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Mea Vulgatæ

Luis Carlos Mussó

1
Mussó: el poema como vuelta a la palabra,
como gasto maldito

Bienaventurado el que se
acerca a la orilla de la poesía porque
sus aguas son de ausencia
[Evangelio III, 4:4]

Las palabras del demiurgo son fundacionales: el simple proferirlas crea (no de
la nada sino del verbo) las cosas mencionadas. Tal es el Dios del Génesis, que
luego de crear el mundo (dijo “hágase la luz” y la luz se hizo, etc.) juega con
Adán para que les ponga nombres a las cosas (Génesis 2:19)—no para que las
cree. Pero ¿profirió Adán la palabra “luz” para nombrar la luz? No se nos dice
si los nombres de Adán son los correctos. Tal vez a lo que llamó luz era en
verdad la noche… y desde entonces no hemos hecho sino continuar el error.

A las palabras creadoras del demiurgo los antropos adamitas le agregaron


otras: ruido entre las cosas. La ambición ya no es crear sino apenas referir,
cubrir las cosas con el vapor de la expiración oral. Y luego de ponerle nombre a
lo que había el proyecto se expandió para ponerle nombre a lo que no había y
finalmente a lo que no había en lo que había. Surgieron así las instituciones, las
burocracias, los engaños. No mucho después: los sermones, los discursos, la
estática de los teléfonos móviles, la insoportable bulla del periodismo…

El antropo comenzó a repetir los mismos nombres, los mismos patrones. Todo
devino en fórmulas de tratamiento. Decir “Hay un gato en la cocina” ya no es
distinto de decir “¡Buenos días!”. Alguna semiología perversa le dio a ese
ejercicio el nombre de comunicación.

Y sin embargo,… hubo un resto: en medio de toda esa bulla, surgió una palabra
diferente. Las instituciones le dieron el nombre erróneo de palabra poética,
porque se quiso que fuera una palabra que hiciera, que creara (poiein), como la
palabra demiúrgica. Es un error. Los poetas, los que hacen, en verdad des-
hacen. En el Libro quemado de Ouaknin se explica el Notarikon, la práctica de
“descomponer las palabras, cortarlas, abrirlas, separarlas internamente,
quebrarlas,… hasta que la palabra se convierta en una oración, de tal forma que
lo que dice una palabra se encuentra narrado por las relaciones entre las letras a

2
su interior”. Descomponer palabras es lo que hace el poeta; y al hacerlo,
descompone al mismo tiempo las instituciones que sustentan dichas palabras.

Hacer poesía no es el acostumbrado acto demiúrgico de crear a partir del verbo


sino el ejercicio contrario: el de des-crear (des-hacer, des-componer) a partir del
verbo. Hacer poesía es un gasto maldito (Bataille) que va en sentido opuesto a
las fuerzas reales de la producción. ¿A qué se llega con este ejercicio? Se regresa
de vuelta al verbo, de vuelta a la palabra—se vuelve al lugar donde se empezó
sólo que, como dice Eliot, esta vez “conoceremos el lugar por primera vez”.
Ciertamente hay otros lugares que merecen conocerse por primera vez, pero
éste es el más cercano.

Mea Vulgata [Mester de Bastardía] de Luis Carlos Mussó es un “gasto maldito” en


ese sentido exacto. Estructurado como una Biblia su retórica más externa es la
del sermón, el canto y el discurso, el trípode sobre el que se sostiene cualquier
Biblia. Sus textos podrían leerse cualquier domingo en cualquier misa y pasar
por originales (casi, si admitimos al fútbol, el erotismo, a Heráclito y a los
semáforos entre sus temas). Toda la cáscara retórica del libro sagrado está
admirablemente puesta en escena. Lo que falta es un Mesías. No porque no
haya llegado aún y haya que esperarlo un poco ni porque en verdad no exista
sino porque siempre estuvo ahí. En el libro de Mussó el Verbo es el Verbo.
Mussó lleva esto a su conclusión radical: si en el principio fue la palabra
entonces en el final también lo será. Nada viene a salvarnos. Todo está aquí y
ahora. El Mesías es la palabra misma. Sólo hay salvación de la palabra mediante
la palabra. Y es aquí, en la cirugía de la palabra por la palabra, que el arte des-
hacedor de Mussó alcanza su verdad más sustancial.

Repito la pregunta (“¿a qué se llega con este ejercicio?”) para poder darle una
segunda pasada. En efecto, como hemos dicho, se llega de vuelta al lugar donde
empezamos, de vuelta a la palabra sin salida. Pero hay más. Mussó concluye su
Vulgata con las siguientes líneas: “porque ya encontré mi ojo, / y ahora me falta
encontrar mi / lengua” (Apocalipsis 8:7). Lo que ha ocurrido es que la palabra
del poeta, contra todo lo que se ha dicho y predicado, no crea una lengua
nueva, no inventa un lenguaje nuevo. No hay nuevas palabras para las
antiguas. Son las mismas. El Mesías debe salvarse a sí mismo y debe reparar sus
propias faltas. El poeta des-hace y lo que obtiene es una visión (“ya encontré mi
ojo”). Lo que le falta, lo que siempre le faltará, es una lengua nueva, una meta-

3
lengua entendida como una institución que fuera del lenguaje garantice el buen
comportamiento del nombre, ese buen comportamiento que nos asegura
imposiblemente la corrección, control y buen manejo de nuestras
significaciones.

Puede parecer que todo es derrota, pero no lo es. La eficacia simbólica de la


Vulgata de Mussó viene provista de una eficacia técnica digna de una pulida
pieza chorrera. Porque el poeta no sólo des-hace sino que goza. Hay goce en
esta des-composición entendida como gasto maldito. El ejercicio de la palabra
es sin salida (“largo es el encierro” dice Mussó. Podríamos agregar “e
interminable”) pero esta clausura viene acompañada, por momentos, de un
“murmullo de plata” (Proverbios 10:2), es decir, de un cierto valor. Este valor es
un valor aplicado. ¿A qué? Por lo pronto a la ciudad: Guayaquil está presente
como telón de fondo en todas las operaciones de Mussó. La ciudad se vuelve su
ciudad así como la lengua se vuelve su lengua. Pero el poeta sabe de sobra que
no hay ciudad propia así como no hay lengua propia. Lo que sigue es la
conclusión indispensable. Expresar sentimientos privados con un instrumento
público es parte del negocio poético, pero también lo es del negocio ciudadano:
expresar la vida privada de cada quien a través del tinglado público de las
relaciones urbanas.

No hay espejismo ni ilusión óptica (o verbal) en este libro, más bien una
claridad y una precisión admirables. O tal vez sea que, como con ciertos
espejismos, uno ve palabras donde no las hay y ésa es la verdad final: ver
palabras, leerlas, ahí donde el gasto productivo nos dice que no debe haberlas.
Entonces, correspondiente al poeta que des-hace, necesitamos de un lector que
des-lea esta pequeña joya de inteligencia y lenguaje que es el Mester de Luis
Carlos Mussó.

Mario Montalbetti
Lima, abril del 2013

4
para javiera, que ignora
cuánta sangre le debo porque esta mi sangre,
es esta su sangre, también

5
diesesSprachspielwirdgespielt

Wittgenstein, PhilosophischeUntersuchungen (654)

-el anclar del ancla. lo


que ancla. lo anclado. el
que está anclado. el ancla

Leónidas Lamborghini, carroña última forma

6
canción de los libros

y el desastre

1 1porque un sermón se despeña entre las garras retráctiles de un felino


ocaso / y esparce los afrechos de la oscurísima nada / y hace girar al

mundo como a un misterioso cubo de rubik /

2 hay un viscoso banco de arena en mi único ojo / una lluvia harinosa

que resulta el maná que blanquea los tejados en una fila interminable de

hospicios / un arco-iris desteñido que fracasa en su arborescencia /

3 las páginas –como alas– registran el censo de la ciudad con un deseo

que se castra a sí mismo cada noche / me restriegan las mañas de un

onán deportado / oxidan este tu cielo como a una imponente lata de

cerveza /

21a lo mejor la poesía rasga este mi ritual en su libre caída, como un


aerolito / a lo mejor y casi de brazos, esta mi Infancia juega a la

asimetría con la porosa piedra de moler en la cocina de mi madre / a lo

mejor esta nueva Infancia enciende monedas afiladas en una alcancía de

solsticios / a lo mejor me hallarás a la vera del siglo vendiendo mi

primogenitura por una página cada vez más en blanco /

7
génesis 1 – 5

mapa de la voz dere-inventar/se de re-inventar/se de re-

inventar/se.
1
1 asqueado más que sorprendido,

el país de la noche
alguien dice sueños para bautizar los

trabajos de la neumonía. e ignora que


1
2 solo maldecires en el paisaje
cada arcada de este simulacro lo lleva,
transparente de las enaguas / también en
paso a paso, a su ebriedad espléndida. y
sus pliegues todos repletos de brillo y
se extenúa al destruir mundos mientras
manías para tocar manías para cambiar
camina la noche a paso en-tre-tuer-to. y
palabras por monedas de reserva manías
a su costado, camino esquivando los
para apagar las luces del terror / en la
movimientos de esa oscurana similar a
finta para evadir mis labios en el preciso
una sombreada entrepierna.

instante. la voz se refleja en el espejo y

2
regresa, fragmentado a flor de otra voz se me viene como amenaza:

hay dos voces simétricas que esperan un


cuchillos, ese alguien. regresa a sí
mundo para nombrarlo, para destruirlo.
mismo a través de esos portones de

neón as.ti.lla.do que son sus pesadillas. 2


en la ciénaga lejana, una voz yodada

por el óxido de cien garrochas flota


3
hendida con el chúcaro bisturí de un entre lechuguines / y preservativos

collar de cuentas, cuyas cuentas son las fláccidos como una columna del acaso /

veces en que extenuada está esa voz y un basural sumergido / y los gestos de

bronce de una mujer.

8
6 dime, nuevo caín: ¿dónde diablos

3
se cierne sobre esta patria de la está tu hermano?

lepra una voz, hueca y erguida como


1
3 antes y después de una saga de
un mazo de orquídeas erectas. o la
remedos, crees que solo la voz te
palabra de un jerarca que suprime, en su
pertenece.
voz, la voz de la muchedumbre.

2
en la matriz de la tormenta se
4
se ahoga una voz en tallos quebradizos
levantan, uno a uno, los ladrillos que
de giraluna, envuelta en briznas de
edifican este maldito chuchaqui / como
fuego para ese crematorio que infunde
en un útero mugen, con muchos
con ayuno un plantío de mostaza.
entresijos / sobre sus muros las voces de

una constelación de rostros marcha


5
vuelan ángeles sobre las aguas
hacia un canto hecho de manos
pútridas, rozando sus alas / marcando
atenazadas por el luto.
estelas en la púbica piel de la mar.

vuelan ángeles colgados con alambres


3
creemos que solamente la voz nos
del tumulto de nubes que dibujan
pertenece.
heridas con su lengua resplandeciente.

no saben que hay tímidas bayas que


las moradas del mundo
hacen ruidos de metal desde sus ramas.

y que la cuña de la voz labra galerías en


1
4 la cábala es la provisión que me
la corteza de este instante, el de un hilo
queda cuando un puñado de rayos
de aceite que baja por mi costado y no
geométricos inflama el pasto y oscila el
sabe lo que son la vida y la muerte.
fogonazo azulino de tus llamas en las

9
ramas de los postes del alumbrado generaciones de poetas dijeron edén, se

público. referían al alambique mayor. cuando

todos ellos quisieron llevarte al país de

2
alguien dice mundo y existo, como la fantasía, te condujeron a la cantina

araña que te espera con paciencia en sus del barrio.

telas de mercurio y de lluvia colgadas

de la memoria. de los misterios

3
las moradas que tengo en este mundo 1 5[la voz puede también expulsar al

son velos de sangre, retorcidos y del nombre de tu paraíso / y la voz se da

color del bronce y del jacinto. en el cuenta de que podría expulsar a dios de

tapiz jaspeado este de mi golfo, los tu paraíso / y la voz no solo que puede,

cuerpos son mampostería que se eleva sino que ya expulsó a dios de tu paraíso]

para imitar –con la silueta– a la porque no te has fijado en lo endeble del

levadura. puente: la caída de las aguas no fue, sino

4
posada sobre el techo del mundo, la que es.

voz se bifurca. remonta escombros y su

sombra cuelga sobre las aguas pútridas / 2 pronuncias la dureza de la piedra, y

sobre la arboleda / sobre huestes que la piedra te da en los dientes de lleno –

ensombrecen hasta su propia tumba con ése fue desde el principio el proyecto de

sus propios ecos. un dios que te detesta–.

