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1
Mussó: el poema como vuelta a la palabra,
como gasto maldito
Bienaventurado el que se
acerca a la orilla de la poesía porque
sus aguas son de ausencia
[Evangelio III, 4:4]
Las palabras del demiurgo son fundacionales: el simple proferirlas crea (no de
la nada sino del verbo) las cosas mencionadas. Tal es el Dios del Génesis, que
luego de crear el mundo (dijo “hágase la luz” y la luz se hizo, etc.) juega con
Adán para que les ponga nombres a las cosas (Génesis 2:19)—no para que las
cree. Pero ¿profirió Adán la palabra “luz” para nombrar la luz? No se nos dice
si los nombres de Adán son los correctos. Tal vez a lo que llamó luz era en
verdad la noche… y desde entonces no hemos hecho sino continuar el error.
El antropo comenzó a repetir los mismos nombres, los mismos patrones. Todo
devino en fórmulas de tratamiento. Decir “Hay un gato en la cocina” ya no es
distinto de decir “¡Buenos días!”. Alguna semiología perversa le dio a ese
ejercicio el nombre de comunicación.
Y sin embargo,… hubo un resto: en medio de toda esa bulla, surgió una palabra
diferente. Las instituciones le dieron el nombre erróneo de palabra poética,
porque se quiso que fuera una palabra que hiciera, que creara (poiein), como la
palabra demiúrgica. Es un error. Los poetas, los que hacen, en verdad des-
hacen. En el Libro quemado de Ouaknin se explica el Notarikon, la práctica de
“descomponer las palabras, cortarlas, abrirlas, separarlas internamente,
quebrarlas,… hasta que la palabra se convierta en una oración, de tal forma que
lo que dice una palabra se encuentra narrado por las relaciones entre las letras a
2
su interior”. Descomponer palabras es lo que hace el poeta; y al hacerlo,
descompone al mismo tiempo las instituciones que sustentan dichas palabras.
Repito la pregunta (“¿a qué se llega con este ejercicio?”) para poder darle una
segunda pasada. En efecto, como hemos dicho, se llega de vuelta al lugar donde
empezamos, de vuelta a la palabra sin salida. Pero hay más. Mussó concluye su
Vulgata con las siguientes líneas: “porque ya encontré mi ojo, / y ahora me falta
encontrar mi / lengua” (Apocalipsis 8:7). Lo que ha ocurrido es que la palabra
del poeta, contra todo lo que se ha dicho y predicado, no crea una lengua
nueva, no inventa un lenguaje nuevo. No hay nuevas palabras para las
antiguas. Son las mismas. El Mesías debe salvarse a sí mismo y debe reparar sus
propias faltas. El poeta des-hace y lo que obtiene es una visión (“ya encontré mi
ojo”). Lo que le falta, lo que siempre le faltará, es una lengua nueva, una meta-
3
lengua entendida como una institución que fuera del lenguaje garantice el buen
comportamiento del nombre, ese buen comportamiento que nos asegura
imposiblemente la corrección, control y buen manejo de nuestras
significaciones.
No hay espejismo ni ilusión óptica (o verbal) en este libro, más bien una
claridad y una precisión admirables. O tal vez sea que, como con ciertos
espejismos, uno ve palabras donde no las hay y ésa es la verdad final: ver
palabras, leerlas, ahí donde el gasto productivo nos dice que no debe haberlas.
Entonces, correspondiente al poeta que des-hace, necesitamos de un lector que
des-lea esta pequeña joya de inteligencia y lenguaje que es el Mester de Luis
Carlos Mussó.
Mario Montalbetti
Lima, abril del 2013
4
para javiera, que ignora
cuánta sangre le debo porque esta mi sangre,
es esta su sangre, también
5
diesesSprachspielwirdgespielt
6
canción de los libros
y el desastre
que resulta el maná que blanquea los tejados en una fila interminable de
cerveza /
7
génesis 1 – 5
inventar/se.
1
1 asqueado más que sorprendido,
el país de la noche
alguien dice sueños para bautizar los
2
regresa, fragmentado a flor de otra voz se me viene como amenaza:
collar de cuentas, cuyas cuentas son las fláccidos como una columna del acaso /
veces en que extenuada está esa voz y un basural sumergido / y los gestos de
8
6 dime, nuevo caín: ¿dónde diablos
3
se cierne sobre esta patria de la está tu hermano?
