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Marco metodológico:

Primero nos centramos en la historia de los carnavales de negros y blancos que se realizan en la
ciudad de Pasto que se ubica en el sur de Colombia en el departamento de Nariño por medio de
consultas realizadas en internet, El Carnaval de Negros y Blancos tiene su origen en la fusión de
múltiples culturas y expresiones, correspondientes a los Andes, la Amazonia y la cultura del
Pacífico. El carnaval de negros y blancos nació en el siglo XVI en el año 1546. Este hecho lo
caracteriza y distingue entre otras expresiones similares, empezando por la fecha en que se
realiza, la cual tiene un origen netamente indígena, puesto que coincide con la celebración de la
Luna, que guarda reminiscencia con los rituales efectuados por los pastos y los quilla singas,
culturas agrarias que, en época de cosecha, honraban con danzas a la luna, y en otros rituales
hacían rogativas al sol, para amparar sus cultivos.
Esta festividad contrastada por la extroversión de una comunidad caracterizada por una vida
apacible y taciturna, que encontraba en esos días una oportunidad de romper lo establecido.

Su origen fue un (asueto) a negros, originado en el Gran Cauca, comarca a la que pertenecía Pasto.
En 1607 hubo una rebelión de esclavos en Remedios, Antioquia que causó pánico entre las
autoridades coloniales. Esta noticia fue dada a conocer por bando en Popayán y así fue como el 5
de enero, se declara día libre para las gentes de color; la población negra de la capital del Cauca
salió a las calles a bailar al ritmo de la música africana y empezaron a pintar de negro las afamadas
paredes blancas de esa población. Posteriormente esta costumbre se regó por el sur, tomando
una inusitada fuerza en la fría ciudad de Pasto, donde cuenta el cronista José María Cordobés
Moure, ya hay vestigios de que se jugaba hacia 1854. En una fina y exclusiva casa de citas de la
ciudad, la casa de las señoritas Robby ubicada en la Calle Real , el atrevimiento del grupo de
sastres de la afamada sastrería de propiedad de don Ángel Zarama, entre los cuales se
encontraban Ángel María López y Máximo Erazo, los lleva a tomar la polvera francesa de una de
las damas más solicitadas y procede a esparcir los polvos con perfume de mujer, entre todos los
presentes con el grito de ¡Vivan los Blanquitos!, como una respuesta al ya tradicional juego de
Negros. No tardaron los compañeros del maestro cortador, en ser víctimas primero y luego
partícipes del juego.

Establecimiento

No es sino hasta mediados de los años 20, del Siglo XX, que va adquiriendo corpus la actual fiesta,
en la que se conjugan otras instancias, tiempos y espacios, dotándolo de un carácter más urbano e
incluyente. En 1926, los estudiantes mayores de los colegios y de la Universidad de Nariño deciden
participar activamente en la fiesta, eligiendo su reina, y saliendo por las calles vestidos con
disfraces en comparsas y bailando al son de la música regional, en lo que se constituye el primer
desfile, ya no del Día de Reyes, sino del 6 de enero, o día de Blancos.

Era un colono antioqueño con su familia que después de permanecer muchos años en el oriente,
había resuelto dejar la manigua para volver a tierra (civilizada).

Alfredo Torres Arellano y Carlos Martínez Madroñero, organizadores del desfile, ordenaron, a dos
de la cabalgata que abrieran campo y ni cortos ni perezosos incluyeron a los viajeros entre los
alegres jinetes que minutos después hicieron el desfile. El colono y sus gentes desfilaron alegres y
emocionados por todas las calles de la ciudad. Los inesperados viajeros recibieron las
aclamaciones de miles de pastusos a lo largo de las vías, plazas y avenidas de la capital nariñense.
Al finalizar el desfile, los integrantes de la Familia Castañeda pidieron a sus nuevos amigos que los
acompañaran hasta el Hotel París donde se alojarían, dicho hotel estaba situado en la Calle Real,
donde hoy se levanta el edificio «Zuchín» ubicado en la Carrera 25, entre Calles 17 y 18.

Madurez

En la década de los años 50, las carrozas adquieren movimiento y mayor dimensión, destacándose
en la elaboración de estas, el maestro Alfonso Zambrano6 quien da origen a toda una época de
esplendor. Es en esta época, que empieza la Alcaldía de Pasto (a veces con participación de la
Gobernación de Nariño) a asumir el control y la organización de las festividades, principalmente de
la apropiación de recursos para financiar los premios a las mejores carrozas, que luego se
extenderían a las comparsas y murgas.

A finales la década de los 60 se inicia la búsqueda y contratación de orquestas comerciales,


nacionales e internacionales, llegando incluso a presentarse Los Melódicos de Venezuela y la
Billo's Caracas Boys. Es el pionero Luis Quenguan, quien hace un registro en cine (blanco y negro)
de 8 milímetros, super 8 y 16 milímetros de estos.7Carnavales. En 1966, gracias a Don Mario
Fernando Rodríguez, surge en el barrio El Ejido, junto al Parque Bolívar, el Carnavalito, o Carnaval
de los Niños, fiesta autónoma que demorará al menos una década más en integrarse al programa
oficial.