5 el jardín está en la ruta del gusano. al 3 como tu propio pessoa extraviado en

este del paraíso ves caer el sol como las arácnidas calles de esa lisboa que

piedra de carbón. cuando diez todos tenemos dentro: 72 nombres

10
secretos compiten en estampida para 2 ¿cuántas veces le pedí al sol detenerse

sepultarte, como en una polvosa para poder cercarte con mi neurosis

pamplona que se muestra en sus mapas prieta? ¿cuántas, vi a tu cuerpo presto

abiertos igual a muslos viscosos por la volver innecesaria la luz del día?

brea. 72 nombres y cualquiera de ellos

puede imitar con sus letras al de dios. 3 colgado de mis cuerdas vocales, me

pero ninguno quiere hacerlo. deslizo por ellas como por del tubo de

una estación de bomberos. en la caverna

de la lengua oscurísima, los murciélagos baten sus

16 ¿cuántas veces encalla tu flota alas para reconfortarme –la lujuria

fantasma en medio de tanta voz en lubrica la úvula / empuja con sus dedos

cuarto creciente? la lengua no te la una cascada que mana en las entrañas y

dieron para pronunciar nombres que canciones de un bosque niño–.

luego retienes entre los dientes. la lengua

no te la dieron para que la acribillaras 4 pues bien, bajemos y una vez allí

con esas palabras que no pronuncias. confundamos nuestro lenguaje de modo

que no nos entendamos los unos con los

parece que te impones nombres que otros.

nunca escuchaste. para destruirte y

pisotearte –sin subrayar– como a un 5 vidente aunque la noche es una púa

poema muerto. aunque después de que perfora mis ojos / vidente y doble

besarnos, te desmoronas como una negra gozador: mantengo la desnudez alojada

estatua de sal gema. entre las sienes para nunca abandonarla.

11
porque soy la víctima / porque soy el

victimario / porque soy el cuchillo con 7 palabra que sueltas, palabra que queda

que me victimizo. tatuada en mi brazo hasta la estación del

andamio. palabra que dejas escapar,

6 temiéndole tanto tiempo al hombre de palabra que se convierte en un sello

un solo libro, y dándome cuenta de que a lacrado.

lo largo de mis libros he perpetrado

apenas un rasguño al mundo. logro 8 hay un refugio de huesos


tempranero, pues mundo que me niega
esperando a que el animal del
es mundo que lucía al principio

inofensivo –como la mantis religiosa miedo nos haga gritar con los

antes de acoplarse–. labios sellados.

12
éxodo 1 – 4

11 y casi caigo de bruces subiendo al

cerrito verde como antes me divertía babel

con los fuegos de artificio y los

chispeadores que encendía a todas 1 2 alguien dice lenguas y se

horas, por ver fogonazos en la noche distorsionan los cuerpos. el idioma en

negra. y después de la garúa me que nos deseamos se quiebra como un

escabullí bajo las arqueadas patas del mosaico, azulejo fracturado en saraos

arco-iris: vi mi cuaderno poblarse de ajenos. nuestras pieles pierden sus

signos rarísimos delineados con escamas, la criolla sabiduría. alguien

bolígrafos bic.
dice lenguas, y ya no sentimos lo
2 y escucho las canciones que dirigen
mismo.
mi instinto, como

2en los tejados, los gatos acosan a sus


de qué manera las plagas del
hembras con macabras canciones para la

antiguo testamento son cópula. y se enhebran las cenizas de mi

padre, piel abajo, en medio del ardoroso


también propias del amor de
encantamiento del río porque su sombra
estos días:
es la de un nogal y un matapalo al

mismo tiempo: sombra doble de cuerpo


[ y en cada cuerpo, doble, bajo el cielo violeta.
reconstruir las estelas

de la langosta ]

13
3 las palabras reordenan calles y plazas guardar a la azafata que olvidó su

cuando alguien dice la ciudad. en el brassier por el ajetreo de la jornada.

alcantarillado una cárcel de detritos

avanza, ciega, bajo mis zancadas. y 3 amarás los nombres que le nacen al

espejea el basural: se dobla / es dos gris portulano de tu cuerpo, amarás los

ahora: el que dejo atrás, el que soy. aleluyas de la sobrecargo que te ha

atendido –¿asiento al pasillo o a la

ventana?– / amarás al que con madera


4alguien dice lenguas y la ciudad se
de estos versos improvise su sombra y
consume bajo el cañizar. alguien dice
su nombre / al que venga como la
lenguas, y entonces vemos distinto.
muerte, pedaleando en velocípedo

[madre dixit].
13 mandamientos

honrarás el nombre de los nombres, esta 4 honrarás las manos de buldózer de tu

nada que carece de orillas / este madre a la hora de servir la comida /

decálogo escrito en hojas de una línea / con mucho amor tratarás al gato de ojos

las flores del vestido de tu vecina y la bizcos que duerme bajo el toldo del

casi nada de su lencería de encaje / viejo bazar de la esquina.

amarás como nadie los instantes de la

neurosis. 5 no codiciarás las pastillas adelgazantes

del anuncio televisivo, ni el ángelus que

2 amarás las mañanas en que, erguido, asesina la hora de clases en el colegio

no bajas ni con horas frente a ese espejo de los hermanos cristianos, ni codiciarás

que habla, ni con cabalgatas húmedas de las noches de esos hermanos cristianos

dos sin sacarlo / inmenso amor le has de –telescopios hacia al alféizar de las

14
monjas– horas alistando férulas y 10 ahogarás con el canto de la mano la

parolas de palo de vaca y laurel. blasfemia que sale de sus gargantas / no

por ser blasfemia sino porque despierta

6 no codiciarás las enaguas con que tu a su yunta / no por ser blasfemia, más

amigo se lanza, nombre de batalla bien por no compartirla con nadie.

recién estrenado, a la noche en que será

feliz por primera vez. de las fumarolas

14se posan las luces sobre el escenario:


7 amarás tus dedos nerviosos a la hora
nada falta para los asesinatos.
de teclear / a la guayabera que nunca
2después del guaro, rumbo al bastimento.
usaste / el piercing del ombligo de tus

amantes / a la tecla delete de tu máquina y tal como la voz de los muertos predica,

bendita / también los amarás. el mundo nada tiene que ver con la

poesía. y nuestros nombres vuelan como

8 matarás violentamente las ganas de tu la hojarasca, barridos por un viento

mujer / a la ondulada planicie entre la escondido.

hojarasca de los ficus.

3 aunque niegues el santo y seña, y no

9 robarás con una caricia el dolor de la embadurnes nuestra puerta con sangre de

cicatriz en el vientre de tus amigas. cordero, una vieja angustia recorre como

ángel de la muerte las calles de mi

barrio.

4los semáforos proyectan un nuevo

oficio después de su recia noche. en sus

15
cráteres apagados hubo antes llamaradas palidez reseca de la sentencia. porque los

que inflamaban el signo de la humedad. nombres dan cabriolas sobre la escarcha.

tras su fumarola sordomuda salimos de 6 se asemejan las cuchillas de afeitar a


casa. nuestras mujeres barren los dinteles una noche genésica de la que nadie
/ se deshacen de la sangre de borrego recuerda un solo afrecho. ni la derrota
que nos protegía sin tener conciencia de del nacimiento se marca en ese bisel
que debía protegernos. profundo y capaz de degollar lo que

construiste en horas de negrura. solo me

5y caminamos, los pies desnudos, por quedo con las palabras suficientes –solo

calles que los faros alargan en silencio. así te estremecerá la lejanía–.

y reconocemos nuestros rostros sin esa

16
números 1 – 5

los muertos odian el número dos


pero el número dos adormece
/a las mujeres

garcía lorca

11 en el anagrama muere un nuestras sombras, entre siluetas de

reporte meteorológico –los almendros y mangos, en las

boletines hablan de ese humo dulce junturas de las aceras en este sueño

que punza la llaga que escondes–. venéreo.

MI PRIMERA PALABRA FUE 12 contaminas con el terror mis

BABEL, PERO ME REFERÍA A conjuros cuando tocas el hábito de

MI MADRE Y A LA LENGUA la memoria.

DE MI MADRE.

2 las gratas maldiciones se alojan

2 arrecia la tormenta de grillos en en mi cráneo, y en mi lengua

esta geografía de vidrio y acero atracan.

afilado como cuchillo sonoro –la

humedad tañe su confuso rumor en 3 entre la barraca y la sutura, nos

los mugrosos cafés–. vale nada ser impuros hasta el

amanecer.

3 hay grillos en los techos, en los

frisos, en mis bolsillos, erizando

17
13 para qué escribir si la pluma no 2

es órgano que te haga conocer el [dos]

a desandar los doses


mundo. 2 para qué tentar la magia
hacia el cero caído
de las monedas con un extremo

viaje al resuello, si el océano nos


josé ángel valente
ahoga con sus moluscos fugaces.

3 mi primera palabra, confusa, se


4 alfanumérica
tendió sobre tu mirada doble. y se
0 encontró con los suburbios. con el
[cero] tiempo. con otra palabra, doble.

1 tu boca abierta como un ce.ro.de.ai.re

aguarda el germen viscoso en las 4

afiebradas playas de engabao –peces [cuatro]

color de cero absoluto–. y ese tu rostro 4 echada, ida en los mansísimos

codicia las regiones donde se propaga la hemisferios, hundes codos y

relojería. rodillas en un picado mar de lino

crudo. nombras mi cadáver, y las

1 estelas que marcas son señas de mi

[uno] fracaso, me delatan dándole

2 te deslizas a través del palo ensebado extrañas formas a esta mudez.

que te agasaja hasta la sed. me dices: ¿y

tú qué haces aquí, fuera del circo?/ la 7

fiesta desvía sus reflejos ocultos, agrava [siete]

el truco en el volumen de la nada.

18
5 70 veces 7 atamos la palabra, [sesenta y nueve]

resquebrajada bajo la oscurana que 7 con estas lenguas ofidias

tizna su negra razón. 70 veces 7 conocemos el mundo. nuestro siseo

evadimos los atajos de la máscara. se escucha a cuadras a la redonda,

70 veces 7 este bisturí anega ahora que ondulan nuestros

candelabros en las anchísimas nombres felices latigazos –no

avenidas del miedo. reconocen siluetas ni nombres en el

jardín mutilado–. clavas tus

11 colmillos en mi nervio / te vienes

[once] cuando leemos las escamas del

6 dos unos acostados se frotan en vientre. desechamos la piel antigua:

cópula de monogramas cuando se amotina el veneno que

imito una flota encallada de barcos mezclamos en amorosos

de guerra. entre el vaho arriamos escupitajos.

fuerzas, igual al sexo inútil. como

un par de oboes, dos unos SERPENTARIO le llamas a

acostados se frotan sobre ese par de nuestro álbum de fotografías / al

charcos de mercurio que paralizan camastro suspendido de esta

a cualquiera y lo convierten en nuestra algazara.

juguete de piedra:

SUBE EL TELÓN EN MEDIO H

DEL VÉRTIGO Y EL [hache]

8 nos columpiamos en la viga


ALZHEIMER.
vertical de la hache: el ímpetu del

cráter quiebra puentes sobre los


69

19
que la música caminaba, huesuda, mientras tanto nos aplicamos, en

el telón de fondo. una extrema nuestros cráneos, a la extracción de

lluvia de espolones de nácar: la la piedra del alivio.

bomba H empuña un desierto que

nos restriega en el rostro. Y

[i griega]

V 11 no tendrás de qué hablar cuando

[uve] la Y tome gruesa posesión de sus

9 chilla sus ruinas una cuña al feudos. nuestras tinieblas

expulsar, golpe a golpe, el terror. fusionadas / nuestro testimonio,

chilla la caligrafía palmer en mi incalculable. no habrá palabra que

libro de páginas en blanco expulse de nosotros el

[las páginas en blanco de mi libro/ derrumbamiento.

esas páginas escritas borradas y

vueltas a escribir/ son el mundo] 15 en el anagrama, la densa


chilla lo que llamas laberinto y que sangre acanalada es una cifra. MI
resulta ser el fondo de tu vaso. ÚLTIMA PALABRA FUE TÚ,

PERO ME REFERÍA AL
X ABANDONO EXORBITANTE.
[equis]

10 un cómplice desolado sobre las 2 no hay manera de guarecerse de


púas de la lluvia / una pedrada la tormenta de grillos.
contra el vitral del horizonte. y

20
eclesiastés 1 – 5
1
1 un ave extinta que vuela sobre mi soltura, el grito, la adrenalina / y el

cabeza extiende su sombra también mundo tampoco es el mismo después de

sobre mis brazos/ también sobre mi un verso / debido a que el mundo

pecho/ también sobre mi sexo. sencillamente no es el mismo.

