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DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD
también conocida como cólera porcino, es una enfermedad viral del cerdo altamente contagiosa y
de un impacto económico significativo.
¿Cómo afecta la CSF a mis animales? La gravedad de la enfermedad varía según la cepa del virus
introducido. La enfermedad puede ser de moderada a grave. Las infecciones agudas ocurren
rápidamente (de 2 a 15 días) y tienen como resultado tasas variables de enfermedad y muerte. Las
infecciones crónicas se presentan en un lapso más prolongado de tiempo (de 2 a 4 semanas) y
pueden solamente afectar a unos cuantos animales. Algunos cerdos infectados pueden no mostrar
síntomas de la enfermedad pero sirven para propagar el virus a otros cerdos. Los cerdos
infectados pueden presentar fi ebre elevada (105-107o F), amontonarse y dejar de comer.
También pueden padecer constipación intermitente seguida de diarrea y conjuntivitis (ojos
enrojecidos). Las hemorragias cutáneas aparecen como puntos abultados y enrojecidos en la piel o
decoloración color púrpura de las orejas, abdomen, o parte interna de muslos. Los cerdos jóvenes
pueden tener falta de coordinación, debilidad y convulsiones. En piaras de reproducción, la
enfermedad puede afectar el desempeño reproductivo. Las cerdas infectadas pueden abortar,
tener cerdos mortinatos, con malformaciones o debilitados.
Panleucopenia felina
Es una enfermedad sistémica que afecta a distintas especies de felinos, con frecuencia a animales
jóvenes de menos de 6 meses de edad. En la actualidad es rara la presencia de esta enfermedad.
La infección se produce por vía bucal o inhalación; se provoca una viremia y el virus se multiplica
en linfocitos de linfonódulos, timo, bazo, tejido linfoide gastrointestinal asociado (GALT (placas de
Peyer]) y médula ósea; también produce necrosis de las células epiteliales de las criptas
intestinales igual que la parvovirosis canina
Desde el punto de vista clínico hay depresión, anorexia, fiebre, vómito, diarrea y gran disminución
del número de leucocitos circulantes (leucopenia). En la necropsia se observa intensa
deshidratación; el intestino está dilatado y contiene material acuoso amarillento. Los linfonódulos
mesentéricos están edematosos y aumentados de volumen. Al microscopio se ve atrofia de las
vellosidades con dilatación y colapso de las criptas. En el tejido linfoide se aprecia notoria atrofia.
La enteritis necrótica de los lechones es causada por Clostridium perfringens tipo E y provoca en
lechones menores de una semana de edad diarrea sanguinolenta. Las lesiones más importantes se
localizan en yeyuno e intestino grueso y consisten en necrosis grave de mucosa intestinal e
hiperemia.
Tuberculosis
Es poco frecuente en los animales y puede presentarse en forma primaria o secundaria. En primer
lugar se manifiesta en los becerros que ingieren el bacilo tuberculoso a través de la leche. Este
penetra en la submucosa intestinal donde culmina con la formación de pequeños granulomas,
linfonódulos mesentericos; con frecuencia aparece en el hígado, donde permanece la infección
latente.
La forma secundaria es característica de los bovinos adultos; se origina por diseminación tardía de
los complejos primarios de pulmón e hígado. Cuando Mycobacterium tuberculosis o
Mycobacterium bovis llegan a la mucosa intestinal, invaden sobre todo el tejido linfoide
gastrointestinal asociado en ileon, ciego y colon, lo que da origen a úlceras tuberculosas.
2. Mencione las causas que pueden desencadenar una necrosis hepática y qué tipo de
necrosis se pueden presentar. Explique.
Es la muerte de los hepatocitos por acción viral, bacteriana, parasitaria o por toxinas. Según su
distribución y extensión en el hígado la necrosis hepática se ha clasificado en:
Necrosis periportal: Es la muerte de hepatocitos adyacentes a los espacios portales. Este proceso
se relaciona con causas de tipo tóxico, donde no se requiere metabolismo por función oxidativa en
hepatocitos. Se observa en intoxicación por plantas como Senecio o Crotalaria. Además de la
necrosis, es frecuente observar hiperplasia de conductos biliares y cuando las plantas contienen
pirrolizidina o aflatoxina, algunas células crecen demasiado sin poderse dividir, lo que da lugar a
los megalocitos.
