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MALDOROR Revista de la ciudad

de MontevideQ

. ..
~
EXPERIENCIA ESTETICA
. . . . .
VTEORIA DE LA RECEPCION LITERARIA

J. Schroeder del. et se
BUENOS AYRES
(Amérique Méridionale)
MALDOROR Revista de la ciudad
de Montevideo 19

EXPERIENCIA ESTETICA
YTEORIA DE LA RECEPCION LITERARIA
1 N D 1 CE

Pág.
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

CARLOS PELLEGRINO
Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

LISA BLOCK DE BEHAR


Director y Redactor Responsable: Introducción ....................................... . 9
Carlos Pellegrino

HANS· ROBERT JAUSS


Secretario de Redacción:
Miguel Angel Campodónico El texto poético en el cambio de horizontes de la comprensión 17

Consejo de Redacción: ANSELM HAVERKAMP


Héctor Galmés
Lisa Block de Behar Introducción a la teoría de la metáfora 41
Héctor Massa
WOLFGANG ISER
Coordinación General: La comprensión de la literatura entre la historia y el futuro . . . . . 59
Lisa Block de Behar

Asesoramiento Gráfico: ODO MARQUARD


Fernando Alvarez Cozzi Pregunta acerca de la pregunta cuya respuesta es la hermenéutica. 71

Composición, armado e impresión


HANS- ULRICH GUMBRECHT
M. Pesce Ltda. Impresora
Rivera 1925 ·Montevideo Risa y arbitrariedad 1 Subjetividad y seriedad
El 'Libro de buen amor". "La Celestina" y el estilo de simbolización en la
Depósito Legal No. 205.180/85 temprana Epoca Moderna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
AGRADECIMIENTOS

Compartiendo nuestra preocupación acerca de la escasa difusión de las teor/as de la recep-


ción estética en medios hispanohablantes y particularmente interiorizado de los desarrol.los
de esta escuela, Hans Ulrich Gumbrecht nos hizo llegar, de la manera más generosa y sol(cita,
un importante número de valiosas colaboraciones que, por razones de orden estrictamente ma-
terial, debimos postergar para una publicación todav(a eventual. Por lo tanto, y con el mayor
pesar, quedan para otra oportunidad -que no dejaremos de procurar-' algunos trabajos de Hans
Robert jauss, Wolfgang lser, Rolland Galle, Anselm Haverkamp, Gabriele Schwab, Hans-jorg
Neuschafer, Karlheinz Stierle, Hans Ulrich Gumbrecht, Thomas Luckmann y ~ainer Warning.

Hacemos expl(cita asimismo la colaboración proporcionada por Hans Ul~ich Mühlschlegel,


Director del Instituto Goethe de Montevideo y por Stefan Weckbach, Agregado Cultural de la
Embajada de la República Federal de Alemania: su interés en nuestra iniciativa y su contribu-
·~• ción a la financiación de las traducciones alentaron e hicieron posible la publicación del presen-
:: te número.

Montevideo, diciembre de 1984.-

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~Maldoror dedicará una serie de tres púmeros a la presentación de las principales ten-
¡;dencias en teoría literaria desde fines de la década del 60 hasta la fecha, intentando
~atenuar el vaclo existente en torno a nuevas maneras de pensar el fenómeno literario.
1Para un público ávido de ello será imprescindible, aunque para otro,reticente a la di-
rficultad de ciertos textos de empeño riguroso,será quizá sacrificado.

~~No obstante creemos que tiene el alcance de una propuesta: el de la teoría ejercida
;como una actividad creativa.

~Es arriesgado calibrar la eficacia y la fuerza del enfoque con el que se configura la
~Escuela de la Estética de la Recepción, como sus propios autores han reconocido;
~más aún, si se pretende evaluar su estabilidad definitiva. Creemos, no obstante, que
$u contribución es inestimable, tanto por el corte analítico riguroso, como por su
~aporte a la formulación de un nuevo paradigma conceptual que redistribuye las rela-
;~iones entre producción y recepción, teoría y praxis, historia y escritura.

¡Existe una clara oposición entre quienes piensan que la ideolog fa de la literatura es
el resultado del trabajo del escritor, y los que alimentan la creencia de que la litera-
tura debe ser legitimada por un discurso (otro discurso) exterior a ella misma, aun-
que se lo defina como unitario, universal y to1alizante.

Por la índole de su quehacer, la literatura es capaz de "poner en escena" incesante-


mente, lo que es rechazado y denegado, censurado o marginalizado, pero se resiste
Sobre todo a ser reducida a su propio pasado.

la proyección fantasmática de la toma de poder sobre la literatura, lo que una buena


parte de la crítica ha querido exigir del texto literario, o sea su transformación de
~cuerdo a un programa de acción, quizá sólo nos otorga una clave para estudiar la fi-
liación de sus sostenedores al idealismo estético epigonal. Esta paradoja de enorme
proyección nos guía como un lazarillo perverso, por la cultura del Siglo XX y nos
impulsa a aceptar el sentido obliterado encubierto, enmascarado, verdaderamente
provocador, de la práctica textual de nuestro siglo de la cual, para aislar a Lautréa-
mont en una cita, se puede decir: "Lee, en mi frente, mi nombre escrito en jeroglf-
fico".

C.P.

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lisa Block de Behar
INTRODUCCION

No hay ejercicio intelectual que no sea


finalmente inútil. Una doctrina filosófica es
al principio una descripción verosímü del
universo; giran los años y es un mero capítu-
lo -cuando no un párrafo o un nombre- de
la historia de la filosofía. En la literatura, esa
cadUcidad final es aún más notoria.
Jorge Luis Borges: Pierre Menard,
autor del Quijote.

Los textos que se publican en este número de MALDOROR dedicado apresen-


tar algunos aspectos de la teor/a de la recepción estética se han seleccionado con el
propósito de interesar al lector en principios y aplicaciones de una propuesta teó-
rica que le concierne específicamente ya que constituyen elaboraciones dirigidas a
observar la complejidad del acogimiento por parte del lector, del destinatario, del
público en general, de una obra que no existir(a sin esa experiencia.
Aunque insuficientemente atendido con anterioridad a estos planteos que, por
comodidad denominativa, se siguen atribuyendo a "la escuela de Constanza" -abre-
viando as( por fueros geográficos una serie de doctrinas que ya no se limitan a esa
localización universitaria particular- el fenómeno de la recepción estética no se pro-
pone ni como invención ni como descubrimiento: no es la primera vez que se desta-
ca prioritariamente la Interpretación como la instancia necesaria de la experiencia
estética. Sin embargo, postergado por los prestigios de la venerada celebridad del au-
tor (en los últimos siglos y sobre todo a partir del romanticismo), desplazado por la
incuestionable consistencia de la obro, que permanece independientemente, más allá
de autores y análisis reveladores (consistencia y autonom(a operocéntricas que fue-
ron la atracción predominante del siglo), el lector que sol(a desaparecer, desconoci-
do por desconocido, cumpliendo de incógnito, sin dejar huelfa, una tarea fugaz y si-
lenciosa, ha pasado en los últimos años de la subestimación que indiferencia a ser el
protagonista, objeto y objetivo de los estudios literarios.
Es necesario reconocer que, de alguna manera, desde la antigüedad hasta nues-
tros d(as se ha atendido el fenómeno de la recepción pero; discontinuameñte- Y
subordinado a cometidos que no le eran lós más pertinentes. Cuando Platón se ocu-
pa de la interpretación (el "erméneus" griego no distingue lexicalmente a quien ana-
liza de quien realiza, ambos son intérpretes de la obra), no le importa tanto reivindi-
car esta instancia receptiva en s( sino fundamentar una vez más 5u consabido escaso
aprecio por ei poeta. Al remitir los "dones" del poeta a la Musa, más que honrarla

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está "desautorizando" al autor y asimilando además en un mismo "entusiasmo" al renciado, indiferente, que debe conformarse con esa imposición.
poeta, al rapsoda y al espectador, encadenados por la fuerza divina como los esla- La Rezeptionsoesthetik reconoce que la presencia dinámica de la historia se in-
bones'que la piedra heráclea magnetiza, unidos por su poder. terpone entre la literatura y su estudio, entre la obra y el lector pero, desde el mo-
Pasando por alto la historia de una vasta sinonimia (1), ya en nuestros días en- mento en que no puede eludirse, la asume. Es significativa la provocación del títu-
contramos que . no es demasiado diferente "the darkness and daemonic ground" lo con que Hans Robert jauss denomina su conferencia inaugural en el seminario
que hace algunos años exploraba Harold Bloom cuando se preguntaba sobre la na- que inicia en la Universidad de Constanza: "La historia literaria como un desafío a
turaleza del poeta, su "ansiedad de influencia"(2), ese poder extraño -ajeno, con- la teoría literaria." (1967)
tradictorio: una especie de oxímoron decía Lichtenberg- por el que un hombre, en En esos años se generaliza entonces, en el campo de las disciplinas humanistas,
una búsqueda ambivalente -apelación/rechazo- de su precursor, de lector deviene una perspectivo en apertura que tiende a "historizar" tanto el enunciado como el
poeta. Aunque su rigurosa concepción taxonómica resulte ajena a esas formas del sistema. Abordando la experiencia estético, jauss intenta conjugar el conocimiento
"heroico furor", Gérard Genette también participa del mismo interés por una re- teórico con el conocimiento histórico dando lugar a una categoría intermedia: más
cepción activa -capaz de creatividad- cuando, observando las presiones de la "tras- que una historia de las formas, una historio de los efectos producidos, una poética
cendencia textual" clasifica los diferentes tipos de transtextualidad. del placer que resulta de la negación de la acción cotidiana mediante una experien-
Marcando ciertas diferencias, estos autores (no son los únicos) coinciden con la cia que aparta al receptor de los intereses y urgencias prácticas y, desde esa distancio
posición promovida desde el principio por los estudiosos de Constanza al rehabili- conoce y se identifica.(4)
tar, por esa visión comparativa, el registro y la relevancia de la participación del lec- De manera que jauss compromete en su actividad si no la historiografía propia-
tor en la creación literaria; desde este punto de vista el autor aparece como un lec- mente dicha -en tanto que ciencia de la historia- la historio ("en su sentido pleno
tor que escribe, el lector, como un autor que no. Interesa su participación además y casi mágico", como dice Maurice Blanchot): como forma de vivir en el mundo de
porque a partir de la intervención del lector se comprueba la incidencia --por la cuo- la experiencia cotidiana, una historia que no designa excluyentemente el pasado
ta de azar, por la repercusión- de una presencia y una precedencia, de :.m presente aunque no lo desconoce, que vale más bien como una inevitabilidad vital por la que
y un pasado, una nueva vuelto de lo historio, un vuelco y un regreso, que concede la el hombre no puede -ni por ascesis teórica- escapar a sus circunstancias y, en con-
venia a otro tránsito epistemológico dando entrada a una etapa teórica distinta. Des- secuencia, esa historia no debe entenderse en oposición a naturaleza sino, por el
pués de un prolongado período de deliberada resistencia contra la historia, la histo- contrario, implicándose recíprocamente en una totalidad según la cual la realidad es
ria vuelve esta vez para renovar los estudios literarios cuestionando, de hecho y por historia o, en términos de B. Croce, los hechos son históricos. (5)
principio, el paradigma estructuralista pero sin renegar de sus aportes. Los estudios que secularizan el discurso (tanto el discurso de la comunicación po-
De tal manera que se ha decidido renunciar al prejuicio diacrónico, derogar la ético como de la comunicación práctico) resaltan la interpretación del receptor (crí-
prohibición que pesaba sobre la historia -prohibición que dio origen a las severas tico, filólogo, cualquier lector, espectador, oyente), invalidando los descréditos con
prescindencias formalistas-, rechazar toda imposición que lleve a ignorar la subje- que habían sometido la dimensión diacrónica, y prestigiando en todos sus sentidos
tividad individual o el condicionamiento social, interdicciones que pretendían faci- la historio en la teoría: como pasado, como tradición, como situación, como objeto
litar el abordaje a una obra desasida de toda determinación y que, coherentemente, de una disciplina; son estudios que recuperan el proceso diacrónico al mismo tiem-
solo daba acceso a un sistema descriptivo también intemporal y, como tal, a salvo po que el corte sincrónico pero ya no como coordenadas fijas esquemáticamente
de accidentes y circunstancias, casi un trámite para la eternidad y el ser del texto. perpendiculares y recíprocamente excluyentes sino como la fuerzo axial que pone
Se trata de evitar así confundir la propuesta de un modelo -uno más- con "la ver- en movimiento un mecanismo cognoscitivo que no pierde eficacia ni por perspecti-
dadera estructura de la obra", deponiendo una ambición ontológica que va más allá vismo (la alteridad de quien indaga) ni por selectividad (la arbitrariedad de quien
del autor y sus dudosas intenciones, más allá del lector y la parcialidad de sus opcio- compone y describe el corpus).
nes, más allá de toda referencia circunstancial, modelo con el que se trató de supri- Se entiende que tan vano como pretender que es "deber" del historiador alejar-
mir obstinadamente -por medio de un aparato metodológico muy preciso- la si- se del presente y sus implicancias, olvidando así su nacionalidad, su sociedad, su fa-
tuación comunicativo en la que toda lectura, aun aquella que se vale del análisis más milia, sus preferencias personales, es pretender que el teórico deje de lado el pasado,
austero, implica. la tradición, sus .conocimientos, ya que resulta igualmente imposible reconstruir el
La teoría de la recepción reacciona de esta manera contra la certidumbre for- posado (conocerlo es hacerlo contemporáneo) como ignorarlo, no se puede no saber
malista y estructuralista relativa a la existencia de una obra autónoma por un lado lo que se sabe.
y, por otro, de la aplicabilidad incontrovertiblemente fiel e infalible de sus sistemas, La noción de comprensión como un acontecimiento en si (que Hans Georg Ga-
alejándose por medio del mismo viraje historicista de las prácticas del "close damer había formulado en diversos ensayos en la década del 60), en el que el pre-
reading", de los preceptos del "New Criticism" americano que parecfan demostrar, sente del lector, sus prejuicios, determinan un margen de eventualidad que se en-
ellas también, haber encontrado esta vez sin duda en los aciertos inmanentistas, la frenta al texto ya que ni el intérprete ni el texto pueden ser considerados como par-
esencia de la obra, sin advertir que todo modelo, que todo sistema, los cánones en tes autónomas, fundamenta la flexibilidad de posiciones hermenéuticas a partir de
general, constituyen un conjunto de reglas no menos imaginativo, no menos arbi- las cuales se aspira a superar lo que podríamos considerar la mayor ilusión metodo-
trario, que cualquier proyección individual o social en el texto; solo que por los ri- lógica de nuestra época.
gores de su concepción dogmática fijan, si no la visión verdadera, probablemente Al propugnar sistemas y métodos aptos para soslayar arbitrariamente lo even-
una visión totalitaria: el texto que debe conformarse o una regla, un lector indife- tual, esa ilusión derivaba fácilmente hacia empecinamientos reaccionarios que no

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preve(an la probabilidad ni como acecho aleatorio ni como atisbo de futu~o. Se ig- que realiza "una mala lectura creativa" ("a creative misreading" dice Harold
nora as( que curiosamente, significativamente, "probable" hace compattbles dos Bloom), válida por la impropiedad y válida por desesperación, porque no existe
'
sentidos antagónicos · "lo que· puede ser pro bad o " , "1 o q.ue
ya ·que "lo veros(mtl", otra: " ... on comprend toujours plus ou toujours moins qu'il ne faut. La vraie lec·
puede ocurrir", coexisten semánticamente con "lo dudoso", "lo eventual", "lo m- tu re reste irripossible" admite, a propósito de la lectura de Kafka, M. Blanchot. Al
cierto" o "lo cierto"; (la ambivalencia reveladora de las palabras y sus verdades a lector -un escritor también en este caso- no le queda más que resignarse: la "ver-
medias no debe pasarse por alto ya que también aqu( coinciden la vaguedad: cierto dadera lectura" es un fraude, una ilusión donde juegan la ficción de la verdad, el
asunto, con la seguridad o la verdad misma: un asunto cierto). . anhelo de verdad y, sin duda, lo inverificable.
Por eso ningún acontecimiento de comprensión deber(a sustraerse a lo mespera- En su experiencia individual, el lector se apropia -se aparta- de la literatura
do, a lo sorprendente. Tan sospechoso como el optimismo derivado de la.ver~ad en- del pasado, asimila -o renueva- la tradición, legitima la diferencia que "revela el
contrada, es el pesimismo (que comporta dialécticamente) de no prever mn~n ca~­ sentido del mundo a través de los ojos del otro". (Es a K. Stierle a quien jauss cita
bio y descartar, a dos puntas, nada menos que la creación y las metamorfosis ~cta· en esta oportunidad). De la misma manera, Wolfgang !ser entendía que ficción y
les. El primer riesgo que corre quien cree haber encont~ado la ~erda~ es dejar de realidad no son entidades que haya que distinguir adversamente ya que "en lugar
buscarla y as( perderse en el laberinto de la certeza. Gtambatttsta Vtco entend(a de ser simplemente su contrario, la ficción nos comunica algo sobre la realidad."
que la certeza era una "verdad de filólogos", más próxima a 1~. creencia _(la {8) En ambos casos es "lo extraño" (lo ajeno, primero, la ficción también) el prin-
"Urglaube" de Husserl) participa más como fe que en el hecho; habthta una ~ahda cipio de la revelación. No está de más tener en cuenta que esa extrañeza nos impli·
provisoria -aparentemente definitiva, falsa- por ~arcial, y que -por a~.ces!bl~ ca: unó siempre es el otro de otro.
desorienta. Los cánones metodológicos y doctrinanos resultan, son solo éxttos ' Sin embargo, es necesario señalar que los intérpretes de la escuela de Constan·
una salida "the exit" o poco más. Cuanto más firme es la convicción, más clausu- za no se interesan por lo que podría entenderse como "una nueva subjetividad"
ra (el lat(~ firmus -como en francés: ferme y fermé, no di:tingue "sol!dez" de sino que, al estimar la comprensión a partir de la visión ajena, no excluyen que esa
"clausura"). Entre tantas aparentes, se sabe que el laberinto tte~e una salida Y esa visi9n esté determinada por la situación histórica ya que la lectura -como la inter-
certeza de la única solución seduce más que la nostalgia (una vanante de la esperan· pretación (una instancia de la comprensión) en genera-l, pone en actividad la inter-
za) de otro jard(n, el hortus conc/usus. Si querer (quarere, tanto "desear" como "in- subjetividad inherente al proceso de comunicación. La teoría de la recepción, en
quirir") s(ab}er como los dioses, precipitó al hombre en la Caída, p~rfa ser querer consecuencia, no desconoce la importancia de la comunicación literaria en la diná-
dudar (otra cuestión: la búsqueda, el problema) el requisito necesano para recupe- mica_ de la transformación social, destacando, de esta manera, la mediación del arte
mcl~~. • y la literatura en cualquier campo de acción intersubjetiva. Más todavía, jauss reco-
Gadamef entendía que la cuestión (la pregunta, la inquisición, la busqueda, noce que los principios de la recepción estética no son excluyentemente antagóni-
"une quete"), explicaba el mecanismo interpretativo: el l~t~r ~uestiona la obra .y cos ni a una crítica ideológica ni a una metodología estructuralista, de ah( que as-
sus códigos; la obra cuestiona al lector y los suyos. En la dtalectl_ca de pregu~ta-r~s­ pire a reconciliar en sus formulaciones teóricas y en sus trabajos de aplicación el
puesta verifica el instrumento hermenéutico más apto para susc~:ar la relación ~~a­ punto de vista semiótico y la interpretación hermenéutica así como el marxismo y
lógica -con interlocutor ausente- que fundamenta la concepc1on de la expenen- los formalismos. La conciliación de diversas oposiciones teóricas que elabora jauss
cia estética como comunicación, el placer como requerimiento mutuo. . en sus reflexiones hermenéuticas, radica fundamentalmente en su rotunda discre-
No es nada extraño entonces que el Midrash {6) haya registrado cuatro mveles pancia con el concepto de negatividad formulado por Th. W. Adorno. Apoyándose
de lectura, tantas como Dante, similares a los que fueron eiJundament? de la teol~­ en la noción de "Aufhebung" definida inicialmente por Hegel, jauss "desconstru-
gía y la poética medievales, para la interpretación de las Sagradas Escnt~ras; de~~~­ ye" la oposición de los dos significados que comporta esta palabra-clave; suprimir,
vel más accesible al menos accesible: el sentido literal: pshat; el sentido alusiVO: anular/elevar, ascender, por medio de una tercera posibilidad semántica que se re-
remer el sentido del Midrash o propiamente exegético: drash, de darosh, "búsque- suelve, aproximadamente, como relevar: suspender y destacar a la vez, la concu-
da", "'interrogación", "exigencia"; y por último, el s~ntido sec~eto, e~térico o mís- rrencia doble y contradictoria en una misma mención: la interiorización cognosci-
tico: sod. Totalmente ausente del texto (ni vado, nt laguna, m cuesttón), sod cons- tiva que se produce en la "apropiación" del mundo por el pensamiento, podr(a ser
tituiría un texto en sí mismo, casi otro pshat; una evolución interpreta~iva que r~pi· el ejemplo.
te el infinito (Ein sof), una existencia que se niega (no existe o así existe). Precisa- De H.G. Gadamer (9), jauss adopta la concepción de esta hermenéutica filo-
mente las iniciales de estos cuatro términos forman el acrónimo pardés, la palabra sófica, de una nueva hermenéutica, que no padece del prejuicio inherente a la her-
que designa el jardfn y de la que deriva -etimológica o imaginativamente- para/so menéutica reconstructiva tradicional (W. Dilthey, F. Schleiermacher) donde, con-
(7). La recuperación edénica estaría "prescrita". . dicionada por el auge de las disciplinas históricas y la filolog(a arriesgaba, entre mi-
La insistencia en el acto de comprender por parte de la teor(a de la recepc1ón tos y conjeturas, la búsqueda de los orfgenes.
-herencia explícita de la hermenéutica tradicional- se explica por la estimación de En la noción de fusión de horizontes -que jauss adopta literalmente- Gada-
un complejo proceso integrativo que compromete dialécticamente pasado/presente, mer puntualiza que el propósito de la hermenéutica no es "reconstruir" el primer
autor/lector, en una oposición intera~tiva puesta en obra p~r el rece~tor, ell:ctor, sentido del texto (tentativa tan ilusoria como inútil) sino marcar el intervaio tem-
el otro. "Penser son autre" ha sido stempre la tarea de la f1lo59fía d1ce Dernda, y poral que se genera entre el horizonte de expectativa (el horizonte que condiciona
también este propósito define su coincidencia con la hermenéutica. "Otro" es el al lector de acuerdo con la visión del autor y que, según el lector presume, ha dado

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forma y sentido a la obra) y el horizonte de experiencia (el horizonte del lector te calibrado, es asil)1ismo abierta, posibilidad de ser interpretada de mil modos di-
quien, en su visión personal, lo comparte con el público receptor contemporáneo versos sin que su irreproducible singularidad resulte por ello alterada." (11)
quien interpreta y reinterpreta la obra en función de su propia actualidad), advir- Por otro lado y más afín a una continuidad filosófica germana, también jacques
tiendo la diferencia que separa -o que une- las referencias de producción Y re- Derrida afirma sus resistencias contra el logocentrismo excluyente del pensamiento
cepción. occidental propugnando una "estructura abierta de significación". Contemporánea-
Así como renuncian a la recuperación de un sentido original, prioritario por mente a la estética de la recepción, consolida las bases de una gramatología (12),
primero, renuncian también a la artificiosa convicción defendida por la semiótica una ciencia de la escritura que, contrariando tanto la opinión como la doctrina, se
cuando pretendía descubrir en la escritura el origen del texto, un principio forzado propone el estudio de la prioridad de la escritura. Jntent4 así atenuar la posteriori-
esta vez, a partir del cual la obra empieza a existir, repentinamente, sin que nada dad (una postergación no solo cronológica) que tiene su origen en la hegemonía
previo pudiera afectarla o determinarla. Según la opción denominativa de Roland proverbial asignada a la palabra oral avalada recientemente por la complicidad de
Barthes, la semio-cr/tica se ocupaba de la nueva (en 1968) conjunción de literatura una lingüística en expansión alentada por su fonologismo congénito: el habla y su
y lingüística. La proclamación de la autonomía de la obra instituida prolijamente vinculación estrecha -indisociable- con el logos; desde Platón a Saussure, la escri-
por la fundación de una ciencia de la literatura, no carece de antecedentes. Coinci- tura venía sufriendo un abandono del que la atención de Derrida trata de sustraerla.
dían -y en esa coincidencia acreditaban parte de su razón- con la anticipación de La hermenéutica se perfila entonces como una teoría de la experiencia estética,
Mallarmé quien afirmaba como "nosotros" (es con los estructuralistas que Barthes una práctica y un sistema que estudia las actividades productivas (poiesis), recepti-
pluraliza), que es el propio lenguaje el que habla y no un autor; en esos años Bar- vas (aisthesis) y comunicativas (catharsis), definida dentro de un espacio que se afir-
thes concebía la escritura como una especie de emergencia, de manera que por su ma en una etapa epistemológica todavía en elaboración incorporando teorías como
intermedio desaparecía la voz, se obliteraba la escritura original, la identidad se la de los actos de habla, la nueva retórica, la pragmática, la lingüística del texto,
perdía en el texto: un original y un origen, la versión disciplinada de "al principio distintas formas de aproximación científica al discurso que coinciden en atender
fue el texto", y todo eso a partir de "La mort de l'auteur" (es el título de un ar- la participación del hablante, del oyente, de las circunstancias del diálogo en una
tículo donde resume una vez más esa posición) que anuncia, al mismo tiempo, la totalidad histórica. La experiencia comunicativa ocurre en una situación dada y no
habilitación del lector: "La naissance du lecteur doit se payer de la mortde i'Auteur". como un enunciado aislado, descolgado en el vacío, inconcebible, para un receptor
Desde este punto de vista .el lector aparece como una indemnización teórica: el ideal del que también se prescinde aunque se le espera.
gesto -un gasto- de compensación para que el equilibrio obra-hombre se manten- De ahí que cada lector se aproxime a la obra provisto de ideas e impresiones
ga, aun cuando se hayan invertido los términos y el centro de gravitación quede previas (referencias variablemente precisas sobre la obra, sobre el autor, requisitos
desplazado. del género, informaciones históricas más o menos acabadas, una noción -posible-
Ni "regreso a las fuentes", ni "verdadero sentido", ni "autenticidad", ni "fide- mente indefinible- sobre la literatura en general, de ahí que la comprensión esté
lidad histórica", ni "estructura verdadera"; ante la utopía de la recuperación filo- determinada por esa previsión compleja, todo un aparato de datos, de creencias y
lógica o la vanidad prescindente de paradigmas estáticos, la hermenéutica se afirma expectativas que el texto pone en funcionamiento y del que, al mismo tiempo, re-
como una actividad que no censura la actualidad para la interpretación ni rechaza sulta. No existe, por lo tanto, una comprensión del texto independiente de esa com-
la usura del sentido, una "usure" más bien ya que el francés conserva ambivalente- plejidad o bien, es necesario reconocer que efectivamente esa comprensión constitu-
mente el uso que desgasta y produce beneficios; el texto está en uso constante y en ye la puesta en acción de una mecánica combinatoria en la que expectativas y ex-
cada interpretación el sentido finaliza y se define. Wittgenstein decía que el signifi- periencia (los horizontes de la recepción) se confunden en cada instancia interpre-
cado del signo es el uso y ese uso, su vida. (10) tativa.
Si bien constituye una disciplina metalingüística, la hermenéutica supera los El texto se encuentra en la encrucijada de reconocimiento y descubrimiento, de
límites de una tarea descriptiva o prescriptiva -ni modelos ni reglas. Anticanónica, repetición y diferencia, de la tradición (una dimensión retrospectiva) y la recepción
se dispone como medio para determinar el sentido de la obra y sin disimular su (una dimensión en perspectiva). No debería sorprender entonces que "cábala", en
condición dependiente, prevé que todo sentido se revela determinado por ta situa- hebreo, acumule homónimamente los significados de tradición, trasmisión y recep-
ción histórico-social y biográficamente particular del intérprete -:-aun del. que se ción, tres significados, o tres usos, con los que la hermenéutica y la estética de la
cree el más riguroso- quien por fin asume su parcialidad: ya resulta difícil ignorar recepción, especialmente, especulan frente al texto. Según G. Scholem el problema
que la obra no existe sino como suma de parcialidades o suma de partes -que no central de las Sagradas Escrituras se plantea como un problema de sentido: la per-
es lo mismo- manteniéndose en un dif(cil equilibrio entre la fragmentación y la re- manencia literal en conflicto con la variabilidad infinita de la interpretación: "El
petición, el sujeto -errático- y sus elecciones. místico transforma el texto sagrado y el momento decisivo de esta metamorfosis
Esta tolerancia de alteración textual por alteridadreceptiva.sucede como reac- es el siguiente: la palabra de la revelación, clara, severa, que no puede considerarse
ción a la inflexibilidad sistemática que se arroga la codificación estructuralista pero ni equívoca ni incomprensible, se colma "infinitamente" de sentido (.•.) abre el
su resistencia no constituye una isla teórica. Aunque parte de antecedentes filosófi- camino en una conciencia infinita, en la que siempre se revelan nuevas significacio-
cos diferentes, la estética de la recepción guarda afinidades con la noción de "obra nes posibles." (13) '
abierta" que formulara Umberto Eco a principios de la década del 60: " ... una Desde hace unos años difícilmente se puede acreditar la existencia de "hechos
obra de arte, forma completa y cerrada en su perfección de organismo perfectamen- brutos", de "hechos reales", recortados de la situación social o independientes de

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la referencia verbal que los designa o del observador que los advierte. Según este
nuevo solipsismo habr(a que aceptar que "the real thing" no es mucho más que el
t(tulo de una obra teatral (14). "La cosa real": t(tulo y teatro. Según esta visión,
el objeto de conocimiento cient(fico filosófico, se presenta bajo especie de escritu-
ra, el mundo como su representación (en inglés el binomio world-word facilitar(a
la identificación); la verdad, una versión, ya que en definitiva solo se trata de una
interpretación, de ah( el vigor y la vigencia de la nueva hermenéutica que sustituye
los sistemas de reglas por una teor(a de la comprensión. Se registra un nuevo tránsi-
to: de la aspiración formalista del "propio texto" al "texto propio", el de cada lec-
tor, el de cada lectura. La descripción o análisis constituyen una lectura más del EL TEXTO POETICO
texto, su imitación: ni la visión inmediata -inmediada- ni la transparencia ni la
revelación. EN EL CAMBIO DE HORIZONTES
"Who can tell the dancer from the dance?" es un verso de Yeats que aparece
citado con significativa frecuencia en los planteos contemporáneos. La lectura fue- DE LA COMPRENSION
ra de contextos es impensable, imposible. Hasta los recursos de descontextualiza:-
ción y distanciamiento, los mismos cordones que separan (o reúnen) las obras en
un museo no las detienen ni las aislan, al contrario: esa distancia precipita la expe-
riencia estética porque provoca y apresura la comprensión de un sentido suspendi-
do, al borde de la historia.
Hans Robert Jauss

NOTAS

(1) Entre otros: la catarsis aristotélica, la misericordia de San Agustln y posteriormente otras
nociones afines o derivadas: sinfronismos, •lneinenandersein", •Einfüh/ung': MNachfühlung~
empatla, simpatla, proyección, identificación (con sus variantes: fascinación, absorción,
hipnosis, seducción), las diversas modalidades que ha adoptado el receptor que experimen-
ta "el placer del texto': la "Verfremdung"Jextrañamiento, distanciamiento) por contra·
ria, semejante.
(2) The anxiety of influence. Nueva York, 1973.
(3) Palimpsestes. Parf1, 1982.
(4) Conciliando historia y estructura, G. Genette habla propuesto en 1969 una historia de las
formas poética• qqe fue recogida posteriormente en Figures 111 bajo el titulo "Poétique et
Histoire': Parf1, 1972.
(5) Benedetto Croce. La storia come pensiero e come azione. 1938.
(6) Hebr.: "investigación': Tiene por ralz doresh: "pregunta': ''pedido': Fue inicia/mente un
método filológico para interpretar literalmente al lignificado de los textos bfblicos. Poste-
riormente sa desarrolló como un 1istema interpretativo muy sofisticado que conciliaba las
aparentes contradicciones bfblicas, estab/Bcla basas para nuevas leyes, acrecentando los
contenidos bfblicos creativamente, con nuavo1 significados. (Encyclopaedia Britennica).
(7) De Lectura juive de la Bible por Micha/ Guggenheim. En La Bible au pn!sent. Parl1, 1982.
(8) Wolfgang·/ltlr: The Act of Aeading. Lóndras, 1978. ·
(9) H.G. Gadamer. Warheit und Methode. Tubingen, 1960. Hay traducción en e~¡Jañol.
(10) L. Wittgenstein. Cuaderno azul y marrón. Madrid, 1976.
(11) U. Eco. La poética de la obra abierta. Milán 1962;en ei(JBRo/: Barcelona, 1963.
(12) Jacques De"ida. La Grammatologie. Parfs, 1967; en ei(JBño/: Bs.A1., 1971.
(13) G. Scho/em. La Kabbale, Parls, 1975.
(14) La més reciente de Tom Stoppard 1rsu 111udóniino, adamls, un nombre por otro nombre,
el hombra dai¡J/azado en cualquiera de los dos casos). Londres, 1983.

16
Introducción

A partir de los años sesenta, los nuevos sus consecuencias, ni la obra de arte desprendi-
enfoques de la hermenéutica literaria han colo- da de sus efectos. La historia de los efectos e
cado en el centro de la reflexión metódica un interpretación de un acontecimiento o de una
concepto que habfa sido siempre presupuesto obra del pasado ofrece la posibilidad de com-
por las disciplinas histórico-filológicas en la in- prenderlo en una multiplicidad de significados
terpretación de textos, pero que estas discipli- no previstos aún por los contemporáneos. Si el
nas rara vez desarrollaron con propiedad y mé- horizonte de donde procede la vida pasada no
todo. Es el concepto de horizonte que, en tan- hubiera sino comprendido dentro del horizonte
to que limitación histórica y al mismo tiempo, posterior de nuestro presente, entonces tampo-
condición que posibilita la experiencia, consti- co serfa posible la comprensión histórica. Pues-
tuye toda formación de sentido en la actuación to que esta comprensión histórica puede conce-
humana y también una primaria comprensión bir el pasado en su otredad recién y en la medida
del mundo. en que el intérprete sepa distinguir (abheben)
'La tarea que la comprensión tiene que rea- el horizonte ajeno del propio. El trabajo de
lizar para franquear la distancia histórica entre comprensión histórica consistiría en Hevar a ca-
el horizonte ajeno inherente al texto y el hori- bo la ratificación consciente de la conciliación
zonte propio del intérprete, no se planteó co- de ambos horizontes. Aquél que cree poder al-
mo problema, mientras el concepto de espfri- canzar el horizonte de un pasado sólo mediante
tu del idealismo alemán, y más adelante el ideal la exclusión del horizonte propio de su presen-
de exactitud de la interpretación positivista, pa- te, introduce en su reconstrucción aparente-
recieron afianzar un enfoque sin intermedia- mente objetiva del pasado, criterios innegable-
ción. Por otra parte, el paradigma del historicis- mente subjetivos de selección, perspectiva, y
mo, -que reconoció la sujeción a la localización valoración. Tales criterios, sin los cuales no se
del intérprete y por tanto elevó las diferencias puede establecer ninguna relación de significa-
cualitativas entre pasado y presente a nivel de do, permanecen como prejuicios impenetrables
problema hermenéutico-, permitió considerar hasta tanto la propia precomprensión no se
resuelta la comprensión del horizonte ajeno, vuelva transparente como preconcepto y se pue-
siempre que se excluyera el horizonte propio, o dan entonces corregir mediante la respuesta de
sea el interés o la parcialidad del intérprete. la fuente o del texto a la propia interrogante.
La nueva crftica historicista, renovada so- El nuevo retorno al reconocimiento históri-
bre todo con Gadamer, sacó a luz y valorizó la co, que se produjo en la década del sesenta, de-
ilusión objetivista, excepcionalmente fructffera, bido al éxito y a las aporfas del método estruc-
sin duda, de una hermenéutica unilateral, donde tural, establece una diferencia entre el histori-
el acontecer pasado no puede ser entendido sin cismo clásico y el conocimiento metódico res-

17
pecto a la historicidad de la comprensión. Esta man); como contexto situacional en la teorfa horizonte y circulo alrededor del sol, en cuya tual cfrculo de mirada, que, con los progresos
comprensión supone conciliar los horizontes del de los actos del lenguaje (K. Stierle); como in- luminosidad el mundo supra-significante apare- de la experiencia, se abre impredeciblemente so-
pasado y del presente y cumplir fntegra y nue- tertexto en la estilfstica estructural (M. Riffa- ce como siendo el verdadero. Al final, el hori- bre horizontes siempre nuevos.
vamente con la exigencia de la trfada hermenéu- terre) y también como juego de lenguaje en la zonte no ilumina más a-partir de sf mismo, sino Hermenéuticamente, al umbral entre el ho-
tica de comprensión, interpretación y aplica· filosoffa 1ingü fstico-anal ftica, que, siguiendo a que es, según Nietzsche, "el punto de vista basa- rizonte de expectativa clausurado, propio al co-
ción. As(, el concepto de horizonte se volvió L. Wittgenstein en su último perfodo, posibilitó do en la valoración de la voluntad hacia el po- nocimiento del mundo interior, y el horizonte
categorfa fundamental de la hermenéutica tanto ulteriormente toda comprensión de sentido, der."(2) La teologfa patrfstica y escolástica ha abierto, propio a la experiencia progresiva, co-
filosófica como literaria e histórica: -como cumpliendo de esta manera lo que antes debfa entendido el horizonte como frontera de sepa- rresponde el umbral entre comprensión como
problema de comprensión de la ajenidad frente cumplir la forma lógica de un lenguaje de preci- ración entre mundus sensibilis y mundus inte- reconocimiento o interpretación de una verdad
a la alteridad de horizontes de experiencia pasa- sión como imagen del mundo. 1/igibilis, de la siguiente manera: el hombre, in- ya dada o revelada, por un lado, y por el otro,
da .y presente, pero también del mundo propio Mi propia contribución a este cambio cien- cluso como ciudadano de dos mundos, se en- comprensión como búsqueda o comprobación
y de aquél cultural mente diferente; -como pro· tffico-histórico consistió en la iniciativa tomada cuentra sobre el horizonte como frontera entre de un posible sentido. En el primer caso, el acto
blema de experiencia estética en la reconstruc- en "Historia de la Literatura como Provoca- lo temporal y lo eterno; o, según Sto. Tomás, de comprensión al interpretar, se presupone
ción del horizonte de expectativa, que plantea ción" ( 1967) al introducir el instrumento del conformado por una naturaleza espiritual y siempre como algo incuestionable: la fusión de
la lectura de una obra literaria, tanto al lector análisis de horizonte en la hermenéutica litera- corporal, y teniendo en su interior la frontera ambos horizontes, el del texto y el del intérpre-
contemporáneo, como al lector ulterior; -como ria. Si vuelvo en este trabajo a retomar este pun- de ambas naturalezas. Es por eso que se puede te, se lleva a cabo en forma ingenua, como si la
problema de intertextualidad respecto a la fun- to, es con el propósito de rever las unilateralida- concebir también el desplazamiento de sentido distancia temporal tuviera sólo como conse-
ción de otros textos presentes en el horizonte des y las carencias de este programa, conside- en la tradición greco-occidental de modo que el cuencia una creciente lejanfa, y no una ajeni-
de una obra literaria, y que obtiene nuevo signi· rando retrospectivamente mis tentativas perso- horizonte designa inicialmente el lugar del alma dad. En ese caso, básicamente, comprensión no
ficado a través de esta trasposición; -como pro· nales a efectos de su comprobación. Sé muy dentro del orden jerárquico del cosmos, y ulte· significa más que traducción, y alcanza con la
blema de la función social de la literatura en la bien que con este trabajo, frente a mis crfticos, riormente remite a la autodeterminación condi- interpretación gramatical, que vuelve a dar al
conciliación de horizontes correspondientes a la seré deudor de varias respuestas. Creo, sin em- cionada por el horizonte de experiencia humana texto oscuro, su auténtico sentido, o con la in-
experiencia estética y a la experiencia de mun- bargo, servir mejor al interés común, si desarro- del mundo. "El hombre ya no es, sino que tiene terpretación alegórica, que lo actualiza en vistas
do vivido; -como problema de cambio de ho- llo la discusión teórica anterior, ya no sólo en un horizonte, que él mismo determina a partir a la comprensión contemporánea, para borrar la
rizontes, que se plantea cuando se des-substan· forma teórica y polémica, sino tratando en cam- de la reflexión sobre la propia conciencia."(3) alteridad del pasado y volver a hacer presente la
cializa el concepto teleológico o evolucionista Jio de resumir en base a qué experiencias, en el La parcialidad de la experiencia humana es- única verdad, siempre válida, del texto canóni-
de tradición y cuando se conceptualizan los trabajo de la interpretación, se me ha presenta- tá igualmente condicionada por el concepto de co. Por el contrario, en el segundo caso, el vol-
procesos históricos, también en las artes dentro do el problema de la conciliación de horizonte horizonte, tanto en su antigua como en su mo- ver a reconocer lo ya reconocido no garantiza
de la dialéctica de apropiación y selección, de bajo aspectos siempre nuevos; seguramente na- derna concepción, aunque bajo signos diferen- una comprensión correcta. Cuando la concien-
conservación y renovación; -como problema die, hasta el presente, puede asegurar haber re- tes. Mirar una cosa, implica dejar de mirar otra cia histórica en la distancia temporal, comienza
de la crftica ideológica cuando se trata de cla- suelto el problema con una receta probada. Asf cosa, y este·hecho pertenece a la estructura de a descubrir la diferencia cualitativa entre vida
rificar intereses disimulados y necesidades des- me parece útil recordar, en primer lugar, lo que horizonte que toda experiencia de mundo supo- pasada y presente, tiene que llevarse a cabo es-
plazadas que corresponden al horizonte latente puede aportar nuestra precomprensión de ho- ne: si el acercamiento al conocimiento del mun- pecularmente la conciliación entre los horizon-
y que hoy parecen cuestionar la confianza hu- rizonte al esclarecimiento de la historia del con- do supra-sensible, en el sentido platónico, impli- tes del texto, pudiendo rescatarse la identidad
manista en la transparencia de la comunicación cepto y de su problema. ca el alejamiento de la apariencia sensible, en- de la verdad del texto sólo cuando se la busca
en su relación con el arte. tonces la percepción sensible puede también, en en el cambio de horizontes de la experiencia
Este esquema problemático-histórico se .el sentido moderno, conocer algo como algo, histórica y cuando se la concibe como progresi-
1.- Comprensión e interpretación como
aplicada también a otras disciplinas, que hoy siempre que estructure dentro de una determi- va, pero siempre parcial, concretización de sen-
conciliación de horizontes.
en dfa empiezan a cuestionar sus concepciones nada visión, lo que entra dentro del cfrculo de tido.
teóricas, según presupuestos hermenéuticos, y nuestra mirada, suspendiendo asf otras visiones. Desde los comienzos de la Edad Moderna
El sentido etimológico de horizon, del gr.
asf utilizan de manera explfcita o implfcita el El momento crftico del conocimiento relativo se deja de lado el horizonte metaffsico, y es la
horizein (delimitar, cortar), remite al cfrculo de
concepto de horizonte: -como campo temáti· al concepto de horizonte ya habfa sido formula- oposición astronómica entre horizonte aparen-
la mirada que limita la mirada. Es sobre to-
co en la teorfa cientffico-social de las relevan· do en los comienzos de la Epoca Moderna por te y verdadero, que regula la determinación
do Heidegger quien, en su interpretación de
cias (A. Schütz); como marco de referencia Wilhelm von Auvergne: el horizonte es un cfr- crftica de las fronteras del conocimiento huma-
Nietzsche, pone claramente en evidencia el des-
qué otorga importancia a las acciones y observa- culo que divide dos hemisferios, de los cuales no. El moderno paradigma de una comprensión
plazamiento de significado operado: "El punto
ciones en la teorfa cientffica (K. Popper); como uno necesariamente es sustrafdo a la mirada. El siempre parcial, se introduce en la teorfa del sa-
presuposición del discurso en el análisis del len· de vista, el punto de mira, el cfrculo de la mira- horizonte como aquello que establece un 1fmite ber de la naturaleza, y se extiende luego a la ex-
guaje lógico (según G. Frege); en la semántica da, significa, en este caso, visión y ver, en un a nuestra mirada (finitor visus nostri) puede en- periencia de la historia, a la estética y a la antro-
generativa (H. Brekle) y en la pragmática lin· sentido establecido por los griegos, pero que pa- tenderse, a) como fijo e indesplazable, es decir pologfa. Leibnitz, que es el primero en plantear
güfstica (D. Wunderlich); como plano de iso- só, a través de un desplazamiento de sentidos, como 1fmite, clausurado para siempre, entre el en forma sistemática la cuestión del Horizon de
topfa en la semántica estructural (A. Greimas); de la idea de eidos a la de perceptio. "( 1) Al co- ~onocimiento sensible e inteligible, o b) como la doctrine humaine, explica la diferencia entre
como código cultural en la semiótica (J. Lot- mienzo aparece en Platón una sinonimia entre móvil y desplazable, es decir como único y ac- verdades racionales e históricas a partir de las li-

18 19
mitaciones temporales de la conciencia humana la auto-enajenación de la sociedad democrática especffico como republicanismo, democracia, del horizonte de experiencias. ya formadas "
sobre el horizonte de su propio presente. Es sig· dentro del progreso de la revolución industrial comunismo. De la teorfa de Koselleck surge pa- aún no realizadas. Esta precisión indica que 1~
nificativo para la hermenéutica literaria que y con una técnica y una ciencia de la nat~raleza ra la hermenéutica histórica, la tarea actual de estructura de horizonte de experiencia tiene sus
Baumgarten haya introducido en su estética, el en permanente auto-superación, que tiene lugar volver a fundamentar la posibilidad del conoci- rafees en la temporalidad de la conciencia; lo
concepto de horizonte para delimitar con el ho- una ruptura de continuidad, que hace que se se- miento histórico, después de la caducidad de la que implica que el conocimiento y el descono·
rizon logicus y con el horizon aestheticus el paren más que nunca los 1fmites entre el campo brecha abierta entre expectativa y experiencia, cimiento condicionan en igual medida la expe·
caudal de conocimientos superior del inferior, de experiencia y el horizonte de expectativas. y después que la dialéctica regresiva del riencia de un objeto: cada percepción presupo·
postulando con ello, desde un comienzo, la au· Es cierto que siempre ha sido esencial dentro Aufklarung hiciera aparecer ilusorio éí progreso ne el "horizonte vado de un desconocimiento
tonom fa de la experiencia estética frente a la del conocimiento histórico, el hecho de que ex- entendido como astucia de la razón. conocido. "(pág. 35). La experiencia se forma
teorfa y práctica de la actuación humana. En periencias y expectativas no pueden llegar a co- La consecuencia para la hermenéutica lite· _ en el cfrculo de función de la anticipación (pre·
Baumgarten aparece dentro del horizonte es- rresponderse, y de que el futuro nunca puede raria es que la estética de la innovación, con el comprensión) y el cumplimiento, o decepción,
tético la reivindicación por parte del individuo formarse solamente a partir del pasado. Kose- modelo histórico-literario de una continuada de las anticipaciones: incluso lo nuevo inespera·
a tener un horizonte propio: in aestheticis . .. lleck determina as( la e·structura temporal de la ruptura de horizontes de expectativa, no puede do es "nuevo dentro del ámbito de un cierto co-
quilibet suum horizontem habet, et potest aJí- experiencia histórica en la cual "la presencia seguir siendo el último y especffico problema nocimiento (Bekanntheit)"(6). y dentro del ho·
quid esse mu/torum in horizonte aesthetico, del pasado es necesariamente distinta a la pre- de la experiencia estética. rizonte de la expectativa no C<?lmadá se vu(!lve
quod tamen non est intra meum (# 149). Si el sencia del futuro", partiendo de una fundamen- Lo simplemente nuevo, que anularfa la to· algo experimentable, que abre un nueve hori·
reconocimiento de un horizonte especffico pro· tal "asimetrfa entre experiencia y expectativa", talidad de la experiencia hasta ahora adquirida, zonte, pudiéndose asf establecer que "cada ho-
veniente de una experiencia individual resulta susceptible de ser fundada antropológicamente. serfa tan imposible de experimentar como lo rizonte actual (. . . . ) es un sistema potencial
restrictivo, (en lo referente al juicio estético no (pág. 355) Mientras que la experiencia puede simplemente otro, lo que ya no se dejarfa con- de los horizontes en él contenidos."(pág. 57).
generalizable), le corresponderá al horizonte es- ordenar el pasado espacial y perspectivamente ciliar como manifestación de un pasado alejado En esta descripción del cambio de horizontes
tético la apertura que este horizonte puede es· para llegar a un todo, la expectativa está orien- con lo propio del presente. Cuando los concep- en el proceso de formación de la experiencia, es
trechar o ampliar, logrando as( un impulso ha· tada hacia el horizonte abierto de posibilidades tos de 'experiencia y expectativa', en la expe- importante tener en cuenta que la anticipación
cia la formación estética. Partiendo de la for· singulares aún no realizadas, a la espera de que riencia del tiempo histórico, como también en que gu fa la experiencia no es (como en Kant).
mulación conceptual englobante de Kant, seña- inesperados acontecimientos irrumpan en el ho- el horizonte de la experiencia estética, encajan un a-priori puramente formal, sino que incluye
lamos que .el horizonte lógico y el horizonte es· rizonte cerrado de la experiencia pasada, fun- de tal manera el uno con el otro, que "no hay presuposiciones de contenido relativas a una ex·
tético se completan a través del práctico en una dando as( nuevas expectativas, que a su vez pue- expectativa sin experiencia, no hay experiencia periencia posible, aunque "dentro de una vaga
trfada, que se determina y se diferencia según el dan ser corregidas mediante, la experiencia, li· sin expectativa", la irrupción de lo nuevo y de generalidad". Justamente "este rasgo no dogmá-
interés de la razón, del sentimiento y de la mo· berando asf otra vez nuevas perspectivas. La asi- lo otro, a partir del horizonte de lo viejo y de tico distingue a la anticipación bien entendida
ral. Se destaca (abheben) también el horizonte metrfa entre el horizonte cerrado de experien- lo familiar, debe ser entonces comprendida tan- (... .) del simple prejuicio, que reivindica para
absoluto y general, -que condiciona las frente· cia pasada y el horizonte abierto de experien- to a partir de los impulsos acontecimientales ra- sf la validez de una experiencia real." (pág. 51/
ras del conocimiento humano en la Crítica de cia futura fue captada antes de los iniCios de la era dicales de la historia moderna, como de las rup- 52). Partiendo de este supuesto, se puede enten-
la Razón Pura,- del horizonte privado particu- moderna (y aún en el mundo campesino del siglo turas de tradición radicales del arte moderno. der el cambio de horizonte como un "ir de ho-
lar y condicionado, sobre la base de considera- XV 111). a través de la doctrina cristiana del or- De este modo, la diferencia entre expe- rizontes más estrechos y más determinados, a
ciones empíricas y especiales, p. ej., edad, sexo, den divino de la predestinación y del juicio fi· riencia y expectativa, frente a la continuidad horizontes más amplios y más generales"; de
situación, tipo de vida, etc., una pluralidad de nal, doctrina que limitó el horizonte de expec- de la formación de tradición anterior a la ruptu- manera que ninguna instancia de experiencia
horizontes particulares, que anticipa ya la teo· tativa de un modo imposible de superar. ra de los tiempos modernos, como también negativa puede invalidar totalmente el marco de
rfa cientffico-sociológica de los mundos del Koselleck, que introdujo la asimetrfa entre frente a la discontinuidad de la actual desapari· los sentidos: "Pues, a diferencia del caso de la
'subsentido'. experiencia y expectativa como una categorfa ción de tradición, nos llevó a plantear el proble- hipótesis, que, como propuesta concreta puede
R. Koselleck ha puesto de relieve la fase metahistórica de la experiencia de la historia, ma del cambio de horizonte. La discusión parte ser invalidada en su totalidad, el horizonte per-
siguiente, es decir la orientación determinante no niega, de ninguna manera, que esta asimetrfa de otro cambio de orientación en la historia del manece intacto en su totalidad, gracias a la vaga
de la experiencia de historia y sociedad, hasta permaneciera oculta en el horizonte cerrado de concepto de horizonte, introducido por Husserl generalidad de instancias negativas, cuya efecti·
nuestro presente, en la historia del concepto la expectativa de futuro cristiana y que histórica· en su libro Experiencia y JuicioK1939), conti· vidad sólo y recién él posibilita."(pág. 55). El
de horizonte. Si es válido para los tiempos mente, el problema especfficodel conocimiento, nuando por Heidegger y Gadamer, y sintetizadÓ proceso de formación canónica y de reconstruc-
modernos en general, el que "se puedan captar recién se delimita en los umbrales que separan al finalmente por G. Buck. ción en la historia de las artes confirma la tesis
como tiempo nuevo sólo a partir del momento siglo XVIII del siglo XIX. Es sólo a partir de El análisis fenomenológico de la estructura de Buck en la medida en que la nueva obra ar-
en que las tensas expectativas han comenzado esa época de profundos ·cambios, que se va a de horizonte de toda experiencia muestra "todo tfstica -también en los casos de obrás moder-
a alejarse cada vez más de todas las experiencias experimentar toda la historia como única, y que lo que está en juego en la experiencia de un ob- nas que niegan provocativamente todo arte an-
anteriores",(4) es con los cambios polfticos im- se consideran pasado y futuro como cualitativa- jeto, en lo que hay de aparentemente último terior-, supone siemprEt el horizonte de la tradi-
previsibles sobrevenidos a partir de 1789, con mente distintos, debiéndose cubrir esa diferen- (Letztheit) y original (Ursprünglichkeit) en una ción como instancia negada de comprensión y,
cia con paradigmas compensatorios; a ellos per- <::aptación primitiva"(5). Cada experiencia tiene lejos de rechazar simplemente lo pasado, ordena
N, de la T.: Abheben: retirar, pero también poner de tenecen so9re todo los "conceptos de movi- su horizonte de expectativa: toda conciencia es en forma nueva y englobante el arte del pasado
relieve, destacar, levantar. miento" que tienen un horizonte de pronóstico sobre el presente. dejándolo ver asf con un sig-
conciencia de algo, incluso en el caso de tratarse