2
el viento barre este polen de luz que 3 el ántrax, como un resorte

cubre hectáreas enteras en los feudos de inalcanzable, cubre de hiedra ese

la promesa. 3 mientras sigue estática la corazón y nos damos cuenta de que no

coreografía de las acacias, un ave hay redes para detener su caída.

extinta me dice:

EL CONOCIMIENTO GENERA 4 y la caída subsiste al tatuaje de humo

TRISTEZA. que te luce justo en medio del exilio, y

que no intenta morigerar para nada esa

campesina juventud que te queda.


1 2 greta garbo me hizo creer con los

malabares de su mirada que un corazón

alcanza a saltar como un trapecista sin 1 3 te ofusca el ritmo impuesto por

red dentro del pecho, que arranca saxofonistas acodados a la vera de tu

aplausos / chispas de pedernal / de mirada, entre un espinoso follaje de

himnos escritos al crepúsculo mientras palabras y aquella pregunta que nos

dura su función. punza con un cuchillo oxidado que

descubre que hurgar en tu garganta es

2 el mundo no es el mismo después de mejor que preguntarles a los caracoles:

una ronda de cervezas / porque el

mundo no es el mismo después de la ¿ESCRIBIR

21
O improntas de la sangre y el fango se

VIVIR? mezclan en las mismas lánguidas

2 y las hojas de tabaco me dicen lo agujas].

mismo: IDOS MUCHO, PERO

MUCHO MÁS ALLÁ DEL CARAJO. 4 cuando la palabra se aloja en la

página en blanco, la incendia como a

4 las moradas una pradera de paja seca. y allí, entre

flamas / bisontes / lívidos pieles rojas y

sus manadas de caballos, zigzaguea un


1 la página. la página en blanco. nadie
tren en cuyo cabuz llora el escriba.
sabe qué habrá al final, después de que

el escriba se incline sobre la página en


5 viendo con las manos, escuchando con
blanco. nadie sabe si será un lucero o
los ojos. y mi sombra, como un dodó
un sauce o el escriba quien destruya la
herido y jadeante, avanza tambaleándose
página blanca y la manche con un coro
hasta abrevar en el canto cercano. y de
de hormigas que demuestre lealtad ante
nada me servirá mi sombra paramera si
la garúa.
no recupero mis ritmos con nombres

nuevos que drenen esta patria de


2 cuando la palabra se centra en el ojo,
palabras.
se quiebran los espejos y los prismas

son un arco - iris perfumado en plena


6 un coro de hormigas dispuestas con
combustión con la voz de la tragedia.
torpeza y que el escriba atraviese como a

un túnel. es todo lo que quedará de la


3 cuando la palabra tatúa la fuga del
página en blanco.
pájaro en el ecuador, se derrumba el

altar de la tarde y cae de mi mano [las

22
7 en las puertas de la música, la cadavérico que no se parece a ningún

ceremonia invadida. custodiada con otro.

armellas, la página en blanco guarda un

horizonte que se escinde en b/n. 3 a que no me matan antes de las cinco.

8 el escriba dice cenizas a nuestro oído. 4 pisando una vereda gótica me pregunto

y desnudos, enarbolamos la vigilia desde si mi padre o mi abuelo habrán pisado

nuestro único ojo. desnudos, con el esa misma vereda gótica [los gusanos de

rostro oculto por máscaras que tallamos temporada traducen mi falsedad y el

en madera recogida en largas caminatas corredor techado que lleva a mi casa de

a lo largo de la playa. viento].

9 en las calles solitarias, el santo edicto 5 no tengo clara la noción de la muerte:

del lugar común. solo sé que es el lugar donde se agota el

estremecimiento.

1 5 anulación de las certezas


6 menos mal que desconozco lo que
se va borrando la noción de tus viajes:
escribo.
2 si escribes, verás borrado lo escrito / si

labras una voz, te ligarás a un clímax

yacer de los yaceres 1 - 5

23
no remuevas el agua de la laguna no respires

luis rogelio nogueras

ella:

1 que desbroce la maleza de mi sexo

con hoz y garabato, como en zafra copiosa/

sin nombre [o de tantos nombres que no hay uno preciso].

2 al frescor de su propia sombra, cercará con sus manos

misagudos hombros de amante

como piedras de moler.

coro:

3 los sabuesos del deseo se deshacen de sus bozales.

sacuden las vigas sudorosas, tensan los tendones.

él:

4con pereza instalaba esta mano en mi escozor de argón

a la espera de otro escozor que la encharcara/

hoy sé que al sur de tu voz hay un ombligo

perfectamente anudado. y que más al sur aún guardas mi voz,

empozada entre tus labios.

ambos:

5 esta embriaguez es fianza [presidio]/

hace que instalemos bártulos y tereques en nuestros nombres.

24
el fuego aniquila diálogos lejanos y los vuelve

monedas que usaremos para ganar el exilio/ monedas

de uso corriente en el país de la lejanía.

ella:

1 entre lunación y lunación, me visitas.

paso a paso exploras estos humedales.

2 en ellos juntas nuestros nombres en orgullosa catástrofe.

albergo desde hoya tus muertos. y a los míos.

él:

libero tu carne de su prisión textil /

la despojo de su nombre. tu cuerpo

ya no se llama cuerpo: ahora se llama mundo.

ella:

bajo esta falda plisada, la maravilla y el desastre.

él:

3 llegoal prurito de alcancía que, por ameno, jamás termina.

elque me hace mínimo, nada casi.me tiendo sobre

tu cuerpo de arena:somos un guarismo que se inicia

y no para de escribirse

y no para de escribirse

25
y no para de escribirse.

ella:

4 te tiendes sobre mi cuerpo de arena/ no saldrás de este instante

sino con la memoria enarenada/ instigas una colmena entera

entre mis costillas. y gobiernas el instante

en que somos un arnés de caderas y tendones.

coro:

5 derrocamos al azar

desde que palpita este fenómeno del niño en tu océano íntimo

[cuando te sabía lejana, apenas un seco golpe de dados/

cuando próxima, presumía ficticias cartas como en el póker].

él:

1 tu mano incendia la parte de mí que crece

[en ángulo de 90 °]

y hay algo de fiesta en los colores raídos de ese tu luto.

mucho de fulgor en el aroma que riela en esa tapia que desuella

e hincha con su roce el músculo de mi espuela.

ella:

2 quiero ver espejos sincopadosen esa mirada de obsidiana

[aún no empiezan las fingidas curvas del frenesí].

26
3bajo esta piel hay tendidos de cableado eléctrico:

destellos que rutilan en el flash de una instantánea

que orea tu piel asoleada como en la fórmula uno.

4 que tiemblan/ que se vuelven prismao tibio regusto/

que se duelen palmo a palmo entre la maleza.

coro:

5aparejo. punto axial de meridiano

que monta guardia en quedito contrapicado.

6 antes de la profundísima luzy del exquisito llamado de la carroña

antes de que el albañal se refleje

en la artrítica hoja de los cuchillos. mucho antes.

él:

1 en tu cabellera tropiezan, desbocados,

medrosos rebaños de ovejas negras.y me aferro

a tus dunas para no caery rodar cuesta abajo en estas

playas sin centinelas.

2 tus lenguas me hablan–cada una en su idioma,

cada una desde su rostro–la primera con sus papilas,

la otra[minúscula] con su estallido.

3 cada una cubre sinuosamentes endas heridas de esta negrura.

coro:

27
4¿qué es aquello que se eleva entre sus penumbras

como columna de humo con su capitel dórico?

5¿y qué es ese friso vertical que, entre el resuello,

no para de exudar efluvios de jolgorio[de sarao]?

ella:

6 dime palabras de neón,que escandalicen a la comuna:

se rasga la lencería color índigo

entre mi piel y los médanos textiles de un charco.

7 dime palabras de neón: desmelenarás mi nuca,

pondrás a mi boca mordaza de palabras, de torsiones.

ambos:

8 sofoca el esternón y la garganta

esta estopa hecha con palabras a medio decir.

coro:

1crispar[se] en un tatuaje de sus vísceras

inflexibles como el sepulcro: cielo raso, nansú,

fruición de molusco en las axilas,

vendaval que muerdey se arrasa a sí mismo.

ella:

2 si [en]cantas con mentiras a mi oído

28
puedo creer que amar[gar]ásmi germinación.

palanca musical de salivazos,

levantarás mundos; los horadarás/ encubrirás/ disiparás.

él:

3 miente heráclito el oscuro: podemos

bañarnos dos/ tres/ cuatro vecesen las aguas

de una misma secuencia de ideogramas y reverberaciones.

jabalinas de luz nos alanceandesde las persianas.

anida la lunaentre las ramas del mango.

4 anida tu cabeza en el hueco de mi hombro.

ella:

5 grábame como un tatuaje en tu corazón,

grábame como un tatuaje en tu brazo.

porque el amor es fuerte como la muerte

y la pasión, tenaz como el infierno.

él:

6 cerrojos de aire nos conducen

a esas vigas de la casa, que son los ceibos fragantes.

coro:

7los pezones como brújulas que señalan otra hoguera

[como muralla, la coronanprismas de metales pesadísimos.

29
como puerta, esa piel que esprietatabla de laurel].

él:

8 déjame oír el lejanísimo siseo de esos humedales, parecido al

del océano/mis caballos esperan también para escucharlo

–han decidido, piafando,que nadie los pone a raya–.

ella:

9 hunde la planta y recorre estos humedales aromados

con la nocturna y viscosa mirada del tapir.

afirma el pie, recorre estas murallas que ya no son mías,

franquea de nuevo mis puertas de laurel encharcado...

crónicas 1 – 7

30
1 1 si mucho antes de nacer fui klimts a medio digerir; iluminará –ariete

mousseaux. si el abuelo cascarrabias se de pájaros que picotean mi voz– esas

hartó de ordenar para la aduana las autopistas interiores hasta nacer de

letras de su nombre / las de sus nuevo, rasmillándo[se].

costillas / las de su entera

fantasmagoría. 5 si la primera vez que vi al abuelo

cascarrabias fue en una foto de la

crónica en la prensa, fue porque las


[ abuelo: tu rostro borroso como
ratas acabaron a dentelladas con la paja
mancha trazada con mi dedo infantil y
seca de la infancia.
grasiento sobre esa fotografía de cuerpo

sepia y bordes rumiados por el terror]


2abismo y ceremonia

2 si el paquete accionario del cuerpo –

anegado en pentotal sódico– traquetea

aquí abajo, como allá arriba los truenos …tus refranes me hacían reír

desbocados. w. colón / h. lavoe

3 será entonces su voz como el océano 1zoila me mira desde su tiempo con sus

abisal, que me lleva sin que me dé retinas pertinaces. y en cierto punto de

cuenta hacia lo profundo, hacia el lugar su letanía, mi infancia camina

donde no es delicadoperder[se]. desyerbando su respingo.

