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EL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL

P. Gilberto Freire, SJ

El tema del Discernimiento Espiritual, tiene gran importancia para abordar la vida
absolutamente ordinaria, en sus dimensiones personal, comunitaria y pastoral, porque nos
permite hacer la mejor elección en los momentos trascendentales de nuestra vida y porque,
en el ejercicio de nuestro ministerio, debemos acompañar procesos de discernimiento a
muchas personas.

A lo largo de nuestra vida siempre hemos tomado determinaciones ordinarias y


extraordinarias, siempre hemos discernido. Aunque no hayamos hecho un curso
especializado de discernimiento espiritual, hemos discernido y lo seguimos haciendo.
Nuestra vida es un continuo ejercicio de discernimiento. Si miramos las diversas opciones
que hemos tomado, que tomamos o debemos tomar en nuestra vida, constatamos que
algunas tienen más importancia que otras. En todo caso, el ideal es que todas nuestras
opciones tomadas sean las mejores y nos lleven a encontrar el verdadero sentido de la
vida, que seamos plenamente felices y que descubramos y cumplamos la voluntad de Dios
en nuestras vidas.

A lo largo de nuestra vida hemos discernido, actualmente discernimos muchas cosas y


deberemos discernir a lo largo de nuestra vida. Veamos algunos ejemplos.

 Si nos referimos a nuestra opción sacerdotal (vocacional) estamos hablando de una


opción de estado de vida, es decir de una opción trascendental, de una opción
inmutable, de una elección para toda la vida. Vemos que muchas personas optan
por otro estado de vida: matrimonio, vida religiosa, opción laical, etc. Nos
referimos, por tanto, al discernimiento de estado de vida1.

 Pero hay otras opciones importantes que, sin ser de “estado de vida”, las hemos
tomado o las debemos tomar en nuestra vida y tienen repercusiones para toda la
vida, y por lo tanto tienen su centralidad y merecen el mejor análisis para optar.
Por ejemplo, si nos referimos a la especialización que cada uno de ustedes ha
tomado, al lugar que han elegido; podríamos decir que se deben tener en cuenta
tiempos, lugares, personas y circunstancias. Estamos hablando del discernimiento
mutable2.

 Hay también una serie de opciones, absolutamente ordinarias, que las tomamos
diariamente y que merecen también nuestra atención. Por ejemplo si tomo el bus
881, 98 o si voy a tomar el metro para llegar a la Gregoriana; si voy a tomar un
helado y tengo más de 20 opciones, debe elegir dos o tres sabores solamente. Este

1
Ejercicios de San Ignacio 171a: Hay unas cosas que caen debajo de elección inmutable, así como son
sacerdocio, matrimonio, etc.
2
Ejercicios de San Ignacio 171b: hay otras que caen debajo de elección mutable, así como son tomar beneficios
o dejarlos, tomar bienes temporales.
discernimiento, absolutamente ordinario y diario, algunos hablan de
discernimiento orante3.

 A más de esta realidad están otros hechos que debemos discernir, por ejemplo si el
Sr. Obispo me dice que piense en el rectorado del Seminario o trabajo en una
Parroquia, trabajar en la formación de seminaristas o ayudar en las oficinas de la
Diócesis/Arquidiócesis. Apoyar más en este año la Pastoral Juvenil, de movilidad
humana o carcelaria, etc. Aquí nos estamos refiriendo al tema de discernimiento
apostólico4.

El discernimiento es un elemento de la formación sacerdotal que siempre se insiste en


sus documentos y que el Papa Francisco habla con insistencia.
 La Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis (dic. 8, 2016) subraya la importancia
del discernimiento desde el acompañamiento vocacional (13); para la formación
inicial y permanente (48); formación para el discernimiento (178); para los
momentos difíciles, del discernimiento personal y apostólico (88); que los
sacerdotes sean expertos en discernimiento (120); del discernimiento en la pastoral
(170); El Rector y los formadores ofrecerán los medios necesarios para el
discernimiento. El número 43 habla directamente del discernimiento:
“La formación sacerdotal es un camino de trasformación, que renueva el corazón y la mente de la
persona, para que puede “discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo
perfecto” (Rom 12,2). El gradual crecimiento interior en el proceso formativo debe tender
principalmente a hacer del futuro presbítero el “hombre del discernimiento”, capaz de interpretar la
realidad de la vida humana a la luz del Espíritu, y así escoger, decidir y actuar conforme a la
voluntad divina. El primer ámbito del discernimiento es la vida personal y consiste en integrar la
propia historia y la propia realidad en la vida espiritual, de tal modo que la vocación al sacerdocio
no permanezca encapsulada…”