20 21
nificado hasta ahora no reconocido. hermenéutica y délatarfa en la "metáfora oc.u- y de la cultura. Buck parte de la premisa siguien- re Buck- "la forma de una asimilación del hori-
Siendo la explicación de Husserl respecto a lar" una captación, en último término, pasiva te (que comparto): "en la práctica hermenéuti- zonte propio del intérprete (como primera anti-
la estructura del horizonte de la experiencia la de la comprensión que revela su interés prima- ca, nos identificamos con la experiencia de lo cipación) al del interpretandum .."(p. 58). El sen-
más adecuada para captar el proceso de la per- rio en el mantenimiento de la validez y conti- diferente, a través de la distancia histórica de tido que ·el texto histórico distante puede recu-
cepción estética y de la constitución de signifi- nuidad de la tradición cultural clásica.(8) De un ser vuelto extraño para nosotros, que se ha- perar para nosotros se despliega, no sólo a partir
cado dentro del cambio de horizon-tes de la lec- modo que la autocomprensión orientada hacia ce también experiencia de nosotros mismos." de los implfcitos de su horizonte de origen, sino
tura, habrfa que desarrollarla más, cuando se una historicidad del ser en la hermenéutica de (9} Para Buck se puede salvar la brecha que se- también, y en la misma medida, a partir del ho-
trata de comprender un texto cuyo horizonte Gadamer, -al querer remitir toda comprensión para el horizonte ajeno del propio, dado que la rizonte ulterior de la experiencia del intérprete.
de sentido no está dado previamente de modo a una "irrupción en un acontecer de la tradi- comprensión, con todas sus variantes, tiene en No es posible determinar satisfactoriamente la
directo, sino que se ha vuelto ajeno a través de ción"-, invalida (aufheben) el principio d~ su ·am.bos horizontes la estructura común de una constitl!Ción progresiva de sentido dentro de la
la distancia temporal. En este caso, el sofisma teorfa de la historicidad y dialogismo de la com- "explicación de sentido impl fcito" y por lo tanto evolución del horizonte de experiencia median-
de la inmediatez de todo arte clásico con su pre- prensión; esa teor(a se proponfa justamente po- la hermenéutica se puede definir como "cons- te la simple negación de las expectativas. La de-
tendida contemporaneidad atemporal debe ser ner de manifiesto la diferencia histórica dentro cientización de un sentido hasta ahora incons- cepción de una anticipación no alcanza, por sf
reconocido, la ingenua equiparación del texto de la distancia temporal y recuperar el texto de ciente." (p. 30) Esta definición tiene la ventaja sola, a poner de manifiesto implicaciones de
históricamente lejano a las propias expectativas su pasado a través de un procedimiento de pre- de poder fundamentar la comprensión de senti- sentido posible, implicaciones que han sido pa-
de los sentidos debe ser evitada, y la exigencia gunta-respuesta en el presente vivo de la interlo- do incluso cuando el propio actuante no es sadas por alto por el autor o su~ contemporáne-
crftica de la hermenéutica literaria debe ser cución. La oposición entre elevación de hori- consciente del sentido que aparece en su actuar. os en el horizonte de origen de una obra litera-
cumplida, para desarrollar, en forma consciente, zontes (Abhebung) y fusión de horizontes, en- Encontramos el l(mite de esta definición cuan- ria (p. 57). En caso de que tales implicaciones
la tensión entre texto y presente: "Es por esta tre una determinación activa o pasiva de la com- do el sentido ajeno de una actuación no puede sólo puedan ser descubiertas en el horizonte ul-
razón que compete al comportamiento herme- prensión que aparece en Verdad y Método, no volverse transparente a través de una simple terior del intérprete y, mediante apropiación,
néutico bosquejar un horizonte histórico que se. se puede pasar por alto. Resolver esta oposición conscientización de lo "aún inconsciente" en la desarrolladas en vistas a una nueva interpreta-
distinga del horizonte del presente."(7) Como exigirfa decidirse, ya sea por una hermenéutica auto-reflexión hermenéutica, ya sea porque la ción, ese horizonte no deberá ser simplemente
es sabido, Gadamer desarrolló su "Principio de de conciliación de tradición que cumpla retros- actuación del otro no es una pre-reflexiva "re· anulado. Deberá ser plenamente puesto en jue-
la historia de los efectos" a partir de este pro- pectivamente con la exigencia de una verdad presentación de sf mismo" (p. 25), ya sea por- go el horizonte de la propia experiencia y con-
blema hermenéutico nuevamente planteado y trasmitida tradicionalmente, o por una herme- que el sentido inconsciente de esa actuación se ciliado con el horizonte ajeno, para conquistar
especialmente a partir del conocimiento de que néutica de la historicidad, que se imponga lata- halla desfigurado por intereses o instintos re- el nuevo horizonte de otra interpretación. Esta
en la propia distancia temporal se ehcuentra rea de cumplir con el intercambio dialógico de primidos, ya sea porque un acontecimiento his- definición dialéctica de la historicidad de la
una "positiva y productiva posibilidad de com- la comprensión en su pleno sentido, es decir co- tórico es el resultado de la heterogeneidad cau- comprensión no significa en realidad nada dis-
prensión,"(p. 281) debiendo entonces esa dis- mo diálogo abierto al futuro, entre texto e in- sada por distintos objetivos correspondientes a tinto a la máxima hermenéutica de Heidegger
tancia temporal ser utilizada, y ya no, -como térprete, tradición y presente. distintos sujeto~ no pudiendo ser entonces "re- que dice que para una correcta interpretación,
queda el historicismo-, 'superada', sino supri- Dejando de lado el reproche que se le pue- presentación de u·n sentido directriz.'' (p. 25), la cosa no debe solamente extraerse del texto,
mida (de "aufheben") parcialmente, mediante da formular, con o sin razón, a Gadamer por ha- ya sea pOique la resistencia del sentido ajeno ya sino que también "sin insistir demasiado, im-
un auto-trasladarse al espfritu del pasado. La ber dejado sin resolver esta oposición en Verdad no puede ser superada mediante el recurso a lo perceptiblemente y por sf misma (debe) contri-
puesta en relieve de horizonte (Abhebung) y Método, es necesario reconocer la promoción propio dentro de lo ajeno, en el caso de un ho- buir con- su propia cosa." Lo que significa asi-
exigida aqu(, debe preceder a la fusión del ho- que ha significado ese análisis para el debate rizonte de origen (ursprünglich) condicionado mismo que: "Una correcta interpretación no
rizonte pasado con el presente, si el texto en su hermenéutico de los años setenta. por una pre-comprensión que el intérprete ha entiende el texto mejor de lo que lo entendió su
otredad debe constituirse en instancia de con- La estética de la recepción que represento dejado de compartir con el interpretandum. La redactor, sino que lo hace de otra manera. Sólo
trol a partir de la cual el prejuicio del intérprete concibe la elevación (Abhebung) de horizonte, forma de actuar de los héroes homéricos, por que esa otra manera debe remitir a lo mismo
puede ser revisado; as( su interpretación podrá el bosquejo del horizonte históricamente ajeno, ejemplo, motivada, contra toda psicologfa mo- que remite el texto interpretado."( lO)
finalmente tornarse experiencia, y experiencia como momento imprescindible dentro del "pro- derna, por la aparición en escena de fuerzas di- · Cabrfa preguntarse aquf si de este modo la
que transforma al propio experimentador (p. ceso que lleva al logro de la comprensió"n" (p. vinas opositoras, ya no se puede entender me- hermenéutica filosófica ha solucionadc_¡, o más
98). As( dice -o al menos entiendo yo-, la 290); ordena previamente llegar hasta el pasado diante una conscientización de lo inconsciente; bien ha ocultado, un problema que aparece hoy
conclusión del cap(tulo "El principio de la his- e integrarlo al horizonte de comprensión pre- en todo caso se podr(a volver a captar la com- d (a a la hermenéutica literaria como primordial:
toria de los efectos", aunque también se en- sente; pone a prueba los procedimientos de in- prensión contemporánea mediante el extraña- lEs el comprender-se en una cosa, y más con·
cuentran allf otras formulaciones, por las que se teri:>retación, en vistas a reconstruir el horizon- miento de la propia pre-comprensión, es decir, cretamente, en la cosa del texto, el prototipo
le reprochó a Gadamer esa "fusión de hori- te de expectativa contemporáneo, y trata de re- mediante la reconstrucción contrastante del ho- de toda comprensión, o meramente una posibi-
zontes" que, concebida como "unificación de establecer la reciprocidad dialógica de texto y rizonte de sentido ajeno o, en otros casos, me- lidad fundamental, que podrfa colocarse junto
dos campos de imagen en un nuevo campo de presente, interpretandum e intérprete, a través diante métodos modernos de alegorización, lo al comprender-se en el otro como posibilidad
visión", serfa la categorfa previa de su teorfa del juego de pregunta-respuesta. La otra orien- que supone alcanzar el sentido ajeno mediante originaria análoga? Esta pregunta nos lleva a la
tación de interés está representada por el nuevo una traslación actualizadora. discusión que se desarrolla actualmente en el
N. de la T.: Aufheben: "anular", "suprimir': pero intento de G. Buck, que esboza, siguiendo a Ga- La reconstrucción del horizonte de sentido campo de la teorfa literaria, a partir de los es-
también "relevar': "elevar': damer, una teor(a hermenéutica de la actuación ·ajeno no debe, por lo tanto, tener -como quie- critos de Michail M. Bachtin, conocidos tardfa-

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mente, pero por esa misma razón de mayor re- métodos para captar la alteridad de un. texto propio del objeto estético el conservar y al mis- tablecidos, y también cuáles son los otros mo-
percusión. Su Estética de la palabra, que desa- alejado de nosotros. Ninguno de ellos cuenta sin mo tiempo revelar lo históricamente otro, ya dos de abrir y cerrar un diálogo, de abordar el
rrolla el principio dialógico frente al concepto embargo con una previa garantfa de compren- que este objeto permite, no sólo representar la diálogo entre Dios y el hombre con su comien-
de verdad, frente a la constitución .de la con- sión: ni la continuidad de sentido de la historia experiencia subjetiva del" universo, sino también so en vocativo y su final en el silencio realizado
ciencia, frente a las funciones de la lengua, a los de los efectos, ni la universalidad de los sistemas hacerla comprensible dentro del ámbito de jue- ("los desunidos deben continuar hablando, los
tipos de discurso y, en particular, a la literatura, semióticos pueden otorgar esa garantfa. Hay go del arte como experiencia de sf mismo en la unidos pueden callar - se calla porque todo es-
impulsó un diálogo interdisciplinario cuyos re- que recordar aquf un axioma de Schleierma- experiencia del otro. Hay que preguntarse 'en- tá hecho y dicho" - lse puede también callar
sultados ya he analizado desde mi punto de vis- cher: que la no-comprensión no es la excepción tonces lo que puede aportar la comprensión dia· para protestar!).
ta ( 11) y que retomo en esta bportunidad para en el trato con el discurso ajeno, sino que hay lógica y dónde se encuentran sus fronteras La hermenéutica teológica conocé tanto la
delimitar el problema de la comprensión dialó- que contar siempre con la no comprensión cuando se trata de acceder a la apropiación forma ideal del diálogo que se anula (de:
gica en su actualidad asf como también en su cuando el discurso ajeno se encuentra vinculado comprensiva de arte y literatura: en su alteridad aufheben) a s( mismo en la comunicación reali-
génesis cientffico-h istórica. al discurso propio. Pero se plantea entonces para temporal o espacial, histórica o cultural, incor- zada, como también formas de dialogismo de-
la hermenéutica literaria otro problema: la posi: porando as( la comunicación estética al diálogo sintegradas. El diálogo cristiano, que alude en la
2.- Comprensión dialógica en la comunicación bilidad, frente a la alteridad de un texto, de en progreso. comunión del tomar, del dar y del compartir, a
literaria. franquear la brecha de su ajenidad y su mutis- La teologfa -tal como lo desarrolló W. Ma- la perfección del universo, puede degenerar en
mo. Como se ha recordado, lo simplemente aje- gass- siguiendo a F. Rosenzweig y M. Buber- profanas discusiones sobre la festividad, -en
El nuevo interés de la teorfa estética por no ser{a tan incognoscible como lo simplemente puede aportar experiencias a la teorfa de los ti· 'diálogo de religión'- ("dado que los partici-
los planteos acerca de la experiencia literaria, nuevo. pos de discurso o de comportamiento lingüfsti· pantes sólo buscaban significados"); también,
acerca de su función comunicativa, que en el El problema de la alteridad asf planteado co que aclaren aspectos pocas veces considera- partiendo de la apologética, en su forma más
mundo actual se ha vuelto problemática, acer- no se resuelve afirmando simplemente que la dos de la comprensión dialógica. El dialogismo elemental, vuelve contra el propio contrario
ca de su experiencia en otros universos históri- obra literaria es accesible por sí misma, gracias a constituye algo especfficamente propio de la re- el catálogo de invectivas del opositor herético,
cos, as{ como también en otras culturas, y acer- la distancia estética, es decir, en la pura contem- ligión cristiana: como vfnculo de la palabra de tornándose rechazo de diálogo. La. progresiva
ca de la tarea de comprensión que nos vuelve plación del observador. La propuesta de Ba- Yo y Tú entre Dios y el Hombre. Esta relación dogmatización de la ecclesia militans aparece
accesible esa experiencia en sú lejanfa y ajeni- chtin, en el sentido de fundar la comprensión Yo-Tú se constituye ya en Gén. 3.9 mediante la también bajo formas más sutiles de negativa de
dad, ha reintroducido también ia circularidad en el "dialogismo de la palabra", fue justamente alocución de Dios y el llamado al Hombre: A- diálogo: la proscripción de la búsqueda, de la
de la comunicación literaria y con ello su carác- por eso más allá de la hermenéutica contempla- dán, iDónde estás? La conversación as( iniciada Curiositas, tanto como de la Novitas se afirma
ter dialógico. tiva. Si en el diálogo literario a través de los entre Dios y el hombre se continúa en el Anti- en catecismos de respuestas impuestas frente a
Asf como el productor del texto, cuando tiempos se hace posible un experimentar-se guo Testamento bajo la primacfa del vocativo, preguntas permitidas, y se funda en un credo
empieza a escribir, es siempre receptor, asf tam- en la experiencia del otro, en la alteridad estéti- que con la enunciación de su nombre despierta -que ya no está abierto al diálogo- y que (con-
bién el intérprete debe entrar en el juego antes ca conciliadora habrfa algo contenido y locali- al hombre como individuo de los mudos ele- tiene) "un remanente de intratabilidad y de aje-
que nada como lector si quiere !participar en el zable que se dejarfa reconocer incluso en lo aje- mentos, pero elevándolo también al rango de nidad polftica, un remanente de incompatibili-
diálogo de la tradición literaria. En un diálogo no. El interés tan actualizado por una antropo- compañero de alianza. Esta dimensión de alocu- dad con la dialéctica." lEs necesario que esto
no sólo se necesitan dos interlocutores, sino logfa histórica, se explica a partir de esta orien- ción y respuesta distingue el origen cristiano del sea as(?, habrfa que preguntarle ahora al teólo-
también la disposición a conocer y reconocer al tación del problema. Si bien hasta hace poco diálogo del "idealismo de los conceptos genera- go, o sólo históricamente, _a partir de la historia
otro en su otredad. Esta disposición es especial- tiempo no se podfa siquiera plantear el proble· dores" que nace en un mundo monológico. En apologética cristiana y de sus riesgos, se podrfa
mente válida cuando el otro se encuentra repre- ma de 'las constantes antropológicas', hoy en la Biblia se incluye el primer monólogo divino explicar que el credo (afianzado a través de un
sentado mediante un texto, un texto que ya no dfa la antropologfa que desarrolla históricamen- (Y dijo Dios: Que se haga la luz) en el relato de texto dialogado en común bajo la forma-Yo) se
nos habla de modo directo. De manera que la te una teorfa de las necesidades humanas, o la la creación del mundo. Surge as( una trfada teo- haya vuelto monológico a pesar de que el com·
comprensión literaria recién se vuelve dialógica arqueolog(a del saber, que reconstruye la teo- lógica de comportamientos lingüfsticos: el diá- portamiento lingüfstico de la creencia no debie-
cuando se busca y se reconoce la alteridad del rfa básica de diferenciación y orientación de logo como modo de revelación se desplaza hacia ra de ningún modo poner término al diálogo en
texto frente al horizonte de la propia expectati- mundos existenciales pasados, han recobrado el centro entre relato como modo de creación y el mundo vivido sino, al contrario, en muchos
va y cuando no se realiza una ingenua fusión de una indiscutible validez. La comunicación lite- canto o himno como modo de(alabanza; de es- casos, encaminarlo o reanudarlo. lHay también
hor-izontes, sino que se corrige y se amplfa la raria tiene la ventaja de adquirir en el ámbito ta manera Yo y Tú se ven supe~ados en una ter- formas dialógicamente abiertas de creencias reli-
propia expectativa a través de la experiencia del del arte, una transparencia ideal, tanto en el cera instancia mediante el paradigma litúrgico giosas?
otro. comprender-se en una cosa como en el com- del nosotros y el diálogo se eleva (de: aufheben) El diálogo magistral, que se define en gene-
El conocimiento y reconocimiento del dia· prender-se en el otro. Es por eso que las posibi- en canto y silencio en la quietud sabática. Ha- ral a partir de la superioridad de la primera so·
logismo de la comunicación literaria choca en lidades de la hermenéutica literaria se basan en brfa que preguntarse cómo se representa esta bre la segunda instancia, es decir, del maestro
múltiples aspectos con el problema de la alteri- que su objeto -la experiencia del hombre en su trfada teológica más allá de la Biblia dentro de sobre el alumno, supone! asimismo, de u·n punto
dad: entre productor y receptor, entre el pasa- relación productiva y receptiva con el arte- las funciones de los tipos de discurso, si corres- de vista teológico, una tercera inStancia: la ins-
do del texto y el presente del receptor, entre vuelve esencialmente (:Omunicable lo que el ri- ponde a todo relato un orden como la ordena- tancia del presente ausente en la persona de un
distintas culturas. La reflexión hermenéutica y tual religioso esconde al profano y lo que el do- ción de los elementos en Génesis 1, si el diálogo tercero autoritario que puede verse representa-
el análisis semiótico compiten hoy en dfa como cumento polftico o jurfdico reprime o calla. Es sobrepasa o rompe órdenes originariamente es- do como partfcipe tanto a través de la escritura

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distante, como a través de la enseñanza unifica- cional de mediocridad a lo atemporal, abriendo terminada y su significado para el observador, último o ilimitado- el antagonismo histórico·
dora de Jesús. En la prédica del Nuevo Testa- asf una perspectiva sobre la génesis de las gran- un doble hiato, que transforma la constitución tipológico del concepto artfstico clásico y ro·
mento hay cuatro momentos esenciales del diá- des obras, que pudieron entenderse a través de de sentido en un proceso indefinidamente abier· mántico. Ante la respuesta de Popper, afirman-
logo magistral: la conversatio, que permite vin- la dialéctica de imitación y creación, de forma- to entre producción y recepción de la obra. Una do una diferenciación entre cerrado y abierto
cular el diálogo con la circunstancias locales; la ción y revisión del cánon estético. Incluir al concepción análoga de la 'obra abierta' fue de- que se verificarfa en lo acabado de la forma,
quaestio, que denota la carencia o la perplejidad destinatario de la literatura en el diálogo de sus fendida en esa época por Paul Valéry: para el Lukács se remite al principio clásico (y poste-
que puede enfrentar el maestro, cuando hace productores, reconocer su participación en la autor, el producto de su actividad estética no riormente siempre reivindicado) de la adecua-
presente lo pasado, o cuando redime al cuestio- constitución de sentido, y preguntar de qué ma- puede estar nunca completamente acabado; la ción entre forma y contenido, y localiza la obra
nador de un pasado todopoderoso; la interpreta- nera la obra de arte puede ser un todo cerrado obra acabada serfa más bien la ilusión del recep- con forma abierta en la vanguardia contempo-
tío, en la cual el rabino debe· explicar "tanto las sobre sf mismo y al mismo tiempo un todo tor, pero instancia preliminar también de una ránea: recién el arte de los más jóvenes habrfa
escrituras como la situación; la communio, en abierto dependiente de una interpretación, su- interpretación necesariamente inadecuada (mes puesto en juego el nuevo instrumento, "este
la cual el rabino intérprete se vuelve dispensa- ponfa un alejamiento de la hermenéutica con- vers ont le sens qu'on /eur pr§te), con lo cual quebrar, dejar-a-uno-de-lado". La respuesta de
dor de dones o fundador de pacto mediante templativa y de su concepto de obra substan- comienza nuevamente el proceso in-acabable de Popper descubre el sustrato romántico, -lo
sentencia magistral. La hermenéutica 1iteraría cialista. G. Bonyhai ha aportado a la teorfa es- la comprensión productiva. De modo que Bony- no-colmado (Unerfüllte) como lo único acaba-
ha dado hasta ahora poca importancia al diálo- tética de nuestra época un documento suma- hai puede con razón decir que la teorfa de do (Vollendete)- dentro de la representación
go magistral; no se podrá seguir ignorándolo co- mente revelador y hasta ahora desconocido, Popper señala un comienzo del desarrollo que de lo moderno fragmentario en Lukács y le
mo. formación canónica represiva, sino que ha- sobre este cambio de orientación. Está, dedica- condujo de la estética monológica de la obra a opone la tesis según la cual lo acabado ya no es
brá que empezar a captar sus formas literarias y do a Leo Popper, un precursor de la hermenéu- la comprensión dialógica, a la hermenéutica de más una cualidad ontológica a la que la obra
a interpretarlas como medios de formación de tica del arte y de la literatura, injustamente ol- la historia de los efectos y a la estética de la re- confiere expresión, sino que resulta de la nece-
experiencia (por ejemplo a través del método de vidado, y prueba la importancia cientffico-his- cepción contemporánea. sidad del hombre de una perfección, que debe
pregunta-respuesta). tórica de los puntos de vista a los que Popper El desarrollo de Lukács hacia una "sfnte- él mismo crear contra la materia y en última
El paso que va del diálogo magistral que se abrió camino con su teorfa del "doble malen- sis de sociologfa y estética", que guarda tam- instancia contra la naturaleza que le ofrece
origina en el Nuevo Testamento hasta la forma tendido". Un motivo personal e histórico del bién en su orientación posterior al materialismo "sólo transiciones, nunca lo clausurado como
socrática de diálogo es considerable. En el pri- olvido en que se tiene a Popper es el éxito de de la teorfa del reflejo una tendencia platoni- tal".
mer caso, el diálogo dirigido en todo momento su contemporáneo y opositor Georg Lukács, zante, se anuncia igualmente en la aceptación El diálogo se bifurca as( en dos definiciones
por el maestro, concretiza el sentido previamen- cuya Heide!berger Philosophie der Kunst (re- de las premisas de Pooper. En efecto, Lukács diametralmente opuestas de la obra artfstica;
te dado por vfa de autoridad, mediante su apli- dactada de 1912 a 1914, recién publicada en explica el doble malentendido como "duplici- para Lukács: "no acabado, en lo acabado" (in
cación a la situación presente; en el segundo ca- 1974), según lo reconoció el mismo autor, fue dad de la obra artfstica que se eleva solitaria der Fertigkeit unfertig), y para Popper: "acaba-
so se desarrolla un libre diálogo a través de ro- una elaboración de las ideas de Popper; a partir sobre la vida y del conocido comportamiento do, en lo no acabado" (in der Unfertigkeit
deos de pregunta-respuesta, constituyéndose asf de esta obra sus caminos divergen en un punto nostálgico del hombre"; separa también el fertig). Popper anula (de: Aufheben) por inma-
el sentido en el pasaje del saber del no-saber co- esencial. comportamiento creativo del simplemente nencia la diferencia inicial: la obra artfstica está
mo resultado de una búsqueda en común. El an- Su punto de partida común fue la supera- receptivo y quiere asimismo mantener la sepa- acabada en su no-acabamiento, ya que "el arte
tagonismo de tipo ideal tendrfa que poderse re- ción de la hermenéutica adivinatoria, de la esté- ración entre historicidad y atemporalidad de la hace del ante-último un último", y esto signifi-
lativizar en su aplicación sin duda de modo in- tica de la expresión y de la teorfa de Einfühlung. obra artfstica. EIDialog ueber Kunst de Popper, ca que: "Tomamos de la naturaleza a través del
teresante ( lhasta dónde el diálogo socrático no El concepto de Aloys Riegl de un "querer del hasta ahora inédito, pone de manifiesto la dife- arte Jo que ella misma toma de nosotros a través
está dirigido por ia primacfa del preguntar y el arte" ("Kunstwollens"), según el cual la inten- rencia incipiente entre Lukács y Popper, y con de nuestra vida: la infinitud". Para Popper el ar-
efecto del 'preguntar correctamente'?, lhasta ción artfstica se introducirfa sin ruptura en la ello la encrucijada de la teorfa estética a ·prin- te es acósmico, es "la fórmula del hombre en las
dónde el diálogo del Nuevo Testamento puede obra y se transformada en norma para una ade- cipios de nuestro siglo. cosas", es la obra artfstica acabada en su inaca-
recuperar sinceridad, permitir al alumno formu- cuada comprensión del observador, describe El diálogo comienza con la presentación bamiento, puesto que -esté o no abierta en sf
lar preguntas libremente, y exigir al maestro con suma precisión la posición antagónica cues- del antagonismo entre obra de arte cerrada y misma- sólo obtiene su clausura cuando el des-
aplicar la escritura a la situación presente, inter- tionada. A esta posición Popper contrapuso una abierta, donde Lukács ve dos posibilidades fun- tinatario participa en ella: "El fin último de ca-
pretándola al mismo tiempo de modo distinto?). nueva hermenéutica, que buscaba reconocer y damentales del arte: representar el momento da obra artfstica es el receptor." Lukács, por el
Es innegable la importancia de ambas formas justificar justamente dentro de una compren- del deseo (Pao/o et Franceses de Rodin) o el de contrario, mantiene en pie su divergencia, rati-
competitivas de diálogo del punto de vista de sión inadecuada, la presuposición y singularidad la realización i'-e Baiserae Kodin). De este mo- ficándola transcenoentalmeme: ta obra artfsti-
los efectos. Su recepción en la historia de las li- de toda comprensión artfstica. La teorfa del do, la teorfa del doble mal entendido, que Pop- ca está inacabada en su acabamiento, "porque
teraturas europeas ha sido, creo yo, poco estu- "doble mal-entendido" es· una estética de la no· per vinculó con dos momentos de la no-identi- vincula Jo temporal con lo eterno", lo que pue-
diada. identidad. Surge de un enfoque según el cual la dad dentro de la comprensión productiva y re- de significar también que "la pregunta es nues-
La Filosoffa del arte, mientras estuvo ex- obra artfstica no revela monológicamente un ceptiva de la obra artfstica, se bifurca en dos ti- tro absoluto", pregunta que presupone la "gran
cluida de la estética de la obra, ha visto al dialo- sentido trascendente, en el que quedarfan rele- pos distintos de obras artfsticas y se relativiza respuesta" a cuyo yugo el homb're se somete sin
gismo ocupar un lugar preeminente en la cum- vados (de: aufgehoben) tanto el querer del ar- históricamente. La diferenciación de Lukács darse cuenta. De modo que la nueva teorfa de la
bre de la poética dentro de uri diálogo de auto- tista, como la comprensión del observador, sino jmplica entonces desde un principio -con la obra abierta sitúa a la hermenéutica del arte en
res que se elevó por encima de la cadena tradi- que aparece entre la intención del autor, la obra dicotom fa de lo último o limitado, y de lo ante- una encrucijada: la obra artfstica que, para,Pop-

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per, se abre al receptor, señala a la estética la di- La otra parte de la tarea hermenéutica con- su diferencia y a sí mismo en su otredad. Este instancias.
rección del dialogismo en la comunicación esté- siste en clarificar el dialogismo de la compren- intercambio de experiencia propia y ajena es la El diálogo, que debe buscar su verdad en la
tica, y la obra de arte que, para Lukács, se abre sión en el diálogo, ahí donde el discurso ajeno novedad determinante en la !1Ueva formulación comprensión de la réplica, en el comprender
a lo "transcendental", recupera para la estética se relaciona directamente con el discurso pro- de la teorfa del Einfühlung a través de Bachtin. del contra-discurso (Gegenrede) y es por esta ra-
la re-afirmación platónica de una plenitud atem- pio. Gadamer define esta comprensión en el diá- Se afirma así, no sólo que la conciencia humana zón esencialmente in-acabable -como lo de-
poral que, en su verdad monológica, sólo deja al logo actual como Comprender-se-en·una-cosa, es por naturaleza dialógica: "La conciencia de muestra también la historia de las interpretacio-
receptor el papel de una comprensión contem- obteniendo así una conjunción entre la com- uno mismo se experimenta siempre en un se- nes en su diálogo siempre reanudable con el arte
plativa. prensión del texto y el entendimiento en el diá- gundo plano de la conciencia que otro tiene de del pasado- presupone, para Bachtin• , en últi-
Al abordar la hermenéutica filosófica debe logo (pág. 360). Con esto se desplaza a un se- sf" ( 15). sino que también se pone de relieve la mo término, la instancia superior de i.ln tercero
recordarse brevemente que Gadamer definió el gundo plano otro interés de igual origen dentro experiencia estética como función que facilita o o Super-destinatario ("Ueberadressaten") cuya
dialogismo como presuposición de toda com- del diálogo, que es la comprensión del otro en al menos posibilita la experiencia de sf mismo "comprensión absolutamente justa se acepta ya
prensión del discurso ajeno, y también del tex- su otredad. Seguramente el comprender-se-en- en la experiencia del otro: "(. .. ) no puedo re- sea en la distancia metaHsica, ya sea en un tiem-
to temporalmente lejano. Según Gadamer, el una-cosa lograda en el diálogo, puede aportar presentarme a mí mismo como contenido en mi po histórico distante. (... ) En distantes épocas
diálogo platónico ha creado un modelo herme- también una- comprensión de la alteridad del in- propia forma exterior, delimitado por ella y ex- y en una distinta concepción del mundo el
néutico de acuerdo con el cual no es la interpre- terlocutor. presado a través de ella (... ) En este sentido se 'Ueberadressat' y su comprensión de réplica
tación monológica de sentido que constituye" La teoría estética de Bachtin en sus premi- puede decir que el hombre depende estética- idealmente adecuada, adoptan una expresión
comprensión, sino la búsqueda dialógica de sen- sas e implicaciones hermenéuticas, a la~ cuales mente de manera absoluta del otro y de su acti- ideológica diferente (Dios, la verdad absoluta, el
tido y es sobre todo tarea de la lógica interroga- me limitaré aquí, se puede presentar a partir de vidad de ver, recordar, coleccionar y sintetizar, juicio de la conciencia humana imparcial, el
tiva poner de manifiesto la experiencia; por la misma situación ~ientffico-teórica determi- pues sólo esa actividad ajena es capaz de crearle pueblo, el juicio de la historia, la ciencia, etc.)"
consiguiente: "la dialéctica de pregunta-respues- nante también para Popper y Lukács: el aban- una personalidad exteriormente definida; no ( 17) Conocemos ya esta tercera instancia a tra-
ta se ha adelantado siempre a la dialéctica de la dono de la estética de la expresión y de la teorfa existe esa personalidad si el otro no la crea." vés de la hermenéutica teológica. Aparece acá
interpretación. Es ella la que define la compren- del Einfühlung, dominantes después de 1900. (16) ya no como una última autoridad justiciera, si-
sión como acontecimiento."(12) Comprender (13) Abstraktion und Einfüh/ung de Wilhelm La audaz teoría de la naturaleza dialógica no como un último 'Ueberadressat' cuya com-
algo significa entonces comprender algo como Worringer (1908) constituye, para Bachtin, de la conciencia, bosquejada por Bachtin en un prensión es "absolutamente justa"; es él que ga-
respuesta, y más concretamente poner a prueba un punto de partida. En esta obra, siguien- trabajo de juventud publicado hace poco tiem- rantiza la posibilidad de comprensión en el diá-
la propia opinión frente a la del otro, a través do la teorfa del Einfühlung de Theodor Lipps, po y a cuyas implicaciones hermenéuticas aún logo entre texto e intérprete, es decir, entre la
del método de pregunta-respuesta. Esto es váli- se entiende la actividad estética como un abiertas me referiré más tarde, constituye la voz ajena y la propia. En esta secularidad tan
do tanto para la comprensión del texto lejano, acto de auto-desprendimiento ~n el que el Yo premisa de su posterior Estética de la palabra. hermosa como singular se anuncia un conflicto
como para la comprensión del discurso del otro. se pierde frente al mundo exterior para produ- Sus tesis son, primordialmente, las siguientes: el para la Estética de la palabra. Bachtin bosque-
Una parte de la tarea hermenéutica, consiste en cir la obra artística a partir de la objetivación de diálogo como forma de salida del discurso hu- jó primero su teorfa estética de la alteridad des-
(traer) "al presente vivo del diálogo, cuya reali- lo así experimentado. "El goce estético es el mano; la lengua como acontecimiento social de de el punto de vista de la estética de la produc-
zación es siempre en su origen pregunta-res- propio goce objetivado. Goza~ estéticam~nte interacción lingüística; la oposición fundamen- ción, a partir del movimiento antagónico de au-
puesta" (pág. 350) el texto vuelto lejano por la significa disfrutarme a mí mismo en un objeto tal entre voz (oír) y escritura (leer). entre prin- todesprendimiento y experimentar-se-en-el-otro
distancia temporal. La expresión: 'entrar a dia- sensible distinto a mí, identificarme en él."( 14) cipio dialógico de verdad abierta y principio y sólo en escritos posteriores empezó a desarro-
logar con el texto' sigue siendo, a mi parecer, Bachtin ha tomado de este modelo el acto de monológico de verdad clausurada; las tres cate- llarla desde el punto de vista de la estética de la
necesariamente metafórica, dado que el propio auto-desprendimiento, pero luego lo descompo- gorías de palabra: directa, representada y orien- recepción; dejó así abierta la interrogante her-
intérprete debe, en primer lugar, escenificar la ne en un doble movimiento antagónico: a la tada al discurso ajeno; la génesis histórica de la menéutica que busca saber lo que posibilita al
parte del otro, para que el texto pueda llegar a empatía como movimiento hacia afuera para palabra polifónica en el diálogo socrático que si- lector la comprensión del texto en su alteridad
hablar, pueda contestar a una P.regunta que ha ponerme, viendo y reconociendo, en el lugar del guió viviendo subversivamente en la sátira meni- así como también lo que él, como segunda ins-
sido formulada y finalmente pueda ser entendi- otro, debe seguir una vuelta sobre mí mismo pa- pea y en la novela polifónica, frente a las cuales tancia, debe aportar de :·sí misjiio~a ese diálogo
do como una 'pregunta dirigida a mf'. Enton- ra que así la identificación experimentada pue- el monologismo oficial impuso una y otra vez la para que su comprensión se vuelva en primer
ces, as( como un texto tradicional sólo puede vol- da transformarse a través de un distanciamiento monofonfa del discurso; la prosa como lugar de término diálogo, tanto con el texto como con
verse interrogante para el hombre que interro· o de un "encontrarse afuera" (Ausserhalbbe- la palabra bifónica (ajena y a la vez acorde); la sus anteriores intérpretes. La estética de la alte-
ga, así también el 'diálogo con el pasado' supo- findlichkeit - vnenachodimost) en una experien- lírica como medium de la palabra (sin testigos) ridad de Bachtin, que llevó el principio ideológi-
ne, para no caer en la parcialidad del tradiciona- cia estética productiva y nuevamente receptiva. sobre sí misma y el mundo. Si la Estética de la co de la palabra poética a una nueva valoración,
lismo o del actualismo, la concreción de una Einfühlung es la etapa intermedia necesaria, no palabra de Bachtin, con sus definiciones antité- supone una fundamentación hermenéutica basa-
comprensión apropiadora, es decir, la concilia- el objeto de la experiencia estética. La previa ticas del principio dialógico y monológico, ofre- da en la continuidad histórica de la compren-
ción del horizonte ajeno del texto con el hori- identificación con el otro es necesaria para al- ce un marco categorial que permite ante todo sión diálogica.
zonte propio (lo que a menudo llevó a una canzar a través de un repliegue sobre sí mismo una nueva definición de la función comunicati- Quien comparta con Bachtin la teorfa (a la
errónea interpretación de la metáfora visual un estado de excentricidad estética (el concepto va tanto de los tipos de discurso como de la lite- que yo también he llegado aún sin conocer sus
contenida en el término "fusión de horizontes" de Plessne¡ se acercaría al 'vnenachodimost' de _ratura, cabría agregar que Bachtin amplió poste- textos, a partir de aspectos relacionados con
(Horizontverschmelzung). Bachtin) que permite experimentar al otro en riormente su dialógica en un modelo de tres una estética de la recepción) de una experiencia

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estética que es excelente camino para experi- dida en que la palabra sólo se constituye en res- puesta alteridad de un 'estado primigenio' rizante para los estudios contemporáneos, fue
mentar el tú ajeno en su ser-otro y en él, a su puesta al contestar dialógicamente una pregun- ('Urzustand') y, al mismo tiempo, se ha con- ignorado por la investigación filológica de los
vez, el.propio yo -asf enriquecido, no puede su- ta. Y dado que en el texto literario -como lo cretizado en el "Trabajo del Mito" (18), enton- años 50 que, basada en la praxis de la interpre-
poner que el comprender-se en el otro en la co- probó K. Stierle para la forma narrativa- la res- ces la comprensión estética puede comenzar all ( tación 'de las fuentes' sobre todo porque la
municación estética sólo necesite del movimien- puesta "va siempre más allá de la pregunta de la donde lo imaginario circunda las formas y con- obra de E.R. Curtius, en ese entonces paradig-
to antagónico de empatfa¡y repliegue en autora- que puede ser respuesta", ella es "para aquél a figuraciones de lo mftico con el aura de lo per- mática: Europiiische Literatur und Lateinisches
flexión (vnenachodimost'). Si la obra artfsti- quien se dirige, no sólo una información, o la fecto, satisfaciendo asf su primera necesidad es- Mitte/alter ( 1948), le aportó una legitimación
ca puede representar y hacer accesible el Yo respuesta monosémica a una pregunta formula- tética. Si mi tesis es correcta, es decir, si en lo tan inesperada como monumental. El último
ajeno como sujeto y si la palabra polifónica de da, sino un llamado destinado a detener las pre- perfecto se encuentra el "Faszinosum" de lo positivista, tan exacto filológicamente como
la novela, según la importante interpretación de guntas correspondientes a la respuesta de la na- imaginario (20), ser fa válida la "anticipación de ciego estéticamente, que redujo la divisa ad fon-
Bachtin sobre Dostoevskij, puede representar y rración."(18) Asf la dialéctica de pregun~ar-res­ la perfección" (21) en la que, según Gadamer, se tes de retorno a las fuentes a un retorno a las
hacer accesible el discurso ajeno en el discurso, puesta se vuelve un genuino instrumento her- encuentra una excelente posibilidad de com- fuentes de las fuentes pudo señalar que hasta el
el receptor puede salvar la diferencia hermenéu- menéutico, al ir más allá del horizonte propio prensión y que condicionar(a anticipadamente más modesto aporte resultante de la investiga-
tica de la alteridad del texto y también de la para interrogar el horizonte del otro y retomar el comprender-se-en-el-otro incluso cuando el ción de las fuentes contribuye a establecer la
"palabra ajena en la palabra" no sólo a través de el diálogo con el texto, que sólo puede volver a otrÓ, en la progresiva emancipación del sujeto, ininterrumpida aunque latente continuidad de
una autoreflexión estéticamente conciliada. Si responder cuando se le interroga nuevamente. es reconocido justamente en su imperfección y la herencia 'irrenunciable' de la antigüedad; en
no se quiere que la comprensión de textos lite- Sin embargo no todo texto poético tiene la es- contingencia como individualidad, idealizado li- esa continuidad la edad media, como eslabón
rarios degenere en una fluctuante producción tructura hermenéutica de la palabra como res- terariamente, y elevado al verdadero problema de una 'dorada cadena de tradición literaria',
p~sta, como lo muestra, sobre todo, el caso de de la comprensión dialógica. (22) debió sacrificar su autonomfa histórica.
de diferencias (un peligro del que no se salvó la
teorfa de la 'intertextualidad' hoy en dfa de la !frica, que Bachtin definió como medium de La conocida interpretación de Leo Spitzer
moda en Francia, a la que Julia Kristeva redujo la palabra sin testigos sobre sf mismo y el mun- 3.- Retrospectivas y perspectivas desde un sobre Villon, que ya en 1938, bajo el tftulo
la dialógica de Bachtin), el entender-se en el do. La relación con el mundo que se abre con la punto de vista personal. provocador de: Etude ahistorique d'un texte
otro del texto y el entender-se del mundo vivi- voz 1frica, puede entonces convertirse por sf habfa defendido el acceso estético frente al ob-
do en discurso y réplica del otro, deben anclarse misma en puente hermenéutico de un compren- Fue el estudio de una literatura alejada de jetivismo de la investigación de las fuentes, tu-
en un preconocimiento de lo ya dicho, de lo der-se en el otro, dado que esta apertura de la nosotros, la que me llevó, no por casualidad, a vo pocos seguidores; como ideal para una in-
que se entendió y sigue válido. A pesar de que palabra a la experiencia subjetiva del mundo, interrogarme acerca del horizonte de expectati- vestigación seria quedó vigente una obra como
la dialógica de Bachtin pone de manifiesto la di- -como lo mostró P. Ricoeur (19)- marca el ca- va del lector para quien se habfa escrito origina- la de ltalo Siciliano Fram;ois Vi/Ion et les the-
ferencia de polifonfa de voces entre personas rácter de obra de un texto ~levado a forma de riamente el texto literario. A través de este es- mes poétiques du moyen age (1934), que lleva
gramaticales e instancias del discurso, esta dialó- escritura. La palabra poética se distingue del tudio se demostró la falacia de una interpreta- el retorno a las fuentes a un punto tal, que cada
gica parece, creo yo, presuponer la transparen- discurso meramente informativo o utilitario en ción filológica, que crefa entender la obra aleja- elemento de la 1frica revolucionaria de Vilion
cia de la palabra poética, y no parece interrogar- la medida en que el sentido del texto puede li- da de nosotros más allá de la distancia tempo- remite a un antecedente en el repertorio univer-
se con propiedad sobre la diferencia hermenéu- berarse de la intención de su autor de origen, y ral, de manera directa o "estética" -"a través sal de poesfa anterior.
tica entre intención del autor, sentido del texto también de la estrechez pragmática de una si- del texto solamente"- o también de manera in- H. La~sberg (23) habfa promovido el pre-
y significado para cada lector. La diferencia tuación de discurso, alcanzando asf una autono- termediada o "histórica" a través del retorno a supuesto implfcito de esta investigación de las
hermenéutica frente al texto, que hace que el mfa semántica que puede, incluso a un destina- sus fuentes y de un real conocimiento de la épo- fuentes, al rango de principio de una investiga-
oyente o el lector frente a las palabras no piense tario posterior, abrir la visión de lo ocasional de ca. Fue la literatura de lengua popular de la ción de tradición, que debfa desarrollar el pro-
per se lo mismo que el hablante o el autor, cre- las situaciones 1fricas a la plenitud de significa- edad media, más concretamente la singular y grama de una tópica histórica de Curtius, a
ce con la distancia histérica hasta alcanzar la al- do de un mundo visto de otra manera. floreciente poesfa animalesca del S. XII la que partir del fundamento, hasta entonces subesti-
teridad secundaria de lo desplazado temporal- Se puede dudar si la autonomfa semántica me hizo situar el horizonte ajeno de un pasado mado, de la retórica incorporada a la literatura.
mente; pero esta diferencia se puede agudizar de la palabra poética asf determinada no presu- separado de nosotros en el punto crucial de mi Se trataba del postulado substancialista que es-
también por un uso ideológico consciente o por pone, sin embargo, una pre-comprensión de comprensión. tablece, que cada obra literaria nueva no sólo
una disposición inconsciente de los textos poé- 'mundo' que tiene su origen en la cultura greco- La literatura de la Edad Media, dada la rup- presupone potencialmente la Summa de la to-
ticos, planteándose asf el problema de la elusivi- occidental, y que por lo tanto no alcanza para tura de continuidad que supone el Renacimien- talidad de la trasmisión literaria hasta la fecha,
dad del discurso desplazado. El principio del franquear la distancia que la separa de la ajeni- to, ha conseguido un grado especial de alteri- sino que, en último término, no hace más que
dialogismo de Bachtin sólo puede atender a es- dad de otras culturas. En ese caso puede ayudar dad, frente al cual la literatura de la antigüedad, modificar la sustancia arquetfpica de la trasmi-
tos aspectos de la alteridad del texto, si se com- a la comprensión de la palabra ajena, una pre- que hasta hace poco tiempo, en la historia de la sión frente a la apariencia de la innovación his-
pleta mediante otros instrumentos de compren- comprensión fundada antropológicamente, que formación cultural occidental encarnó ininte- tórica. Esta teorfa y esta metaffsica de la tradi-
sión que posibiliten el entender-se en el otro a recurre a una serie no preconcebible de mitos y rrumpidamente una validez canónica, propuso a ción se basan en la convicción (supuestamente)
través de puentes hermenéuticos. que, a través de las formas y configuraciones de la reflexión hermenéutica, si no problemas me- humanista de que en "el libro, la poesfa (está)
Se encuentra implfcito en la tesis de Bach- lo imaginario, permite tender un puente de nores, por lo menos problemas de otro tipo. El intemporalmente presente" _(24). Según esta
tin el puente hermenéutico siguiente sobre el comprensión. Si la experiencia mftica del mun- hecho de que la literatura de la Edad Media, jus- teor{a, el filólogo es elevado a la categorfa de
carácter de la palabra como respuesta en la me- do, según Blumenberg, siempre implicó la su- tamente por esa alteridad, pudiera ser ejempla- lector auténtico, para quien ha sido redactado