4 y la luna, como una hostia, entrará por 2 escinde –como un afilado ecuador– las

mi boca y barrenará poco a poco mis plantaciones de almácigo y avanza entre

vísceras hasta la mitad / entre matisses y esos hemisferios que son pastizales a

31
siniestra y diestra, en ondas concéntricas dieses pasos al juguete que marcha al

como trigales chamuscados por naves son de la pulpa muerta / y una voz que

que nadie vio jamás. rememore / y un reflejo que las aguas se

lleven tejido como en un raído tapiz

3 ahora que esas retinas pertinaces medieval.

suscitan la oscurana / y las ventajas

infinitas de mi caos / y la tempestad de 2 si el clarín opaco que guardo bajo la

bach en mis oídos. axila me obligara a naufragar en el fondo

de los espejos, cuando el deseo husmea

4 ahora que se despereza la hiedra de su propia cloaca y se muerde la cola / si

menta que ortiga mi sexo y se descuelga resbalara como una piedra por el

como una ordenanza de plata, también ideograma de tus canciones niñas / y

pertinaz. ahora –y solo ahora– los solo pudieras amacarme entre tus

prodigios de la química se hacen lugar costillas, como a una promesa recién

entre los clorhidratos y los anhídridos. nacida, zoila.

5 nunca es la misma la reacción de los 14 puñados de tierra clausuran la

elementos. perozoila me mira desde su bullaranga de esta mi fogata particular.

tiempo con sus retinas pertinaces que 2 un espejo entre nosotros crece

prolongan su historia más allá del tiempo revistiendo la progresión de la sangre /

en que fue madre de mi madre. deteniendo la travesía de los emisarios

de la fiebre en mi país.

13 si añades callejones de música a las


3 amaría tener posesión de tu nombre /
galerías que excava el gusano en la fruta
hincarle una pica con su estandarte aún
enmohecida que es esta carne / si le

32
entero, mientras deambula por la pátina 15 en el signo del hábito está el cieno
del invierno. que un crepúsculo esquizo expone en su

vidriera / y yo me encargo de sus


4 piaras desbocadas avanzan entre los amarras por tu nombre de lianas y
brazos de la muerte que sigue su curso perdigones.
hasta plegarse una y otra vez, semejante

a un ojo encerrado en sí mismo. 2canción de aurora

[tu país es, por extensión,


5[en la desnudez de la piedra pómez, el extenuado y terroso nombre de tu

varón que has engendrado, se madre]

3madre, es holgada la noche y tus


resuelve el fósil de la pluma]
vísceras plateadas por la luna son un

6ebrio, más ebrio, decías tú, por haber mapa de andurriales eslabonados entre sí

renegado de la embriaguez. curador de y desplegados hasta convertirse en

la galería que habito, curador ensillado salmos raídos y discretos.

bajo las mismas lámparas que me

inocularon la intrusión, la errancia, la 4 madre, es holgada la noche y hasta los

tortura de la piedad. pájaros se alzan de hombros ante mis

palabras / éstas que se desvanecen a tus

7 aquí, en las seniles provincias del pies igual que las aguas del hudson -que

alba. a la hora de las lápidas agotadas son las mismas aguas del guayas, y las

con la extranjería de los pordioseros, aguas del yangtsé y las del zambeze-.

aún te nombro.
5 madre, es holgada la noche y, cantando

lo que hago y bailando lo que no -al

estilo de cummings-, reconozco algo


33
sabio en tus vísceras plateadas por la tono hay más muerte que en la amañada

luna / y admito que nunca había hurgado mirada del caimán.

en ellas como debía / nunca había

hurgado en ellas ni en su mapa ardoroso 2 trampas en número par, cenotes a los

como una colmena en ayunas. que me dirijo / camino hacia ellos por el

puente de borda de la goleta insignia / de

6madre, es holgada la noche / y mientras la chalupa indigente / de una hoja de

transpiras halos viscosos – confusión, mangle que flota sobre el estero.

luminiscencia–, en esta noche, me sitia

-sin secreto- tu recuerdo como un 17 oscilan las verdades, rebanadas en


tsunami que me abisma y me tumba en juliana. y cuelgan de las ramas del sauce
riberas de cobre y sacramentos de agua llorón. te asomas al alcohol y a las
salada y paisajes decapitados que llegan astillas quebradizas de su pathos. te
a tatuarse sobre esta ósea canción. asomas al sonido que hace la arena

cuandoolgamaría la recorre.

7 aún cuento con los viejos recursos –de 2 y alojadas esas mañanas claras en
algo me sirve el deus ex machina–: nuestras sienes, como navajas radicadas
aurora está conmigo, siempre. en su mejor tiempo, y haciendo su fuego

helado en cada claro y pliegue de tu

16 porque germina entre mis humores cuerpo:

una goleta en los ojos del color preciso. en éste

germina una flota completa en esos ojos en

terracota oscuro irisado # 3 –yanbal éste

dixit–. son los ojos de andrea. Y en su

34
y en éste también. canto de la ballena en sus trabajos de

apareamiento, los vahos del umbral

3 a la tormenta le debo estas pupilas escriben a fuerza de promesas un

confitadas que siguen un tren cargado de magullado cantar de gesta–.

betún repleto desde el cabuz hasta su

locomotora. también es de la tormenta 2 a veces, la chamusquina ronda entre

laespera, ese género literario en que los pavesas que des/tejen una telaraña

oficiantes aguardan para pulir sus fosforescente –con gotas de mercurio

desnudas palabras con neurosis que semejan el rocío–. a veces,

interminable. y es del tiempo en que atragantado con la gorga, o con la voz

soñarte y verte duplicada en el espasmo envuelta en escayola, no logro progresos

de los espejos son la misma cosa. a la hora de desmadejar estos laberintos

–laborioso me resulta impedir la

18 crónica postrera del abismo/ elecé combustión de la yesca–.

tu mirada, padawan, deja en mi frente un 3 el abismo te trae el experimento:

hilo de plata como el llagado rastro del

caracol; descarrila, doméstico alcanfor, [mira a tu hijo recién nacido durante

los vagones y el cuarto de máquinas de unos instantes / retírale la vista de

este oleaje que danza renqueando piel encima y ahora haz rodar los ojos en el

adentro. se aproxima al proyectar desde hueco de tu pecho / quítale el número

sus torreones un axioma que habla de que pensaste: a eso equivale el vacío

barcos fantasmas y riberas que duro]

presienten la pátina en su humedad,

como labios –si tu oído prensil captura el

35
4 pero el relato de elecé vuela como una miedos / los que se balancean

gárgola que custodia los días y las pendiendo de los algarrobos con estrías

noches / de ruido blanco se trueca en voz infinitas que crecen por la noche.

anclada con metálicas raíces a mis 2 porque tú y yo apenas intuimos ese

vísceras, y zarandea las espadañas de idioma, pero hablamos con sus dolores

mis lagos en una consumada alternancia 3 porque un sol de papel incinera –con

de luz y oscurana que hace resonar estas la punta de sus hielos– al bosque

opacas palabras de cristal: demacrado, pero aun así los dinteles del

espejo me subsumen junto a esos otros

larga es la espera,no he terminado de relatos de la sangre / porque hay varias

soñar contigo. versiones de la llama en tusojos, los que

diagramanel plano de una cárcel mística

19 crónica postrera del abismo/ / sencillamente porque tú / Y sé que te

javiera acosa el terror, y te digo: “tranquilidad,

porque la culebra que hay en tu sonrisa te espero en el lenguaje” / “Ya te he

me hinca los caninos en la nuca desde alcanzado en el lenguaje”, me dices,

que tus miedos se confunden con mis “entonces, ¿por qué el terror sigue

aquí?”

jueces 1 – 6

36
11 muy pronto aprendí a separar las avanza y se rezaga / avanza y se rezaga /

columnas de tus muslos. avanza y se rezaga.

sufriendo la ciudad vigorosa cabeza a cabeza, hasta que se despeja

camino sobre palabras que me la polvareda del jadeo y se aferra a la

distancian de mí señal

crujen / hacen crascrascras de llegada –algo así como el

se parten las cáscaras de las vocales photofinish–, luego de comer humo en

y las consonantes con que te alcanzo. forma de hogazas de alquitrán.

2 para reconocer mi filosa lengua,


2 amores urbanos
cada canción se fragmenta

y se echa en los depósitos de basura:


1 oscilan los nombres que he
desconfío de los que hurgan en los
perdido
desperdicios
en las ramas de los sauces llorones.
-también de mí y de ti juntos, de
Oscilan
nosotros-.
como cuerpos de ahorcados, como

frutos casi caídos ya.


ponme donde pueda tocar

esas columnas 2 alguien dice amor, y los pueblos

trazan itinerarios
que sostienen tu vientre:
de musgo y de un sol piramidal.
quiero apoyarme en ellas.
3 alguien dice amor, y los relojes

muestran sus estrictos péndulos


3 y de mis bajos emerge un chúcaro para la Muerte.
bayo –nada flojo de remos–,

37
13albores
solamente los escribí

sílaba a sílaba,

se barrena el silencio de
15 el vacío por donde se escapan mis

la noche fuerzas eleva la negrura

a la infinita potencia bajo tus párpados.

14el viento de la noche y tras ese alfiletero en tus pestañas, la

me trae tus bragas –la obstrucción naturaleza muerta

tráquea estremece de mi palabra. mi palabra, que habita mi

para nosotros este instante–. 2 pero casa a techo descubierto.

tanta pulcritud

me hace desconfiar de la nueva 16la culpa es del que cubre


fragancia de tus llagas:
con culpa tus hombros.De quien
si me dejo llevar por el rastro
pisa el agua empozada de la culpa y te
de negrura que queda sobre tu
salpica por completo
insomnio,
con su prodigio. la culpa te hace subir,
no habrá que aflojar esta cuerda de
como escalones de piedra, las
cautela.
escarpadas cornisas

del discurso ajeno. estalla el guaro en el


3 extrañas tu cuota de perversidad:
cielo de tu boca:
estas palabras me son más difíciles que
recuperas tu máscara eficaz.
antes.

yo no soy responsable de estos


2 porque los habitantes de la frontera
renglones:
zurda
38
jamás yerran sus tiros y la culpa es de quien
[jueces 20:15-16]
quebranta

la música del agua.

lamentaciones 1 – 6

11 en mi sombra toman forma las y sus postigos se arraigan porque la

sílabas de un nombre. queja es un fruto seco

que cae y se desportilla

39
igual que la lluvia usada. porque la monstruo imperfecto,

organza es buena, has pisoteado la lluvia usada. y la

como el límite entre el árbol y eso lengua de la serpiente

que era antes el árbol. limpiará los oídos. y los ojos. y lo

y el peso de la muerte que extraña demás.

la pudrición

está muy cerca de tu rostro. muy 2 en este tenso pecho nace un

cerca del mío. nombre que punza el tamaño

que creías tenía el mundo.

2 agonía tras la sombra. empapada

y dulce. agonía la rosa del mundo, como promesa

más que todo, ajena. el más secreto quebrada

de nuestros nombres y embadurnada de misterio.

se fuga entre otros.

¿y un desfiladero de fintas la rosa del mundo, revolcada en el

alcanzará para nombrarnos? estercolero.

alcanzará, aunque no esté aún

grabado en una columna de smog 3 los nombres mudan de piel /

estriado. mudan de tono.

y se parecen los puñales de la

2agonía tras la sombra noche

a un frío estigma, justo cuando la


1 a rastras, la lengua guarda
piel
contradicciones
ignora la hoja de esos puñales.
entre las leyes nuevas y las

antiguas.

40
ya que los nombres mudan de piel.

mudan de tono. 16 algo dicen los hígados

metamorfoseados en piedra.

13 el sol cae como un fardo / algo de murallas arañadas hasta

frente a mis pies derrumbarse,

se estrella contra el muro la sombra y mis arcadas, que se vuelvan hacia

duplicada el mundo

que hacemos mi cadáver y yo. como una extensa matanza interna.