El Santo Padre se ha referido en muchas ocasiones a la importancia del discernimiento en


la vida del sacerdote: “Un pastor es un hombre que sabe discernir. El pastor sabe discernir donde
están los peligros, donde están las gracias, donde está el verdadero camino, y acompaña a las ovejas
siempre: en los momentos bellos y en los momentos feos, también en los momentos de la seducción,
con paciencia las lleva al redil”. “… las situaciones de la vida cotidiana no son blancas o negras,
sino de una gran variedad de grises, razón por la cual los seminaristas y sacerdotes deben ser
formados para guiar bien a los fieles, deben saber discernir”.

Quiero presentarles esta síntesis del material de discernimiento espiritual personal y


comunitario, a la luz de san Ignacio de Loyola.

MOVIMIENTOS ESPIRITUALES

Mociones: son los varios movimientos, impulsos, llamados y tracciones que


experimentamos en nuestra conciencia.
Movimientos interiores: son mociones que vienen desde lo profundo de la persona. Por
ejemplo: veo a alguien necesitado y “siento” en mi conciencia una llamada para ayudar a
3
P. Peter-Hans Kolvenbach, S.J. Discurso en la Universidad de Deusto en el año 2007; CG 35, Dec. 2, n.2.
4
Deliberaciones de los primeros compañeros (Roma, 1539).
esa persona. Esa llamada “resuena” en mi conciencia como una voz que me dice: “ayuda a
esa persona”. Esta llamada es un movimiento interior.
Algo rápido: Las mociones, en cuanto tales, son rápidas. Puede ser una moción de gracia,
producida por Dios o por un buen espíritu, o una tentación producida por Maligno o por
el mal espíritu, ó cualquier otro tipo de movimiento interior.
Podemos comparar una moción a una picadura de un mosquito en nuestro cuerpo: da un
pequeño dolor en ese momento, pero después no sentimos nada más.
Estado interior: Es una moción prolonga por un determinado tiempo, puede ser de paz o
de inquietud, de alegría o tristeza, de malestar o bienestar, dando lugar a las
Consolaciones o Desolaciones. Se podría comparar a una picadura de una abeja, que
produce un dolor prolongado y los sentimos por un período prolongado.
Mociones espirituales: son movimientos interiores que tienen relación con su
procedencia:
 Si provienen de la gracia de Dios, decimos que son mociones buenas mociones
del buen espíritu): vienen de Dios y conducen a Dios o a lo que Él quiere.
 Si provienen del enemigo de nuestra felicidad, decimos que son mociones
malas (mociones del mal espíritu): no vienen de Dios y no conducen a Dios ni a
lo que Él quiere. Apartan de Dios. Son tentaciones del enemigo.
En el discernimiento espiritual = discernimiento de los espíritus, lo que más nos interesa es
descubrir qué espíritu está actuando en nosotros: ¿o el bueno o el malo? para así poder
rechazar la tentación que viene del mal espíritu y acoger la gracia que viene del Buen
Espíritu.
Las mociones espirituales son aquellos movimientos interiores que se producen en
nosotros, que provienen directamente de Dios o que son causados por un buen espíritu o
por un mal espíritu. Pueden ser identificados por los efectos que producen en nosotros.

