Está en la página 1de 3

4 tips para aprender más rápido

que los demás


Emprender en cualquier rama no es un camino fácil, pero optimizando nuestro
aprendizaje de seguro lo haremos más sencillo. Nunca dejamos de aprender y
es por eso que debemos ser conscientes de cómo lo estamos haciendo, para
aumentar nuestra productividad y hacer más corto el camino al éxito.

“Trabajo duro” es una de las premisas más comunes en el mundo del


emprendimiento, incluso a la hora de estudiar debemos hacerlo arduamente.
Benedict Carey, columnista de ciencia y medicina del New York Times, no está
de acuerdo y propone estudiar inteligentemente, no más duro. Esto lo explica
en su libro Cómo aprendemos: La sorprendente verdad sobre cuándo, dónde y
porqué aprendemos.

Contrario a los que hemos escuchado toda nuestra vida, Carey se basa en
estudios científicos para decir que las interrupciones, dormir, soñar despiertos
y estudiar en ambientes no idóneos pueden potenciar nuestro aprendizaje.
Además nos da los siguientes tips para que estudiemos inteligentemente:

1. Repartir el tiempo.

Si buscamos retener la información a largo plazo es mejor dividir el tiempo de


estudio. Es decir que si vamos a destinar 3 horas para estudiar, lo mejor es
hacer 3 sesiones de una hora y no 1 sesión de 3 horas. La razón es sencilla,
con el paso del tiempo tendemos a olvidar la información así que entre más
veces retomemos el tema de estudio, nuestro cerebro se acostumbrará a
recordar la información necesaria.

2. Tener cuidado con la ilusión de fluidez.

¿Cuántas veces has terminado de estudiar, revisas por encima los temas y
estás seguro que lo has comprendido todo? De seguro bastantes y es normal,
porque nos sentimos cómodos con esa sensación de fluidez; el problema es
que muchas veces no entendemos tan bien como creemos y por simple
pereza de no volver a repasar, dejamos así. ¿Cómo evitarlo?

Carey sugiere las dificultades deseadas, que son aquellas situaciones que nos


ponen en la incomodidad de tratar de recordar lo aprendido, como las
siguientes:

 Hacernos pruebas: Apenas acabemos de estudiar es importante no


dar por sentado que ya lo tenemos todo claro y hacernos preguntas
para ver en realidad qué tanto sabemos. Auto-evaluarnos nos
permite indagar más a fondo y desentrañar preguntas que no
hubiéramos pensado hacernos.
 Enseñar: Después de estudiar busca a alguien y explícale de la
manera más sencilla posible lo que acabas de aprender, si lo puedes
hacer es una muestra de que efectivamente entendiste el tema.

3. Dormir.

Solemos pensar que dormir y estudiar no van de la mano, o es una cosa o es la


otra. En su libro, Carey habla de los estudios realizados por Sara Mednick,
donde las personas que realizaban tests en las horas de la tarde se
desempeñaban un 30% mejor si habían tomado siestas de una hora a una
hora y media. ¿Cuál es la razón?

El cerebro guarda en su memoria cierto tipo de información cuando está en la


quinta etapa del sueño, conocida como REM. En una siesta de más de una
hora, alcanzamos el sueño REM por lo que dormir 8 horas y tomar una siesta
es igual de beneficioso para el aprendizaje.
Así que ya sabes, una siesta no es una hora de tiempo perdido, es tiempo que
optimiza el aprendizaje.

4. Interrumpir ayuda.

¿Conoces el efecto Zeigarnick? Es la facilidad que tenemos de recordar mejor


las tareas que no hemos terminado que las que sí hemos completado. Bluma
Zeigarnick llegó a esta conclusión después de realizar diferentes experimentos,
entre ellos uno en el que demostró que los meseros recordaban mejor los
pedidos de las mesas que aún no les habían pagado. Así que cuando debamos
estudiar temas extensos es recomendable detenernos cada cierto tiempo,
para que el cerebro deje el tema en la cima de nuestra lista de prioridades y
estemos sub-conscientemente pensando en el. Carey sugiere que al
estancarnos en algún raciocinio, el efecto Zeigarnick nos ayuda a superarlo.

También podría gustarte