Está en la página 1de 31

1

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.

NORMATIVIZACIÓN DE LA AUTORÍA MEDIATA

I. AUTORÍA.
1. CONCEPTO.
2. TEORÍAS.
II. ANTECEDENTES.
III. DESCRIPCIÓN LEGAL.
IV. EXEGESIS.
1. Definición.
2. Casos de autoría mediata.
2.1. El instrumento obra sin culpabilidad
2.2 El instrumento obra sin dolo.
2.3 El instrumento obra sin antijuricidad:
2.4 El instrumento obra coaccionado: No es pacífico el afronte de la
autoría
2.5 El instrumento obra sin la calificación que exige el tipo y sin el
elemento subjetivo de la autoría:
2.6 El instrumento obra dentro de un aparato organizado de poder
gubernamental o no gubernamental.
V. HIPÓTESIS DE APLICACIÓN DE LA AUTORÍA MEDIATA.
VI. LIMITES DE LA AUTORIA MEDIATA.
VII. JURISPRUDENCIA.

DERECHO COMPARADO.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA

2
INTRODUCCIÓN

Confundida en el ámbito conceptual de la inducción o tomada como una


modalidad de participación en el delito, la autoría mediata ha venido
ganando terreno como institución teórica propia, definiendo sus
características, ámbito de comprensión y sus límites de aplicabilidad, sobre
todo en la dogmática alemana reciente.

La necesidad de la autoría mediata se legitima en los amplios abanicos de


impunidad que permiten las teorías clásicas de la autoría -coautoría-
complicidad, pensadas en sujetos o agentes que ejecutan/colaboran el delito
con actos ejecutivos propios, ya que con ellas resulta difícil, sin
desbordarlas, plantearse la tipicidad del acto de quien usa a terceros que
obran sin dolo y que son los que ejecutan el delito. En tales circunstancias
resulta inaplicable la teoría del reparto funcional de roles (coautoría), peor
aún la autoría personal directa o propiamente autoría. Considerar que se
presentan hipótesis de complicidad, resulta por demás ilógico con la
naturaleza accesoria de tal institución ¿Quién sería cómplice de quién?, el
instrumento del que lo utiliza, el que utiliza en relación al instrumento. Lo
primero resulta absurdo pues hay ausencia de dolo en los actos del
instrumento. Lo segundo, se torna aún más carente de lógica, pues tendría
que considerarse autor al instrumento. Sólo los ámbitos de la determinación
o inducción pudieron por largos siglos cobijar al "sujeto de atrás", aquel que
utiliza a otros para ejecutar delitos. No obstante, la inducción trabaja con
bases conceptuales diferentes a las de la autoría mediata, al requerir, en lo
principal, conocimiento entre inductor e inducido del comportamiento ilícito
pretendido. Claro, la teoría y la regulación normativa de la autoría mediata
no gozan del consenso de las comunidades jurídicas del sistema romano-
germánico, pues ni el derecho penal italiano ni el francés lo admiten a nivel
doctrinario ni legal. Habiéndose incluso formulado reparo doctrinario y
constitucional o desestimado doctrinariamente como institución dogmática.

3
NORMATIVIZACIÓN DE LA AUTORÍA MEDIATA

I. AUTORÍA.

1. CONCEPTO.

ENRIQUE BACIGALUPO, define a los autores, como el que realiza la acción


típica. Pero ¿cómo se sabe quién realiza la acción típica? ¿Realiza la acción de
matar el que dispara el arma solamente o también el que sostiene a la víctima?
¿Comete la acción de robar el que sé apodera de la cosa ajena o también el que
ejerce la violencia en las personas? ¿Es autora de infanticidio la madre que
pide a su hermana qué ahogue al niño o la hermana que lo ahoga a pedido de
la madre? Las respuestas no han sido, como es natural, uniformes1.

Establece que son responsables criminalmente los autores y los cómplices.

En la ciencia penal peruana, existen dos variantes respecto al concepto de


autor:

a) Quiénes consideran que el concepto de autor se desprende de la


expresión "tomar parte en la ejecución del hecho". que usa el artículo 100
del Código Penal, posición a la que se le objeta que es impropio basarse
en dicha expresión pues en realidad todos toman parte en la ejecución
del hecho, sean autores o partícipes;
b) Quienes consideran que el concepto de autor se extrae de las
disposiciones de la parte especial.

A este criterio se le objeta que los tipos de la parte especial están


redactados tomando en consideración un único autor, y es así que son
supuestos en los que no se presenta el problema de la distinción entre
autores y partícipes. Para nosotros el concepto de autor es óntico-ontológico

1
Bacigalupo Enrique Derecho Penal: Parte General. Buenos Aires 1998 P. 165.

4
y para precisarlo se requieren características generales y especiales. En
todo caso, el artículo 28 del proyecto de Código penal de julio de 1990, es
una propuesta legal que se asienta en el concepto óntico-ontológico de
autor. A partir de la teoría del dominio del hecho y adicionándole ciertas
limitaciones pueden encontrarse características generales y especiales a la
autoría2.

2. TEORÍAS.

De acuerdo a esta teoría es autor quien realiza el comportamiento


previsto en el tipo penal más no el que contribuye a la realización del
ilícito. AI respecto existen dos teorías:

TEORÍA OBJETIVO FORMAL. Para esta teoría autor es el que realiza la


conducta típica (principio de legalidad) y partícipe el que coopera en la
ejecución del delito. En los casos de autoría mediata y coautoría es
criticable esta teoría por presentar inconvenientes.

TEORÍA OBJETIVO MATERIAL. Para esta teoría autor no solamente es la


persona que realiza la conducta típica sino también el que da mayor
peligrosidad a su accionar

TEORÍA DEL DOMINIO DEL HECHO. Según esta teoría es el que tiene
dominio final sobre sí mismo mientras que el partícipe al estar
supeditado a la actuación del autor no tiene dominio del hecho. De
acuerdo a esta teoría, autor es el que tiene el dominio funcional del hecho,
de la acción y de la voluntad.

a. Características generales.
El dominio final sobre el hecho constituye la característica general de la
autoría: Autor es el que tiene el dominio del hecho, es decir, aquel sujeto que

2
Bacigalupo Enrique Ob.cit. p. 166

5
tiene un poder de conducción de todos los acontecimientos de forma tal que
le es posible encauzarlo hacia el fin determinado. Pero no se trata sólo de la
dirección final de su propia conducta (que los partícipes también la tienen)
sino que el dominio del hecho depende de la posición relativa: del sujeto
concreto respecto de los demás partícipes. De esta manera, sólo si el sujeto
puede sobre-dirigir el suceso total habrá dominio del hecho.