CONOCIMIENTO DEL ORIGEN DE LAS MOCIONES ESPIRITUALES

Para conocer el origen de las mociones espirituales, esto es, sus fuentes, San Ignacio dejó
por escrito varias indicaciones. Junto con las indicaciones para el modo de proceder en
cada situación, forman las 22 reglas de discernimiento de los espíritus (EE: 313-336) 5. Dejó
las 22 reglas que indican no sólo el origen de las mociones espirituales, sino el modo de
actuar en cada situación, y son denominadas “reglas de discernimiento de espíritus”.
Para el discernimiento son tenidos muy en cuenta los estados interiores que se producen
en nosotros, que pueden ser reducidos a 2 estados espirituales: los de Consolación y los de
Desolación.

Consolación y Desolación
Son estados interiores, esto es, que permanece por un tiempo notable (tienen una duración
de 5 minutos, 15 minutos, una hora, un día...).
Entre los estados de Consolación o Desolación hay tiempos tranquilos, donde no hay una
intensidad fuera de lo normal.
Y entre los tiempos de Consolación o Desolación y los tiempos tranquilos hay estados
intermedios, que se aproximan a la consolación o desolación, quedando así estructurados
estos movimientos:
5
Son 14 reglas de la primera semana (para los menos experimentados) y 8 reglas de la segunda semana (para
los más experimentados).
Consolación / Estados Intermedios / Tiempo tranquilo /Estados intermedios /
Desolación.
La Consolación y la Desolación son una experiencia total y totalizante, se da en lo
profundo del espíritu humano, pero alcanza a todo, alcanza la sensibilidad y el cuerpo, es
una experiencia innegable, algo sentido.
La Consolación tiene referencia explícita a Dios, a cualquiera de sus misterios, con una
experiencia de una presencia interior inconfundible. Puede venir, por ejemplo, con un
impulso para donarse a los otros y con un sentimiento profundo de que “Esto, sí, es vida”.
En la Desolación hay un sentimiento de ausencia de Dios (lo contrario de la consolación) y
predomina una visión tétrica de la vida (parece que nada vale la pena o que ni vale la pena
vivir). Puede ser fuerte, entonces, el pesimismo o tendencias pesimistas crecerá
desmedidamente.

NATURALEZA DEL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL

El discernimiento espiritual es la búsqueda de la voluntad de Dios. Es un perpetuo abrirse


plenamente a Dios para reconocer y cumplir la voluntad del Señor. San Ignacio dedica
todo el libro de los Ejercicios Espirituales a este tema, puesto que son un camino, una
experiencia de Discernimiento Espiritual, para descubrir la divina voluntad.

Contenido del discernimiento espiritual


El contenido del D.E. se refiere a cuestiones espirituales y otras opciones (asuntos
temporales). El objetivo es la voluntad divina.
D.E. porque va dirigido inmediata y directamente a descubrir la gracia interna de Dios,
que es algo no material sino espiritual. Nos podemos preguntar: ¿es posible descubrir esa
gracia interna particular por la que Dios manifiesta a cada uno su divina voluntad?, y una
vez recibida, ¿nos es posible interpretarla y finalmente llevar a la práctica? Sí, veamos, se
lo puede hacer por medio de las gracias internas ordinarias.

LOS MOMENTOS DEL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL

¿Cómo se logra discernir los espíritus? Hay tres momentos o fases en que se desarrolla el
proceso de búsqueda de la divina voluntad:
1) 1er. Momento: La ubicación en "Indiferencia".
2) 2do. Momento: La sensibilización a los espíritus.
3) 3er. Momento: Hallar su sentido o interpretación.
Estos tres momentos forman un todo gradual e inseparable.

PRIMER MOMENTO: LA UBICACIÓN EN INDIFERENCIA

¿Qué es la indiferencia? Es un término equívoco. En sentido vulgar es lo mismo que


insensibilidad, no dar importancia, que me importa a mí. Para S. Ignacio es dominio de las
inclinaciones o repugnancias, es el perfecto equilibrio (EE, 23); es la libertad radical de
espíritus ante las situaciones, las personas y las cosas, por más fuerte que se experimente la
inclinación o la repugnancia hacia ellas en diversas direcciones; es la disponibilidad y la
actitud de servicio para con Dios y el prójimo. Es el perfecto ordenamiento de las aficiones
o afecciones desordenadas que experimentamos y que son las raíces de nuestro pecado.
En este primer momento se trata de situarse en indiferencia como fase inicial de toda
experiencia. ¿Cómo lograr esta indiferencia? Veamos algunos pasos.
Súplica a Dios, limpieza del alma, abnegación, amor entrañable a Jesucristo. Una
síntesis de esto lo encontramos en el número 189 de los EE: "Piense cada uno que tanto
se aprovechará en las cosas espirituales, cuanto más saliere de su propio amor, querer e
interés".