2
en la matriz de la tormenta se
4
se ahoga una voz en tallos quebradizos
levantan, uno a uno, los ladrillos que
de giraluna, envuelta en briznas de
edifican este maldito chuchaqui / como
fuego para ese crematorio que infunde
en un útero mugen, con muchos
con ayuno un plantío de mostaza.
entresijos / sobre sus muros las voces de
9
ramas de los postes del alumbrado generaciones de poetas dijeron edén, se
2
alguien dice mundo y existo, como la fantasía, te condujeron a la cantina
3
las moradas que tengo en este mundo 1 5[la voz puede también expulsar al
color del bronce y del jacinto. en el cuenta de que podría expulsar a dios de
tapiz jaspeado este de mi golfo, los tu paraíso / y la voz no solo que puede,
cuerpos son mampostería que se eleva sino que ya expulsó a dios de tu paraíso]
4
posada sobre el techo del mundo, la que es.
ensombrecen hasta su propia tumba con ése fue desde el principio el proyecto de
este del paraíso ves caer el sol como las arácnidas calles de esa lisboa que
10
secretos compiten en estampida para 2 ¿cuántas veces le pedí al sol detenerse
abiertos igual a muslos viscosos por la volver innecesaria la luz del día?
puede imitar con sus letras al de dios. 3 colgado de mis cuerdas vocales, me
pero ninguno quiere hacerlo. deslizo por ellas como por del tubo de
fantasma en medio de tanta voz en lubrica la úvula / empuja con sus dedos
no te la dieron para que la acribillaras 4 pues bien, bajemos y una vez allí
poema muerto. aunque después de que perfora mis ojos / vidente y doble
11
porque soy la víctima / porque soy el
victimario / porque soy el cuchillo con 7 palabra que sueltas, palabra que queda
inofensivo –como la mantis religiosa miedo nos haga gritar con los
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éxodo 1 – 4
escabullí bajo las arqueadas patas del mosaico, azulejo fracturado en saraos
bolígrafos bic.
dice lenguas, y ya no sentimos lo
2 y escucho las canciones que dirigen
mismo.
mi instinto, como
de la langosta ]
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3 las palabras reordenan calles y plazas guardar a la azafata que olvidó su
avanza, ciega, bajo mis zancadas. y 3 amarás los nombres que le nacen al
[madre dixit].
13 mandamientos
decálogo escrito en hojas de una línea / con mucho amor tratarás al gato de ojos
las flores del vestido de tu vecina y la bizcos que duerme bajo el toldo del
no bajas ni con horas frente a ese espejo de los hermanos cristianos, ni codiciarás
que habla, ni con cabalgatas húmedas de las noches de esos hermanos cristianos
dos sin sacarlo / inmenso amor le has de –telescopios hacia al alféizar de las
14
monjas– horas alistando férulas y 10 ahogarás con el canto de la mano la
6 no codiciarás las enaguas con que tu a su yunta / no por ser blasfemia, más
amantes / a la tecla delete de tu máquina y tal como la voz de los muertos predica,
bendita / también los amarás. el mundo nada tiene que ver con la
9 robarás con una caricia el dolor de la embadurnes nuestra puerta con sangre de
cicatriz en el vientre de tus amigas. cordero, una vieja angustia recorre como
barrio.
15
cráteres apagados hubo antes llamaradas palidez reseca de la sentencia. porque los
5y caminamos, los pies desnudos, por quedo con las palabras suficientes –solo
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números 1 – 5
garcía lorca
boletines hablan de ese humo dulce junturas de las aceras en este sueño
DE MI MADRE.
amanecer.
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13 para qué escribir si la pluma no 2
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5 70 veces 7 atamos la palabra, [sesenta y nueve]
juguete de piedra:
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que la música caminaba, huesuda, mientras tanto nos aplicamos, en
[i griega]
PERO ME REFERÍA AL
X ABANDONO EXORBITANTE.
[equis]
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eclesiastés 1 – 5
1
1 un ave extinta que vuela sobre mi soltura, el grito, la adrenalina / y el
2
el viento barre este polen de luz que 3 el ántrax, como un resorte
extinta me dice:
21
O improntas de la sangre y el fango se
22
7 en las puertas de la música, la cadavérico que no se parece a ningún
8 el escriba dice cenizas a nuestro oído. 4 pisando una vereda gótica me pregunto
nuestro único ojo. desnudos, con el esa misma vereda gótica [los gusanos de
estremecimiento.
