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En el verano de 1993, el presidente de Samaritan's Purse,

Franklin Graham, recibió una llamada de un hombre en


Inglaterra preguntándole si estaría dispuesto a llenar cajas
de zapatos con regalos para niños en Bosnia, país que
estaba devastado por una guerra. Franklin estuvo de
acuerdo, pero pensó que faltaban meses para Navidad. Se
olvidó de la promesa hasta que recibió una llamada cerca
del Día de Acción de Gracias preguntando por los regalos.
 

Franklin le pidió a su amigo el


Pastor Ross Rhoads quien ya falleció, de la iglesia Calvary
en Charlotte que viera si podía ayudar con esa necesidad.
Un domingo poco después, el pastor Rhoads mostró a su
congregación cómo llenar una caja de regalos sencillos y
los alentó a que también incluyeran una carta para el niño.
En pocas semanas, la iglesia tenía 11,000 cajas de regalos
alineados en sus pasillos.
 

Debido a su generosidad y a regalos adicionales de


Canadá, Samaritan’s Purse envió 28,000 cajas de regalos
a niños en los Balcanes esa Navidad.
 

Cada año desde entonces, Samaritan’s Purse ha juntado


cajas de regalos llenos de juguetes, útiles escolares y
artículos de higiene para niños de todo el mundo. Desde
1993, más de 178 millones de niños en más de 150
países han recibido una caja de regalos de Operation
Christmas Child. El proyecto ofrece no solo la alegría de lo
que, para muchos niños, es su primer regalo, sino que
también les brinda una expresión tangible del amor de
Dios.
 

Decenas de miles de voluntarios de iglesias locales de todo


el mundo se asocian con nosotros para presentar el
Evangelio de Jesucristo en eventos festivos donde los
niños se sorprenden con estas cajas de regalos.

Samaritan’s Purse fue fundada en el año 1970 por Bob Pierce. “Que


mi corazón sea quebrantado por las cosas que quiebran el corazón de
Dios.” Bob Pierce escribió esas palabras famosas en su Biblia
después de visitar una isla de Corea, Koje-do. Ahí fue testigo de
mucho sufrimiento, específicamente con la niñez.
Operación Niño de la Navidad trata de demostrar el amor
de Dios de una manera tangible a través de cada cajita.
Uno de nuestros valores principales como organización
es “Nunca manipular”. Trabajamos con y a través de
voluntarios locales que entienden el contexto local del
país en el que están y lo sirven con el mayor de los
respetos. Al mismo tiempo, nuestro deseo es compartir el
mensaje de Jesús en todo lugar, pero no siempre es
posible.
En algunas regiones no está permitido distribuir literatura,
pero nosotros igualmente estamos agradecidos de tener
la oportunidad de poder repartir el amor que cada uno de
nuestros donantes ha envuelto en forma de cajita. Los
niños y niñas nunca tendrán que decir, hacer o afirmar
nada para poder recibir sus regalos. Estos se dan de
manera incondicional a niños necesitados de toda
confesión, clase social o cultura.

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