SEGUNDO MOMENTO: LA SENSIBILIZACIÓN A LOS ESPÍRITUS

Este segundo momento consiste en ser dóciles a la acción de Dios y rechazar lo que nos
viene del maligno; se trata de escuchar la voz de Dios que habla en la propia conciencia.
¿Qué es sentir los espíritus? Es percibir, conocer y clarificar la acción de Dios y la del
maligno. Es caer en la cuenta que están presentes en mí: movimientos interiores, ideas,
sentimientos, ilusiones, dudas...que vienen como aves a un árbol... Se distinguen unos de
otros. No son "aves iguales". Hay unos como cuervos (devoran, fastidian...) otros como
palomas (dan gusto interior, esperanza...). Uno no es responsable de que "lleguen" sino de
la RESPUESTA ante esas mociones. A cuáles le hago caso; cuáles deshecho y con cuáles me
quedo dándole vueltas.
Los espíritus vienen por el mismo camino que los demás estímulos, esto es, a través de
ideas, de sentimientos o afectos. La acción de Dios y del maligno hay que buscarla en los
acontecimientos de la vida. Otras veces es Dios mismo, sin causa precedente (EE 330)
quien comunica directamente las ideas o los sentimientos.
San Ignacio se expresa así: "No el mucho saber harta y satisface el ánima, sino el sentir y
gustar las cosas internamente (EE 2). "Dios es quien da a sentir a cada uno lo que le
conviene" (EE 89). "Donde la persona haya sentido algún conocimiento" (EE 118). "Hacer
pausa donde se haya sentido más moción y gusto espiritual" (EE 62. 227).
Sentir los espíritus es advertir que somos actuados por ellos y penetrar en lo que esta
acción pretende. O más en concreto: experimentar la acción interior recibida y aclarar su
contenido.

Pautas para conocer los movimientos de los diversos espíritus


El proceder de los espíritus en una persona que está en actitud de pecado (que va hacia
una situación peor, bajando las gradas) es el siguiente:
 El mal espíritu hace que la persona (o el grupo) se sienta a gusto como está; le va
proponiendo cosas aparentemente agradables; trata de conservar o empeorar la
situación.
 El buen espíritu crea insatisfacción, inquietud y remordimiento para que la persona
(o el grupo) tome conciencia de su situación de engaño y pecado y busque cambiar.
 El proceder de los espíritus en una persona que está viviendo actitud de fidelidad a
Dios ( que va hacia una situación mejor, de bien en mejor subiendo, subiendo las
gradas) es el siguiente:
 El mal espíritu crea pesimismo y tristeza; impulsa a la persona (o al grupo) a
racionalizar su situación y actuación para que se contente con lo que ha conseguido
hasta el momento y así no siga adelante.
 El buen espíritu da ánimo y fuerza, consolación, alegría, inspira nuevos cambios y
causa tranquilidad. Quita todos los impedimentos que existen para que la persona
o el grupo siga progresando en el camino del bien.

Reglas para sentir los espíritus
Las reglas ofrecen dos series de pautas para clarificar la voz de Dios, contradistintas del
maligno. Las reglas de la primera serie (EE 313-327) se orientan a una clarificación básica
en relación con el elemento más sensible de los espíritus: cuando el mal espíritu tienta
abiertamente. Las de la Segunda serie (EE 328-336) se fijan en aspectos más sutiles y
delicados.
Reglas de la primera serie (EE: 313-327)
Reglas de la segunda serie (328-336)
4.3. Tercer momento: la interpretación de las mociones internas que se ha logrado sentir
Se trata de llegar a descubrir hacia dónde nos impulsan los espíritus que actúan en
nosotros. Este tercer momento constituye propiamente el discernimiento de espíritus, por
lo cual merece toda nuestra atención para no atribuir a Dios lo que pudiera ser vana
ilusión, error o engaño; por eso es necesario la Confirmación o garantía de haber acertado
en la voluntad de Dios.