23
no remuevas el agua de la laguna no respires
ella:
coro:
él:
ambos:
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el fuego aniquila diálogos lejanos y los vuelve
ella:
él:
ella:
él:
y no para de escribirse
y no para de escribirse
25
y no para de escribirse.
ella:
coro:
5 derrocamos al azar
él:
[en ángulo de 90 °]
ella:
26
3bajo esta piel hay tendidos de cableado eléctrico:
coro:
él:
coro:
27
4¿qué es aquello que se eleva entre sus penumbras
ella:
ambos:
coro:
ella:
28
puedo creer que amar[gar]ásmi germinación.
él:
ella:
él:
coro:
29
como puerta, esa piel que esprietatabla de laurel].
él:
ella:
crónicas 1 – 7
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1 1 si mucho antes de nacer fui klimts a medio digerir; iluminará –ariete
aquí abajo, como allá arriba los truenos …tus refranes me hacían reír
3 será entonces su voz como el océano 1zoila me mira desde su tiempo con sus
4 y la luna, como una hostia, entrará por 2 escinde –como un afilado ecuador– las
vísceras hasta la mitad / entre matisses y esos hemisferios que son pastizales a
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siniestra y diestra, en ondas concéntricas dieses pasos al juguete que marcha al
como trigales chamuscados por naves son de la pulpa muerta / y una voz que
menta que ortiga mi sexo y se descuelga resbalara como una piedra por el
pertinaz. ahora –y solo ahora– los solo pudieras amacarme entre tus
tiempo con sus retinas pertinaces que 2 un espejo entre nosotros crece
de la fiebre en mi país.
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entero, mientras deambula por la pátina 15 en el signo del hábito está el cieno
del invierno. que un crepúsculo esquizo expone en su
6ebrio, más ebrio, decías tú, por haber mapa de andurriales eslabonados entre sí
7 aquí, en las seniles provincias del pies igual que las aguas del hudson -que
alba. a la hora de las lápidas agotadas son las mismas aguas del guayas, y las
con la extranjería de los pordioseros, aguas del yangtsé y las del zambeze-.
aún te nombro.
5 madre, es holgada la noche y, cantando
como una colmena en ayunas. que me dirijo / camino hacia ellos por el
cuandoolgamaría la recorre.
7 aún cuento con los viejos recursos –de 2 y alojadas esas mañanas claras en
algo me sirve el deus ex machina–: nuestras sienes, como navajas radicadas
aurora está conmigo, siempre. en su mejor tiempo, y haciendo su fuego
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y en éste también. canto de la ballena en sus trabajos de
laespera, ese género literario en que los pavesas que des/tejen una telaraña
este oleaje que danza renqueando piel encima y ahora haz rodar los ojos en el
sus torreones un axioma que habla de que pensaste: a eso equivale el vacío
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4 pero el relato de elecé vuela como una miedos / los que se balancean
gárgola que custodia los días y las pendiendo de los algarrobos con estrías
noches / de ruido blanco se trueca en voz infinitas que crecen por la noche.
vísceras, y zarandea las espadañas de idioma, pero hablamos con sus dolores
mis lagos en una consumada alternancia 3 porque un sol de papel incinera –con
de luz y oscurana que hace resonar estas la punta de sus hielos– al bosque
opacas palabras de cristal: demacrado, pero aun así los dinteles del
que tus miedos se confunden con mis “entonces, ¿por qué el terror sigue
aquí?”
jueces 1 – 6
36
11 muy pronto aprendí a separar las avanza y se rezaga / avanza y se rezaga /
distancian de mí señal
trazan itinerarios
que sostienen tu vientre:
de musgo y de un sol piramidal.
quiero apoyarme en ellas.
3 alguien dice amor, y los relojes
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13albores
solamente los escribí
sílaba a sílaba,
se barrena el silencio de
15 el vacío por donde se escapan mis
tanta pulcritud
lamentaciones 1 – 6
39
igual que la lluvia usada. porque la monstruo imperfecto,
la pudrición
antiguas.