14 las palabras se amotinan


2 algo dicen los pulmones opacos
y juntas, inventan la poesía
en jornadas
–que es estar con la gente,
de magníficas canciones. luego de
sin la gente–,
los sudores
levantan un artificio diferente para
mejor empedernidos,
la huida
los costillares se truecan en polvo
pisotean un camino distinto para mi
de cal.
figura.
porque después de esta muerte no

hay otra:
15 llevo mi cadáver hasta el final
que nadie venga a mis adentros.
del día,
estamos todos; no cabe ni uno más.
que es el lugar de la pajarería / que

anega la mirada y la memoria.

y las de mis enemigos


3 a mi sombra la acompañan la de mi
que tallan el furor de sus monumentos
país,
humillados.

41
a mi sombra la hiende un sendero, que cura mis muñones con su

hecho de jadeos angulosos, habladuría.

que impide que recupere mis miembros

mantra de jonás 1 - 2

42
11 mis dedos se cubren de húmeda piel tuya/ mi

piel se cubre de esa húmeda piel tuya / 2 mis dedos

buscan la parte sombreada de tu piel / la que no

pierde su sombra ni con mis soplidos / y no tarda

en volverse húmeda piel tuya / 3 mis dedos rozan

tus pliegues / reciben descargas de estática ahora

que soy yo dentro de ti como dentro de una

ballena, con su vientre tapizado de húmeda piel

tuya / que coagula como el dolor como islas de

guano – archipiélago de esporas – islas de polvo

de tiza / en esta pocilga geodésica donde espera,

impaciente, una húmeda piel tuya / húmeda piel

tuya que pronuncio sin voz y con tizones en el

bajo vientre / pues sé que no me he perdido uno

solo de tus menstruos desde que le dije a tu seno:

sénos propicio en las cercanías de la noche,

cuando me halle cubierto nuevamente de aquella

húmeda piel tuya /

12 desde el lugar de la ebriedad me clausuran

armellas de palabras truncas (cuando hayas

acabado de peinarme, dejaré de odiarte) / y es un

instrumento de tortura esa húmeda piel tuya / que

recrudece un río de flamas y fusiona nombres

durante nuestro sueño/ el que deja húmeda esa piel

tuya / 2 hierve por su géiser de aceite un brillo que

43
derrama manchas de pátina de un verde jamás

antes visto sobre el rito de nuestras pieles

extendidas como un blasón del todo gules y leídas

como enjambre púrpura. / 3 y aquel rito se inicia/

el que se inicia con mis dedos cubiertos de

húmeda piel tuya/ y con el recuerdo de aquella

noche en que acerqué a tus labios, como un

encendedor que inicia –y termina– la vida útil de

un cigarro, una palabra / la palabra que acosan tus

fuertes y ciudadelas como ariete de roble y punta

de hierro que no desisten hasta terminar con mis

dedos cubiertos de húmeda piel tuya /

profetas del exilio 1 – 4

44
11 ¿en qué momento los míos pensando, cuánto terror te empujaba el

empezaron a convertirse en una cadavérico rostro cuando escribiste

fumarola de anchas maldiciones? los aquellas líneas que cambiaron el mundo

borran del censo nacional / los eliminan / y que me hicieron desear morir en ese

de las crónicas del país / los subastan y preciso instante, pues no necesitaba leer

los veo pastando en el prado de madrid / más / no hacía falta acercarse a otro

ensayando una nuevanueva york/ poema.

regresando por un estrecho camino al

francés en el québec. 3 ya que la pleamar de pedradas me

deja un agujero en el lugar del aliento y

2 jamás supe cómo llegué al corte inglés desde allí tengo un ladrillo en lugar de

/ jamás supe cómo la lengua de los hígado / una llaga en vez de orgullo.

padres se me fue y me dejó en un

desierto virgen como la justicia por 4 intercambiamos platos, y a la miseria

dentro. puja en la subasta, grito de las la vemos con otros ojos / miseria que es

sombras. jamás, jamás lo supe. nueva / miseria que marcha como una

renovada declaración de odio / miseria

que es solo mía.


12 ¿qué sigilo desabrocha el idioma que
burilo, casi afiebrado, y le clava el
5 aguaitando desde mi cubil los maderos
diente a los sonidos de la fiesta hasta
y clavos que quedan entre las cenizas de
dejarnos con las manos vacías?
los monigotes de fin de año, en algo me

acuerdo del país que tuve en el ecuador.


2 mientras la cristalería me recuerde que

me corresponde la sed más terrible, no

queda sino preguntar en qué estabas

45
13 orino en los bares del puerto en 3 norma para los alrededores del

flamas. orino en los bares de la aldea manglar. norma para el patio trasero de

helada. y me imagino cantando en los la ciudad. norma para los viajes que

otros puertos y las otras aldeas, en el envilecen al migrante y al barquero.

ajeno extremo del mundo. pero solo me norma para el debido pilotaje de la

quedan las cejas, quebradas como ciudadela. y al final, las ofrendas de

glorietas abandonadas y sumergidas en aceite de olivas llegan con la noche

el desprecio de la isla. vertical hasta los palafitos.

2 comparas la arena gruesa de barcelona

con la de chanduy. y los hemisferios 4elogio de la palabra


incalculables se humedecen y llenan de 1 alguien dice tormenta y una lluvia de
hölderlin, se convierten en el material peces y de viento provee de nuevas
de la poesía. con mirada bursátil ves contorsiones a los cuáqueros. y
subir–bajar–hacer [eses como la ruta de fornicamos en lenguas extrañas, pues la
un cardumen de peces voladores] los nuestra ha sido arrebatada por un carro
pasos de tu padre. de fuego.

2alguien dice laberinto y muros

enloquecidos se levantan en desorden a

nuestro alrededor. enestos muros acaba

la compañía. y llega la bendita soledad.

3 alguien dice ciudad y es lo mismo que

si haya dicho sepultura muchas veces.

46
¿quién señorea en estos muros innumerable yace dentro del hombre. y

blanqueados con agonía? un calendario innumerable yace dentro

de la mujer. y dentro de su casa,

4 alguien dice palabra y las páginas se florece la albahaca en ordenada

pueblan de voces / se manchan las borrachera.

contradicciones con certezas falsas /

empieza la lucha en este campo a 4 en el aguardiente, los potros de la

desbrozar. infancia. en la fiesta, la máscara a los

pies de los danzantes. y la lencería,

5suburbia junto a la máscara:

1 alguien dice casa y quiere decir, en

realidad, tránsito. porque cada casa es se edifica por sí misma,

una parada con su andén y su parasol. ladrillo a ladrillo, una

canción irremediable.
2 la poesía, ese oficio de matanzas:

mueren desbrozadas las palabras viejas


5 alguien dice casa y quiere decir, en
para cocinar un mapa con las nuevas.
realidad, tránsito. porque cada casa es
enarbolando su crimen imperfecto, un
la antípoda del viñedo. y tiene sus
sueño galopa con la densidad del
cinchas, sus contornos, sus monturas.
mercurio.

6y esta página cada vez se va


3 habla una cartografía de aromas: el
limpiando más de signos. y es más
lugar del boticario es el mismo que el
descarnada / más llena de desasosiego.
de la barbería. y un calendario

47
proverbios 1 – 11

11 haz que el terror decrezcay te filetearás una espalda que no es tuya

y la compartirás en un canto solitario.


volverás inmenso como un

naufragio bastardeado con


13si buscas los ríos fósiles,
una palabra que cimbra
verás que están preservados
semejante a mi tumba
como la libélula en una piedra
pisoteada.
de ámbar.
2 espejean en mi mano los buenos

azotes
14 porque para ti,
que me hacen disciplinarte
la poesía no es hablar de metáforas,
y callejear como si no existiera nada
sino de agrimensura.
más

que la cicatriz confusa de tu lengua.


15 tu mujer renuncia a la posición

12 para siempre del misionero

y avanzas sobre la absurda orquídea


valdrán los perdigones de la
en el lecho de un río
lluvia de arena descompuesta.

que caen en mis manos 2 de pie en medio de este

huracán de saltamontes

2 si roturas a tu amiga, el equilibrio llevas su alacena cosida a tu mirada.

despertará en un peñasco de tu sueño.

3 si roturas a tu amiga, 16 arrincona a tus dioses anteriores,

48
así sea la serpiente, o esa mujer

que respira bajo toneles de cerveza, 110 cuán extensa es la superficie


y conviértelos en tus demonios. exhausta

de tu canción, hijo mío. y la atroz

17 en el sueño, desaparecen exactitud

de las fotografías tus enemigos. duerme con que untas de tatuajes líquidos el

entonces, arrebato.

aunque el terror te degüelle los

hombros. 2 cuán largo es el encierro

y los párpados. en este murmullo de plata. que

quebranta

el peso de la luz. que altera las


18 acaso tu casa emergerá
fluctuaciones
de mi lengua herrumbrosa,
en los signos de mi mano.
hipócrita lector. 2 acaso la mía

será esta página manchada de versos.


111no dejarás que a tu cadáver

19 tu lengua, esa lengua en que anudas lo cerquen

la germinación de mis recintos los gallinazos,ni los otros

enterrados, carroñeros

sabe que el silencio adquiere y eso te incluye

los colores del gemido / del bostezo del y eso te incluye

abismo / y eso te incluye

del anillo en la oscurana de un bodegón.

49
salmos 1 – 7

1 aurora austral

2 cementerio judío

1 mordisqueados mis secretos por una 1 las armellas condenan la puerta de

mano que se deshace, esta hectárea venida a menos /

llevo un crepúsculo entre ambas las armellas / las que dejan

clavículas escuchar

porque confundes deseo los alaridos de su óxido / y las

con un campo de pianos silenciosos. piedras

son más que piedras / laten dentro


2 preciso, el color de la sangre, se
de tu cabeza
pierde
como papel rasgado que crepita
como un bastión mal resguardado.
sin fuego / sin pasión / sin ánimo

alguno de crepitar.
3 cualquier ánimo que no sea el de la

altura
2 envueltas en vidrio, nuevas
es desanudado y se desploma
fiebres
lejos de la cúspide de la negrura.
conjuran la circuncisión con una
4agota y desgasta, a quien la escucha, la
sonrisa.
música.
y así, envidriadas y junto al
y resulta la única culpable de tu
mercurio, avanzan
abandono:
entre ceniza y los recuerdos que
lámina ausente / bisturí sangriento /
transparentan
huella de sombra.

50
una desolación anticipada. 1 briznas de tu blusa ondean como

estandartes

3 porque nunca fue tan fácil desoír de cáñamo erguido:

un desgarrar/se son recuerdos de azogue y jade

de lencería como ahora. porque el y de luces de neón a la entrada del

silencio templo.

marca un errático ultimátum:

2 sobre los hombros llevamos el

el ruido o yo. sueño

el mundo de una logia de que desea sepultarnos en el sopor

cremalleras o yo. de sus bordones.

un sorbo último de canciones para en nuestras sienes hay una noticia

el amor o yo. que fulgura:

[ya no hay océano / ya no hay

4 las armellas se interponen tierras.

entre los sonidos que hace la piedra se han ido. y nosotros nos hemos

al envejecer ido con ellos,

y nosotros. las armellas. las que convocados por una inmensa noche

dejan despetalada]

ver las facetas del cirio y del

cadáver. 4 arte de merodear

1 alguien dice música y los


3 oscurana depredadores

emergen para la danza. en barrios,

hospitales,

51
cuarteles y cabarés se prolonga

la deserción de las lenguas. 3 que ruedes como zarzas con la

ventisca,

2 alguien dice música y la melodía que tus miembros sean una orgía

propaga enloquecida de gusanos.

su luz en los frisos de la noche. y tu apellido sea una sandalia

y los sonidos aspergeada con el polvo:

calafatean todos los intersticios de jamás estrellaré a tus hijos contra las

mi casa. murallas

–para qué, si han nacido muertos–.