TIEMPOS DE LA ELECCIÓN

Todo el recorrido anterior conduce a la elección. La elección es el centro del


discernimiento. San Ignacio da una importancia grande a este momento del
discernimiento. Como se trata de algo importante, San Ignacio propone acercarse a él
sistemáticamente, ordenadamente:
 EE 135: Preámbulos para considerar estados de vida: el primero es la observancia
de los mandamientos, es decir, esto es para todos; el segundo es de perfección
evangélica (dejar a los padres para servir), preguntarnos de qué estado de vida se
quiere servir el Señor.
 EE169: Preámbulos para hacer elección. Tener la intención recta, atendiendo el fin
para el que hemos sido creados (PF).
 EE 170: De qué cosas se debe hacer elección.
San Ignacio habla de tres tiempos de discernimiento, veamos cada uno de ellos (EE 175-
188).

PRIMER TIEMPO. GRACIA EXTRAORDINARIA DE DIOS (EE 175).

Tiene una doble característica: impulso para dar el "sí" a Dios y la seguridad de que es
Dios quien actúa. Puede venir sola o con efectos sensibles (visiones, revelaciones
interiores, palabras formadas internamente) y también con grandes repugnancias. Esta
gracia sólo debe ser aceptada y correspondida.

SEGUNDO TIEMPO, POR MEDIO DE CONSOLACIONES Y DESOLACIONES (EE 176).


Se supone que ha sentido consolaciones y desolaciones por separado, o que ha habido
lucha y agitación de espíritus. Hay que ver hacia dónde se inclinan cada una. Hay un
modo particular de trabajar.
 Confeccionar en dos apartados la lista de consolaciones y desolaciones.
 Reducirlas a unas pocas viendo un posible hilo conductor.
 Examinar las listas.

TERCER TIEMPO, POR MEDIO DE LAS RAZONES. ES UN TIEMPO TRANQUILO (EE


177).

Usando sus potencias naturales. Se considera generalmente ésta la más adecuada. Es un


tiempo en que la persona actúa por sí misma. El criterio de discernimiento no es la
conclusión explícita que se llega por un mero racionamiento sino la moción racional que
inclina más a una resolución que a la otra. S. Ignacio concreta todavía más (EE 178-183).
Hay dos modos de hacerla. En todo caso la fase previa es la indiferencia (EE 179), y por
otro lado está la certeza de que todo desciende desde arriba (EE 184).Primer modo
Se debe formular la resolución a tomar. Súplica de la gracia, búsqueda de razones en favor
y en contra de la resolución a tomar.
La búsqueda de razones por el sí o por el no, se hacen en dos diversos apartados:
 Uno de ventajas y desventajas acerca de la resolución (Por ej.: insertarme en un
medio pobre. Ser religioso).
 Y el otro, de ventajas y desventajas de lo que la contradice.
 Luego viene la reflexión y balanceo.
 Finalmente, presentar a Dios la resolución tomada.
También nos propone San Ignacio la reforma de vida: EE 189.

¿Cómo unir el segundo y tercer tiempo de elección?

En un discernimiento ordinario es pertinente hacerlo por el segundo tiempo


(Consolaciones y Desolaciones) y ver hacia dónde se inclina la balanza, el resultado de este
tiempo se debe presentarlo al Señor para la confirmación. Aunque quedase clara la
determinación, es bueno hacerlo también por el tercer tiempo (Razones a favor y en
contra), ver hacia dónde se inclina la balanza, y también presentarlo al Señor para su
confirmación.
Si el discernimiento está bien hecho, lo normal es que el coincidan los tiempos de elección,
si no fuera así, hay que analizar qué ha fallado. Una vez que se tiene el resultado final es
necesario pasar a la confirmación final.