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el texto y que, como "super-reader" puede estaba fehacientemente probada. Guiette (28) tura que "en la experiencia estética no hay vir- dig~as inte;pretativos y sus opuestas parciali·
comprender también mejor al autor. Es enton- buscaba rehabilitar el placer directo y sin ínter- ginidad", ya que ninguna obra de arte puede ser zac1ones dejaron de lado la obvia reflexión so·
ces el filólogo, que puede recoi1ocer, dentro del mediación frente al texto medieval, interpretan- comprendida sin que se le agregue un pasado, y bre lo que pudo haber significado para el desti·
horizonte posterior de un saber más completo, do las novelas del ciclo de Arturo a partir del sólo se puede juzgar su valor estético cuando se natario la analogfa en juego en el Roman de
si no ya universal, las fuentes a partir de las cua- encanto de lo oscuro, de lo aún no resuelto (co- ve una obra literaria como algo aún desconoci- Renart entre ser animal y naturaleza humana·
les un autor puede haber creado no sólo en for- mo "symbolisme sans sénéfiance")(29) y la lfri- do frente al horizonte de obras ya conocidas. fue para este destinatario para quien se escribió'
ma consciente, sino también inconscientemen- ca de los trovadores, a partir del encanto de uná lCómo se podfa entonces evitar el sofisma de en 1176, la continuación de la obra. lNo h;
te. La investigación de la tradición así entendi- "poésie formelle" fruición consciente de una una captación pura, "espontáneamente emocio- brfa que buscar en la respuesta a esta reflexión,
da, conservó hermenéuticamente una total vir- variación infinita; de esta manera descubrió po- nal de la literatura, sin renunciar a la retrovin- la causa del placer que encontraba el lector me·
ginidad: para el filólogo, ccnno Super-reader, siciones específicamente estéticas, implicadas culación de la interpretación a la experiencia dieval en esas novedosas farsas animales? lNo
quien ingenuamente presupone el horizonte por estos y otros géneros literarios, sin reflexio- primaria de la lectura? lCómo se podfa esclare- podrfa explicarse asf la aparición de tantos imi·
posterior de su saber en el horizonte anterior nar, sin embargo, hasta qué punto él había lo- cer la precomprensión, que ya dirige la lectura tadores de la obra de Pierre de Saint-Cioud?
correspondiente a la creación de una obra, desa- grado este descubrimiento a partir de una posi- espontánea de un texto? v·en último término, lPor qué era tan inagotable el interés estético
parece la distancia temporal -y con ella la par- ción ulterior, a través de una precomprensión lqué habfa que hacer para conseguir un acceso en continuar la !ábula del 'verdadero comienzo
cialidad de horizontes históricos-, en el presen- moderna de la poesía antirromántica a partir a esa otra experiencia, la que podfa haber reali- de la enemistad primordial (Urfeindschaft) entre
te intemporal de la gran poética; de esta manera de Verlaine y Mallarmé. Por su obra La littéra- zado en su lectura? _ el Zorro y el Lobo', en volver una y otra vez
se preserva también la literatura menor dentro ture et le /ecteur (1959)(30) -injustamente ol- Mis Untersuchungen zur mitte/alterlichen sobre sus andanzas, sobre el proceso en la corte
de la "cadena de tradición de la mediocridad, vidada-, le cor~esponde a Nisin el mérito de ha- Tierdichtung (1959) (Investigaciones sobre poe- del _León y en integrar a la trama del epos ani·
imposible de romper." (25)_ ber descubierto el platonismo latente de la filo- sfa animalesca medieval), me llevaron al plante- malesco más antiguo en francés popular, la aven-
Se le cuestionó a la filologfa investigadora logía académica, su fe en la esencia atemporal amiento de estos problemas. El Reineke Fuchs, tura infinita del pfcaro en el reino feudal de los
de esa época, esa inocencia hermenéutica; en de las obras clásicas y en la posición neutral del renovado por Goethe, resulta extraño al lector animales que, junto con el Tristán y la Novela
Francia R. Guiette y A. Nisin, en Alemania W. observador, y de haber abierto camino a la her- de nuestro tiempo sobre todo por los llamados de la Rosa, logró sobrevivir al ocaso de la litera-
Bulst, utilizaron prácticamente los mismos argu- menéutica de la lectura; a partir de ese momen- "antropomorfismos" de sus figuras animales, tura medieval?
mentos formulados paradójicamente: nunca se to la obra literaria debía ser comprendida como es decir, por atributos humanos, gestos caballe- Una solución a esta interrogante surgió del
habría escrito ningún texto para ser leído o in- una "partitura", que sólo en la lectura y a tra- rescos lenguaje cortesano, en fin, por un com- hecho fortuito de que Pierre de Saint-Cioud, el
terpretado filológicamente por filólogos, o his- vés de ella puede ser realizada en forma siempre portamiento fingido que no puede ser compren- autor de los capftulos más antiguos (II~Va) del
tóricamente ·por historiadores (26). Así se plan- 1Ueva. La comprensión genuina de un texto es- dido ni miméticamenté -como vida de los ani- Roman de Renart, en su prólogo, tomó al pie
teaba el problema- básico de una nueva herme- tético exige entonces que el filólogo retrovin- males en la naturaleza, susceptible de ser obser- de la letra el clásico anuncio: 'Traigo lo nunca
néutica literaria, que exigía abolir el sofisma de cule su interpretación y su reflexión crftica a su vada- ni alegóricamente, -como significado es- dicho'. Nombró a las obras poéticas existentes
un texto presentado en una relación tan directa propia experiencia primaria de lector. Esta exi- piritual de sus 'naturalezas'. En la historia in- hasta ese momento, -que dejarfan en la sombra
con el filólogo como la existente entre cada gencia no representa la habilitación de un mero terpretativa del Roman de Renart, a partir de a su propia obra-, en una enumeración de
época y Dios, -como dice Ranke-, recuperan- subjetivismo de lectura: el texto opone a la ar- Jakob Grimm, se solía analizar esta singular obras aisladas y de géneros literarios, que goza-
do asf el sentido del texto a través del lector, bitrariedad del lector, al "sens vécu" de su pri- mezcla de rasgos humanos y forma animalesca ban de especial popularidad entre su público:
considerado su destinatario auténtico. Esta ta- mera lectura, la resistencia de su "sens vérifia- en un sentido o en otro; de este modo perma- Troja y Tristán, es decir la antigua novela y la
rea hermenéutica trajo aparejada una doble ble". La obra literaria como partitura, se vuelve necfa válida la distinción romántica entre poe- novela cortesana, la farsa versificada (fabliau) y
cruz. Por un lado la intención reconstruida del instancia de comprensión en la medida en que sía natural y poesía artística como paradigma el epos caballeresco (chanson de geste). Es a
autor no deb(a ya conformar la última instancia el lector, _en el retorno a una segunda lectura o latente, aún en la interpretación histórico-po- partir de este canon, a partir de otras referen·
de la comprensión, debiendo mantener, no obs- también a través de una nueva representación sitivista. Si se vio en las figuras de esas series de cias sobre lo ya conocido, y también a partir de
tante, una función de centraL Por otro lado, de lo leído una vez conocido el todo, verifica farsas deshilvanadas la ingenuidad y la poesía la relación de continuidad (no reconocida hasta
sólo se podía alcanzar la experiencia de lectura dentro del tenor del texto, lo que le aparecfa natural de un acuerdo incipiente entre hombre la fecha) con la obra de un predecesor (no cita·
realizada por el lector anterior, a través de la como sentido posible en la primera percepción y animal, se pudo postular, -detrás de los ras- da en el prólogo), (en latfn,) Ysengrimus del
lectura- actual del lector posterior, de modo que estética. La limitación de esta teoría radicaba gos antropomórficos, y como despojamiento ul- Magíster Nivardus, que pude indagar sobre el
la diferencia entre el horizonte pasado y el ho- en que Nisin tomaba con carácter absoluto, la terior,- la forma pura de los Tiermárchen horizonte de expectativa creado por el autor en
rizonte presente de la lectura pudiera ser recogi- espontaneidad de la primera lectura, que parece (Cuentos de animales) primitivos. En cambio, si el público de la época, y de -esa manera destacar
da dentro de la misma interpretación. trasladar al lector directamente a lo desconoci- se vio en los caracteres animales el disfraz, exigi- la novedad de su obra. En el análisis de texto
Los crfticos mencionados no tenían ningu- do de un mundo imaginarlo diferente. Su teorfa do por la época, de héroes épicos, se podrfa in- basado en lo anterior, se comprueba que el au-
na solución metódica para esta doble cruz. entonces se ve delimitada ahí donde el "sens vé- terpretar la contienda entre Renart e Ysengrim tor cumple concretamente con el anuncio del
Bulst (27) se- inclinaba a distinguir entre expe- cu" de un texto del pasado deja de ser accesible como forma artística satírica de un Tierepos prólogo en _el transcurso del cuento, en la medi-
riencia subjetiva de lectura y exploración objeti- para nosotros, si no existe intermediación otra- (epos animalesco) que utilizó la forma animal da en que se refirió nuevamente a las expectati·
va de la génesis del texto; se cuestionaba asimis- ducción de un filólogo, es decir, si no existe como parodia del epos caballeresco y espejo de vas creadas en primer lugar, las colmó o las de·
mo la posibilidad de poder reconstruir la expe- comprensión histórica. Anteriormente G. Pican la sociedad feudal, simplemente como delgado fraudó, generalmente en forma impl fcita, pero
riencia _del lector pasado, si esa experiencia no había ya demostrado en su estética de la litera- recubrir:niento exterior o decoro. Ambos para- también en forma expl (cita y crítica, cuando

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querra parodiar -modelos del epos caballeresco, percepción intermediada, y por lo tanto acre- fácil de obtener a través de la ficción del reino carácter afirmativo de una literatura de comu·
o disfrazar la casufstica del amor cortesano. El centada, que no puede resolverse nunca en es· de los animales. Es asf que la hermenéutica li· mo que no hace más que cumplir con normas
intérprete posterior pudo entonces reconstruir pontaneidad emocional (... ) teraria puede contribuir especfficamente al co- dadas.
la precomprensión del primer destinatario, aún Esta nueva interpretación del Roman de nocimiento histórico cuando puede revelar en En la formulación de ese paradigma no fui
a través de la distancia temporal; asr también a Renart surgió de un interés moderno: la interro· el cambio de horizonte de la experiencia esté· plenamente consciente del padrinazgo que su-
partir de la diferencia entre expectativa retros- gante sobre la génesis histórica y literaria de la tica, lo que para los contemporáneos de un ponfa la concepción de los formalistas rusos,
pectiva y prospeetiva, se pudo rastrear, a través individuación. No sólo correspondió a la pro· mundo pasado era sólo necesidad latente, deséo quienes presentan la innovación estética como
de la nueva experiencia surgida de la lectura, el yección de un interés actual, sino que, a través o presentimiento de algo futuro y que sólo pue- agente de evolución literaria, ni de la estética
cambio de horizontes que este texto debió ha- de una puesta de relieve de horizonte (Horizon- de ser concientizado en toda su magnitud a tra· de la negatividad de Adorno, según la cual una
ber aportado al público de las c_hansons de Ges- tabhebung) realizada en forma consciente, que vés de la historia de la interpretación. obra autónoma sólo alcanza su función social
te y de la poesfa cortesana alrededor de 1176. concretó históricamente la concepción teórica, Mi trabajo como medievalista me planteó el a partir precisamente de una concreta negación
El placer en el nuevo género de la farsa del Zo- llevó a poner de manifiesto una experiencia re- problema hermenéutico de la puesta en relieve de lo existente. El modernismo flagrante de es-
rro aparece una y otra vez en la medida en que lativa al carácter y la naturaleza del hombre, (Aufhebung) de horizonte y me llevó a la crfti· te primer paradigma de la estética de la recep-
el lector toma los 'antropomorfismos' como se- nueva para el mundo del siglo XII: La obra de ea del tradicionalismo de la filologfa positivista ción corresponde evidentemente a las pardali-
ñales, que lo inducen a reconocer en la forma Pierre de Saint-Cioud presenta, por un lado, una y a mi primer intento de trasladar esa nueva vi- dades result~!ltes ~e 11)1 pJase inaugural en la
animal, un fragmento de la naturaleza humana. parodia anti·héroica del ideal de vida caballeras· sión hermenéutica al esquema de la estética de Universidad de Konstanz que, con su inesperada
Por lo tanto, la anunciada 'guerra inaudita de co y cortesano, todo un mundo basado en tipos la recepCión literaria (Literaturgeschichte a/s repercusión desató una viva polémica. la nece-
los dos barones' debe leerse como una imitación de. caracteres surgidos de la evolución histórica; Provokation, 1967) dentro de una situación mo- sidad de una respuesta me permitió, a través del
de la poesfa heroica, que cuestionaba por pri· por otro lado, le confiere a Renart, -al héroe dificada; asf como el concepto de una niJiwa diálogo con mis crfticos, elaborar etapa por eta-
mera vez, tanto el elevado etos del mundo ca- negativo, con ingenio de pfcaro, que, con domi· historia de la literatura debfa ampliar el cfrculo pa Y poner a prueba en la práctica el primer es-
balleresco, cómo la idealidad del amor cortesa- nadora astucia, pone de relieve su naturaleza cerrado de autor y obra hacia el receptor r ele- bozo de una estética de la recepción. Posterior-
no, en la medida en que esta imitación destaca no-ideal y demasiado humana- una primera vara este receptor como lector o como público mente introduje el concepto de horizonte de
como sátira burlesca la naturaleza de creatura apariencia de individualidad. Aún en caso de a la instancia intermediadora entre pasado y expectativa como instrumento para el análisis
no ideal del ~ombre en la proyección de su per· que esta innovación no haya sido ni reconocida presente, obra y efecto, de igual manera se tuvo de la experiencia del lector:
fección. · ni percibida por la mayorfa de los destinatarios que luchar tanto contra el ideal de objetividad
El análisis de la experiencia literaria del
Si mi intento de interpretar este texto me- contemporáneos, habrfa, de cualquier manera, de la vieja historia de la literatura cafda en des- lector escapa al_ psicologismó amenazador
dieval a partir del horizonte de expectativa del . una constancia extra-literaria de que esto pudo crédito, como contra la exigencia de exactitud
cuando describe la reéepción y el efecto de
público de la época abrió un nuevo camino a la haber sido comprendido de esa manera en esa de los detractores sociológicos y estructuralistas una obra dentro de un sistema de referen-
comprensión moderna, no niego, sin embargo, época. Puesto que el umbral de la individua- de la comprensión histórica. Como punto cen- cias susceptibl~ de ser objetivado que resul-
que esta reconstrUcción de la alteridad de una ción que aparece literariamente al intérprete tral de esta teorfa se introduce en la literatura ta, para cada obra, en el momento histórico
experiencia estética que se ha vuelto ajena para posterior en los primeros libros del Roman de moderna el paradigma del cambio de horizonte. de su aparición, de la preconcepción de es-
nosotros, presupuso la anticipación hermenéuti· Renart, se comprueba también históricamente Este paradigma pudo ser ilustrado por casos tilo, forma y temática de obras ya conoci·
ca de una teorfa antropológica moderna. Fue el por primera vez en esa época: a partir de Otto ejemplares tales como Don Quijote o Jacques das y del contraste entre lenguaje poético y
análisis fenomenológico de H. Lipps sobre la von Freising, persona no pudo seguir designan- le Fataliste, obras donde "a través de conven· lenguaje práctico.(34)
Naturdes Menschen, que me hizo ver el elemen- do solamente lo intercambiable (máscara. rol), clones de género, estilo o forma, se sugiere a los
to animal que, como tal, tiene "su tipo de ca- sino también la inintercambiable individua/itas lectores un determinado horizonte de expecta- Para aquellos que sostienen que un análisis
rácter escrito en el rostro" y al cual le es propio del hombre en el mundo (32). La metáfora del tiva, que luego será destruido paso a paso, con de ·experiencia del lector termina indefectible-
"una relación sin discontinuidad con su_natura- umbral indica a la hermenéutica histórica, que lo cual se posibilita no sólo un punto de vista mente en el subjetivismo de reacciones indivi·
leza", dentro del carácter del hombre como sus- el pasaje de lo viejo a lo nuevo no puede haber crftico, sino también la creación de efectos poé- duales ('tantos lectores, tantas interpretacio-
trato natural de su ser espirita al -<3.1). Es cierto sido llevado a cabo ni de una sola vez, ni por ticos." (~3) Vi ~n este cambio de horizonte en- nes') o en el colectivismo de una sociologfa del
que este presupuesto teórico no pudo recoger la todos los contemporáneos simultáneamente. ·tre una expectativa preexistente y una experien- gusto, esta tesis funda la posibilidad de captar la
experiencia de lectura espontánea del primer Franquear el ámbito de la experiencia del mun- cia que se presenta como nueva, el principio experiencia literaria de modo exclusivamente li·
lector, sino develar la orientación impl fcita en do medieval, ámbito que aparecfa, dentro de la de la conciliación estética en el proceso litera- terario en la diferencia objetivable existente en-
el texto, entendida por este lector como condi· concepción cristiana del mundo, poco suscepti· rio-histórico, principio que, dentro d-e la actual tre una expectativa normativa y una experiencia
ción ·de posibles interpretaciones. La experien- ble de cambio a causa del horizonte cerrado de transformación canónica, puede también reno- creadora de normas. Queda por aclarar lo que
cia de lectura espontánea de un lector histórica- futuro, exigfa una liberacióQ de nueva expecta- var la visión de todas las obras anteriores. El corresponde, dentro de ese cambio de horizon·
mente lejano, no tiene valor hermenéutico, y tiva, sustrafda de la prohibición de la Curiosi- cambio de horizonte asf entendido permitió te, al efecto Qel texto y lo que corresponde a su
querer reconstruirla es una ilusión, dado que la tas. La licencia para romper con la imposición captar el carácter artfstico de una obra en for- apropiación tanto por parte del primer destina-
· espontaneidad no se puede alcanzar nunca to- de idealidad de las normas de vida caballeras· ma proporcional a la distancia estética impli· tario como de ·los destinatarios ulteriores. Fue
talmente a través de la reflexión. Se desconoce cas y cortesanas, y para representar la natura· cada, es decir, al desfasaje entre expectativa y necesario entonces distinguir los dos aspectos
asf también el hecho de que la experiencia esté· leza humana, más allá del bien y del mal, en su experiencia, tradición e innovación y al mismo de la relación texto-lector, dentro del proceso
tica constituye en su origen esencialmente una imperfecta medianfa, fue evidentemente más tiempo deducir su constitutiva negatividad del de la historia de la_literatura, es decir, efecto co-

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mo aquello que se encuentra como elemento de a su lector en una situación social dada, asu- tica que entre tanto en mi segunda conferencia dia griega. Se pudo interpretar así a la nueva
impl feíto en el texto, y recepción como aquello me sus contradicciones y busca resolverlas pro-~ en la Universidad de Konstanz K/eine Apo/ogie lphigenie como respuesta de Goethe a Racine,
yectivamente. Asimismo se tuvo en cuenta la de asthetichen Erfahrung (1972) ya habfa bos- r~tom~ndo el mito antiguo en el cual la
que se encuentra como elemento impHcito e~ la
sospecha de la crftica ideológica que establecfa quejado y luego elaborado en Theorie und unerhorte Tat (37) de lphigenie libera al hom-
concretización de sentido por parte del destma·
que la trasmisión literaria no tiene el privilegio Geschichte der á"sthetischen Erfahrung, publica- bre de sus ataduras míticas. El hecho de que es-
tario. Contraria'mente a la idea de una forma-
ción de tradición literaria que se lleva a cabo de actuar en total libertad, sino que puede ser da en 1977. Por eso sólo es necesario res!Jmir ta superación de la heteronomia m ftica en el
por sf sola, como sfntesis pasiva de una 'fusión coaccionada pseudocomunicativamente; de mo- brevemente esa etapa. drama de Goethe haya sido continuada en últi·
de horizontes', se comprobó el carácter de do que la tramparencia de la comunicación li- Se trataba de determinar históricamente la mo término a través de un nuevo mito, -el de
acontecimiento de la obra literaria como mo· teraria entre hombres y épocas no se puede sim- especificidad y función de mundo vivido de la la femineidad pura y redentora- hace que la sa·
mento de un proceso en el cual se concilian plemente presuponer, sino que a menudo hay experiencia estética, como proceso liberador lida propuesta por Thoas.sea sólo una solución
siempre dos horizontes: el horizonte de expec· que reconquistarla frente la astucia de la tradi- frente a la autoritaria herencia de la estética pla- aparente para la comprensión actual. Surge en-
tativa, que convoca, ratifica o también supera a ción, incorporando lo heterónomo al armónico tónica y, sistemáticamente, la actividad estética tonces el problema de las posibilidades y de los
la obra, y el horizonte de experiencia que el re- cánon de lo clásico. en sus tres experiencias básicas de producción, 1ímites de una actualización de lo clásico con lo
ceptor introduce en una sfntesis activa de com· Si las tesis presentadas en mi clase inaugu- recepción y comunicación, las cuales, a nivel de cual la hermenéutica literaria se plantea final-
prensión pura, de comprensión renovada y di· ral de Konstanz no fueron para la mayorfa de historia de las ideas corresponden a la trfada de mente, luego de la reconstrucción del horizonte
ferente (Wieder-Anders-Verstehens). mis crfticos lo suficientemente sociológicas, pa- Poiesis, Aisthesis y Catharsis: ·· temporalmente lejano y luego de la reelabora·
La participación activa del lector en la con- ra otros fueron, por lo contrario, demasiado so- Este planteo permitió ver en actividad a la ción de las interpretaciones creadoras de nor-
cretización de sentido históricamente progresi· ciológicas; mi intento de fundamentar una nue- experiencia estética, no sólo en las manifesta- mas ("concretizaciones") de la historia de la
va, la posibilidad de su "recepción productiva" va estética de la recepción no irfa más allá de ciones del arte moderno autónomo, opuesto a recepción propuestas a la comprensión actual,
(J.P. Sartre), quedó también por esclarecer den- una sociología de léi recepción hermenéutica y todo servilismo, sino también en las fuociones el problema de la aplicación, completando así
tro de una historia de la literatura, ya no escrita funcionalmente anaHtica y se notarfa la ausen- prácticas, religiosas o sociales de un arte más an- las tres etapas de comprensión, interpretación
como historia autónoma, sino vista en su "par- cia de lo propiamente estético en la experiencia tiguo. De esta manera se pudo franquear la bre- Y aplicación. Retomé este problema en Klassik
cialidad" y en su propia relación con la historia estética del lector. Respecto a este punto Petro- cha abierta por la estética imperante de negati- -wieder modern? i1977) frente a una tendencia
general, en vistas a captar su función sacial y su vic hizo valer que la crftica indiscutiblemente vidad entre arte pre-autónomo y autónomo, del teatro clásico actual que en ese momento
energfa creadora de historia: "La función social necesaria a la ontologfa dominante del arte Y su 'afirmativo' y 'emancipador'. El análisis de la sólo se anunciaba en propuestas vanguardistas y
de la literatura sólo se manifiesta en su genuina sustituto, tanto en la concepción artística de parcialidad modernista de mi primer bosquejo luego obtuvo un amplio efecto tanto en la pro-
posibilidad cuando la experiencia literaria del los clásicos como en el concepto de reflejo comenzó asf con una crítica a la teoría estética ducción literaria como en la práctica de la esce-
lector se integra al horizonte de expectativa de (Widerspiegelungsbegriff) de la teoría estética de Adorno, contra la cual habfa que rehabilitar nificación. lCómp podemos descanonizar una
su práctica de vida, pre-forma su comprensión ortodoxa marxista, me había llevado al otro ex- la comprensión fruidora como condición de re- obra clásica, acogerla dentro de una nueva com-
del mundo y de ese modo repercute también en tremo de una teoría literaria que abandona con flexión estética y el juicio estético necesaria- prensión en el horizonte de la experiencia ac-
su conducta social~ (35) 1 la obra el valor estético como pretexto de re- · mente consensual como aporte social específico tual, dejando de lado el aura de su validez in·
Frente· a la· teorfa del ref(ejo -nuevamen· cepción y reduce asf la experiencia estética a un de la comunicación estética, aporte desperdicia- temporal y rejuvenecerla en el teatro moderno,
te valorizada e~n nuestra época por Lúkacs- que cambio de normas sociales del gusto. El gusto es do sin embargo en la época de los media y de la de tal modo que el vfnculo entre experiencia
permanece dentro del cfrculo cerrado de la esté· en realidad sólo la condición que posibilita la industria cultural. pasada y presente no se rompa como sucede
tica de producción y representación, esta tesis, comunicación literaria, pero no su contenido y En la obra citada mi contribución al pro- inevitablemente en una actualización ingenua o
la última de mis tesis presentada en Konstanz, aún menos su resultado. La comunicación lite- blema de la investigación en la hermenéutica li- en una rigurosa versión histórica? Una recep-
fundamentada la primada de la función crea- raria se vuelve propiamente experiencia estética teraria está representado por los trabajos que se ción rejuvenecedora exige que la fusión de hori·
dora de normas sobre la función representativa y esta es captada en su diferencia con la expe- mencionan a continuación, cuya introducción zontes no se presuponga tácitamente -como en
dentro de la literatura. Queda sin embargo por riencia pragmática, sólo cuando su constitución documenta asimismo una parte del debate cien- la pre-comprensión de lo clásico-, sino que se
estudiar cómo el horizonte de la experiencia se busca en la "materialización del objeto esté· tífico-teórico que tuvo lugar en los años seten- realice en forma consciente como conciliación
·práctica de la vida podrfa, no a partir de las mu- tico" y ésta a su vez en dos planos, el plano de ta, Racines und Goethes /phigenies (1973), tra- diálectica de los horizontes de pasado ·y presen-
das exigencias de las condiciones económicas, la recepción pre-reflexiva del sentido estético bajo nacido de la discusión con la teorfa litera· te, en una nueva concretización de sentido. La
pero sf a partir de una primaria localización del (aisteton) y el plano reflexivo del juicio estéti· ria marxista, desarrolla dos conceptos básicos nueva Mary Stuart de Hi ldesheimer y Die neuen
implicado, revelar sus intereses latentes, sus ne- co; y más concretamente cuando se determina de la hermenéutica literaria: la parcialidad del Leiden des jungen E. de Plenzdorf, señalaron un
cesidades y sus deseos y también su relación res- como actividad estética especffica del sujeto horizonte histórico de la comprensión y el dia· viraje literario-histórico, al romper con el tabú
pecto al horizonte de la experiencia estética. productor y receptor. Considero una feliz y po- logismo de producción y recepción en los pro- del texto intocable y de la forma inmodificable
Fue entonces necesario ubicar a la estética co 'frecuente coincidencia en el trabajo cientffi- cesos de comunicación literaria. Para recons- de las obras clásicas, despertando así a una nue-
de la recepción intra-literariamente concebida co el hecho de que Petrovic, en el simposio de truir la provocación originaria del verteufe/t va vida a clásicos considerado~ ya muertos. Su
en el horizonte de condicionamiento de la prác· Belgrado de 1976, haya postulado de facto en humanem Wagestück (36) de Goethe, fue ne- procedimiento es hermenéutica literaria aplica-
tica social y preguntarse luego si y cómo la con· su crftica la prolongación del primer paradigma cesario poner de relieve la primera concretiza- da: la distancia histórica entre texto y presente
cretización histórica de una obra literaria a tra· de mi estética de la recepción y haya esbozado . ción tanto del horizonte cercano del clásico aparece a la vista del propio espectador y sólo
vés de la recepción pasiva o productiva respon- los objetivos de la teorfa de la experiencia esté· francés como del horizonte lejano de la trage- se sigue citando el horizonte conocido de lo clá-

36 37
sico para poder asf reconocer toda la distancia bio de horizonte de la lectura)(1980) nos pro- eonsistiría, según Marquard, en dirigir la que- otra interpretaejón al despHegue inagotable de
de un mundo pasado y luego proponer el otro pusimos poner a prueba en el campo de la 1fri- rella de interpretaciones de tal manera que sentido de la obra de arie.
sentido, nuevamente percibido, de la experien- ca, el postulado de Gadamer que reafirma en su J10 termine en lucha poi ftica de vida o muerte.
cia pasada, en una ininterrumpida confronta- pleno sentido la unidad triádica del proceso her- pues justamente en el horizonte de ta expe- Traducción de T rude Stem.·
ción de lo propio con lo ajeno. que, en el juego menéutico. Si la estructura de horizonte de la riencia estética. las distintas interpretaciones no
retomado y continuado de un pasado desfasa- experiencia estética constituye el puente her- .son necesariamente contradictorias, ya que la Se agradece especialmente la valiosa rola-
do, abre a la comprensión presente un horizon- menéutico por excelencia para comprender un comunicación literaria abre un diálogo, donde boración de Beatriz Vegb de falcao para la
te de nueva experiencia texto del pasado en su alteridad y para conciliar ~érdadero y falso se miden en 1o que aporta la traducción de este texto.-
He intentado resolver en tres etapas cl pro- esa alteridad con el horizonte de la propia expe-
blema hermenéutico que eStudia la forma de riencia, debe ser igualmente posible investigar lo
conciliar el cambio de horizontes de expectati- que es propiamente estético dentro de la expe-
va y de experiencia dentro del horizonte inte- riencia estética y posibilita, de esa manera. una
rior de la literatura con et horizonte exterior comprensión histórica. Mi interpretación del se-
de una práctica de vida. En La douceur du fo- gundo Spleen de Baudelaire consiste en tratar
yer (1974} propuse la teoría cientif'JCo-socioló- de separar metódicamente los actos de percep-
gica de la constitución de una realidad social, eión estética y de comprensión interpretativa,
en vistas a esclarecer la función comunicativa siempre estrechamente relacionados en la lectu- NOTAS
de la !frica con la intermediación, interioriza- ra. dentro del horizonte retrospectivo de una se-
ción, legitimación y modificación de normas gunda lectura, a través de una puesta de rclieve 1.- Holzwege, Frankfurt 1950, pág. 211. 18_ Stierle (1979). pág. 110-117..
sociales, basándome para ello en un modelo (Abhebungl del horizonte aún abierto de una 2.- /bid., pág. 241. 19. Ricoeur {1978}, pág. 7:9.
epocal que concretiza en el hogar la expectati- primera Jectura. 3.- M. St::bemer, RGG, Sp. 1191. 20. Blumenberg/1979}.
va de felicidad de la familia burguesa del Se- Se puede entonces, en una primera instan- 4.- Kosellelc 11979} pág._ 369. 21. lbid.
gundo Imperio. El esquema transcendental de cia del análisis, observar el proceso mismo de 5.- E. HUGBd: Erfahrung und Uneíl, {Experiencia y 22. Gadamer {195!1J.
.luicie} HambuTg, 1948. 23. Handbuch der titerar.iscb.en Rbetorik,. Münchsn
astructuración del mundo social no hubiera si- formación de la percepción estética y descri- 1960.
6.- Buck 11.981} páj¡. 50.
do suficiente por sf solo para abarcar el hori- birla como efecto tanto de las estructuras po- 7.- Gadamer f1960J,pág. 290. 24. Curtius .{1!148),pág. 22.
zonte pasado de la mayoría de las posiciones y éticas como de las expectativas de significado 8.- D. Biii:tler. Poetik und Hermeneutik IX, pág. 500 25. Curtius (1948}, pág. 404.
normas latentes; sin embargo posibifttó investi- textuales aún abiertas. En una segunda instan- ysig. 26. Eridencias et1 JaU# 11!170},pág. 168.
gar como preconcepto teórico el horizonte de 9.· Buck l1.98t},pág. 19. 27. "Reflexiones tJe un fi161ogo" (1!154J in: Medium
cia del análisis, al remitirse al comienzo de la Awum Vivum,. sd. en homenaje a W. BrAst, H.. R • .laussl
10.- M. HeitJBgger: ~ Frartlcfurt1:951J,pág.1!J7..
expectativa latente del mundo vivido histórico poesía desde un final y una totalidad alcanzada, 71.- Dialogízitát in Prozessen literarischer D. St:hall:er, Heidelberg 1960, páJJ. 7.
del año 1857 sobre la base de modelos de Hrica la experiencia estética de la primera lectura se Kommunikation, Coloquio de Konstanz 1980.. 28. En: Ouestions4e iittérature I19SOI1972L
contemporánea y también describirlos como un puede volver horizonte de comprensión inter- 12.- Gadameri196DJ,pág.. 447. 29. Simbolismo sin $lflnificaci6n {etJ francés en el ori-
sistema de comunicación literaria. que deja pretativa, que, a partir de sus conjeturas y de 13.- Bachtín: Probleme der Poetik Dostoa~Skijs/1971} ginal}.
y Die Astetik des Wortes (1979}; liBT sobre este puoto 30. Ver mí crítica en An:hiv für das Studium der
transparente Jo que permanecía sobreentendido sus interrogantes aún abiertas, ofrece una rela- .neueren SpraCJlen 197 {1960} pág. 223 y si¡¡.
Todonw: Z3achtin et l"aal.éritl" en Poétique No. 40 -
y por lo tanto latente en la rutina y la compul- ción de significado. Como esta interpretación noviembre 1979 (incluido en el libro: M. Bakbtine et 31. Lipps {1941}, pág. 19/25. .
sión de la práctica de vida cotidiana. La 50Ciolo- deja sin embargo sin resolver lo que se encuen- le principe diatogique, l'art$ 1981}. 32. .Segtm A. ~Jor;t. Poetik und Hermeneutik vm,
gía del saber no se interrogó acerca del status de tra implícito en el texto y lo que aporta el in- 14.- W. Woninger: Abs:tTalctioR und Eintiihlllng, Mu- pág.63B.
la expeñencia estética en ~a praxis social. Este nit:b 1!118. 33. Jauss(1970},pág. 176..
térprete, en una tercera instancia del análisis. se
15.- J3at:lltin (1971},pág.231. 34. .Jauss (1970}~ pág.173 y :;gteS.
status permaneció oculto mientras se segregó la debe hacer nuevamente perceptible, a través de 35. .Jauss {197JJJ ,pág. 199.
16.- Bacbtine (1979}
experiencia estética como ..mundo de $Ubsenti- una puesta de relieve {Abhel:Jung} de horizonte, 17.- M.. Bachtin: "Probiema.telcsta- Opyt filo:;ofsicogo 36. Audacia entrlilbJatJamerne bumana
do" (38) junto con otros·~ de subsenti- la <fJStancia temPOral recién salvada; se debe re- anai"JZa- en Voprosy litwatury 1o 119761 Pág. 149 y 37.. Acto inaudirD.
dou y mientras no se reconoció que su tarea es- construir el _sentido propuesto por e1 autor co- SBtA Citado por R. Gtübel: Einleitung zu M. Bachtin 38. ~";.. Tratlut:ei6n francesa.aprol:¡ada
(1979}. por el autor ~·uniJfer& partít;ulien"'
pecíficamente social empieza cuando la expe- mo instancia comparativa histórica; se debe
riencia estética, en eJ horizonte de la ficción, también poner en claro la propia precompren-
vuelve transparentes los horizontes consolida- sión a partir de la historia de ta recepción que
dos y las legitimaciones ideológicas (p. ej. reft- condicrona el horizonte_ de interpretación del
giosas, polfticas, profesionales} de otros "mun- receptor. El derecho de la propia interpretación
dos de subsentidon contribuyendo asr a abrir se puede probar entonces de dos modos: si esa
nuevas expectativas en el horizonte .aparente- interpretación permite una comprensión del
mente inamovible de un orden social. texto nueva y distinta, y también si se hace jus-
En la obra a que me referir:é para cerrar es- ticia al trabajo de los precursores. Recién eon
te trabajo: Der poetische Text im Horizont- esta última exigencia la hermenéutica literaria
wande/ der Lektiire {El texto poético en e1 cam- puede cumplir con su cometido propio, que

38 39
INTRODUCCION
A LA TEORIA DE LA METAFORA

Ansel Haverkamp
La literalidad es deseable pero .... (1)

Desde sus comienzos formalistas, la ciencia teratura, bajo cuyos medios formales adquiere
literaria en su desarrollo más reciente está im- importancia ejemplar la capacidad comunicati-
pregnada de un interés creciente por la metáfo- va de la metáfora.(4}
ra, cuya coyuntura actual es casi inabarcable. Lasdiferencias metódicas que de esta ma-
No ha aparecido ningún concepto que designe nera resultan importantes desde el 'New
la "calidad diferencial" del lenguaje poético con Criticism' hasta la· cr.ftica llamada postestructu-
un denominador más plausible. Los enfoques ral, existen desde las diferencias de los 'paradig-
sustancialistas de 'la imagen en la poesfa' ha· mas' teóricos, en los que adquiere vigencia la in-
bfan resuelto los problemas estilfsticos y onto- fluencia de la ciencia del lenguaje y de la filoso-
lógicos del simbolismo y del realismo de la cien- Ha del lenguaje modernas: el análisis del lengua-
cia literaria más antigua con la relación de 'con- je, el estructuralismo y la hermenéutica. Distin-
tenido y figura'.(2} Por otro lado, la expresión tamente a lo que podrfa creerse a partir de in-
técnica de metáfora se ofrecfa para el análisis formes de investigaciones y de compendios, no
funcional de los 'procedimientos' mediante los existe ninguna investigación unificada de la me-
cuales dicha 'imaginerfa' de los textos literarios táfora sino sólo una teorfa de la metáfora como
se produce en el lenguaje.(3} El cambio termi- nombre colectivo de enunciados que compiten
nológico de 'imagen' a 'metáfora' que se anun- entre sf y que pueden remontarse a dichos para-
cia en el formalismo ruso y que se impone en el digmas. No se dejan reunir en una teorfa que las
'New Criticism' americano, implica un cambio abarque sino que permanecen como partes de
en la metáfora que tiene su propio filo metafo- enunciados teóricos incompatibles. Que la me-
rológico: en lugar del 'contenido' trasmitido táfora se haya habilitado teóricamente tiene co-
por la imagen, aparece la técnica del transporte mo consecuencia su dependencia de una discu-
del lenguaje; la metáfora como expresión del sión teórica de mayor alcance, en que int~rvie­
transporte sustituye a la imagen como metáfo- nen los tres paradigmas de la teorfa de la metá·
ra de la 'Gestalt' ('forma'). Esto corresponde al fora. Desde que la metáfora dejó de ser objeto
desplazamiento gradual del interés de la ciencia eventual de reflexiones sobre la teorfa del len-
literaria por el status ontológico de 'la obra de guaje para ser el objeto común de las investiga-
arte literaria' a la función comunicativa de los ciones anaJrticas del lenguaje, estructurales y
textos literarios y a la dinámica de la comuni· hermenéuticas, la discusión de la metáfora es el
cación literaria. De este lado de las ventajas lugar de distribución de las diferencias anaJrti·
ontológicas como la 'armonfa polifónica de los cas del lenguaje, estructurales y, hermenéuticas.
estratos, en la construcción del significado de Está predestinada por la tradición retórica a la
una obra, el enfoque verbal de los textos avanza que se remite sin que pueda evitarse la incompa-
·al centro de la investigación 'intrfnseca' de la li· tibilidad de los paradigmas en el recurso de la

41
retórica. Siguiendo la conocida tesis de Kuhn, la te mfnimo: por más que la posición de la metá- tica decidida de la retórica pone de manifiesto, tencia entre la semiótiéa y la hermenéutica se
'inconmensurabilidad' de los paradigmas es una ·fora fuera central en la retórica, se torna margi- en vez, una validez relativamente ininterrumpí· volvió su alternativa predominante. porque en
. hipoteca histórica que surge con la discontinui· nal en la lingüfstica. La designación tradicional da de normas retóricas con respecto a las cuales ambas se mantienen bien sus tendencias ante-
dad de los 'cambios de paradigma'.(5) El con- identifica la situación históricamente, sin poder Jos postulados de una concordancia semiótica o. riores: en la teorfa de la literatura anglosajona y
cepto de metáfora designa semejante hipoteca ofrecer más que un prejuicio dudoso a la ubica- de una Aufhebung hermenéutica de la retórica románica, las preguntas sobre la validez social y
que surgió con la ruptura de la tradición retóri· ción lingüfstica. El tratamiento lingüfstico de la actúan como reconciliaciones apresuradas. En la la acción comunicativa de la literatura, para las
ca y que se asienta de manera diferente en el situación, establece por otra parte un nuevo ni- discusión de la metáfora no se plantea en últi· que la retórica tiene a disposición las respuestas
análisis del lenguaje, el estructuralismo y la her· vel como punto de partida en el que el concep- mo lugar la cuestión de hasta qué punto los correspondientes; en la estética y la filosoffa de
menéutica. to antiguo de la metáfora se vuelve superfluo y enunciados, en el análisis del lenguaje de la cr(· la historia alemanas, en vez, las preguntas sobre
Cabe aqu ( la pregunta de cómo la metáfo- resulta necesario uno nuevo. En vista de la nue- tica más reciente de la ciencia literaria, han caf· la verdad del arte, debido a las cuales estas res-.
ra pudo sobrevivir al proverbial 'naufragio' de va ubicación, la metáforica retórica de transpo- do en desuso con la competencia de semiótica puestas resultaron históricamente obsoletas y
la retórica y seguir presente en el siglo XIX. La sición y de transferencia sólo es aplicable en y hermenéutica, superándose con la intermedia· hermenéuticamente insuficientes. En la discu-
posición peculiar que le fuera propia, que habfa .. una transposición renovada en que la función ción postestructural de ambas. En _otras pala- sión más reciente sobre la metáfora correspon-
conservado desde la poética de Aristóteles y que poética de la metáfora adquiere preeminencia bras, se plantea la duda de hasta qué punto la de a lo antediého la alternativa de una generali-
habfa afirmado a pesar de todas las tendencias con respecto a la estructura retórica de la trans- actividad analftica de la crftica literaria, como zación semiológica en la doctrina retórica de
niveladoras de la doctrina de las figuras, parece a posición: el surgimiento de nuevos significados instrumente: de la cual se obtuvo el concepto de las figuras y una diferenciación en el análisis del
su vez haberla ayudado a mantenerse más allá de mediante viejas palabras se torna en paradigma metáfora en el análisis del lenguaje de la tradi· lenguaje de las hipótesis hermenéuticas. Sea cual
la finalización de la retórica. Como concepto po- para la capacidad semántica del lenguaje. En la ción retórica, serfa conmensurable dentro del fuere el modo en que se quiera plantear seme-
ético, la metáfora permanece virulenta por enci· autotematización de esta función de modelo, la horizonte fenomenológico común de la herme- jantes tendencias, es ineludible la función heu-
ma de la tradición retórica, aún cuando se res- retórica despliega un nuevo potencial que ni te- néutica y del estructuralismo. (9) El esquema dstica de la retórica en la que la metáfora se ha·
tringe su relevancia estética mediante la compe- órica ni estéticamente se asemeja al anterior. No de la historia de las ideas que atraviesa esta ce especfficamente relevante como paradigma:
tencia del sfmbolo. La lingüfstica, que no tiene puede caracterizarse con mayor precisión que constelación es la alternativa platónica de filo- en el análisis del lenguaje, de una semántica
nada que ver con la retórica y no volverá a tener con el concepto de Vaihinger de las 'ficciones soffa y retórica (fenomenologfa y análisis del pragmática; en el estructuralismo, de una taxo-
que ver con ella, reduce la metáfora a un fenó· heurfsticas' que por sus m.edios retóricos tam- lenguaje) y su intermediación aristotélica. La nomfa semiológica; en la hermenéutica, de una
meno del léxico que diacrónicamente se ubica bién se llaman 'ficciones trópicas'.(8) No son de Métaphore Vive de Ricoeur desarrolla una paradigmática histórica. En cualquiera de los
bajo el trtulo de 'cambio de significado' y sin· valor heudstico por su contenido hipotético si· perspectiva intermediadora de este tipo, en que tres casos se trata de un convencionalismo de
crónicamente adquiere un nombre nuevo: el de no por las funciones que en ellas son representa· el problema de la metáfora surge de una con- reglas semánticas, de estructuras semióticas, de
la 'polisemia'.(6) Las metáforas tienen significa- bies y se mantienen legibles -en este caso, pues, frontación de los enunciados analfticos del len- tipos históricos que se dinamiza y se explica
ción histórica para el léxico o pertenecen como la de destacar nuevos significados de la función guaje y los estructuralistas, de la semántica y de por medio de un proceso en la teorfa de la me-
casos poéticos especiales en el trato con las po- poética, no de la estructura de la transposición la semiÓtica de la metáfora. (10) En el 'conflic· táfora -como lo demuestra el debate postes-
lisemias al campo retórico restante de la estilrs· a la que esta función puede remontarse retórica- to de las interpretaciones' de la hermenéutica tructuralista, cuando posible, a expensas aún de
tica, donde su conexión con la semántica lin· mente. La metáfora, al obtener y renovar la ac- y del estructuralismo, el análisis del lenguaje la misma metáfora.(11)
güfstica sigue siendo un postulado problemáti· tualidad heurfstica para la retórica, caracteriza constituye el fiel de la balanza. La teorfa analf·
co.(7) Lingüfsticamente, por ende, el concepto también a aquella naturalidad retórica de los tica del lenguaje y estructuralista de la metáfo· 11
de la metáfora representa una hipótesis más o 'juegos de palabras' en los que se consuman los ra pueden formularse en la perspectiva herme· La Philosophy of Rhetoric de Richards re-
menos superada, que ya no se adecua a la ubica· cambios de paradigma de las tradiciones cientf· néutica en tanto que presuponen el horizonte sultó decisiva para la introducción del concep-
ción de la polisemia: como metáfora en la dia· ficas. retórico del tema de la metáfora. La disconti· to de la metáfora como también para el giro de
cronfa del cambio de signifiéado, se petrifica Puntualizando, podrfa. mencionarse toda nuidad de ambas teorfas con respecto a la retó· la teorfa de la comunicación del formalismo,
como metáfora muerta en la sincronfa del léxi- una serie de supuestos a rafz de los cuales se dis· rica aparece como un déficit hermenéutico que manteniéndose más allá del formalismo. El tr-
co. tingue la relación del análisis del _lenguaje, del pesa menos en la semántica de las frases que en tulo evoca, igual que la Phi/osophy of Rhetoric
La discontinuidad de la retórica y de la lin· estructuralismo y de la hermenéutica con la re· la semiótica de los discursos. Tanto el análisis de Campbell, la tradición de la retórica-crftica
güfstica pesa sobre la discusión de la metáfora y tórica, oscilando entre la delimitación crftica, la del lenguaje como el estructuralismo desacerta- filosófica desde Bacon y coloca as( al 'New
la irrita. La situación común a que está sujeto el utilización heurfstica y el contacto histórico. La ron el problema hermenéutico de la metáfora Criticism' en la tradición del 'New Learning'.
convenio terminológico de la metáfora es de na· ruptura de la lingüfstica con la tradición gramá- en mayor o menor grado, y la subordinación tal Como ejemplo desalentador oficia el libro de
turaleza lingü(stica, la expresión que la posibili· tico-retórica en el estructuralismo lingüfstico, la como la habfa legado la retórica, por cierto su- Whately, Elements of Rhetoric, el último li·
ta es de procedencia retórica. La procedencia ruptura de la estética con la tradición retórico- bestima la propia discontinuidad hermenéutica bro elemental influyente de la retórica eS<:olar
retórica y la naturaleza lingüfstica de la cues· poética en la hermenéutica filosófica, han deja- con respecto a la tradición retórica, del mismo inglesa, en el que, según Richards, se orienta a
tión delimitan un campo que debe ser amplio do huellas sumamente claras y han creado asi· modo que desconoce las intenciones en el análi· su vez la c"rftica de Black.(12) Contra un mane-
como el de la antigua retórica y básico como el mismo las reacciones compensatorias más inten- sis del lenguaje y en el estructuraiismo opuestas jo doctrinario de argumentos, Richards propa-
de la nueva lingüfstica. Esta expectativa es en- sas en los proyectos de trasladar la retórica a la a la relación de la retórica y la hermenéutica. ga una teor(a crftica de la comunicación, la que
gañosa porque el concepto retórico está históri· semiótica o la retórica a la hermenéutica, res- Para la ciencia literaria en tanto sucesora más allá del principio retórico del éxito de la
camente superado y se conserva lingüfsticamen- pectivamente. En el análisis del lenguaje, la crf· histórica en el campo de la retórica, la campe- persuasión, persigue la reparación de pérdidas