40
ya que los nombres mudan de piel.
metamorfoseados en piedra.
duplicada el mundo
hay otra:
15 llevo mi cadáver hasta el final
que nadie venga a mis adentros.
del día,
estamos todos; no cabe ni uno más.
que es el lugar de la pajarería / que
41
a mi sombra la hiende un sendero, que cura mis muñones con su
mantra de jonás 1 - 2
42
11 mis dedos se cubren de húmeda piel tuya/ mi
43
derrama manchas de pátina de un verde jamás
44
11 ¿en qué momento los míos pensando, cuánto terror te empujaba el
borran del censo nacional / los eliminan / y que me hicieron desear morir en ese
de las crónicas del país / los subastan y preciso instante, pues no necesitaba leer
los veo pastando en el prado de madrid / más / no hacía falta acercarse a otro
2 jamás supe cómo llegué al corte inglés desde allí tengo un ladrillo en lugar de
/ jamás supe cómo la lengua de los hígado / una llaga en vez de orgullo.
dentro. puja en la subasta, grito de las la vemos con otros ojos / miseria que es
sombras. jamás, jamás lo supe. nueva / miseria que marcha como una
45
13 orino en los bares del puerto en 3 norma para los alrededores del
flamas. orino en los bares de la aldea manglar. norma para el patio trasero de
helada. y me imagino cantando en los la ciudad. norma para los viajes que
ajeno extremo del mundo. pero solo me norma para el debido pilotaje de la
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¿quién señorea en estos muros innumerable yace dentro del hombre. y
canción irremediable.
2 la poesía, ese oficio de matanzas:
47
proverbios 1 – 11
azotes
14 porque para ti,
que me hacen disciplinarte
la poesía no es hablar de metáforas,
y callejear como si no existiera nada
sino de agrimensura.
más
huracán de saltamontes
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así sea la serpiente, o esa mujer
de las fotografías tus enemigos. duerme con que untas de tatuajes líquidos el
entonces, arrebato.
quebranta
enterrados, carroñeros
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salmos 1 – 7
1 aurora austral
2 cementerio judío
clavículas escuchar
alguno de crepitar.
3 cualquier ánimo que no sea el de la
altura
2 envueltas en vidrio, nuevas
es desanudado y se desploma
fiebres
lejos de la cúspide de la negrura.
conjuran la circuncisión con una
4agota y desgasta, a quien la escucha, la
sonrisa.
música.
y así, envidriadas y junto al
y resulta la única culpable de tu
mercurio, avanzan
abandono:
entre ceniza y los recuerdos que
lámina ausente / bisturí sangriento /
transparentan
huella de sombra.
50
una desolación anticipada. 1 briznas de tu blusa ondean como
estandartes
silencio templo.
entre los sonidos que hace la piedra se han ido. y nosotros nos hemos
y nosotros. las armellas. las que convocados por una inmensa noche
dejan despetalada]
hospitales,
51
cuarteles y cabarés se prolonga
ventisca,
2 alguien dice música y la melodía que tus miembros sean una orgía
calafatean todos los intersticios de jamás estrellaré a tus hijos contra las
mi casa. murallas
incubar/se
5 a un poeta enemigo
desde la asfixia
1 un lúcido arsenal,
–como un tábano, el deseo nos
intuido más que descubierto,
aguijonea–.
bulle en ti, preciso, como un sahumerio
como el légamo,
acosado por una mancha de vodka.
hiede la noche hasta saldar cuentas
con el sexo:
2 pero desaparecerás como el agua que
ensayo tras ensayo, no atinamos a
se escurre
escribir con decencia
en las arenas, arderás como espinos,
la epopeya de los somieres.
serás arrancado como hierba verde
2 aunque mi lengua no me la dieron
–sin que te des cuenta–.
griega,
52
una mano transparente me toma de 2 una prisión hecha de sangre, con
la mano voces
lengua /
53
I epístola a los habitantes
de la ciudad 1 – 6
11 desde el barrio del cristo del 4 y encajas los golpes del aroma de esa
consuelo hasta los esteros sureños, chamusquina que queda después de una
pasando por las sabanas del astillero / llamarada que no provocaste / pero que
he triangulado la ciudad / y han sido los sientes en plena mañana, helada como
pulgada de su terreno.
2 y tú, albertokorda, qué haces ahí de 5 nadie desea navegar hasta atracar en
brazos cruzados ante ese enorme muñón un muelle de certezas / nadie desea
de cemento y hierro que es la ciudad / conocer las lindes del manglar que te
como al ché.
