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Taller de prevención de Burnout a través del Mindfulness - Sesión 6

Mindfulness y Comunicación

Hasta este momento, el aprendizaje de las técnicas del mindfulness se ha centrado en la vivencia
interior que tenemos ante situaciones de la vida, y como nos sentimos con ellas, sin embargo,
sería difícil pensar en situaciones de este tipo que no involucren de alguna manera a otras
personas o al plano de las relaciones interpersonales. Debido a esto, la comunicación con otros
juega un rol fundamental en nuestra vida, y el mindfulness también puede enfocarse en ella, para
ayudarnos a reconocer al otro y comunicarnos de una mejor manera a través de la atención plena
y la aceptación, fundamentalmente para enfrentar las dificultades que siempre están implicadas
en la comunicación.

LA ESCUCHA Y LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS (15 minutos)

En una entrevista el Dalai Lama contaba que la pregunta que más le hacen en sus presentaciones
con gente que no practica la meditación es “¿Usted se enoja alguna vez?” Y su respuesta es “Por
supuesto.” Las emociones son inevitables, es la manera en que funciona el sistema nervioso, sin
embargo, la mente humana adulta tiene la capacidad de reconocer el enojo, localizar el miedo que
lo despierta, y responder sabiamente para arreglar la situación en vez de empeorarla. El negarse a
sentir o expresar el enojo conduce a problemas, así como también el actuar dejándose arrastrar
por él. La emoción existe para dar cuenta de algo, pero hay que aprender a escucharla, y eso lo
podemos lograr a través de la atención plena y la consciencia de cómo nos sentimos.

Tomarse el tiempo de sentir las emociones no es algo fácil o automático, requiere de practica y de
cultivar la capacidad de la Paciencia para descubrir qué hacer con ellas. Cuando actuamos
directamente la emoción, normalmente agrandamos el problema, o generamos uno nuevo,
porque estamos desoyendo aquello que quiere decir la emoción, y hacemos esto, porque aquello
que nos quiere decir puede ser algo desagradable, revelarnos alguna vulnerabilidad, miedo o
herida o en nosotros mismos que nos hace reaccionar, por lo que la paciencia implica también
cultivar el coraje de conocerse. Practicar la paciencia no significa reprimir la emoción sino estar
presente con ella, y aceptar el dolor que nos muestra, el que nos empuja a actuar impulsivamente.

Puesto en una situación de conflicto con otra persona, este entendimiento y aceptación de uno
mismo abre una oportunidad para enfrentar de otra manera el encuentro. Según Marshall
Rosenberg, hay cuatro estilos habituales de manejo de conflicto que se utilizan habitualmente:

- El centrado en el demandar, que implica mantenerse firme en lo que se demanda,


enmarcando el conflicto en términos de interés propio y orientado a satisfacer mis
necesidades a expensas del otro.
- El centrado en acomodarse, que implica acomodarse a la demanda del otro, cediendo a lo
que solicita con el fin de pacificar y reducir el conflicto, orientado hacia las necesidades del
otro a expensas de las de uno mismo.
- El centrado en retirarse, que implica restar importancia o negar el conflicto con el fin de
no atenderlo, en el cual no se satisface la necesidad de ninguno de los involucrados.
- El centrado en la conciliación, que implica que cada uno cede un poco en su postura hasta
un punto de conveniencia en el cual cada uno cede parte de su necesidad para satisfacer
una parte de la necesidad del otro., cada uno obtiene una satisfacción parcial.

Para Rosenberg, existe un quinto estilo de resolución de conflicto que es más difícil y poco
frecuente, pero que implica una posibilidad de satisfacción completa de ambas partes, a la que ha
engloba bajo el concepto de Comunicación No Violenta (CNV)

- El centrado en el AUNAR, implica una serie de pasos: Reconocimiento y aceptación de los


sentimientos y necesidades de ambas partes. Descubrimiento e investigación de las
intenciones y metas fundamentales del otro. Exploración mutua de las soluciones
potenciales que satisfagan las intenciones y metas de cada parte.

La Comunicación No Violenta

Si bien la comunicación es una manera no violenta de resolver los conflictos, en sí mismas, las
palabras que usamos pueden hacer daño a los demás y a uno mismo, no solo porque podemos
utilizar palabras de insulto que agredan, sino también porque realizamos juicios, evaluamos y
etiquetamos la vivencia y el sentir del otro, lo que nos aleja de su comprensión y aceptación. La
Comunicación No Violenta apunta en la dirección contraria.

La atención plena nos permite vernos y entendernos honestamente, lo que nos permitirá
exponernos frente al otro también de manera más clara y sincera, así mismo, también nos permite
ver mejor las emociones y necesidades del otro, de esta manera, nuestras respuestas dejan de
obedecer a nuestros patrones automáticos y se convierten en respuestas conscientes, basadas en
la atención a lo que percibimos, sentimos y deseamos en ese momento.

Expresarnos con claridad y honestidad, y a la vez ofrecer una atención respetuosa y empática al
otro, es lo que se conoce “Compasión”, y para poder ejercerla, hace falta centrar la atención de
una manera diversa a la que estamos acostumbrados, que suele enfocarse en nuestros objetivos y
los obstáculos que se le interponen. La Comunicación No Violenta es una manera de centrar la
atención en aquello que nos permite una comprensión compasiva de la situación, tanto de uno
mismo como del otro. No es necesario que el otro conozca y maneje la CNV, si nos enfocamos en
dar y recibir compasión, el otro se sentirá inducido a hacerlo también, al percibir que no necesita
defenderse de lo que se le dice, y que no obtendrá nada tampoco al atacar a alguien que está
abierto a recibir compasivamente lo que se le ofrece.

Los cuatro pasos o “componentes” de la CNV que permiten dar y recibir comprensión compasiva
son los siguientes:

- Observamos lo que los otros hacen o dicen, sin introducir ningún juicio o valoración.
- Nos fijamos como nos sentimos cuando percibimos esto del otro, ¿Nos hiere? ¿Nos
asusta? ¿Nos divierte? ¿Nos irrita?
- Reconocemos qué necesidad está conectada a los sentimientos que hemos identificado.
- Descubrimos qué acción concreta necesitamos o deseamos de parte del otro que nos
permita enriquecernos atendiendo a la necesidad que reconocimos en nosotros mismos.
La esencia de la CNV es la conciencia de los cuatro componentes, los cuales pueden ser aplicados a
toda instancia comunicativa, y que nos permiten fortalecer nuestra capacidad de compasión.
Incluso se puede utilizar en relaciones que no son conflictivas, para promover una comprensión
más profunda y cuidadosa en relaciones íntimas, y relaciones más eficaces en el contexto del
trabajo.

PRACTICA SENTADA (15 minutos)

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