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ón
ISRAEL
Y LAS
NACIONES
La historia de Israel desde el Éxodo
hasta la destrucción del segundo Templo
F. F BRUCE
EDITORIAL PORTAVOZ
La misión de Editorial Portavoz consiste en proporcionar productos de calidad
—con integridad y excelencia—> desde una perspectiva bíblica y confiable,
que animen a las personas a conocer y servir a Jesucristo.
Lista de ilustraciones 7
Lista de mapas 8
Abreviaturas 8
Prefacio de José Grau 9
Introducción 13
1. Nace Israel (c. 1300—1100 a.C.) 15
2. Los filisteos y la monarquía hebrea (c. 1100—1010 a.C.) 25
3. El reinado de David (c. 1010—970 a.C.) 34
4. Salomón y sus sucesores (c. 970—881 a.C.) 43
5. La casa de Omri(881— 841 a.C.). . . . . . . . . . . . . . 55
6. Las guerras sirias y el alzamiento de los profetas
(841-745 a.C.) 67
7. Ocaso y caída del Reino del Norte (745—721 a.C.) 76
8. Ezequías y el peligro asirio (721—686 a.C.) 87
9. Apostasía y reforma (686—621 a.C.) 93
10. Últimos días del Reino de Judá (621—587 a.C.) 104
11. El exilio (587-550 a.C.) 118
12. «Cuando Yahvé hiciere volver la cautividad de Sión»
(550—465 a.C.) 125
13. El pueblo de la ley ( 4 6 5 - 4 0 0 a.C.) 135
14. Los judíos en el imperio persa (539—331 a.C.) 144
15. El macho cabrio del occidente (334—198 a.C.) 154
16. Oníadas y tobíadas (200—175 a.C.) 163
17. El cuerno pequeño (175—168 a.C.) 173
18. La abominación desoladora (168—167 a.C.) 183
19. La resistencia de los asmoneos (167—164 a.C.) 188
20. Judas Macabeo (164—160 a.C.) 197
21. La conquista de la independencia (160— 128 a.C.) 208
22. La dinastía asmonea (128—65 a.C.) 219
23. La conquista romana (200—37 a.C.) 230
24. El reinado de Herodes (37—4 a.C.) 243
25. Los hijos de Herodes y los primeros procuradores
(4 a.C—37 d.C.) 254
This One
F93Y-NZQ-BBZG
6 / Israel y las Naciones
ABREVIATURAS
por razones que más adelante veremos (2), fue un animal ex-
traño para los israelitas hasta el reinado de Salomón.
Los filisteos, por el contrario, habían dominado el arte de
trabajar el hierro, y al comenzar a afirmar su soberanía y
superioridad sobre los israelitas se cuidaron bien de reservar-
se el monopolio de este metal. Cuando los israelitas comen-
zaron a utilizar implementos agrícolas de hierro, los filisteos
insistieron en que habían de ir a los herreros filisteos para
que se los afilasen. Se daban cuenta de que si permitían que
los herreros ejercieran su oficio entre los israelitas, podrían
forjar no sólo instrumentos para la agricultura, sino también
armas para la guerra, que se volverían contra los gobernan-
tes. Poco a poco los filisteos extendieron su poderío a lo largo
de todas las líneas de comunicación de aquel territorio, pe-
netrando hasta el extremo oriental del Llano de Jezreel. Aun-
que convirtieron a los israelitas en tributarios, su dominación
no fue exageradamente opresiva. Desde luego, no pusieron en
peligro la existencia misma del pueblo, como lo hacían los
midianitas con sus incursiones en tiempos de Gedeón. Algunos
de los israelitas se conformaban con vivir en paz bajo la do-
minación filistea, como se ve claramente en la historia de
Sansón, y se quejaban de los ataques de éste contra ellos
porque atraían sus iras no sólo contra él, sino también con-
tra todos sus hermanos de raza.
Pero si la mera existencia de los israelitas no se veía ame-
nazada por el dominio filisteo, la supervivencia nacional sí lo
estaba. El centro de la vida nacional se encontraba en aque-
llos tiempos en Silo, santuario de Efraín donde se albergaba
el arca de la alianza de modo más permanente que en el ta-
bernáculo de los días del desierto, y donde se adoraba al Dios
de Israel como «Yahvé de los Ejércitos». La familia sacerdo-
tal que estaba a cargo del santuario de Silo podía seguir su
genealogía hasta Aarón, hermano de Moisés, que había sido
sumo sacerdote del tabernáculo de la peregrinación. El últi-
mo de los sumos sacerdotes de Silo, Elí, tenía más obligacio-
nes que las meramente sacerdotales: como sacerdote del san-
tuario conciliar, actuaba como juez en asuntos intertribales.