LA CONFIRMACIÓN

Esta confirmación se debe dar en el segundo y tercer tiempo del D.E). S. Ignacio da una
importancia fundamental a la confirmación de sus decisiones (diario espiritual 48, EE 183).
La confirmación es interna y externa; interna la que se da entre el que elige y Dios; la
externa es la aprobación por parte de la autoridad de la Iglesia que me confirma la validez
del discernimiento. Normalmente la autoridad externa es quien está acompañando en la
experiencia del discernimiento.
La confirmación interna tiene dos momentos: Agradecer al Señor por haber terminado el
proceso de D.E. Ofrecer al Señor la determinación como algo asumido y querido, y pedir
que se digne aceptar y confirmar. La confirmación no necesariamente se manifiesta por
medio de grandes mociones interiores, puede ser de paz, serenidad, confianza.
Conclusión
Las tres fases o momentos del Discernimiento de Espíritus que hemos visto definen una
postura espiritual firme y segura de quien busca y desea cumplir la voluntad de Dios en
su vida.

DISCERNIMIENTO COMUNITARIO

El discernimiento comunitario es la búsqueda de la voluntad de Dios realizado por una


comunidad. Esa comunidad puede ser una comunidad local, funcional, transitoria, estable,
de trabajo apostólico, que busca lo que Dios le está pidiendo en una situación
determinada.
El objeto del discernimiento comunitario debe ser tal que involucre e interese a todos los
miembros implicados en la búsqueda de la voluntad de Dios. Puede tratarse de asuntos
internos de la vida comunitaria, o de problema o cuestiones que tienen relación con la
misión apostólica, o incluso de asuntos personales, en la medida en que involucran e
interesan a todos los miembros.
Relación entre discernimiento y obediencia. Algunas personas ven dificultad entre
discernimiento y obediencia, pero recordemos que en el discernimiento comunitario es la
búsqueda común de la voluntad de Dios, en la cual el superior es parte integrante de la
comunidad que discierne.
Después del Concilio Vaticano II hubo ciertos conflictos entre el discernimiento y la
obediencia. El superior (en la Iglesia y en la Compañía de Jesús) no tenía una palabra
especialmente cualificada dentro de la comunidad y, sencillamente, tenía que acogerse al
parecer de la mayoría.
Pero debemos recordar que para la Iglesia, el superior siempre tiene la última palabra y un
proceso de búsqueda comunitaria no encuentra su legitimidad sino en la medida en que es
asumida por la autoridad competente.
Por cierto, lo normal es que la autoridad asuma el fruto del discernimiento comunitario, a
no ser que tenga objeción de conciencia. El superior debe declarar la determinación final.
Criterio de verdad en el discernimiento comunitario. Así como el discernimiento
personal, el discernimiento comunitario cuenta siempre con un margen de error, propio de
la naturaleza humana y no tiene la certeza absoluta. En todo caso, en el proceso de
discernimiento comunitario se debe lograr, con la gracia de Dios, el consenso y una
determinación final; si no se lograra esa determinación, debería quedar el camino abierto
para ir avanzando, poco a poco, hacia consensos y acuerdos más claros.
Proceso del discernimiento comunitario
Un esquema clásico de discernimiento comunitario es aquel que se inspira en la así
llamada “Deliberación de los primeros compañeros de San Ignacio de Loyola” 6, distingue

