aristocracia modernizadora, no
solo persiguió la mejora de la infraestructura de la ciudad, sino que también aspiró a formar una
imagen “burguesa”. La imagen a la que se aspiraba debía ser una persona de “comportamientos
y conducta moderada”, saludable, con voluntad, racional y con gran apego al trabajo. Estos
atributos fueron asociados principalmente con la raza blanca, generando un distanciamiento con
las características de los diversos grupos de la sociedad 4. En aras de formar esta imagen
1
Carmen Mc Evoy, La Utopía Republicana: Ideales y Realidades En La Formación de La
Cultura Política Peruana (1871-1919) (Lima, Perú: Fondo Editorial de la Pontificia universidad
Católica del Perú, 2017).
2
Fanny Muñoz, Diversiones públicas en Lima 1890–1920: La experiencia de la modernidad
(Lima, Perú: Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, 2001), 43
3
Ibid., 45
4
Muñoz, Diversiones públicas en Lima 1890–1920, 61
“burguesa” se generó el ambiente propicio para la formulación de discursos racistas en contra
de la población que la élite consideraba inferior. Gonzalo Portocarrero determina que el racismo
científico fue la ideología implícita del moderno Estado oligárquico y la base de su legitimidad.
Este racismo permitió que las élites pudieran consolidar un sentimiento de superioridad que las
ideas liberales y democráticas amenazaban 5. Por consiguiente, La oligarquía peruana estructuró
una jerarquía de poder en base a un proyecto modernizador marcado por una dominación étnica.
Además de contar con una revista que expusiera las ideas de élite, también existió un grupo
intelectual que legitimara de manera “científica” las ideas racistas de la élite. Patricia Oliart
menciona que, durante 1870 y 1940, es observable la propagación de ideas referentes a un
“racismo científico. El cual determinaba que la existencia de razas superiores e inferiores,
formulando una explicación pseudocientífica del porqué algunos progresaban y otros no.
Además, comenta que la interpretación de esta idea en el Perú era que las razas no eran
inmutables, la raza "inferior" podría mejorar si se mezclaba con otra "superior" mediante el
“blanqueamiento”8. Lo que permite determinar que la élite, aparte de pregonar discursos
racistas, buscó el “progreso de la raza” mediante el “blanqueamiento” de los distintos grupos
dentro de la sociedad. De acuerdo con Alejandro Obregón, el racismo científico inspirado por
Le Bon, Gobineau, Renan y Taine tuvo una gran cabida dentro de los intelectuales peruanos.
Sin embargo, más que ser un hecho científico se convirtió en un instrumento de dominación;
instaurándose como enunciado por la oligarquía civilista durante las primeras décadas de inicio
5
Gonzalo Portocarrero, “El fundamento invisible: función y lugar de las ideas racistas en la
República Aristocrática”, en Mundos Interiores: Lima 1850-1950, Aldo Panfichi H. y Felipe
Portocarrero, eds. (Lima: Perú, 2004), 219-259
6
Muñoz, Diversiones públicas en Lima 1890–1920, 59
7
Juan miguel Espinoza, “Entre criollos y modernos: género, raza y modernidad criolla en el
proyecto editorial de la revista Variedades (Lima, 1908-1919)”, Historica N°39 (2015): 105
8
Patricia Oliart, “Poniendo a cada quien en su lugar: estereotipos raciales y sexuales en la Lima
del siglo XIX”, en Mundos Interiores: Lima 1850-1950, Aldo Panfichi H. y Felipe Portocarrero,
eds. (Lima: Perú, 2004), 261-288
de siglo XX9. En ese sentido, estos ideales sustentaron la existencia de una jerarquía natural
entre las razas de acuerdo con su herencia genética. En donde a la raza blanca le correspondía el
“nivel superior”, mientras que los negros, los indios y los chinos constituían las razas
inferiores10. Es entonces que, dentro de los estereotipos promovidos por la élite, se encuentra la
imagen que se tiene sobre la población asiática en la sociedad.
El proceso de migración china al Perú es el resultado de una serie de déficits durante mediados
de siglo XIX en el sector agrícola costero, el cual se buscó suplir mediante la mano de obra
china13. Este proceso migratorio estuvo marcado por una serie etapas determinadas por cortes en
el flujo de inmigrantes, los cuales comenzaron en 1850 hasta 1937. Es por lo que resulta
determinante reconocer cuales fueron las etapas migratorias chinas al Perú para comprender
como cuál fue la magnitud del fenómeno migratorio chino en el Perú.
Wilma Derpich Gallo, reconoce cuatro etapas dentro de los inicios de la migración china al
Perú. En un primer momento, fue la etapa del “contrato” en donde el chino era traído en Perú
mediante un contrato de enganche que lo obligaba a trabajar en condiciones serviles en las
haciendas costeras. Luego del final del contrato, la segunda etapa hace referencia a la
posibilidad del chino de ser recontratado por la misma hacienda. Lo que lleva a que en una
tercera etapa, en la aparece un tercero (contratista), el cual fue intermediario entre chinos y
hacendados. Y la última etapa está ligada a las consecuencias de la Guerra del pacífico, la cual
permitió la liberación y la formación de peones libres 14.