En sus días, las tribus de Israel, empeñadas en resistirse a
una mayor servidumbre bajo los filisteos, levantaron contra
ellos la bandera de la insurrección, reuniéndose primero en
Silo, seguramente para recibir la bendición sacerdotal sobre
su empresa. Pero no tuvieron éxito en ella y decidieron que
I
28 / Israel y las Naciones
Estatua en piedra de
un dios ammonita, —800
aprox. Altura 80 cm. En-
contrada en Ammán. (Por
cortesía del Dep. de An-
tigüedades, Reino Ha-
chemita de Jordania)
del pueblo de Israel bajo la alianza, era que en estos dos san-
tuarios se habían instalado becerros de oro como pedestales
visibles al invisible trono de Yahvé. Esto violaba el principio
que prohibía toda imagen, dado por Moisés para la adoración
en Israel, y representaba la peligrosa asimilación de la ima-
ginería canaanita en sus prácticas religiosas, si bien los ca-
naanitas colocaban un ídolo sobre el animal.
Podemos preguntarnos si hay alguna diferencia de princi-
pio entre el uso del becerro de oro p a r a asiento de la pre-
sencia de Yahvé y el uso de los querubines para el mismo fin
en el lugar santísimo del templo de Jerusalén. Probablemen-
te la respuesta es que los querubines eran seres simbólicos
(representaban originalmente los vientos tormentosos) y sus
imágenes, por tanto, no eran «semejanza de lo que está arri-
ba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo
de la tierra» (11), mientras que las imágenes de los becerros
estaban íntimamente asociadas con el ritual canaanita de la
fecundidad. Por los textos rituales de Ugarit parece que El,
supremo dios del panteón canaanita, se encarnaba en ocasio-
nes en forma de toro (shor), y entonces se le llamaba Shor-
El (12).
De todas fomas, la constitución p o r Jeroboam de santua-
rios rivales al de Jerusalén en Betel y Dan, y la instalación
en ellos de imágenes de becerros de oro, las condena toda la
narrativa del libro de los Reyes como «el pecado de Jeroboam,
hijo de Nabat, con el que hizo pecar a Israel».
El quinto año después de la división del reino ( — 925
aproximadamente), Sisac preparó una invasión de Palestina
que partiera de Egipto. De esta invasión tenemos dos versio-
nes: una es la judía conservada en I Reyes 14:25 y sig., y
II Crónicas 12:1 y sig., y la o t r a es la egipcia, conservada en
un pórtico del templo de Amún en Karnak. El relato judío
se centra en que Sisac se apropió de los escudos de oro para
ceremonias que llevaba en Jerusalén la guardia personal del
rey cuando éste entraba en el templo, y su sustitución por
escudos de bronce. El relato egipcio nos da m á s informa-
ción, pues además de un relieve donde se ve la victoria de
Sisac, hay una lista de ciudades de Asia conquistadas, donde
pueden leerse unos ciento veinte nombres, y cierto número
de éstos son identificables con ciudades israelitas. Está claro
i
62 / Israel y las Naciones
una voz suave, que era más poderosa para la destrucción que
el viento, el terremoto o el fuego, se le ordenó volver, no
sólo p a r a ungir a Elíseo por sucesor en el quehacer profético,
sino para ungir también a este Jehú como rey de Israel, y a
un tal Hazael como rey de Damasco. Elias tomó en realidad
a Eliseo como discípulo y sucesor, pero no realizó personal-
mente las otras dos unciones, sino que se las asignó a Eliseo
como deberes que le correspondían a él. Se nos dice que Ben-
adad cayó enfermo y envió a Hazael a Eliseo (cuya fama
como profeta era bien conocida en Siria) para que le pregun-
tara si mejoraría. Eliseo respondió que la enfermedad no era
mortal, pero añadió, mirando significativamente a Hazael, que
Ben-adad moriría de todas formas. Hazael pretendió no ha-
ber comprendido, pero Eliseo le dijo abiertamente que él
sería rey de Siria, y lloró al presentir las depredaciones que
Hazael había de perpetrar dentro de las fronteras de Israel.
Hazael salió de la presencia de Eliseo, y al llegar al palacio
ahogó al rey enfermo presionándole un paño húmedo sobre
el rostro, y tomó su lugar en e! trono (6).
Sólo restaba la unción de Jehú para completar la triple
comisión. Eliseo envió a un miembro de una escuela proféti-
ca a Ramot de Galaad con un pequeño frasco de aceite, y le
dijo que pidiera una entrevista privada con Jehú. Lo hizo
así el profeta y, cuando se encontraron a solas, d e r r a m ó el
aceite sobre la cabeza de Jehú y le aclamó en el nombre de
Yahvé por rey de Israel y exterminador de la familia de
Acab, y huyó. Los oficiales compañeros de Jehú se burlaron
de él en cuanto a la visita de aquel loco mal vestido; m a s
cuando Jehú les contó lo sucedido prendió en ellos la idea
inmediatamente. Hicieron sonar trompetas y proclamaron a
Jehú por rey, extendiendo sus mantos militares a los pies
del proclamado, que estaba en pie en los escalones del
cuartel.