42 43
y debilidades comunicativas en lugar de su apro- de la semántica que lo provoca. La intención
vechamiento unilatera1.(13) No es la interme- comunicativa que en el uso del lenguaje emoti· de metáfora subordina una estructura de apela- la forma lógica y la función cognitiva de la me-
diación técnica de estrategias persuasivas sino la vo de la literatura se separa del uso del lenguaje ción semáAtica, que se basa en la relación de te- táfora, de la que dependen los aspectos pragmá-
reflexión de posibilidades comunicativas las que referencial o descriptivo de las ciencias y se ha- nor y vehfculo, a la dinámica de indeterminación ticos como también los efectos emotivos de su
tienen su 'principio' verbal en la metáfora: "the ce independiente, descansa sobre la estructura y de efecto condicionado. El 'New Criticism' se aplicación.(20) La 'lógica de la explicación', en
omnipresent principie of language" .·La metafó- semántica de la metáfora. mantiene peculiarmente reservado con respecto la que la metáfora se hace paradigma en la esté-
rica básica del lenguaje ayuda a Richards a salir Richards no se despojó asf del dilema emo. a esta proposición, aferrándose ampliamente a tica de Beardsley, se basa en una virtualización
del dilema de su anterior teorfa emotivisia * del ·tivista, pero s{ abrió una perspectiva en que se la descripción de las superficies de múltiples in- correspondiente de las referencias pragmáticas y
lenguaje y de la literatura, que en folio retórico toman en cuenta conscientemente restos psico- terpretaciones que como 'textura' estiHstica se sus efectos emotivos colaterales. El potencial es-
resulta ser el problema de la comunicación per- logistas. De esta manera el éxito rotundo de la encara en sentido opuesto a la 'estructura' lógi- tético de la metáfora atribuye "its capacity to
suasiva. Su teorfa de la metáfora sirve a la diso- pareja de conceptos 'tenor' y 'vehfculo' con la· ca de los textos, para la que resulta parcialmen- create new contextua! meaning"* a la 'contra-
lución teórica de la comunicación de los lfmites que Richards introduce la descripción de la me- te irritante: "local textura of irrelevance"*· di- dicción lógica' más allá de la cual el empleo me-
persuasivos de la retórica, resolviendo as{ la in- táfora, se apoya precisamente en las implican- ce Ransom. La 'tensión' ·(tension) generada por tafórico de las palabras libera nuevas connota-
certidumbre emotivista de su semántica. Esta cías psicologistas de la persuasión retórica que la discrepancia de lógica y de significado ('logi- ciones. Con la relación complementaria del aná-
habfa diferenciado un uso (general) del lenguaje él queda evitar. El malentendido estaba cerca y cal argument' y 'meaning-texture') se eleva en lisis lógico y estético de la metáfora, la descrip-
'simbólico' de precisión referencial o descripti- se mantuvo vigente al suponerse que con la fun- Brooks a un 'principio estructural' iróniéo que ción formalista de lo 'irrelevante' lógico encuen-
va en las ciencias y el uso del lenguaje 'emotivo' ción comunicativa del tenor emotivo .de los ve- se halla como fundamento de las 'paradojas' de tra su confirmación y explicación semántica en
en la literatura y la moral, postulando errónea- h fcu los semánticos, la antigua retórica, se tras- las superficies semánticas.(19) El punto de mira la superficie de los textos. El 'absurdo lógico'
mente la consecuencia de que la acción de la li- ladar( a a los criterios más recientes de la semán- rige menos para la estructura metafórica del len- caracteriza el efecto contextua! de la metáfora
teratura como asimismo de la moral se limita a tica. El mismo Richards compartió en gran par- guaje tal como la expone Richards que para los ex negativo al reducir lógicamente el conflicto
efectos persuasivos descriptibles behaviorfstica- te las reflexiones de suscrfticos, sin poder acla- reflejos irónicos que deja en la superficie de los creativo provocado por la metáfora.
mente.(14) En el uso del lenguaje emotivo, el rar mejor la distinción de tenor y de vehfculo textos: para la ironfa, que como tenor reflexivo "Metaphor, it seems, is á matter ofteaching
significado parecfa reducirse a la causalidad de con la tesis de la 'interacción' de ambos en la fundamenta lo paradoja! de los vehfculos se- an old word new tricks of applying an old
reacciones mientras que para la semántica actúa metáfora. Se basa en una teorfa del contexto de mánticos, donde la relación de ironfa y parado- label in a new way" aclara Goodman: "But
solamente como desencadenante. Este papel se- gran alcance dentro de su brevedad, como con- ja corresponde a la antigua relación de alegor(a metaphorical application of a label toan object
cundario de la semántica corresponde totalmen- secuencia de la cual el significado de las pala- y metáfora que desaparece en la literatura mo- defies an explicit or tacit prior denial of that
te a la teorfa contemporánea de la poesfa, con bras siempre está condiconado por sus posibles derna. El concepto de iron(a obtiene ventaja label to that object." (22)** Considera que
respecto a la cual Richards cita a Eliot, como contextos, adquiriendo de éstos una llamada con la descripción de los textos modernos en es "a term with an extension established by
p_odrfa también citar a Valéry. El concepto de 'efectividad derivada': "what a word means is los que el concepto retórico de la metáfora se habit (which) is applied elsewhere under the
'significado emotivo' disuelve 'el horizonte se- the missing parts of the contexts from which it tornara problemático. En vez, el concepto de influence of that habit; there is both departure
mántico de la literatura en una relación diná- draws its delegated efficacy"* , dice la defini- metáfora de Richards postula el principio más from and deference to precedent."*** La fun-
mica de indeterminación y de acción, en la que ción más bien ocasional, de la que la metáfora profundo de que las superficies de múltiples in- ción cognitiva del conflicto metafórico expli-
la retórica y la estética son indistinguibles. se desprende como principio mediador.(16) Im- terpretaciones de los textos se acuña a través de ca el éxito de .la metáfora. Su acción estética
Según los formalistas, el lenguaje poético es plica una pluridimensionalidad fundamental del efectos mediados contextualmente y se hace se atribuye heurfsticamente al potencial retóri-
desviación del lenguaje práctico, entendiendo el signo verbal que lleva más allá de la discusión gradualmente más efectivo en la literatura mo- co en tanto la experiencia estética asf liberada
momento de la acción estética ex negativo como formalista de la metáfora del 'New Criticism' y derna como ironfa. ha de convertirse cognitivamente. Esta expe-
'desautomatización' o 'extrañamiento'. Con el del.despliegue subsiguiente de la 'teorfa de la in- La elaboración de la teorfa de la metáfora riencia resulta funcional retóricamente y produ·
efecto emotivo de la literatura, a la inversa, se teracción' en el análisis del lenguaje. en el análisis del lenguaje presupone la proble- ce el éxito comunicativo del discurso. Esto tam-
mantiene imprecisa la calidad intrfnseca de los Semánticamente, 'la efectividad del signo mática formalista y desarrolla el principio de poco se modifica con la distinción de Austin del
textos a los que se atribuye dicho efecto. El con- mediado por el contexto' posibilita aquella om- Richards en sentido semántico, con lo que el 'potencial ilocucional' y de los 'efectos perlocu-
cepto de la metáfora lleva esta indeterminación a nipresente multiplicidad de interpretaciones de pasaje de la fase lógico-semántica a la pragmáti· cionales consecutivos' de los actos del habla,
su denominador semántico: si la semántica emo- los textos literarios que Empson, discfpulo de- ca-semántica de la filosoffa analftica resulta de-
tiva hasta aquf sólo podfa entenderse como un clarado y crftico infatigable de Richards descri- cisiva. La preferencia de Wittgenstein por la me-
momento del efecto causado, la metáfora pro- biera como "any verbal nuance, however slight, táfora de la 'gramática' en los juegos de pala- • "su capacidad de crear un nuevo significado
pone ahora el principio del lenguaje por el cual which gives room for alternativa reactions to bras, alude a que la lógica de las palabras puede contextua/. "
el efecto ha de describirse como un momento the same piece of languaQe".(17J**EI concepto adjudicarse a las reglas de su uso. La 'gramática •• "La metáfora, según parece, es un asunto da en-
seflar nuevos ardides de una palabra vieja -de aplicar
lógica' de la que parte la teorfa de la metáfora una vieja etiqueta da un modo nuevo.- Pero la aplica-
• "lo que una palabra significa es las partes faltan- de Black, es un complejo de reglas semánticas ción metafórica de una etiqueta a un objeto de6Bffa e!'
*N. T. Distingo igual que en el original las palabras tes de los contextos de los que deriva su eficacia dele- que media entre la lógica y la gramática. La 'te- rechazo anterior explicito o tácito de e6B etiqueta a
'emotivista' y 'emotivo'. La primera, inexistente en gada." ese objeto."
alemán como en español, se refiere obviamente a lapo- orfa de la interacción' puede valer como para-
•lf "cualquier matiz verbal, por más leve que sea, • ** "un término con una extensión establecida por
sición filosófica que destaca lo emotivo o se apoya en que deja lugar para reacciones alternativas con respec·
digma de esta suposición en tanto que elabora
hábito (que) se aplica en otra parte bajo la influencia
la emotividad. toa un mi$1170 trozo de/lenguaje." de e6B hábito; hay alejamiento de y a la vez deferen-
• "textura local de irrelevancia." cia hacia el precedente."
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siempre que se entiendan como intencionales y cas' y 'asociativas'.(27) Con razón, según pare- ciones formalistas de la multiplicidad de inter- por otra parte, no corresponde al desplazamien-
no convencionales.(23) En un caso la compren- ce, porque la diferenciación de metáfora y me- pretaciones semánticas.(32) to sino que caracteriza a la desplazabilidad de
sión de la metáfora depende de la intención 'fi- tonimia en la psicologfa asociacionista, tal como El concepto de Jakobson tiene, sin embar- los contextos sobreimpuestos, de cuya contigüi-
gurada' y en e,J otro caso el 'hablar figurado' y a su vez se halla (ya y todavfa) en Darmester go, más alcance que la dialéctica de la desvia- dad una palabra adquiere su significado como
la metáfora en particular, se hacen paradigmáti- solamente es relevante para la selección y úni: ción sintagmática y su compensación paradig- 'efectividad intermediada por el contexto' en la
cos para desviaciones posibles y en principio camente puede transferirse a la diferencia- mática en la polisemia regulada del código. Su combinación actual de cada frase, como decfa
imprevisibles con la relación convencional 'aso- ción de selección y combinación a expensas famosa fórmula: "The poetic function projects Richards. Lacan, que sigue a Richards, no sin
ciada' de la secuencia de ilocución y perlocu- de malentendidos mayores. Es obvio que the principie of eqi.Jivalence from the axis of separarse de él, escribe: "Nullechafnesignifiante
ción, o sea, para la amplitud de variación de las la polisemia como 'proyección' sincrónica de selection into the axis of combination"* no en effet qui ne soutienne comme appendu la a
acciones perlocucionales implfcitas en el poten· modificaciones diacrónicas del significado tiene fundamenta únicamente el papel de gu(a de la ponctuation de chacune de sés unités tout ce que
cial ilocucional de los actos del hablar. As( se sus limitaciones. No hay una acumulación ilimi- poes(a en el desarrollo general del lenguaje.(33) a
s'articule de contextes attestés, la verticale, si
caracteriza la posición de 'Rhetorical Criticism' tada del alcance del significado sino solamente Tiende a considerar un excedente que ni siquie- l'on peut dire, de ce point."* Su descripción de
literariamente y la problematica de sus desarro- una 'polisemia regulada', que puede ordenarse ra se desvanece con las regulaciones nuevas del la metáfora supera** la 'teorfa de la sustitu-
llos ulteriores estéticamente receptivos que en- según campos de palabras y asociarse por seme- código y que obtiene su propio peso en la mul- ción, como podrfa decirse con Black, con una
cuentran su estfmulo esencial en el proyecto de janza o contigüidad.(28) tiplicidad de interpretaciones poéticas: 'teorfa de la interacción', y afirma el carácter
una retórica crftica de Richards pero que a su Jakobson parte de semejante polisemia re- "Similarity superimposed on contiguity imparts sintomático de aquella irrelevancia semántica
vez hallan su contrariedad esencial en el criterio gulada del 'código lexical' en que la extensión .to poetry its thro4ghgoing symbolic, multiplex, parcial que el tratamiento de la metáfora en el
semántico de 'la estructura de apelación de los ciertamente no sólo es pensable en ese espacio polysemantic essence"**, dice la explicación análisis del lenguaje atribuye, ya sea al contras-
textos'.(25) de tolerancia, como él lo llama, desde la equi- central, finalizando con una cita de Goethe: te lógico o a una predicación contradictoria:
valencia de los sinónimos hasta la comunidad "Alles Vergangliche ist nur ein Gleichnis"***. "L'étincelle créatrice de la métaphore / .. ./
111 de los antónimos, sino que se extiende desde la La metáfora de proyección, con la que Saussure jaillit entre deux signifiants dont J'un s'est
La adopción heurfstica de los términos re- comunidad de las 'solidaridades léxicas' hasta elucida la extinción de la diacron(a en la sincro- substitué a l'autre en prenant sa place dans la
tóricos tiene su paradigma estructuralista en la la metafórica de las 'innovaciones' poéticas.(29) nfa, se hace precisa mediante la metáfora de la chafne signifiante, le signifiant occulté restant
'teor(a de dos ejes' de Jakobson. La metáfora y Los intentos de reformulación de este tipo sólo condensación sobreimpuesta, en la que la 'esen- présent de sa connexion (métonymique) au res-
la metonimia por cierto no son los problemas pueden desenmarañar parcialmente la coordina- cia de la poesía' con sus múltiples interpretacio- te de la chafne."***
básicos de la teorfa sino más bien su ilustración ción de semejanza y de contigüidad, más equí- nes se opone a la simple proyección sincrónica Es fácil entender cómo esta concepción de
poética exitosa. vocamente aún de metáfora y de metonimia, de la polisemia como lo simbólico, en sentido los significantes reprimidos en la sústi~ución pe-
Para la diferendación lingüfstica del 'eje pa- con el eje paradigmático y sintagmático y las o- más estrecho. Lacan desarrolló estas implicacio- ro no obstante efectivos en la represión, fomen-
radigmático' y del 'eje sintagmático' son funda- peraciones pertinentes de selección y de com- nes en una crftica impHcita de Jakobson, al no tan la ficción heurfstica de una 'retórica del in·
mentales las operaciones de selección y de com- binación. El hecho de que la selección opere se- hablar más de la sustitución que constituye a la consciente', como consecuencia de la cual el in-
binación, las que Jakobson, en conexión con gún la semejanza es un lugar común retórico metáfora, con la amplitud de variación de equi- consciente supone estructurarse "como un len-
eñunciados anteriores, relaciona con los princi- que aún no implica una diferenciación entre valentes semánticos, sino de una 'sobreimposi- guaje", el que subyace a las expresiones del suje-
pios de semejanza y de contigüidad de la psico- metáfora y metonimia. Que por otra parte la ción' de los significantes, donde la 'condensa- to como manifestaciones de la subjetividad.(36)
logfa asociacionista y ve caracterizadas por las combinación se base en la contigüidad, eviden- ción' de Freud ocupa el lugar de la antigua me- La represión es propia de la estructura de la me-
figuras retóricas de la metáfora y de la metoni· temente, confunde, ya que a la inversa la com- tafórica de la transposición de la metáfora: "La táfora, que como 'sfntoma' se basa en los des·
mia. Este último paso se remonta a la oposición binación primero constituye la contigüidad, y Verdichtung, condensation, c'est la structure de plazamientos metonfmicos de la cadena de sig-
entre el lenguaje poético y el práctico, a la que recién presupone la contigüidad que se crea en surimposition des signifiants ou prend son nificantes. Lacan ya no argumenta desde el pun-
el formalismo ruso había trasladado la alternati- la recombinación de combinaciones sintáctico- champ la métaphore, et dont le nom pour con- to de vista de la teoda de las pulsiones, sino es-
va anterior de la ciencia literaria entre simbolis- semánticas ya existentes. (30) La contigüidad~ denser en lui-méme la Dichtung indique la con- tructuralmente, puesto que no se trata de un
mo y realismo: la asociación cotidiana en la pues, representa una 'contextura' sintagmática- naturalité du mécanisme a la poésie, jusqu'au cambio de lugar de las 'ocupaciones'**** que
prosa de sonido (fonema) y significado (como mente pre-dada, mientras que la semejanza de- point ou il enveloppe la fonction proprement logran expresarse en el sfntoma sino del desliza-
automatización) por un lado, y la disociación signa la amplitud de variación de sus posibles traditionelle de celle-ci."34**** La metonimia,
poética de ambos (como desautomatización), • Ninguna cadena significante, en efecto, que no
equivalentes semánticos. En la acción conjunta "La función poética proyecta el principio de sostenga. com~ pendiendo de la puntuación de cada
por otro.(26) La 'semanticidad lábil' del len- de ambos ejes surge lo que, según Greimas, se equivalencia del eje de selección al eje de combina- una de sus umdades todo lo que se articula de contex-
guaje poético comprendido en esta disociación llama la 'isotopfa' del 'discurso' desde donde la ción'~ tos dados, en la vertical, si asf puede decirse, de ese
tiene supuestos problemáticos en la psicolog(a metáfora aparece como una 'desviación' dirigi- •• "La semejanza sobreimpuesta sobre la contigüi- punto."
dad imparte a la poesfa la esencia simbólica, multiple- • *N. T. El original alemán dice aufheben.
asociacionista, supuestos cuyo indomable pa· da.(31) Que esta desviación del código semánti-
xa y polisemántica que la atraviesa". ••• "La chispa creadora de la metáfora l. . ./brota
sado retórico se manifiesta en la diferenciación co no se limite a la superficie estilfstica de los ••• "Todo lo transitorio es sólo une comparación'~ entre dos significantes de los cuales uno se ha sustitui-
de metáfora y metonimia. textos y que deba buscarse en una 'impertinen- • •• • "La Verdichtung, condensación, es la estructu- do al otro tomando su lugar en la cadena significante
El mismo Saussure habfa limitado la carac- cia' más profunda y sintagmáticamente funda- ra de sobreimposición de significantes donde toma su mientras el significado oculto sigue presente en suco-
terfstica asociativa al eje paradigmático y habfa mentada de la concatenación, produce la plus- campo la metáfora, y cuyo nombre, por condensar en nexión (metonlmica) con el resto de la cadena."
sf mismo la Dichtung indica la connaturalidad del me· * ••• N. T. El original alemán Bes¡!tzung se traduce
hablado sencillamente de 'relaciones sintagmáti- vaHa estructuralista con respecto a las descrip· canismo a la poesfa, hasta el punto de que envuelve la por 'ocupación' pero en Lacan es catexis (investis-
función propiamente tradicional de esta. " sement).
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miento de los. significantes, que en la metáfora En la utilización poética de este equilibrio, la la dirección de la transposición y la semejanza muestras crecidas históricamente y devenidas
cede a la presión de lo reprimido. La teorfa psi- metáfora se apoya en la 'sustitución activa' y. se hace la metáfora justamente del contacto, históricamente, cuya estabilidad literaria de-
coanal ftica de las pulsiones es sustituida por forma, como dice HOffding, "una asociación de aún cuando la contigüidad sea. el caso verdade- muestra su utilidad generalizada.(44) La meta·
una teoda estructural cuyo status lingüfstico, semejanza construida sobre una asociación de ramente propio. Este contacto tiene su corres- fórica se precipita en un tesoro de significados
por cierto, sigue siendo tan dudoso como la in- contacto".(39) "Similarity superimposed on pondencia lingüfstica en la conexión metonfmi- transmitidos tal como se precipita el cambio
terpretación que hace la teorfa de los dos ejes contiguity"* es lo que describe la proyección ca de la 'cadena de significantes': en la contex- lingüfstico en la polisemia. Weinrich adoptó la
de la psicologfa asociacionista. AIH la estructura de un principio de equivalencia, que como prin- tura sedimentada tanto histórica como biográfi- analogfa del paradigma lingüfstico y del tópi-
del lenguaje corresponde a la organización del cipio metafórico del lenguaje tiende más a crear ca de historias y de historia. La semejanza resul- co retórico y habló analógicamente del'campo
consciente, aquf a la dinámica del inconsciente. semejanza que a presuponerla, o sea, presupo- ta, por otra parte, primero, de la ordenación de palabras' lingüfstico y del 'campo de imáge-
En Jakobson la paralelización de ambos niendo contextos existentes, engendra nuevas metafórica de contextos superpuestos, de modo nes' metafórico.(45) La historia de tales campos
ejes del lenguaje y de ambos principios de la semejanzas y vivifica semejanzas anteriores. La que con los autores de la Rhétorique générale de imágenes está menos grabada por la constan-
asociación sigue siendo confusa, siempre que se teoda estructuralista de la metáfora aceptada de Lüttich puede invertirse la regla fundamental cia de la transmisión, como la vera Curtius por
la entienda como prolongación del tópico retó- por Richards como cumplimiento de sus pro- de Quintiliano "metaphora brevior est similitu- doquier, que por su flexibilidad metafórica. Se-
rico de la psicologfa asociacionista ya que en es- pias intenciones, complementa a la teorfa lin- do" (VIl vi 8)* de la manera siguiente: "La dé- gún 1;31umenberg, la metaforologfa trata de esta
ta las operaciones lingüfsticas básicas podrfan a- gü fstica de la interacción, cuya diferencia con finition du paradigme est, structurellement, flexibilidad de la tradición que retóricamente se
tribuirse a las relaciones mentales de los signifi· la teoda retórica de la sustitución y de la com- a
identique celle de 1'.¡ métaphore: au point qu'il llama 'translatio': metáfora. Igual que Kuhn,
cantes. Es cierto que la coordinación de la se- paración, Black sintetizó en la frase influyente: est loisible de considérer cette derniere comme Blumenberg sostiene posteriormente que la his-
mejanza metafórica con el eje paradigmático de "lt would be more illuminating in 'some of un paradigme déployé en syntagme."(42)** toria de la estructura del pensamiento se organi-
Jakobson adopta la prioridad retórica de. las re- these cases to say that the metaphor creates the La preeminencia de la metáfora se funda- za con 'paradigmas' cuyo momento común es la
laciones de semejanza que hasta fines del siglo si m ilarity than to say that it formulates some menta sintagmáticamente. No se trata de una metafórica implfcita de un paradigma en la que
XVI aún abarcaban la facilidad de explicar por similarity antecedently existing."(40l**· comparación más breve que recurre a una seme- una praxis teórica contra tácitamente. La 'meta-
medio del tópico de la 'convenientia', para pos- Tanto la función cognitiva como la poética janza fuera del lenguaje sino del enlace mfnimo fórica absoluta' que no se deja retraer sustan·
teriormente, desde Vossius y Dumarsais, dife- de la metáfora, de las que trata el análisis del en que incurre el paradigma y el sintagma: un cialmente se relativiza históricamente en la 'me-
renciarse y clasificarse según criterios formales. lenguaje y el estructuralismo, al invertir las rela- paradigma sintagmático desplegado de modo tafórica de fondo' de los paradigmas metaforo-
(37) Genette describió este proceso como desa- ciones antiguas, ya no presuponen la multiplici- nuevo que reivindica (casi poéticamente) la con- lógicos.(46) El funcionamiento pragmático de
rrollo reductor que culmina en la oposición de dad tópica de las semejanzas, sino la contigüi- textura que aparece en forma paradigmática de tales metáforas implícitas no se basa en la refle-
metáfora y metonimia. La participación del em- dad sintagmática de los contextos, la que ya ad- los antiguos sintagmas. No es la metáfora la que xión metódica puesto que se econom-iza ésta a
pirismo y de la psicologfa asociacionista en esta quiriera validez universal con el esquema de es- se apoya en el paradigma sino el paradigma en all ( donde el metodo resulta demasiado costoso
'mutilación' de la retórica es decisiva. En la ac- tfmulo y respuesta de la psicologfa del aprendi- la metáfora. y aporético. Despotenciada por la misma retóri-
ción conjunta de semejanza y contigüidad. se zaje. Con respecto a este viraje de la semejanza ca hasta ser un mero 'medio de efecto', la metá-
IV fora siempre sirvió para algo más que la simple
produce un equilibrio 'psfquico', el que se afir· a la contigüidad, que tiene sus consecuencias en
En la 'metaforologfa' de Blumenberg, la decoración de una verdad filosófica que se le so-
ma Y fortalece lingüfsticamente mediante el en- el cambio de interpretación que Lacan hace de
metáfora deviene paradigma hermenéutico que mete con desagrado. La 'potencia auténtica' de
lazamiento de selección y combinación. Efecti- la teorfa de los dos ejes, es caracterfstica una
abre a la fenomenologfa de la historia el acceso la metafóra, que en el proceso de la 'terminolo-
vamente, Jakobson no propone una reducción observación de Freud de "que ambos principios
naturalista del lenguaje y de la conciencia, sino de asociación -el de semejanza y el de contigüi- metódico a la 'metacinética de horizontes de gización' de la metáfora como concepto y con
que afirma una correspondencia lingü(stica en- dad- se reúnen en la unidad superior del con- sentidp y perspectivas históricas."(43) Como la inclusión de éste en el léxico filosófico se hi-
tre la organización del lenguaje y los modos de tacto." La organización tópica de la retórica instrumento metódico de una historia de los ciera incognoscible, remite a una "esfera catali-
'génesis pasiva' cuyos principios son representa· aquf se torna en modelo heurfstico a partir del conceptos que por lo pronto ya no persigue el zadora", de la que Blumenberg presume que "si
dos fenomenológicamente por la asociación. A cual puede proyectarse la retórica del incons- progreso lineal de la inteligibilidad filosófica bien constantemente el mundo de los concep-
más tardar con Lipps y Hoffding, la acción con- ciente y tratarse "como" un lenguaje: "La con- 'del mito al lagos', ni si fuere necesario, lo ob- tos se enriquece con ella, no por eso transforma
junta de los modos de asociación y su función tigüidad es contacto en sentido directo, la seme- tiene por la fuerza, la metaforologfa se dirige a ni consume esta estabilidad fundamental."
sintética se ubica en el priiner plano de una dis- janza lo es en sentido traspuesto. "(41) Si la cer- la 'subestructura del pensamiento', que es el No es casual que este potencial creativo de
cusión cuya 'distorsión' psicologista trata de can fa y la proximidad fueron implicaciones me- fundamento de la lógica de los conceptos como la metafórica como asimismo la función cogniti-
allanar la fenomenolog(a.(38) La teorfa de los tafóricas de la semejanza tópica (de la ordena- también de su 'disyuntiva lógica' y que se hace va de la metáfora se descubran en la reflexión
ejes de Jakobson se lee como el comentario lin- ción espacial de 'lugares' en el tópico), ahora se sintomática en la metáfora. Según Curtius, la filosófica sobre el lenguaje de la filosoffa. En la
gü fstico de este pasaje del tratamiento de la psi- toma esta metáfora al pie de la letra, se invierte tradición europea habfa encarado 'la investiga- tradición analftica, asf las condiciones contex-
cologfa asociacionista al tratamiento fenomeno- ción de topos' como 'depósito' o 'museo' de tuales del 'discurso' filosófico se hacen temáti·
lógico de las sfntesis pasivas. Con la correlación cas; en la tradición hermenéutica, aquellas de
• "La semejanza sobreimpuesta a la contigüidad': * "La metáfora es más breve que la semejanza'~
de principios de los- modos de asociación se • • "La definición del paradigma es, estructuralmen-
los 'textos' filosóficos. "Mediante el vfnculo a
•• "En algunos de estos casos resultaría más claro
equilibra la tradicional prioridad de la semejan- decir que la metáfora crea la semejanza que decir que te, idJntica a la de la metáfora, al extremo que es lícito los textos, ya sea manifiesto, ya sea latente, la
za con respecto a la contigüidad sintagmática. formula alguna semejanza ya existente previamente." considerar esta última como un paradigma desplegado filosoffa admite su esencia verbal que en vano
en sintagma. " niega bajo el ideal del método" sostiene Ador-

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no: "La retórica representa en la filosoffa aque- plfcito el pape! paradigmático de los libros y de ciación de presupos1c1ones semánticas y prag· objetos tópicos ni la validez de reglas que se re·
llo que no puede pensarse de otro modo que en sus destinos de recepción. La ubicación metafó- máticas, no está suficientemente determinada. fieran a aquellos. Los paradigmas históricos de
el lenguaje."(48} Que la tradición filosófica, en rica de textos filosóficos en referencias dé! Lingü(sticamente, el texto es ~n 'trozo funcio- la metafórica no remiten a los objetos que se
tanto ligada al lenguaje, presuponga la retórica, mundo vivido que en ia lectura actual crecen a nal del discurso', dentro del cual se 'condeter- encuentran en le discurso sino a los contextos
puede entenderse no por la inteiigibilidad de los espaldas de los autores, resulta cada vez más mina' la metáfora del contexto, tanto semánti· transmitidos en los textos, que en su relación
textos sino por la 'ininteligibilidad' con la que consciente e interesante en la tradición literaria ca como también pragmáticamente.{54) Esta re- recfproca desarrollan historia y que hacen sinto-
aquella participa en la metáfora. Que la retórica d~ los textos de la era moderna. Desde los co- ducción lingüfstica de la perspectiva hermenéu- mática su diferencia histórica en la metáfora. El
"represente", es lo que constituye el carácter !llienzos del siglo XVIII, la totalidad de los tica no desaparece en la pragmática del discurso propio texto es el 'modelo', en el que la meta-
metafórico de esta ininteligibilidad. Como per- textos se hace el principio regulador de la crfti- pero sr en la pragmática de los textos detrás de la cinética de los desplazamientos temporales y de
tenece a los textos transmitidos y como se nu- ca, tal como anteriormente lo habfa sido la uni- estética del análisis del lenguaje. Las referencias los cambios de superposición es efectiva y se ha-
tre de la transmisión en los textos, se trata de dad de la Biblia para la hermenéutica teológica. pragmáticas del discurso se suspenden primera· ce legible como 'intertextualidad'.(57} El pro·
una retórica en sentido metafórico: no de una (51} En la reacción a lo que se ha llamado "la mente en la tradición filosófica y luego en la tra- ceso metafórico efectivo en las referencias ínter-·
retórica del discurso sino de la metacinética de guerra civil teológica por el texto absoluto", la dición literaria de los textos a favor de un 'espa· textuales de los textos entre s(, por cierto ya no
los textos. Según Gadamer, . se trata de "más hermenéutica literaria obtiene su papel ejem- cio intertextual' en el que se desarrolla la tradi· puede considerarse el resultado de un significa-
que una metáfora", "es un recuerdo de lo origi- plar en su trato con una pluralidad de textos, de ción. La problemática de las referencias del mun- do metafórico, en el que permanecer(a qua 'fu-
nario, cuando se entiende la tarea hermenéutica la que la pluralidad de los textos filosóficos sólo do vivido se condena a través de los textos con la sión' con semejanzas nuevas. "Being attentive
como un entrar en el diálogo con el texto."(49} es una cantidad parcial. La antigua función re- intermediación tradicional en paradigmas de la to the multiplicity of themes or the polysemy
De hecho, la metafórica del diálogo va más allá tóricOrejemplar como ya la función teológico- metafórica, para cuya amplitud de significados of a work of art constitutes a progress over
de una mera clarificación retórica de la capaci- dogmática de los textos se transforma por el el valor de la posición de las metáforas en los 'linear' explication, but is not sufficient. The
dad de transmisión de los textos. Esta metafóri- status relativo de los textos litararios como asi- textos es paradigmático. El contexto de los horizon of criticism, which is the assumption of
ca del diálogo profundiza la relación de comple- mismo de las lecturas literarias, sin que una per- textos se suma al paradigma metaforológico cu- unity of meaning, has itself to be breached"*,
mentariedad de la retórica y la hermenéutica, sistencia en la intención de los autores tuviera ya modificación requiere, si no la modificación infiere Hartman de Derrida: "La dissémination
relación de complementariedad, que Gadamer mucho que oponer a la individualidad de los de la metáfora, s( una 'metáfora osada', que por / .. ./ pour produire un nombre non-fini d'effets
atribuye a Schleiermacher, y en la que los actos lectores. Detrás del texto que aporta esta capa- su parte sea capaz de revolucionar un campo sémantiques, ne se laisse reconduire ni aun pré-
del entendimiento se encaran como comple· cidad de enlace, se halla la serie de textos que metafórico. (En la época moderna se halla acre- a
sent d'origine simple / .. ./ ni une présence
mentarios de los actos del discurso, con la pers- encontraron en aquél- un alcance de múltiples centada al valor 1fmite de 'la metáfora absolu- eschatologique. Elle marque une multiplicité
pectiva de la situación platónica originaria de fi· significados como la diacron(a en la sincronfa. ta'}.{55} La concepción estructuralista de los irréductible et générative."(58) **
losofar. Que desde el punto de vista de la her- Los 'anagramas' de Saussure ofrecen para esto, contextos superpuestos, a partir de los cuales La perspectiva 'generadora' del estructura-
menéutica del diálogo, los textos puedan inter- tal como lo mostrara Starobinski, el caso de la metáfora adquiere su significado y efecto en lismo distingue al postestructuralismo del retro-
pretarse como discurso conservado de los auto- prueba ejemplar: "La question étant: qu'y a-t-il el contexto actual del discurso, obtiene su equi- ceso histórico de la hermenéutica. Por cierto no
res, y las lecturas como la adopción coloquial immédiatement derriere le vers? la réponse n'est valente histórico-diacrónico en la reconstruc- hay que ignorar las transiciones. La insistencia
de sus palabras, postula la participación en la pas: le sujet créateur, mais: le mot inducteur. ción hermenéutica de los paradigmas metaforo- en la potencia estética de la metáfora antes de
tradición como un 'penetrar' en un 'evento de Non que Ferdinand de Saussure aille jusqu'a lógicos. Los paradigmas y los cambios de para- cada fusión se dirige precisamente a aquel pro-
transmisión'. En esto solamente hay de plausi- effacer le role de la subjectivité de l'artiste: il digma que atraviesan la tradición de los textos ceso de diseminación en que se hace entendible
ble, que la 'comunicación del sentido' de los lui semble toutefois qu'elle ne peut produire son se manifiesta en la historia de su recepción. La la multiplicidad de lo nuevo, antes de que resul-
textos cuasi embauca 'dinlécticamente' a la re- texte qu'apres passage par un pré-texte."(52) * metacJnética de los horizontes históricos hace te incognoscible en la unidad de lo viejo. Que al
tórica del discurso, sin que pueda haber una vra que la metáfora sea un excelente vehfculo de lo fin y al cabo ya no exista la legibilidad del mun-
En términos de análisis del lenguaje, el
de retorno al diálogo originario. que Gadamer llama la 'fusión de horizontes', do, tiene efectos para la legibilidad de los textos
cambio de orientación pragmática de la semán-
La metacinética de la transmisión tiene por tica histórica de los textos no parte del 'co-tex- una metáfora de la psicolog(a asociacionista que y también tiene consecuencias en la 'descons-
cierto en la metafórica de los textos transmití· to' semántico en el sentido más estrecho a 'con- ha pasado a la fenomenologfa. Por último, De- trucción' de su estructura metafórica. La meta-
dos más que sólo 'fósiles conductores' de una rrida habla de la 'huella' que sostiene el movi- fórica de los textos provoca tan sólo el malogro
textos' del mundo vivido en sentido más am-
inteligibilidad anterior; documenta una capaci· miento de una 'diseminación' incesante en la
plio. Rige para una pragmática de los textos
dad de enlace que ya no puede sujetarse al dis- metáfora, opuesta al proceso de la fusión reite-
que por la mera contextualidad de 'expresio- "El prestar atención a la multiplicidad de temas o
curso de los autores. La ininteligibilidad como rada.(56}
nes', tal como resulta relevante para la diferen- a la polisemia de una obra de arte constituye un pro-
esfera catalizadora que se hace entendible en la La 'fusión de horizontes' universal y la 'di-
greso con respecto a la explicación 'lineal', pero no es
metáfora, abre "los enlaces que reivindican el seminación' universal plantean hipótesis de fon- suficiente. El mismo horizonte de la crftice, que es el
mundo vivido como el perpetuo sostén motiva- "Siendo la pregunta: !qué es lo que hay inmedia- do metafórico, ante las cuales la paradigmática supuesto de la unidad del significado, debe traspasar·
dor de toda teor(a -aún cuando no pueda man- tamente detrás del verso? la respuesta no es: el sujeto histórica de la metaforologfa adquiere su perfil se."
tenerse perpetuamente presente."(50) Los des- creador, sino: la palabra inductora. No se trata de que y la metáfora resulta fructffera como concepto •• "La diseminación l. .. 1 para producir un número
Ferdinand de Saussure llegue al extremo de borrar el no-finito de efectos semánticos, no se deja reconducir
plazamientos de las realidades del mundo vivido metódico. De modo diferente que en la tradi·
papel de la subjetividad del artista: le parece, sin em- ni a un presente de origen simple/. . .1 ni a una presen-
se hicieron temáticos en la metafórica de fondo bargo, que esta subjetividad únicamente puede produ- ción retórica, el manejo hermenéutico de los cia escatológica. Marca una multiplicidad irreductible
de la 'legibilidad del mundo', en la que está im- cir su texto después de pasar por un pre-texto." textos no puede presuponer ni la identidad de y generadora"

50 51
de toda lectura que esté a la búsqueda de signi- distinto por Bloom en un modelo sextipartito
ficados y de su coherencia alegórica: la lectura de figuras nuevas.(60) Como figuras del enlace · PHIQUE DE LOUVA/N (La metáfora y el problema 17. W. Empson, SEVEN TYPES OF AMB/GUITY
central de la hermenéutica, REVISTA FILOSOFICA (SIETE TIPOS DE AMBIGUEDAD}(Londres, 1930,
alegórica encuentra en la textura tropológica hermenéutico ofrecen variantes de un proces~ DE LOVAINA) 70(1972}, 93·1-12: 98 y sigs. 11 1947, 1953}, e I.A. Richards, THE PHILOSOPHY OF
tan solo reflejos irónicos en lugar de significa- de transposición, que se da en la lectura y que THEOR/E DER METAPHER (TEORIA DE LA ME· RHETOR/C, 125. THEORIE DER METAPHER, xx/1
dos vigorosos.(59) El giro irónico de la descons- tiene su muestra tanto en la construcción alegó- TAFORAJ, xxx-xxx:xxx y sigs./1. Compárese Ph. Wheelwright, On the Semantics of
trucción que se dirige contra la formación de rica como en la desconstrucción irónica. Si todo · 11. Compárese la controversia entre Derrida y Searle, Poetry, THE KENYON REVIEW 2 (Sobre la Semánti·
coherencia alegórica de las reconstrucciones que parte de J. Derrida, Signature, événement contex- ca de la Poesfa}(1940}, 263-283:266, y Semantics and
no despista, la función de la metáfora es para
te, MARGES DE LA PHILOSOPH/E (Signatur~ 11ven· Ontology, METAPHOR AND SYMBOL (Semántica y
hermenéuticas, hace necesarias las diferencia- estas vastas muestras de la lectura, un tema que to, contexto, MARGENES DE LA F/LOSOF/A)(Pa· Onto/ogfa, LA METAFORA Y EL S/MBOLO} ed. L.
ciones en el concepto de metáfora, que explican la coyuntura de la metáfora supera prometien- rfs, 1972}, 365-393//Signatur, Ereignis Kontext, C. Knights!B. Cottle (Londres, 1960) 1-S: 3 y sÍgs./1
su desenlace moderno en irónica indetermina- do éxito con su fijación técnica en distintivos RANDGANGE DER PHILOSOPHIE (Frankfurt, Ber· THEORIE DER METAPHER, xxx-xxx:xxx y sigs.//1
ción. Es una pregunta pertinente, hasta dónde del 'discurso', y acerca a la dinámica hermenéu- /fn, Viena, 1976}, 124-155/1. Véase J.R. Saar/e, 18. J.C. Ransom, THE NEWCR/TICISM, y Theory of
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encuentra historizado e interpretado de modo Traducción de Sea J. de Capandeguy.- SAGBARE UND DAS UNSAGBARE (La Entropfa en LISMO}(Frankfuft, 1966), 121-141: 135//. Compárese
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WISSENSCHAFT (Ser/In, 1931) 147 sig.// Compáre- (1969), 58-681/Theorie der Metapher, xxx-xxx!/ LANGUAGES OF ART (LOS LENGUAJES DEL AR· 48. Th.W. Adorno, NEGATIVE DIALEKT/K (DIA·
se a continuación A. Darmesteter, LA V/E DES MOTS 33. R. Jakobson, Linguistics and Poetics, Closing TE), 78// 65// como también por otra parte Hen/a, LECTICA NEGATIVA)(Frankfurt, 1966), 61. Compá-
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28. Compárese aqul la reseña a continuación de ed. Th. A. Sebeck (Cambridge, Mass. 1960), 350-377: BEDURFN/S (LENGUAJE Y NECESIDAD), 102, Derrida, La mythologie blanche • La métaphore dans
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comme problema sémantique (El problema del doble lugar Saussure, CDURS DE LINGU/STIQUE GENE· ESTUDIOS)(Frankfurt, 1974), 373 sig. Compárese el. el taxto filosófico - MARGENES DE LA F/LOSO-
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54 55
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DER METAPHER, xxx-xxx:xxx y sigs./1. tica General de la Metáfora, y la critica por 60. H. Bloom, A MAP OF MISREADING (UN MA· HJSTORY (METAHISTORIA)(Baltimore, 1973), 31 y
49. H.G. Gadamer, WAHRHEIT UNO MET.HODE La metáfora dificil, ·en la Revista Trimestral PA DE EQUIVOCACIONES EN LA LECTURA){Ox- sigs. como también la reseña de H. Ke/lner, The infla-
(VERDAD Y METODO)(Tübingen, 1960) 350 y a con- (1978), 544-557: 551 y sigs. ford/N. Y., 1975), 84 y sigs. aquí 100 y sig. Compárese tabla Trope as Narrativa Theory: Structure or
tinuación 176. F.O. E. Schleiermacher, HE RMENEUTIK 55. H. Weinrich, Semantik der kühnen alternativamente el modelo cuadripartito en K. Burke, A/legory? 0/ACR/TICS (El Tropo inflable como Teo-
UNO KRITIK (HERMENEUTICA Y CRITICA) sd. (1963), SPRACHE IN TEXTEN (La Senr¡ántica Four Master Tropes (1941), A GRAMMAR OF ría narrativa: iEstructura o Alegorfa?)(1981), 14-28.
M. Frank (Frankfurt, 1977), 75 y sigs. Compárese Metáfora osada, EL LENGUAJE EN MOTIVES (Cuatro Tropos Principales, UNA GRAMA·
aquf P. Ricoeur, La métaphore et le prob/~me central (Stuttgart, 1976), 295-316: 306 y
de l'herméneutique, 108 y sigs. · DER METAPHER, xxx-xxx:xxx y sigs./1
50. H. 8/umenberg, Ausblick auf eine Theorie der se previamente H. Friedrich DIE
Unbegrifflichkeit, SCHIFFBRUCH MIT ZUSCHAUER MODERNEN L YRIK (LA ESTRUCTURA
(Perspectiva de una teorfa de la ininteligibilidad, NAU· LIRICA MODERNA (Hamburgo, 1956), y
FRAGIO CON ESPECTADORES)(Frankfurt, 1979), por K. Stierle, Aspekte der Metapher;
75-93: 77, compárese 83// THEOR/E DER HANDLUNG (Aspectos de la metáfora,
METAPHER, xxx-xxx:xxx, compárese xxx/l. Compá- COMO ARGUMENTO (Munich, 1975),
rese DIE PARADIGMEN ZU EINER METAPHORO- 152 y sigs.
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GIA), 76 y si/s. y DIE LESBARKEIT DER WEL T MARGES DE LA PHILOSOPHIE. (Parfs,
(LA LEGIBILIDAD DEL MUNDO), 10 y sigs. y 17 y 29: 25 y sigs./1 Die différance, RANDGANGE
sigs. PHILOSOPHIE (Frankfurt!BerlfnNiena, 1976),
51. Compárese H.D. Weber; FRIEDRICH 37: 32 y sigs.//Compárese la reseña y critica por
SCHLEGELS TRANSZENDENTALPOESIE • UNTER· Wahl, La philosophie entre l'avant et J'aprks du ·
SUCHUNGEN ZUM FUNKTIONSWANDEL DER turalisme, QU'EST-CE QUE LE STR
. LJTERATURKRITIK /M 18: JAHRHUNDERT (La ME? (La fi/osofla entre el antes y el
poesfa trascendental de Federico Schlegel • INVESTI· tructuralismo, ¿QUE ES EL ESTR
GACIONES SOBRE LA TRANSFORMACION DE LA (París, 1968), 299-441: 425 y sigs./1 Die Philosc)tJhíe;:
FUNCION DE LA CRITICA LITERARIA EN EL SI· diesseits und jenseits des
GLO XVIJI){Munich, 1973), 64 y sigs. y M. Frank, EINFUHRUNG IN DEN STRUKTURAL
DAS INDIVIDUELLE ALLGEMEINE • TEXTS- (Frankfurt, 1973), 323-480: 448 y sigs./1 Compárese
TRUKTURIERUNG UNO • INTERPRETATION DE LA GRAMMATOLOGIE (DE LA GRAMATO-
NACH SCHLEIERMACHER (LO GENERAL INDIVI- LOGIA)(París, 1967)J/GRAMMATOLOGIE (Frank-
DUAL · ESTRUCTURACION E INTERPRETACION furt, 1974).
DE LOS TEXTOS sé;uN SCHLEIERMACHER) 57. Compárese primeramente J. Kristeva, SEMEIO-
(Frankfort, 1977), . .. y sigs., como también la cita si- TIKE (Parls, 1969), 255 y sigs. y en detalle A. Com-
guiente: O.· Marquand, Frage nach der Fraga, auf die pagnon, LA SECONDE MAIN (LA SEGUNDA MA-
die Hermeneutik die Antwort ist, ABSCHIED VOM NO)(París, 1979), cap. JI y V, como también M. Riffa-
PRINCIPIELLEN (La pregunta por la pregunta, para terre, SEMJOTICS OF POETRY (LA SEM/OTJCA
la que la hermenéutica es la respuesta, LA DESPEDI· LA POESIA)(Bioomington, lnd. 1978/Londres, 1980),
DA DE LOS PRINCIPIOS}{Stuttgart, 1981), 117-146: cap. IV y V, finalmente Sémiotique intertextuel/e,
127 y sigs. REVUE D'ESTHETJQUE 1i2 (Semiótica intertextuaf,
52. J. Starobinsk¿ LES MOTS SOUS LES MOTS(LAS REVISTA DE ESTETICA)(1979), 128-150.
PALABRAS BAJO LAS PALABRAS)(Parfs, 19J1), 58. J. Derrida, POSITIONS (POSICIONES)(Parfs;
152, compárese 1/ WORTER UNTER WORTEN 1972), 61 y sig.;según G.H. Hartman, SAVING
(Frankfort/Ber/fnNiena, 1380), 125 y sig. compárese TEXT (SAL VANDO AL TEXTO){Baltimore,
alternativamente E.D. Hirsch, VALIDITY IN 52. Compárese H. Bloom/P. de Man/J. Derrida/ G.H.
INTERPRETATION (LA VALIDEZ DE LA INTER- Hartman/J. Hillis Millar, DECONSTRUCTION
PRETACION)(New Haven, 1967), cap. 111// CRITIC/SM (DESCONSTRUCCJON Y
PRINZIP/EN DER INTERPRETATION (Munich (Londres, 1979).
1972), 97 y sigs. ' 59. P. de Man, ALLEGORIES OF READING
53. Compárese Y. Bar-Hillel, Argumentation in GORIAS DE LA LECTURA)(New Haven 1979), 205.
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LANGUAGE (Argumentación en los Lenguajes Prag- TATION- THEORY ANO PRACTICE
máticos, ASPECTOS DEL LENGUAJE (Jerusalén/ la Temporalidad, LA INTERPRETACION -
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ker, Pragmatics, SYNTHESE 22 (1970), 272-289: 1969), 173-2.9), y Allegorie, /ronie und Wic'!derho•lunlg, .
297 y 281 y sigs. · POETIK UNO HERMENEUTIK IX (Alegoría, lronfa
54. P.,_flartrrumn, Texte als linguistisches Objekt, y Repetición, LA POETICA Y LA HERMrEfoJ'EU
BEITRAGE ZUR TEXTL/NGUISTIK (Textos como (Munich, 1981), 561-565. También la reseña de
objeto. lingülstico, CONTRIBUCIONES A LA "LIN- Gasch6, Deconstruction as Criticism(G L YPH 6) (La
GUISTICA DE LOS TEXTOS), ed. W.D. Stempel cÓnst;ucción como Critica)( 1979), 17-15:206 y .
(Munich, 1971), 9-29: 10 y sigs. Compárese H. Wein- polémica de G.H. Hartman, Criticism, In·~fM••r..mil1acV•."
rich, Allgemeine Semantik der Metapher, 317 y sigs. /rony, Criticism in the W/LDERNESS (La Crítica,

57
LA COMPRENSION
DE LA LITERATURA
ENTRE LA HISTORIA Y EL FUTURO

Wolfgang lser
La pérdida de valoración de la literatura

En la sociedad contemporánea la literatura bian, también varían los valores de función de


ha dejado de ser algo que se da por sobreenten- la literatura y es evidentemente un corte de este
dido. Su significado anterior, incuestionable ha tipo el que señala la situación presente. lPor
ido desapareciendo y esa reducción se aceleró qué la literatura se ha vuelto marginal en la so-
precisamente por la difusión masificada del li- ciedad actual? lAcaso esta marginación señala
bro. De esa manera debe de haber desaparecido la pérdida de su función en general o solo cons-
también su función, considerada tan indispensa- tituye un sobreentendido caduco que, por de-
ble en un tiempo, que fue considerada como la masiado tiempo ha sido identificado con la lite-
literatura misma. Pero esta reducción que po- ratura? Para responder a esta pregunta se hace
drfa considerarse como la finalización del con- necesario considerar el pasado más reciente a
cepto de literatura, no implica un desenlace de fin de obtener una perspectiva sobre las posibi-
la literatura en general. Parecerfa entonces que lidades aún no utilizadas de la literatura. En es-
ahf estuviera la causa de los reiterados anuncios te entrecruzamiento se expresa algo más que
relativos a la muerte de la literatura que se vie- una reflexión debida al tema "futuro e historia".
nen proclamando en los últimos cien años, a Se hace indispensable su consideración porque
partir de Lautréamont hasta la rebelión del 68, abre nuevas posibilidades para una literatura
y que se relacionan más bien con la función de que ha dejado de ser algo que se da por sobreen-
la literatura impuesta por la sociedad burguesa. tendido. La negación de lo que la literatura fue
Tales consignas se manifiestan entonces como se vuelve asr condición de lo que puede ser.
metáforas de un malestar que no corresponde a
la cosa misma sino a su concepto y al uso que se
le dio. Las revueltas de la época.
En el transcurso de su historia la literatura se
ha visto permanentemente obligada a establecer Son dos los srntomas más significativos que
su legitimidad. Ya desde Aristóteles, en la poéti- indican el camino para volver a la comprensión
ca, se nos ha familiarizado con un tipo de dis- de la literatura en la época burguesa, que finali-
curso que se empeña en una constante interpre- za con la debacle originada por las grandes gue-
tación de lo que la literatura debe. ser o debe rras de nuestro siglo: el dadafsmo y la revuelta
aportar. De ahf deriva el fenómeno curioso de del 68 en Parfs. lOué se entiende por medio de
una literatura capaz de ejercer su validez, al mis- estos sfntomas y qué nos revelan? Señaló Tris-
mo tiempo que aparece acompañada por una tán Tzara en su manifiesto dadafsta Pour faire
actividad crftica que, como poética o teorfa es- un poeme dadaiste:
tético-literaria, se traduce continuamente en el
propio discurso y de ahf pasa a convertirse en
requisito imperante. Como tales requisitos carn-