9
Alejandro Obregón, “El porvenir de las razas: el racialismo en el Perú entre los siglos XIX y
XX”, Análisis vol. 51, N° 51 (2019): 89. https://www.aacademica.org/alejandro.obregon/5
10
Ibid, 59
11
Ernesto Maguiña Salinas, “Un acercamiento al estudio de las inmigraciones extranjeras en el
Perú durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX”, Tierra Nuestra Vol. 8, núm. 1
(2010): 85
12
Humberto Rodríguez Pastor, “Notas comparativas de inmigrantes chinos y japoneses”,
Investigaciones sociales Vol.23 N.°43 (2020): 253-256
13
Katalin Jancsó, “La inmigración china en el Perú y la asianófila Dora Mayer”, 3
Adam McKeown propone que en los años posteriores se vió un nuevo flujo de inmigrantes
chinos enmarcados nuevamente por cuatro etapas 15. El primer intervalo de tiempo corresponde a
1875 a 1903, que dio inicio con la firma del El Tratado de Comercio, Navegación y Amistad
firmado por China y Perú. Dentro de esta etapa, el Perú y China lograron establecer una
inmigración libre. Sin embargo, la mala reputación de Perú como país explotador y la dificultad
del viaje entre el Hong Kong y el Callao no permitieron un gran flujo de inmigrantes
(aproximadamente 206 chinos). De ahí que a esta primera etapa se le conozca como la
“inmigración limitada”16.
Posteriormente se inicia la fase de 1909 a 1930 denominada como inmigración negociada. Con
la firma del tratado Porras-Wu, el Ministro Plenipotenciario de China determinó que el proceso
migratorio sería exclusivamente supervisado por el Imperio Chino; en respuesta al creciente
sentimiento antichino en el Perú. Sin embargo, debido a la inestabilidad del gobierno chino y la
falta de control por el estado peruano, la situación migratoria durante esta época no fue nada
acorde con el protocolo firmado. El Perú y el gobierno chino entraron en una disputa acerca del
respeto a los protocolos y sobre la legalidad de los migrantes. Situación la cual se tradujo en
migraciones irregulares de niños y mujeres poco supervisadas 18.
14
Wilma Derpich Gallo, “El Perú hace 100 años: trabajo y migraciones”, Secuencia N°1 (1985):
77-82
15
Adam McKeown, “Inmigración china al Perú, 1904-1937; exclusión y negociación”,
HISTORICA Vol. 20 N°1 (1996): 62
16
Ibid, 64
17
Ibid, 66-72
18
Ibid, 72-83
procedencia china. En consecuencia durante esta etapa la migración china fuera casi inexistente;
ya que se prohíba cualquier tipo de ingreso de chinos de manera legal 19.
A inicios del XX, los ciudadanos chinos se encontraron en la posibilidad de migrar libremente
al Perú. No obstante, el creciente sentimiento anti chino complicó su asentamiento en la ciudad,
por lo que tuvieron que buscar su propio espacio para poder establecerse dentro de la urbe. Sin
embargo, su instauración fue vista como un elemento disruptivo para la ciudad. Lo que con
llevo a que el sentimiento anti chino cosechado en las décadas pasadas decante en una nueva ola
de discursos racistas en contra de la población china. Por ello en la próxima sección se expondrá
el establecimiento de la comunidad china en la sociedad y como es que los discursos racistas
impactaron directamente en su imagen.
Luego de haber sido víctimas de las difíciles condiciones migratorias y los contratos de
enganche, los chinos en el Perú se vieron en la necesidad de insertarse en la sociedad y
encontrar un lugar donde establecerse para poder subsistir. Van der Hoef menciona que como
consecuencia a que la mayoría de la población eran hombres; los chinos que decidieron no
regresar a su país natal y establecerse en el Perú comenzaron un mestizaje chino-peruano 20. Esto
significó un importante suceso en la historia de los chinos establecidos en el Perú. Ya que el
surgimiento de relaciones significó el inicio de un nuevo grupo social. Siendo los primeros hijos
de etnicidad peruana y china denominados como ‘injertos’ 21.
19
Ibid, 83-84
20
Dexter van der Hoef, “El chino de la esquina: identidad y relaciones entre inmigrantes
provenientes de tres siglos de inmigración sinoperuana en Lima” (Tesis de maestría,
Universidad de Leiden, 2015), 23
21
Isabelle Lausent-Herrera, “Tusans (tusheng) and the Changing Chinese Community in Peru”,
Journal of Chinese Overseas N° 5 (2009): 118
22
Ibid, 118
Luego de un accidentado proceso de construcción (1851-1854) 23, el nuevo mercado La
Concepción recibió a los chinos que huían de las haciendas y a los que habían finalizado su
contrato. Como lo señala Isabelle Lausent-Herrera, los sitios rentados para el año 1854 eran en
su mayoría adquiridos por chinos. Los cuales comenzaron a conocerse y formar sus más
importantes gremios y asociaciones 24. Sin embargo, el establecimiento dentro de este espacio
cercano al mercado La Concepción, no fue un asentamiento oficial de la comunidad hasta los
años próximos a la guerra con Chile. Ya que en respuesta al saqueo chileno dentro de este
espacio, los chinos se vieron en la necesidad de crear una instrucción que los una y vele por sus
derechos: lo que origino a la Sociedad Colonial de Beneficencia China25.