La única justificación para esta conspiración debe ser su
éxito.
ción del poder asirio, según él los veía, eran esenciales para
el mantenimiento de la independencia de su propio reino, y
era preciso obstaculizar los continuos intentos de Egipto para
r e t r a s a r o invertir el proceso de descomposición de Asiria.
En Meguido, pues, el patriótico rey se propuso impedir el
avance de los egipcios. Sus motivos eran buenos, pero hemos
de poner en duda su buen juicio político. Se negó a escuchar
las protestas de Necao, le dio la batalla, y Josías resultó mor-
talmente herido por los arqueros egipcios. Se lo llevaron a
Jerusalén, donde su extemporánea muerte fue lamentada por
todo Judá. Buena razón tenían para lamentarse, más de lo
que por el momento podían suponer, pues con Josías murió
también la independencia de Judá. El profeta Jeremías se
sumó al luto general por su buen rey, pero es de notar que
este profeta, en su elegía a Josías, alaba sus cualidades per-
sonales, pero silencia todo lo relativo a la reforma religiosa.
Dirigiéndose a un hijo de Josías, que no era merecedor de ta!
padre, le pregunta:
(1) G. Dix, Jew and Greek (1953), págs. 14 y sig. Las «tres grandes
civilizaciones» que menciona son las de Grecia, Siria y Persia.
126 / Israel y las Naciones
( 1 3 ) Ver página 1 4 8 .
El Pueblo de la Ley / 143
(14) JBL40 (1921), págs. 119 y sig.; BA9 (1946), pág. 15; The Bi-
blical Period (1952), pág. 64.
14
LOS JUDÍOS EN EL IMPERIO PERSA
(539-331 a.C.)
Hubo comunidades judías en muy diversas partes del
Imperio Persa, fuera de Babilonia y Palestina. Las de Egip-
to ofrecen especial interés, particularmente la asentada en la
frontera sur del país.
La Dinastía XXVI de los reyes de Egipto, fundada por
Psamético I, que le arrebató a Asiría la independencia de su
país en —654, hizo, posiblemente, más uso de mercenarios ex-
tranjeros que ninguna dinastía anterior. Muchos de tales mer-
cenarios eran griegos, pero algunos eran judíos. Como hemos
visto, cuando un grupo de judíos huyó a Egipto después del
asesinato de Gedalías en —586, y arrastraron consigo a Jere-
mías, encontraron muchos compatriotas que ya estaban allí, y
el oráculo de admonición conservado en Jeremías 44 iba diri-
gido a todos ellos. Entre aquellos a quienes dirigía el oráculo
había algunos «en tierra de Patros» (44:1), es decir, en el
Egipto Superior, y éstos parecen haber sido, en realidad, los
más numerosos. Al menos, ellos fueron los que respondieron
al llamamiento de Jeremías en forma negativa, asegurándole
que ellos seguirían «poniendo incienso a la reina del cielo...
como hemos hecho nosotros y nuestros padres», lo que había
ocurrido antes de la reforma de Josías.
Por lo menos de uno de los grupos de judíos asentados
en el Egipto Superior estamos bien informados por los do-
cumentos de Syene (actual Asuán) y Elefantina (hoy Jazirat
Aswan) que pertenecen al siglo V antes de Cristo (1), descu-
biertos entre 1893 y 1908. Psamético II (-594 a -588) empleó
fuerzas judías mercenarias en una guerra contra sus vecinos
por el sur, los etíopes (2), y al fin de la contienda los asentó
en aquella frontera, en la primera catarata del Nilo, en la
(I) Comp. Daniel 11:6 («la hija del rey del sur \ e n d r á al rey del
norte para hacer la paz»),
162 / Israel y las Naciones
(2) Heracles era el nombre dado por los griegos a Melcart, deidad
principal de Tiro. Ver página 56.
176 / Israel y las Naciones
Carta escrita en aramaico sobre cuero. Por el exterior (parte superior) se encuentra la
dirección al oficial de Arsames, sátrapa de Egipto, c. 450—425 procedente de su jefe
desde Babilonia o Susa Los decretos y cartas reales conservadas en Esdras tendrían un
aspecto muy similar. (G.R. Driver, Aramaic Documents, pl. 12, reproducción con
permiso de Clarendon Press y la Biblioteca Bodleiana, Oxford.)
Paño de muro de piedra
recientemente descubier-
to en el lado oriental del
área cerrada del Templo,
en Jerusalén, tal vez parte
de lo que edificó Zoro-
babel, pp. 132-134. La obra
de albañilería es compa-
rable a los muros persas
en Fenicia y el Irán. El
muro herodiano tiene con
éste una unión recta sin
engarces, como se ve a la
izquierda de la fotografía.
(Por cortesía de Howard
Peskett.)