Este concepto del dominio del hecho no tiene límites fijos sino que debe ser
descrito, es pues un "concepto abierto", en el que tiene mayor importancia
en lugar de una exacta definición, sólo una descripción. Además, hay que
tener en cuenta el principio regulativo en función a que la descripción puede
resultar insuficiente debido a la gran variedad de situaciones que se
presentan, por ello, sólo debemos limitarnos a proporcionar una línea
directriz para la interpretación en los casos individuales. Sólo podemos hacer
una descripción dadas las dificultades para elaborar definiciones precisas3.

b. Características, especiales4.

Además del dominio del hecho, en ciertos casos es preciso recurrir a ciertos
elementos. A veces, los tipos legales establecen ciertos requisitos que
operan como limitaciones al criterio del dominio del hecho, pero no lo niegan
ni lo desplazan sino que lo complementan, a nivel típico.

b.1) Tipos que incluyen elementos subjetivos diferentes del dolo, que se
presentan en forma de intenciones, tendencias o actitudes, o que son
características subjetivo-personales del autor. Para determinar la autoría no
sólo dependerá del dominio del hecho sino además que el sujeto actúe
orientado por esta tendencia, propósito.

b.2) En el caso de los delitos especiales existe la dificultad qué para


caracterizar al autor, sería insuficiente el dominio del hecho pues solamente
3
Peña Cabrera Alonso Derecho Penal Parte General Lima. Editorial Rhodas. 2008. p.399.
4
Ibidem.

6
al que le incumbe el cumplimiento de un deber especial en relación a su
calidad personal, se le considerará autor. En otras palabras, así el sujeto
tenga el dominio del hecho pero careciere de la calidad exigida en el tipo
legal, no podrá ser autor. Ejemplo, el tipo legal del prevaricato (artículo 35,4
del Código Penal) sólo permite considerar como autor a la persona que
tenga la calidad de juez.

b.3) En el caso de los delitos de propia mano (variedad de los delitos


especiales), para ser autor se requiere la "realización corporal de la acción
prohibida" además de la dirección final del hecho. Ejemplo, en el delito de
violación (artículo 196 del Código Penal) sólo puede ser autor el que realiza
un acto sexual a una mujer fuera de matrimonio. En estos casos, la
perpetración mediata del hecho queda excluida.

Sobre este aspecto, existen dos posiciones: los que consideran que además
del dominio del hecho se requiere la ejecución corporal de la conducta
prohibida y los que creen que no existe razón para excluir estos casos del
dominio del hecho pues no son supuestos en los que el dominio del hecho
requiere además otro elemento complementario: la realización del tipo.

c. Otras distinciones

Es cierto que la teoría del dominio del hecho no permite una solución
uniforme de los problemas que presenta la diferenciación entre autor y
partícipe en la totalidad de los delitos5.

El concepto de dominio del hecho admite otras distinciones:

c.1 Dominio de la acción. El autor realiza él mismo la acción típica.

c2 Dominio de la voluntad. Se presenta en la llamada autoría mediata. Se


5
Peña Cabrera. Ob.cit. p. 401.

7
trata de casos en los que el sujeto realiza el tipo mediante otra persona que
le sirve de intermediario. Aquél domina la voluntad del otro.

c.3 Dominio funcional del hecho (autoría funcional). Se basa en la división


del trabajo y sirve de fundamento a la coautoría.

II. ANTECEDENTES.

El Código Penal de 1924 no contempló en sus previsiones normativas la autoría


mediata, vale decir la intervención mediante instrumentos en el supuesto de hecho
delictivo. El primer cuerpo sistemático de leyes penales peruano, el Código Penal
de 1864, en cambio sí hizo alusión en su artículo 12, numeral 2 a los que deciden
la ejecución del hecho criminal y la efectúan por medio de otros. Estableciéndose
una continuidad histórico-legislativa entre este código y el vigente de 1991 que
incluyó al autor mediato en la formulación legal lata de la autoría con la frase. "El
que realiza por sí o por medio de otro a cometer el hecho punible...". Igual o similar
formulación legal la hallamos en el Código de Justicia Militar (Art. 14: Son autores
los que deciden su ejecución y lo efectúan por medio de otros).

A nivel del discurso jurídico peruano, ya en 1936 Gustavo Cornejo en su obra


"Parte general del derecho penal" conceptualizó al autor mediato como el que se
sirve de otro hombre como instrumento para cometer por medio de éste los
hechos ejecutores. En 1977, 1978 y 1990, Peña Cabrera, Hurtado Pozo y Felipe
Villavicencio6, en sus respectivos manuales de derecho penal los primeros y en
sus "Lecciones de Derecho Penal" el último, recogieron elementalmente las ideas
que sobre dicha forma de autoría habían desarrollado autores alemanes y
mínimamente, españoles.

A nivel de producción jurisprudencial es muy escasa la recreación judicial sobre la


autoría mediata. La presente ejecutoria suprema acompañada de su respectivo
dictamen fiscal, representa una muestra excepcional en tal sentido.

6
Villavicencio Terreros Código penal Lima Editorial Cuzco. 1992.

8
III. DESCRIPCIÓN LEGAL.

Articulo 23. Autoria y Coautoría

El que realiza por si o por medio de otro el hecho punible y los que comentan
conjuntamente serán reprimidos con la pena establecida para esta infracción.

Se desprende del artículo que la autoría se manifiesta de distintas formas


siendo así que tenemos:

a) Autoría inmediata o directa o por mano propia (art. 23 C.P.)


b) Autoría mediata o indirecta o por mano ajena.
c) Coautoría.

IV. EXEGESIS.

1. Definición.

(La comisión por medio del otro). Coinciden los autores en conceptuar como
autor mediato a todo aquel que realiza el hecho utilizando como instrumento
a otro. O como dice Maurach, “quien para la ejecución de un hecho punible
que se pueda cometer con dolo, se sirva de otro ser humano como
instrumento”7.

Es importante la observación de Jakobs en el sentido que “no se trata de la


utilización de otros como objetos inertes (A empuja violenta y
sorpresivamente a B sobre la luna de un escaparate, que queda destruida,
supuesto de comisión de uno mismo), sino del empleo de acciones de otras
personas”8.

7
Maurach, Reinhart Tratado de Derecho Penal Barcelona Editorial Aries. 1962. p. 329.
8
Jakobs, Ghunter Fundamentos de Derecho Penal Buenos Aires. Editorial Cancio Melia Buenos
Aires., 1996. p. 763.

