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EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD

La línea argumental respecto al principio de legalidad nos conlleva al análisis de la idea


contractualista que siguió Beccaria de Rousseau, como resultado el Principio de
Legalidad del delito y de la pena, lo que se propone a que “Las Penas debían ser
proporcionadas al daño social causado”, una oposición al pensamiento inquisitivo y la
crueldad que se instauraba en aquellas épocas de tortura, en donde la presunción de
inocencia no tenía cabida para poder evitar la coerción que afecten derechos
fundamentales.

En ese sentido la codificación y el positivismo nos conlleva a que este principio se


aplique según las medidas coercitivas establecidas expresamente en la Ley, en la forma
y por el tiempo señalado en ella; ahora bien como norma básica del conjunto del sistema
valorativo el principio de legalidad responde al modelo de estado Social y democrático
de derecho, lo que implica que se estableció como un límite al poder coercitivo del
estado, asegurando la inviolabilidad de la dignidad de la persona humana. El principio
de legalidad fue concebido no solo como una exigencia de seguridad jurídica, que
requiera únicamente la posibilidad de un conocimiento previo de los delitos y las penas,
sino también como una garantía política de que el ciudadano no podrá verse sometido
por parte del estado ni de los jueces a penas que no admita el pueblo, este principio
marca un punto de quiebre en la evolución de los pueblos y en el establecimiento de una
conciencia jurídica garantista y profundamente respetuosa de los derechos humanos.

En su concepto básico el Principio de legalidad está referido a que todo acto u omisión
cometido debe estar previamente establecido, codificado para su atribución, es decir
debe estar determinado por la ley nullum crimen sine lege.

Para Jakobs, El principio de legalidad debe considerarse como garantía de objetividad,


ya que el “comportamiento punible y la medida de la pena no se deben determinar
bajo la impresión de hechos ocurridos, pero aun por juzgar, ni como medio contra
autores ya conocidos, sino por anticipado y con validez general, precisamente
mediante una ley determinada, dictada con anterioridad al hecho”

En palabras de Alcocer Povis, Por otro lado se entiende que el Principio de Legalidad
es un derivado del Principio de Culpabilidad, pues si la culpabilidad requiere que el
autor haya conocido ( o al menos podido conocer) la norma vulnerada, ello solo sería
posible, se afirma, si el hecho punible está contenido en una Ley.

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