La creación de esta sociedad colonial, respaldada por la iglesia católica y el gobierno peruano,
fue lo que en 1886 impulsó la fundación de la poderosa Tonghuy Chongkoc (Sociedad
Caritativa China del Perú), la cual fue el apoyo base de la comunidad china. No obstante, esta
asociación, y el poder que había acumulado, se vio obligada a permanecer en un segundo plano
cuando en 1886 la comunidad china fue tomada por Zheng Zaoru, el Emisario Imperial, quien la
colocó bajo el control de la legación china y las grandes casas mercantes chinas 26. Esta situación
generó que la una mayor cohesión en la comunidad china, puesto que permitió una mejorar la
organización y orden de la comunidad bajo un tutelaje sólido. Lo que se tradujo en la compra de
un edificio para la nueva asociación para el año 1886. El establecimiento de la Tonghuy
Chongkoc dentro de las nuevas instalaciones fue un gran acontecimiento para la comunidad
china, ya que con ello se consolidó la toma de los espacios colindantes con el mercado La
Concepción27.
23
Para más información sobre la construcción del mercado véase: Humberto Rodríguez, “La
Calle del Capón, el Callejón Otaiza y el Barrio Chino”, en Mundos Interiores: Lima 1850-1950,
Aldo Panfichi H. y Felipe Portocarrero, eds. (Lima: Perú, 2004), 401-404
24
Isabelle Lausent-Herrera, “The Chinatown in Peru and the Changing Peruvian Chinese
Communities”, Journal of Chinese Overseas N° 7 (2011), 71
25
Isabelle Lausent-Herrera, ““The Chinatown in Peru and the Changing Peruvian Chinese
Communities”, Journal of Chinese Overseas N° 7 (2011): 73
26
Ibid, 73
27
Ibid, 73
28
Isabelle Lausent-Herrera, “Tusans (tusheng) and the Changing Chinese Community in Peru”,
119
29
Ibid, 120
devenir de esta nueva organización dio como fruto diferentes asociaciones, las cuales
permitieron una inserción social de la comunidad30.
Katalin Jancsó menciona que, desde la llegada de los primeros inmigrantes chinos, la sociedad
generó sentimientos adversos y reacciones negativas hacia este grupo humano. Lo que originó
que el inmigrante chino fuera un blanco fácil para los maltratos, abusos e incomprensiones, a
pesar de su desesperado intento por adaptarse a esta sociedad excluyente, conservando su
herencia cultural e identidad31. Es dentro de esta tendencia de desprecio al inmigrante chino en
donde se sitúan las imágenes del chino construidas por la sociedad la cual lo relacionaron a un
individuo de raza inferior y carente de higiene.
El origen de esta imagen abyecta del chino se remonta a mediado de siglo XIX, durante la
primera migración china. Durante este lapso, los chinos fueron actores activos en múltiples
conflictos interétnicos constantes debido a las condiciones en las que trabajaban. Por ello fueron
señalados como conflictivos y delincuentes 32. Gonzalo Paroy relaciona a estos primeros
discursos esbozados con un “Racismo burdo desde el Poder”, ya que durante esta etapa los
chinos fueron señalados como “insanos, viciosos, una raza degradad” y que solo son necesarios
para mantener el status quo de las élites mediante su servicio 33. No obstante pese a ser víctimas
de los ideales de la sociedad, los chinos a la larga “chinizaron” el país convirtiéndose en un
grupo social exitoso34. Lo que permitió que se permearan dentro de la sociedad limeña y se
establecieran en espacios como la Calle Capón, El callejón Otaiza y la periferia del mercado La
Concepción.
30
Odalis Valladares Chamorro, “Inmigrantes chinos en Lima. Teatro, identidad e inserción
social. 1870-1930” (tesis de licenciatura, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2012),
66-85
31
Katalin Jancsó, “La inmigración china en el Perú y la asianófila Dora Mayer”, 6
32
Gonzalo Paroy Villafuerte, “El ataque del Batallón Cuchara: odios y conflicto entre chinos y
mataperros en Lima (1863-1911)”. Revista Historia 2.0, Conocimiento histórico en clave digital
año 3 N°5 (2013): 94. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4410208
33
Paroy Villafuerte, “Los otros en el discurso”, 79
34
Paroy Villafuerte, “El ataque del Batallón Cuchara”, 94
Lejos de lograr una verdadera inserción, durante los años de 1861 y 1879, la opinión social
entro en un debate sobre el rol del chino dentro de la sociedad. Por un lado se encontraban los
voceros del discurso anti chino y en otro los voceros de un discurso disidente que surge con
ideas de igualdad e inclusión35. La tensa situación llevo a que los debates formen discursos
alrededor de la imagen del chino y que la prensa sea el principal medio de exposición de ideas 36.
El debate entre sinofilos y sinófobos continuo de manera permanente hasta que con el estallido
de la guerra del pacífico cesó toda actividad intelectual en aras de la defensa del territorio.