3 sentencia impermeable es ésta:

como un kamikaze, se estrella el


6 laberinto
silencio contra mi casa.
1 no alcanzan nuestros destierros a

incubar/se
5 a un poeta enemigo
desde la asfixia
1 un lúcido arsenal,
–como un tábano, el deseo nos
intuido más que descubierto,
aguijonea–.
bulle en ti, preciso, como un sahumerio
como el légamo,
acosado por una mancha de vodka.
hiede la noche hasta saldar cuentas

con el sexo:
2 pero desaparecerás como el agua que
ensayo tras ensayo, no atinamos a
se escurre
escribir con decencia
en las arenas, arderás como espinos,
la epopeya de los somieres.
serás arrancado como hierba verde
2 aunque mi lengua no me la dieron
–sin que te des cuenta–.
griega,

52
una mano transparente me toma de 2 una prisión hecha de sangre, con

la mano voces

y me lleva al país de las orquídeas y rostros aplastados contra una

de mar. esmero vitrina de recuerdos,

agudo en evadir al idólatra / me llevará, en mis adentros, hacia

esmero agudo en esculpir la el Sur.

lengua /

en afilar una navaja en ella –ras 3 alguien dice prisión y se descifran

con ras– los motivos del vuelo irrevocable

como en la correa de suela de la del búho;

barbería. los paisajes que cantan los jerarcas

con su epigrama de fango,

7carcelería –tras su inocencia de fósiles–.

4 alguien dice prisión y nace un


1 una prisión hecha de sangre,
cepo
con barrotes en forma de absorto
para este miembro, como un amor
semicírculo,
extinto
me habla de aquellos nombres que
a fuerza de promesas / como el
perdí para siempre.
asiduo hervor

de una caracola muda.

53
I epístola a los habitantes
de la ciudad 1 – 6

11 desde el barrio del cristo del 4 y encajas los golpes del aroma de esa

consuelo hasta los esteros sureños, chamusquina que queda después de una

pasando por las sabanas del astillero / llamarada que no provocaste / pero que

he triangulado la ciudad / y han sido los sientes en plena mañana, helada como

estudios de agrimensura, o no sé bien línea de polvo blanco –esa harina ilegal

pero la cosa es que he rastrillado cada que te fascina–.

pulgada de su terreno.

2 y tú, albertokorda, qué haces ahí de 5 nadie desea navegar hasta atracar en

brazos cruzados ante ese enorme muñón un muelle de certezas / nadie desea

de cemento y hierro que es la ciudad / conocer las lindes del manglar que te

qué haces que no me tomas una foto subyace.

como al ché.
6 recuerdo los enloquecidos yerbajos

3 yo solo deseo dejar algo que antes el que se hacían cada vez más altos en el

foso de espanto que rodea a la ciudad.


mundo no tenía, porque hoy el

mundo es una fruta hendida/


12 ya está cercano el día en que
porque hoy el mundo expone su
extrañes la polución fantasmal y la
reventazón en las veredas del mercado /
neblina calada de tu mosquitero / y
porque el mundo está incompleto sin
cercano el día en que no importe la
el poema.
tesitura de la noche.

54
8 balcones votivos fluyen en medio del

2 pero si es mayor la impostura de un silencio urbano / mi ciudad es como la

pastizal en egonschiele cuando la puya con que castigas el rosal durante el

ilusión fulgura, endiablada, en el naufragio: se nutre solo de la oscurana.

espacio neutro de esta gramática.

9 dejando estelas en la escritura / yendo

3 el cementerio es el exilio que hacia la congoja, como hacia una herida

comienza donde la taberna me enciende. en mi costado.

4 Nadie quiere sacarte del error, ni de tu

mirada de sangre / ni dejar de estrellar 3tecnopecnia


astrolabios contra los muros.

1 una anchísima negrura


5 escucho el futuro en el esbelto tallo del nos cubre como la tela
tomillo / escucho aquel haz de aromas de un viejo fotógrafo de

que repica en la altísima espadaña. parque. beware: en sus

tierras encharcadas de

6 se deshoja una danza nerviosa a través sombra, pavese

[lavorarestanca] ya lo
de los barrios / Se deshojan los trastos,
sabía y bostezaba,
agrandados como un ancla que se sube a
frenético.
cubierta.

2 un monograma en cada
7 dibujas con tu pistera una herida en el
arista del dado me señala
aire plomizo de la ciudad.
la nueva separación de las

aguas. porque éste es el

55
dado azabache que 5 porque la mirada de esta ciudad es

confiere la suerte a los dura como la piedra del basalto.


jinetes; en especial al que

cabalga sobre el nombre

más cercano que he 15 así es como mejor se penetra en la


olvidado…
jungla de los espejos.

2 así es como mejor te tragas la utopía


1 4se disloca el engranaje del tiempo / de tu país.
tras días a caballo, aunque no tengas

cabalgadura que se respete. 3 así es como mejor la espina se asoma

a una hoguera de tatuajes.


2 una estirpe de candiles, también

dislocada, me vuelve negro en mi 4 así es como mejor se despeña una


infancia urgente. piara de bandoleros para la nostalgia.

3 una congoja sorda –pero escrita sobre


16recuerdo una extraña música mientras
esta ciudad– arroja mi nombre a las
se llevaba mi rostro consigo como una
pozas del poema.
perra con su cría entre los dientes /

como perra que se hace una sola negrura


4 porque una escritura irremediable –
con la oscurana.
hecha de polvo– levita sobre las aceras

que se despeñan en un abrazo / Hace


2 se estrecha mi pecho, se vuelve un
una cadena de tabernas con eslabones
crucigrama de neón no resuelto ni por la
de esta ilusión.

56
fiebre ni por las hebras de fuego 3 miles de briznas de ese viento urgente

fusionadas con el miedo. barren el umbral de la traición, y al

mismo tiempo, estiro las palabras para

que alcancen a nombrar nuestra casa.

57
II epístola a los habitantes
de la ciudad 1 – 4

11 hay algo de acetileno en las palabras hacerlos lucir como lúcida pedrada

que escupo a granel. algo de flama contra la vitrina en cuestión.

atravesada por un arco-iris que luego se

derrama en un charco de vinagre. 3 porque trabajar cansa, pero

palabras desconocidas para la agonía también escribir estos poemas / desear

pero que la agonía recupera en canastas la palabra que pueda llevarse la mitad

de mimbre. canastas de palabras de las neuronas / oprimir a los

armadas en blues de maltrechas piezas prójimos / enumerar sus defectos /

de lego: olvidar todas las plegarias / fingir que

no deseo matar a mis enemigos / ocultar

[el amor es el lugar del excremento, la magia que no me pertenece /

negar[se] / negar a todos los que

juan ramón dixit] comparten esta ciudad. cansa respirar.

cansa dejar de respirar.

2 porque el amor post mortem me hace


4la ciudad de santiagoes un amasijo de
descansar de la ceguera, de la pasión
nervios como cuerdas de tender la ropa
anciana / y el amor post mortem me
después del lavado / el porro con que la
libera de la fiera dulzura de las ciencias
virgen se inicia en la faena de la
exactas / el amor post mortem penetra
pesadilla / un símbolo húmedo que
mis sienes/ hígado/ sexo con su bendita
caderea al ritmo de salsa / es el tablero
manera de hacerme callar / el amor post
donde ganamos y perdemos / un
mortem atenaza mis tendones hasta

58
soberano ardor que nos tatúa su sabia

ruina de luz / esta ciudad es la silueta de 6 aquí mis manos obscenas le dirán al

la bestia / esta ciudad es la casa de los mundo lo que han tocado.

reptiles.

12en el andén de estos relatos 7 aquí arrasa mi edad una parvada de

musicados cimbran las escalinatas que sonidos.

van donde asesino la luz para inventar 13 nunca supe para qué me humilló de

nuevas siluetas. aquella manera este sol que se pone tras

2 un cilicio de silencio me sofoca todos las planicies del seductor oeste, si yo

los días donde las calles intrincadas son gozomejolqueel dueño. mis amigos,

la patria de la habladuría / Un cilicio de repletos de cerveza, se espolvorean la

silencio me toca en el lugar exacto del nariz para ser más fuertes.

deseo. 2se me ocurre el amarillo ocre como la

3 porque mil abuelos antes que el mío, mejor manera de entonar miles de

yo ya miraba al cielo para adivinar una gargantas y afinarlas para la victoria.

cartografía / así fuera la estrella de la

sangre / la estrella del ajenjo / los 3 podría decir que el acetileno funde mis

lejanos quásares de la muerte. barrios con su indignación florida, pero

preferiría no decirlo.
4 aquí los gallinazos se emperchan en

las ramas de la acacia como frutos


4 podría cortarte la mejilla con esta
negros.
cuchilla oxidada que es mi lengua, pero

5 aquí hago inventario de mis huesos, preferiría no hacerlo.

empezando por mi clavícula cuarteada.

59
5 podría cobijarme entre los muslos de cóncava y desflorada, esta lección de

mi ridícula especie / hacerme a un lado vértigo:

para evitar la línea roja de tu mirada


[el amor es el dislate crispado
láser que hace de mi frente su blanco
en la orilla de las tripas
perfecto, pero preferiría no

hacerlo. madre dixit]

2 y se incendia mi casa en el pescuezo

6 podría intercambiar las aguas nutricias de mi cerveza.

de un vientre cualquiera o las costas de


3 traficante de la memoria abierta como
corfú por este estero salado en que me
un árbol, sé que el vértigo me viene
baño junto a mi padre y mi perro, pero
todo de los trenes.
preferiría no hacerlo.

4 en la locomotora, la neurosis me

7 podría decirte la forma en que vamos hunde en la algarabía de su largura / en

la cuadratura de sus ventanas / en el


a morir, pero preferiría no
vagón comedor / las luces de bengala
hacerlo.
me acribillan a babor y estribor / y yo

colgado del cabuz, desconociendo las

condecoraciones que me atropellan.


4lección de vértigo

1cóncavo me resulta este asunto de


5 apenas pronuncio la región del
recordar los nombres de mis amantes.
discurso que menos importa: en el

silencio están la carne y el hueso.

60
ad - efesios 1 – 7

1 1 éste es el espacio para la estampilla.

podrás empezar el canto

del

jardín / termi - nar la escritu

ra abiertao al revés, siempre

puedesescoger el sitio para escuchar el

desastre [tú eliges el lugar de la herida]

12 la tentación de las lindes / la del

silencio: si te apartas de su voz, el


13 patrimonio de soledad
contento se te escabulle como lagartija

por los resquicios en tu pared recién


qué opaca esta muralla nebulosa
tapizada.
sobre mi nombre

mientras la aurora boreal semeja


2 el poema como cieno, como médano,
las barbas de una ballena azul
como lama verdusca de alquitrán / el
antes de ser arponeada / y el color
poema
verde oscuro de botellas trizadas a
como intrincada celosía que retrasa o
nuestros pies
acelera mi ebriedad a discreción.
repica con su maquinaria

incansable / Repica
3 porque el desprecio me alberga
el verde / el castaño / el negro de
con el follaje en su relato.
una mirada

61
que se estrella contra el verde / el lo doblamos / hasta doblarlo de

castaño / el negro nuevo y convertirlo

de otra mirada / contra una muralla en una muralla nebulosa

nebulosa que opaque otros nombres, otras

que me impide morir junto a mi voces,

nombre. que opaque nuestra manera de

anunciarlo/

1 4 los pájaros de papel, de escribirlo/ de doblarlo.

empantanados

en medio de las nubes. exprimidos 16 y ahora qué hago con el terror


como limones para un cubalibre qué hago con esta palabra
que necesita una pizca amarga fracasada
una pizca ácida en esta noche en este mundo
una pizca dulce donde todo es posible
algo que sirva para anunciar con salvo
neón los sabores el poema
que van -de charco en charco- antes

del hielo.
17 no eres tú viéndote al espejo
2 los pájaros de papel se
ni eres tú viendo al abismo desde
empantanan en nubes de alquitrán.
sus bordes,

es el abismo el que te observa


1 5 flamea un pájaro de papel
desde dentro.
en el que escribimos mi nombre y

luego,

62
hechos 1 – 9

11fe de erratas el miedo altera

la ruta de los trenes subterráneos


quise decir que los ahorcados
cuando en el arco de tus cejas
penden de los ceibos
se posa un gorrión,
de color índigo
cuando se hacinan los parques
cuando dije que las plomadas arden
donde los amantes vienen
con cantos heredados.
a abrazarse y a llorar.

