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Lectura 2 Las Nanotecnologías Hacen ¡BANG!
Lectura 2 Las Nanotecnologías Hacen ¡BANG!
El informático visionario Raymond Kurzweil, miembro del Army Science Advisory Board –
comité encargado de asesorar al ejército de Estados Unidos en materia científica y
tecnológica–, advierte en la imbricación de las nanotecnologías, la genética y la robótica
un peligro máximo para la humanidad. Un ataque terrorista o militar de nano-robots, o de
estructuras moleculares patógenas, apodadas “gelatina gris” (grey goo) podría, según él,
destruir la “civilización” en unos pocos días. Kurzweil recomienda construir un sistema
nanotecnológico de defensa inmunitaria. Pero, al mismo tiempo, le entusiasma la idea de
que estas técnicas sean capaces de “solucionar algunos problemas multiseculares, como
aquellos relacionados con el envejecimiento o la enfermedad” (6).
Las propiedades antimicrobianas de la plata son conocidas hace milenios: sus átomos
matan los virus y las bacterias. Al pasar a la escala nanométrica, la eficacia de esas
partículas se multiplica. Ya se comercializan vendas con nanopartículas de plata, que
permiten eliminar más de ciento cincuenta agentes patógenos, incluidas bacterias
resistentes a los antibióticos. Para luchar contra las infecciones nosocomiales (las
enfermedades contraídas en hospitales, quinta causa de mortalidad en Estados Unidos)
se prevé utilizar nanopartículas de plata en los instrumentos quirúrgicos, como también en
las sábanas y cortinas. Desde 2006, la firma coreana Samsung comercializa un
lavarropas que utiliza iones de plata (recuperables) para eliminar todos los microbios
lavando la ropa con agua fría.
Hoy ya podemos temer el escenario de una nanomedicina para ricos que movilizaría los
fondos públicos y los esfuerzos de investigación, mientras prosperarían en todo el mundo
los problemas de salud más urgentes, vinculados a la pobreza y las desigualdades
sociales. Más que nanopartículas de oro, los países en desarrollo necesitan políticas de
salud preventivas enfocadas a la alimentación y el hábitat, y acceso universal al agua
potable, a la educación y a los “medicamentos esenciales” (9).
La bioeconomía
El poder revolucionario de las nanociencias radica entonces en la convergencia de
tecnologías muy diferentes, federadas por las nanotecnologías propiamente dichas, que
garantizan su integración. Las nanobiotecnologías permiten controlar la auto-reproducción
de sistemas vivos para la ejecución de tareas precisas, a escala nanométrica, con fines
industriales.
Los geoingenieros también piensan que pueden arreglar los problemas alimentarios
mundiales. De aquí a 2017, el hambre afectaría a 1.200 millones de habitantes de las
setenta naciones más pobres (11). Si bien los países en vías de desarrollo disponían a
principios de los años 60 de un excedente comercial agrícola importante, hoy se
encuentran entre los importadores netos de productos alimenticios. A nivel mundial, diez
fabricantes monopolizan el 90% de la producción de productos agroquímicos, y más de
dos tercios de las semillas exclusivas. Su poder deriva de un dominio completo de la base
misma de la cadena de producción alimentaria, incluidas las semillas y sus genes. Por
esa razón, a menos de emprender una reforma a fondo del régimen de patentes y del
derecho internacional de propiedad intelectual, media docena de multinacionales podrían
acaparar el patrimonio vegetal mundial, patentando su manipulación a escala molecular y
nanométrica (12).
Por ejemplo, Monsanto y Dow Agrosciences se asociaron para producir, a partir de 2010,
semillas de maíz que contienen ocho huellas genéticas (dos contra los herbicidas y seis
contra los insectos); el 87% de la superficie total de los cultivos genéticamente
modificados del mundo llevan la etiqueta Monsanto (13). Esta industria tiene todas las
cartas en la mano para sacar provecho, aumentando los precios, de una crisis alimentaria
mundial que resulta a su vez de la desviación de una parte de los suelos cultivados hacia
los agrocombustibles. En julio de 2008, Monsanto aumentó en un 35% el precio de
algunas semillas de maíz genéticamente modificado.