Este nuevo periodo marcado por la derrota en la guerra y el inicio de la Restauración Nacional
abrió la posibilidad de que se gestara una nueva clase de ideas racistas. Iniciando lo que
Gonzalo Paroy determina como “la transformación del discurso antichino” 37. A partir de finales
de siglo XIX e inicios de siglo XX, la conjunción de ideas modernizadoras con los discursos
racistas tuvo un fuerte impacto en los discursos esbozados por la sociedad. Ya que la idea de la
formación de un individuo “cosmopolita” busco resolver el problema de la “inmoralidad de las
costumbres”38.
35
Paroy Villafuerte, “Los otros en el discurso”, 126
36
Ibid, 126
37
Ibid,
38
Muñoz, Diversiones públicas en Lima 1890–1920, 59
39
Valladares Chamorro, “Inmigrantes chinos en Lima”, 94
40
Paroy Villafuerte, “Los otros en el discurso”, 171-173
41
Rodríguez Pastor, “La Calle del Capón, el Callejón Otaiza y el Barrio Chino”, 416-420
42
Paroy Villafuerte, “Los otros en el discurso”, 178-180
43
Muñoz, Diversiones públicas, 154-198
No obstante, la figura del chino en la sociedad no se relacionó únicamente con la suciedad ya
que también fue descrito como “inferior”. Publicaciones difundidas a través de folletos y
boletines, como los escritos de Clemente Palma, director de la revista Variedades, permiten
constatar esta visión del chino como inferior. Ya que el principal argumento versaba sobre la
idea del mestizaje como una situación entre los chinos que resultaba en una deterioración de la
raza.44 Puesto que el mestizaje con los chinos significa un retraso para el “devenir de la raza”, ya
que estos eran considerados como una “raza media” 45.Este discurso también es tuvo cabida en
los escritos de José Carlos Mariátegui, quien fue reticente ante los inmigrantes chinos en el país,
argumentando que los chinos y los negros no beneficiaban a la sociedad peruana 46. Lo que abrió
paso a que las élites intelectuales formaran un discurso el cual permita legitimar su superioridad
sobre los demás grupos basándose en características étnicas 47.
La formulación de este tipo de ideas permitió que aparecieran tesis académicas como la de
Cesar Borja, las cuales señalaban a los asiáticos como perjudiciales al país y por tanto era
necesaria su expulsión. Lo que hizo inminente el fortalecimiento de las máximas del discurso
racista científico que se importado desde Europa y que se justifiquen las prácticas violentas
contra los asiáticos a comienzos del siglo XX 48. La situación gestada puso en el ojo de la
tormenta a los chinos y el accionar de la sociedad devino en una serie de atentados en contra de
la comunidad. Desde ataques directos hacia la comunidad, como el del “Batallón Cucaracha” 49.
Hasta la demolición del tugurizado callejón Otaiza, la comunidad china fue blanco del discurso
racista promovido por la élite modernizadora.
En tal sentido, la sociedad peruana de inicios de siglo XX estuvo marcada por la conjunción de
pensamientos orquestados por la élite. Pensamientos los cuales establecían al proyecto
modernizador de la república como una aspiración y a los discursos racistas como base de la
“jerarquía social”. Es mediante aquella mentalidad en la cual se inscriben las imágenes de la
comunidad asiática. Las cuales estuvieron marcada por una serie de discursos esbozados por las
élites que fueron fruto de su necesidad de encontrar un chivo expiatorio el cual pudieran usar
para legitimar su poder. Necesidad que derivó en la legitimación del “racismo científico” que
permite denigrara al chino de manera consensuda. Lo que resultó en que la sociedad peruana
relacione a la comunidad china con conceptos como “suciedad” y “inferioridad”; los cuales eran
justificados a partir de lo “degradado e inferior” que suponía ser chino.
44
Van de Hoef, “El chino de la esquina”,27
45
Alejandro Obregón, “El porvenir de las razas: el racialismo en el Perú entre los siglos XIX y
XX”, 87
46
Van de Hoef, “El chino de la esquina”,27
47
Paroy Villafuerte, “Los otros en el discurso”, 196
48
Ibid, 194
49
Paroy Villafuerte, “El ataque del Batallón Cuchara”, 92-102
Capítulo 2
A fines de siglo XIX, el Perú recibió la primera oleada de inmigrantes japoneses. Esta situación
fue el resultado de la suma políticas reformistas migratorias del Imperio Japonés y la necesidad
del Perú de suplir el déficit en el sector agrario costero que los inmigrantes chinos dejaron
pendiente. Por ello, los japoneses de clases bajas, en búsqueda de una mejor vida, fueron
atraídos por la idea del Perú como un país “lleno de oro”. Sin embargo, su ilusión de
prosperidad fue resquebrajada al llegar al Perú, ya que tuvieron un destino similar a los chinos
que años antes trabajaron en aquel sector agrícola. Por consiguiente, su situación de desamparo
los dejó en un estado de vulnerabilidad a y dificultó su inserción y establecimiento. No obstante,
debido a su fuerte sentido de comunidad, lograron establecerse dentro de la sociedad peruana.