2 quise decir que el último poema

es una ampolla de cianuro 13 naufragio

cuando dije que un súbito nunca regresaste a las blancas arenas

jardín de agua de salango pero tampoco

arrastra la virtud de nuestros niños. a las de quíos, de mirada sedante.

2 de los puertos extranjeros

3 quise decir que los hornos en que atracaste, el más seguro

pulverizan la pizarra del horizonte fue el de alzheimer. mar inhóspita /

cuando dije que escribo mar hospitalaria. qué más da:

para volver al instante tu cuerpo nos recuerda, bajo la

en que escuchaba respirar sombra de una mancha de atunes.

a mis muertos: 3 y tu lápida errante, en cada onda de

ese desierto que es ahora la mar.

12miraflores

63
14 linotipia
aun cuando el tiempo

cierra sus puños de rabia


con manos de escriba
por la luz, implanta la noche
tocaste palabras de otros
en tu mirada, y ves
para nosotros y, santo bebedor,
desde el otro lado del día.
dislocaste ese viaje barbitúrico
2 los cien ojos de argos no lo hacen
hacia los terribles puertos del norte.
mejor, y llevas a chanduy
2 pero comprendiste, mucho antes
a las montañas, y de allí
que nosotros, que volver
a la fangosa tierra de los estuarios.
siempre es una forma de vaciar/se.
3 Ahora me miras desde tu marco

recién barnizado, donde la luz


15sphynx
pule la superficie de la sombra.
siempre sentada en tu silla de mimbre.

2 tus palabras mudas,

el enigma que interroga.


17 ciudad maldita
3 ¿cómo seguir

sin desviaciones después


en la ilíada todos conocían
de la poliomielitis? el silencio,
a estentor por la voz
ciega banda sonora, como esfinge
calidoscópica con que sometía
que te abraza / que clausura tus
sus enemigos.
lluvias / que cierra tus ojos.
de este lado de la ría,

nuestro estentor fue paco, viejo

bigotes de morsa.
16 el viejo, viejo argos
2 el único capaz

64
de dibujar en nuestras manos en los angostos caminos

nuevas líneas: un canon de la oruga–.

que se anunciaba como perpetuo

–y que no pudo, sin embargo, con

sus enemigos–. 19 el texto soy yo

texto, férula de niebla,


18 de la proa sinécdoque, un soneto

me manda a hacer violante,

en plena jungla intrincadísima pie yámbico, examen trimestral,

–más alimañas cuál la mejor traducción

hallaste en la ciudad–, de la odisea, inocula,

fuiste soldado. sangre hendida, el virus

2 guíame hasta las manos de las letras, espadas como labios,

de la muerte, ángel desalado: ya no más.

3 –por algo fuiste siempre ducho

65
I disangelio 1 - 7

1
1 la farola colgada del poste que dinamita apostadas en las cercanías de

quiere ser árbol ilumina la calle / la un ombligo / veo nombres como

plaza / la ribera / también la parola / tatuajes que crecen en manchas mientras

porque en los basurales de mi cabeza presionan mi costillar con su cilicio / y

hay un día que se convierte en relato / o lamen mi espalda con su disciplina que

en anaconda que se enrosca en mi cuello me arranca filamentos de piel mientras

y deja, a partes iguales, nervio y paja atoran mi garganta.

hasta convertirse en esto que te escucha

decir entre viejas barricas: 2 la penumbra me venda los ojos.

amigo mío, ¿por qué me has 3 esta luz intermitente viste de neón los

abandonado? ceibos / les da su color a las casas / les

ofrece lámina fosforescente a las aceras

a los mendigos a mi perro al chorro de

andanzas orines que alivia mi vientre y mi

espolón sexual que ahora es negro como

rama de palosanto hecha carbón.


1 2 veo mis manos surcadas por ríos

cuyos puentes vuelan con cargas de

66
4 la penumbra me venda los ojos y ata desnuda / introduce sus cuestiones en

mis manos. mi oído.

5 mis muros sangran leche líquenes y 9 la farola me permite ver solamente la

musgos para construir ese pesebre que parola / ¿cuánto verbo hay allí? / no hay

es el hotel de una sola estrella donde ni hubo nunca nada más.

nos alojamos la primera vez / con

lucecitas más pequeñas que la farola 10 intuyo el verbo a través de la

que cuelga del poste que quiere ser penumbra que venda mis ojos, que ata

árbol / veo vacas, dromedarios de palo mis manos y me desnuda, que me

que completan aquel belén. interroga y que no obtiene una sola

parola de mí.

6 la penumbra me venda los ojos y ata

mis manos / rasga mi camisa / me 11 asciendo una cordillera hecha con

desnuda. montes de venus ya escalados en su

tiempo / con las fuerzas encajadas en los

7 vivo en parques junto a cerdos que herretes / en la parola que me deja ver la

pueblan sus bancas / columpios / farola colgada del poste que quiere ser

guinguiringongos / vivo en una espalda árbol / ¿o es la farola la que habla?

de la que cuelga un cordón perfumado y

las miasmas que bajan por autopistas,

siluetas, caderas, muslos, horámenes. danza de la noche

8 La penumbra me venda los ojos y ata 13vertiginosa


mis manos / rasga mi camisa / me
luz negra en esta zarpa

67
a la que llaman esperanza de la noche, descortezas la vigilia /

evaporas la sombra matinal

de los saltimbanquis / sigues


2 todos los nombres que quisiste
en sus legítimas aureolas
destruir fueron el mío.
a los gallinazos.

3 me dices como a una palabra /

me escupes 16 esta lluvia de una sola gota

como a un anzuelo fallido / se encarga de instruirme

en las cosas que ya había olvidado.

4 con los miembros empozados 2 y aunque mi memoria haga agua,

como un charco de cerveza. los escombros

de tu página se hacen habitables.

14 ¿rejuveneces en los retratos 3 si el peyote te cerca

mientras un himno con sus manos / si te hace relinchar

le arrebata el secreto a tu rostro / y esconde bajo tu nueva traza

o es el tiempo que confisca tu histeria los alfileres con que tapiza

con palabras vacías? el fondo de tus ojos,

solo queda azufrar

2 mis palabras penden de las ramas los blancos muros de la madrugada

del ceibo / con su belleza -y tener a la mano otro mudo puñal-.

desollada como una caricia de sal.

17 una andanada de pólvora

cada año
15 asomado a los orgullosos bordes

68
me acerca a la demolición perfecta. un hombre es aquel a quien la luz

qué hace aquí una laptop, atraviesa

en lugar de la caja registradora. quién como a esos vitrales. y puedes escupir

podrá dictarles poemas al rostro del espejo, igual

a las aguas nuevas / que un balazo a destiempo.

a las azoteas de ladrillo color ladrillo /

a las comarcas 3 en la elegancia de los gallinazos,

que más conmueven a los cuerpos. un difuso emisario del sauce

–danza la noche sobre el acero

2 qué es un hombre, de mis navajas– / me amordaza el

me preguntas mientras revientas miedo,

los vitrales del centro comercial. como la tiniebla oscura.

69
II disangelio 1 – 6

1 1 mis lecturas trenzan medusas de allí, los que desnudaron los barrios

páginas / de ojos / inútiles como un viejos y asesinaron a todos, menos al

mesías recién castrado / instalan que punzará el relato.

excoriaciones en las paredes de mis

entrañas, como un tormento allí, los que tapian los palomares, y

domesticado: subastan las pieles.

[este es mi sexo, en quien


allí, los que desgarran el alba con su
tengo todas mis
extraño ventarrón.

complacencias]
4 mi inocencia es un hueso que arrojas a

2 allí están, vidriados, sus estigmas. allí, una piara hambrienta –la memoria

la herida de su flanco y más allá, su escribe historias en nuestra carne con su

hermosa ausencia íntima, abriendo su bisturí recién biselado–.

húmedo crisol / humeante y perturbador

como una mano enfundada en un guante 12 entre relojes enloquecidos, recorro la

de plata. murciélaga infancia hacia atrás,

tomándome de la mano para guiarme

3 allí están los que inoculan el odio en mejor / y hacen maromas de circo las

cada poro de tu piel. imágenes en los ojos de los ciegos.

2 es un dejarme llevar a través de ese

manglar de rostros / es un reconocer, por

70
el sonido, las formas perdidas del amor / 13la enfermedad circula por el enrejado
es reconocer a todos los amigos que de mis arterias / la pronuncian los
duermen tras altos muros pintados con muertos por medio de mi lengua.
cal: el que usaba blue jeans y sandalias

viejas ronca / el que discutía hasta que el 2 la galaxia se inclina sobre nosotros,
guaro lo hizo manso como un fantasma, mira por encima de nuestros hombros.
ahora canta mientras duerme.

3 se suspende por un instante el verdor


3 es un temerle a la tierra firme, arengar del musgo en el jardín de la espiga.
a la gente ebria de mar y guarapo. un

instante para que méliers logre que la 4 con la engañosa guillotina de mis
luna me guiñe un ojo. dientes, decapitar tu lengua. y aventurar

en la desmesura de tu garganta mi fruto


4 atravieso veranos antiguos, desbrozo náufrago.
nombres de jerarcas ungidos por una

madrugada podrida / ululan promesas de 5 no te comerán los gusanos, si haces


la noche en complicidad con la noche y camino en medio marihuanal.
me tomo con más fuerza de la mano para

no perderme -ensayo cada paso


14 la pampa de la hacienda es miasma
tanteando, balanceándome-.
de agua estancada / peinada de

matorrales en una memoria ajada por


5 y los huesos son rehenes del galope:
los arañazos de la salamandra / y los
como un susurro, quizá un jadeo,
gallinazos hacen círculos sobre mis
escucho mis pasos sobre el espejo.
miembros esperando la multiplicación

de los panes y los peces / no para

71
comerse los panes y los peces, sino para

asegurarse de que el milagro es posible. 2 tú, que sigues el curso de la maravilla,

clausúrala y trágate las palabras de la

2 en plena canícula surge la tienda del sangre seca.

arenal / no la tienda con cubierta de

cuero asoleado: es la despensa que nos 3trágate de una vez por todas el escrito

harta de cerveza, como a los mangos que te doy y llena con él tu estómago.

que caen de sus empinadas ramas y

revientan a nuestros pies como astros 4 en la certidumbre nocturna de tu

cansados. canción, lamáquinade hacer pájaros / y

asimismo, el invisible contrabando del

3 el cuerpo negro sol.

de las ganas se derrama alrededor

de tus pupilas / y se hace 16 el rumor de la vulva se inscribe en


cada vez más numeroso medio de los incrédulos –un solo de tu
el gremio de los aromas encerrados. instrumento es solo un solo que asfixia

a mi padre, que derrumba a mi país–.


4 el cuerpo oscuro

del insomnio clava su puñal 2 la forma siniestra con que el aire cruje
en la habitación de al lado / y en ésta. se inscribe entre las risas de los
pero escucho en tus labios muchachos.
la fórmula del sahumerio.

3 La multiplicación de la filigrana

15 la cárcel de tu canción estrena, pisoteada se inscribe en un murmullo

perezosa, su afluente de huesos. deforme.

72
4 el atareado laberinto del columpio y el 6 una bocanada de luz en el misterio del

violín se inscribe en las burlas aturdidas alcanfor se acaba de inscribir: te

de la multitud. muerdes la lengua, y equivale al gozo

extremo del espanto.

5 la gravilla en el puerto del morro y su

garabato se inscriben en el circo

clausurado de una puesta de sol.