Necrosis centrolobulillar: En ocasiones está precedida de degeneración hepática y está dentro de
las más observadas con frecuencia. Se le asocia con hipoxia (anemia, insuficiencia cardiaca
derecha) y tóxicos, ya que los hepatocitos de esta área tienen la mayor capacidad de función mixta
de oxidasas, por lo que los compuestos se pueden activar en su forma tóxica.
Necrosis mediozonal: Alude a que el área afectada está en la parte media (zona 2) de los lobulillos
hepáticos. Se le ha descrito en cerdos y caballos con aflatoxicosis.
Necrosis masiva: Este término se utiliza para describir la muerte de todos los hepatocitos de uno o
más lobulillos, en tanto las células de otros lobulillos permanecen intactas. De manera
macroscópica el hígado toma un aspecto de mosaico con áreas deprimidas y enrojecidas, producto
de la necrosis con sangre que toma el lugar del tejido muerto. Entre las causas más importantes se
puede citar la hepatosis dietética de los cerdos por deficiencia de selenio o vitamina E y los
infartos hepáticos asociados con Clostridium novyi en ovinos y bovinos.
Hay gran cantidad de agentes hepatotóxicos que pueden producir trastornos degenerativos,
necrosis y fibrosis, todo depende de la dosis y el tiempo de exposición. Algunos ejemplos son: a)
sustancias químicas: fósforo, cobre, cresoles, hierro, aflatoxinas, esporodesmina, pirrolizidina y
nitrosamina: b) plantas tóxicas: Senecio, Sacahuistle, Amsinchia, Lantana, Lechuguilla, Phylantus y
Lupinus.
3. Cuáles son los agentes causales (virus, bacterias, parásitos) que pueden desencadenar
una hepatitis, explique cada uno.
HEPATITIS VIRALES: Dentro de las infecciones virales generalizadas algunas tienen gran
afinidad por el tejido hepático provocando necrosis, generalmente con tendencia
centrolobulillar; en ocasiones se observan corpúsculos de inclusión, que sirven de hallazgo
diagnostico
En la necropsia, las lesiones mas importantes son: hígado aumentado de tamaño, pálido,
friable y con hebras de fibrina sobre la capsula y la vesicula biliar, que puede encontrarse
engrosada por edema. En los linfonodulos se observa congestion, hemorragia y edema; en
abdomen, ascitis fibrinosa, y en la serosa estomacal, hemorragias en forma de pincelada.
También pueden encontrarse hemorragias y corpúsculos de inclusión intranucleares basofilos
en hepatocitos. En el ojo, la opacidad se debe a edema en la cornea y a la infiltración de
células plasmáticas, lo que es compatible con una reacción de hipersensibilidad al antigeno
viral.
Los fetos abortados están ligeramente ictéricos, con ascitis e hidrotórax; los pulmones
están congestionados, edematosos y en ocasiones con puntilleo blanquecino. El hígado del
feto presenta un puntilleo grisaceo que microscópicamente corresponde a hepatocitos
necróticos. Alrededor de estas áreas pueden apreciarse corpúsculos de inclusión
intranucleares eosinófilos con hepatocitos.
Las consecuencias de los abscesos son multiples: en algunos casos fistulizan provocando
tromboflebitis y aneurismos en vena cava con rotura y extensión hacia el corazón derecho y
pulmones; en otros casos, se pueden formar adherencias en peritoneo o resolverse
favorablemente por fibrosis.
LEPTOSPIROSIS: esta bacteria, además del problema renal cronico, es capaz de producir
abortos en bovinos y cerdos, y hepatitis en perros. En los higados afectados puede observarse
puntilleo blanquecino que microscópicamente corresponde a focos de necrosis; además, se
aprecia disociación de hepatositos, retención biliar con ictericia e infiltración linfocítica en los
espacios portales.