Así, la bioeconomía que se perfila acentuará la convergencia de las bio-, nano- e info-
tecnologías, acelerando al mismo tiempo la concentración del capital alrededor de
algunas empresas que poseen el conocimiento práctico y la propiedad intelectual. Los
gigantes de la energía, de la química y del agroalimentario, como DuPont, BP, Shell,
Chevron o Cargill, serán de la partida. La era post-petrolera estará dominada por lo que
se ha denominado la “economía del azúcar” (14). La producción industrial se basará en
los “azúcares” extraídos de las materias primas biológicas (cultivos agrícolas, bosques,
algas, etc…) y su transformación en productos químicos y nano-productos de alto valor
agregado. Toda la química ligada al petróleo podrá ser entonces adaptada al carbono
vegetal (15).
Investigación y mercado
En 2007, el mercado total de las nanotecnologías estaba valuado en 135.000
millones de dólares. Muchas aplicaciones prometedoras están en fase de
laboratorio, y el trabajo de investigación y desarrollo aumenta sin cesar. En Estados
Unidos, el presupuesto destinado a la National Nanotechnology Initiative, creada en
2001 por la administración de William Clinton, asciende en 2009 a 1.500 millones
de dólares; las investigaciones abarcan la defensa, las ciencias básicas, la energía
y la salud.
(1) “Half Way to the Trillion Dollar Market? A Critical Review of the Diffusion of
Nanotechnologies”, abril de 2007, http://cientifica.eu/
REFERENCIAS
(1) Eric Drexler, Engines of Creation: The Coming Era of Nanotechnology, Anchor Books, Nueva York,
1986. Un nanómetro = una millonésima de milímetro. Para obtener una dimensión de 20 nanómetros,
hay que dividir por 1.000 el espesor de una hojilla de papel de fumar.
(2) 1018 operaciones por segundo. Véase el informe “Productive Nanosystems. A Technology
Roadmap”, Battelle Memorial Institute & Foresight Nanotech Institute, Palo Alto & Colombus,
Internano.org, 2007, pág. 61.
(3) “There’s Plenty of Room at the Bottom”, conferencia de Richard Feynman en la American Physical
Society, 1959.
(4) La mecánica cuántica constituye el pilar de un conjunto de teorías físicas que se agrupan bajo la
denominación general de física cuántica. Esta denominación se opone a la de física clásica, que
fracasó en su descripción del mundo microscópico –átomos y partículas– así como en la de algunas
propiedades de la radiación electromagnética (cf. www.techno-science.net).
(5) Jürgen Altmann, Military Nanotechnologies. Potential Applications and Preventive Arms Control,
Routledge, Londres, 2006.
(8) “Nanotech Rx. Medical Applications of Nano-scale Technologies. What Impact on Marginalized
Communities?”, Grupo de acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (ETC Group), 2006. En:
www.etcgroup.org/es/
(9) Véase Germán Velásquez, “Medicamentos: ¿derechos o mercancia”, Le Monde diplomatique, ed.
Cono Sur, Buenos Aires, julio de 2003.
(10) Cf. el Cuarto Informe de Evaluación del GIEC, “Climate change 2007”, noviembre de 2007.
(11) Stacey Rosen et al., “Food Security Assessment 2007”, United States Department of Agriculture,
julio de 2008.
(12) “Patenting the ‘Climate Change’… and Capturing the Climate Agenda”, ETC Group, junio de
2008.
(13) ETC Group, ¿De quién es la naturaleza? El poder corporativo y la frontera final en la
mercantilización de la vida, noviembre de 2008. En: www.etcgroup.org/es
(14) Idem.
(15) DuPont ya fabrica un biomaterial a partir de microbios sintéticos y azúcar, con miras a producir el
ingrediente básico de su fibra Sorona, que puede servir para producir todo tipo de textil, desde
lencería fina hasta alfombras. Cf. Bio-era, Genome Synthesis and Design Futures: Implications for the
US Economy, Cambridge, febrero de 2007.