9
Lo determinante de la autoría mediata es el dominio superior de la decisión 9.
La autoría del hecho se basa en el dominio de la voluntad 10 y en tal sentido
el rol principal lo juega el hombre de atrás y no el ejecutor. Ello puede
suceder, según Mir Pug11, por dos razones, sea porque el ejecutor material
actúa sin conocimiento o sin libertad; o porque la actuación de la realizadora
material, no puede realizar el tipo. Tal el caso en que tratándose de un delito
especial de peculado v.g. sólo pueda cometerlo el funcionario público y no el
instrumento, por carecer de la calidad que exige el tipo.

Un límite que plantea la teoría del domino del hecho para la autoría mediata
es que ésta no se da si el ejecutor material obra con plena responsabilidad.

Al respecto dice Jakobs que “la autoría mediata no es pues posible en la


actuación plenamente delictiva (dolosa y culpable) del ejecutor 12. Berdugo
Gómez de la Torre, Rector Magnifico de Salamanca, dice lo propio al
afirmar que “no existe autoría mediata cuando el instrumento obra libremente
y conociendo la situación”13 convirtiéndose el hombre de atrás en un simple
inductor14 ya que “el aspecto central de la autoría mediata radica en la
degradación de un ser humano a la categoría de un medio material no libre
para la obtención de fines delictivos”15.

Otro limite en la teoría mediata lo dan los delitos especiales en los que quien
no reúna las calidades que exige el tipo no puede ser autor mediato 16. En
cambio si se da cuando el autor mediato cualificado instrumentaliza otro que
no lo es.

Tampoco cabe la autoría mediata en los delitos de “mano propia”. Tal es el


9
Ibidem.
10
Berdugo y Ferre. p. 248, citado por Villa Stein Javier Derecho Penal Parte General Lima. Editorial
San Marcos. 1998.
11
Mir Puig., Santiago Derecho Penal Parte General Barcelona 4ta Edición. 1996. p. 372.
12
Jakobs. Ob.cit. p. 763.
13
Berdugo y Ferre. Ob. cit., p.249.
14
Ibidem.
15
Maurach. Tratado II. Ob. cit., p.332.
16
Mir Puig. Ob. cit., p.379.

10
caso de la violación sexual del art. 170 del C.P. que tiene que ser
personalísimo. En el caso de la celestina Hamburguesa, que propicia que un
marinero acceda carnalmente a su propia hermana, que él desconoce como
tal, ella no domina el hecho”17.

Tampoco cabe la autoría mediata en los delitos culposos pues la teoría del
dominio del hecho presupone dolo18.

2. Casos de autoría mediata.

Como quiera que lo distintivo de la autoría mediata es la instrumentalización


cono dominio del hecho que una persona hace de otra, el instrumento tiene
que actuar en cierto estado psicológico y jurídico, configurándose a partir de
ello la modalidad correspondiente de autoría mediata, en la que el ejecutor
instrumentalizado no domina el hecho. Los casos son:

2.1. El instrumento obra sin culpabilidad.

En este supuesto el ejecutor material es imputable y es utilizado porque lo


es, tal el caso de un menor o un psicótico, o el caso por el que se coloca a
un normal en ese estado de inimputabilidad, para instrumentalizarlo, como
cuando se le da alcohol para embriagar al ejecutor y utilizarlo.
Ejemplo es el de la madre que adhiere al cuerpo de su hijo menor de edad,
paquetes de droga para pasar los controles policiales sin despertar
sospechas. Otro supuesto es el del error de prohibición con que actúa el
ejecutor y del que s aprovecha el “hombre de atrás”. Es el caso de un
extranjero que por no conocer los usos y las normas se le hace creer que el
acto a realizar es lícito.
Otros supuesto que puede darse es el del miedo insuperable del ejecutor.

17
Bacigalupo. Ob. cit., p.217.
18
Gómez Benites. Ob.cit., p.150. citado por Villa Stein Javier Derecho Penal Parte General Lima.
p.318.

11
2.2 El instrumento obra sin dolo.

Aquí de lo que se trata es de un obrar ejecutivo bajo error de tipo en el que


se encuentra el instrumento.

Ej. Un hombre de atrás le hace creer al instrumento que lo que lleva es una
caja de libros, siendo que lleva droga.

Ej. La enfermera inyecta al paciente una droga nociva y mortal que


discretamente preparó el “hombre de atrás”.

El hombre de atrás tiene dominio del hecho cuando conoce la inobservancia


del debido cuidado en que incurre el ejecutor que recibe de aquél una arma
larga cargada, haciéndole creer que no lo está, y con ella da muerte a un
tercero a quien el autor mediato quiso eliminar 19.

2.3 El instrumento obra sin antijuricidad.

Éste es el caso por el cual el ejecutor material del hecho actúa sin
antijuricidad por existir causa de justificación para sí. El instrumento está
actuando justificadamente.

Es el caso del Juez que a instancia de una denuncia falsa abre instrucción al
inocente y ordena su detención. El Juez que actúa conforme a derecho, por
desconocer el carácter malévolo de la denuncia, que sí conoce en cambio, el
autor mediato que domina el hecho, sólo él responde, pues el punto no
admite dominio compartido20.

19
Jescheck. Tratado, cit., p. 923. citado por Villa Stein Javier Derecho Penal Parte General Lima.
Editorial San Marcos. 1998. p.320.
20
Bustos Ramírez, Juan Principios Fundamentales De Un Derecho Penal Democrático Santiago. 2003.
P.286.

12
2.4 El instrumento obra coaccionado:

No es pacífico el afronte de la autoría mediata cuando el instrumento obra


coaccionado, pues la coacción no es incompatible con el dolo 21. Se dice que
la admisión de la autoría mediata dependerá de la intensidad del efecto de la
coacción.

2.5 El instrumento obra sin la calificación que exige el tipo y sin el


elemento subjetivo de la autoría.

La doctrina dominante conviene, que no hay autoría mediata en los delitos


especiales si el hombre de atrás es extraneus y utiliza a un extraneus, salvo
se trate de delitos de mano propia.

El caso del empleo de un no calificado (extraneus) por un autor mediato


calificado (intraneus), es el del funcionario que valiéndose de un no
funcionario perpetra un delito especial propio en el ámbito de su
competencia.

El problema se suscita en el hecho que siendo el instrumento un actor


doloso y libre domina el hecho, sin embargo, no es posible considerarlo
autor por ser extraneus. El tema pues es polémico y las fórmulas de solución
variadas.
Welzel propone como solución la fórmula del “dominio social del hecho” o
“dominio final del hecho” con lo que por excepción hay dominio no de la
voluntad pero sí de la situación22.