6
Deliberatio Primorum Patrum, Roma 1539. Las deliberaciones de los Primeros Padres son el documento que
recoge el proceso de deliberación y discernimiento comunitario que realizaron los primeros padres de la
Compañía de Jesús en Roma durante la Cuaresma del año 1539 y que tuvo como resultado la decisión de
dos momentos para enfocar las razones a favor y las razones en contra de una opción
planteada (tercer tiempo para la elección).
En este proceso entra también el discernimiento por medio de las consolaciones y
desolaciones (segundo tiempo para la elección), como veremos en el numeral 2.6. de los
pasos del discernimiento comunitario.
Esta manera de proceder: búsqueda de razones a favor y en contra, -combinando con
tiempos de oración-, asegura que la búsqueda común no se convierta en una pura
discusión entre fuerzas opuestas, porque todo el grupo estará volcado sucesivamente
hacia una sola dirección.
Se trata de favorecer el diálogo, previa escucha tranquila de todos los argumentos
(diagnóstico). Lo que se quiere es que todos juntos lleguen a resolver el problema y
decidir bien. Por eso, el método facilita la escucha mutua o por lo menos evita las
interferencias irritantes y la confrontación reiterada, en el fondo inútil, de ambas posturas.

PASOS DEL DISCERNIMIENTO COMUNITARIO

1. Planteamiento del problema


 Claridad del tema. Debe ser plantado el tema del discernimiento de modo
claro, ante todos los participantes. Tiene que ser una alternativa clara y simple.
Pongamos un ejemplo: abrir o no abrir una oficina en la parroquia para
atender a los refugiados y migrantes.
 Todos deben entender la temática, debe haber un idéntico entendimiento. No dar
por supuesto este paso, si no, el malentendido resurgirá a cada rato.
 Todos deben estar de acuerdo en el proceso de discernimiento comunitario que se
va a seguir.
 Todos deben disponerse a asumir el resultado final.
 Disponer mente y corazón (segundo y tercer tiempo de elección).

2. Proceso del discernimiento


 Oración personal larga, para disponerse y buscar la libertad interior o
indiferencia. Abordar el tema en cuestión, buscar las razones para abrir o las
razones para no abrir.
 Puesta en común de las razones para abrir la oficina... Todos hablan en este
sentido (salvo que no se encuentre razón alguna, lo cual sería raro). Nadie
debate; sólo nos escuchamos y tomamos nota.
 Oración personal suficiente para asimilar lo escuchado.
 Puesta en común de las razones para no abrir una oficina…, es decir de los
inconvenientes que traería. Todos hablan en este sentido (salvo que no se
encuentre razón alguna, lo cual sería raro). Nadie debate; sólo nos escuchamos
y tomamos nota.
 Oración personal suficiente para asimilar lo escuchado. Descubrir en el interior
las mociones suscitadas al escuchar las razones para abrir y las razones para no
abrir.

permanecer unidos por obediencia a uno de sus miembros y comenzar el proceso de fundación de una nueva
congregación religiosa en la Iglesia.
 Ponemos en común las mociones suscitadas después de las dos vueltas
(consolaciones y desolaciones). Sin discusión y sin juzgar lo que siente cada
uno, tratamos de captar, al final de esta sesión, la “moción dominante”, la
consolación compartida o la desolación.

2. Acto de elección o decisión


Éste es el momento de deliberar 7, dialogar y plantear las preguntas necesarias para
entender plenamente lo ocurrido y las mociones percibidas.
Finalmente, se debe verificar si hay consenso para dar paso a la votación. Si hace falta, se
puede hacer una votación tentativa, antes de la definitiva, momento a veces muy útil,
porque indica el estado o tendencia espiritual de la comunidad. Votación definitiva.
Recordemos que no hace falta la unanimidad, basta la mayoría absoluta (la mitad más
uno). Si el proceso ha sido aprobado por todos, asumirán el resultado de la mayoría.
Se recomienda poner por escrito lo acordado, para que todos la puedan retener, ponerlo en
práctica según a cada uno corresponda, y guardarlo como referencia en próximas
ocasiones.

3. Confirmación
Hay dos tipos de confirmación: interna y externa. La interna es la adhieren firme de todos
a lo decidido y el querer que se haga (y se ponen a hacerlo, si les toca). La externa, cuando
otra autoridad tiene la última palabra y da su aprobación. En general, esta aprobación
eclesial se vive con alegría y se experimenta como un envío a vivir la opción elegida.
Se recomienda poner por escrito lo acordado para que así todos tengan el documento
preciso del acuerdo que servirá como punto de referencia después.

7
Deliberación es el acto de tomar una determinación personal o comunitaria.

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