^SSÉ
JONATAN
JUAN HIRCANO
sur guerreó contra los idumeos, que habían sido una espina
en el costado de los judíos desde los oscuros días del final
de la monarquía del sur. Los subyugó, los hizo aceptar la
circuncisión, y así los incorporó formalmente como miem-
bros de la nación judía. Un resultado de esta táctica fue
que los miembros de una familia idumea habían de llegar
a ser más tarde una espina aun más aguda en el costado de
los judíos, mucho más dolorosa que la anterior.
En TransJordania conquistó Juan la ciudad griega de
Medebá, Al norte de su propio territorio se enfrentó con los
samaritanos. Los judíos se encontraban ahora en situación
de tomar más cumplida venganza sobre ellos por las veja-
ciones que habían sufrido por su culpa desde que volvieran
del exilio. Siquem fue capturada y el odiado santuario cis-
mático de Gerizim, demolido (—108 aprox.)- La ciudad de
Samaría, que era a la sazón una fundación griega, aprovechó
su ventajosa posición estratégica para resistir un largo ase-
dio, como lo había hecho contra los árameos y los asirios
en tiempos de la monarquía, pero al cabo de un año fue
tomada por asalto, destruyéndola y esclavizando a sus habi-
tantes. El rey seléucida Antíoco IX Ciziceno, hijo de Antío-
co VII, intentó intervenir en favor de Samaría, pero desis-
tió cuando los romanos le advirtieron que se abstuviera,
porque Juan había renovado el acuerdo con Roma estable-
cido en tiempos de su padre.
Juan no se contentó con la reducción de Samaría, sino
que continuó su campaña hacia el norte hasta Escitópolis
(antigua Beth-shan), la que también tomó.
La imposición del judaismo a los idumeos no pudo repe-
tirse con los samaritanos, porque éstos ya eran israelitas
circuncidados, y muy conscientes de su ancestral enemistad
con los judíos. Su conquista, lejos de conducir al acerca-
miento entre los dos grupos, amargó aun más sus relacio-
nes. Juan podía arrasar su templo hasta los mismos cimien-
tos, pero no podía privar al Monte Gerizim de su carácter
sagrado, y siguió siendo el lugar sagrado para los samari-
tanos. Durante dos generaciones aguantaron los samarita-
nos la dominación de los asmoneos, hasta que al fin la con-
quista romana de Palestina los liberó del yugo judío.
ARISTOBULO I
La obra de conquista que Juan había realizado tan bien
la continuó su hijo y sucesor Aristóbulo ( - 1 0 4 / - 1 0 3 ) , quien
222 / Israel y las Naciones
dice que esto hizo presa de tal forma en su mente que ace-
leró su fin (que parece haberse debido a la tisis).
ALEJANDRO JANNEO
(12) N. H. Snaith, The Jews from Cyrus to Herod (1949), pág. 48. Se-
guramente a este incidente se hace referencia en el comentario de Na-
hum hallado en la cueva N.° 4 de Qumran. que interpreta Nahum 2:11
y sig. como «el león rugiente que ... se vengó de los 'buscadores de
cosas suaves' (¿fariseos?), colgándolos vivos, cosa que nunca antes se
hizo en Israel» (comp. mis Second Thoughts on the Dead Sea Scrolts,
2, 1961, págs. 78 y sig.).
La Dinastía Asmonea / 227
SALOME ALEJANDRA
HIRCANO II Y ARISTOBULO II
(6) En el año —60 Pompeyo se había casado con Julia, joven hija
de César; su extemporánea muerte en —54 contribuyó a aflojar los
lazos que unían a los dos hombres.
238 / Israel y las Naciones
(2) Juego de palabras con las griegas hys, cerdo, y hyios, hijo.
25
LOS HIJOS DE HERODES
Y
LOS PRIMEROS PROCURADORES
( 4 a . C - 3 7 d.C.)
Herodes dejó un testamento escrito en el que dividía su
reino entre tres de sus hijos: Arquelao y Antipas, hijos de
su esposa samaritana Maltace, y Felipe, su hijo con Cleopa-
tra de Jerusalén, y en el que legaba a su hermana Salomé los
impuestos de tres ciudades ricas de su reino.
La parte más importante de su reino, Judea, le tocó a
Arquelao, quien se encontró inmediatamente enfrentado con
la necesidad de sofocar una revuelta en los atrios del tem-
plo de Jerusalén. Aquietada la revuelta, salió camino de Roma
a fin de conseguir la ratificación del emperador sobre el tes-
tamento de su padre, porque como Herodes había reinado
en realidad gracias a Augusto durante los últimos veintisie-
te años, sus hijos no podían entrar en posesión de la heren-
cia como no fuese por la misma gracia.
Ai mismo tiempo, los judíos de Judea enviaron a Roma
embajadores para solicitar que Arquelao no fuese confirma-
do como sucesor de su padre, sino que Judea volviese a go-
zar de su antiguo estado de «constitución de templo» y su
autonomía interna bajo un gobernador que el emperador de-
signara (1).