Jescheck propone la fórmula “del dominio normativo y jurídico del hecho” 23


con lo que se deja de lago el criterio del dominio de la voluntad.

21
Bacigalupo. Ob. cit., p. 222.
22
Wilzel, Hans. Ob. cit., p.125.
23
Jescheck. Ob. cit., p.544.

13
Roxin a su turno desarrolla el criterio de la “infracción del deber” 24 a partir de
la construcción del tipo consistente precisamente en esa infracción, por lo
que sólo el intraneus responde y así el tipo lo realiza todo aquel que lesiona
el deber sin que sea imprescindible el dominio del hecho.

2.6 El instrumento obra dentro de un aparato organizado de poder


gubernamental o no gubernamental.

Como quiera que un ejecutor consciente y responsable es incompatible con


la autoría mediata, se dan supuestos en que no queda resuelta la autoría del
“jefe” de una banda terrorista para cuando el ejecutor de una voladura de
edificio, con el empleo de coche-bomba, ha actuado con pleno dominio del
hecho. Para el caso del ejecutor de un servicio secreto ocurre otro tanto.

Roxin25 considera que puede darse autoría mediata en los supuestos en que
el ejecutor pertenece a una organización de poder, pues los cuadros
superiores del “aparato de poder” están en condiciones de sustituir, por
fungible, al ejecutor material.

En este caso no ofrece ninguna dificultad el considerar autor inmediato al


ejecutor, Jescheck es del parecer que el punto debe ser tratado como
coautoría.

V. HIPÓTESIS DE APLICACIÓN DE LA AUTORÍA MEDIATA.

A nivel de la doctrina alemana se contempla un buen número de casos en


los que resulta adecuada la imputación por autoría mediata y otros en los
cuales se torna dudosa y debatible, así como aquellos en los cuales es
inaplicable. Veamos las dos primeras situaciones.

24
Roxin Claus. Roxin, Claus Política Criminal y Sistema de Derecho Penal Barcelona Editorial
Bosch. 1970. P.254.
25
Roxin Claus. Ob Cit., p.341.

14
A) Hipótesis de aplicación ideal (*)

1. Instrumento que actúa bajo error de tipo invencible

CASOS:
* Enfermera que proporciona una droga letal colocada en la jeringuilla que
el médico inyecta al paciente.
* Funcionario público que utiliza a secretaria para recepcionar un paquete
que contenía dinero corruptor.
* Guardián que abre la puerta de la vivienda accionando a un detonador
explotando la bomba que destruye la vivienda.
* Z (instrumento) que accede llevar en un viaje interprovincial encomienda
que le suplica A (autor mediato) para que entregue a C, desconociendo Z
que la encomienda contenía droga.

2. Instrumento que obra en estado de inculpabilidad


CASOS.
* Utilización de menores de edad e inimputables absolutos (enfermos
mentales) para la comisión de delitos.
* Utilización de personas a quienes se ha embriagado o drogado
previamente y quienes en ese estado cometen los delitos deseados por el
autor mediato.

3. Instrumento que obra en error de prohibición invencible provocado o


aprovechado por el autor mediato. Aquí el instrumento tiene la
seguridad que actúa lícitamente.
CASOS:
* Soldado que cumpliendo órdenes comete delito, no siéndole posible
advertir la ilicitud del hecho.
* Instrumento que en una situación de legítima defensa putativa -generada
por el autor mediato- dispara contra una persona.

15
4. Instrumento que obra de conformidad a derecho.

CASOS:

* Policía que detiene a una persona que ha sido sindicada falsamente por
otro de la comisión de un delito.
* En la estafa procesal, cuando el Juez resuelve en base a documentos
falsos hechos valer en el juicio por el autor mediato.

B) Hipótesis de aplicación debatible

5. Instrumento que actúa coaccionado.

Dependiendo de la intensidad de la coacción se es "instrumento". Es decir,


dependiendo de si puede o no -objetivamente evaluado- decidir sus actos,
puede presentarse autoría mediata o instigación en el "hombre de atrás".

La coacción puede asumir caracteres de violencia, amenaza o persuasión


especialmente vinculante. El sujeto coaccionado actúa con voluntad muy
disminuida.

CASOS:

* Cuando se crea un estado de necesidad en el instrumento o se aprovecha


del ya existente para obligarle a delinquir.
* Cuando se aprovecha de las circunstancias de fragilidad sicológica del
novio, esposa (esposo), o se le fuerza o practicar actos delictivos.
* Amenazar de muerte el marido a su mujer si no aborta.
* Obligar a una persona a enfrentarse a un toro bravo.
* Obligar a una persona a dar muerte a otra.

16
6. Instrumentos que obran al interior de aparatos delictivos de poder
(públicos o privados) (Servicios secretos del Estado, maffias, criminalidad
organizada, bandas terroristas).

* Agentes del servicio secreto que matan espías o políticos-rivales.


* Funcionarios de confianza que falsifican o esconden documentos que
servirían de prueba para involucrar a sus superiores.
* Particulares de grupos paramilitares que delinquen.
* Terroristas que sabotean, matan, dañan cumpliendo órdenes de las
cúpulas delincuenciales.

En todos estos casos de autoría mediata impropia, el autor mediato (el


hombre de atrás) que ordena, planifica y decide, como también el
instrumento (el ejecutor) son pasibles de sanción penal (la excepción está
planteada para los menores de edad e inimputables utilizados).

7. Instrumentos que actúan en el contexto de los delitos de infracción de


deberes de función (delitos especiales propios).

Aquí la cuestión se muestra distinta según que el "extraneus" o instrumento


actúe dolosamente o con ausencia de dolo.

En el primer caso se tratará de un cómplice del autor de delito funcional (el


intraneus). En el segundo caso estaremos propiamente ante una autoría
mediata con empleo de "instrumentos" al servicio del funcionario o servidor
público. El instrumento puede ser tanto un particular (instrumento no
calificado) como un agente público (instrumento calificado).

VI. LIMITES DE LA AUTORIA MEDIATA.

No existe autoría mediata en la utilización de objetos o animales para la


realización de delitos; en todos estos casos quien utiliza o dispone

17
causalmente de los mismos para lesionar bienes jurídicos responde a título
de autor directo o inmediato.

Asimismo no es admisible -por imposibilidad de realización- autoría mediata


en los delitos de propia mano. Es decir en aquellos delitos que requieren la
actuación directa del agente para consumarse.