Empero, la prosperidad japonesa no duró, ya que para mediados de siglo XX la sociedad
peruana comenzó una persecución en contra de la comunidad. Ya que esbozó discursos raciales
en contra su relacionado su presencia como un “peligro” para el desarrollo económico de los
peruanos y su accionar como el de “espías” y “enemigos” enviados para invadir el país. Por
ello, en un primer momento se expondrá el proceso de migración japones al Perú. Luego se
analizará la forma en la que se establecieron dentro del territorio peruano. Para finalmente
exhibir cuales fueron los discursos raciales esbozados por la sociedad y cómo estos
repercutieron de manera negativa en la imagen del japonés.
La diáspora japonesa tiene como principal motivo las reformas que se llevaron a cabo en el
54
Japón Imperial durante el periodo conocido como la Restauración Meiji . Según Hiroshi
Miyashiro, la reforma agraria llevada a cabo propició que miles de japoneses migraran del
campo a las ciudades, pues no era sustentable la vida en el campo. Empero al llegar a las
ciudades, la situación fue más desalentadora aún; el desempleo y el hacinamiento los llevo a
buscar otras vías para poder subsistir. Por ello, los japoneses que se encontraban en una visible
pobreza se vieron obligados a migrar 55. En ese sentido, la mirada de los japoneses se puso en las
tierras fértiles y poco trabajadas de América, en comparación a su país sobrepoblado y de baja
producción56.
De esta manera en el año 1893, cuando América del Sur comenzó a atraer la atención de Japón,
Perú destacó por sus impresiones románticas del imperio Inca 57. Como menciona Andreas
50
Humberto Rodríguez Pastor, “Notas comparativas de inmigrantes chinos y japoneses”,
Investigaciones sociales Vol.23 N.°43 (2020): 254
51
Vicente Otta Rivera, “Migración y conflicto intercultural: del sol naciente a la tierra de
Pachacamac”. Investigaciones sociales Vol.23 N.°43 (2020): 289-290
52
Rodríguez Pastor, “Notas comparativas de inmigrantes chinos y japoneses”, 253-256
53
Olivia Snyder, "La Comunidad Nikkei en Perú: Su Historia, sus Influencias y sus Relaciones
con la
Comunidad Indígena en Madre de Dios". Independent Study Project (ISP) Collection N°3258.
https://digitalcollections.sit.edu/isp_collection/3258: 13
54
Hiroshi Miyashiro, “De la Restauración a la Persecución: Formación de la identidad Nikkei
en el Perú". (Tesis Para optar el Título Profesional de Licenciado en Antropología, Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, 2019): 60-69
55
Ibid, 72
56
Wolfram Manzenreiter, “Living under more than one sun: The Nikkei Diaspora in the
Americas”. Contemporary Japan vol. 29 N°2 (2017): 193-213
https://doi.org/10.1080/18692729.2017.1351045
57
Olivia Snyder, "La Comunidad Nikkei en Perú: Su Historia, sus Influencias y sus Relaciones
con Comunidad Indígena en Madre de Dios", 13
Koechert, los condiciones económicas, sociales y políticas que experimentó la población
japonesa pobre fueron precarias durante la migración de Japón a Perú. Lo que derivó a que
aceptaran trabajos relacionados con el sector agrícola 58. Si bien hubo un incidente diplomático
con el navío María Luz entre Perú y Japón en 187259, el año posterior, Japón y Perú firmaron un
tratado de relación diplomática. Lo que facilitó una relación fluida entre ambos países y que en
los años próximos comenzara un proceso de migración 60. La llegada de los primeros migrantes
japoneses ocurrió en 1899, luego de que el agente a cargo de la emigración japones (Makoto
Morioka) recibiera el permiso de enviar casi 800 migrantes japoneses a Perú 61. De acuerdo con
Ernesto Maguiña, la llegada de japoneses constituyó la última y más importante ola migratoria
destinada a suministrar mano de obra a la agricultura, siendo los japoneses numéricamente
segundos en importancia después de los chinos62.
De acuerdo con Roxana Shitani este periodo consta de cuatro etapas: La migración por contrato
(1899-1923), la migración por invitación o Yobiyose (1923-1937), la migración prohibida
(1937-1942) y la deportación (1942)63. En lo que concierne a la migración por contrato, esta
hace referencia al periodo durante el cual los japoneses migraban al Perú mediante contratos
con el respaldo de las compañías migratorias y del Estado japones. Los cuales eran parte de un
proceso ordenado y bien planeado, el cual se evidenciaba en una rápida inserción laboral dentro
de las haciendas costeras64. Sin embargo, Toraji Irei y William Himel mencionan que, si bien el
contrato de trabajo de 4 años incluía “servicios básicos”, los migrantes japoneses y sus
empleadores rápidamente se encontraron con problemas. Puesto que, en algunos casos los
empleadores no cumplían lo estipulado en el contrato 65. Lo que originó múltiples fugas de las
haciendas por parte de los japoneses. El resultado de estas fugas fue determinante para que los
58
Koechert, Andreas. “La metamemoria generacional de una familia japonesa en Perú”. En
Iberoamerica Vol.18 No.2 (2016): 147.https://www.researchgate.net/publication/313464302
59
Luz Hincapie. “Rutas del Pacífico: inmigrantes asiáticos a América Latina”. En actas del XIII
Congreso Internacional de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África
(ALADAA), Bogotá, Colombia (2011): 7-8. Consulta: 25 de septiembre de 2020.