Arquelao, empero, encontró un abogado defensor en Ni-
colás de Damasco, y el emperador desechó la petición de
los delegados judíos, confirmando a Arquelao como regidor
de Judea (con Samaria), y a sus hermanos Antipas y Felipe,
ARQUELAO
PRIMEROS PROCURADORES
FELIPE EL TETRARCA
HERODES ANTIPAS
Antipas —«Herodes el tetrarca» de los Evangelios— go-
bernó a Galilea y Perea durante unos cuarenta años. Los
lectores del Nuevo Testamento le conocen principalmente
como el gobernador que encarceló a Juan el Bautista y le
cortó la cabeza. Lucas nos da la referencia que Jesús hace
a él como «esa zorra», y describe la breve aparición de Jesús
ante él en Jerusalén en el año 30, que condujo al restable-
cimiento de las relaciones amistosas entre Antipas y Pi-
lato (17).
Antipas fue el más capacitado de los hijos de Herodes.
Como su padre, fue un gran constructor. Construyó Tiberias
junto al Lago de Galilea en el año 22, y la nombró así en
honor del emperador Tiberio. Reconstruyó y fortificó Séfo-
ris en Galilea, destruida por Varo al sofocar el alzamiento
de Judas, hijo de Ezequías, en el año —4; en su territorio
transjordano de Perea reforzó Beth-ramphta para defender
aquella zona contra los árabes nabateos, y la llamó primero
Livia (por la emperadora) y más tarde Julia, por la princesa
de este nombre.
Su esposa era hija del rey nabateo Aretas IV (de —9 a
40). Se divorció de ella, no obstante, para casarse con Hero-
días, que no sólo era hija de su difunto hermanastro Aristó-
bulo, sino también esposa de otro hermanastro, Herodes, al-
gunas veces llamado Herodes Filipo (18). Se enamoró de
Herodías en cierta ocasión, cuando estuvo viviendo con su
hermano y con ella, y la propuso casarse con ella tan pronto
como pudiera deshacerse de la hija de Aretas. Los evange-
listas nos cuentan cómo Juan el Bautista denunciaba el casa-
miento de Antipas y Herodías como ilegal (19). No era Juan
el único que desaprobaba estos abusos; el rey Aretas, muy
naturalmente, se ofendió por el insulto infligido a su hija,
y algunos años más tarde aprovechó una oportunidad de
declararle la guerra a Antipas y le ocasionó una tremenda
derrota (año 36). Josefo dice que muchos de los súbditos de
Antipas creían que este desastre le había sobrevenido como
castigo divino por su comportamiento con Juan el Bautista.
(17) Lucas 23:7 y sig.
(18) Llamado Felipe en Marcos 6:17 y Mateo 14:3; este hijo de
Herodes no debe confundirse con Felipe el Tetrarca. Ver pág. 234.
(19) Mat. 14:4; Marc. 6:18; Luc. 3:19. Puede que también se haga
referencia a Herodías en las palabras de Jesús en Marcos 10:12 sobre
el divorcio: «si la mujer repudia al marido y se casa con otro, comete
adulterio».
26
HERODES AGRIPA Y LOS JUDÍOS
(37-44 d.C.)
Entre los hijos de Aristóbulo, desafortunado vástago de
Herodes el Grande y Mariamne, que fue ejecutado por orden
de su propio padre en el año — 7, había uno llamado Agripa
tal vez por la amistad de Aristóbulo con un estadista roma-
no de este nombre. Por el tiempo de la ejecución de su padre
tendría Agripa cuatro años de edad. Lo enviaron a Roma con
Bernice, su madre, y se crió en íntimo y amistoso contacto
con la familia imperial, pero se endeudó tanto que en el
año 23 tuvo que retirarse a Idumea. Mediante la influencia
de su hermana Herodías, que últimamente se había venido
a vivir con su tío Antipas en calidad de esposa, Agripa reci-
bió una casa y una pensión en Tiberias; pero se peleó con
su tío y, finalmente, en el año 36, pudo volver a Roma. Poco
después de su regreso ofendió al emperador Tiberio y se
encontró en la cárcel.
La muerte de Tiberio en la primavera del 37 marcó un
giro para bien en la fortuna de Agripa, pues disfrutaba de
las más amistosas relaciones con Cayo, el nuevo emperador.
Cayo lo sacó inmediatamente de la cárcel, y lo recompensó
con una cadena de oro del mismo peso que la de hierro con
que había estado encadenado. Mas esto no era sino una gota
de agua en la tina de favores que el nuevo emperador había
de derramar sobre él. Le dio el territorio sobre el que había
gobernado su tío Felipe como tetrarca hasta su muerte, ocu-
rrida tres años antes, más el territorio de Abilinia, que esta-
ba al norte de aquél, que antes había pertenecido a la te-
trarquía de Lisanias (1). Esto lo acompañó con el título
de rey.