Ejm. En los delitos de:

- Prevaricato.
- Violación sexual.
- Falso testimonio.
- Deserción militar.

Es muy discutible la autoría mediata en los delitos culposos.

Es discutible la autoría mediata en los delitos de omisión impropia, no


presentándose en los delitos de omisión propia.

Si el agente emplea fuerza física invencible en el "instrumento", no habrá


autoría mediata sino directa.

Los excesos en los que incurra el instrumento no abarcables en el dominio


de la voluntad del autor mediato, no le son comunicables a éste; asimismo el
desistimiento en que incurra el instrumento doloso.

Los efectos jurídicos de las diversas aplicaciones de autoría mediata son


diferentes. Cuando el instrumento que cumpliendo los requerimientos
objetivos del tipo penal actúa sin dolo, en estado de error de tipo invencible o
en estado de inculpabilidad, no será objeto de sanción penal. Cuando el
instrumento actúa coaccionado, es decir pudiendo desarrollar una conducta
distinta, su situación jurídica se enmarcará en una probable causa de

18
justificación o atenuación de responsabilidad penal. En algunos de los casos
de aplicación debatible, como cuando se actúa en aparatos organizados de
poder, tanto el instrumento como el actor mediato responden a títulos
delictivos.

VII. JURISPRUDENCIA.

Mediante la jurisprudencia materia del presente comentario la Corte


Suprema declaró no haber nulidad en la sentencia de vista que condenó a
los acusados Leonel Figueroa Ramírez y Héctor Neyra Chavarry por el delito
de corrupción activa de funcionarios, en calidad de autores mediatos.
El autor discrepa con la decisión adoptada por los juzgadores supremos,
considerando que en el presente proceso no se configuró la autoría mediata,
pues no se habría cumplido con el requisito de la personalización del
instrumento, no habiéndose precisado en qué consistió la
instrumentalización ni tampoco la vinculación causal entre los actos de
ejecución del instrumento con los actos de dominio de los supuestos autores
mediatos

EXP. Nº 619-98.
SALA PENAL "B"
LIMA.-
Lima, veinticinco de mayo de mil novecientos noventiocho.-

VISTOS: de conformidad en parte con lo dictaminado por el Señor Fiscal;


por sus fundamentos pertinentes; y, CONSIDERANDO: que, la reparación
civil fijada por la Sala Penal Superior no guarda proporción con el daño
ocasionado, por lo que es procedente incrementarla prudencialmente; que,
de otro lado al dictarse la sentencia materia de grado, ha omitido imponer la
pena accesoria de inhabilitación, a que se refiere el artículo cuatrocientos
veintiséis del Código Penal, por lo que es del caso integrar dicho extremo
conforme a la facultad conferida por el penúltimo párrafo del artículo

19
doscientos noventiocho del Código de Procedimientos Penales modificado
por el Decreto Legislativo ciento veintiséis declararon NO HABER NULIDAD
en la sentencia recurrida de fojas mil doscientos cinco, su fecha veintidós de
diciembre de mil novecientos noventisiete, en cuanto condena a Leonel
Salomón Figueroa Ramírez y Héctor Segundo Neyra Chávarry por delito de
corrupción de funcionarios en agravio del Estado, a cinco años de pena
privativa de libertad para cada uno; la misma que con descuento de
carcelería que vienen sufrien do desde el veinticuatro de octubre de mil
novecientos noventisiete, vencerá el veintitrés de octubre del año dos mil
dos; y reserva el juzgamiento contra Carlos Roberto Lengua Ormeño hasta
que sea habido; MANDARON que el Colegiado reitere las órdenes de
captura contra éste: declararon HABER NULIDAD en la propia sentencia, en
la parte que fija en diez mil nuevos soles la reparación civil; reformándola en
este extremo: FIJARON en veinte mil nuevos soles el monto que por
concepto de reparación civil deberán pagar solidariamente los sentenciados
a favor del agraviado: declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que
dicha sentencia contiene; e INTEGRÁNDOLA: IMPUSIERON a los citados
sentenciados la pena accesoria de inhabilitación conforme a los incisos
primero y segundo del artículo treintiséis del Código Penal, por el término de
tres años a cada uno y los devolvieron.

S.S. JERI DURAND/ RODRÍGUEZ MEDRANO/ AMPUERO DE FUERTES/


MARULL GÁLVEZ/ CERNA SÁNCHEZ

DERECHO COMPARADO.

La autoría mediata en derecho penal es una forma de autoría caracterizada


por la comisión de un delito a través de otra persona. Autor mediato es el
que comete el delito sirviéndose de otro como "Instrumento". La figura de la
autoría mediata cumple con la finalidad de ampliar el concepto de autor
basado tradicionalmente en la ejecución de propia mano del tipo. De lo
dispuesto en el art. 28 CP español se desprende que también pude ser autor

20
de un delito quien no ha tomado parte en la ejecución del hecho. Desde una
concepción material del injusto, resulta evidente que la lesión o puesta en
peligro de un bien jurídico a título de autor no se puede limitar a la ejecución
físico corporal del tipo. El bien jurídico también puede ser directamente
lesionado cuando el hombre de detrás realiza el hecho a través de otro.

21
CONCLUSIONES

 Suele afirmarse que hay autoría mediata cuando el sujeto se vale de


otro que es inculpable, es decir, de otro que comete un injusto
inculpable, como sucede con quien se vale de un inimputable, de un
sujeto en error de prohibición invencible o de alguien en situación de
necesidad inculpable. Por nuestra parte, no creemos que este,
supuesto configure autoría mediata, por entender que la falta de
reprochabilidad de la conducta del interpuesto no da el dominio del
hecho al determinador.

 La autoría mediata como criterio de imputación tiene su mayor


sustento en la teoría del dominio del hecho de Roxin que recoge
nuestro Código sustantivo en su artículo 23.

 La autoría mediata como construcción teórica, si bien permite cubrir


espacios de actuación típica no directa, la misma ha sido objeto de
reparos, no siendo admitida legalmente en las legislaciones italiana y
francesa.

 Plantear la existencia de autoría mediata, supone acreditar la


presencia del instrumento, demostrar la instrumentalización del mismo
y la vinculación causal entre el hecho de ilicitud penal ejecutado por
dicho instrumento con el dominio de la voluntad delictiva por parte del
autor mediato.

 Los efectos jurídicos de demostrarse la presencia del instrumento en


sentido riguroso, hacen de éste no responsable penalmente; siendo
imputable por los actos globales el autor mediato.