60
Ayumi Takenaka, “The Japanese in Peru: History of Immigration, Settlement, and
Racialization”. En Latin American Perspectives Vol. 31 N°3 (2004): 81
61
Olivia Snyder, "La Comunidad Nikkei en Perú: Su Historia, sus Influencias y sus Relaciones
con Comunidad Indígena en Madre de Dios", 13
62
Ernesto Maguiña, “Un acercamiento al estudio de las inmigraciones extranjeras en el Perú
durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX”, Tierra Nuestra Vol. 8, núm. 1
(2010): 85
63
Shintani, Roxana. “The Nikkei community of Peru: Settlement and development”.
Ritsumeikan Studies in Language and Culture vol. 18 N°3 (2007): 81–84.
64
Hiroshi Miyashiro, “De la Restauración a la Persecución: Formación de la identidad Nikkei en
el Perú, 81
65
Irie, Toraji, and William Himel. "History of Japanese Migration to Peru, Part I." The Hispanic
American Historical Review Vol.31 N°3 (1951): 437-52. doi:10.2307/2509401.
japoneses que todavía seguían en las haciendas no renueven su contrato y abandonen las
haciendas para dirigirse hacia las ciudades 66.
Con el final de esta etapa se da inicio la denominada “migración por invitación”. Esta etapa,
también conocida como Yobiyose, es el resultado de la desfavorable situación respecto a los
contratos de trabajo abolidos en 1923 67. Lo que originó que entre 1924 y 1936, la comunidad
japonesa establecida en el Perú llamara a sus familiares en Japón; ya que desde el inicio del
proceso migratorio los japoneses se habían mantenido en la endogamia para prevalecer como
inalienables y autosuficientes68. Durante este periodo la comunidad japonesa experimento un
aumento demográfico exponencial; lo que resultó en el periodo más fructífero de migración
nipona al Perú69. Ya que, la inserción de las mujeres japonesas dentro de la comunidad peruano-
japones fue esencial para la constitución de la comunidad “Nikkei”. Ya que permitió que los
japoneses continuaran con la cohesión étnica y cultural de su comunidad, evitan cualquier tipo
de mestizaje70.
Esta etapa abarcó los años de 1937 hasta 1940. Dentro de este lapso, el gobierno peruano
continuo con la campaña antijaponesa; ya que agudizó las medidas para evitar cualquier tipo de
crecimiento de la comunidad japonesa dentro del país a modo de “control” 73. Además, el
accionar estatal fue acompañado por una nueva campaña de odio en contra de la comunidad
japonesa: el inminente Segunda Guerra Mundial. La complicada situación de la comunidad
japonesa dentro de la sociedad peruana y el estallido del conflicto bélico tuvo como resultado
66
Hiroshi Miyashiro, “De la Restauración a la Persecución: Formación de la identidad Nikkei en
el Perú", 84-85.
67
Roxana Shintani. “The Nikkei community of Peru: Settlement and development”.82.
68
Hiroshi Miyashiro, “De la Restauración a la Persecución: Formación de la identidad Nikkei en
el Perú", 82-83
69
Wolfram Manzenreiter, “Living under more than one sun: The Nikkei Diaspora in the
Americas”, 197
70
Amelia Morimoto, “Las mujeres Nikkei en Perú”. CONSENSUS Vol.23 N°1 (2018): 92
71
Hiroshi Miyashiro, “De la Restauración a la Persecución: Formación de la identidad Nikkei en
el Perú", 87
72
Roxana Shintani, “The Nikkei community of Peru: Settlement and development”. 83
73
Hiroshi Miyashiro, “De la Restauración a la Persecución: Formación de la identidad Nikkei en
el Perú", 117.
que, para 1942, se comience un proceso de deportación de nipones a campos de concentraciones
en Estados Unidos74. Con las deportaciones en marcha y con las medidas tomadas por el
gobierno peruano el Perú había concluido con el primer proceso de migración japonesa.
Roxana Shintani menciona que desde inicios del establecimiento japonés, las asociaciones
comerciales fueron el núcleo de su vida social. Ya que sin ellas no podían acceder a préstamos o
fondos de ahorros, puesto que los bancos peruanos les denegaron cualquier tipo de préstamo.
Sin embargo, la concentración de los japoneses dentro del área urbana y el creciente desarrollo
de sus negocios; fue visto como una situación la cual colocaba a la comunidad nipona como
competidora dentro del mercado nacional 79. Esta nueva visión de la comunidad estuvo
74
Ibid, 84-85
75
Hiroshi Miyashiro, “De la Restauración a la Persecución: Formación de la identidad Nikkei en
el Perú", 87
76
Ayumi Takenaka, “The Japanese in Peru: History of Immigration, Settlement, and
Racialization”, 84-85
77
Ibid, 109-110
78
Roxana Shintani, “The Nikkei community of Peru: Settlement and development”. 82
79
Ibid, 83
acompañada por opiniones mixtas, por un lado se veía a los japoneses como trabajadores y
honrados, mientras que por otro se les vió como “peligrosos” 80.