Su hermana Herodías insistía ahora cerca de su marido,
Antipas, para que le pidiese a Cayo la elevación de su título
de tetrarca al de rey. Durante cuarenta años había regido
FADO
ALEJANDRO
CUMANO
FÉLIX
FESTO
ALBINO
FLORO
Siclo de plata de la Revuelta judía con tres granadas, las palabras «Jerusalén la santa», y
un cáliz con las palabras «Siclo de Israel» y la fecha por encima, «Año 5» (último año de
la revuelta. Tamaño natural. (Dep. de Monedas y Medallas, Museo Británico.)
REYES DE ISRAEL
Dinastía de Jeroboam
Jeroboam I aprox. —930 a —909
Nadab —909 a — 90S
Dinastía de Baasa
Baasa —908 a —885
Ela —885 a—884
Zimri —884
Tibni —884 a —881
Dinastía de Omri
Omri —881 a —873
Acab —873 a —852
Ocozías —852 a —851
Joram —851 a —841
Dinastía de Jehú
Jehú —841 a —814
Joacaz —814 a—798
Joás —798 a —782
Jeroboam II —782 a —745
Zacarías —745
Salum —745
Dinastía de Manahem
Manahem —745 a —736
Pekaía —736 a —735
REYES DE ASIRÍA
De —883 a —610
Assurnasirpal II —883 a -859
Salmanasar III —859 a -823
Samsiadad IV —823 a -810
Adadnirari III —810 a -781
Salmanasar IV —781 a -771
Assurdán III —771 a -753
Assurnirari V —753 a -745
Tiglath-piléser III —745 a -726
Salmanasar V —726 a -721
Sargón II —721 a -705
Senaquerib —705 a -681
Esarhadón —681 a -669
Assurbanipal aprox. —669 a -627
Assuretililani aprox. —627 a -620
Sinshariskum aprox. —620 a -612
Assuruballit II —612 a -610
REYES DE PERSIA
Ciro II —559 a -530
Cambises —530 a -522
Pseudo-Smerdis —522 a -521
Darío I (Histapes) —521 a -486
Jerjes I —486 a -465
Artajerjes I (Longimano) —465 a -423
Jerjes II -423
Sekedyanos (Sogdiano) -423
Darío II (Nothos) —423 a -404
Artajerjes II (Mnemon) —404 a -359
Artajerjes III (Ocos) —359 a -338
Arsés —338 a -336
Darío III (Codomano) —336 a -331
298 / Israel y las Naciones
GOBERNADORES DE JUDEA
Herodes (rey) — 37 a
Arquelao ( t e t r a r c a ) — 4 a
Procuradores
Coponio 6 a
Marco Ambivio 9 a
Annio Rufo 12 a
Valerio G r a t o 15 a
Poncio Pilato 26 a
Marcelo
Marulo 37 a
Herodes Agripa I (rey) 41 a
Procuradores
Cuspio Fado 44 a
Tiberio Julio Alejandro 46 a
Ventidio C u m a n o 48 a
Antonio Félix 52 a
Porcio Festo 59 a
Albino 62 a
Gesio Floro 65 a
Galba 68 a
Otón
Vitelio
Dinastía Flaviana
Vespasiano 69 a
Tito 79 a
Domiciano 81 a
Nerva 96 a
BIBLIOGRAFÍA
Jerusalén, 32, 35-37, 40, 43. 50-53. 57, Juan Hircano, 217-220, 250
65.67-69, 81, 84,89-93,96-100. Judá (tribu; más tarde, reino), 20, 22,
106-119, 126-130, 133-142. 145-149, 27, 31-33, 34-35, 37, 48, 50, 53, 59.