6 recuerdo los enloquecidos yerbajos
3 yo solo deseo dejar algo que antes el que se hacían cada vez más altos en el
54
8 balcones votivos fluyen en medio del
tierras encharcadas de
[lavorarestanca] ya lo
de los barrios / Se deshojan los trastos,
sabía y bostezaba,
agrandados como un ancla que se sube a
frenético.
cubierta.
2 un monograma en cada
7 dibujas con tu pistera una herida en el
arista del dado me señala
aire plomizo de la ciudad.
la nueva separación de las
55
dado azabache que 5 porque la mirada de esta ciudad es
56
fiebre ni por las hebras de fuego 3 miles de briznas de ese viento urgente
57
II epístola a los habitantes
de la ciudad 1 – 4
11 hay algo de acetileno en las palabras hacerlos lucir como lúcida pedrada
pero que la agonía recupera en canastas la palabra que pueda llevarse la mitad
58
soberano ardor que nos tatúa su sabia
ruina de luz / esta ciudad es la silueta de 6 aquí mis manos obscenas le dirán al
reptiles.
van donde asesino la luz para inventar 13 nunca supe para qué me humilló de
los días donde las calles intrincadas son gozomejolqueel dueño. mis amigos,
silencio me toca en el lugar exacto del nariz para ser más fuertes.
3 porque mil abuelos antes que el mío, mejor manera de entonar miles de
sangre / la estrella del ajenjo / los 3 podría decir que el acetileno funde mis
preferiría no decirlo.
4 aquí los gallinazos se emperchan en
59
5 podría cobijarme entre los muslos de cóncava y desflorada, esta lección de
4 en la locomotora, la neurosis me
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ad - efesios 1 – 7
del
incansable / Repica
3 porque el desprecio me alberga
el verde / el castaño / el negro de
con el follaje en su relato.
una mirada
61
que se estrella contra el verde / el lo doblamos / hasta doblarlo de
anunciarlo/
empantanados
del hielo.
17 no eres tú viéndote al espejo
2 los pájaros de papel se
ni eres tú viendo al abismo desde
empantanan en nubes de alquitrán.
sus bordes,
luego,
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hechos 1 – 9
12miraflores
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14 linotipia
aun cuando el tiempo
bigotes de morsa.
16 el viejo, viejo argos
2 el único capaz
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de dibujar en nuestras manos en los angostos caminos
65
I disangelio 1 - 7
1
1 la farola colgada del poste que dinamita apostadas en las cercanías de
hay un día que se convierte en relato / o lamen mi espalda con su disciplina que
amigo mío, ¿por qué me has 3 esta luz intermitente viste de neón los
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4 la penumbra me venda los ojos y ata desnuda / introduce sus cuestiones en
musgos para construir ese pesebre que parola / ¿cuánto verbo hay allí? / no hay
que cuelga del poste que quiere ser penumbra que venda mis ojos, que ata
parola de mí.
7 vivo en parques junto a cerdos que herretes / en la parola que me deja ver la
pueblan sus bancas / columpios / farola colgada del poste que quiere ser
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a la que llaman esperanza de la noche, descortezas la vigilia /
cada año
15 asomado a los orgullosos bordes
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me acerca a la demolición perfecta. un hombre es aquel a quien la luz
69
II disangelio 1 – 6
1 1 mis lecturas trenzan medusas de allí, los que desnudaron los barrios
complacencias]
4 mi inocencia es un hueso que arrojas a
2 allí están, vidriados, sus estigmas. allí, una piara hambrienta –la memoria
3 allí están los que inoculan el odio en mejor / y hacen maromas de circo las
70
el sonido, las formas perdidas del amor / 13la enfermedad circula por el enrejado
es reconocer a todos los amigos que de mis arterias / la pronuncian los
duermen tras altos muros pintados con muertos por medio de mi lengua.
cal: el que usaba blue jeans y sandalias
viejas ronca / el que discutía hasta que el 2 la galaxia se inclina sobre nosotros,
guaro lo hizo manso como un fantasma, mira por encima de nuestros hombros.
ahora canta mientras duerme.
instante para que méliers logre que la 4 con la engañosa guillotina de mis
luna me guiñe un ojo. dientes, decapitar tu lengua. y aventurar
71
comerse los panes y los peces, sino para
cuero asoleado: es la despensa que nos 3trágate de una vez por todas el escrito
harta de cerveza, como a los mangos que te doy y llena con él tu estómago.
del insomnio clava su puñal 2 la forma siniestra con que el aire cruje
en la habitación de al lado / y en ésta. se inscribe entre las risas de los
pero escucho en tus labios muchachos.
la fórmula del sahumerio.