73
III disangelio 1 – 4

4y sepulto mis ganas cerca del mar que


1 1 es sencillo confundir mis
tanto amé, lejos de la resurrección hecha
bienaventuranzas con un puñado de
miedo.
polvo amarillo / con escasas espigas

desmigajadas. dichoso el que asume


5bienaventurado el que edifica su antojo
este compuesto literal, porque sentirá al
sobre las ruinas que dejó el poema.
mar muerto acuchillarle los tobillos –se

clausuralabelleza del poema 6bienaventurado el que conduce su

propia voz / el que se da una jornada de


que te escribo esta noche–.
gracia para entender a una mujer.

2en la multiplicación de las libélulas


7cuando la gran ciudad se parte en cinco
está lo necesario para sobrevivir en el
/ cuando las ciudades del mundo se
mundo.
derrumban / cuando no hallo nombre

para las cosas, también invento un


3abro la boca de un pez, y encuentro una
relato.
moneda. A la poesía, lo que es de la

poesía:

1 2 regreso a esa infancia sepia, y mi


[– ¿cómo te llamas?
oído es una gruta de sonidos
– me llamo legión, porque somos
amnióticos. las olas ovacionan cada
muchos
paso de este asesino que se expone.
lucas 8:30]

74
2los aviones se dejan ver a través del 2y comprar en viejos bazares de la

culo de mis verdes botellas: su extraña cachinería los libros que perdí a lo largo

clave está hecha del estruendo colorido de mi vida.

del frío.

3en un tatuaje perfecto, ver cómo caen a

3la noche zurce sus venas con hielo de cabrillazos los bares en los que bebí

la noche / para volver a abrirlas / y hasta hablar en lenguas / en los que una

zurcir sus venas con hielo de la noche. lengua de fuego cayó sobre la coronilla

de cada uno de mis amigos / en los que

4apretujados como calaveras en el muro varias pintas de alcohol cayeron sobre la

de la catacumba / como una planicie lengua de cada uno de mis amigos.

erizada de mariposas a medio morir /

los ríos se acumulan uno sobre otro en 4y el cabello de color jengibre nos cubre

una zigurat de carne lista para el el rostro / y el polo sur es la barba que

sobresalto y la descomposición. le crece al planeta.

5porque una cosa es mirar desde debajo 5en un tatuaje, vulnerar los apellidos de

de los párpados / y otra, embriagarse la carcoma y poner tranca a la voz de

antes de haber bebido. los otros / y allí, atisbar el quebrado

porvenir del evangelio

1 3 en un tatuaje perfecto de la codicia, [evangelio: del lat. evangelĭum, y éste

dejar muchísimas pisadas sobre la piel. del gr.εὐαγγέλιον, buena noticia]

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6y descubrir en el correo la silueta del

ADN, que se atreve a doler en los 3el graznido de los pericos apuñala el

cráneos por los que avanza / y por las aire, mientras el carbón encendido ciega

veredas. lo poco que aún veía en mis ojos.

7algo claro se derrama en la llanura / la 4mi lista de bienaventuranzas es infinita

garganta es un océano intranquilo en el como una ancha carpa de circo /

que cantamos la niebla / y nos bienaventurado el que se acerca a la

amordazan los muchos nombres de orilla de la poesía porque sus aguas son

aquello que no tiene nombre. de ausencia.

5bienaventurado el que acude al antiguo

14 cuidado: los muchachos de la legión muelle de los piratas, porque hallará una

extranjera arrojan un camino como soga jaula vacía que flota en el estuario –hay

con la que enlazan el enigma de la una cortina acanalada en la

miseria / es entonces cuando el largo proximidad de tu histeria–.

camino pone en cintura al planeta.


6bienaventurado el que confunda estas

2y la catástrofe del fútbol cubre -igual bienaventuranzas con escasas espigas

que una vieja tela de fotógrafo- nuestros horquilladas, porque en su mirada brillará el

hombros / y la catástrofe cierra, abre y ámbar líquido / y solo en la multiplicación

vuelve a cerrar mis ojos como burbujas de las libélulas encontrará lo necesario para

de brea que borbotean con fingida sobrevivir en el mundo.

urgencia.

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apocalypsenow 1 - 8

11jinetea, jinete, con la muerte / con la


3siento una voz que me dice: agúzate,
guerra/ con la peste / jinetea con una

voz que acecha, que llega como la que te están mirando / una voz que me

mantis religiosa / como la lengua de un habla de lo que es, lo que era y lo que

camaleón que me envuelve a su gusto / ha de venir.

como el mínimo parpadeo de la

luciérnaga / y me hace ver cosas / 4 escribes de derecha a izquierda / lees

escuchar cosas / sentir cosas / tridente de derecha a izquierda / pero las

de sentidos acechando dentro de mí / promesas son el día en que soñé con

esperando como inexpertos grumetes catedrales estriadas que crecen, jeme a

dentro de un submarino de juguete. jeme, en mi estómago y desgarran mi

jinetea en el malecón / jinetea. carne con sus agujas que elevan y echan

sus gárgolas / que arrancan cada una un

ya cayó / ya cayó la gran babilonia, la colgajo de este mi tripaje.

que emborrachó a todas las naciones

con el vino de su prostitución. 5 una gárgola de miles de ojos de cabra

como un burbujear de huevecillos sobre

el bastidor de una predicción / y la


2una banda de jazz en el juicio
sirena que ulula como una puta
final, con sus percusiones y sus
parturienta, y es que a correr se ha dicho
vientos completos / y en la danza
porque vienen los soldados, así que deja
inmóvil del cristal, beber un whisky
de jugar al fútbol en las calles peladas
espantoso detrás del horizonte.
porque van a quebrarte los huesos y el

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cráneo con sus caricias / sus toletes / sus –que es lo mismo que masacrarla–

balas de cualquier metal menos uno desde una ciudadela de nubes y silencio.

porque el plomo contamina el ambiente.

12 ni trompetas, ni cabalgaduras de
6 el ulular, como el jadeo de la niña- sangre / solo es cuestión de aguzar el
bella mientras recibe su visita semanal oído y escuchar el silencio que hay en el
de parte de los soldados, orillados al poema / 2 y de avistar la estrella del
otro extremo de la ría. ajenjo mientras se sumerge en la ría que

se asoma por encima de la noche


7 escuchar aquellos jadeos es primordial primera.
/ a mi barítono miembro le ha dado por

erigirse bajo mi mano, que al fin desea 3 con el limo fangoso en el lugar exacto
explicar la poesía mediante la historia, del sueño, improvisas un nombre para el
la química o el tractatus de relámpago verde que te acosa –también
wittgenstein / y siento una voz que me en el sueño–.
dice agúzate, que te están mirando / y

escucho una voz que me dice que los 4aquí se verá la sabiduría / el que
elementos de la tabla periódica entienda / calcule el número de la
completa no sirven para explicar la bestia / que es un número de hombre /
poesía / que la anatomía no logra ese número es el del código de barras
descifrar la alta poesía / esa que seduce de la lengua.
a los peñascos infectos de palabras / ni

siquiera la agrimensura ejercida por las 5 cuántas bandas de rock son capaces
alondras en estado de forja desde lo alto de escribir un mundo con su melodía /
/ ese estado que permite medir la tierra

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cuántas escriben el poema / porque se tu establo es solo mentirte con el peso

obligan a ejecutar el imposible. muerto de la carne / aparecer de pronto

en la pista central de un circo y mentirte

13 te preguntas simirar es, en realidad, / mentirte a ti mismo / y hacer como que

ordenar el universo / hacer, con un nada pasó.

parpadeo, que palidezca de pronto el

verbo / te preguntas si cuando ella te 3 con el viento a mis espaldas / siempre

mira estará ordenando a su albedrío con el viento a mis espaldas / I`llsay I

cada astilla de tus huesos porque loveyou / you`llpaymybills.

en esos días buscarásla 4 cuelga del océano pacífico una sombra

muerte por todos lados, pero siniestra que amarillea nuestras

la muerte se te escabullirá fotografías más recientes / sonreías los

viernes a cambio de una única moneda /

y te respondes que cada canción que que las esquirlas de un fémur

penetra tu depravado canto ha incrustadas en la lengua algo han de

inquietado la explanada y engendrado hacer para anegar mi bendito plantío de

arces de plástico y alisios [bienvenidos pesarosa ayahuasca.

a woodstock,sitio libre de humo]


5 de las artes mayores, la que me

2 el mundo, asolado por la palabra de rescata del estúpido júbilo y me hace

los griegos / el mundo como un gran propicias las avanzadas de un ejército

portón / que solo puede abrirse si de coral rojo es la de la adivinación de

arremeto con el circunciso ariete de una la sangre.

palabra erecta / te preguntas si piafar en

79
6 de las artes mayores, la más cercana a prohibidos y las yerbas gastadas / y así

la soledad de la metáfora es una técnica estamos.

nueva para compartir la vigilia con las

aves de corral. 2sin poder escuchar canto alguno que nos

conduzca hacia el exterminio / sin tirano

14 mis estandartes, revolcados en el que nos subyugue y nos encomiende

lodazal, rastrean el acre hedor del neón / trabajos imposibles / sin pájaros que se

el que vive en cilindros que se vuelcan nieguen a volar sobre el lago pestilente

hacia las buhardillas. de los cuerpos / sin un solo monstruo

que justifique el heroísmo de nuestros

2
el cielo de tu boca
, como un pararrayos huesos quebrados, inocentes.

húmedo, explota en luces de bengala.


3 llevando en peso cada uno su propio

3 hay un jardín que me ve morir todos nombre / asistiendo al géiser de sangre

los días como un fruto que se demora en que hay en las palabras con que

caer lo mismo que una hebilla de azuzamos la última fogata / con la vista

noches subterráneas cuando enviuda mi dirigida a la Nada desde esta alcoba de

ego. mil ventanas que es nuestra cabeza.

4y la mujer que has visto es la gran


15y viene la lluvia a clavarnos sus
ciudad.
espuelas / a estrellar su infalible

naufragio justo en nuestra íntima margen


5 aporfía. siempre a porfía / ya que una
/ que suena como el deshielo preciso de
sola gota tiñe el océano.
tiernas piezas de carbón / en un punto

intermedio del cielo entre los pelícanos

80
1 6¿qué otra ciudad puede 18quien se asombra, no miente / y yo

me asombro de que los gusanos sean los


compararse
que me indiquen las lindes entre las
con esta ciudad?
estaciones.
un tsunami urgente me humilla

inclina el eje del planeta ya encontré mi ojo,


mientras una banda de jazz me falta ir por mi lengua.
aviva mi soledad

y la memoria de mi hígado 2 aquí los gusanos que engullen el


en este bar claroscuro. palmeral –que a su vez deshilacha mi

bitácora desnuda– no conocen el reposo

17 al borde de un rayo ni lo disponen para nosotros.

de noche blanca

se ladean las piedras, 3 aquí los gusanos hacen peligrar la

los ríos, los yerbajos, y los árboles larga sabiduría de hornadas de padres.

hunden las raíces en la arena gruesa

como garras crispadas. 4 aquí cuaja la turbación de aquella

2 se apuntalan los agudísimos extremos ciudad que tenías entre manos / como

penumbrosos un maltrecho proyecto de concreto y

en las raídas voces de la iguana. puntos suspensivos.

3 me palidece el rostro

esta insensatez consumada / 5 aquí cada palabra que se desboca se

me palidece el frío horizontal convierte en un rollo indeciso como las

que divulgas en la plaza. veredas obscenas.

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6 y viene la lluvia desde su extremo ya que no soy responsable de estos

ciego, a clavarnos sus espuelas / como renglones / solamente los escribí.

los garfios terribles que bucean en la

garganta de janis joplin. 7as we gallop into the flame,

porque ya encontré mi ojo,

y ahora me falta encontrar mi lengua.

82
AQVÍ SE TERMINA DE VNA VEZ ESTE LIBRO DE POEMAS

Mea Vulgatæ[mester de bastardía]

QUE ES EL VLTIMO DE LOS LIBROS

EN ESTAS NVEVAS ESCRITVRAS

A SIGLOS DEL ANTERIOR

–en2013–

83

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