22
BIBLIOGRAFÍA

 Bacigalupo Enrique Derecho Penal: Parte General. Buenos Aires


1998
 Peña Cabrera Alonso Derecho Penal Parte General Lima. Editorial
Rhodas. 2008.
 Villavicencio Terreros Código penal Lima Editorial Cuzco. 1992.
 Maurach, Reinhart Tratado de Derecho Penal Barcelona Editorial
Aries. 1962.
 Jakobs, Ghunter Fundamentos de Derecho Penal Buenos Aires.
Editorial Cancio Melia Buenos Aires., 1996.
 Villa Stein Javier Derecho Penal Parte General Lima. Editorial San
Marcos. 1998.
 Mir Puig., Santiago Derecho Penal Parte General Barcelona 4ta
Edición. 1996.
 Bustos Ramírez, Juan Principios Fundamentales De Un Derecho
Penal Democrático Santiago. 2003.
 Roxin Claus. Roxin, Claus Política Criminal y Sistema de Derecho
Penal Barcelona Editorial Bosch. 1970.

23
ANEXOS
LA TEORÍA DE LA AUTORÍA MEDIATA POR DOMINIO DE
ORGANIZACIÓN. Especial referencia a una reciente ejecutoria de la
Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema (Iván MONTOYA
VIVANCO(*))
En este interesante comentario jurisprudencial el autor aborda la reciente
Ejecutoria de la Corte Suprema en la que se hizo uso de la teoría de la
autoría mediata por dominio de la organización para determinar la
responsabilidad penal de los miembros de la cúpula dirigencial de Sendero
Luminoso. Al respecto, analiza los criterios esgrimidos por el órgano
jurisdiccional resaltando la manifestación de la relevancia de este aparato
teórico para la delimitación del sentido de los elementos objetivos del tipo
penal, así como la utilización del criterio de la fungibilidad de los ejecutores
del hecho punible.

R.N. Nº 5385-2006

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SEGUNDA SALA PENAL TRANSITORIA

Lima, catorce de diciembre de dos mil siete

VISTOS; de conformidad en parte con el Señor Fiscal Supremo en lo


Penal, interviniendo como ponente el señor Vocal Supremo Javier Villa
Stein; y,

CONSIDERANDO

(…) En la presente causa se incriminó a los procesados Manuel Rubén


Abimael Guzmán Reinoso, Elena Albertina Yparraguirre Revoredo, Óscar
Alberto Ramírez Durand, Margie Eveling Clavo Peralta, Teresa Durand
Araujo, Victoria Trujillo Agurto, Judith Ramos Cuadros, Gerardo Sáenz
Román, Martha Huatay Ruiz, Carlos Espinoza Ríos, Ostaff Morote

24
Barrionuevo, Osmán Roberto Morote Barrionuevo, Margot Lourdes Liendo
Gil y Víctor Zavala Cataño, la condición de integrantes de la cúpula
dirigencial de la organización terrorista autodenominada “Partido Comunista
del Perú - Sendero Luminoso”.

Dicha organización criminal tenía una estructura única, nacional y


centralizada, estructurada jerárquicamente sobre la base de un Comité
Central, un Comité Permanente y un Buró Político, y que estaba orientado a
la realización de diversas acciones contra la vida, salud y libertad de las
personas y contra el patrimonio público y privado, con el fin de crear un
estado de zozobra, alarma y temor en la población.

De acuerdo a la imputación fiscal, el Comité Central, estaba integrado por


diecinueve miembros titulares, tres suplentes y tres candidatos. Este órgano
de dirección estaba presidido por Manuel Abimael Guzmán Reinoso
“Gonzalo o Presidente Gonzalo”, y estaba integrado además por los
sentenciados Elena Albertina Yparraguirre Revoredo “Miriam”, Óscar Alberto
Ramírez Durand “Feliciano”, Margie Eveling Clavo Peralta “Nancy”, María
Guadalupe Pantoja Sánchez “Doris”, Laura Zambrano Padilla o Marcela Ruiz
López “Renée”, Osmán Morote Barrionuevo “Nicolás”, Margot Liendo Gil
“Noemí”, “Remigio” (miembros titulares), entre otros. Asimismo, se imputa a
Victoria Obdulia Trujillo Agurto “Elizabeth” y Judith Ramos Cuadros “Rita” o
“Valia” la condición de candidatas a dicho órgano.

El Comité Central era el mayor órgano de dirección de la organización


terrorista, y de este dependían los aparatos centrales, entre ellos: el
Departamento de Logística, el Departamento de Propaganda, el Grupo de
Apoyo Partidario, el Departamento de Apoyo Organizativo, el Grupo de
Traducciones, el Grupo de Trabajo Especial en Cárceles, el Grupo de
Trabajo Internacional, el Departamento de Seguridad y el Comité
Fundamental “Socorro Popular del Perú”, al que se encontraban vinculados
los sentenciados Martha Huatay Ruiz, Víctor Zavala Cataño y Carlos
Espinoza Ríos. El Comité Central se encargaba de dictar los lineamientos de
política general, así como los planes estratégicos y tácticos.

Por su parte, el Comité Permanente, integrado por Guzmán Reinoso,


Yparraguirre Revoredo y Ramírez Durand, sesionaba de manera
ininterrumpida y tomaba las decisiones cuando el Comité Central no podía
reunirse. En tanto que el Buró Político conformado también por los antes
mencionados como miembros titulares, y por Margie Eveling Clavo Peralta
“Nancy” y María Guadalupe Pantoja Sánchez “Doris” como suplentes, se
encargaron de preparar la documentación para el estudio político y operaba
asimismo como comisión militar.

Debajo de estos órganos funcionaban los Comités Zonales, entre los que

25
destaca, a los efectos de este proceso, el Comité Zonal Cangallo, organismo
intermedio dirigido por el procesado por Hildebrando Pérez Huarancca e
integrado por Víctor Quispe Palomino o Glicerio Alberto Aucapoma Sánchez,
Gilber Curitomay Allaucca, René Carlos Tomayro Flores, Raúl Allcahuamán
Aronés, Félix Quichua Achejaya y Rómulo Misaico Evanan, cuyas acciones,
entre ellas, la masacre a los pobladores de Lucanamarca, estaban
orientadas por el Comité Central.

TERCERO.- Naturaleza de los hechos imputados

La organización criminal descrita en el considerando precedente


desarrolló sistemáticamente a nivel nacional, durante más de una década,
un conjunto indeterminado de actos delictivos, que vulneraron bienes
jurídicos fundamentales como la vida; la integridad física; la libertad; el
patrimonio público o privado; y los medios de comunicación, haciendo uso
para ello de medios catastróficos y violentos, y cuyo común denominador se
evidencia en la creación de un estado de zozobra o inseguridad en la
población.