Sin embargo, la opinión que prevaleció fue la antijaponesa; ya que los medios jugaron un rol
importante en crear imágenes negativas del japonés 81. No obstante, lejos de quebrar a la
comunidad, la actitud antijaponesa, reforzó los lazos de solidaridad dentro de la comunidad.
Puesto que debido a la cohesión étnica, cultural y económica de la comunidad, esta pudo lograr
mantener cierta estabilidad pese al rechazo público 82. En ese sentido la llegada de los
sentimientos anti japones, marcaron el final del proceso de establecimiento de la comunidad
japonesa. Ya que logró se consolidar a la comunidad mediante asociaciones y sentimientos de
solidaridad; los cuales se reforzaron cuando fueron atacados de manera pública. En ese marco,
el ataque público significó un final para la prosperidad japonesa, sin embargo, en las décadas
posteriores los japoneses se enfrentarían a una problemática similar.
Con los vestigios de éxito de la comunidad japonesa cada vez más visibles y plausibles, la
sociedad peruana fue desarrollando sentimientos adversos hacia la comunidad. Debido que
consideraban peligroso su ingreso como competencia 83. Por ello la concentración económica y
laboral de los japoneses, sumada a idearios racistas de la época, creó animadversión tanto por
parte de la sociedad civil como de las organizaciones obreras 84. No obstante, este no fue el único
ataque hacia la comunidad japonesa, ya que también fueron señalados como “infiltrados” del
gobierno japonés85. Por ello se puede determinar que la imagen que se construyó del japonés fue
la de un “peligro” para los comerciantes peruanos y la de un “espía” de Japón.
Amelia Morimoto afirma que una primera etapa (1930) de los discursos entorno al japonés tuvo
como objetivo desprestigiar a los comercios japoneses, ya que estos acaparaban los empleos en
detrimento de los trabajadores peruanos86. Sin embargo, estos discursos no llegaron a acciones
80
Olivia Snyder, "La Comunidad Nikkei en Perú: Su Historia, sus Influencias y sus Relaciones
con Comunidad Indígena en Madre de Dios", 15
81
Roxana Shintani, “The Nikkei community of Peru: Settlement and development”. 83
82
Ayumi Takenaka, “The Japanese in Peru: History of Immigration, Settlement, and
Racialization”, 86
83
Roxana Shintani, “The Nikkei community of Peru: Settlement and development”. 83
84
Dahil M. Melgar Tísoc, “Amarillos, blancos y chinos. Discursos y prácticas de racialización y
xenofobia sobre población de origen japonés en Perú”. En: Boletín de Antropología vol. 35, N.º
59 (2020): 154-182. doi: http://dx.doi.org/10.17533/udea.boan.v35n59a09
85
Amelia Morimoto, “La campaña anti japonesa de la prensa de la década de 1930”, (Tesis para
optar por el grado de Magíster en Historia. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
2013), 5
86
Ibid
mayores sino hasta la caída de Augusto B. Leguía. Con el ascenso del gobierno filofascista de
Luis Sánchez Cerro (1930), la comunidad japonesa padeció de una abierta confrontación de la
sociedad peruana y el gobierno87. La comunidad nipona, luego de un acuerdo entre Sánchez
Cerro y el ministro de Japón (Saburo Kurusu), fue dejada a su suerte; ya que se les otorgo la
libertad de autodefenderse, dejando en claro que no iban a recibir protección gubernamental.
En esta línea de desamparo y rechazó a los nipones, tantos partidos políticos (PUR) 88 como la
prensa jugaron un papel importante la difusión del sentimiento anti japones. Vestigios de la
japonofobia es lo pregonado por el diario La Prensa en 1934, el cual buscaba alertar a la
población ante el inminente peligro japonés, ya que su presencia en el mercado peruano
significaba un riesgo para la economía del país. Este tipo de discurso, acompañado con: la
prohibición de entrada a cualquier ciudadano japonés, la prohibición de poder registrar a un
recién nacido de padres nipones; dieron paso a que la comunidad nipona sea vista como un claro
peligro el cual el estado peruano busca erradicar o minimizar 89. Lo que se tradujo en que las
hostilidades hacia los japoneses se extiendan al ámbito cultural; lo que ocasiono una reacción
agresiva por parte de la sociedad peruana. El resentimiento hacia los valores de honradez de los
japoneses despertó en los peruanos sentimientos de odio y rechazó a este grupo 90.
Por ello revistas abiertamente anti niponas como La Crónica, buscaron exponer al japones como
alguien deshonesto y agresivo, con los que no se puede competir 91. Por consiguiente, la imagen
del japones fue señala como peligrosa; ya que su estadía en el Perú amenazaba el estatus quo
que la sociedad peruana reconocía como propio 92. En ese sentido, el japonés fue expuesto como
“peligroso” ya que además de significar un peligro para la economía del país, era visto como un
sujeto abyecto el cual rompía y amenaza las costumbres de la época.