3 La multiplicación de la filigrana
72
4 el atareado laberinto del columpio y el 6 una bocanada de luz en el misterio del
73
III disangelio 1 – 4
poesía:
74
2los aviones se dejan ver a través del 2y comprar en viejos bazares de la
culo de mis verdes botellas: su extraña cachinería los libros que perdí a lo largo
del frío.
3la noche zurce sus venas con hielo de cabrillazos los bares en los que bebí
la noche / para volver a abrirlas / y hasta hablar en lenguas / en los que una
zurcir sus venas con hielo de la noche. lengua de fuego cayó sobre la coronilla
los ríos se acumulan uno sobre otro en 4y el cabello de color jengibre nos cubre
una zigurat de carne lista para el el rostro / y el polo sur es la barba que
5porque una cosa es mirar desde debajo 5en un tatuaje, vulnerar los apellidos de
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6y descubrir en el correo la silueta del
ADN, que se atreve a doler en los 3el graznido de los pericos apuñala el
cráneos por los que avanza / y por las aire, mientras el carbón encendido ciega
amordazan los muchos nombres de orilla de la poesía porque sus aguas son
14 cuidado: los muchachos de la legión muelle de los piratas, porque hallará una
extranjera arrojan un camino como soga jaula vacía que flota en el estuario –hay
que una vieja tela de fotógrafo- nuestros horquilladas, porque en su mirada brillará el
vuelve a cerrar mis ojos como burbujas de las libélulas encontrará lo necesario para
urgencia.
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apocalypsenow 1 - 8
voz que acecha, que llega como la que te están mirando / una voz que me
mantis religiosa / como la lengua de un habla de lo que es, lo que era y lo que
jinetea en el malecón / jinetea. carne con sus agujas que elevan y echan
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cráneo con sus caricias / sus toletes / sus –que es lo mismo que masacrarla–
balas de cualquier metal menos uno desde una ciudadela de nubes y silencio.
12 ni trompetas, ni cabalgaduras de
6 el ulular, como el jadeo de la niña- sangre / solo es cuestión de aguzar el
bella mientras recibe su visita semanal oído y escuchar el silencio que hay en el
de parte de los soldados, orillados al poema / 2 y de avistar la estrella del
otro extremo de la ría. ajenjo mientras se sumerge en la ría que
erigirse bajo mi mano, que al fin desea 3 con el limo fangoso en el lugar exacto
explicar la poesía mediante la historia, del sueño, improvisas un nombre para el
la química o el tractatus de relámpago verde que te acosa –también
wittgenstein / y siento una voz que me en el sueño–.
dice agúzate, que te están mirando / y
escucho una voz que me dice que los 4aquí se verá la sabiduría / el que
elementos de la tabla periódica entienda / calcule el número de la
completa no sirven para explicar la bestia / que es un número de hombre /
poesía / que la anatomía no logra ese número es el del código de barras
descifrar la alta poesía / esa que seduce de la lengua.
a los peñascos infectos de palabras / ni
siquiera la agrimensura ejercida por las 5 cuántas bandas de rock son capaces
alondras en estado de forja desde lo alto de escribir un mundo con su melodía /
/ ese estado que permite medir la tierra
78
cuántas escriben el poema / porque se tu establo es solo mentirte con el peso
79
6 de las artes mayores, la más cercana a prohibidos y las yerbas gastadas / y así
lodazal, rastrean el acre hedor del neón / trabajos imposibles / sin pájaros que se
el que vive en cilindros que se vuelcan nieguen a volar sobre el lago pestilente
2
el cielo de tu boca
, como un pararrayos huesos quebrados, inocentes.
los días como un fruto que se demora en que hay en las palabras con que
caer lo mismo que una hebilla de azuzamos la última fogata / con la vista
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1 6¿qué otra ciudad puede 18quien se asombra, no miente / y yo
de noche blanca
los ríos, los yerbajos, y los árboles larga sabiduría de hornadas de padres.
2 se apuntalan los agudísimos extremos ciudad que tenías entre manos / como
3 me palidece el rostro
81
6 y viene la lluvia desde su extremo ya que no soy responsable de estos
82
AQVÍ SE TERMINA DE VNA VEZ ESTE LIBRO DE POEMAS
–en2013–
83