152, 159-166, 169, 172, 174-180, 69,87-88,96,99, 116-118
183-185, 190, 192, 199, 203,206, Judas el Galileo, 257, 272, 280, 285
208-219, 222-229. 234-238, 242. 245- Judas Macabeo, 192-199, 202-208,
246, 249, 251-256. 259-262. 265-282, 214-215, 219,222,230
284-286 Judea (provincias de Babilonia,
Jesúa, 132 Persía. Grecia y Roma) 118-119,
Jesús (de Nazaret), 83, 103, 151, 189, 137, 155, 159, 163, 186, 194, 197-
256-259. 262, 267-268 199. 208.210-211. 219,222,226,
Jesús (hijo de Ananías), 278 240. 248, 254, 257-258, 264, 271,
Jesús ((hijo de Damnaeus), 278 278
Jesús (hijo de Safías), 286 Judith. 150
Jesús (hijo de See), 244 Jueces, 23-24
Jesús (hijo de Sira), 163 Julia, 261-262
Jezabel, 55-59, 65-67, 82 Julio César, 236-241. 244, 264
Jezreel, 22, 26, 32, 49, 53. 58-59, 65-
66,75. 104 Kandhar, 157
Joab, 32. 34, 36,40-41 Karnaim, 72, 82
Joacaz, 68-69 Karnak, 52, 172
Joacaz (de Judá), 106 Kennet, R.H., 141
Joacim, 107-111 Kenyon, K M . , 137
Joaquín (Jeconías). 111-113, 122, 129, Khnub, 146-147
132 Kho¡end, 157
Joás (rey de Israel), 68-71 Kue, 47, 172
Joás (rey de Judá), 67-69
Joazar (hijo de Boeto). 255. 258 Labashi-Marduc, 120
Johanán, 146-149 Labieno, 241
Joiada, 67 Laenas, 182,230
Jonadab, 66 Laódice, 161
Jonatán, 29-31 l.aodicea, 201, 245, 249
Jonatán (hijo de Anas), 258, 275 Laquis, 69, 96, 113
Jonatán Macabeo, 198. 208-216. 230 Lastenes, 211-212
Jonia, 154, 249 Leontópolis, 200. 249
Jope, 27. 90-91, 211, 213, 217,242. Levirato, 223
246 Ley, 18-19,97-102, 138-145, 149, 151-
Joram (de Judá), 59, 63 152, 177, 185-186, 190-191, 274
Jordán, 21, 44, 49, 53. 68. 142, 162, Líbano, 48, 159, 164, 222, 270-271
208, 223-226, 232. 235. 248, 261, Libia, 94, 96, 249
271 Lidia, 112, 125-126, 154, 172, 249
Josafat, 59-63 Liga Etolia, 167
José (hijo de Tobías), 165-168 Lisanias. 263
Josefo, F., 147-149, 159, 162-165, 219- Lisias, 192-194, 199-203, 210
220, 227, 232-234, 258-259, 261-262, Lisímaco (de Macedonia), 159
270, 272, 276-282. 285-290 Lisímaco (hermano de Menelao), 178
Josías, 93, 96-109, 121, 143-145 Lodebar, 72
Josúa, 148 Lucas, 260, 262-263, 270. 272
Josué, 20, 271,275-276
Juan (hijo de Matatías), 208. 230 Maaca, 53
Juan el Bautista, 262 Macabeos, 162, 167, 169, 186, 188,
Juan de Gischala, 286-288 192. 202,225
índice de Temas y Nombres / 315
Macaeros, 235, 248, 288, 290 Mesonot: Ma, 47, 85, 88, 120, 125.
Macedonia, 154-155, 158, 160, 167, 215,231
178, 181-182,230,240,249 Micaías, 60
Magnesia, 168, 182,230,249 Micmas, 28-29. 209
Mahanaim. 34 Midianitas, 23
Malaquías, 142 Milcom, 84
Malichus, 246 Miqueas, 71, 74, 109
Maltace, 254 Mitrídates VI, 231,238
Manahem. 75-78 Mizpa, 27-29, 118, 193
Manasés (tribu), 20, 23, 49 Moab, 20, 23, 38, 55, 61-63, 84, 87-90,
Manasés (rey de Judá), 93-98 172
Manasés (sacerdote), 148-149 Modín, 190, 214
Manson, T.W., 220 Moisés. 16-20, 51-52, 57, 99, 102-103,
Mar Adriático, 167, 237 139, 189, 260,276
Mar Caspio, 149, 249 Moloc, 99, 102
Mar Egeo, 126, 154, 167-168, 182 Monarquía en Israel. 23, 28
Mar de Galilea, 255, 261-262, 270 Monedas, 206, 250, 284
Mar de los Juncos, 17 Montefiore. H.W., 289
Mar Muerto, 20, 71, 117, 172,206, Moriah (monte), 41
242, 248,285 Moulton, J.H.. 150
Mar Negro, 172,229,249 Musri, 47, 172
Mar Rojo, 44, 59, 172, 249
Maratón, 154 Nabatea, 248, 249
Marco Ambivio, 257 Nabateos, 166, 224-226, 229, 232, 234,
Marco Antonio, 239-246, 265 250, 262
Marduc, 84, 112, 123, 128 Nabonidus, 120-125, 130
Mariamne, 244, 251, 253, 261, 263, Nabopolassar, 96, 104, 109
269 Nabot, 58, 65, 72
Marisa, 198 Nabucodonosor, 44, 104. 109-120.
Masada, 242, 284-290 129, 150
Matatías, 190-192, 257 Nabuzaradán, ! 16
Matelo Escorpión, 237 Nahum, 94, 105
Mazar, B., 165 Napolitano, 292
Medebá, 221,248 Natán, 41
Media, 87, 96, 104, 112, 120, 123-126, Nearcos, 156
133, 172,202-204 Necao, 95
Mediterráneo (mar), 44, 49, 57, 59, 86, Necao 11, 105-112
96, 131, 157, 159, 172,215,230,249 Neftalí (tribu), 83
Megabizus, 136 Neguev, 19-20. 30, 117, 119
Meguido, 22, 47, 49, 53, 60, 65, 67, 80, Nehemías, 136-138, 141-143. 146, 148,
82,90, 105-106, 172 151, 165, 185, 196
Melcart, 56,61,66-67, 175 Nehustán, 90
Melquisedec, 36 Nergal-Sharezer, 122
Menahem (hijo de Judas el Galileo), Neriglisar, 122
285-286 Nerón, 270, 276-277,281,287
Menelao, 177-180, 183-185, 195, 199- Nicanor, 203-204
200 Nicolás de Damasco. 243, 252, 254
Menfis, 172, 179, 182,249 Nilo(río). 38, 94, 144, 172, 179
Merneptah, 15 Nínive, 94-95, 104, 172
Merodac-Baladán, 87-90 Nubia. 88. 144
Mesa, 15,61,63
Mesec, 87 Océano Índico, 44, 156
Mesías, 92, 272, 281 Ococías (rey de Israel), 56, 61
316 / Israel y las Naciones
Ocozías (rey de Judá), 65, 67 Poncio Pilato, 250, 256-262, 271, 280.