59
"Prenez un journal. "La revolución: Crearemos condiciones tales tonces aparece un concepto relativo a la dife- El ARTE COMO BELLA APARIENCIA
Prenez des ciseaux. como para que cualquiera tome parte en las· rencia entre literatura y realidad, tal como fue
Choisissez dans ce journal un article ayant la obras de Picasso. Revolución cultural: Con ella entendido y afirmado por el idealismo estético Dentro del idealismo alemán se produjo un
longueur qpe vous comptez donner avotre crearemos las condiciones para que cualquiera del siglo XIX. Si la contradicción adquiere el significativo cambio de orientación con respec·
poeme. pueda trasformarse en un Picasso y que Picasso carácter de una rebelión, la energfa que desen· to al antiguo concepto del arte como agregado
Decoupez l'article. pueda trasformarse en un cualquiera."(5) cadena es señal de hasta qué punto esta concep- a la naturaleza. Se entendfa que si el arte imita·
Decoupez ensuite avec soin chacun des mots Ese estado de suspenso entre arte y práctica ción de una literatura prescindible ya pertene· ba a la naturaleza, el hombre podrfa disponer
qui forment cet article et mettez les dans un no le es ajeno a la revuelta dadafsta, solo que cfa a las propiedades elementales de la cultura de ella, más aún, podrfa perfec_cionar la natura·
sac. ahora se interpreta con mayor claridad; el mov;. burguesa, propiedades que no pueden ser enaje- leza all f donde resultaba imperfecta. Al princi·
Agitez doucement. miento pendular entre la autoafirmación estéti- nadas. Si para tal destrucción es necesaria una pio en la antigüedad aquella relación estaba es-
Sortez ensuite chaque coupure l'une apres l'autre ca y la acción polltica se entiende como presa- revolución, este sacudimiento actúa como un tablecida por el ordenamiento cósmico y final·
Copiez consciencleusement sismógrafo, que nos permite conocer la factibi· mente, en la época de la Ilustración, por la fe en
gio de la concepción de una nueva realidad, so-
dans l'ordre ou elles ont quitté le sac. bre la cual se fundamentarfa la sociedad del fu. lidad de una comprensión burguesa de la litera· la perfectibilidad del mundo. Cuanto más empa·
Le poeme vous ressemblera." ( 1) tu ro. tura. En este caso, factibilidad significa una de- lidecfa aquella garantfa de la estabilidad, tanto
En la proclamación de esta revolución cultu- terminada forma del concepto histórico de la li- más claro se dibujaba un cambio en la relación
Tales indicaciones tienden a borrar los /Imi-
ral aparece una tendencia muy clara a realizar el teratura, que se entendfa como su propia natu· naturaleza-arte, tomando el sujeto el lugar de lo
tes entre literatura y realidad: André Breton
forzado experimento de transformar la literatu- raleza. De tal modo que esa revolución nos brin· natural o, en el idioma del idealismo: el genio.
luego de más de una década, proclamó las posi:
ra en realidad. Pero si la literatura llega a ser re- da una clave para el pasado. Pero no nos ofrece Al principio se concibió al genio como un favo-
bilidades del poeta del futuro, para alejar la de-
ali~ad, ent~nces la realidad resultará solo juego ninguna clave para saber lo que la literatura rito de la naturaleza: él estaba capacitado -co·
primente representación de una separación insu-
Y SI la realidad llega a ser literatura, la literatura puede revelar. Por más que los defensores de la mo la naturaleza- para crear, a pesar de que to-
perable entre sueño y acción.(2) Una vez trans-
resultará anárquica. El juego anárquico será en· revolución se entienden como "revolucionarios do lo creado por él se diferenciaba precisamente
formado el sueño en acción y los recortes de por no subordinarse a ninguna función utilita·
tonces el precio a pagar por una literatura que de hoy" o como los "nuevos mutantes" (7) no
diario en poema, serfa escandaloso presentar co-
se transforma en lo que no es y por una realidad dejan de ser en su totalidad hijos o nietos tar· ría; lo creado por el genio no constituye un pro·
mo sobreentendida la marcada diferencia entre dueto artesanal. De ahf que la obra del genio no
que se transformará en lo que nunca puede ser: d fos del idealismo estético.
literatura y realidad. La afiebrada agresividad de se considerara un producto determinado sino
literatura. Se produce una simbiosis de autone- Al transformarse la literatura en realidad,
la revolución dadafsta y las deliberadas provoca- "el proceso de una realización creadora que de-
gación alternativa por este juego anárquico en- por la simple negación de lo que existe y por lo
ciones de los surrealistas constituyen el fndice tablado entre literatura y realidad. Negar el ca· termina su ser".(9) El arte dejará de ser una ha-
que se descarga en este juego anárquico, se pien·
de la profunda división entre el sueño del arte y rácter de la literatura para lograr el salto a la bilidad artesanal para constituirse en un ejerci-
sa que ya se ha logrado lo otro. Esto rige tam·
la prosa de la realidad. Su arraigo en la concien- desnuda realidad se tornará, sin embargo, en cio en libertad; fue Schiller quien radicalizaba
bién para la fantasfa en el poder. Por su sola
cia burguesa era de tal grado que se hizo necesa· en sus Cartas sobre la Educación Estética, los
otra pieza de la literatura que se refleja en los anunciación se entiende ya como viraje de todas
ria una terapia de choque para poder extraerlo manifiestos de los dadafstas y en la poesfa de conceptos ganados a la Critica del juicio de
las cosas hacia algo mejor. "Nadie se creyó obli·
del inconsciente de la época burguesa. Kant. La teoría del genio de Kant esclareció
los surrealistas, de la misma· manera que en las gado a preguntar ni nadie se hubiera atrevido a
Existe una linea trazada desde la sublevación consignas de la fantasfa que ha llegado al poder. preguntar qué es lo que la fantasfa ofrece y qué hasta donde la belleza artfstica puede activar la
del _dadá pasando por los surrealistas hasta los Encuentra una continuación en la forma dra· es lo que alguna vez hubiera ofrecido."(8) Em· capacidad humana llevándola a un juego de con·
man~fiestos del mayo parisino del 68, cuyo te· mática del Happening, pasando por el Living junto necesario al conocimiento. Schiller atri-
pero, en esta mera negación la revolución que-
nor mflamó las aspiraciones revolucionarias cul- Theatre hasta el teatro callejero, donde se anula da suspendida en aquello que precisamente buye a ese instinto de fuego la misma función
turales del movimiento estudiantil. Se lefa en la estructura del drama y el carácter de repre- quiere destruir y cuanto más radical esta des· pero entendiéndolo como educación para la li·
un diario mural de la Sorbona:
sentación. La literatura se presenta como un trucción tanto más irremediable su autoelimina- bertad. En el instinto de juego distingue un
"La sociedad autoalienada debe desaparecer de acontecimiento en el tiempo, como organiza- ción. Pero con ello la herencia del siglo XIX equilibrio entre el impulso formal y el impulso
la historia. Nosotros inventamos un mundo nue- venció otra vez a sus sepultureros que no pudie- material del que nace el reino de bella aparien-
ción cuyo contenido se ve constituido a veces
voY original. La imaginación llegó al poder."(3) ron liberarse de la contradicción que esta misma cia, proyectado más allá de la realidad. Aquf re-
por el artista, a veces por la recepción del pú·
De ahf se deduce lo siguiente: "No serán los herencia comportaba e impedfa la contradic· conocemos el defecto congénito del ideal de
blico, a veces -como suele suceder en el Living
seminarios de estudiantes en germanfstica los ción de que la revuelta pudiera llegar a ser algu- formación humanlstica. Si el arte es un ejercicio
Theatre- aúnando ambos factores: actuación y
que interpretarán poemas de Brecht y de Maia· revolución (6). na vez la perspectiva para una literatura del fu- hacia la libertad humana, consecuentemente, la
kowski sino las asambleas de concejales de obre- turo. Es necesario dilucidar esta contradicción educación del hombre por medio del arte llega·
ros revolucionarios. Oue saquen los anhelos pin- lNo es este impulso coactivo de una literatu·
ra que pretende llegar a ser realidad algo más en la cultura estética del siglo XIX y no solo rá a ser una educación al arte.(10)
tados de los museos a la calle. Oue quiten los porque hizo fracasar un alzamiento contra sf Asf el arte no solo se emancipó de su subor·
sueños escritos de los anaqueles desbordantes q~e :' mero sacrificio erostrático de una impa·
c1enc1a por accionar? Sin lugar a dudas se impo· misma, sino porque este desmoronamiento libe- dinación a la naturaleza, predominante desde la
de las bibliotecas y que aprieten piedras en sus ró nuevas posibilidades para la literatura. antigüedad, sino que ahora se ubica en oposi-
manos. "(4) ne aquf un punto de vista según el cual la litera·
tura está dirigida a la destrucción de un deter·
~os efectos que deberán producir las piedras
arroJadas entonces, serfan los siguientes: minado aspecto de sf misma. Si para borrar las
diferencias la literatura debe ser realidad, en-
60 61
ción a la realidad, donde precisamente no se ha- cendencia sino, mucho más, un rechazo de la re- pasión poética, el deseo de belleza, el amor ~1 las ciencias naturales, competfan entre sí, masi-
lla esa libertad, que es la condición necesaria de alidad. Las evidencias se multiplican a partir de arte por sf mismo, tiene mucho de este conoci- vamente, en cuanto a una interpretación ade-
la educación por el arte. En lugar de una com- la mitad del siglo. Matthew Arnold -su impor- miento. Porque el arte se ace~ca proponiendo cuada de la realidad. Frente a todas esas inter-
plementación alternativa de arte y naturaleza, tancia como crftico de arte era, por lo menos, francamente no dar nada sino la lflejor calidad pretaciones de la realidad, el arte era trascen-
aparece la oposición rigurosa entre apariencia y de igual significación que la de Schiller- escri- a sus momentos y simplemente por esos mo- dental, porque su determinación avistaba abrir
realidad, ambas separadas hasta la incompatibi- bió en su ensayo programático The Function of mentos en sf mismos."(16) un más allá en esta realidad. Esta expectativa se
lidad. Donde reina el arte, se pasa por alto la re- Criticism at the Present Time: "La crftica debe El arte entonces no es solo rl!spuesta al an- elevó a religión, tal como se expresa claramente
alidad, tanto que en el siglo XIX se forma el mantener su independencia del espíritu práctico guStiante reconocimi?nto _de la :empo~alida_d de en el lenguaje empleado para la comprensión
concepto de arte a partir de la oposición entre y de sus metas."(13) Para un critico, esto signi- la existencia. Como extas1s de mstanc1as biena- del arte en aquella época. Como en la religión,
la bella apariencia del arte y la prosa de la reali- ficaba que debía abstenerse de la "práctica in- venturadas, hará olvidar lo cotidiano Y lo pere- se atribu fa al arte un "acontecimiento de revela-
dad. La potencialidad de esta manera de ver se mediata en la esfera polftic.a, social y humanita- cedero. Si a principio de siglo solo era augurio ción" capaz de sobreponerse a las distintas imá- .
observa en la incontenible difusión que alcanzó, ria, si quiere empezar más libremente un trata- de libertad, ahora es estimulante del éxtasis. No genes del mundo que se encontraban en pugna;
dentro de un terreno nada propicio como fue el miento especulativo de las cosas".( 14) En lugar ha de extrañar que el arte autónomo del Fin de no obstante la religión del arte nunca pudo res-
de Inglaterra en esta época: Thomas Car/yle, de conciliar el arte con la vida misma, la misión Siecle se transformara en una torre de marfil catar las "pretensiones de revelación", ya que
notable crftico de la cultura en el siglo XIX, ex- de la critica será precisamente desprender el ar- dentro de la aborrecible realidad. Pero, lno sig- solo existía por el continuo rechazo de opresio-
puso en sus cursos, en una especie de tomas ins- te de la vida práctica, conduciéndolo a su verda- nifica esto que no se encuentre tan libre de una nes reales, dando a conocer necesidades muy re-
tantáneas, tal estado de cosas en On Heroes, dera destinación: la liberación de la realidad so- determinación final, como para que su supre- ales que solo esa religión esperaba satisfacer. Tal
Héro-Worship, and the Heroic in History: "La cio-polftica. Pero el poder que faculta al arte sión fundara su autonomía? Como huida del a- trascendencia del mundo interior, posterior a la
literatura, en tanto es literatura, es "un apoca- para cumplir con este objetivo y la especie a premio de la realidad, como éxodo al universo Aufklarung (Ilustración) solo podrfa concretar-
lipsis de la Naturaleza", la revelación del "se- que este nuevo reino pertenecería, permanecen de la fantasía, el arte autónomo se acerca al ser- se en el arte, ya que había alcanzado necesaria-
creto abierto"."(11) Si se concibe la literatura en una incógnita, tal como lo explica Arnold por vicio de necesidades muy reales que, en su con- mente carácter de religión. Pero precisamente
como apocalipsis de la naturaleza, llega a tener medio de una metáfora bíblica, en un intento junto, divisan una finalidad determinada, cuya este hecho Jo remitió más que nunca a las reali-
validez la revisión radical del antiguo comple- de captar la situación de la crítica: " ... existe la satisfacción lleva al arte autónomo irremedia- dades de la vida, aquella que había tratado de
mento de arte y naturaleza; lo que aparente- tierra prometida, a la cual la crítica solo puede blemente a una autocontradicción. soslayar.
mente puede lograr la literatura es un secreto hacer reverencias, esa tierra prometida no es
tal, que su realización llevará al derrumbe de la nuestra ni podremos entrar a ella, y moriremos
naturaleza. Pero si el apocalipsis de la naturale- en el desierto: pero haber deseado entrar, ha- LA RELIGION DEL ARTE
EL MUSEO COMO NORMA DEL
za llega por medio de la literatura, la realidad berla saludado de lejos, quizás ya sea, la mejor ARTE AUTONOMO
no será más que un juego de cambiantes apa- distinción entre los contemporáneos".( 15) El Hay que reflexionar sin embargo sobre el
riencias.(12) Carlyle consumó mediante esta re- anhelado reino del arte es pues solo esperanza hecho de que el arte autónomo interpreta en
Esta contradicción se acentúa por la necesi-
distribución de predicados ontológicos el cam- pra la conciencia estética y -en una especie de primer término una concepción del arte y, de
dad primordial de conciliar lo que es el arte au-
bio iniciado por Schiller. Si el arte en tanto que glorificación religiosa- evoca el deseo de reden- ninguna manera, puede ser identificado con to-
tónomo en una representación; no basta para
bella apariencia, encarna a la existencia misma, ción. En el transcurso del siglo, el arte autóno- da la producción artfstica del siglo XIX, a pesar
ello el mero impulso de abstraerse de la realidad
ese arte depende sin embargo de una realidad mo se evidencia cada vez, con mayor claridad, de que el casi interminable romanticismo de la
existente. Esa realidad pretendía ser el propio
ficticia que deberá superar de continuo, para como un refugio contra el lastre de la expe- época, principalmente en la literatura, iba trans-
imperio de la libertad dentro del cual se vislum-
hacer posible -en un trascender- la elevación riencia: deberá hacernos olvidar la inmovilidad formando continuamente el principio de la au-
braba la posibilidad de un ennoblecimiento del
del hombre hacia su libertad. Ahí se descubre, con que nos liga. Esta función de /'art pour /'art tonomla a práctica poética. Repetidas veces la
hombre. Pero si, por medio del arte, se llegaba a
en su totalidad, el defecto congénito de la for- se perfila mejor hacia fines de siglo. "Bien" es- literatura se escribió en contra de tal compren-
conducir al hombre a su verdadera humanidad,
mación cultural, originada en el arte y la litera- cribió Walter Pater, uno de los grandes literatos sión artística; sin embargo, al final, su eficien-
entonces el arte -vehículo de su formación cul-
tura, porque el arte deduce su definición de una del Fin de Siecle, "todos estamos bajo sentencia cia se afirmaba precisamente quebrantando las
tural- no podfa resultar una representación va-
realidad cuya derogación constituye la represen- de muerte pero con una especie de indulto inde- expectativas consolidadas. Si la conciencia esté-
ela. Ahora bien, el arte autónomo se define por
tación de su objetivo. Por consiguiente, su de- finido ... tenemos un intervalo y entonces nues- tica dominante proclamaba la separación del
medio de la colección de los grandes logros cul-
terminación no se encuentra fuera del arte; está tro plazo ya no nos conoce. Algunos pasan este arte de la vida social y real, la literatura realista
turales del pasado, surgiendo as( una institu-
en aquello que fundamenta primordialmente la intervalo distraídos, otros con gran pasión, el y también naturalista volvió a subrayar su rela-
ción que es característica del siglo XIX: el mu-
negación de la bella apariencia. Aqu f se hace más inteligente, al menos entre "los hijos de es- ción con esa realidad. Pero esa actitud no iba
seo. Al principio, estas colecciones manifesta-
notorio el dilema de. un arte que ha llegado a ser te mundo" en arte y canción. Ya que nuestra en detrimento de la validez del concepto de au-
ban un gusto individual. Luego se procuró uni-
autónomo. Su significado se observa en la carac- única suerte serfa extender ese intervalo, conse- tonomía, ya que la conciencia estética se medfa
ficar esa multiplicidad de gustos en una unidad
terización primordial de bella apariencia, de ma- guir tantas pulsaciones como sea posible en el en relación con los períodos clásicos, de manera
corresondiente al ideal del gusto, capaz de con-
gia, de transfiguración e ilusión. Son todos indi- tiempo dado. Las grandes pasiones pueden dar- que elevó estos resultados a una religión del arte
figurar cierto acuerdo normativo. Para tal fin,
cios que muestran la escasa posibilidad del arte nos este sentido acelerado de la vida, el éxtasis en el siglo X 1X. En consecuencia, el terreno es- ·
las obras fueron sacadas de su arca sagrada o
autónomo de liberarse de una realidad que de- y el dolor del amor ... Solo es necesario asegu- taba preparado ya que en aquella época, los sis-
temas sociales y de sentido más variados tanto profana a fin de ser llevadas al museo. La obra
berla revocar. Estos indicios refuerzan la sospe- rarse que sea pasión - que concede este fruto que mereció tal abstracción fue considerada
cha de que el arte autónomo no es tanto tras- de una conciencia acelerada y multiplicada. La como las imágenes del mundo, religiosas y de

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desde entonces una obra de arte. Debe causar zaciones literarias y culturales de su historia. su contexto, funciona solo como norma de re- gendró a un Goethe no puede, de ninguna ma-
impresión por sf misma y además ser señal de Oueda aclarado asf lo que en el siglo XIX se en- conocimiento de la gente culta. A pesar de su nera, volcarse hacia lo malvado."(20)
un gusto normativo, sin hacer valer su eficiencia tiende por formación humanista: extraer de un utilización orientada hacia un fin, el uso de es- Si bien el transcurso de la historia -sobre to-
ni por sus fines ni por sus funciones. No ha de presente opresivo la recordación contemplativa tos fósiles de formación cultural aún conserva do en Alemania- demostró lo ilusorio de una
sorprender, entonces, el disgusto qu·e pudo ha- del pasado, de la simultaneidad guardada en el algún reflejo de su procedencia. Porque el arte humanización lograda por medio de la forma-
ber causado Duchamp cuando expuso en el mu- museo y las casas del tesoro, olvidando la coac- autónomo busca sustraer al hombre de sus vín- ción cultural, no conviene relacionar la desapa-
seo un secador de botellas. Porque dentro del ción de la vida y abriendo asf, al mismo tiempo, culos con la realidad, para hacerJe conocer un rición de la valoración del caudal cultural de
museo se cumple el triunfo del arte autónomo, el camino al continuo ennoblecimiento del mundo distinto, aunque solo sea para el acre- nuestro siglo exclusivamente con la experiencia
en tanto las obras artfsticas de todas las épocas hombre hacia su humanización. La gran impor- centamiento de su valoración social, haciendo histórica. A partir de la finalización de la segun-
-libres de su entrelazamiento histórico relevan tancia que debe haber tenido la casa del tesoro posible precisamente que se cuente más allá de da guerra mundial.se aceleró el proceso de de-
su simultaneidad y aseguran la universalidad de en su época, se observa en ciertas formas de vul- clases y oficios entre los participantes de la cre- mocratización en la vida social y con ella se ori-
la norma artfstica. Y as{ surge precisamente un garización, en las colecciones de citas famosas ciente comunidad de gente culta. ginó una movilidad social, dirigida hacia un
problema que deberfa haber sido eliminado por de la literatura universal. En el año 1855 apare- cambio en los símbolos del status. La valora-
el museo. El museo es un "escalón tardfo de la ció en Inglaterra "Barlett's FamiliarOuotations" LA PROBLEMATIZACION DE LA ción social ya no se asocia al monopolio de la
representación lograda de aquello que el presen- que alcanzó una gran cantidad de ejemplares, la FORMACION CULTURAL A TRAVES formación cultural y, en vista de una mayor va-
te guarda para dejar de serlo, de manera que en misma que alcanzó en Alemania el Diccionario DE LA HISTORIA riabilidad en el logro de cambios sociales, cuen-
esta distancia radique siempre la determinación de Citas de Georg Büchmann, bajo el sugestivo tan los éxitos en el mundo de las ocupaciones y
del goce compartido."( 17) En este goce se pone subtítulo: "Tesoro de citas". La editorial "Re- El arte autónomo no contribuyó al ennoble- profesiones, aquellos que originan nuevos sím-
de manifiesto nuevamente lo que la simultanei- clam" inventó el paperback, reuniendo edicio- cimiento del hombre como queda demostrado bolos de status. En lugar de las citas de la litera-
dad de todo el arte reunido en el museo trataba nes económicas, fácilmente aceesibles de obras por la cifra aterradora de gente asesinada violen- tura universal, la certificación social se consigue
de superar: la relatividad histórica del gusto, clásicas en una biblioteca universal bajo el lema tamente en nuestro siglo. Al contrario: la ideo- más bien con marcas de automóviles, confort
testimoniadas por cada obra de arte, pero tam- "la cultura libera". logía humanista ha creado formas complejas de hogareño, casas de vacaciones, etc., que consti-
bién la función histórica que debía cumplir en Los éxitos comerciales de las citadas empre- enceguecimiento. Marcuse las caracterizó del si- tuyen el grado de respetabilidad dada por la
su mundo, ya sea sagrado o profano. De este sas dan cuenta de una notoria necesidad. Asf se guiente modo: "La cultura no supone necesaria- pertenencia a un grupo. En las comunidades,
modo, dentro del museo, las obras artística·s preparaba el ideal de la formación humanista mente un mundo mejor, sino un mundo más donde la movilidad social siempre ha tenido vi-
subrayan su variedad histórica allf donde el disi- para todos; era necesario facilitar el acceso a la noble: un mundo logrado no por medio de la gencia -se piensa en la americana- apenas se
mulo de esa variedad deberfa estabilizar la pre- casa del tesoro, porque solo en el conocimiento asocia la valoración con la formación literaria.
perturbación del orden de vida material sino,
tensión del arte a ser autónomo. del pasado literario se daba prueba de una for- Usar citas en la conversación implica muchas ve-
por medio de un acontecimiento en el alma in-
mación cultural. Al usarse en una conversación ces, hoy en d fa, no ser comprendido o parecer
dividual. Lo humano se manifiesta por una dis-
tales citas, uno se presentaba como un hombre estrafalario; y alguien que usa una cita para re-
posición interior: libertad, bondad, belleza, se-
LA FORMACION MUSEISTICA culto, perteneciente a un grupo social de inicia- frendar su opinión, se hace sospechosamente
rán las cualidades del alma: comprensión para
dos que, más allá de la profesión o de la clase, más quijotesco y no por eso evidencia con ma-
todo lo humano, conocimiento de lo grande de
En la literatura, esta contradicción se mani- se identificaba por medio de esta especie de yor autoridad sus conceptos. La formación cul-
todas las épocas, apreciación de lo grave y de lo
flesta aún con más evidencia. La reflexión que símbolo de status. Aparece asf, en la formación sublime, respeto por la historia en la que todo tural, tal como se habfa entendido en el pasado,
la literatura realiza, acompaña ese giro hacia el humanista, otro tipo de importancia muy dife- se redujo a bufonada y solo despierta admira-
eso fue creado." La cultura debe penetrar enno-
museo, de tal manera que, en Jugar de los textos rente a aquella que habfa sido originalmente el ción quizás en algún concurso televisivo. En es-
bleciendo lo existente y no substituirlo con algo
canonizados, aparece ahora ei museo imaginario objetivo determinante en el arte autónomo. te sentido también la cultura basada en los li-
nuevo. Es asf que se eleva al individuo. La belle-
de las obras cumbres de la literatura. Desde el Porque la cita literaria como símbolo de status bros -origen de estas citas- llegó a sufrir pre-
za de la cultura es más que nada belleza interior.
Temple du goOt de Sainte-Beuve hasta House social, más allá de clases u oficios, era un cono- siones competitivas. El desborde de la apelación
Su reino es esencialmente el reino del alma.(19)
Beautiful de Walter Pater, la crítica literaria de cimiento que otorgaba, dentro de una comuni- óptica y acústica disminuyó notablemente· la
Aquí encuentra Marcuse la explicación del mo-
la época se empeña en filtrar las grandes realiza- dad, la posibilidad de obtener una valoración importancia de leer en nuestro siglo: el libro y
tivo por el cual fue tan fácil la manipulación de
ciones culturales de la corriente histórica para social que no derivaba de la pertenencia a deter- lo escrito, como meta cultural, experimentaron
la cultura burguesa y su sometif1liento rápido y
llevarlas hasta la casa del tesoro. Es este agota- minada clase ni ambiente profesional. Si origi- una revolución visual y auditiva. "Me pregunto"
total a la autoridad en Alemania. El carácter de
miento de la variabilidad histórica por medio nalmente la formación prestada por el arte au- dice Marshall McLuhan mediante una pregunta
enceguecimiento de la formación humanística
del recuerdo, que ayuda a establecer la repre- tónomo habfa producido un alejamiento de las retórica a si mismo, "si la rebelión de los alum-
queda documentada también por una declara:
sentación de la casa del tesoro en la literatura realidades sociales y poi fticas, la cita -en tanto nos en la clase, hoy en dfa, contra el libro, tiene
ción de Freud. El, como uno de los grandes de-
del siglo XIX. "Como lugar de transformación que se transformaba en un valor de cambio de algo que ver con la nueva era electrónica en la
senmascaradores, parece haber incurrido en los
estética, esta casa del tesoro brindó al hombre un bien cultural- hacía posible la valoración so- que vivimos." No dejó dudas cuando respondió
mismos errores que gran número de personas
la posibilidad de contempla~se en el espejo his- cial. a esta pregunta ya que considera que el hundí-
cultas de nuestro siglo. A raíz de una visita a
tórico de sus logros palpables."(18) De la mis- Sin emba'Í-go ·se evidencia el rasgo museístico miento de la cultura escrita se debe a que el
Berlfn en 1930, se le inquirió a Freud sobre la
ma manera en que se disfruta la distancia res- de tal formación ya que de la misma manera hombre ha debido valerse de nuevos medios pa-
eventual posibilidad de éxito para el nacionalso-
pecto a un pasado conservado, en el museo, el que la obra artfstica aparece en el museo sepa- ra su propio desarrollo.
cialismo. Su respuesta fue: "Una nación que en-
espíritu. humano· se deleita con las grandes reali- rada de su asiento funcional, la cita, aislada de
64- 65
LA REPRESENTACION CADUCA DE LA como la necesidad, arraigada antropológicamen- to social por medio del cual nos mantenemos su vez, ya que constituye una segunda forma de
UTILIDAD DE LA LITERATURA te, de defenderse contra un mundo en expan- dentro del mundo. Por medio de la interpreta- articulación. Al no poderse orientar por ICneas
sión. ción realizamos algo que cumple C9f1 las exigen- normativas -que se suponfan eternas- también
La visión re~rospectiva ha demostrado que la cias de una situación, sin que esta realización ella se convirtió en un acto prospectivo. Apa·
literatura se define cada vez más por medio de LA LITERATURA COMO PARADIGMA pueda reivindicar pretensiones normativas para rentemente toda fantasfa se dirige hacia espa-
su aplicación; esto se comprueba con irrefutable DE INTERPRETACIONES otras situaciones similares o situaciones distin- cios de proyección dentro de los cuales nuestra
claridad tanto en la revuelta dadafsta como en tas. Asf se demuestra, en la interpretación, tan- vida aún no articulada, intenta reconocerse a sf
la revuelta de la izquierda, ya que, por medio de Si la idea de literatura cayó en desuso, fue to el afán de buscar un sentido predominante, misma. "(23) Estos "movimientos de prueba"
ambas, la literatura deberá transfonnarse en rea- debido al fracaso de intentar ennoblecer al como también la imposibilidad de transferir de la literatura se relacionan con estados de co-
lidad. Sin embargo es una peculiaridad de la li· hombre por su intermedio y este horizonte blo- este sentido a otros. sas que, en relación a nuestra organización del
teratura -siempre que no presente una finali· queado del pasado interesa por lo que puede o- Por eso la interpretación constituye una ac- mundo vital, se encuentran fuera de nuestra -
dad didáctica especffica- no aparecer progra· currir si habilitamos nuestras experiencias de la titud ante situaciones que estabilizan nuestras conciencia. Nuestro mundo vital es siempre un
mada para una utilidad determinada. Por lo tan- literatura. De esta manera, la comprensión pasa- condiciones de vida en sentido pragmático. La mundo interpretado y nos movemos dentro de
to, se advierte que los intentos de aplicar la lite- da sigue motivando nuevas interrogantes. Dos interpretación puede ser tanto detenninación formas de ordenación e imágenes del mundo
ratura a una determinada utilidad, solo se verifi- posibilidades de respuesta quedan vedadas: la li- como apertura, una apertura que posibilita en- que consideramos como la realidad misma. Pero
can según necesidades motivadas históricamen- teratura no puede ser un apartamiento de la rea- trever también las orientaciones subyacentes a todas las formas de ordenación de nuestro mun-
te. -Esto tiene validez tanto con respecto a la hu- lidad, tampoco la realidad misma. En cambio, la nuestra interpretación. Es una forma de nuestro do son soluciones determinadas a determinados
manlzación que se realiza por medio de la lite- literatura puede aceptar la realidad y es, como comportamiento en el mundo que no puede ser problemas y -aun resultando eficientes- pre-
ratura como para la toma de poder que ella exi- reacción a ella, su interpretación. clausurado por la literatura, de la misma manera sentan residuos de esos problemas. La literatura
ge. La literatura parece provocar de continuo la En la actualidad hemos llegado a un punto que nuestra reacción ante el mundo es consecu- se refiere a esta herencia que puede comprender
necesidad de interpretar situaciones de fndole tal que ya no podemos comportarnos selectiva- tiva a las alternativas determinadas por las reali- vados, deficiencias, pérdidas, destrucciones, pe-
social, interpretación que luego se transforma mente frente a ciertos logros de la literatura y dades vitales. De manera que nuestro hábito ro también posibilidades desperdiciadas.
en una especie de varita adivinatoria que rastrea elevarlos a modelo de nuestra orientación, co- socio-antropológico -la obligación de interpre- Así es que la literatura aparece en primer
los estfmulos correspondientes. En consecuen- mo ocurrió en el perfodo de la formación cultu- tar- encuentra su objetivación en la literatura término como rechazo de las instituciones que
cia, será ingenuo todo discurso que se refiera a ral burguesa. Esta actitud diferencia la situación desde el momento en que cada uno de nosotros establecen nuestro mundo. En este sentido la li·
la utilidad de la literatura, cuando esa utilidad actual de las aspiraciones de la época clásica, en- constituye un homo interpretans. La literatura teratura depende de las constelaciones dadas pe-
no se refleje como condición de su uso. Pero, tendidas, principalmente, como logros insupera- es parte de nuestros bienes. Puede que sea solo ro no para concluirlas sino para captar aquello
lpuede considerarse un uso realmente útil una bles, cuya contemplación fue considerada como un juego pero resulta apto para efectuar todo ti· que siempre debemos pagar como precio de
utilización de la literatura que pone al descu- apoyo vital. Tal convicción se refiere a un deter- po de maniobras, simulacros de situaciones se- nuestras necesidades pragmáticas de seguridad.
bierto concomitantemente una supuesta rela- minado contenido de la literatura que se enri- rias a las-que podrfamos vernos enfrentados. Por un lado necesitamos instituciones, organiza-
ción de utilidad? Si la eventual utilización de la queció -en detrimento de otros contenidos- ciones e imágenes del mundo, por medio de los
literatura pone al descubierto la interpretación con predicados de valor nonnativo. De tal ma- LA LITERATURA COMO BALANCE DE cuales reducimos la contingencia de lo real posi-
implícita -siempre condicionada a una necesi- nera quedó disimulado en qué medida la litera- LOS DEFICIT CORRESPONDIENTES A bilitándonos la adaptación al mundo. Por otro
dad histórica- detrás del desaffo se observa una tura se abrfa, como reacción, a la realidad exis- LA ORGANIZACION DE LA REALIDAD lado, no nos resignamos a pagar el precio corres-
nueva dimensión que queda oculta hasta tanto tente. pondiente. Pero, len qué consiste el deseo de
el beneficio forme el horizonte final del enten- Hoy ya no es la insuperabilidad de la litera- lGómo han de entenderse las interpreta· poseer ambos: disponer de la seguridad en el
dimiento. Exigir un utilitarismo a la literatura tura clásica lo que determina su orientación. La ciones logradas por la propia literatura que cor- mundo vital por medio de esa organización y
parecerla respnder a un movimiento de defen- f!lultiplicidad de necesidades interpretativas porizan -como paradigma de la obligación a in- también el retorno de aquello que tuvo que ser
sa contra la creciente complicación de la socie- dentro de nuestras situaciones vitales llevó a la terpretar- una figura fundamental de nuestro sacrificado? Para esta interrogante, existen dos
dad que, en esta era industrializadora, se com- literatura a un paradigma muy distinto al de las comportamiento? Si la literatura es una forma respuestas diffciles de armonizar, por cierto.
porta cada vez más abiertamente. La literatura épocas clásicas. La literatura dejó de ser el mu- de interpretación, significa que sea admitida en
confronta al hombre consigo mismo, precisa- seo imaginario (22) que, para el pensamiento el mundo vital y, por lo tanto, que no se abstrae lLITERATURA COMO UTOPIA?
mente a ese hombre que se cree sustentado por cultural burgués servra como fundamento de la de él -como habla sido el ideal d.el arte autóno-
su condicionamiento social. Se cuestiona to- conciencia estética que sobrepasaba la realidad. mo- ni se pone en lugar de las realidades domi- Una dice: La literatura es utopfa y por lo
davfa si, de esta autoconfrontación, puede sur- En su lugar, _la literatura permite comprender la nantes de la vida, tal como exigfa la revolución tanto corporiza lo que todav fa no es pero debe-
gir alguna utilidad Inmediata. Tal autoconfron- variación de las posibilidades humanas a fin de del 68. Admitir el mundo tampoco significa da ser. Adorno formuló este pensamiento de la
tación, hace estallar los hábitos, mientras que la descubrir el mundo en que vivimos. El descubri- copiarlo como insinuaba el antiguo pensamien- siguiente manera: " ... lo que no es, llega a ser,
utilidad presupone una condición de estabilidad miento del gesto interpretativo, en todas nues· to de la mimesis. "Escribir" decra Dieter sin embargo, porque aparece prometido" (al.
para su desarrollo. De ahf que todo discurso so- tras realizaciones vitales, más todavra, la con- Wellershoff "adquirió cada vez más un carácter "versprochen")(24). Lo que hace problemática
bre la utilidad de la literatura pertenezca al pa- ciencia de que interpretamos en tanto vivimos, de movimiento de prueba que sigue nuevas eta- a la literatura como utopfa es el carácter de la
sado. En una visión retrospectiva, se descubre motiva el actual interés por la literatura. La lite· pas en una fascinación que procura siempre ha- utopfa misma. Asf comprendida, la literatura
tanto la necesidad social de la cultura burguesa ratura prefigura las operaciones de nuestro hábi· cerse comprensible. La crltica ña de seguirlo a deberla representar el déficit correspondiente a

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cada presente. Pero si la literatura corporiza la tenderse en el más vasto sentido ya que también bilidad para hacerla representable como Jo in· de quitar diferencias irrelevables del mundo vi-
contraimagen de la situación dominante a fin de un poema lfrico resuelve la última indisponibili- consciente de nuestras realidades. Si entonces se tal y de relevar simultáneamente lo alternativo
anular la miseria que esta situación comporta, dad del sujeto por medio de la historia imagi- comprende la literatura como persistencia del tiene sus ra fces en la posición excéntrica del
solo serfa la extrapolación de una mala realidad nante del vo 1frico, cuyo relato es "contado" en mito, significa que se manifiesta en ella el mis- hombre: "existe pero no se tiene"(26). Querer
reflejada en el espejo invertido de la utopfa. Sig· el poema). mo impulso que actuaba en los mitos antiguos. ser como uno es significa deber saber qué es Jo
nifica, además, dotar a la literatura de ciertos fi· Si suponemos que las organizaciones de la Por eso no puede considerarse como continua- que uno es..
nes y unirla, por una causalidad genética, a la si- realidad de nuestro mundo vital tienen su im. ción tradicionalista de relatos· solemnes en un Asf nosotros mismos nos distinguimos por
tuación de una sociedad dada, sujetándola asf a pulso original en el trabajo de desgaste de lo no mundo diferente, sino como la continua ilustra- medio de una dualidad que presiona de conti·
las necesidades presentes que -como se supo- disponible -para dejar detrás de sf otras indis- ción de las indisponibilidades de una apertura nuo hacia la relevancia (Aufhebung) sin que sea
ne- perderán interés en el transcurso de la his· ponibilidades- entonces no se deberfa llegar a que nos fue quitada y también un aprovecha· relevable jamás.
toria. descartarlas totalmente. Esta conciencia no se miento del origen de esa fisura. De esta imposibilidad de relevancia surge la
Además, concebir la literatura como uto· encuentra inscrita dentro de las organizaéiones En tanto Jo inaccesible quedó rezagado co- necesidad de la representación, un mundo de
pfa, significada ordenar la relación literatura y de la realidad, sino dentro de la literatura. Si las mo resto diferente de nuestra realidad organiza· imágenes debe franquear lo infranqueable. Por
sociedad de acuerdo con conceptos Jogocéntri· organizaciones de nuestro mundo tuvieran ya da, esta diferencia posee un carácter original io tanto la literatura sigue siendo apariencia;
cos. Como utopfa serfa oposición, contradic- incorporada la conciencia de esa pérdida de Jo distinto. Se deduce que la literatura, al igual presente si no consciente, sigue siendo irrenun·
ción y contraste, las reacciones diferenciales se abarcable, deberfan reestructurarse continua- que el mito, no puede ser llevada a un fin, más ciable. Vivimos de la asistencia de nuestra pro·
reducirían a la unidimensionalidad de la contra- mente para evitar Jo que forzosamente siempre aún, el intento de llevarla a un fin deberfa ser pia fantasía, cuyas imágenes revelan la dualidad
imagen. Al mismo tiempo, esa ordenación im- se ca-produce y asf renunciarfan de continuo a parte de la propia literatura. Si trae simultánea- de nuestra posición excéntrica según las exigen·
plica que la literatura debeda derogarse a s{ su función original de establecer un orden segu- mente lo reprimidó y lo represivo en una ima· cías de formas cambiantes social e históricamen·
misma a partir del instante en que -mediante ro. gen, releva una diferencia insuperable en la vida, te. En la medida en que la literatura se .vuelve
un cambio revolucionario de las condiciones- La literatura puede comprenderse también proporcionando por medio de esa simultanei· capaz de expresar nuestro sobreentendimiento
se hiciera realidad la previsión utópica. Si la como un continuo trabajo de desgaste de aque- dad una ilusión del origen de esa diferencia. histórico y social, también adquirió significa·
comprensión de la literatura como utopfa no es llo que nos es indisponible a pesar de que las in- "Ilusión" no significa aquf que se disimule algo ción como medium apto para la penetración en
suficiente para tomar una "ubicación en la vida" disponibilidades a las que se refiere son las mis- sino debe entenderse como apertura a la percep- la sustancia de la imaginación por la cual inten·
será porque detrás existe la concepción antro- mas que surgen por la superación de· nuestras ción que queda inaccesible a la conciencia. El tamos dejar de lado lo que nos veda la naturale-
pológica según la cual nosotros mismos seda- organizaciones de la realidad. La literatura es un origen es impensable previamente; al alcanzarlo za: ser y saber simultáneamente lo que eso es.
mos capaces de perfeccionarnos. Más allá, nace procedimiento de puesta en escena tal que logra por la imagen se grabarfa, en esa imagen, como Deberfa ser de interés en el futuro que la litera·
la sospecha de que la literatura, en el horizonte hacer aparecer Jo que nos está vedado en las di- apariencia irrelevable pero que indica, sin em- tura constituya una penetración en la función
de tal comprensión, petende volver nuevamente ferentes instancias de la vida práctica. Poner en bargo, cómo nos representamos Jo inalcanzable. y aplicación de lo imaginario, asf como un acce-
a ser realidad. Por un impulso de pensar Jo impensable, se so a las propiedades antropológicas que nos
escena significa hacer real lo representable o lo
que, según las realidades dominantes de la vida, plantea la interrogante aún solo por medio de marcan y, de esa manera, llegar a ser eficiente
EL INTERES ANTROPOLOGICO. se supone en el mejor de Jos casos, como las imágenes de nuestra representación. En este allf donde nuestras otras posibilidades chocan
POR LA LITERATURA sentido, la literatura parecerfa interesar a la an- contra sus 1fmites.
irreal; eso sucede por medio de las historias de
imágenes de la literatura. La imagen es una de tropología cultural. La dualidad de pensar lo
Si la literatura se relaciona con la represión, las formas de la visión que se vale de nuestra impensable, de ilustrar orígenes impenetrables, Traducción de Richard Lowy.·
lo no consciente, lo inasible y quizás hasta con capacidad de percepción y representación, cre-
lo no representable, no tiene porqué constituir· ando asf la ilusión de la perceptibilidad. De este NOTAS
se en utopfa. El impulso de representar lo que modo lo indisponible toma forma, siendo sin
se sustrae a las formas de vida conscientes, debe (1) Tristan Tzara. Lampisteries précedées des sept {14) Nota 13, P. 275.
embargo solo imagen y solo por medio de esa manifestes dada. {15) Nota 13, P. 285.
poseer otra motivación que la aspiración a una imagen se puede poner en escena lo que nunca {2) Maurice Nadeau. La historia del surrealismo. {16) Walter Pater. The Renaissance. Studies in Art and
última perfección. Hablando del arte, Nietzsche poseeremos. Es lo que impide que la literatura (3) Citado por Peter Schneider. Die Phantasie im Poetry.
dijo una vez que la función del arte está conde- se transforme en utopfa; más gue eso: asf se Spá'tkapitalismus und die Kulturrevolution. { 17) 8/umenbeqj. Nota 8, P. 382.
nada a la imposibilidad de hallar una solución comprueba la persistencia del mlto. (4) Nota 3, P. 31. {18) Walter Pater. Appreciations. With an Essay on
(25); desdramatizando este concepto puede de- {5) Nota 3, P. 4. Style.
Igual que el mito, solo domina lo indispo- {6) Kurt 8ati. Revolte lntern. {19) Herbert Marcuse. Cultura y sociedad.
cirse: la literatura hace referencia a todo aque- nible pero ese dominio es -como en el mito- {7) 8art. Nota 6. P. 27. {20) Ernest Jones. The life and work of Sigmund
llo que las organizaciones de la realidad domi· solo apariencia. Quizás finalmente exista la re- {8) Hans 81umenberg. Arbeit am Mythos. Freud.
nantes pusieron fuera de disposición. incluidas lación entre literatura y realidad porque las or- {9) Hans Georg Gadamer. Zur Fragwürdigkeit des {21) McLuhan. Hot and cool.
dentro de las organizaciones como 1fmites de su ganizaciones de la realidad solo pueden dominar iisthetischen 8ewu8tseins. {22) André Malraux. Las voces del silencio.
capacidad, estas indisponibilidades amorfas per- (10) Hans Georg Gadamer. Verdad y métodQ. {23) Dieter Wellershoff. Literatur und Lustprinzip.
pragmáticaroen~e Jo indisponible para Juego de- {11) Thomas Carlyle. Dn Heroes, Hero-Worship, and {24) Theodor W. Adorno. Teorfa estética.
manecen inaccesibles al mundo de comprensión jarlo como presión variable, mientras que la Jite· the Heroic in History. {25) Friedrich Nietzsche. El origen de la tragedia.
consciente y por lo tanto solo pueden ser rete- ratura destaca -por medio de una puesta en es- {12) Nota 11, P. 385 {26) Helmut Plessner. Die anthropologische Dimension
nidas por medio de relatos. (Relatos debe en- cena de la historia de imágenes- esa indisponi· {13) MatthewArnold. Lecturesand Essays in Criticism. der Geschichtlichkeit.

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PREGUNTA
.. ; ACERCA DE LA PREGUNTA
CUYA RESPUESTA ES LA HERMENEUTICA

Odo Marquard

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a Hans Robert Jauss
en sus 60 años.

La hermenéutica es el arte de extraer de un Aparente Obsolescencia; 7) Hermeneuta y Cas-


texto lo que en él no figura; lpara qué se la ne- cacódigos.
cesita entonces, si se tiene el texto? En suma, Antepongo a mi reflexión una divisa: "Leer
les necesaria? lQué es propiamente lo necesa- y dejar leer!", y, por lo demás, comienzo ya de
rio en una interpretación que necesita de la her- la manera más convencional por el primer capf-
menéutica? lCómo debe y cómo puede ser en- tulo:
tendida e interpretada la misma hermenéutica?
Quien, escéptico como yo, proviene de la 1.- Pregunta y Respuesta.
escuela hermenéutica y no la ha abandonado
por completo, sino que permanece inserto en La pregunta formulada al principio acerca
ella como un caballo de Troya endógeno, por de la hermenéutica es al mismo tiempo que un
decirlo asf, se afirma cada vez con mayor fuer- problema de comprensión, una pregunta her-
za en la opinión de que el meollo de la herme- menéutica.
néutica es el escepticismo y que la forma actual Hans Georg Gadamer, recurriendo a Collin-
del escepticismo es la hermenéutica. En cual- gwood, destaca el significado de la estructura-de
quier momento, al igual que yo, habrá de topar· -réplica para la tarea hermenéutica de la inter-
se cori esta cuestión: la de la hermenéutica. De pretación, de esta manera ( 1): se entiende algo
ello deriva luego la búsqueda de alguna respues- mientras se lo entiende como respuesta a una
ta a mi pregunta sobre mf mismo, con la corres- pregunta, o, dicho de otro modo, no se lo
pondiente tentación de no hallarla jamás. A. de- entiende si no se conoce ni se entiende la pre-
cir verdad, este motivo privado; diffcilmente. aunta de la aue es o no es la respuesta. Hans
pueda ser una razón decorosa para llamar la Blumenberg (2) por su parte, ha advertido acerca
atención sobre mi asunto. Debo hace.rlo de cual- de las complicadas posibilidades de este esque-
quier modo, ya que existen otras razones para ma pregunta-respuesta; puede ocurrir, por ejem-
volver una y otra vez sobre este tema tan discu- plo, que para una solución determinada la pre-
tido. A continuación quisiera explicar algunas gunta que la motivó ya esté históricamente
de ellas en siete capftulos que me anticipo a muerta, de modo que para hacerse inteligible
enumerar: 1) Pregunta y Respuesta; 2) Finitud; adopta vice-preguntas que son a su vez respues-
3) Hermenéutica como Réplica a la Provenien- tas; Blumenberg ratifica la validez del esquema
cia; 4) Hermenéutica como Réplica a lo Effme- pregunta-respuesta siem.pre que pueda diferen-
ro; 5) Hermenéutica Literaria como Réplica a ciarlo. En general considero importante y co-
la Guerra Civil por el Texto Absoluto; 6) Su rrecto este modelo de réplica del entendimien-

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to, también a causa de que Hans_ Robert Jauss de la hermenéutica es la pregunta acerca de la La hermenéutica hace, por lo tanto, que la termina, por la muerte. El fin temporal es el
(3), durante el Noveno Coloquio Sobre Poéti· pregunta cuya respuesta es la hermenéutica. finitud tenga validez. De un hecho extrae una fundamento de la finitud, cuya definición seda:
ca y Hermenéutica, hizo valer con renovada pregunta(9). que, al mismo tiempo, oficia como finitud es mortalidad, y finitud humana es la
energ(a el esquema pregunta-respuesta como 2.- Finitud. respuesta a la finitud humana. lPero qué signifi- mortalidad que se sabe: el ser para la muerte.
el esquema básico hermenéutico de la teorCa ca finitud? Rápidamente esbozo aquf tres con- Solo este tercer concepto de finitud -y
de la recepción. Por otra parte, no me dejo do- La tesis fundamental que propongo nada· ceptos de finitud, compatibles entre sf, con el bien que he reclamado un concepto de finitud
minar por la irritación que me produce la sospe- tiene de sorprenderte para una filosoffa herme- fin de destacar sus contornos por medio del hermenéuticamente considerable- logra conci·
cha, expresada reiteradas veces, de que la vali· néutica; por el contrario, es más bien trivial. Y contraste, antes de disponerme a operar con el liar, de manera expresa, la finitud y el tiempo;
dez de esta relación histórica como relación es ésta: la hennenéutíca es réplica a la finitud tercero. por eso he de operar en lo que sigue con este
cuasi lingüCstica, es dudosa porque es apenas humana. Según esta tesis -que está necesitando Finitud puede ser definida: tercer concepto, para explicar justamente mi te·
una manera de expresión metafórica. Admito la debida aclaración- la finitud humana deberá a) con respecto a Dios.· Tiene lugar en el pla· sis fundamental: la hermenéutica es réplica a la
que los comprometidos intentos de desmetafo- sucumbir con el tiempo, si es que tiene el pro- no teológico: finito es aquello que no es finitud humana, y operando con este concepto,
rización sean aún insatisfactorios; acaso la teo- pósito de justificar la siguiente propiedad de la Dios, que nada es por sf mismo, y sólo es por hacerla, en lo posible, un poco más incitante.
rfa de Ricoeur (4) de la acciÓn como texto (asf hermenéutica: es evidente que se entienden e medio de Dios: lo creado. Tal es en filosoffa el Además debo resolver concomitantemente, la
se venga la hermenéutica de la teorfa del texto interpretan cosas que ya existían; aun cuando concepto de finitud de la tradición metaffsica: aparente paradoja de que la esencialidad del pa-
(5) como acción en el campo del speech-act) se interpreten antieipaciones, estas anticipacio- finitud es calidad de creatura (Kreatürlichkeit). sado, hermenéuticamente cuantiosa, tenga que
acentúa antes que nada la sospecha ante lo me- nes son preexistentes y no futuras: la herme- Finitud puede ser definida, casi libre de te- ser garantizada por un concepto de finitud que
tafórico; La mencionada objeción no me asusta néutica establece de manera primordial una re- ologfa: precisamente le da entrada en el juego al futuro,
a pesar de todo; sin inconveniente alguno, corro lación con lo pasado. (7) AJI ( donde una filoso- b) con respecto al espacio.- Tiene lugarprinci· el futuro de todos: la muerte. En todo caso se
el riesgo de que el esquema pregunta-respuesta Ha pone énfasis en la hermenéutica, debe valer, palmente en la moderna antropologfa filo- trata de lo siguiente: la hermenéutica, en tanto
se trate de una metáfora. De modo que, si lo es, pues, como diagnóstico temporal, porque el sófica en la que es representativa la posición de que réplica a la finitud, es réplica a la muerte.
no hay duda de que es una metáfora buena y pasado y precisamente el pasado como acuña- Helmuth Plessner, quien en "Los grados de lo Sin embargo, la muerte se presenta de dos ma-
fructffera. Además, toda filosoffa se debe a lo dor del presente, es decir, como origen orgánico y el hombre" ("Stufen des Organischen neras: como la propia muerte y como la muerte
metafórico. Ocurre con la filosof{a lo mismo (Herkunft). es esencial. und der Mensch") define lo finito como lo limi· de Jos otros ( 15). Ahora bien, la qué muerte re·
que con el grog: el agua está permitida, puede Con esto uno no debe dejarse amedrentar tado (en diferentes relaciones con su lfmitel. plica la hermenéutica? Según y conforme, es ré·
echársele azúcar, pero el ron no debe faltar. En por el hecho de que no agrade a aquellas filoso- (10) Esta definición de lo finito mediante ellf· plica a la proveniencia (según lo expilco en ei
filosoffa, la formalización es el agua; la termino- Has para las cuales sólo el futuro es esencial, a mite, continúa vigente en la fundamentalización capftulo 3) o réplica a lo eHmero (capftulo 4).
logfa, el azúcar; y lo metafórico, el ron. De otra tal punto, que sólo destacan la "iliquidez" (8) teórico-sistemática de la diferencia sistema·
manera no vale la pena beber grog ni hacer filo· del pasado: lo que en el pasado existfa como mundo circundante ( 11), y es fecunda en los 3.- Hermenéutica como Réplica
sof{a. anhelo, lo que todav(a hoy es solo futuro. Las análisis de las reacciones de lo limitado ante la a la Proveniencia
A mi entender, de todo esto y algo más, se filosotras de lo futuro son filosof{as de la histo- agresión del 1fmite. Como "reacción 1fmite" ( 12)
deduce: si la pregunta acerca de la hermenéuti· ria -desde las revolucionarias hasta las que úni- puede concebirse entre los seres vivos, el siste- Con respecto a la paradoja recientemente
ca -que debe ser también la pregunta de perma- camente se limitan a esperar. Para ellas, los ma inmunológico (Thomas A. Sebeok); entre mencionada, es preciso aclarar que no hay tal,
nente actualidad acerca del dominio de la her· hombres -directa o indirectamente- promue- los hombres, la angustia (Thure v. Uexküll). la pues en lo referente al pasado y a aquel futuro
menéutica literaria- es una pregunta hermenéu- ven su emancipación para salvarse en la consu- risa y el llanto (Piessner). la "cultura-de-la-expe· que es la propia muerte, ocurre as( entre los
tica y debe ser contestada hermenéuticamente, mación de la historia. Para eso, diciéndolo de la riencia:de-lo-contingente" de la historia (Her· humanos: porque morimos y lo sabemos, en-
entonces en el centro de la cuestión está el es- manera más simple, los humanos (al menos sus mann Lübbe). textos literarios como elabora- tonces nos remitimos a nuestro pasado. El fu-
quema pregunta-respuesta de Collingwood y vanguardias) necesitan de todo el saber, todos ción de una "violación del lfmite" llamada turo de cada uno es "propiamente" su muerte:
Gadamer, que parece ser una forma elaborada los bienes y todo el poder; pero carecen de "acontecimiento" (Jurij M. Lotmannl. Y asf su- la vida es corta, vita brevis. La escasez de tiem-
de la llamada conexión "hipoléptica" de Joa- ellos, porque los humanos son finitos. Por esta cesivamente (13). Todas estas "reacciones lími- po del ser humano -morituru que se sabe mo-
chim Ritter (6). El esquema pregunta-respuesta razón justamente, la filosoffa de la historia ex- te", son empero posibles porque hay fronteras, rituru- le restituye lo que ya era: su origen.
es, pues, no solo el esquema mediante el cual perimenta la mayor desilusión: la desilusión de es decir, finitud; y aqu ( finitud significa -es- Esto es elemental: debido a la brevedad de su
opera la hermenéutica con el propósito de en- las expectativas de emancipación inminente, la pacialmente entendida- la elemental no-ubi· vida, ningún hombre dispone de tiempo para
tender, sino también, y a causa de ello, el esque- que determina, además, la situación actual de cuidad de lo limitado: finitud es estar subor- alejarse de su propio pasado; de modo predomi·
ma mediante el cual la hermenéutica misma la filosofía. Por tal razón la filosof(a presta ac- dinado a lo otro (Unter-Anderem-Sein). nante sigue identificándose con su origen que,
puede y debe ser entendida. Por eso, quien se tualmente renovada atención a la finitud huma- Finitud puede ser definida, casi libre de te- históricamente, es contingente, es decir, podda
proponga una dilucidación hermenéutica de la na, lo que la convierte también en una renovada ologfa: haber sido otro. Pero mi pasado histórico perte-
hermenéutica, tendrá que preguntarse a su vez: fundamentalización de la hermenéutica. Los fi- e) con respecto al tiempo.· Tiene 1ugar ante nece inevitablemente a "la elección que yo soy"
lcuáles eran y son las preguntas cuya respuesta lósofos de la historia han corregido el mundo de todo en la moderna filosofía de la existen· (16) como a la no elección que yo soy, no en el
era y es la misma hermenéutica (y el dominio diversos modos. Se trata ahora de respetarlo, y cia. Lo más representativo en Heidegger, partí· sentido de una alteridad optativa, sino en el de
actual de la hermenéutica literaria). Dicho de la forma más apropiada del respeto es la inter- cularmente en "Ser y Tiempo"( 14): finito es un grave y apenas insoslayable destino. Yo lla-
otra manera: la pregunta hermenéutica acerca pretación (das 1nterpretieren). aquello cuyo tiempo está limitado, transcurre, mo proveniencia (Herkommlichkeit) a lo inevi-