Las nefastas consecuencias de esta creciente tensión entre la sociedad peruana y la comunidad
nipona tuvieron su clímax durante los años posteriores al estallido de la Segunda Guerra
Mundial. Las publicaciones del diario clandestino aprista La Tribuna en 1940, que señalaban a
los japoneses como espías organizados que buscaban tomar el Perú, fueron un presagio de uno
de los episodios más desagradables y dolorosos para la comunidad japonesa en el Perú: La
87
Hiroshi Miyashiro, “De la Restauración a la Persecución: Formación de la identidad Nikkei en
el Perú", 117
88
Tirso Molinari Morales, “El Partido Unión Revolucionaria y su proyecto totalitario - Fascista.
Perú 1933 - 1936. Investigaciones Sociales N°10 (2006): 339.
https://doi.org/10.15381/is.v10i16.7029
89
Ayumi Takenaka, “The Japanese in Peru: History of Immigration, Settlement, and
Racialization”, 86-87
90
Ibid, 88
91
Ibid
92
Ibid
Turba del 13 de mayo de 1940. José Naupari menciona que los actos vandálicos cometidos en
contra de los establecimientos japoneses en la ciudad se justificaron en los rumores infundados
sobre una inminente invasión. Situación la cual causo incertidumbre en la población e incentivó
la agresión y represión en contra de los desprotegidos japoneses 93.
Los discursos fueron inseminando la idea del japones como enemigo, lo que desencadenó en
una situación de odio hacia la comunidad. Es por ello que con el inicio de la Segunda Guerra
Mundial, los japoneses fueron el chivo expiatorio perfecto. Desencadenando una violencia
desenfrenada en contra de la población japonesa 94. Dentro de este contexto tan polarizado, el
gobierno aprovechó la legitimación de la violencia para controlar a la comunidad Nikkei. Lo
que significó que mediante cierres arbitrarios de asociaciones e instituciones, el gobierno uso su
capacidad como estado para reprimir a los japoneses 95.
No obstante, el atentado de 1940 no fue el único acontecimiento que afecto a los japoneses
durante esta etapa. Ya que para el año de 1942, el Perú rompió relaciones diplomáticas con
Japón en aras de una alianza con Los Estados Unidos. La nueva alianza con EE.UU. derivó en
que el gobierno peruano radicalizara su actitud frente a los japoneses ya que eran considerados
“traidores”96. Por ello, el Perú comenzó un proceso de deportación de nipones hacia los Estados
Unidos; los cuales fueron llevados a campos de concentración. Por consiguiente, se puede
determinar que la imagen del japonés también fue relacionada con figura de un “traidor” y
“espía”; ya que fue el chivo expiatorio perfecto para liberar las tensiones generadas por la
guerra y las tensiones generadas en los años anteriores.
Parte de la primera parte del trabajo permite determinar que el proyecto modernizador de inicios
de siglo XX, estuvo acompañado de una serie de características las cuales fueron determinantes
para la formación de discursos racistas en los años posteriores. Puesto que perseguió una
mentalidad “cosmopolita”, relacionar el desarrollo material con el progreso y vincular a la raza
blanca con lo “deseador. En otras palabras, los ideales del proyecto modernizador generaron en
la población un estereotipo el cual permitió sentar las bases de los múltiples discursos racistas
en aras de este modelo “cosmopolita”.
En ese sentido, la sociedad peruana tuvo un rol importante en la formulación de los discursos
racistas de inicios de siglo XX, puesto que reprodujeron en su cotidianidad lo que las élites
pregonaban. Situación la cual se tradujo en un apoyo masivo hacia los estos ideales;
permitiendo que se instaurarse un estereotipo determinado que el cual la sociedad asimiló como
propio y como una meta a la cual se debe aspirar. Lo que permite concluir que la sociedad
peruana, mediante su apoyo a los discursos racistas, jugó un papel importante en la formulación
las imágenes degradas de los inmigrantes.
Es entonces que el contraste las imágenes negativas de los chinos y lo japoneses se vuelve más
notorio. Debido a los contextos históricos distantes, repercutieron de manera distinta en la
construcción de los discursos racistas. Puesto que los discursos esbozados fueron de acuerdo
con la mentalidad e ideales de la época. Mientras que el chino fue víctima del “discurso
higienista” por parte de la élite modernizadora a finales de siglo XIX e inicios del XX, los
japoneses fueron víctimas de un discurso que tiene como origen un recelo hacia su éxito dentro
del mercado peruano que nace durante la década de 1930.
Un factor que influyó fuertemente en la construcción de las imágenes negativas de estas dos
comunidades fueron las condiciones de trabajo. Mientras que los chinos trabajaron en un estado
de servilismo en las haciendas costeras del Perú sin ningún organismo el cual los amparara, los
japoneses trabajaron en condiciones mucho más favorables que los chinos y contaban con un
organismo el cual los amparaba ante cualquier abuso. Esta situación contribuyó a que el chino
fuera visto como un mero objeto el cual debe ser explotado y que debe ser mantenido al margen.
Sin embargo, el japonés, debido a sus condiciones de trabajo y su organización, fue visto como
un individuo mucho más trabajador y honrado. En ese sentido, se puede determinar que uno de
los factores determinantes para la formación de las imágenes negativas de los chinos y los
japoneses, son las condiciones en las que ambos grupos trabajaron.
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