Estos actos son valorados por la Sala Suprema como conflictos jurídico
penales, cometidos bajo el mando protector de una organización criminal,
cuya motivación política no es materia de grado ni tiene relevancia jurídica
para el sistema penal. A los integrantes de la organización criminal Sendero
Luminoso se les juzga por los actos concretos cometidos, en base a la
legislación penal sustantiva vigente a la fecha de su comisión, de
conformidad con las garantías propias de un Estado Democrático de
Derecho, como los principios de legalidad, proporcionalidad, culpabilidad por
el acto o afectación de bienes jurídicos. Asimismo se les procesa en base a
las normas de procedimiento general, sustentada en los principios y
garantías establecidas en la Constitución y los Pactos Internacionales de los
que el Perú es parte.

En este contexto, se excluye de plano que se les juzgue recurriendo a lo


que se ha denominado el derecho penal del enemigo; y que de acuerdo a la
definición de Gunther Jackobs, se caracteriza por la concurrencia de tres
elementos: a) adelantamiento sustancial de la punibilidad, prevaleciendo la
función prospectiva (hecho futuro), sobre la retrospectiva (hecho cometido)
del derecho penal; b) desproporción de las penas conminadas y concretas
en contra del procesado, sin posibilidad de reducción de la pena por la
anticipación de la punición; y c) reducción o supresión de las garantías
procesales.

Ahora bien, de las características glosadas puede afirmarse entonces que


la esencia del concepto de derecho penal del enemigo radica en el hecho
que constituye una reacción de combate del ordenamiento jurídico contra

26
individuos especialmente peligrosos; esto es, el Estado desde esta
perspectiva no trata con ciudadanos sino con enemigos.

La Sala Suprema niega la aplicabilidad de este concepto al delito de


terrorismo, materia de grado, y a las personas involucradas en su comisión,
pues de ser así no se les consideraría, en el caso probado, como sujetos
plenamente responsables. El Estado Democrático ejerce su potestad
punitiva teniendo en cuenta que las personas, independientemente de la
gravedad de los hechos cometidos, deben ser considerados en un plano de
igualdad; tratamiento que consolida además la legitimidad secundaria del
Estado para ratificar la vigencia de la norma penal con la sanción efectiva de
los responsables de los actos delictivos. Es inadmisible que en un Estado de
Derecho, como el proclamado constitucionalmente, se acepte la posibilidad
de apostasías de la noción de ciudadano.

En este sentido, la Sala Suprema estima que lo que se debe afirmar y


juzgar es a los autores y partícipes en la comisión de delitos de terrorismo,
no actos cometidos en el contexto de una autodenominada “guerra popular”,
en la que el Estado peruano se equipare a los responsables de los actos
terroristas y de ingentes daños personales y materiales.

En consecuencia, es de rechazar cualquier alegación en el sentido que


en los actos de terrorismo, sujetos a revisión por la Sala Suprema, se esté
recurriendo a esta categoría político criminal, dado que en el plano del
Derecho Penal, esta teoría es incompatible con el modelo constitucional de
Estado y, en particular, con la función preventivo general positiva de la
norma, se sustenta precisamente en la culpabilidad- igualdad del individuo
por su acto. En otras palabras, el Estado Democrático no reacciona, a través
de la pena, frente a la maldad o la peligrosidad de enemigos, sino frente a
actos cometidos por sujetos culpables que socavan las bases esenciales del
orden social.

La Sala Suprema, de conformidad con el principio de igualdad, de


raigambre constitucional, solo establecerá diferencias en la valoración de los
hechos materia de recurso de nulidad o consulta, por la naturaleza de las
cosas y no por la diferencia de las personas. En este sentido, la Sala
Suprema asume que los actos de terrorismo, materia del presente proceso,
son manifestaciones de una modalidad de criminalidad especialmente
organizada.

Al respecto, considera que su abordamiento y comprensión, a efectos


penales, debe diferenciarse de los actos delictivos individuales y
ocasionales, porque aquellos fueron cometidos:

27
a) En el marco del funcionamiento de una modalidad de criminalidad
organizada, que presenta las siguientes características:

(i) Permanencia delictiva; es decir, la existencia temporal indeterminada y


dinámica de la organización terrorista, a fin de realizar sus planes y
programas delictivos;

(ii) Vocación delictiva indeterminada: la organización criminal y en


particular, la organización terrorista Sendero Luminoso concretó sus planes
a través de la comisión de un conjunto masivo e indeterminado de actos
delictivos;

(iii) Estructura jerarquizada rígida o flexible, en la que dicha organización


funcionó mediante un sistema de roles, mandos o tareas distribuidos
racionalmente de manera vertical;

(iv) Alcance nacional de sus actos, con proyección internacional,


concretados en atentados, sabotajes, aniquilamientos, agitación o
propaganda terroristas, en el ámbito urbano y rural;

(v) Red de fuentes de apoyo ideológico, técnico, operativo o social que se


evidenciaron en el funcionamiento de órganos como los que la Sala
Suprema ha descrito en el considerando precedente.

b) De manera sistemática y en función de planes elaborados, trasmitidos


e implementados desde las estructuras superiores y centralizadas de la
organización criminal.

c) Por personas, plenamente responsables, pero pertenecientes a una


estructura colectiva, a quienes se les juzga de acuerdo a los criterios de
imputación individual, aplicables a cualquier delito y a cualquier ciudadano.

d) Poniendo en peligro el funcionamiento de las condiciones


fundamentales de convivencia social, trascendiendo incluso a los daños de
bienes jurídicos individuales.

e) Causando graves perjuicios personales y materiales, cuya


determinación efectiva y probable, debe realizarse de acuerdo a criterios
amplios.

f) Haciendo uso de medios especialmente violentos, arteros y crueles.