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table que se le impone a los hombres por medio ingenuidad de segundo orden o, como quien embargo, la segunda forma de la muerte -la bilidad de cosas y textos en nuevas situaciones
de su mortalidad, forzándolos a ser siempr_e lo dice, una continuación de la torpeza mediante muerte de los otros- crea dificultades a este an- (contextos secundarios) a los que la interpreta-
que ya eran. el empleo de la inteligencia. Pero esta interpré- tiprincipio vinculador, pues _en cada muerte ción se adapta (24). Actúa de manera conserva-
Los hombres se defienden contra esta pro- tación desenmascaradora es, de todos modos muere para los que sobreviven algo de inteligi- dora: restaurando viejas construcciones en el
veniencia; quieren ser otros. Los motivos que nada más que el caso Hmite de lo que normal: bilidad de lo pasado. Quien, estrechamente vin- reino del espíritu. Yo denomino hermenéutica
tienen para ello pueden ser denominados de di· mente produce la interpretación como réplica culado a un legado, ha tenido que preocuparse adaptadora a esta clase de interpretación que
ferentes maneras: sed de libertad, cuiriosidad, a la proveniencia: a saber, aquel origen históri- por él, en lo que a mi juicio sería la situación compensa la pérdida de ininteligibilidad prima-
deseo de la dicha que promete la entrega a lo co que (como mundo textual o como mundo primordial del historiador, sabe cuál es mi pen- ria con el hacer-de-nuevo-inteligible; es respues-
totalmente nuevo y distinto, "angustia por lo de tradiciones paratextuales) nos aprisiona y samiento: nuestro origen, sin el cual no podría- ta a lo pasajero y es tanto más coyuntural cuan-
no encontrado"(17). desesperación por el ori- nos comprende, y nos traslada a aquella distan- mos vivir, se desliza contínuamente hacia lo in· to más acelerado es el cambio de la realidad y
gen ante la falta de futuro, claustrofobia tempo- cia en la que resistimos junto a él. Hermenéuti- inteligible por la muerte de los otros. A eso lla- de este modo produce mayor pérdida de fami-
ral, etcétera. Pero -vita brevis- los hombres no ca es el arte de ubicarse ya. A esta clase de in- mo yo lo efímero. liaridad, es decir, produce extrañamiento. Así
procuran cambiarlo todo; en vano tratan de des- terpretación que compensa la imposibilidad del Los hombres se defienden contra esto, obli· ocurre en el mundo moderno: como precisa-
hacerse de su origen; aún los revolucionarios, se- aniquilamiento del origen con la posibilidad de gándose a mantener y conservar. Lo que los im- mente en él, origen y futuro, el mundo de la vi-
gún la acertada formulación de Olof Palme, son, su distanciamiento, la llamo hermenéutica dis- pulsa a ello puede llamarse de distintas mane- da y el mundo de la ciencia, el mundo de la tra-
en el mejor de los casos, reformistas al dfa si- tanciadora; es la réplica a la proveniencia y su ras: necesidad de continuidad y cuidado de la dición y el mundo de la satisfacción de necesi-
guiente de la revolución: deben partir de lo ya valor coyuntural es proporcional al valor co- identidad, reclamo de toda la dicha que supone dades -excepcionalmente marchan separados,
existente. Pues por medio de la proveniencia yuntural de la voluntad de cambio y sus expe- la auto-conservación, "angustia de perder"(21), surgen, a modo de compensasión- como afir-
motivada por la finitud, es decir, la mortalidad, riencias límite: por ello es justamente moderna. desesperación ante el futuro por falta de origen, ma Joachim Ritter-, las hermenéuticas, las
se valida el antiprincipio de fundamentación: en Por otra parte, es válido también el hecho de agorafobia temporal, etcétera. Pero -vita bre- ciencias del espíritu (25). Y en la medida en
todo futuro provocado por el cambio, se con- que no logramos distanciarlo todo por medio de vis-, los humanos no logran conservarlo todo y que todo cambie con mayor rapidez y en forma
serva un quantum original, que siempre supera la interpretación (nuestra vida es demasiado en vano tratan de aferrarse a la comprensión in- constante en la realidad actual, el arte de la re-
al quantum de cambio. De este anti-principio de breve). Existe lo indistanciable, eso que (como mediata de su origen: pues nadie vive lo sufi- cuperación de lo que nos era familiar, la herme-
inercia de la historia creo que se deduce no solo costumbre, tal vez)( 19) únicamente los hom- ciente como para poder trasmitir a los que le so- néutica, se convertirá en necesidad imperiosa;
la factibilidad del incrementalismo, sino tam- bres repiten de manera vital: lo que no interpre- breviven todo lo que él mismo sabe. En el mun- por lo cual mantiene posibilidades particulares,
bién, y por la misma razón, lo inevitable de la tamos sino, sencillamente, somos. La provenien- do moderno, eso es válido también allí donde es gracias al moderno crecimiento del ritmo de
conocida regla de Martín Krieles (18) respecto a . cia es, en última instancia, irresoluble; como mayor la expectativa de vida. Pues a causa de la cambio. Al parecer, es válido lo siguiente: el au-
la carga de la comprobación: como lo más fre- pregunta cuya respuesta es la hermenéutica, la rapidez con que todo pasa de moda, disminuye mento de la rapidez con que todo pasa de mo-
cuente es que las cosas sigan incambiadas, eso pregunta de la proveniencia supera la respuesta la facilidad de comprensión(22) y, con igual ra· da, es compensado por el crecimiento de las po-
supera nuestra capacidad de fundamentación, que puede dar la hermenéutica. pidez, disminuye la expectativa de vida de la ca- sibilidades de reactivación de lo viejo (26); por
dada la brevedad de nuestra vida. Por eso se está pacidad de cada uno para trasmitir lo que sabe. ejemplo, las coyunturales oleadas de nostalgia
obligado a fundamentar el cambio dentro de las 4.- Hermenéutica como Réplica a lo Efímero. En el mundo moderno se acentúa lo efímero de son propias del mundo moderno; esto ocurriría
condiciones prerentorias de nuestra vita brevis: las cosas. Así, se precipita hacia lo ininteligible, en el ámbito de la teoría del pensamiento siste-
la carga de la prueba o fundamentación corre Lo repito: porque somos mortales, conti- cada vez con mayor rapidez, aquel origen histó· mático, pasando por el neo-marxismo hasta la
por cuenta y riesgo de quien promueve el cam- nuamos siendo predominantemente nuestro pa- rico que son ciertamente los hombres; por la nueva coyuntura de la teoría de la evolución,
bio. La proveniencia predomina sobre el cam- sado. No podemos desligarnos de nuestro origen muerte de los otros y por el envejecimiento pre- con la necesidad de adaptarse hermenéutica-
bio. Los hombres no se desligan de la proceden- en alguna medida, pero tampoco nos está per- maturo de su capacidad de orientación. mente a los cambios de duración en la situación
cia histórica siempre dominante; pueden cam- mitido hacerlo; ningún ser humano puede cam- A esta situación de finitud condicionada de las cosas. Se da la posibilidad, al mismo tiem-
biar mucho menos de lo que quisieran; nunca biar radicalmente su vida, pues ésta es demasia- por la mortalidad, a lo efímero, la hermenéutica po, de obtener un beneficio hermenéutico, por-
todo, ni siquiera la mayor parte. do corta; es excesivo para un ser cuya capacidad da su respuesta: pues hermenéutica es perdura- que en el mundo de hoy -condicionado por el
A esta situación de finitud condicionada de acción está limitada, dado que su muerte es ción allí donde no es posible perdurar, y donde tiempo de cambio- todo lo propio se transfor-
por la mortalidad, a la proveniencia, da su res- siempre prematura. Por eso la proveniencia no justamente se debe hacer algo en lugar de, es de- ma rápidamente en lo extraño, y lo extraño
puesta la hermenéutica, pues hermenéutica es es para los humanos simplemente una carga, si· cir, interpretar. Así, el intento de perdurar por -aún el exótico mundo de los orígenes- llega a
acción modificadora donde nada puede cam- no tal vez, y en mayor grado, una protección medio de una interpretación con criterio de an- situarse para nosotros en la distancia normal de
biar: allí justamente se debe hacer algo en lu- (20). Por lo común no se les puede exigir mu- ticuario, es decir, formando colecciones, es un lo propio; de esa manera se vuelve asequible
gar de, a saber: interpretar. Por ello -vita chos cambios. El futuro necesita del origen; es gesto tan sintomático como desamparado, pues para aquella hermenéutica que, en el mundo
brevis- el intento desembarazador de la inter- necesario que en todo futuro que se promueva no basta con que se busquen antigüedades y en europeo, se ha visto forzada por la necesidad de
pretación develadora -la crítica ideológica- só- por medio de cambios, se conserve un míni· Alemania se encuentren algunos cientos "y en una nueva representación de lo propio. A causa
lo es posible dentro de ciertas limitaciones: to- mum del origen, que supere al quantum de cam- Esparia mil y tres"(23). Pero este interpretar a de esto, podemos volver a recordar -interpre-
do desenmascaramiento global se paga con la bio. De lo contrario se malogra el cambio y se uso de anticuario, es apenas el extremo caso 1í- tando- lo que en realidad no habíamos olvida-
regresión de quien desenmascara. La sospechosa lleva a los hombres al fracaso, a quienes se pre· mite de eso que produce la interpretación como do, simplemente porque no era posible; y así re-
crítica totalizadora se convierte fácilmente en tendía beneficiar introduciendo el cambio. Sin respuesta a lo efímero: el rescate de la inteligi· cobramos, hermenéuticamente aquel paraíso

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del que jamás fuimos expulsados, porque no na- zación de la hermenéutica. cación para la hermenéutica: la finitud violenta, tica literaria admite dos posiciones fundamen-
cimos en él. Por mediq de la hermenéutica ad- Naturalmente, no sólo en aquella oportuni- la muerte como la acción de matar, o el "ser pa- talmente distintas. En el "Tractatus", Spinoza
quirimos una confianz'g mundanal secundaria dad o en el mundo actual existió y existe la her- ra matar", para decirlo con la fórmula de Ko- hace del conocimiento de la naturaleza una ins-
(27). El mundo moderno no es sólo tiempo de menéutica como acontecimiento fichable, y téc- selleck (33). Mi tesis es la sigui.ente: La herme- tancia en la interpretación de la Escritura; en
afirmación de lo effmero, sino también de res- nica evolucionada. También mucho antes. Toda néutica da su respuesta a esta experiencia de consecuencia, la hermenéutica llega a ser supues-
puesta radical a aquella pregunta que plantea lo vez que el cristianismo se estableció como Igle- muerte de la guerra civil hermenéutica por el tamente superflua (35), a más tardar cuando el
eHmero: es el tiempo apropiado de la herme- sia y necesitó para ello de un método que le ase- texto absoluto, en el momento en que, con- conocimiento de la naturaleza se vuelve científi-
néutica adaptadora. gurara una lectura única, exacta y absoluta de la virtiéndose en hermenéutica plura(izacf.ora, es camente exacto. Contra esto reacciona el plan-
Biblia, adaptando los artificios de la exégesis decir, literaria, inve'!ta el texto no-absoluro. teamiento romántico: Schleiermacher, al en-
5.- Hermenéutica literaria como Réplica a la homérica así como los de la aplicación del dere- y al lector no-absoluto, que anteriormente no tender la Biblia como una literatura entre otras
Guerra Civil por el Texto Absoluto. cho romano. Esta hermenéutica teológica debió existfan, es decir, el texto literario y el lector (36), descubre, como situación básica de la her-
redescubrir, a través de las innumerables histo- literario, excepción hecha de los primeros que menéutica literario-pluralizadora, la sociabilidad
lCuál es, empero, la pregunta cuya respues- rias bfblicas, la única historia necesaria, la histo- tuvieron conciencia de ello: los humanistas. coloquial de la conversación infinita, que a cual-
ta especffica es la moderna literarización de la ria de la salvación, siempre en forma figurada o El ergotismo pretensioso de la interpreta- quiera le permite hablar, sin 1fmite de tiempo y
hermenéutica, y no la inespecffica hermenéuti- alegórica, o por medio de la abstracción dogmá- ción unfvoca del texto absoluto puede ser fa- sin obligarlo a consenso alguno. Diferente, pues,
ca en general? Hasta el momento no he tratado tica. Así pues debió buscar en Jos múltiples "ca- tal: esa es la experiencia de las guerras civiles al asf llamado discurso libre de dominación que,
este pr9blema, aun cuando me he estado ocu- racteres" de la escritura el "espíritu" único (31). religiosas. Cuando, frente al texto sagrado, dos por cierto, hace que todos sean siervos de la
pando de la hermenéutica, no solo en su dimen- y para eso era ineludible la suposición de por lo intérpretes afirman controvertidamente: "Ten- presión del consenso, es decir, siervos de hecho
sión antropológica y como respuesta casi cons- menos dos sentidos. Quisiera llamar a esto her- go la razón, mi comprensión del texto es la ver· de quien administra la presión del consenso
tante (por medio de referencias a la muerte, a la menéutica singularizadora, para d;ferenciarla de dadera, y, por lo tanto, esta y no otra es la ne- (37). Por lo demás, como la hermenéutica, aco-
finitud como proveniencia y fugacidad). sino la hermenéutica pluralizadora (32) que, por el cesaria para la salvación", entonces pueden ter- sada por la angustia de la muerte, se vuelve lite-
también en su dimensión histórica y respuesta contrario, en un mismo cuerpo literal rastrea minar esgrimiento lanzas y garrotes. Ante tal raria, su concepto fundamental es la no muerte,
fechable (por medio de la referencia a su coyun- múltiples posibilidades de sentido y espíritu he- situación responde la hermenéutica, en su mu- el vivir (das Leben). El hablar y dejar hablar de
tura moderna). Pero aún queda sin aclarar un terogéneo. La hermenéutica singularizadora lla- tación pluralizante, con la siguiente pregunta: la conversación infinita, al que pertenece el leer
hecho que exige una aclaración: el de que justa- ma al orden a la pluralidad de formas de la his- lacaso no admite este texto ser entendido de y dejar leer, es tributario del vivir y dejar vivir.
mente la hermenéutica llegue a ser, de manera toria literal a favor de un sentido y de un espíri- otra manera, y, más aún, de múltiples maneras? Me parece atractiva la posibilidad de reconstruir
simple y esencial, hermenéutica literaria, arte de tu absolutos; pertenece, como autoafirmación Logra mitigar asf la controversia, potencialmen- el concepto vital de la hermenéutica filosófica
la comprensión del texto literario por el lector de la ortodoxia frente a la heterodoxia y a la te mortal, entre interpretaciones encontradas, de Dilthey (38), a partir de -esta fórmula, cuya
literario, y que actualmente sólo la hermenéuti- herejía, a esa trabajosa fase del establecimiento transformando el contenido ergotista del texto, tendencia podrá hallarse en el principio del jue-
ca literaria sea válida como "la" hermenéutica, institucional de la religión. Considero que es im- en lo factible de ser interpretado: en una forma go de Gadamer (39), que define al hombre co-
mientras las herménéuticas teológica y jurídica portante tener presente ahora que la hermenéu- transigente de comprender el texto, ad libitum, mo el ser para el texto, el texto literario que
actúan como simples técnicas auxiliares de ra- tica teológica continuó siendo hermenéutica si es necesario. Y quien transige tal vez no sea (de acuerdo al valor que adquiere en la versión
mas especializadas (28). lCómo se produce singularizadora aún allí donde, a causa de la Re- homicida. La hermenéutica, transformada así de Jauss de la teoría de la recepción), siempre
esto? en pluralizadora, hace algo en lugar de: sustitu- puede ser leído de otra manera y tener siempre
forma, entraron en colisión el principio de tra-
Para la discusión de este problema, creo dición y el principio de autoridad de la Escritu- ye el "ser para matar" por el ser para el texto; otro significado, pues no posee un "sentido en
que es aconsejable tener presente desde el co- ra: luchaban entres( dos hermenéuticas singula- el texto conciliador que evita y ahorra lo que s(" sino que permite infinitas interpretaciones
mienzo, y dejando de lado por una vez la "peri rizadoras, pues ambas deseaban una interpreta- sustituye. Esto significa hacer el texto tolerante (40) gracias al ptacer del contexto. Este texto
hermeneias" de Aristóteles, que la expresión ción exacta del texto absoluto salvador: la Sa- también en lo que tiene que ver con la voluntad (literario) llega a ser, pues, el paradigma de la
"hermenéutica" apareció por -primera vez en grada Escritura. Resisto la tentación que ha de poder que opera en la historia. Esta concilia- hermE!néutica. La hermenéutica literaria -al
1654 como concepto epónimo en un libro de dora comprensión del texto es -en su forma transformar el texto absoluto en literario, y al
acompañado hasta aquí mi reflexión, de tratar
Dannhauer (29). El hecho es esclarecedor, no superlativa- el ser del lector literario para el lector absoluto en estético- mantiene preemi-
esta disputa entre hermenéutica católica y her-
solo porque ocurre luego de la proclamación re- menéutica protestante, como caso extremo de texto literario, que, gracias a la literarización de nencia como réplica a la guerra civil hermenéu-
formista del principio de la Escritura y poco la hermenéutica, surge· como réplica a la lucha tica por el texto absoluto.
la oposición entre hermenéutica adaptadora y
después de la publicación de los escritos funda- hermenéutica distanciadora: antes bien, me mortal por la comprensión absoluta de la Sagra-
mentales de Descartes (30), sino también por- apresuro a afirmar con insistencia que el mo- da Escritura. A esta génesis del lector neutral 6.- Apariencia de su obsolescencia.
que tiene lugar apenas finalizada la Guerra de -en la época misma de la neutralización herme-
mento en el que la hermenéutica singularizado-
los Treinta Años. De esta manera, aunque yo no néutica (34)- pertenece la búsqueda de aquella Tengo por irrenunciable a este predominio
ra se volvió hermenéutica pluralizadora, sobre-
logre otra cosa que exhibir mi ignorancia al res- vino cuando la disputa hermenéutica que se conexión que relativiza la controversia absoluta de la hermenéutica literaria; pero, ipor Zeus!,
pecto, expreso una conjetura que aún no he ha- extendió por generaciones se hizo sangrienta. en torno a la comprensión del texto, favorecien- es hoy en día una opinión fuera de época.
llado en la literatura (si bien está sugerida en La guerra civil de religiones fue también una do lo que en la comprensión del texto es no- Hoy en· día reiná en todas partes malestar
ella): La experiencia de la guerra civil de religio- guerra hermenéutica: la guerra civil por el texto controversia o controversia sin _consecuencias: ante la preeminencia de la hermenéutica litera-
nes, es la pregunta cuya respuesta fue la literari- absoluto. Aquí la muerte vuelve a tener signifi- aqu f, la historia de los orígenes de la hermenéu- ria (41), y, a decir verdad, pienso que ello se de-

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be a que, dada 711f rapidez con que se producen
tica singularizadora, para descubrir e incentiv 7.- Hermeneuta y Cascacódigos. * lenguajes cifrados. Se transformó en término
los cambios en el mundo moderno, con el consi- una historia única y absoluta en todos los , ar
guiente incremento de su pérdida de memoria . ,, h ne- fundamental y prominente recién cuando, una
es olvidada la cuestión cuya respuesta era elen; gocios .' Y echos, Y pensamientos, Y textos
As(, m1entras des-pluraliza y des-literaliza a 1•
Quien quiera esclarecer hermenéuticamente
la hermenéutica deberá formularse la pregunta
vez inventada la radio por Marconi en 1897,
fue necesario descifrar las trasmisiones en clave
cimiento de la hermenéutica literaria: el peligro hermeneutlca,
• · 1a vuelve confesional Y aquf a
de la guerra civil hermenéutica. Como la Guerra • • • es- acerca de la pregunta (o preguntas) cuya res- del enemigo y crear un lenguaje cifrado propio.
:a. el punto clave, la hace nuevamente capaz Y puesta, as( como yo lo he intentado aquf, de "Código" inició su carrera lingüística como tér-
de los Treinta Años parece tan lejana, y tan leja-
na al menos la Revolución Francesa, que ya el avlda de llegar a una situación que aparente- manera parcial, o de otras maneras, siempre mino propio del espionaje. En adelante y con
Terror empieza a converfrse en un problema ~ente habfa superado: la guerra civil hermenéu- distintas y nuevas. En este emph:o del esquema gran estilo -a más tardar desde la primera Gue-
superable, la hermenéutica literaria y su prima- tlc~ (45). La (revolucionaria) filosoffa de la his- pregunta-respuesta (nota bene) está fnsita en la rra Mundial-, el experto en cifrar y descifrar
da son consideradas obsoletas, apenas una reli- t~na no trata de evitar el peligro que entraña, pregunta (aún en la pregunta cuya respuesta es pudo convertirse en el puntero de los lingüistas
q_uia, tal vez, de la cultura burguesa. En otros smo que su comportamiento es otro; su respues- la hermenéutica) la condición de la posibilidad (que en tiempos de guerra han realizado no po-
t1empos, la Reforma fue académicamente exito- ta, frecuentemente instintiva, es la siguiente: el de la respuesta y· su inteligibilidad; la· pregunta cas tareas al respecto), y "código", de manera
sa en su afán de convertir la Facultad de Teolo- deber es no evitar la guerra civil, sino ganarla hermenéutica acerca de esta pregunta, a saber, progresiva, pasó a ser el término de avanzada de
g_fa en Facultad de Filosoffa, según la astuta te- como revolución. Está claro: para poder ganarl~ la pregunta acerca de las "condiciones de la po- la lingü fstica y luego también de la literatura y
SIS de Lutz Geldsetzer (42), entre otras. En la es necesario tenerla, y cuando se la tiene es sibilidad", es algo sobre lo cual creen tener los de las ciencias sociales. Esto quiere decir que
a~:ualidad se manifiesta el deseo contrario: los preciso sufrirla, sangrienta y a muerte, y que se filósofos trascendentales derecho exclusivo. Es- en la coyuntura del concepto "código", se hace
f~lologo~ quisieran ser teólogos con sus respec- prolongue por generaciones, si es posible. Creo tas condiciones son hermenéuticamente histo- representativa para las Humanidades la óptica
tivos.• b~rtulos: Sag~ada Escritura, magisterio q.ue aquf se deben examinar tres cosas: lo in- riadas, pues la hermenéutica hace históricos los del descifrador, que se enfrenta al lenguaje co-
ecles1aSt1co, ortodoxia y herejfa, index, anate- Cierto del triunfo, lo que precede al triunfo y puntos de vista trascendentales (47). A decir mo "lenguaje secreto": aquel lenguaje que yo
~as, excomunión, y, en lo posible, también un aquello que lo sigue. En los tres casos, pie~so verdad, lse debe experimentar hermenéutica- no ha~lo ni entiendo (a diferencia de la lengua
dlabl.o, s~ lo llame capitalismo o como quiera. que el pronóstico es sombrfo. Por otra parte y mente, para entender-;¡ coñcebir qué 'es' el-en- materna o aquellas que por lo común se ense-
La Ciencia '.iteraría a~pira volver a una posición procediendo de diferente manera de quien~s tender y el interpretar? ñan, las que (casi) siempre hablo y entiendo).
comprometida: de la hermenéutica pluralizado- con la mayor ingenuidad, se presentan como lo~ Al menos, esto no es evidente. En la actua- También bajo la influencia de las crecientes
r.a a la comprometida; de la hermenéutica plura- campeones de la suspicacia, uno no se debe lidad, y en el más amplio de los sentidos, hay exigencias de la etnologfa -y el problema es-
l~zadora a la absoluta: la hermenéutica singula- abandonar a su propia candidez -aunque ésta una alternativa para el planteamiento herme- pecffico de descifrar escrituras ya muertas-, la
nzadora. A decir verdad, para esta tendencia al estuviera lo suficientemente institucionaliza- néutico, sobre lo cual quisiera tratar aquf de relación con las lenguas, los textos, y el "fait
retorno de la teologfa, ya no pueden servir las da-, justamente en lo que concierne a la des- manera concluyente -particularmente también social" no comprendidos se torna ejemplar pa-
teologfas del cristianismo existentes, pues éstas preocupación por las consecuencias del acto de porque la hermenéutica es la respuesta-. Esta ra la lingüfstica, las ciencias literarias y las cien-
son dos, lo repito: dos (filológicamente forma- pensar. alternativa es el caSCflcódigos. Hace tiempo que cias sociales. Adorno (49) ha señalado, de ma-
das Y literariamente clarificadas) desde la Refor- . Por eso, soy de opinión de que, ante el pe- está en la ofensiva -también en lo que atañe a nera impresionante, el contraste entre la "so-
~a en adelante, y han asumido a lo largo del ligro permanente de la guerra civil hermenéuti- la teorfa de la comprensión-, bajo diferentes ciologfa comprensiva" de Max Weber y la so-
t1empo, la respuesta a las consecuencias de su ~ neoconfesional, es oportuna y, como ya dije, nombres cientfficos (teorfa de la comunicación, ciologfa de los "faits sociaux" de Emile Durk-
enfrentamiento armado. Dos. Es preciso buscar Irrenunciable, no la respuesta de la hermenéuti- semiótica, etc.). La cuestión de la comprensión heim, y ha interpretado la sociologfa de Dur-
en ot~a ~~ una teologfa que aón hoy conti- c.a singularizadora de la filosoffa de la historia, -conciencia emisora y conciencia receptora- es kheim como la sociologfa del mundo que se ha
nQe Siendo pre-re!ormista. y se la encuentra. smo la respuesta de la experiencia pluralizadora pues la del código empleado. El análisis históri- vuelto incomprensible: es instructivo el hecho
Es la mod~ma filosoffa de la historia, que de la hermenéutica, que también abarca la his- ccr:-conceptual de los vocablos fundamentales de que el padre de la moderna lingüfstica, Saus-
en su ~epc16n estricta, no es ninguna teologfa ~oria: ~omo respuesta que conlleva el vivir y de- de las cieñcias humanas, que ya ~o son más dia- . su re, se hay!! orientado hacia .Purkheim.
seculanzada (43), sino la úni.ea teologfa que Jar VIVIr a través del leer y dejar leer. Con toda crónicas es en general un desideratum herme- En general, es cierto que nunca compren-
hasta el momento hizo fracasar todo intento de segurid~d no es suficiente por sf misma, pero sf néutico. lPor qué, a modo de ejemplo, en este demos todo, pero tampoco puede decirse que
secularización. En ella rige la hermenéutica sin- necesana; Y esto es lo único cuestionable. Esta planteamiento, el decisivo concepto de posibili- no comprendamos nada. Solamente compren-
g.ularizadora, y, ciertamente, a causa de que la he~menéutica literaria opera, en tanto que plu, dad ("competence") procede del campo verbal demos, si ya hemos comprendido (50). Por eso
fllosof(a de la historia -segón la conocida tesis r~hzante, apelando al recurso liberal de la divi- de la rivalidad (48), y el también decisivo con- pienso que la teorfa de la comprensión (la cas-
d.e Koselleck (44)- se formó por singulariza- ston de poderes, el ónico que si bien, para decir- cepto de actualización ("performance") proce- cacódigos, la no-hermenéutica), metódica y arti·
Ción. De la pluralidad de todas las historias hi- lo con Adorno, ya no puede "ser de otra mane- de del campo de la imagen teatral? . ficiosa, abandona esa situación, fenomenológi-
z? val.er una historia única, precisamente "la" ra sin temor", al menos puede serlo al fin, con En lo que respecta al concepto "código", camente señalada, en la cual existimos, munda·
h1~or!a, cuyo concepto inventó hacia 1750 y un temor atenuado -divide et fugel-; división sospecho que es objetable. Si bien "código" nos y cotidianos: la situación de lo de siempre,
a:~rmo como la intramundana historia de salva- d; poder.e~ ~ambién en escrituras e interpreta- (como codex, por ejem., el "Código Napo- o bien, de la lengua, el mundo textual y el mun-
Cion por medio de la emancipación. Al excluir c~one~; d1v1s1ón de aq~ellos poderes que son las león") habfa pasado a ser de un vocablo que de- do social siempre ya (y como sea) comprendi-
la .P~Iimftica variedad de móltiples historias y h1stonas (46) y más aón los textos. signaba un manuscrito o un libro, el nombre de dos o pre-comprendidos. Entre ellos se ubica
e.x1g1r la monomftica simplicidad de una sola, la un catálogo o una suma de reglas, en su tránsito precisamente la hermenéutica. Los cascacódi-
f1losoHa de la historia necesita de la hermenéu- .por la lingüfstica se ha convertido, de modo gos parten del mundo extraño, incomprensible,
apreciable, en asunto de expertos militares en y los hermeneutas del mundo familiar y ya
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comprendido; por eso la instancia del recurso
herme?éutico no es el "código" sino la historia. la montaña de problemas. La ciencia cascacódi- sgs.). La diferencia decisiva estriba, en efecto, máucá Abenteurlichkeit des Künst/ers, en: Ergiinzungsband
Esto t1ene su ventaja, pues fácilmente consigue gos ~ecorre con tenacidad (y un alto costo fi- de !o puramente incondicionab/e y de la pura factici- zum Jahrbuch für Phi/osophie und phanomenologísche
aprehe.n~er los problemas diacrónicos que los ~a~c~ero) las distancias, para lo cual necesitá dad. . Forschung (Hu$$8rl· Festschrift) (1929)
mf_mldad de aparejos, sherpas, Y auxilios cien- {0.· H. Plessner, Die Stufen des Organischen und der 21.- P. Prob&t, v. nota 17. Op. cit.
cascacód1gos no logran superar; simplemente Mensch. Ein/eitung In die philosophische Anthropo/ogie
t!flcos; pero la cuestión es siempre la misma· 22.· Por la rapidez con que envejecen las experiencias.
l~s envfan al exilio de los problemas. Asf, por (1928, 1975), v. 99 sgs, 123 sgs. Y por ello también se da el triunfo de la "expectativa"
ejemplo, la historia de la palabra, como historia SI realmente puede ascender por la cuesta de lo~ 11.- Comp. N. Luhmann, Funktionale Methode und sobre "lo vívido", como rasgo caracterfstico del mun-
conceptual, ha sido escrita en la actualidad por problemas, por_ las cuales transitan siempre los ·systemtheorie (1964), en: Sozlo/ogische Aukklárung. do moderno. Comp. R. Koselleck, Vergangene Zu-
~e;meneutas no lingüistas, por historiadores y hermeneutas, sm dilación casi, y sin las másca- Aufsitze zur Theorie sozialer Systeme (1974) 31-53, kunft. Zur Semantik geschichtlicher Zeiten (1979)
f1losofos (51). No sé si los anteriores lingüistas r~s de oxfgeno de las investigaciones subven- v. 38 sg1. (Compárese ante todo la argumentación de Sobre el fenómeno de la pérdida de/a experiencia: H.
CIOnadas, en pequeños grupos o solos. Jos "Limites si&remátlcos" (Systemgrenze). Lübbe, Erfahrungsverlult8 un Kompensationen. Para
competentes, que en los últimos diez años se 12.- H. Plessner, Lachen und Weinen. Eine untefiU· el problema filosófico de la experiencia en el mundo
mostraron ansiosos por emprender esa tarea Termino mi reflexión agregando lo siguien- chung der Grenzen menschlichen Verhaltens (1941) actual: G/e$$8ner Universititsblatter 2 (1979) ·42-53.
aún están dispuestos a volver a ella, si no e~ te: los pobres hermeneutas -lo dicen no sólo en: Philosophische AntriJpo/ogie {1970) v. 155 sgs. 23.- De "Don Giovannr: libreto de L. Da Ponte. No
que han renunciado en forma definitiva. La her- los ca~acódigos- nunca se salen de la historia. 13.· Th.A. Sebeok, TheSam/ot/c Self, y Th. v. Uexhü/1, existe el don-juanismo erótico y el don-juanismo co-
m_enéutica, pues, tendrá una respuesta a la ac- Pero, <-_se d~be salir de la historia? Quien no sale Positionspapier. Ambas propue&ras para la meiB re- mo alternativa psiquiátrica, sino también hay uri don-
donda sobre Semiótica de la angu&tia (Bad Homburg, juanismo anticuat1zante: es un motivo queacompalfala
ción de romper códigos siempre que, en forma de la hlstona no alcanza ninguna posición abso-
8-11 dlciem. 1977), no han sido publicadas aún; H. gánesis del museo. Acerca de la teorfa del museo y su
compensatoria, conserve el problema obviado luta. Pero, lse debe alcanzar una posición abso- Plessner, Lachen und We/nen {V. Nota 12). aparición en el mundo moderno, ver J. Ritter,
por esta; A ello pertenece también el problema luta? O~ien quiera ser filósofo sin posición ab- 14.· M. Heidegger. Sein und Zeii, v. 235 SJIS, 245 Subjektivitat (1974) 126 sgs.
d:l :sclarecimiento hermenéutico de la herme- soluta, mc~rre en falacias indecibles. 1 like lfll., 329 sgs. Hay traducción en f11P81fol. 24.· K. Gründer, Hermeneutik und Wissenschafts-

neutlca, cuya ventaja estriba no sólo en el he· f~llacy. ~Uien esto afirme terminará mal, 0 se- 15.- Ji:i(d. 237 sgs. y W. Schu/z, Zum Prob/em des theorie, en: Philosophisches Jahrbuch 75 (1967/1968}
Todes, en A. Scwan (edt.J, Denken in Schatten des 155: "Entre lo enunciado para ser entendido y aquel
ra un escept~co abrumado por las paradojas. Es-
cho ~~que esté vinculada a la situación de mun- Nihilismus (1975) 313-333. v. 331 sgs. que qúisiera entenderlo, existe una fractura histórica,
ta advertencia, aunque bien intencionada tiene 16.- "Le choix queje suis": J.P. Sartre, L'IJtre et le en la cual el que quisiera entender se ha emancipado
do VIVIdo. (fenomenológicamente apreciable) en
mala suerte: la del escéptico que yo no debiera ·néant (París 1943) 638. Hay traducción en español. de la relación histórica a la que pertenece el enuncia·
el cu_al Siempre estamos comprendiendo, sino
ser, pero ~ue ya lo soy. y como el escepticismo 17.- Comp. P. · Probst, Politik und Anthropologie. do. La hermenéutica es la teorla de la comprensión ba·
tam~~é~ porque rescata problemas. Para la her- Untersuchungen zur Theorie und Geriese der philo- jo las dificultades creadas por las emancipaciones."
no se real~z~ ~ues no sostiene tesis alguna, sino
m~neuttca es esto posible pues se encuentra sophischen Anthropo/ogie in Deutschland (1974) 25.· J. Ritter. Die Aufgabe der Geisteswissenschaften
-co~o. diVISion de esos poderes que son las 40 sg. Con esta referencia, junto con la de la nota 21, in der modernen Gesellschaft, en: J.Ritter, o.c. 131
mas cerca de las preguntas (fechables) concre-
conVICCiones- sostiene pluralidad de tesis yo
~as, de palpitante interés. Y, para decirlo en la quiero dar a entender lo que aqul no me es posible sgs.; comp. H. Lübbe, Geschichtsl5egriH und Geschicht·
he sost~mido aquellas a las que pertenec~ el desarrollar: que la dlcotomfa 'Herkomm/ichkeit' sinteresse, ya cit. 304 sgs.
jerg~ de los alpinistas: mientras la hermenéuti· (proveniencia) y 'Verg§nglichkeit' (inconstancia, vaní· 26.· Del-autor: Kompensation. Uberlegungen zu einer
P_ensamlento expresado al principio: el escepti·
c.~ tiene s~ campamento base (la pre-compren- ·dad, que aqul se. traduce como lo eflmero- n. del T.), Ver/aufsfigur geschichtl/cher Prozesse, en: K.G. Faber/
Sion), gracias a la historia que la ha transporta· Clsm? e_s la esencia de la hermenéutica, y la her- se relacionan con la dicotomia (Doppe/ung) en las cla- Chr. Meier (edit.) Historische Prozesse (Theorie der
meneutlca es la forma actual del escepticismo. ses de angustia analizada por Probst y con la dicoto- Geschichte JI) (1978) v. 349 sg.
do hasta _allf, la ciencia cascacódigos debe co-
mla de las versiones de felicidad (abnegación y auto· 27.· Comp. del autor Felix culpa? Bemerkungen zu
menzar Siempre de cero, por lo más hondo del conservación), analizada por R. Spaemann, Phi/osophie einem Applikationsschicksa/ von Genesis 3, en: H.RI
valle, desde el más bajo de los niveles, al pie de als Lehre vom glücklichen Leben, en G. Bien (adit.J, Jauss (edit.), Text und Applíkation (Poetik und
Traducción de Héctor Galmés.· Die Frage nach dem G/ück (1978) v. 15 sgs. Hermeneutik JX}(1981) Abschnitt 5.
18.- M. K riele, Theorie der Rechtsgewimnurig (1967), 28.- Zur Diagnose, comp. H.G. Gadamer, Wahrheit
NOTAS resumen 312: "presuntiva obligatoriedad del pre-juicio. und Methode, v. 307 sgs. Hay traducción en espaflol.
Existe ¡ma suposición (rebatible) a favor de lo razona- 29. • J. C. Dannhauer, Hermeneutica sacra si ve
1:- H.~. Gadamer,WahrheitundMethode. Grundzüge 5·· K. St~erle, Text als Handlung (1977)
ble de los pre-juicios"; comp. del mismo, Die Heraus- methodus exponendarum sacrarum litteratum (Strass-
emer philosophischen Hermeneutík (1960, 1972} 3 44 forderung des Verfassungsstaats (1970) v. 18-20; burg 1654). Mi tesis no es que se trate de una herme-
1 5
• 35_1 1!/S. c_omp.: R.G. Col/íngwood, Denken. Eíne
ul.tob¡ograph¡e (1955), 30 sgs. Hay traducción espa-
6.·. J. RJtter. Metaphysík und Politík. Studien zu
A TJstoteles und Hegel (1969)
64 sgs. Comp. G. B1en.
comp. N. Luhmann, Status Quo als Argument, en: H.
Baier (edit.), Studenten in Opposition. Beltrage zur
néutica literaria; pertenece más bien a la tradición de
Art H . teologla hermenéutica de M. F/acius, Clavís Scripturae
ñ oa. Wii~ ypolepsJs, en: J. Rítter (edit.}. Historische; Sozio/ogie dar Hochschule (1968) 73-82, v. 78 "con- Sacrae (1567), que tuvo como secuela el principio re·
7tB6;· Blumenberg. Die Legitimitat der Neuzeit terbuch der Philosophie Tomo /JI (1974' 1252 servadurismo involuntario a partir de la complejidf!d"; formista de Escritura ("sola scriptura}. Comp. también
1254. ;}. • ' -
además, H. Lübbe, op. cit. 329 sg.: "La tradición no H.E.H. Jaeger, Studien zur Frühgeschichte der
3.- H.R. Jauss. Uberlegungen zur Abgrenzung und ~;it ~~;:ra contra'?'ósf.ción a M.
Heidegger. Sein und vale a causa de su probada justeza, sino por la imposi· Hermene'utik, en: Archív für Begriffsgeschichte 13
~ufgabenstel/ung einer literarischen Hermeneutík en· . 1 Y su tesJs: La comprensión se funda pri- bilidad de pasarse sin ella", de modo que, "para la (1974) 35-84.
H. R. Jauss _{edt.J, Text und App/íkation (Poetik, und morcllalmente en el futuro" H d . · Tradición debe valer el supuesto primordial de su 30.· R. Descartes, Discours de la méthode (1637); Me-
flol. · ay tra ucc1ón en espa-
~rmeneutik IX) (19B1); mí articulo explícita pensa· razonabilidad, mientras la carga de una fundamenta· ditationes de prime phi/osophia (1641). H. G. Gada-
';'~ntos de mi íntroducció,n a la discusión de este tra·
a¡o en Ba~ f!omburg el27 de mayo de 1978. Compá-
f19sJ/";;:. ~- Bloch;, Das Prinzip Hoffnung. Tomo 1
porque esta fílosofla "no reconoce el
ción exp/fcita recae sobre quien la rechaza". mer, art. Hermeneutik, en: J. Ritterfedit.) Hirtorisches
19.· Compar. del autor Unvermeidlichkeit von Worterbuch der Philosophie, Tomo 111, escribe -pág.
re~e con m¡ mforme incluido en el citado tomo con el pasado, fuera de lo que aún pervive en él" es --~·¡ übllchkeiten, en: W.Oe/müller (edt.) Normen und 1062: "Cuando hoy hablamos de hermenéutica, nos
m1smo titulo. ~· d 1 f . ' • I/ OSO·
11a e uturo. aun pues. del futuro en el pasado" H Geschchte (Materia/en zur Normendiskussion /1/) ubicamos en la tradición cientlfica de la época moder-
~- P. Rícoeur. Der Text als Mode/1: hermeneutísches traducción en espaflol. · ay
(1979) 332-342. na. El uso del correspondiente término 'hermenéuti·
~rst~hen _{1972) en: H.G. Gadamer/G. Bohem, Se· 9.- -':-d';líto bajo esta forma la crltíca que H Kr'n
20.- Comp. el concepto de "Getragenheit" (estado de ca' se instituye en el momento preciso, es decir, cuan-
m(;.nar. DJe Hermeneutik und die Wissenschaften en Prmz¡p Freiheit ( 1979) editado por H M B. ' gs, do surge el concepto moderno de método y ciencia."
rrankfurt 1978) 83-117. ner 391 h . . · · aumgart- portar) desarrollado por O. Becker con el concepto de
• . sgs.. ace a m¡ mforme contra "la bisección Aunque esto no lo niego, opino que el pasaje al máto·
"Geworfenheít" (estado de arrojar} de Heidegger. O.
futurma del concepto de libertad" (337, comp. 322 do es solo un motivo parcial para la moderna coyun-
Becker: Von der Hínfiillígkeít des Schiinen und der
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81
tura de la hermenéutica, porque ella es tan solo una raleza exact~, no clarifican Escritura y escrituras, sino 1956) 560: "Fíat justitia o libertas, fíat spirituspereat der bürger/ichen Welt (1959, 1969) v. 71{1. y 155-157.
versión "neutrallzadora" entre otras. que fas sustituyen: el saneamiento de fa hermenéutic¡¡ mundus et vital Así se expresa todo radicali,mo. lEs, 46.· Comp. del autor, Lob des Po/ytheismus, Uber
31.· Comp. 2 Cor. 3,6. Con respecto a esto: G. Ebe- que comienza con Spinoza, como consecuencia de su pues, la verdad un argumento. •. cuando se trata de la Monomythie und Po/ymithie, en: H. Posar (edit.),
ling, art. Geist und Buchstabe, en:Religion In ulterior camino hacia la exactitud, 11/gnificarfa IIBnear/a vida? Esta es la fórmula de la ironfa"; es -me parece- Philosophie und Mythos (1979) 40-58.
Geschichte und ,Gegenwart, Tomo 11 (1958) 129(}. para la muerte. la fórmula de la hermeníutica literaria, la fórmula qu~ 47.· Comp. J.G. Fichte, System der Sittenlehre nach
1296. Para la historia de la sustitución del sentido rei- 36.- Con relación a esto, la apertura de/Jfmite de lo rige sobre lo estético. Ello alude al problema de la af!ll· den Prinzipien der Wissenschaftslehre (1798), /31.
terado de la Escritura mediante las reiteradas clases de que es digno de ser interpretado por la hermenéutica cación; uno de los principalet aspectos de la ap/1ca· 48.· Competentia era el status de/competentes.· en la
interpretación, comp. H.R. Jauss. ob. cit. Para la in- está documentado de manera notable en/a compilació~ ción, puiKJe ser el hecho de que no permita ser ~borda· antigua Roma, el de los candidatos al consulado; más
terpretación figurada en el marco de la historia litera- de textos hecha por H.G. Gadamer!G. Boehm, Sem;. dá de inmediato. Donde quiera que la spllcaclón del tarde el de tos candidatos al papado asf también como
ria, E. Auerbach, Mimesis. Hay traducción espaflola. nar, Philosophische Hermeneutik (1976): Para la her- acto de juzgar (Urtei/en) lignifique condena (Veru'!ei· el status de otrol aspirantes (por ejemplo, al bautizo),
La rerpttlltmtación de la realidad M la literatura occi- men~utica _es interesante en primer término -desda len), puede ser de vital Importancia aplazar la aplica- dÚráñlé toí:Jo al· tiempo en que no foj¡raran (y no lo
dental (México, F.C.E. 1942), y en el de la filosoffa: Flacws, pasando por Rambach hasta S.J. Baumgar- ción: hacerla dilatoria, y de consecuencia• eiCBSBI o lograban siempre) aquello para lo cual1e postulaban:
K. Gründer, Figur und Geschichte. J.G. Hamanns ten- única o primordialmente la Biblia, después, de nula1. Este es el rasgo esencial de la aplicación estética: "Competent. .. se dice de alguien que juntamente con
'Biblische Betrachtungen' als Ansau einer Geschicht11· modo suplementario, los poetas clásicos (F.A. Wolf) y como réplica a la guerra civil por el texto abwluto, la otros aspira a algo"; J.H. Zedler, Grosses vo/lstindiges
phílosophie'(t958) 931{Js. filosófos clásicos (F. Ast), Juego -orientada al diá- hermenéutica neutraliza textos absolutos Y los hace in- Universal/erikon aliar Wissenschaften und Künste
32.- Comp. del autor: Schwacher Trost, en: H.R. logo- la literatura en general, es decir, todos Jos textos terpratablttl, es decir, textos su.:ttptibltts de ser intttr- (Halle/Leipzig 1732).
Jauss .fedit.), Text und Application (Poetik und (Schleiermacher llegó a formular la pregunta "si aun pretados, que siempre pueden ser lttídos dtt otra mantt- 49.· Th. W. Adomo. Art. Gese/lschaft, en: H. Kunst/
Hermeneutik JX)(19B1). los escritores tales como periodistas y aquellos que es- ra y siempre pueden lignificar otra coA. La hermenéu· S. Grundmann (edit.) Evangelisches Staatslexikon
33.- R. Kose/leck, Kriegerdenkmale als Jdentititss- cribfan algún artfcu/o que otro, eran objeto del arte tica convierte en lector estético al/actor absoluto. (1966) 636-642, v. 638.
tiftungen der Uberlebenden, en: O. Marquard!K. de la Interpretación" ob. cit. 136), también todas las 41.· Aun H.G. Gadamer, ob. cit. 290 sgs., la "recupe- 50.· W. Dilthey ob. cit. Tomo VI/, 225: "La interpre-
Stier/e (edit.), Jdentitiit (Poetik und Hermeneutik "expresiones vitales" (Dilthey) y ah1: de modo ejem- ración del problema esencial de la hermenáutica" por tación serfa imposible, si las expresiones vitales fueran
V/11}(1979) 257. plar, el mundo de las preocupaciones de "Jo a la ma- medio de la aspiración "a dar una nueva definición de enteramente extrañas. Serfa innecesaria, si en ellas no
34.- Para el concepto "Epóca de neutralización" no" (Heidegger), y, finalmente, todo lo JingüfStico ·la hermenéutica de las ciencias del espíritu, a partir de hubiera nada extraño. Se sitúa pues, entre estos anta·
comp. C. Schmitt, Oer Begriff des Po/itischen (1922, (Gadamer). Este fenómeno de la creciente "universali- las hermenéuticas jurfdica y teológica" (294); pero es- gonismos extremos." De esto se infiere lo inevitable
1934, 1963) 79 sgs. A esta neutralización pertenece dad" de la hermenéutica no debe ser entendido a tra- to -tan fecundo como puede serlo en forma atempera- del //amado "circulo de la comprensión" o bien,
no solamente la génesis de /os estados neutrales en ma- vés del concepto de un progreso linea!, que los herme- da- podrfa llevar a caer en la trampa de lo excesivo, "cfrculo hermenéutico"; comp. M. Heidegger, Sein
teria de confesión religiosa y el hacer autónomas a la neutas atacaron, sino de otra manera: como el intento pues mediante la orientación de facultades "dogmáti· und Zeit, 152 sg.; y H.G. Gadamer, Wahrheit und
"morar: la "economfa" y la "técnica" como poda- de desbrozar el riesgoso texto absoluto de fa Biblia cas" con el retorno de una absoluta verdad ergotista Methode, v. 250 sgs. Para la prehistoria de este "cfrcu·
res neutralizadores, sino también el desarrollo de la por medio de incorporaciones ana/ógiéas, en un camp~ pot;ncialmente mortal, quedarfa nuevamente sin res· lo de la tarea (Aufgabe)" comp. F. Rodi, "Erkenntnis
hermenéutica, teológicamente neutral: la desteo/ogi- cada vez más amplio de interpretada de un texto relati- puesta la cuestión de cómo conciliar vida Y verdad. Es- des Erkannten"- August Boeckh, Grundformel der
zación de la hermenéutica jurfdica (también ella bajo vo, a modo de réplica al trauma (reactualizado por fa to tiene menor importancia para Gadamer. Sucede lo hermeneutischen Wissenschaften, en: H. Ffashar/ K.
e/ lema de: Der·Nomos dar Erde de C. Schmitt (1950) revolución francesa) de la guerra hermenéutica por el contrario con J. Habermas; Dar Universalititanspruch Gründer/ A. Horstmann (edit.), Philologie und
con 96 citas de frases de albericus Gentilis: "Silete texto absoluto. der Hermeneutik, en: R. Bubner!K. Cramer/R. Wiehl Hermeneutik im 19. Jahrhundert (1979) 68-83. Esto·
theologi in munere alieno'?, la desacralización de la 37.- Con respecto a la diferencia entre "discursos" y (edit.), Hermeneutik und Dialetik (1970) 73-103. talmente válida la comprobación de Heidegger: ob. cit.
Biblia como parte de la literatura, y principalmente la "conversaciones infinitas": comp. W. Oe/mül/er(edit.), 42.. L. Ge/dstzer, Traditione/le /nstitutionen phi/oso- 153: "Lo decisivo no es salir del círculo, sino entrar en
génesis del lector neutral, es decir, literario. Tal vez, Normenbegründung-Normendurchsetzung (Materia/en phischer Lehre und Forschung, en: H.M. Baumgartner/ él en forma adecuada'~
esta neutralización como destino moderno de la her- zur Normendiskussion 1/){1978) 230 sgs. o. Hoffe/Chr. Wild (edit.J, Philosophie-Gese/lschaft- 51.· Acaso: O. Brunner/W. Conze/R. Koselleck (edit.),
menéutica sólo sea posible al amparo de la moderna 38.- Comp. W. Dilthey, Der Aufbau dar geschich tlichen Pianung (Kolloquium, H. Krings zum 60. Geburstag) Geschichtliche Grundbegriffe. Historisches Lexikon
neutralización del estado, y, empleando puntos de vis- Welt in den Geisteswissenschaften (1910), Gesamme/te zur politisch-sozialen Sprache in Deutsch/and (1972 Y
(1976) V. 32.
ta de una conversación mantenida con B. Wi/lms, la Schriften, VI/, 217 (Traduc. espaflo/a de E. tmaz. La 43.· K. Lowith, Weltgeschichte und Heilsgeschhen sgs.); J. Ritter/K. Gründer (edit.}, Historisches
formación del "autor" literario, sólo sea posible al estructuración del mundo histórico por las ciencias del Worterbuch der Phi/osophie (1971 y sgs.J; E. Rotha·
(1949, 1953).
amparo de la "auctoritas" del estado neutral. espfritu. México, F.C. E. VI/, El Mundo Histórico.): 44.· R. Koselleck, Vergangene Zukunft. v. 47 sgs. cker continuado por K. Gründer (edit.) Archiv für
35.- B. Spinoza, Tractatustheologico·po/iticus (1670). "Llamamos interpretación a la comprensión metódica 45.· Comp. el análisis de la figura principal, en Kose- Beg;iffgeschichte (1955 y sgs.J.
Creo que en él ratifica, aunque sólo de manera instru- de las expresiones vitales duraderas. .. y la ciencia de 1/eck, Kritik und Krise. Ein Beitrag zur Pathogenese
mental, ese "viraje a lo histórico" que le atribuye H.G. este arte es la hermenéutica."; asf como en 131: "La
Gadamer, art. Hermenéutica en ob.cit. 1064, pues en suma de las resultantes de Jo vivenciado y comprendi-
lo esencial sirve para dar validez al cotejo de los puntos do, es fa vida. "
de controvefllia, p_otenclll/mente cruentos, en la inter- 39.- H.G. Gadamer, Wahrheit und Methode, v. 97 sgs.:
pretación de la Escritura, en el marco de un programa esto lo entiendo como correctivo del heideggeriano re-
desmitificador que hace del racional "conocimiento de compromiso de la hermenéutica.mediante su inserción
la naturaleza" la medida de la comprensión de la Bi- en fa práctica cotidiana de la "inquietud" (Sorge) y la
blia. ':n lo suce11ivo, a/lf donde la naturaleza, en equi- "determinación" existencia; con lo que Heidegger
paración pantefsta con Dios, es desencantada como arriesga la pérdida de su valencia neutralizadora y de
mundo de objetos experimentable y computable y el su potencial de distanciamiento y descarga, de modo
conocimiento de la naturaleza deviene conoci,;iento que, precisamente en Heidegger, y contra su intención
exacto de las ciencias naturales, la comprensión de la fundamental, las hermenéuticas ideológicas pueden
Escritura y la comprensión de escrituras, se tornan. su- asociarse.
puestamente superfluas, porque, en primer lugar, fa 40.· A esto puede pertenecer la saludable trivializa-
razón práctica (comp. "Phí/osophische Grundsitze der ción de las cuestiones acerca de la verdad y de fa sal-
Schriftaus/egung zur Beílegung des Streits': a propósi- vación. Esto puede incluir la posición de fa ironía en el
to de la disputa entre facultades filosóficas y teofógi· sentido de Th. Mann, Ironía und Radika/ismus en:
cas, en l. Kant, Der Streit der Fakultiten (1798) Betrachtungen eines Unpolitischen. Hay traducción
Akademieausgabe, Tomo VI/, 38 sgs.) y fuego fa natu: española: Consideraciones de un apolítico" (1918,

82 83
RISA
Y ARBITRARIEDAD/ SUBJETIVIDAD Y
SERIEDAD
EL "LIBRO DE BUEN AMOR", "LA CELESTINA" y EL .ESTILO
DE SIMBOLIZACION EN LA TEMPRANA EPOCA MODERNA
Hans Ulrich Gumbrecht
1
Dedicado a la memoria de Wilhelm Kel/ermann,
el jovial y magistral experto en el medioevo espaflol.