En la hepatitis necrótica de los ovinos, las lesiones son similares a las de la hemoglobinuria
bacilar. Una particularidad clínica es la gran congestion subcutánea que presentan los
animales, por lo que a esta enfermedad se le conoce como “enfermedad negra”
HEPATITIS PARASITARIAS: existe gran cantidad de parasitos que producen daño hepático, sea
por estados larvarios durante su migración o por fases adultas que tienen como hábitat
definitivo el hígado.
Entre estos parasitos es frecuente Ascaris suum; en el cerdo produce las manchas de leche, al
igual que Cysticercus cellulosae. En caballos, strongylus ocasiona numerosas adherencias en la
capsula hepática. Cysticercus cellulosae se presenta en el hígado de cerdo. Cysticercus
tenuicollis se encuentra en hígado o mesenterio de ovinos, caprinos y cerdos; se trata de la
fase larvaria de Taenia hydatigena que habita en el intestino de algunos carnivoros. Son
vesículas de 1 cm aproximadamente, contienen en su interior liquido y el escólex del parasito.
En los conejos se puede hallar una larva similar, Cysticercus pisiformis. El quiste hidatídico se
advierte en el hígado de bovinos y cerdos principalmente; corresponde a la fase larvaria de
Echinococcus granulosus o E. multilocularis. En el hígado se observan racimos de quistes de
diferente tamaño conteniendo en su interior liquido claro y “arenillas”. En algunas ocasiones,
el hígado presenta pequeñas áreas calcificadas que represetnan el quiste destruido
Peritonitis
Es la inflamación del peritoneo. En casos agudos, este proceso es por lo general serofibrinoso o
purulento y en los casos crónicos, el exudado se organiza y se forman adherencias entre el
peritoneo parietal y visceral. Según su localización, las peritonitis pueden ser locales o difusas. Las
peritonitis locales suelen deberse a migraciones larvarias a través del peritoneo o la perforación
del retículo por objetos punzocortantes (alambre) en los bovinos. Las peritonitis difusas se deben a
virus y con más frecuencia a bacterias que llegan por la sangre o por contaminación del peritoneo,
cuando hay perforación o rotura de una víscera como estómago, intestino o vejiga.
Virales
La peritonitis infecciosa felina causada por un coronavirus se presenta en felinos jóvenes. El virus
desencadena una vasculitis en diversos órganos. El cuadro clínico es fiebre per sistente, anorexia,
depresión, emaciación, anemia y muerte.
Son las más frecuentes. Las bacterias llegan al peritoneo de manera directa como consecuencia de
rotura gástrica o intestinal, por una herida traumática o quirúrgica infectada o por una inyección
intraperitoneal sin asepsia.
De manera indirecta, llegan las bacterias al peritoneo por sangre o linfa (bacteriemias y
septicemias) o por extensión de una infección en un órgano abdominal, como en algunos casos de
metritis, piometra, onfalitis, pielonefritis o cistitis.
Las bacterias que con mayor frecuencia se encuentran en las peritonitis son:
Parasitarias
Las más frecuentes en los animales domésticos son: cisticercosis, estefanuriasis, estrongilosis.
La cisticercosis en peritoneo es causada en los ovinos, caprinos y cerdos por Cysticercus tenuicollis,
fase larvaria de Taenia hydatigena de carnívoros, y en los conejos, por Cysticercus pisiformis, fase
larvaria de Taenia pisiformis, que se encuentra también en carnívoros. Los cisticercos se localizan
adheridos al mesenterio y consisten en pequeñas vesículas de 1 a 2 cm de diámetro que contienen
un líquido seroso y un punto blanco que es el escólex. Por lo general, los cisticercos no producen
cambios patológicos significativos (figura 3-42).
La estefanuriasis es la infección de los cerdos por el nematodo Stephanurus dentatus. Las larvas
entran al huésped por vía oral y al llegar al intestino salen al peritoneo y migran hacia el hígado.
De aquí continúa la migración peritoneal hacia la grasa perirrenal y lugares adyacentes. En estos
sitios, las larvas alcanzan su estado adulto (5 a 10 cm) y las hembras perforan los uréteres para
liberar en su luz los huevecillos que salen con la orina.
Si el parásito permanece por algún tiempo en la misma localización, el peritoneo responde con
una inflamación lo cal crónica que llega a enquistar y calcificar la larva; en para sitosis masiva
puede originarse un proceso generalizado.