28
EVALUACIÓN INDIVIDUAL DE LOS RECURSOS DE NULIDAD Y
CONSULTAS

CUARTO.- Manuel Abimael Guzmán Reinoso

4.1. Acusación Fiscal: Delitos y hechos imputados

El Fiscal Superior formula acusación escrita contra Manuel Abimael


Guzmán Reinoso, por los delitos contra la tranquilidad pública - terrorismo,
terrorismo agravado, afiliación y organización terrorista en agravio del
Estado, y contra la vida, el cuerpo y la salud - homicidio calificado, en
agravio de Zaragoza Allauca Evanan y otros (caso Lucanamarca)

En general, el Ministerio Público imputa al procesado la condición de


integrante de la agrupación terrorista autodenominada Partido Comunista del
Perú “Sendero Luminoso”, la que para cumplir sus fines delictivos contaba
con un Comité Central, un Comité Permanente y un Buró Político a nivel
nacional. De dichos órganos dependían el Departamento de Logística,
Grupo de Trabajo Especial, Departamento de Propaganda, Grupo de Apoyo
Partidario, Departamento de Apoyo Organizativo, Grupo de Traducciones o
Grupo Intelectual Popular, Grupo de Trabajo Especial en Cárceles, Grupo de
Trabajo Internacional, incitación terrorista y apología de dicho delito.

El Tribunal de instancia le impuso la pena privativa de la libertad de


cadena perpetua, la misma que será materia de revisión a los treinta y cinco
años, de conformidad con lo previsto en el Decreto Legislativo Nº 921 y el
Código de Ejecución Penal; así como la pena accesoria de trescientos
sesenta y cinco días multa, a razón de cuatro nuevos soles, el monto de la
reparación civil, a pagar en forma solidaria con sus consentenciados.

4.3. Recurso de nulidad interpuesto por la defensa de Abimael Guzmán

La defensa del sentenciado Abimael Guzmán Reinoso fundamenta su


impugnación señalando que en el proceso penal se ha restringido la
publicidad, al limitarse el acceso a los medios de prensa y al desarrollarse el
proceso en una Base Militar. Asimismo, cuestiona el hecho que el proceso
se haya realizado sin citación de los acusados y su defensa, y trasladado la
competencia del proceso a la Sala Penal Nacional, con sede en Lima. Por
otro lado, objeta la invocación por la Sala respecto de razonamientos sobre
delitos de lesa humanidad, no habiendo sido materia del contradictorio, en
violación de los principios de legalidad, taxatividad e irretroactividad de la
ley.

29
Aduce que se le ha juzgado con lo que denomina un Derecho Penal de
Guerra, sustentado en la responsabilidad adjetiva e imprescriptibilidad, en la
que se juzga una ideología, una organización política y una dirección
estratégica de la guerra. El recurrente califica las acciones de la
organización liderada por Guzmán Reinoso como una guerra popular que
fue contrarrestada con la guerra contrasubversiva desencadenando una
guerra civil o guerra interna reconocida por la Constitución. Esto, de acuerdo
al recurrente implicaría el reconocimiento del estatuto de combatientes para
los actores y la consecuente despenalización de sus acciones bélicas.

Afirma que el Decreto Ley Nº 25475 nació de un gobierno de facto y que


vulnera el principio de legalidad al no señalar el bien jurídico protegido.
Refiere que al derogarse los artículos 319 y siguientes del Código Penal,
cuyo bien jurídico es la tranquilidad pública, no trasladó el bien jurídico
protegido, y, de otro lado, el orden democrático constitucional que a veces
se alegó vulnerado, está protegido con los delitos de rebelión, sedición y
motín, y no con el de terrorismo, con lo cual el bien jurídico sigue siendo
difuso a pesar del esfuerzo del Tribunal Constitucional por darle sentido en la
Sentencia Nº 010-2002-AI/TC.

Por otro lado, el recurrente cuestiona la vigencia del Decreto Ley Nº


25475, dictado por un gobierno de facto y bajo los alcances de la
Constitución de 1979, no habiendo otro tipo vigente al ser derogado el tipo
penal previsto en el Código Penal.

Sostiene que a su defendido se le juzga como dirigente del Partido


Comunista del Perú, aplicando un artículo derogado (3.a del Decreto Ley Nº
25475), por el artículo 8 del Decreto Ley Nº 25659, y luego inaplicable al
haberse derogado y antes declarado inconstitucional el Decreto Legislativo
Nº 895 que modificará el artículo 29 del Código Penal que preveía la cadena
perpetua. Refiere que el artículo 3.a) no es autónomo sino una forma
agravada del artículo 2 del referido Decreto Ley Nº 25475, lo que quiere
decir que el dirigente tiene que ver con la realización de hechos materiales.

El recurrente cuestiona la aplicación de la autoría mediata, a través de


organizaciones de poder, pues no se tiene en cuenta que el ejecutor lo hace
con voluntad, no pudiendo equipararse su voluntad a la coacción o al error.
Aduce que en el ámbito internacional solo se ha dado en cosas de delitos
cometidos por agentes del Estado, y su aplicación no está autorizada por el
artículo 23 del Código Penal vigente.

De otro lado, objeta que se acude a la noción de delito continuado para


aplicar la autoría mediata conforme al Código Penal de 1991, a hechos que
han sucedido bajo legislaciones anteriores, mas aún cuando la figura del

30
dirigente no se encontraba tipificada en la legislación anterior. Señala que de
64 hechos imputados solo 7 habían sido cometidos bajo la vigencia del
Código Penal de 1991 mientras 57 bajo el Código de 1924 donde no existía
la autoría mediata.

En el caso Lucanamarca, refiere que se da por probado el hecho


ocurrido, sin embargo, se pretende establecer que el ejército ingresó luego
del tres de abril de 1983, escindiéndose la prueba testimonial que establecía
que el Ejército ingresó a ese teatro de operaciones del sur y norte de
Ayacucho desde fines de 1982 y que los pobladores recibieron la orden
imperativa de aniquilar a los miembros del Comité Popular de Lucanamarca
bajo la amenaza de que si no lo hacían ellos mismos morirían.

Respecto a los demás casos, señala que ya han sido materia de


juzgamiento. Además, señala que sobre hechos concretos no existe prueba
material contra su defendido, pues la prueba trasladada versa sobre
personas que ya han sido condenadas sin que exista investigación policial
que involucre a su defendido.

El recurrente cuestiona también la competencia de la ahora Sala Penal


Nacional, conformada por Resolución Administrativa del Consejo Ejecutivo
del Poder Judicial abusando de la facultad conferida por la Ley Orgánica del
Poder Judicial para conformar salas de competencia territorial distintas a la
prevista.

Asimismo, cuestiona que la Sala se haya arrogado la potestad de ofrecer


multitud de pruebas de oficio convirtiéndose así en Juez y parte acusadora; y
que se haya investido del derecho de no tomar toda la declaración de un
testigo cuando la otra parte de su testimonio puede favorecer la posición del
procesado, con lo cual ha escindido los testimonios y la prueba documental
para tomarlos in malam partem y fuera de contexto.

31

También podría gustarte