1. UN PUNTO DE VISTA EXCENTRICO

El cotejo contrastante del "Libro de Buen tido en elementos importantes de tipificación


Amor" -cuya composición dataría, según per- en el marco de aquel saber social en base al cual
mite deducir el conocimiento de su manuscrito, se constituye y se interpreta la vida cotidiana en
de la primera mitad del S. XIV- con "La Celes- los países hispanohablantes.
tina" -obra cuya primera edición es de 1499- Los procesos de canonización ofrecen con-
constituye uno de los motivos clásicos de los es- tinuamente puntos de referencia para la medi-
tudios de Historia Literaria Hispánica, lo mismo ción del potencial semántico précisamente de
que la puesta de relieve de los múltiples parale- aquellos textos a los cuales tales procesos han
los temáticos y estructurales entre ambos tex- vuelto "clásicos". En los comienzos de la actual
tos. Sin que pretendamos menoscabar los resul- "clasicidad" del "LdBA" y de "LC" se encuen-
tados -en muchos casos admirables- que los tra la exaltación que de estos textos comienzan
estudios orientados bajo esta perspectiva han a manifestar "las dos Españas" hacia mediados
aportado para la comprensión de un caso histó- del S. XIX, y dicho entusiasmo, motivado en
rico cultural excepcional -a saber: el pasaje ca- dos formas de recepción diferentes, y a la vez
si sin rupturas de la Baja Edad Media a la "Edad con dos maneras tan diversas de manifestarse,
de Oro" de la literatura española-, no cabe du- nos habilita para suponer una ambivalencia es-
da de que una asociación del "Libro de Buen pecífica en las estructuras de sentido del
Amor" con "La Celestina" ha sido sugerida más "LdBA" y de "LC". Con el término "las dos
por la presencia evidente de ambos textos en el Españas" se alude desde fines del S. XIX por
cá'non de lecturas de un público no cientffico parte de los críticos de la cultura española a una
en los países hispanohablantes de nuestro tiem- oposición que se pronuncia ya en la Ilustración
po, que por consideraciones de tipo heurfstico. tardía española y que aún hoy no ha sido supe-
Ambos textos conocieron en los últimos años rada, entre el afán conservador de preservar la .
una versión filmada -por cierto que bajo pre- identidad de España a través de tradiciones del
tensiones muy diversas-; algunos pasajes del pasado cristiano feudal por un lado, y por otro
"LdBA", así como de "LC" forman parte del lado, la tendencia de los intelectuales burgueses
repertorio de cancionistas españoles populares; liberales hacia el hallazgo, el desarrollo y la pro-
los protagonistas centrales de ambos textos, el pagación de una nueva identidad nacional me-
Arcipreste de Hita y la Celestina, se han conver- diante dos componentes: el descubrimiento de

85
una historia social y cultural alternativa para Es- posibilidades de recepc1on no constituye, sin la evolución social (equiparada aquf a evolución la sociedad se extinguen acopios de sentidos de
paña, y la recepción de la literatura y la filoso- embargo, meramente un acceso heurfsticamerr- del saber social) a través de modelos de relacio- las más variadas dimensiones -pero no todos
ffa de Europa Central. Para la España conserva- te nuevo hacia el viejo problema de la compren- nes diferentes entre estructuras de sentido com- los acopios-, los cuales habfan sido positiviza-
dora, la conviqción de que ambos textos -"van- sión del umbral epocal entre la Baja Edad Media plejas -internalizadas en forma colectiva (aquf dos por el sistema social primero en la sucesión,
guardistas", por as( decir, si se los aprecia desde y el Renacimiento: esta misma estructura de no vivenciadas en forma individual).(4) Según la mientras que el sistema social segundo en la su-
un punto de vista histórico y tipológico- perte- problema se halla también en el centro de múl- premisa antropológica de la Sociologfa d.el Sa- cesión positiviza o infunde de intensidad pro-
necen a la cosmologfa cristiana, se convierte en tiples teorfas de la risa y de lo cómico, teorfas ber, la función del saber social serfa la de com- gresiva, distinguiéndolos(") a estructúras de
uno de los numerosos argumentos que demues- en su mayorfa de base antropológica. Pues es pensar la carencia especffica del hombre de ins· sentido -de las más variadas dimensiones- que
tran la vigencia extratemporal de la cosmovisión -precisamente esta estructura de problema la que tintos que lo orientan frente a una oferta alta- habfan sido anteriormente extinguidas; pode-
propia. La "Nueva España" descubre por su lleva el tema de lo cómico, en la literatura me- mente compleja de percepciones y de vivencias mos denominar este tipo de evolución: nega-
parte en la violación de tabúes temáticos-tanto dieval y la cuestión del pasaje de épocas, hacia ambientales, y precisamente en su función co- ción asimétrica. Por consiguiente deberá llamar-
en el "LdBA" como en "LC", en los planteos un contexto sistemático, por cie_rto sorprenden- mo una ventaja colectiva para la selección de y se negación simétrica a un tipo de evolución
iniciales que ambos textos constituyen hacia la te; Y es este contexto precisamente el que nos para la formación de sentido sobre esta oferta que se asiente meramente como valor 1fmite te-
heterodoxia, en su franqueza respecto a elemen- permite emprender la arriesgada tarea de pre- altamente compleja de percepciones ambienta· óricamente pensable: Aquf el segundo sistema
tos de la cultura arábiga, judfa y popular, obje- sentar a la Sociedad Wolfram-von-Eschenbach les. La selección a partir de ofertas de percep- apaga, en gradual extinción, todas las estructu-
tivaciones de aquella "otra" historia de España, los excéntricos textos de la literatura española ción ambiental, la formación de sentido a par· ras de sentido positivizadas por el primer siste-
de cuyo progresivo hallazgo se aguarda la repre- bajo una perspectiva que -para una concepción tir de elementos seleccionados, se lleva a cabo ma, para ir a su vez distinguiendo todas las es-
sentación de la "verdadera "identidad nacional. española- también es excéntrica. infaliblemente en dos actos de extinción:(*) tructl!ras de sentido negativizadas por el primer
Se hace obvio que el "LdBA" y "LC" de- como apagamiento gradual de porciones no se- sistema. (Este tipo de evolución se reduce a un
ben su canonización como "dos obras maestras 2. PREMISAS TEORICAS: PRAGMATICA leccionadas dentro de la oferta de percepción producto meramente especulativo -desde el
de la literatura española" (1 )(*) a singulares su- DE LA RISA Y MODELOS DE LA ambiental, y como apagamiento gradual de po- punto de vista sociohistórico- ya que sólo es
-puestos históricos, supuestos con los cuales los EVOLUCION DEL SABER. sibilidades para la ordenación conjunta de ele- imaginable como ruptura absoluta de la conti-
lectores no españoles podrán familiarizarse tan mentos selectos. nuidad histórica de sentido, como comienzo
sólo a través de su formación como espeeialistas La risa y el llanto constituyen bajo una par- Si se parte del supuesto de que los objetos nuevo y radical de la experiencia y del pensa-
en historia de la ~~ltur~~ Si~ embargo, la diver- perspectiva teórica de la cognición sfntomas de de percepción potenciales que se han extingui- miento.) Un tercer tipo de evolución, al que lla-
gencia entre esas dos posturas de lectura -la in~· una insuficiencia del individuo que está sujeto a do como contenidos de conciencia, y que las maremos negación puramente recursiva, presen-
terpretación "centrfpeta", por asf decirlo, de situaciones diversas -en esta opinión coinciden, posibilidades de ordenación conjunta de objetos ta -a diferencia de la negación asimétrica- fe-
los conservadores, y la "centrffuga" de los libe- pese a toda divergencia de la formulación de la de percepción una vez seleccionados que se han nómenos de referencia en la Historia, pero na-
rales- sugiere la hipótesis de que serfa posible misma, las escasas y entretanto canonizadas re- extinguido, pueden ser en cualquier momento turalmente debe ser estimado -a diferencia de
que el "LdBA" y "LC" se convirtieran para los flexiones sobre el tema que provienen de la Fi- convertidos nuevamente en contenidos de con- la negación asimétrica- como un caso excep-
medievalistas en clásicos en un sentido comple- losoffa, la Antropologfa y la Psicologfa. Se tra- ciencia, entonces la formación de sentido -ocu- cional, probablemente como estructura de
tamente diferente, a saber: como paradigmas de ta, tal como lo dicen J. Ritter y H. Plessner, de rra ya sea a través del sujeto, ya sea experimen- aquellas fases de los procesos evolutivos que de-
una transformación del estilo de simbolización reaccio_nes. que el cuerpo expresa en su propio tada y lograda previamente por el grupo social- nominaremos "umbrales de épocas": aquf el se-
que tiene lugar en el umbral epoca! que lleva de lenguaje, mvoluntarias -o sea, privadas de todo puede ser denominada n~gación;. c,ientro de un gundo sistema distingue todas las estructuras de
la Baja Edad Media al Renacimiento, constitu- control racional- ante la vivencia simultánea de sentido temíinológicamente rigurOso. sentido que habfan sido extinguidas por el pri-
yendo la reconstrucción de esta transformación complejos de sentido, la conciliación de los cua- Una vez que hemos equiparado la evolu- mer sistema, sin él mismo extinguir progresiva-
una de las perspectivas más novedosas de la in- les -o, más complicado: su compatibilización- mente ninguna estructura de sentido anterior-
ción de la sociedad a la evolución del saber so-
vestigación de la Medievalfstica.(2) La hetero- el sujeto vivenciante no puede lograr.(3) mente positivizada.
cial y que hemos presentado la. formación de
geneidad de las estructuras de sentido que cons- A diferencia del llanto, la risa constituye sentido como acto de negación (en dos planos). Si se aplica esta tipologfa a una serie de
tituyen los textos_ como condición de posibili- no_ sólo el indicio de una insuficiencia, sino que están dadas las condiciones previas para distin- textos de lengua popular, familiares a todo me·
dad Y como provocación para el desarrollo de senala también un privilegio, a saber: el de no guir tipológicamente, según formas de negación, dievalista, se puede arribar_ a tres conclusiones:
maneras de recepción nuevas, es decir, moder- estar obligado a tomar p¡¡ra sf una u otra de las los fenómenos de evolución de la sociedad. A la a) Los textos y géneros cuyas estructuras de
nas -ésta es la excéntrica perspectiva bajo la figuras de sentido vivenciadas simultáneamente. tipologfa (5) aquf señalada corresponde la cues- sentido parecen hallarse en una relación de ne-
cual pretendemos lle~ar a cabo nuestra interpre- Es por consiguiente la risa indicio de la posibili- gación simétrica con respecto a las facilidades o
tión sobre la relación de las estructurás del sa-
tación comparativa del "LdBA" y de "LC". dad de mant~ner estas figuras de sentido a dis- ber social que se disuelven en el marco de una ventajas de sentido de sus receptores, se encuen·
La cuestión sobre los efectos recfprocos de tancia -en un sentido muy amplio: a distancia evolución. En el caso normal de la evolución de tran preferentemente en la Alta Edad Media, y
ofertas de sentido heterogéneas y sus diversas estética-. •. N.d. T.: En el original: einblenden -_verbo de sign;f;-
La Sociologfa del Saber desarrollada por cación opuesta a ausblenden - designa en cinematogra-
Mannheim, Schütz, Berger/Luckmann, pero por •. N.d. T.: En el original: das Aus/Jienden: en clne- ffa y radiotelefonla el fenómeno por el cual una im'
-: N.d. T.: Versión en espaflol: M. R. Lida de Malkiel
matograffa y en radiotelefonfa significa extinción, apa- presión aparece para irse gradualmente imponiendo,
:·o_os Obras Maestras de la Literatura Española: El sobre todo la variante que de esta sociologfa de- con intensidad progresiva, sobre las anteriores. "Aper-
Libro de Buen Amor' y 'La Celestina' " Buenos Ai- gamiento gradual de lo impreso. "Cierre de Negro"
sarrollara Luhmann, la "Teorfa de los Sistemas tura de negro" designa en español la imposición pro-
res 1966, Editorial Universitaria de Bueno~ Aires. designa en espaflol el fenómeno de la extinción progre-
Sociales", sugiere comprender los fenómenos de siva de la imagen en la pantalla cinematográfica. gresiva de la imagen en la pantalla cinematogdfica.

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podemos suponer -en el plano histórico fun- Aquello de lo cual la gente se burla en el problematizaban la "cultura oficial" en sustitu- se desarrollan reflexiones sobre la intención del
cional- que tales textos y géneros contribufan Carnaval es la seriedad de Jo cotidiano, cuya ción del carnaval y la ubicación del mismo en Libro y sus posibles modos de recepción. Nue-
a aliviar a sus receptores de la presión (de la gra- fuente y portador determina Bachtin que es la el año eclesiástico? vamente en cuaderna vía ruega el yo-narrador
vedad dogmática, de la renuncia compulsiva a "cultura oficial" -término bastante vago no Sobre todo la segunda de estas preguntas (la historiografía literaria hispánica equipara
impulsos e instintos, etc.) ejercida por las es- sólo aquf-. Antes de la segunda instancia de subraya exactamente el interés de discernimien· -salvo raras excepciones- el yo-narrador con el
tructuras de sentido de la vida cotidiana (con lo nuestras preconsideraciones teóricas, podemos to de nuestro análisis contrastante (en el sentí· yo-autor) a Dios que le dé su gracia y ayuda, a
cual justamente el carácter imposible de las pues considerar por un lado a la "cultura ofi- do "excéntrico" adelantado al comienzo) del fin de que pueda terminar la obra emprendida,
ofertas de sentido constituidas mediante nega- cial" como aquel horizonte de sentido -históri- "LdBA" y de "LC". Comenzaremos dicho aná- y a este apéndice del prólogo siguen, ahora en
cfón simétrica preservaba la vida cotidiana con- camente especffico- que determina un marco lisis con una visión panorámica de los elementos metros propios de la tonada popular, dos cantos
tra la verdadera problematización); b) el caos en de integración a todos Jos acopios particulares del contenido y de las "piezas de utilerfa" de sobre los siete gozos de la Virgen Marfa. El te-
que se transforma en la Baja Edad Media un ho- (especfficos según capas y situaciones) del saber ambos textos (o sea, con el repertorio de texto), ma del significado múltiple del texto, ya intro-
rizonte antes perfectamente estable de géneros, social que se hallen unidos en un mundo coti- visión panorámica en la cual intentaremos -en ducido en el prólogo en prosa bajo señales teo-
as( como la heterogeneidad de sentido de mu- diano (aqu( es evidente para una teorfa social tanto nos sea posible- no detenernos aún en lógicas, es nuevamente articulado al final, en el
chos textos sueltos de ese perfodo, permiten, orientada funcionalmente, que no necesaria- aquellas estructuras a través de las cuales el re- marco narrativo de un ejemplo burlesco sobre el
contrapuestos al "ordo" cotidiano de la Alta mente "los que dominan" deban ser los porta- pertorio del texto cobra su forma (3.). Es más: duelo entre un griego y un romano.
Edad Media, que los caractericemos como una dores y creadores de dicha cultura oficial). Por las estructuras para la presentación del reperto- Recién a partir de este punto (después.dJ!_Ia
negación recurs¡va, · como consecuencia de fla- el otro lado, el material de Bachtin, tan abun- rio textual (las estrategias textuales) (7) son el septuagésima estrofa del texto) el yo~narradÓ.r
quezas selectivas de sistemas sociales, por tanto: dante en ejemplos, nos permite definir la rela- contenido de un segundo paso anal ftico, el cual también adopta el rol de pr9tagonista central.
como sfntomas de crisis; e) la exuberancia de ción del mundo del Carnaval con la cosmologfa contemplará a su vez tres niveles de configura- Hasta la estrofa 949 se reiata una serie de aven-
sentidos de la Baja Edad Media (ya que profu- cristiano-feudal (de la "cultura oficial" de la ción "de sentido: el nivel de la relevancia temáti- turas amorosas que el pecador arcipreste preten-
sión d~ sentidos es el reverso histórico literario Edad Media europea) como la relación de una ca (constelación de acción), el nivel de la rele- de llevar adelante casi siempre con la ayuda de
del caos del sistema de géneros, mientras son las negación puramente recursiva. vancia interpretativa (concepción del mundo) Y la alcahueta Trotaconventos (precursora de la
concretizaciones de tal caos: "cur.iositas" y la "Cultura oficial" y "carnaval" eran por su- el nivel de la relevancia motivadora; por tanto, protagonista de "LC"). Por supuesto, la singula-
·ruptura de tabúes) parece pues sin embargo puesto -también en sentido funcional- corrien- los niveles de aquellos complejos de sentido a ridad de esta segunda parte del texto no radica
-según la perspectiva- haber hecho necesario, tes para la Medievalfstica ya mucho antes de la través de los cuales el comportamiento y el ac- en su tema, el amor del clérigo, sino en las pers-
o haber preparado, un nuevo estilo de forma- Recepción de Bachtin. Pero los trabajos de Ba- tuar de los personajes se hace comprensible (4.). pectivas y formas con que ese amor es presenta-
ción de sentido: en un primer momento sólo en chtin sobre la cultura medieval agudizaron la vi- Sóló los análisis de texto llevados a cabo bajo do, las cuales han sido acuñadas sin excepción
las obras cumbres de nuestra tradición histórico- sión de aquellos condicionantes situacionales estas perspectivas (3./4.) podrán darnos el pun- en la cultura latina medieval. Apenas un episo-
-espiritual, luego y con ·amplitud creciente, en que aseguran que domine la función de alivio y to de referencia necesario para nuestra pregunta dio se hallará que no haya sido interpretado a
los ámbitos de (los precursores de) arte, ciencia, compensación del carnaval, ya que esos condi- central respecto al viraje en los comportamien- través de numerosos "ejemplos" (en su mayo-
incluso también en la vida cotidiana, el sentido cionantes evitan que el caos carnavalesco se pro- tos receptivos que sucede entre la tardfa Edad ría fábulas de animales); un episodio puede le-
ya no se concebirá más -al modo cosmológico pague al mundo cotidiano. -Nos estamos refi- Media y la temprana Epoca Moderna: partiendo erse incluso como adaptación y en parte hasta
medieval- como lo ya dado objetivamente en el riendo a lo que Bachtin denomina la "insulari- de una reconstrucción de la situación comunica- como traducción de la comedia medieval del
mundo creado por Dios, sino -al modo antro· dad del carnaval", su aislamiento de lo cotidia- tiva implfcita que se registra en los textos (5.), "Pamphilus" (comedia que serviría también de
pocéntrico moderno- como realización del ser no asegurado durante la Alta Edad Media por el intentaremos describir y comprender histórica- modelo al autor de "LC"); el protagonista ex~
humano en el rol de sujeto dador de sentido. lugar que ocupaba el carnaval en el año eclesiás- mente la ubicación de cada uno en la vida. (6.) trae enseñanzas encontradas de las aventuras
A la recepción de Bachtin, desde hace algu- tico: los efectos colectivos podfan ser conteni- amorosas, sirviéndose por un lado de la Astro-
nos años cada vez más intensa en Occidente, de- dos en cada oportunidad gracias a la ascesis del 3.- LOS REPERTORIOS DE CONTENID0.(8) logfa y por otro lado de dos diálogos nocturnos
bemos agradecer que el viraje de nuestra refle- perfodo de ayuno subsiguiente. Desde esta pers- con don Amor y doña Venus, los bien conoci-
xión de una tipologfa de la evolución social y pectiva recaen nuevas interrogaciones sobre El "LdBA" se abre con la plañidera oración dos protagonistas alegóricos de la literatura an-
de los primeros intentos de aplicación de la mis- nuestro proyecto de presentar el pasaje de la de un prisionero, cuya prisión (lalegórica o re- tigua.
ma al umbral epoca! entre Baja Edad Media y Baja Edad Media a la Temprana Epoca Moderna al?) no se localiza, y al cual e'l copista del princi- Tras un último encuentro con la alcahueta,
Temprana Epoca Moderna hasta retroceder a la a través de un cambio en el estilo de formación pal manuscrito identifica en un tftulo con el yo- el yo-protagonista decide partir a recorrer la sie-
pragmática de la risa, no requiera agotadores es- de sentido: lser(a_ adecu¡¡do d~Scribir l.a crisis . protagonista que en pasajes posteriores del tex- rra, donde caerá en brazos de cuatro campesinas
fuerzos de comprensión, convencimiento ni le- del mundo cotidiano de la Alta Edad Media co- to será a menudo llamado Juan Ruiz, Arcipreste serranas {la última de ellas parece ser una her-
gitimación. (6) Porque justamente en la catego- mo una penetración progresiva del carnaval en de Hita. A las diez estrofas de la lamentación mana de los monstruos de la fuente de las nove-
rfa tipológico-cultural del Carnaval que Bachtin la vida diaria -más allá de las fronteras de la in- del prisionero, escritas en "cuaderna vía", el las bretonas). La narración del viaje, así como
desarrollara, se encuentra -por lo menos- tra- sularidad que le es propia? lHabrfa encontrado metro corriente que tomó el mester de clerecía las intercaladas y de nuevo versificadas cancio·
zada uña mediación entre procésos de evo'lución la Temprana Epoca Moderna nuevos modos pa- en lengua popular en la Edad Media española, nes de las serranas, no varían el tema en lo que
sociohistóricos y la pragmática de la risa. ra el aislamiento de las ofertas de sentido que sucede un prólogo en prosa, en el cual, partien- respecta a la segunda parte del Libro, sino las
do de citas bíblicas y sobre la base de los prin- formas en que el tema se articula: estas formas
cipios de la práctica exegética contemporánea, se ajustan a la tradición de la poesía pastoral. Al

88 89
volver 'a casa desde la sierra, el arcipreste se de- sobre las diferencias entre los instrumentos mu- esta de interés también para historiadores, en mente diferentes: pues tan alejada se halla la
tiene en un lugar de peregrinación que honra a sicales cristianos y arábigos. Con la muerte de la razón de la heterodoxia tan difundida en la Es- magia negra de Celestina de la ortodoxia cristia-
hfVirgen Marfa: se dedica entonces dos Medita· alcahueta, a la cual ei yo-narrador dedica dos paña de los Reyes Católicos. (11) na, de la "cultura oficial" vigente, como la na-
bi.ones a la Pasión de Jesuscristo. epitafios, hallan un primer punto final las varia- Calixto, un joven " ... de noble linaje, de turalidad con que Melibea dispone sobre su vida
Con ello se consigue un puente semántico ciones en perspectiva sobre el tema amoroso
temporal que nos conduce a la cuarta parte del claro ingenio, . _. de !inda crianza, ... de estado terrena, confiando sin embargo en que tras su
que habfan sido emprendidas en la segunda par- mediano ... " según el resumen de! contenido suicidio le aguarda una vida feliz en ei Más Allá.
texto. Durante la comida del jueves previo al te del libro.
Miércoles de Ceniza {jueves lardero), e! protago- de la obra con que se abre una de las primeras
Casi tan heterogénea como la parte intro- ediciones de "LC", se enamora de Melibea, cú- 4.- ESTRATEGIAS DE LA CONF!GURA-
nista recibe {su nombre ha sido cambiado ahora ductoria de la obra resulta también el final del
por el de don Carnal) un desaf(o a la pelea por mulo de perfecciones en lo referente a belleza y CION DE SEf\JTlDO
"1- dBA" • P..
' una enumeración de las múltiples
parte de doña Cuaresma (Señora del Tiempo de virtud, única heredera de una acaudalada fami-
propiedades que predestinarían a las mujeres lia. Al no ser correspondido en su amor por Me- Aquello que podr(a llamarse el plot (argu-
Ayuno}. la march¡> de las huestes de las comi-
P.e~ueñas para el amor, sigue el catálogo de los libea, y siguiendo los consejos de sus sirvientes, mento) del "LdBA" y de "LC", adquiere fácil-
das cárnicas como forma de representación me-
VICIOS del torpe mandadero del arcipreste, mozo mente en la perspectiva de un historiador litera-
tonfmica de la voluptuosidad propia del carna- Calixto se vale de los servicios de la alcahueta
val, la derrota del carnaval frente al ejército de que pretende suceder en sus funciones a la falle- Celestina, a la cual promete una recompensa rio versado en Historia ·formal y temática, ei va-
las comidas de vigilia (el miércoles de ceniza). la cida alcahueta -otro motivo muy conocido de enorme para el caso de que Melibea acceda a sus lor posiciona! de meras armazones estructurales,
captura de don Carnal, su huida y finalmente el la iit:ratura popular-. A nuevas indicaciones deseos. Celestina conviene con los sirvientes de hechas factibles por una coordinación de ele-
destierro de doña Cuaresma siguen considera- sobre cómo se ha de entender el Libro, siguen Calixto sobre el reparto entre ellos de dicha re- mentos de contenido recíprocamente heteróno-
blemente el modelo de una conocida narración -y también aquf se halla un paralelo coh la oar- compensa, facilita y patrocina la unión de estos mos. lCómo se explica sin embargo nuestra im-
alegórica de la literatura francesa (9). Se corres- te introductoria- una serie de cánticos m~ria­ con dos prostitutas que habitan en su casa, y presión de que tal multiplicidad de sentido es
ponde por cierto con el concepto medieval de nos, de cantares de ciegos tan gustados en la li- lleva a Melibea, valiéndose de diversos medios carnavalesca en la "LdBA", que puede haber
"traducción" la adaptación de las comidas cár- teratura de la Edad Media española, y algunas de nigromancia, pero también de su admirable desencadenado y desencadenar la risa, en tanto
nicas y las de vigilia, sus nombres y lugares de muestras de poes(a goliardesca. El texto se cie- poder de disuasión, a ·recibir a Calixto en una en "LC" parece hacer posible una aproximación
origen a lo .que conocen los recipientes españo- rra con veinte estrofas en cuaderna v{a, estrofas cita nocturna en su jard(n. del mundo ficiticio al real?
les, as{ como la conformación de la ruta por la que han sido consideradas por muchos intérpre- Al no estar dispuesta Celestina a pagar a los En lo que concierne al "LdBA", se ha lleva-
que huye don Carnal, ruta que lo conduce a re- tes como la mejor comprobación de !a autenti- sirvientes de Calixto la parte prometida de la re- do a discusión, y con razón, la explicación se-
g!ones famosas por su producción ganadera y a cida? autobiográfica del texto: la Cantiga de los muneración, estos la matan; pero también los gún la cual el texto ser{ a medieval en sus conte·
CIUdades con colectividades jud(as importantes: Cléngos de Talavera abarca las lamentaciones y sirvientes hallan inmediatamente después del nidos y moderno en su forma (biográfica) (12),
sólo aquf puede sobrevivir don Carnal durante protestas de clérigos a los cuales el Arzobispado homicidio su propia muerte, al intentar huir de pero por otro lado no debemos olvidar que la
la época de cuaresma. de Toledo ha prohibido el concubinato con sus los verdugos de la justicia. Las prostitutas, huér- integración de contenidos heterónomos dentro
Luego de la entrada trinfal de don Amor la queridas. Esta prohibición del concubinato fue fanas tras la muerte de Celestina, y "solteras" de la estructura biográfica de ninguna manera
mañana de Pascua (esta escena sustituye el re- efectivamente sentenciada en un sfnodo en la tras la muerte de los sirvientes, deciden tomar disipa todas las inconsistencias. En consecuen-
greso de don Carnal que era de esperar y se liga ciudad de Toledo en la década del veinte del si- venganza en la persona de Calixto, si bien este cia, el t_exto parece hallarse próximo -tam-
glo XIV.
temática y formalmente a la poesfa de lengua ignora por completo las consecuencias que ha bién- a los cancioneros, aquella forma de pre-
p~pular propia de las fiestas por la llegada de la El nombre que hasta ahora hemos utilizado tenido su proceder. Cuando durante una noche sentación y de colección de breves textos po-
pnmavera) comienza una quinta parte, ia cual, para la. obra de Fernando de Rojas, aparecidá de amor en el jardín de Melibea, Calixto siente éticos tan propia de la literatura medieval espa·
en tanto sucesión de relatos de aventuras amo- presumiblemente por primera vez en 1499 "La voces al otro lado del muro del jardín y -preo- ñola. Teniendo en cuenta la inconsistencia del
rosas posibilitadas por la alcahueta, se parece, ~elestina'~: es la c_oncretización de una pe;spec- cupado por Melibea y su propio prestigio- de- argumento narrado se hace especialmente evi-
entre todas las partes mencionadas, fundamen- tlva recepLIVa particular y probablemnte no pro- sea averiguar quién perturba su idilio nocturno, dente la sustitución que hallamos una y otra vez
talmente a la segunda, pero la isotopfa no es lo- curada por el autor. Originalmente, el texto se se precipita de lo alto del muro hacia la muerte. del nombre del narrador y protagonista, Arci·
grada mediante una consolidación en la poes!a llamab_a "Tragicomedia de Calixto y Melibea, Melibea clama por su padre, sube a lo alto de preste de Hita, por el nombre de otros persona·
latina medieval, sino gracias a !a referencia a apareciendo el Htulo "La Celestina" "por pri- una torre de la propiedad paterna y le explica jes, los cuales habfan sido a su vez nombres de
materias o temas que podrían ser caracterizados mera vez en una traducción italiana del año su decisión antes de seguir a Calixto en su car- los personajes centrales de textos independien·
1.51 9, Y en España recién en la edición de Alea-
-por supuesto que en forma muy vaga- como da a la muerte: Melibea dice saber muy bien tes antes de ser integrados al "LdBA". Asf ha
contracu lturales dentro de la lengua popular. la de 1569".(10) Si el t(tulo original hace refe- que comete con sus amantes padres{!) una gran permanecido en los pasajes de la segunda parte
Encontramos el motivo de la misa como merca- ren:_ia a la historia de amor de Calixto y Melibea, injusticia, pero, dado que para ella una vida sin de la obra que se remontan a la Comedia del
do de amor, el cual reaparecerá dos siglos más acunada por la tradición ·latina medieval y del Pamphilus, el nombre don Melón del protago-
Caiixto carece de todo sentido, sólo le resta ele-
tarde en la novela picaresca; el motivo del amor Humanismo temprano, el tftulo hoy corriente gir la renuncia a esta vida, para unirse a Calixto nista. Tampoco figura casi el nombre del arci-
(del arcipreste} a una monja y a una mora. Ta!es de "LC" remite a otra tradición en lo referente en el Más Allá. Precisamente este monólogo fi- preste en ia narración alegórica de la lucha en-
episod~os se complementan con el catálogo de al asunto y la Historia de la Cultura, tradición nal de Melibea muestra hasta qué punto la tragi- tre las comidas de vigilia y las 'cárnicas, narra·
l~s atnb~tos de la belleza ideal, con un reparto- que está integrada a la historia de amor: la des- comedia conjuga en plena tensión no solamente ción en la cual don Carnal ha tomado el paoel
no de mas de cuarenta afrodisíacos, un tratado cripción del medio ambiente social en que viven .diferentes medios sociales y sus personajes, sino de este. A su vez, este don Carnal está represen-
magia, delincuencia y prostitución -tradición también formas de la heterodoxia completa- tado en la escena del regreso de los deleites sen-
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suales el Domingo de Pascuas por la figura de de otro modo: la concepción del mundo puede Más compleja -y por lo tanto, menos evi- temporal en el texto, carnavalesca en el concre-
don Amor, la cual habfa sido interlocutora del identificarse con el saber que presenta y supone· to sentido de la palabra, contradice la estructu-
dente desde el punto de vista de la interpreta·
arcipreste aún en la segunda parte del Libro. un texto bajo la perspectiva de la función del ción- es una contradicción que caracteriza, ra del año eclesiástico externa al texto, la cual
También es inqonsistente la coordinación cro- mismo de explicar percepciones y vivencias. En con el valor posicional de una señal, todo el epi- por supuesto se halla presente más allá de los
nológica del viaje por la sierra con la narración el caso de que se caracterice al "ldBA" en el ni- sodio de la lucha entre las comidas cárnicas y jalones temporales que el texto presenta. Esta
alegórica del tiempo de cuaresma, ya que el yo- vel argume~tal (o sea, en el nivel del saber bajo las de vigilia. El acontecer temporal de esta na- estructura temporal nos hace suponer un sus-
protagonista habfa emprendido su peregrinar en la perspectiva de su función en la constitución rración ha sido indicado con conceptos tomados trato de estructuración temporal cfclica a modo
marzo, pero aquel miércoles de ceniza en que de temas) con el rótulo de la "inconsistencia" de la estructura del año eclesiástico. Por nom- precristiano, cuyo ritmo está fijado por la pros-
comienza el reinado de doña Cuaresma se ubica deberemos afrontar contradicciones en el se~ brar tan sólo dos ejemplos: la lucha comienza cripción y regreso constantes del Rey del Car-
después del regreso del yo-protagonista, lo cual gundo nivel del mismo texto: contradicciones -con la cuaresma- el miércoles de ceniza, y fi- naval. ~
consecuentemente significarfa: cuando ya ha entre sf de diversos elementos del saber relevan- naliza -con la cuaresma- el domingo de pas· Se puede pues suponer, que las contradic-
terminado el mes de marzo, y según el calenda- te para la interpretación, y contradicciones en- cua. la reflexión sobre el año eclesiástico arras- ciones hasta ahora señaladas en el nivel del sa-
rio eclesiástico, el tiempo de ayuno ha comen- tre algunos de estos elementos citados por un tra consigo toda una serie de implicancias: P'?E. _ ber relevante para la interpretación, se le han
zado necesariamente. A ello hay que añadir fi- lado, Y la cultura oficial por el otro. La existen- cierto que los cristianos creyentes deben con- pasado inadvertidas al autor del "ldBA"; con
nalmente que, ante el horizonte de expectativas cia de contradicciones(*) internas y de la con- otras palabras: no parece que el autor hubiese
-históricamente inadecuadas- de un lector mo- templar la cuaresma como una fase bien rele-
tradicción parcial a la "cultura oficial" sugiere vante, como un enclave dentro del año eclesiás- buscado intencionalmente tales contradiccio-
derno acostumbrado a la narración biográfica, que caractericemos la relación entre la oferta de tico, una fase cuya identidad radica en un au- nes. Por cierto que en otros lugares esa existen-
tampoco se logrará conducir la serie de episo- sentido del "LdBA" y la "cultura oficial" como mento de lo que se exige a la seriedad ética coti· cia potencial de contradicciones (por ejemplo,
dios. en que apar~e el personaje central hacia la una relación puramente recursiva. Como ilustra- diana. Pero "enclave" en un sentido aún más la ambigüedad en nada reducida de algunos pre-
l(nea de un desarrollo. la particular estructura
ción de lo afirmado remitimos a un pasaje de la obvio eran los pocos d fas de carnaval que la dicados en el texto) es usada fructfferamente
biográfica que integra complejoséie sentido no segunda parte del Libro (estrofas 693 y sigs.), Iglesia toleraba, los cuales se hallan ubicados en· para beneficiar la acción, obedeciendo abier-
se halla entonces -aún- "revestida" por tales en el cual -sin que medie estimación alguna pa- tre las exigencias éticas normales de la vida coti· tamente a un plan. En la estrofa 825, por ejem·
complejos de sentido de una manera tal que ra la mutua intermediación de los mismos- se diana y la forma aumentada que las mismas asu- plo, la potencialidad de contradicción sirve pa-
pueda concretizar en un plot espec(fico la tan convoca a horizontes de interpretación suma-
general y abstracta estructura. mfan durante el período de cuaresma. El ra ilustrar claramente la destreza de convicción
mente diversos, con la finalidad de responder a "LdBA" revierte por completo precisamente de la alcahueta: "lcómo vienes, amiga?''(*),
Precisamente eso es empero Jo que logra la la cuestión sobre cuáles serian las instancias de esa relación pretendida por la cultura oficial en· pregunta la madre de una joven al ver a Trota·
constelación de acción de "lC", motivando una
éxito o de fracaso de las aventuras amorosas del 1re la normalidad del año eclesiástico y del pe- conventos golpear a su puerta, buscando averi·
Y otra vez la continua transgresión del 1fmite yo-protagonista. Asf son -lsustrato de una re- rfodo de cuaresma, por un lado, y el enclave del guar con su pregunta la causa de su venida (el
entre el mundo noble y distinguido de los
ligiosidad primitiva?- en un principio los espfri- carnaval por el otro. El yo-protagonista regresa por qué). Trotaconventos consigue eludir el de-
amantes por un lado, y el mundo de la Celesti- tus del hado (fados)(**), malévolos con el ena- de su recorrida por la sierra siete días antes del sagradable compromiso de la respuesta: en lugar
na por el otro. la propia alcahueta, que ha ad-
morado; con la ayuda de Dios y con el propio comienzo de la cuaresma, y en estos siete días de entender el "lcómo ?" de la pregunta en el
quirido su competencia profesional fuera de la esfuerzo (trabajo grande) puede vencerse los es- cae, según lo admite el año eclesiástico, el en· sentido de "lpor qué?, como es lo corriente en
sociedad, y que debe vivir al margen de la mis-
pfritus del hado. Apenas una estrofa más ade- clave de carnaval. Sin embargo, en el "ldBA" el la lengua cotidiana, ella lo comprende -al pie
ma en tanto ejerza su profesión, se convierte en
lante, parecerfa que el texto considerara al comienzo del enclave de carnaval no se halla pa- de la letra- en el sentido de "lci>mo, de qué
la benéfica autora de tales encuentros sociales.
(13) Por lo tanto, sostenemos lo siguiente: en
(anónimo) destino (ventura) como una instan- ra nada ~u esto de relevancia_ como si c~nstitu­ manera?" Por eso responde:. "lCómo vengo,
cia por encima de Dios y de los espfritus del ha- yera un corte en el año: tan solo se expenmenta señora? iNon sé como lo diga! ... corrida e
tanto que los heterogéneos contenidos singula-
do, Y sólo cuatro estrofas más tarde será final- como cortes el miércoles de ceniza (representa- amarga ... "
res del "ldBA" requieren una estructura inte-
mente Amor, el dios alegórico, quien ayude al do alegóricamente como inicio de la ofensiva a También en los diálogos de "LC" cumple
gradora a los efectos de su presentación (o sea:
clérigo enfermo de amor a alcanzar el éxito. Se don Carnal y a sus combatientes, las comidas) un papel relevante la ambigüedad semántica
en tanto que aqu( predominan Jos contenidos
ve aqui hilvanados elementos del saber -en su y el domingo de pascua (con el regreso de don de algunos predicados. En efecto, aquí la uti·
sobre la estructura), en el caso de "lC" no pue-
mayor parte- equivalentes desde el punto de Amor). Don Carnal, don Amor y el arcipreste, lización con sentidos distintos de las palabras
de afirmarse si en primer lugar es la multiplici-
vista funcional, provenientes de concepciones sirve para configurar los caracteres, la disposi-
?ad d~ se~tidos que necesita del plot comple- trascendentales primitivas (fados), de la cultura
por cierto concretizaciones especfficas del pa·
pel del Rey del Carnaval descrito por Bachtin, ción anfmica que los personajes exhiben según
JO, o SI. ma~ bien es el plot el que depende para
arábiga (ventura), de la mitologfa antigua reinan, según el "ldBA", durante todo el año las situaciones, y la utilización de esa ambi·
su reahzac1ón de la multiplicidad de sentidos
del repertorio de "lC". (Amor) Y de la teorfa cristiana de la justicia del con la excepción del pedodo de cuaresma, all( güedad semántica se entiende quizá como juego
trabajo, sin que el texto indique siquiera cómo interpretado como un enclave, periodo en el de palabras del autor, pero en ningún caso co-
Aquello que precientfficamente se denomi- coordinar o jerarquizar estos potenciales ele- que don Carnal es tomado prisionero y debe mo juego de palabras de un personaje, como su-
na "concepción del mundo" de un texto, puede mentos de interpretación. darse luego a la fuga. Por su parte, la severa do- cede con Trótaconventos. Cuando al comienzo
ser en gran medida identificado con ese saber
de la tragicomedia el sirviente Sempronio sugie-
q.~e el texto ofrece Y supone para la interpreta- ·: N.d. T. - en el ?r!ginal:· '~Widersprüchlichkeit" signi· ña Cuaresma domina sólo durante los cuarenta
Clan de percepciones Y de vivencias, el saber f1ca aquella condiCIÓn surg1da por la existencia de con· dfas del período de ayuno, viéndose obligada a
tradicciones, un estado de "contradictoriedad': pasar los restantes dfas del año muy lejos, em· •. N. d. T.: estas cifras se hallan en espaflol en el ori·
pre-supuesto para la interpretación. Planteado
* *. N. d. T.: estas cifras se hallan en español en el original. prendiendo una "cruzada". Esta estructura ginal.