Octaviano, 239-243, 246, 251-253, 265 282
Oclavio, 201 Ponto, 231,249
Oesterley. W.O.E., 74 Popea, 277, 279
Ofir, 44, 61 Psamético I, 94, 96, 104-105, 144
Og, 20 Psamético II, 113, 144
Olimpia, 158 Ptah. 182
Omri, 54-58, 61-63, 67,83 Ptolomeo I. 158-160
Onías I, 163, 165 Ptolomeo II, 160-161
Onías II, 165 Ptolomeo III, 161, 165
Onías III, 169, 174, 177. 180, 183 Ptolomeo IV, 161-162
Onías IV. 200-20/ Ptolomeo V, 162, 167, 176
Orodes. 241 Ptolomeo VI, 176, 179-181, 200, 209-
Orantes (rio), 38, 59-60, 160, 172, 248 213
Oseas (rey). 82-85 Ptolomeo VIII, 162, 179, 181,215
Oseas (profeta), 66, 72, 74-76 Ptolomeo XII, 235-238
Otto, R., 151 Ptolomeo XIV, 238
Ptolomeo Látiro, 223-224
Pablo, 272. 276-277
Pácoro, 241 Qarqar, 59, 68, 172
Quemos, 61-63, 84
Pacto, 16-17.99, 102-103, 141-142,
190 Queronea, 154
Pallas, 274, 277 Quintilio Varo, 255, 262
Panión, 162,211, 257 Quiriat-Jearim, 27, 37
Paquistán, 156 Qumran, 152, 223, 226, 231. 281, 290
Partía, 168, 179, 191,215,218, 236- Raba, 38
239,241, 249,261,273 Rafael, 150
Pasargada, 133, 172 Rafia, 87-88, 161, 224
Pascua, 100, 133,256,288 Ramá, 27-28. 53
Patros, 144-145, 172 Ramot de Galaad. 60. 63-64, 68
Patterson, .1., 110, 115 Ramses II, 16
Peka, 78, 81-83 Rehum, 136-137
Pekaia, 78, 81 Resurreción, 188-189
Pella, 226. 248 Rezín, 77-78. 81-88
Pelusio, 179 Rezón, 49, 53
Pentateuco, 139-140, 160 Ribla, 107, 115, 172
Perdicas. 158 Rimón, 129
Perea, 248, 255, 261-264, 287 Roboam, 50-53
Pérgamo, 167-168, 173-174. 178, 209, Robinson. T.H., 74
230. 238. 249 Roda, 167-168, 246,249,251
Perseo, 178 Ródano, 256
Persépolis. 156, 172 Rollos del mar Muerto, 247
Persia, 88. 96, 123-134. 154-156, 160. Roma, Romanos, 140, 167-184, 192-
172. 186 195,201,204, 210, 214-215,221,
Petra, 38, 166, 229,249 230-279
Petronio, 267-268 Rowley, H.H.,93, 141, 149
Piankhi, 88 Roxana, 156, 158
Pidna. 182,249 Rubén (tribu), 20
Pitolao, 236-237 Rusia, 87, 95
Platea, 154
Polibio. 191, 194, 201 Sábado, 141-142, 184-185, 191-192
Pompeyo, 231-238. 244-250 Sadoc. 132, 164-165, 177, 200, 216
índice de Temas y Nombres / 317
NUESTRA VISIÓN
Maximizar el efecto de recursos cristianos de calidad que
transforman vidas.
NUESTRA MISIÓN
Desarrollar y distribuir productos de calidad —con
integridad y excelencia—, desde una perspectiva bíblica y
confiable, que animen a las personas a conocer y servir a
Jesucristo.
NUESTROS VALORES
Nuestros valores se encuentran fundamentados en la
Biblia, fuente de toda verdad para hoy y para siempre.
Nosotros ponemos en práctica estas verdades bíblicas como
fundamento para las decisiones, normas y productos de
nuestra compañía.
Valoramos la excelencia y la calidad
Valoramos la integridad y la confianza
Valoramos el mérito y la dignidad de los individuos
y las relaciones
Valoramos el servicio
Valoramos la administración de los recursos