Renovación

Con la llegada de la Carretera Panamericana en los años 70 y la mayor inclusión de Pasto en la


economía colombiana, el Carnaval se renueva con la presencia de nuevas tendencias en el manejo
de los materiales, nuevos ritmos musicales y una creciente corriente cultural que propugnaba por
el redescubrimiento de las raíces Quilla cingas y su vinculación activa en el Desfile Magno o día de
los Blancos. Para los años 80, la multiplicidad de corrientes culturales alrededor del Carnaval
evidencia la necesidad de la creación de un ente corporativo fuerte que asuma la planificación,
organización y ejecución de esta fiesta. La nota predominante es que, en toda la región
suroccidental de Colombia, se generalizaron festividades que coincidían con las celebraciones de
fin de año y que tomaban prestados elementos autóctonos del popular Carnaval de Pasto.

Impacto económico y social

Ya entrando a lo que se centra la investigación sobre el impacto social que tienen los carnavales de
negros y blancos según los documentos consultados que por medio de entrevistas realizadas en el
2017, la inmersión de los hogares pastusos en el Carnaval es representativa, en promedio, 3,82
personas por hogar participan en las diferentes manifestaciones del Carnaval. Entre los visitantes
del Carnaval, muchos corresponden a familiares y amigos de personas residentes en la ciudad de
Pasto, los cuales se alojan en dichos hogares en el periodo de fiestas decembrinas y carnaval. El
88,5 % de las personas permanecen en la ciudad de Pasto en la época de Carnaval y el 82,8 % ha
participado, al menos, en alguno de los eventos culturales característicos del Carnaval, Las razones
para asistir al Carnaval son múltiples: el 51,1 % de la población lo hace por diversión y
esparcimiento, el 20,5 % se complace observándola creatividad de los artesanos y los
espectáculos, y el 15,1 % se deleita de la cultura en términos generales.
En la parte económica el carnaval es una fuente generadora de empleo en los meses de
septiembre y diciembre de cada año, el Carnaval es un dinamizador del empleo productivo en
ocupaciones como pintores, artesanos, modistas, zapateros, carpinteros, herreros, soldadores,
vendedores ambulantes, transportadores, etc. De acuerdo con los cálculos del CEDRE tomando
como base la Gran Encuesta Integrada de Hogares en el periodo 2011-2016, el Carnaval generó
8.065 empleos en diversas actividades económicas; esto es, en promedio, unos 1.344 empleos
anuales, de los cuales aproximadamente el 20 % se genera en el periodo entre septiembre y
diciembre.
El empleo formal lo generan empresas del sector hotelero, restaurantes y otros servicios. En el año
2016 el Carnaval impactó directamente sobre el empleo en las siguientes ramas de la actividad
económica: 8 % en la industria, 50 % en el transporte, 20 % en el comercio, 15 % en hoteles y
restaurantes y 7 % en recreación. El empleo generado en la actividad del comercio no
corresponde, en su totalidad, a la ciudad de Pasto ya que muchos comerciantes de otras regiones
del país aprovechan el Carnaval para vender sus productos en esta época. De otra parte, en el caso
de la industria, en la región únicamente se estimulan los empleos que tienen relación con la
producción textil y artesanal; sin embargo, los cosméticos, sombreros y otros bienes provienen de
otras localidades del país.

En la estimación de los costos asociados a la puesta en ejecución del Carnaval se consideraron los
costos inherentes al área de la cultura, área de logística, área de comunicaciones, área comercial y
los costos de servicio de la deuda y gastos de administración. La planeación y ejecución del
Carnaval es una actividad de responsabilidad directa de Corpocarnaval. En total, la planeación,
administración y montaje del Carnaval 2017 costó $ 6.159,4 millones, de los cuales el 90,6 %
corresponde a costo directo y 9,4 % a gastos de administración.

Se requirió una inversión de $ 6.159,4 millones y produjo un total de beneficios valorados en $


57.767 millones, de los cuales 10,7 % corresponden a ingresos y 89,3 % a otros beneficios (efectos
directos, indirectos e inducidos). La relación costo-beneficio es de $ 9,38, lo que significa que por
cada peso que se invierte en el montaje y la ejecución del Carnaval, este genera $ 9,38 en
beneficios (nueve veces su costo de inversión).

Los efectos directos corresponden a los gastos efectuados por Corpocarnaval en el proceso de
planeación y organización del Carnaval, los cuales se estiman en $ 6.159,4 millones, desagregados
en ramas económicas tales como: servicios (62,0 %), industria (15,9 %), esparcimiento y recreación
(14,5 %), transporte y comunicaciones (6,7 %), y hoteles y restaurantes (0,8 %). De otra parte, los
efectos indirectos relacionados con los espectadores locales corresponden al gasto medio en
consumo realizado por los residentes en la ciudad de Pasto que participan con regularidad en el
Carnaval. Dicho gasto se estima en $ 19.298,8 millones, desagregados en hoteles y restaurantes
(33,9 %), comercio (26,4 %), industria (22,8 %), y transporte y comunicaciones (16,9 %). Los efectos
indirectos del Carnaval 2017 se estiman, entonces, en $ 17.316,8 millones, desagregados en ramas
económicas tales como: hoteles y restaurantes (44,4 %), transporte y comunicaciones (19,4 %),
comercio (18,4 %) y esparcimiento y recreación (17,8 %).

El efecto local total (directo más indirecto) del Carnaval, estimado en $ 42.775,0 millones, genera
un efecto inducido de $ 14.991,8 millones, de los cuales, el 63 % afecta positivamente a la
economía del municipio de Pasto lo cual también influye en la economía del departamento.

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