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re a su señor Calixto, el cual ha sido rechazado habfa hecho Calíxto por los servicios de terce-
por Melibea, que se busque otra amada, le res~ el horizonte de las acciones futuras un aconteci- hueta; oscila en el monólogo final entre el deseo
r( a, Celestina defiende esa dignidad que tam,
ponde Calixto rudamente: "Poco sabes de fir- miento que tiene lugar en el desarrollo de la ac- de acabar con una vida terrenal que se le ha
bién le toca a ella, como a cualquier persona
meza". A lo cual replica burlonamente Sempro- ción ficticia, a saber: la muerte de la ah?ah~eta: vuelto sin sentido al no estar Calixto, Y las múl-
que ha satisfecho en su vida a la Divina Provi-
nio: "La perseverancia en el mal no es constan- dencia: el motivo del "memento mori" en el ep1taf1o de tiples obligaciones que ella como hija. ú~ica ~er­
cia; mas dureza o pertinacia la llaman en mi tie· Trotaconventos lleva en una oportunidad a la cibe qúe tiene (obligaciones no en ulttma _ms-
"Sempronio.- ... Danos las dos partes por cuen-
rra". O sea que Calixto interpreta su comporta- exhortación a gozar plenamente de los placer~s tancia de tipo económico) para con sus sol fc1tos
ta de cuanto de Calixto has recibido, no
miento propio en forma muy diferente a cómo terrenales, antes de q~e sea demasiado tarde; sm padres. 1ncluso la p!opia Celestina, ~oseída por
quieras que se descubra quien tú eres. A los
lo ve su sirviente Sempronio, y el ejemplo de su embargo más tarde despierta el recue;d~ de la la codicia, es influida¡, como ya ha s1do desarro-
, otros, a los otros; cOn esos halagos, vieja."
conversación sugiere que se confronte en el ni- obligación de llevar una vida virtuosa, un1ca for- llado, por sentimientos maternales en su com-
"Celestina.- lOuién soy yo, Sempronio? lOui-
vel del saber relevante para la interpretación de ma de conjurar los castigos divinos que amena- portamiento para con Pármeno.,A pes~r ~e. la
tásteme de la puterfa? Calla tu lengua, no
la subjetividad: la concepción del mundo que zan después de la muerte. Las experiencias que distancia, del "salto cualitativo que stgmf1ca
amengües mis canas, que soy una vieja cual frente al "LdBA" la utilización de la estructura
tienen los protagonistas de "LC", con la exis- Dios me hizo, no peor que todas. Vivo de llevan a cabo los personajes del "LdBA" son
tencia de contradicciones internas y externas indiferentes en relación a las acciones que con del conflicto motivador como estrategia textual
mi oficio, como cada cual oficial del suyo,
del saber en el "LdBA", así como en el nivel de muy limpiamente." ellas entroncan; en lugar de adjudicar efectiva- en "LC", la credibilidad narrativa de los c~nflic­
la relevancia temática: la constelación de ac- mente una conciencia escindida al yo-protago- tos motivadores se halla todavfa muy le¡os de
En tanto hemos pretendido diferenciar los aquella agudeza que caracterizará al g~nero de
ción de la inconsistencia. Los ejemplos de la nista, sucede que -debido en no últi~a in~an­
modos respectivos según los cuales son presen- la novela picaresca ubicado en el centt apenas
subjetividad interpretativa de los personajes de cia a la citada indiferencia- se perdera de VISta
tadas estructuras de sentido dentro de los mun- dos siglos más tarde. (16) Pues allí la (ficticia)
"LC" pueden multiplicarse indefinidamente. a lo largo de grandes extensiones de lectura la
dos fictivos del "LdBA" y de "LC" atendiendo . biografía completa del pícaro, presentada como
Queremos .meramente remitir al diálogo entre integración dentro de la estructura de la narra-
a la función que cumple la interpretación del ción autobiográfica de los tan múltiples com- única funciona ayudando a comprender su ac-
Celestina y Melibea, en el cual la joven de noble
mundo social conformadora dé la experiencia plejos de sentido. tuar :_no raramente contradictorio-. En con-
familia, seguramente respondiendo a la educa-
(nuestros términos-clave centrales eran: "condi-
ción que ha recibido, considera venerable -por En "LC" por el contrario, perspectivas traste con ello, las ojeadas retrospectivas que so-
ción de existencia de contradicciones" y "sub- opuestas de la relevancia motivadora sobre ex- bre su biografía arroja la Celestina,.siguen resul-
fuera- la ancianidad de la alcahueta, mientras
jetividad"), hemos arribado inesperadamente a
que para la propia Celestina su vejez ha sido ex- periencias idénticas son continua~ente prese~­ tando fragmentarias.
un tercer nivel en el ámbito problemático de las tadas en la constelación de conflictos de moti-
perimentada meramente como etapa vital de de-
estrategias del texto: lCómo es presentado el
crepitud. Cuando E. Leube -y con razón- ha vación o de roles. La prueba de que esta inter- 5_ LOS ROLES DEL LECTOR IMPLICITOS
nexo entre reservas de experiencias por un lado EN EL TEXTO
resaltado la diferenciación de la protagonistá pretación no es anacrónica la constituye el Pró-
y modos de comportamiento o acciones de los
Celestina como de individuo frente al rol de la logo a la edición de "LC" aparecida en 15?2 ~n
alcahueta Trotaconventos en el "LdBA", no se personajes por otro, cómo es presentado el sa-
Sevilla el cual pone de relieve la lucha (lid)( ) La sección 3.) de este estudio ha mostrado
estaba por cierto refiriendo solamente a la cir- ber bajo la perspectiva de su relevancia motiva- -inter~a y externa- como experiencia central claramente -así lo esperamos- cuánto se pare-
cunstancia de que la figura principal -as( como dora? Si nos ciñéramos a los standards de las te-
de la vida del hombre, como tema central del cen los repertorios de contenido del "LdBA". Y
todos los otros personajes de "LC"- es instan- orlas de la identidad propias de nuestro tiempo, texto e incluso como problema central para la de "LC", si se los contempla meramente en su
cia dadora de sentido (14). Más bien fueron la deberfamos arribar a la conclusión -natural- sustancia semántica y sin tener en cuenta las es-
comprensión de dicho texto. El hecho _de ·q.ue,
forma en que ella evalúa e interpreta el (ficti- mente absurda en lo que toca a una interpreta- como lectores de "LC", propendamos sm mas a tructuras de presentación; en lo que respecta a
vo) medio ambiente, su comprensión de la pro- ción que se refleja hermenéuticamente- de que la segunda y quinta partes del text~ d:l. 'LdBA",
relacionar motivos opuestos en el sentido de un
pia persona, por último su identidad personal, el yo-protagonista del "LdBA" posee una con- la similitud aumenta hasta const1tu1r. por mo-
conflicto motivador con personajes correspon-
lo que evidentemente sorprendió tanto al públi- ciencia escindida. (15) Porque en varios lugares dientes, mientras que, como lectores · del . mentes relevantes paralelos, los cuales -por
co de su tiempo, que podfan hacerse crefbles a lo largo del Libro se 1iga particulares expe- supuesto que bajo un planteamiento comple-
·'LdBA", tendamos a perder de vista a los pe~­
sólo yendo más allá de las piezas de utilerfa de riencias -nuevamente sin la menor intención in- tamente distinto- ya han sido relevados hace
sonajes como punto de referenc~a de los ~otl·
una narración biográfica -individualizante- de termediadora- con motivos de acción precisa- décadas por la investigación de filiación. Pero
vos opuestos, se explica por la Circunstancia de
Celestina. Por ejemplo la asistencia tutelar de mente opuestos. Cuando en la segunda parte de tan claramente como la afinidad entre los re-
que en "LC" los motivos opuestos se hacen
la obra don Amor inicia al arcipreste en las artes
Celestina a Pármeno, el joven sirviente de Calix- continuamente creíbles a través de roles opues- pertorios de contenidos de ambos te~tos se
to, auxilio que rompe con la norma vital de su del amor, el yo-protagonistá reacciona intentan-
tos, que los personajes particulares encarnan en muestra también un umbral de selecc1on: en
conducta de consecuente egofsmo material, do rechazar al dios del amor, y lo insulta por
el marco de la constelación de acción del t7xt~. "LC" apenas encuentran expresión contenidos
brinda a Celestina la ocasión de rememorar y buscar seducirlo poniendo en peligro la salva-
Los sirvientes de Calixto oscilan entre la f1d_el.•· propios de la poesía popular, en especial conte-
ción de su alma; sin embargo, cuando inmedia-
contar sobre aquellos -subjetivamente- felices dad hacia su buen amo por un lado y la codiCia nidos que se hallen conectados estr:c=hamente
tamente después es doña Venus quien le hace
años cuando reinaba en el ambiente de las pros- y los impulsos de sus instintos sexuales por el con la religión cristiana. De cualqUie~. modo,
titutas y los criminales junto a la madre de Pár- partfcipe de instrucciones complementarias a
otro, la satisfacción de lo cual les promete Ce- han penetrado connotativamente tamb1en en la
ese mismo respecto, el agradecimiento del arci-
meno. Poco antes de morir, al exigirle Sempro- lestina. Melibea oscila entre aquella compostura articulación de la acción de "LC" las estructu-
preste es ilimitado. Similarmente notoria es la
nio con palabras brutales y gestos amenazantes Y decencia para la cual fue criada en el seno de ras del cosmos cristiano: la vida al margen ~e la
oposición en que se hallan aquellos dos trozos sociedad a la cual están condenadas Celestma Y
el pago de los dos tercios de la retribución que una noble familia, Y el amor hacia Calixto que
en la quinta parte del Libro, que relacionan con las prostitutas, o la espontánea resistencia de
se despierta Y crece en los diálogos con la alea-
94 •. N.d. T.: estas cifras se hallan en español en el ori-
ginal. 95
Melibea ante la solicitud amorosa de Calixto y tivo de tales situaciones comunicativas en la for- zlr: 'lntellectum tibi daba. e cetera.' E rruego e 'Este libro debe ser tocado(*) (tañido, trovado,
ante la elocuencia de la alcahueta son -entre mación de sentido cotidiana de los receptores? conssejo a quien lo viere o lo oyere que guarde hecho sonar) igual que un instrumento musical.'
otros muchos pasajes del texto- síntomas de Creemos que algunas observaciones en relación bien las tres cosas del alma. Lo primero, qu~ Si resumimos asf las indicaciones orientadoras
una sobreentendida vigencia de la lfnea que se- al rol del lector -como inmanente al texto- y quiera bien entender e bien juzgar la mi inten- para la recepción que contienen las estrofas ci-
para pecado y virtud en el Cristianismo. Pero en al sitio en la vida -esto capaz de ser reconstrui- yión porque lo fiz:e la sentenyia de lo que y di- tadas, y consideramos seriamente los verbos ta-
la suma de sus elementos de contenido, ambos do tan sólo en base a circunstancias externas al ze, e non al son feo de las palabras: e segund de- ñer ("puntar") y trovar ("trabar"), entonces
textos, tanto el "LdBA" como "LC", quebran- texto- deberán proporcionarnos un principio recho, las palabras sirven a la inten9ión e non la tendremos perfilada ante nosotros una nueva
tan los límites, los tabúes de la concepción cris- de respuestas para estas dos nuevas preguntas, inten9ión a las palabras. E Dios sabe que la mi posición dentro de la disputa filológica que se
tiana del mundo; dado que esta concepción del que tanto prometen en el ca~po de la tipolo- intenyión non fue de lo fazer por dar manera de arrastra desde hace más de un siglo sobre la sig-
mundo es por un lado transgredida por los tex- gfa epoca! y de la teorfa de la comunicación. pecar nin por mal dezir; más fue por redu9ir a nificación intencional del "Libro".( 17) Pues la
tos, pero por otro lado -ya denotativa, ya con- En el prólogo en prosa del "LdBA", im- toda persona a memoria buena de bien obrar e actitud que el texto reclama de parte de sus re-
notativamente- evocado por ellos, podemos pregnado de estructuras de pensamiento prove- dar ensienpro de buenas constunbres e castigos ceptores se ajusta exactamente a los criterios
afirmar que los dos textos se plantean en rela- nientes de la exégesis teológica medieval, se le de salva9ión, e porque sean todos aper9ibidos e con los cuales caracteriza J. Huizinga (18) la si-
ción de negación recursiva frente a la "cultura adjudica al lector en primer lugar -como era de se puedan mejor guardar de tantas maestrfas co- tuación del jue~o: a) el Libro no otorga a sus
oficial". esperar- el rol de aquel pecador que teme por mo algunos usan por el loco amor." lectores un motivo de conexión para la lectura,
Por el contrario, las maneras estil fsticas de la salvación de su alma y que en consecuencia En lo que respecta a nuestras preguntas aún pero el autor cuenta de antemano con que los
formación de sentido que se ha atribuidoí a los aprende de ejemplos: planteadas, resulta especialmente interesante el receptores disponen de una competencia, de re-
personajes en ambos textos han resultado ser " ... e compuse este nuevo libro, en que decidido alejamiento que emprende el narrador glas de juego, con las cuales pueden coordinar
básicamente diferentes. En efecto, Fernando de son escriptas algunas maneras e maestrfas e soti- y autor con respecto a la forma receptiva "peca- recfprocamente sus acciones receptivas para ca-
Rojas parecé haber partido de la experiencia se- lezas engañosas del loco amor del mundo, que minosa" -haya sido efectivamente el Arcipreste da caso. Incluso en el prólogo en prosa señala el
gún la cual cada discernimiento, cada juicio de- usan algunos para pecar. Las c¡uales leyéndolas e de Hita el autor, o nos sea el real nombre de es- autor que el "LdBA" puede utilizarse como ma-
pende de la situación en que se halla aquél que oyéndolas ome o muger de buen entendimien- te aún desconocido, sea este alejamiento algo terial para aprender estas reglas: "E conpósele
desea comprender o juzgar. Por consiguiente, en to, que se quiera salvar, descogerá e obrarlo ha: buscado con sinceridad, o algo que se afirma pa- otros( a dar algunos le9ión e muestra de metrifi-
"LC" el cambio que se opera¡ en la instancia e podrá dezir con el salmista: 'Viam veritatis' ra protegerse. Porque las oraciones del prólogo car e rrimar e de trabar: ca trobas e notas e rri-
que provee la formación de sentido arrastra etc. Otros( los de poco entendimiento non s~ citadas al final suponen un receptor para el cual mas e ditados e versos, que fiz, complidamente
consigo algo as( como una desustancialización perderán: ca leyendo e coydando el mal que fa- se sobreentiende que _él puede asumir un rol Y segund que esta 9ien9ia requiere." b) Mediante
de los fenómenos: Calixto, en un principio de- zen o tienen en la voluntad de fazer, e los por- utilizar el texto de un modo que no está ligado ni la exhortación contenida en la estrofa 1629, a
sairado, interpreta la imperturbabilidad de su tiesos de sus malas maestrfas e descobrimientos a la intención expresada por el autor ni a los agregar nuevos versos al Libro y a mejorar lo
pasión amorosa como fidelidad, mientras su mandamientos cristianos. Dos estrofas de la par- que él mismo ha compuesto, el autor se asigna
publicado de sus muchas engañosas maneras,
criado la interpreta como terquedad; en los ojos te inicial y de la parte final del "LdBA" concre- a sf mismo y a sus lectores el rol de participan-
que usan para pecar e engañar las mugeres, acor-
de Melibea la ancianidad otorga dignidad a Ce- tes en un juego de poes(a. e) Como queda im-
darán la memoria e non despr~iarán su fama: tizan nuestro concepto sobre aquella situación
lestina, mientras que para la propia alcahueta pl fcito a través de múltiples formulaciones, se
ca mucho es cruel quien su fama menospre~;ia: comunicativa que el propio texto se asigna con
significa ante todo achacosidad. el fin de res~ryar al receptor una especial liber- puede dominar este juego poético mejor o peor:
el Derecho lo dize; e querrán más amar a sf mes-
Por supuesto que la puesta de relieve de las mas que al pecado: que la ordenada caridad, de tad en la formación de sentido: as( quedan los recipientes en situación de com-
afinidades y las diferencias entre el "LdBA" y sf mesmo comiem;:a: el Decreto lo dize; e dese- petir con el autor, en la situación de una com-
"LC" no era el objetivo primario de nuestra in- charán e aborre~erán las maneras o maestrfas 70- t'De todos estrumentos yo, libro, só pa- petición poética.
vestigación. Ahora finalmente corresponde a la /riente: Hace ya cuarenta años que Menéndez Pidal,
malas del loco amor, que faze perder las almas e
comparación de los textos llevada a cabo en di- caer en saña de Dios, apocando la vida e dando bien o mal, qual puntares, tal dirá yierta- basándose en los pasajes del "LdBA" cuya fun-
ferentes niveles -a pesar de lo extenso de tal mala fama e deshonra e muchos daños a los /mente; ción es dirigir la recepción, asoció este texto al
comparación- sólo ,el valor posicional de un su- cuerpos." qual tu dezir quesieres, y faz punto e ambiente del arte de juglarfa. (19) El arte de ju-
puesto que es necesario para responder las dos Sorprendentemente, se da a continuación /tente: glarfa y el de clerec(a no estaban en el medioe-
preguntas rectoras que nos formuláramos al co- una "media vuelta" en cuanto a lo que se indi- ssy puntarme sopieres, sienpre me avrás vo español separados por la lfnea divisoria entre
mienzo: lCómo se explica que los receptores ca en el prólogo en prosa para la recepción del /en miente." la lengua culta y la popular, y por ese motivo es
del "LdBA" y de "LC" hayan reaccionado y mismo: 1629- "Qualquier ome, que l'oya, sy bien tro- convincente Menéndez Pidal cuando, al especi-
aún reaccionen frente a repertorios de textos si- "Enpero, por que es umana cosa el pecar, si /bar sopiere,
milares, incluso en gran medida paralelos, en algunos (lo que non los conssejo) quisieren usar puede más añedir e enmendar si quisiere. •. N.d. T.: en el original: "Man sol/ das Buch -so wie
forma tan diversa, a saber: riendo en un caso y del loco amor, aquf fallarán algunas maneras pa- Ande de mano en mano: qualquier que ein Musikinstrument- rpielen." El verbo alemán '&pie-
con seriedad e incluso con l.ágrimas en el otro ra ello. E ansf este mi libro a todo ome o muger, /lo pediere. len' significa· "tocar un instrumento" pero tambidn
caso? lQué estructuras de las __:tfpicas- situa- (como se hará enseguida evidente por el desarrollo del
al cuerdo e al non cuerdo, al que entendiere el Como pella las dueñas, tómele quien po- planteo) ·"jugar" en el sentido más amplio. Lor voca-
ciones comunicativas para ambos textos se ha- bien e escogiere salv~ión e obrare bien amando /diere." blos españoles 'tañer', 'puntear', 'tocar un instrumen-
. liaban coordinadas a los efectos de evitar una a Dios, otros( al que quisiere el ámor loco en la to' carecen, al menos en su uso contemporáneo, de
influencia abusiva del potencial semántico nega- carrera que andudiere, puede cada uno bien de- este otro valor semántico.

96 97
.fi~)"JU ~sis para la.pragmática del "LdBA"~ se- cia" no fueron experimentadas por los recep- trasponer en Jugares convenibles a sus actos y todo en comparación con el "LdBA"- comple-
iial~ que pod.-fa ~aher sido este el caso de la tores de los siglos XVI Y XV como carencia, co< propósitos. Asf que cuando diez personas se jidad de los caracteres de los personajes, a través
ap~iación de procedimientos propios del arte mo concretización semántica insuficiente. Más juntaren a ofr esta comedia, en .quien quepa es- de la fractura de los roles lineales, a través de
~ejuglaria.a I~J situación de la informalidad de bien ha de suponerse, a la inversa, que una cons- ta diferencia de condiciones, como suele acae- aquello que hemos denominado conflictos de
los escoláres o clérigos. A esta comprobación telación de acción concluida~ tal como la pre- cer, lquién negará que haya contienda en cosa motivación.
sólo cabría .agregarle una acotación de preci- senta por ejemplo "LC", se plantearía oblicua- que de tantas maneras se entienda?" Vemos que la fórmula de la "subjetividad
sión: aquellas formas tan frecuentes en el mente en relación a la arbitrariedad de la for- lCómo puede entonces caracterizarse me- de la formación de sentido no es suficiente para
"LdBA" que -tomado al pie de la letra- presu- mación de sentido en el juego poético. Si bien jor aquella situación comunicativa, implícita caracterizar el aspecto innovador del estilo de
ponen una situación comunicativa oral, docu- los consejos para la recepción que enmarcan el en el texto, en la cual la ejecución subjetiva de formación de sentido de la Temprana Epoca
mentan tan poco que la oralidad haya sido la texto de la Tragicomedia a través del prólogo y
forma de. ejecución primaria, o siquiera la bus- la formación de sentido sobre un repertorio de Moderna. En la descripción de un estilo de for·
del epflogo de las sucesivas ediciones difieren en contenido que se asemeja en gran medida a la mación de sentido debe tenerse en cuenta tam-
cada por su autor, para ese juego poético que
el detalle, coinciden sin embargo en la certeza oferta semántica del "LdBA", conducfa sin em- bién el punto de referencia textual de esa subje-
. sirviera como medio al "LdBA", como definiti-
de que la obra deberá ser lefda o escuchada en bargo a una reacción opuesta? El epflogo en ri- tividad, cuanto más que una subjetividad que se
vamente Jo hace la mención del "libro del arci-
una actitud seria. No obstante, delante del tras- ma escrito por Alonso de Proaza, corrector de hace realidad en el arbitrario juego con partes
preste" que Menéndez Pidal descubriera en un
fondo de común seriedad, parecerla que "LC" la impresión de la citada edición sevillana, nos del texto, y una subjetividad tal, que encuentra
libro de juglarfa del S. XV. También en la re-
contara también con la subjetividad de sus re- conduce por la pista de una respuesta. Según su campo de libertad en la elección entre dife·
cepción que hace un único lector, las fórmulas
ceptores como instancia de interpretación, asf Proaza, la obra se denomina con razón 'tragico- rentes ofertas de identificación, también está
tomadas del arte de juglarfa CQnnotan una si-
como en el "LdBA" se daba este caso ante un media' y no 'comedia', ya que un lector com- relacionada de ·diversas maneras con el actuar
tuación comunicativa determinada -origina-
trasfondo de risa común. En el prólogo a la edi- . prensivo deberá llorar el trágico fin de Calixto y cotidiano de los recipientes. (20)
mente oral- y por Jo tanto pueden evocar -en
ción sevillana de 1502 se lee: Melibea. Proaza se dirige también al "discreto
su origen, aunque no necesariamente- actitudes
receptivas ligadas a la oralidad. En lo posible, de- "Y pues es antigua querella y visitada de lector"(*) que recitará el papel de Calixto -ve- 6.- UBICACION EN LA VIDA
be verse por tanto el ingreso del "LdBA" -so- largos tiempos, no quiero maravillarme si esta mos entonces que se ha pensado en una repre·
bre ello volveremos en la próxima sección- en presente obra ha sido instrumento de lid o con- . sentación del texto con los diversos roles del Cuando sea que se concentren esfuerzos ha·
el repertorio de un juglar como una -sit venia tienda a sus lectores para ponerlos en diferen- lector- y le recomienda lo siguiente: cia situaciones comunicativas institucionaliza-
verbo- reoralización. Nos toca a nosotros afir- cias, dando cada uno ~entencia sobre ella a sa- das (no hacia consumaciones únicas o especffi·
mar que la forma especial de subjetividad del bor de su voluntad. Unos decfan que era prolija, "Si amas y quieres a mucha atención, cas individualmente) para reconstruir la "ubica-
receptor con que cuenta de antemano la oferta otros breve, otros agradable, otros oscura; de leyendo a Calixto mover los oyentes, ción en la vida", esos esfuerzos toman el rumbo
~anera que cortarla a medida de tantas y tan cumple que sepas hablar entre dientes, del saber cotidiano como nivel fenoménico del
de sentido desarrollada en el "LdBA", de una
negación puramente recursiva de la cultura ofi- diferentes condiciones a sólo Dios pertenece. a veces con gozo, esperanza y pasión, mundo pasado; dicho más claramente: toman el
cial, era la arbitrariedad de la interpretación. Mayormente pues ella con todas las otras cosas a veces airado con gran turbación. rumbo de la competencia comunicativa. Esto
que al mundo son, ya debajo de la bandera de Finge leyendo mil artes y modos, significa que la cuestión de la "ubicación en la
Tal distancia de la oferta de sentido, distancia
esta noble sentencia: "que aun la misma vida de pregunta y responde por boca de todos, vida" no puede resolverse en una descripción de
que posibilita en primer lugar la arbitrariedad
los hombres, si bien lo miramos, desde la prime-
. integraba la serie de particularidades estri.Jctu~ llorando y riendo en tiempo y sazón." las respectivas formas de realización de roles de
ra edad hasta que blanquean las canas, es bata· lectores impHcitos en el texto, sino, en lo que a
rales de una situación comunicativa que resalta-
lla." Los niños con los juegos, Jos mozos con las La tarea que aquf se le adjudica al recitador los receptores respecta, tal cuestión tiene que
ba por sobre lo cotidiano, situación que ponfa
letras, los mancebos con los deleites, los viejos hoy serfa llamada "configuración de ilusión"; ver con los presupuestos necesarios para que los
en escena un juego con la poesfa. El que una si-
tuación asf pudiese objetivizarse en el transcur- con mil especies de enfermedades pelean y estos nos hemos acostumbrado a considerar la identi· roles de lectores impl feítos en el texto se hagan
so de su institucionalización también en formas papeles con todas las edades. La primera los bo- ficación como la manera receptiva que se hace realidad, y, en lo que respecta al.autor, con las
especiales de la spciabilidad, lo muestran fenó- rra Y rompe, la segunda no los sabe bien leer, la posible a través de la configuración de ilusión. reservas de saber históricamente especfficas re·
tercera, que es la alegre juventud y mancebía La forma especial de subjetividad del recipiente lativas a la comunicación como horizonte que
menos como la "gaya ciencia", los "puys" o el
"Meistersang" en las literaturas catalana, pro- discorda. Unos les roen los huesos que no ti~ a la que se ofrece el texto de "LC", no seda por hace posible que surjan los roles de lectores im·
venzal, norfrancesa y alemana de la Baja Edad nen virtu_d, que es la historia toda junta, no consiguiente una subjetividad que -arbitraria- plícitos en el texto (en el sentido de A. Schütz:
Media. aprovechandose de las particularidades, hacién- mente- seleccionara piezas de utilerf a del re- como "motivo-porque") (21).
Si es correcto que el "LdBA" contiene im- dola cuenta de camino: otros pican los donaires pertorio de la totalidad del contenido y las en· Hemos antepuesto a la última sección de
pHcito un rol para el lector que deja libertad Y refranes comunes, Joándolos con toda aten- samblara en cada caso para configuraciones es- nuestra interpretación estas acotaciones -muy
para la formación de sentido arbitraria, enton- ción, dejando pasar por alto Jo que hace más al pecíficas, sino una subjetividad que se realizara generales- sobre el status de la categorfa "ubi·
ces podemos también suponer que aquellas ca- caso Y utilidad suya. Pero aquellos para cuyo eligiendo un personaje como posibilidad de cación en la vida" con el propósito de, por una
racterfsticas estructurales del texto que hemos verdadero placer es todo, desechan el cuento de identificación, para Juego ser conducida a través parte, afirmar que debemos al fin atravesar de·
descrito bajo los rótulos de "inconsistencia" la historia para contar, coligen la suma para su del plot del texto por los diferentes caminos finitivamente la esfera de la inmanencia textual
"condición de contradictoriedad" e "indiferen~ provecho, rfen lo donoso, las sentencias y di- respectivos a la seriedad, incluso al llanto. La (H. Kuhn habfa señalado que la reconstrucción
chos de filósofos guardan en su memoria para identificación como actitud receptiva subjetiva -mediata- inmanente al texto de la "ubicación
se hace posible a través de la asombrosa -sobre en la vida" corresponde, visto hermenéutica-
98 *. N. d. T.: estas cifras se hallan en español en el Qriginal.
99
mente, a Jos intentos específicos de la Medieva- gos -positivos y negativos- en el ambiente de menos- solamente en Alfonso de Paradinas. !les: "Nació hacia el año 1465. Su tftulo acadé-
lfstica éientíficó·literaria) (22); pero por otra aquellos grupos que J. Legoff llamó "intelec- (27) Podemos interpretar funcionalmente estas mico, al que deja entrever también en el prólo-
'!>ai'f~; !arnbiell para·. hacer patente · cuán poco tuales de la Edad Media"(25), reconstruida con
ilustraciones -poco cuidadosas- de animales go "El Auctor a un su Amigo",(e) es fruto de
nos ayuaa el ~abér que ei"LdBA" ha nacido un cuidado minucioso por Menénclez Pida!
muy probablemente en la Castilla de Alfonso de fábula, de caras grotescas y de manos con el sus estudios jurfdicos. Residió desde 1517 apro-
siendo el de Paradinas el nombre con que s~ dedo fndice extendido, como señales extralin-
XI, en una época de constantes intrigas polfti· ximadamente en Talavera de la Reina, donde
cierra el Manuscrito S -como firma del copis- güísticas que conducen al lector; sin embargo, fue nombrado alcalde en 1538 y murió en
cas internas, constantes guerras entre los reinos ta-.(26) Alfonso de Paradinas provenía de Pe-
de la Península. Ibérica, y que "LC" apareció en vistas en tanto formas ante el fondo común del 1541. Sólo indirectamente podemos inferir la
ñaranda, -hoy- una pequeña ciudad de la Dió- cuerpo textual escrito, las dróleriés pertenecen instrucción que recibiera, y sobre su actividad
sus primeras ediciones durante el reinado de los cesis ele Salamanca, y hacia 1417 -como estu-
Reyes Católicos, en momentos en que una ad- por cierto a aquel conjunto de formas tume- literaria restante, nada sabemos. Su ascendencia
diante- era uno de los alumnos del citado Co- factas, excedentes de toda configuración, en el jud fa hizo que considerara prudente no poner la
ministración estatal y una poi ftica cultural mo- legio de San Bartolomé: "Sin duda que ha de
derna (por cierto que_ influfcla también por el cual sitúa Bachtin el más seguro síntoma de la misma muy de relieve."(30) Se hace entonces
haber sido en aquellos años que él copió para la consumación vital carnavalesca.(28) Se puede evidente lo que estos datos confirman y -en lo
Humanismo italiano absorbido a través del Rei· biblioteca del colegio el códice, el que fuera
no c!Et-Aragón), dio forma a la España posterior suponer que, más allá y a pesar del estilo sub- posible- aclaran: Fernando de Rojas fue un
conservado allí hasta 1807 ... " Más tarde fue jetivo de formación de sentido a que desaffa el
ele Carlos V mediante la integración de los cinco hombre que pudo haber obtenido la instrucción
Paradinas Profesor de Derecho Canónico en Sa- "LdBA", era la insularidad del propio juego po-
reinos ibéricos. Si ponemos en práctica la re- que se manifiesta en "LC" sin haber sido clérigo
lamanca, viajó dos veces a Roma en el transcur-
construcción de la "ubicación en la vida", nos ético carnavalesco lo que podfa evitar que las fi- ni haber pertenecido a la nobleza. Más allá de
so de su vida -probablemente de noventa
vemos remitidos a la explicación que de los ha- guras de significación nacidas en la arbitrariedad ello, estos datos sugieren que se asocie la discre-
años-, en donde hizo construir un hospicio y
llazgos positivistas hace el saber especial de la invadieran la vida cotidiana. Por supuesto que pancia tan notoria para el lector actual entre:
una iglesia en honor de Santiago; en España lle-
Medievalfstica. (23) "insularidad" no tiene que seguir significando los dos prólogos, que bien puede atribufrsele al
gó a ser Arzodeán de Ledesrna (Diócesis de Sa-
La impresión de que el "LdBA" cuenta de aquí la distancia espacial o temporal de la situa- autor, y el plot del texto, con: la situació'"! tfpi-
lamanca), e incluso Obispo de la diócesis vecina
antemano -también- con el sabéi' teológico de ción comunicativa con respecto a la vida cotJ· :a de un cristiano nuevo(*), situación que im-
en dirección oeste, de Ciudad Rodrigo.
especialistas, con una competencia comunica- diana; muy bien puede haberse concretizado tal plicaba. el verse forzado a ocultar una co!lcep-
Si bien no debemos a Alfonso de Paradinas "insularidad" en la marcada división de roles ción heterodoxa del mundo tras una aparien-
tiva que debió ser especialmente desarrollada en
el texto mismo, sino meramente el más impor- existente entre el oficio clerical y los juegos in-
lo que respecta a textos religiosos como medios, cia de congruencia perfecta con la ortodoxia
tante manuscrito del "LdBA", el hecho de su
con los contenidos especfficamente medievales telectuales de los clérigos. cristiana. Pues el desenlace de la acción, mortal
carrera eclesiástica modelo resulta de gran rele- para -casi- todos los personajes, es presentado
de la "formación clásica", se ve -tanto como es Una enorme cantidad de puntos de referen-
vancia histórico-literaria, ya que prueba feha- en los prólogos como instructivo ejemplo de la
posible- apuntalada incluso por el lado de ese cia de la Historia especffica se aúnan para otor-
cientemente que la "cultura oficial" de Paradi- gar peso a la certidumbre de que la "ubicación lnevitabilidad del castigo divino de los peca-
saber especial de la Medieval fstica a través de
nas puede haber dejado casi ninguna marca en en la vida" de "LC" era aquel medio social ur- dos, si bien en todos los casos -con claridad
los tres manuscritos más antiguos. Todos ellos
la forma intensa en que este se ocupó del Libro bano de formación humanfstica, de burgueses mayor o menor- el nexo entre el "pecado" y la
han surgido en las postrimerfas del S. XIV y los
-potencialmente- heterodoxo. Contrariamente ("ser burgués" significaba ante todo también en causa de la muerte parece contingente. El que
comienzos del S. XV, y "los tres dejan recono-
a nuestras expectativas surgidas de la actual rea- la Alta Edad Media española: no ser clérigo ni se enterrara a Fernando de Rojas en hábito
cer que el texto se ha trasmitido en ambientes
lidad institucional de la religión, debemos tener miembro de la nobleza), medio en el cual se franciscano, habiendo sido su suegro sometido a
instrUidos, ya que el Manuscrito T proviene de
bien claro que el ser clérigo, profesor de Teolo- apoyaba la poi ftica económica y cultural de los interrogatorio por la Inquisición, constituye
la Catedral de Toledo, el Manuscrito S del Cole-
gfa, obispo, en la Edad Media, constitufa ante Reyes Católicos. Tenemos aquf presente ante probablemente también un clarfsimo sfntoma
gio de San Bartolomé de la Universidad de Sa-
lamanca, el Manuscrito 1 debe tener una proce- todo una profesión; a este oficio correspondfan todo, el horizonte de instrucción capaz de im- de la forzosa doble vida que se obligaba a llevar
dencia similar ... "(24) Probablemente data del además especfficas "formas de vida" extra-pro- presionar a los receptores, horizonte que, en lo a los cristianos nuevos, sfntoma tan claro como
último tercio del S. XIV una traducción a la fesionales, como el juego que no teme a la blas- que a instrucción clásica antigua concierne, se la relación entre los prólogos del autor y el plot
preforma medieval del portugués actual del tex- femia y cuyo medio era el "LdBA". Y nadie se ha vuelto más complejo en algunas dimensiones, de "LC".
to originalmente escrito en lengua castellana, y sentfa en la obligación de hacer compatibles es- en comparación con el "LdBA"; es sin embargo Sin embargo, todos estos indicios de la His-
de muy poco tiempo después debe datar una tas formas de vida extraprofesionales con la se- un saber especial teológico que, como ya se toria especializada no explican por qué -y ni si-
riedad de la función clerical. mencionó anteriormente en otro contexto, ape- quiera documentan que-la forma receptiva do-
poética latina que cita-dos estrofas del "LdBA"
en el status de ejemplos de lengua popular con · Nuestra consideración del texto dentro del nas presupone algo más; tenemos aquf presente minante de "LC" haya sido la subjetividad de la
el fin de concretizar sus reglas poéticas. Por su marco de situaciones de juego intelectual ele es- la ilustración grabada en madera de la edición identificación con personajes por separado. No
parte, los famosos cancioneros del S. XV no se tud!antes y clérigos medievales se ve por último de 1502, la cual aparece con mfnimos retoques que se pruebe que la situación comunicativa del
remontan -por lo menos expl fcitamente- al ratificada por dos apreciaciones sobre el Manus- también en otras impresiones españolas de ine- drama lefdo, situación que menciona el ya cita-
"LciBA", lo cual se puede explicar bajo el recur- crito: el papel utilizado es de una calidad excep- quívoca procedencia humanfstica (29), y múlti- do epflogo del Libro, haya sido en otro lugar
so de ausencia de una "elocuencia retórica y cional; en numerosas páginas la escritura asume ples convenciones en la presentación del texto también la forma burguesa humanista típica de
hermosa" ('retorica e pulchra eloquen~ia') las deformaciones propias de las dróleries (pi- impreso. Consta también antes que nada el sa- la sociabilidad instruida. Lo que Interesa son las
-as( lo formulaba un proemio-. La localiza- cardfas) tan tfpicas de los manuscritos góticos ber histórico literario que se tiene sobre labio- causas, que nos permitirán comprender el nexo
ción del texto, ya clara después de tales hallaz- (aunque: lcualquier contenido, cualquier me- grafía del autor de "LC", saber que ha crecido entre esta forma receptiva y la ubicación social
dio social?), las cuales no tienen su origen -al entre tanto a una abundancia enorme de deta- de los receptores. Parece perfilarse una primera
•. N. d. T.: estas cifras se hallan en espaflol en el original.
100
101
hipótesis en este sentido si comparamos los mo- zo su aparición la trfada del (solitario) autor co- NOTAS
dos de asumir los roles por parte de los recep- m~ creador, del texto como obra del autor y
tores en la sociabilidad burguesa del S. XVIII ob¡eto de la lectura, y del (s, ·:ario) lector co-
aproximadamente, con los modos de asumirlos mo individuo "simpatizante" -o sea: dispues- 1. Apréciese el tftu/o de la más significativa inter- cal de la Baja Edad Media al Renacimiento", en "Li·
los de la Alta Edad Media. Es as( que.la Estética to a la identificación. pretación comparativa de las últimas décadas: M. R. Li- teratura en la Sociedad de la Baja Edad Media", pág.
de la novela y del drama de la Epoca de la Ilus- da de Ma/kiel "Two Spanish Masterpieces- The 'Book 98 y sigs. ·
Oue la soledad del rol de lector tiene como of Good Love' and 'The Celestina' ", Urbana 1961 6. Véase principalmente M. Bachtin, "Rabelais and
tración, impl fcita o en los comienzos expl (cita, consecuencia la protección de las "culturas ofi- (11/inois Studies in Language and Literature 49). his World", Cambridge, (Mass.) 1965; también mis in·
presupone que, como sustrato de la identifica- ciales" contra toda negación de consecuencias 2. Véase el prólogo de D. Poirion y una serie de !a1 tentos de sistematización en "Contramundos Litera·
ción con personajes ficticios, se imponga un importantes, no es algo conocido recién por los contribuciones al primer volumen, que yo he editado, ríos", pág. 96 y sigs.
"espacio nuclear" de identidad personal, o -vis- intelectuales del S. XX que, verbosamente, se de la serie acompañante del "GRLMA": "Literatura 7. Los términos "repertorio textual" y "estrategias
to normativamente- un espacio nuclear de pura en la Sociedad de la Baja Edad Media': Heidelberg textuales" se manejan aquf en el sentido que les da W.
quejan de la carencia de función de la literatura 1980. /ser, "El Acto de la Lectura-'- Teorfa del Efecto Esté·
humanidad del receptor en cada caso, todo lo Y del arte. Ya en 1758 formulaba Rousseau en tico': Munich 1976.
3. Véase J. Ritter "Sobre la Risa", Páginas para la
cual, bajo las presiones del mundo cotidiano su famosa "Lettre a d' Alembert" su veredicto Filosoffa Alemana 14 (1940-41) págs. 1 a 21; H. Ples- B. Se recomienda a los lectores no romanistas las si·
que se critica, raramente logra hacerse conscien- moral en contra del espectáculo que sólo incen- sner "El Origen de la Risa y el Llanto" en H. P/essner guientes traducciones: "Juan RuiZ, Arcipreste de Hita
te, ni que hablar de que logre realizarse. tiva el amor propio y la autoconmiseración con
"Risa y Llanto': Francfort 1970, págs. 149 a 171,· y - Libro de Buen Amor", traducido y prologado por
Por el contrario en la Edad Media, y de ello las diferentes perspectivas para el desarrollo ulterior de H. U. Gumbrecht, Munich 1972 (Textos Clásicos de la
las siguientes palabras: ' estos primeros esfuerzos en la obra editada por W. Edad Media Románica en Ediciones Bilingües 10),·
da testimonio también nuestro análisis del "Mais n'adoptons point ces spectacles ex- Preisendanz y R. Warning "Lo Cómico", Munich 1976 "Fernando de Rojas - Celestina", traducido por E.
"LdBA", parecer(a que el gozo que sentían los clusifs qui renferment tristement un petlt nom- (Politice y Hermenéutica, 7). Hartmann/F.R. Fries, Brema 1959 (Colección Dietrich
r~eptores al asumir y actuar un rol inmanente 4. Véase sobre la pre-historia y la historia temprana 214).
bre de gens dans un autre obscur; qui les tien-
al texto, haya ido en aumento con la mayor dis- de la Sociologfa del Saber la colección de textos edite- 9. Véase la documentación pertinente (No. 4556)
nent craintifs et immobiles dans le silence et 1' da por K. H. Wo/ff: K. Mannheim, "Sociologfa del Sa- en GRLMA Vl/2.
tancia que este rol guardara respecto a su verda- i~action . . . Plantez au milieu d'une place un ber"- recopilación de la obra, Neuwied 1964 (Textos 10. E. Leube, "La Celestina", Munich 1971, pág. 6.
dera identidad: en la Edad Media la identifica- Plquet couronné de fleurs, rassemblez-y le peu- Sociológicos 28); de lo demás: A. Schütz, "La Cons- 11. Sobre este aspecto véase en especial: C. Real de la
ción, si se usa este término de modo anacróni- ple et vous aurez une fete. Faites mieux encore: trucción con Sentido del Mundo Social -Una Intro- Riva, "Notas a la Celestina" en ''Strenae- Estudios de
co, termina siendo la participación en una mas- donnez les spectateurs en spectacle; rendez-les ducción en la Sociologfa Comprensiva" Viena (2) Filologfa e Historia dedicados al profesor Manuel Gar-
carada de roles, en el marco de la cual también 1960; P. L. Berger!T.Luckmann, "La Construcción Colee· cla Blanco': Salamanca 1962, págs. 1-10.
a~:eurs eux-memes; faites que checun se voit et tiva de la Realidad- Una TeorfadelaSocio/ogfadeiSa- 12. C. Real de la Riva • "Libro de Buen Amor- Estu-
sus receptores por separado -a diferencia dei S. S ~1me dans les autres, afin que tOUS en soient ber': Francfort (2) 1971 (Conditio humana);Á.Schützl dio Histórico-Crltico y Transcripción Textual del Có-
X~lll- pueden cambiar continuamente sus m1eux. unis."(31) T. Luc/cmann, "Estructuras del Mundo Vivido", dice de Salamanca", Madrid 1975, pág. t.
mascaras 0 roles. Nuestras consideraciones nos No por ratificar el argumento de Rousseau, Neuwied 1975 (Textos Sociológicos 82),· W.M. Spron· 13. M. R. Lida de Malkie/, "La Originalidad Artfstica
co_n?uce.~ a la tesis final de que las "culturas cree~ os que el esfuerzo de reconstru tr dos si-
del 1 R. Grathoff (editores): "Aifred Schütz y /aldea de 'La Celestina'", Buenos Aires 1962, pág. 513.
14. Véase Leube, pág. 32. ·
of•c•ale~ : las estructuras de sentido de los mun- tuaciones_ de comunicación en el umbral que va
de lo Cotidiano en las Ciencias Sociales': Stuttgart
15. Véase respecto del problema de la relación entre
d~s cotidianos, eran protegidos en la Edad Me- de la Ba¡a Edad Media a la Temprana Epoca
1979; y por último -con una sucesión de ejemplos
preparados para la aplicación histórica- T. Luckmann, tipos de identidad y estructuras de textos (auto}bio·
~la contra ofertas de sentido de contenido nega- Moderna ha sido de provecho. Más bien nos im- "Mundo vivido y Sociedad- Fundamentos y Cambios gráficos los "Statements" en: W. Marquard/K. Stierle
tiVO a través de una mutua distancia, mientras (editores), "Identidad" (Poética y Hermenéutica 8) -
porta~a valernos en el trabajo de dos textos es- Históricos': PaderliÓrn 1980 (UTB 1011). En lo que
Munich 1979, págs. 685 y sigs.
q_ue desde la Temprana. Epoca Moderna la fun- concierne a los fundamentos sistemáticos de la Teoda
pecfflcos en una oportunidad de reconocimien- 16. Véase mi esquema de problema: "Curricu/a Vitae/
CIÓn de tal distancia fue asumida por la identi· de los Sistemas· Sociales de N. Luhmann, remito al vo-
to que ofrece la Medievalfstica: a saber, la opor~­ lumen de Teorfa y Discusión, que entretanto ha sido Literatura/Mundos Cotidianos" en: J. Matthes (editor):
dad única y compartida por ninguna otra per- tunidad de romper con la convicción a menudo canonizado como clásico, al cual él conjuntamente "Biograffa desde la perspectiva sociológica", Nürnberg
s?na del lector o del espectador como disposi- sobreentendida del status antropológicamente con J. Habermas ha puesto en discusión: "Teorfa de la 1982.
.clones receptivas. Formulado en forma más Sociedad o Tecnologfa Social': Francfort 1971. El 17. Respecto a la historia de la recepción del "LdBA"
constante de ciertas estructuras comunicativas, (con especial atención a las interpretaciones medie-
general: en el lugar de un juego comunicativo concepto de "estilo de simbolización" ha sido intro-
_en, los. casos en que estas no son de hecho ni ducido por Luhmann en su artfculo "Sobre la Función vallstico cientfficas), véase mi introducción a la edi-.
cuyas convenciones ponfan en escena un cam- mas ni mer:'os que espec(ficamente modernas. ción bilingüe citada en note (8): ''Técnica Literaria
de la Negación en los Sistemas Constituyentes de Sen-
bio de roles entre hablantes y oyentes, autores y tal problematización de lo que se presume tido': en H. Weinrich (editor): "Posiciones de la Nega- y Estratos de la Significación en el 'LdBA' ·~págs.
Y lectores, Y cuyo medio era un texto cuya for- tividad", Munich 1975 (Poética y Hermenéutica 6), 9a 19.
que_ sea extratemporal puede estimular la imagi- 18. J. Huizinga, "Homo Ludens" - Sobre el Origen
ma no se hallaba fijada en forma terminante, hi- nación hasta utópicas imágenes de una sociabili- págs. 101 a 118,· últimamente él se ha aplicado inten-
samente a los problemas de reconstrucción sociohistó- de la Cultura en el Juego': Hamburgo 1967 (ROE
dad que no enajena. ricos de estructuras de sentido colectivas: N. Luhmann, 21}, sobre todo págs. 9 y sigs.
"Estructura de la Sociedad y Semántica· Estudios pa- 19. R. Menéndez Pida/ - "PoMfa Juglaresca y Jugla-
ra la Socio/ogfa del Saber de la Sociedad Moderna" res - Aspectos de la Historia Literaria y Culture/ de
(Vol. 1), Francfort 1980 (véase también el ensayo in- España" (1942), Madrid, 1969, (Colección Austral
Traducción de troductor, que pretende determinar la relación entre No. 300), en especial págs. 140 y sigs.
la Sociologfa del Saber clásica y la Teor(a de los Sis- 20. Respecto a la situación máa reciente de la teori·
Raquel García de Sanjurj:> temas Sociales). zación pragmática receptiva sobre el problema de la
5. Véase la fundamentación minuciosa de la deduc· identificación del lector, véase la co'!aboración de A.
ción de tres tipos de negación a partir de premisas de Haverkamp: "Ilusión y Empatla • La Estructure de
(e Teorfa de los Sistemas Sociales en Uf, "Contramun- Transferencia de las Lecturas Participantes (The Rha-
dos Literarios, Cultura Carnavalesca y el Umbral Epo- toric of Empathy)" en: E. Limmert (editor), ''Teo.rfa

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Narrativa e Historia del Narrar: Stuttgart 1983. 27. Véase respecto a estas dr()leries: O. Maza/: "Arte
21. Sobre el término "motivo-porque" véase Schütz, Librero del Gótico", Graz 1975, pág. 52; nuestras Algunas referencias bibliográficas generales sobre
"La Construcción can Sentido del Mundo Social", apreciaciones y la interpretación de las mismas puede las publicaciones de la Escuela de Constanza.
págs. 99 y sigs. comprobarse recurriendo a la reproducción en facsí-
22. Véase "Realidad Social y Ficción Paética en el mil del Manuscrito S que hemos manejado, y que
Ejemplo de la Literatura Caballeresca Medieval de acompaña la edición de Real de la Riva.
Alemania" en: H. Kuhn, "Poesía y Mundo en /a Edad 28. Véase: 'The Grotesque /maga of the Body and Textos publicados en español :
Media", Stuttgart 1969, págs. 22 a 40. its Sources" en: M. Bachtin "Rabelais and his World"
23. Véase H. Kuhn "Ensayo de una Teoría de la Li· págs. 303 y sigs. '
teratura Alemana en la Edad Media': en: H.K.: "Tex- 29. Véase Leube, pág. 19 H.R. Jauss La literatura como provocación.
to y Teoría", Stuttgart 1969, págs. 3-9. 30. Leube, pág. 8; la suma total de las investigaciones Editorial Penfnsula. Barcelona, España.
24. Real de la Riva en la introducción a su edición sobre la biografía de Rojas la presenta Lída de Malkiel
citada en nota (12), págs. 11 y sigs. en "L~ Originalidad Artlstica de 'La Celestina'': págs. Colectivo La actual ciencia literaria al8Q'Iana.
25. J. Legoff: "Les /ntellectuels au Moyen Age': 11 y StgS. Editorial Anaya. Madrid, España.
París 1957 (Le Temps qui court 3). 31. J.J. Rousseau, "Lettre a M. d'Aiembert sur son
26. R. Menéndez Pida/, "Poesía Araba y Poesía Eu- Article 'Geneve' "; citado según la edición de M. Artfculos de
ropea (con otros estudios de literatura medieval)" Launay, París 1967, pág. 233 y sig. H.R. Jauss "Estética de la recepción y comunicación literaria."
Madrid (5) 1963, págs. 145 y sigs., Colección Austral En Punto de vista. Bs. As., Argentina.
190. "Poiesis" en Eco. Bogotá, Colombia.
Julio, 1982.

En portugués:

Colectivo A literatura e o leitor. Textos de Estética da Rece~áo.


Selección, Traducción e Introducción de Luiz Costa Lima.
Ed. Paz e Terra. Rfo de Janeiro, 1979.

En francés:

H. R. Jauss Pour une esthétique de la réception.


Préface: J. Starobinski. Trad.: C. Maillard.
Ed. Gallimard. Parfs, Francia. 1978.
Colectivo Poétique 39 : Théorie de la Réception en Allemagne.
Ed. Seuil. Parfs, setiembre de 1979.
Colectivo Critique 413. Vingt- ans de pensée allemande.
Ed. Minuit. Parfs, octubre de 1981.

En inglés:

H. R. Jauss Aesthetic Experience and Literary Hermeneutics.


Introducción: Wlad Godzich. Traduc.: M. Shaw.
Ed. University of Minnesota Press. Minneapolis, 1980.
H. R. Jauss Toward an Aesthtic of Reception.
Introducción: Paul de Man. Traducción: T. Bauti
Ed. University of Minnesota Press.
Minneapolis, 1982.
Entrevista a
H.R. Jauss En Diacritics. Ed. Johns Hopkins
University Press. Maryland, U.S.A.
Primavera 1975.
Colectivo En New Literary History. Volumen XI, No. 1
Virginia, U.S.A. Otoño 1979.

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AUTORES Hans Robert Jauss: Profesor de Literatura Francesa y Comparada en la
Universidad de ConstanZéi, es uno de los fundadores de la estética de la re-
cepción. Algunos de sus ensayos han alcanzado especial notoriedad; entre
ellos, "Kieine Apologie des iisthetischen Erfahrung" (1972); "La douceur
du foyer": Rezaptionsiisthetik (1974); "Literaturgeschichte als Provoka·
tion" (1974); "Racine und Goethes lphigenie: Mit einem Nachwort über
die Partialitat des rezeptionsiisthetischen Methode." (1975).
Wolfgang lser: Es profesor de Literatura Inglesa y Comparada en la Uni·
versidad de Constanza. Ha dictado cursos en numerosas universidades nor·
teamericanas y de Europa. Dos de sus libros: Der lmp/izite Lese; (1972)
y Der Akt des Lesens (1976) han alcanzado numerosas ediciones y traduc·
ciones.
Odo Marquard: Es uno de los filósofos más conocidos de Alemania Occi·
dental. Forma parte del grupo "Poética y Hermenéutica" y es catedrático
en la úniversidad de Giessen. Se le considera uno de los filósofos más eru·
ditos en el idealismo alemán pero es reconocido además por $U dedica·
ción a estudios de sociologfa, psicologfa y estética.
Ansel Haverkamp: Es asistente en la cátedra de Germanfstica del Departa·
mento de Literatura de la Universidad de Constanza. Ha realizado su "Di·
sertación" sobre los escritos históricos de la Alta Edad Media y está prepa·
rando una "Habilitación" basada en la diferenciación sistemática e históri·
ca de la noción de identificación. Sus trabajos sobre la teorfa de la metáfo-
ra presentan una fundamentación sociológica y psicológica.
Hans Ulrich Gumbrecht: Prestigioso hispanista, en la actualidad es catedrá·
tico de Literatura Románica en la Universidad de Siegen. Es un fntimo co·
laborador de Jauss con quien ha publicado diversos trabajos sobre literatu·
ra románica medieval. Entre sus numerosas publicaciones figuran estudios
sobre la actual ciencia literaria alemana, sobre la crftica franceSa actual Y
sobr~ retórica de la comunicación.

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Se terminó de imprimir en
M. PESCE Ltda.lmpresora-Av. Rivera 1925,
Montevideo- Uruguay, en el mes de febrero de 1985.
Edición amparada al art. 79 de la Ley No. 13349
(Comisión del papel)

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Gilquin et Dupain, ímp. r. de la Calandrie, 19, París.

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