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Histología de la ATM
Anatomía de la ATM
Las dos ATM forman una articulación funcional multilateral, unidas por el maxilar
inferior. Desde el punto de vista funcional, existen dos articulaciones dentro de cada
articulación temporomandibular; una superior y otra inferior, divididas por un menisco
interpuesto entre ambas. La ATM superior se lleva a cabo entre la cavidad glenoidea del
hueso temporal, la eminencia articular y el menisco.
Es una articulación de deslizamiento, en la que sólo existe movimiento translatorio de la
misma. La ATM inferior es una articulación giratoria, con movimientos de rotación
(aunque se prefiere hablar de movimientos de rodamiento, ya que ese es el movimiento
de una esfera en un plano). La ATM se diferencia de las demás articulaciones en que
sus superficies articulares no están cubiertas por cartílago hialino; están cubiertan por
una capa de tejido fibrocartilaginoso, capaz de soportar presión (lo que explica por qué
es avascular). Tampoco presenta inervación, lo que indica que es un tejido que se adapta
bien a las compresiones. El techo de la cavidad glenoidea temporal es muy delgado, por
lo que esta zona no resiste la presión, y que el cóndilo no se articula en él. El
fibrocartílago que tapiza el vientre posterior de la eminencia articular es duro y firme;
éste representa el tejido fibroso adaptado a las presiones funcionales de la articulación
temporomandibular. Cóndilo mandibular El cóndilo mandibular tiene cabeza y cuello.
La cabeza es convexa en todos sentidos, especialmente en sentido anteroposterior. Su
superficie superior es la que articula con el temporal. Su eje longitudinal es
perpendicular a la rama mandibular. Cavidad glenoidea La porción temporal de la ATM
está compuesta por la parte escamosa de dicho hueso, que tiene una cavidad en la parte
posterior y una eminencia articular, en la anterior. La cavidad glenoidea es cóncava
tanto en sentido transversal como en sentido anteroposterior, mientras que le eminencia
articular es cóncava en ambos sentidos. Desde el punto de vista funcional, la cavidad
mandibular o glenoidea, solo sirve de receptáculo para el cóndilo.
La parte superior está constituida por la superficie cóncava superior del menisco
interarticular y el cóndilo de la mandíbula. Funcionalmente, las articulaciones en
general tienen superficies correspondientes (cóncavo-convexas) pero es posible
observar que en la ATM esta correspondencia no existe ya que el cóndilo mandibular,
que es convexo en todos sentidos, se relaciona con la eminencia articular que es
convexa también en dos sentidos. Es por esta razón que se hace imprescindible la
presencia de un disco interarticular que haga congruentes ambas superficies, el menisco.
De esta forma, el menisco, además de dividir la ATM en una porción superior y otra
inferior, crea superficies de manera que hace congruente la articulación (así, la
eminencia articular y el cóndilo mandibular se relacionan con las respectivas caras del
menisco). Eminencia articular La eminencia articular es el tubérculo del hueso temporal
que forma el límite anterior de la cavidad glenoidea; es convexa en sentido
anteroposterior.
El cóndilo mandibular y el menisco se mueven delante de la eminencia articular cuando
la apertura bucal es normal. Su forma previene la luxación y la subluxación de la ATM.
Menisco interarticular El menisco es una placa oval de fibrocartílago que divide la
ATM en una mitad superior y otra inferior. En su parte central es más delgado que en
sus márgenes, donde el tejido fibroso es más denso (lo que indica que esta es una zona
donde se aplica presión). La parte central del menisco está entre las superficies
articulares que soportan presión en la articulación (cabeza del cóndilo y la eminencia
articular), siendo esta parte avascular y sin inervación. El disco se inserta en los bordes
laterales rugosos del cóndilo y de la superficie posterior de la eminencia.
Esta inserción es independiente de la cápsula, permitiendo que el menisco se mueva
junto con el cóndilo. Hacia atrás, el menisco es más blando y se continua con una zona
de tejido laxo vascularizado llamado almohadilla retrodiscal. Por delante, el menisco se
conecta con la cápsula, en el punto donde las fibras del haz superior del músculo
pterigoideo externo se insertan a través de la cápsula, en su borde anterior.
Básicamente, el menisco estabiliza al cóndilo en reposo, nivelando las superficies
dispares del cóndilo y la cavidad glenoidea. Actúa también como amortiguador de de
presión en las áreas de contacto de la articulación, en los movimientos de deslizamiento
cuando el cóndilo se mueve. También, el menisco ayuda a evitar el desgaste que se
produce en los movimientos de translación (rodamiento y deslizamiento) de las
superficies articulares de la ATM. Otra función que cumple el menisco es la de regular
los movimientos condilares, ya que las partes anterior y posterior contienen
terminaciones nerviosas libres llamadas corpúsculos de Ruffini (sensibles al dolor). Por
último, el menisco también desempeña un papel en la lubricación le la ATM.
En la ATM normal, el menisco se mueve hacia delante, en armonía con el cóndilo.
Cápsula articular La cápsula articular de la ATM es una cápsula fibrosa que se inserta
en el temporal (en la parte media y lateral de la cavidad glenoidea llegando hasta la
eminencia articular) y en la mandíbula (cuello del cóndilo). La cápsula es laxa en su
parte anterior media y posterior, pero lateralmente está reforzada por el ligamento
temporomandibular, que la tensa.
La membrana sinovial tapiza la cápsula de la ATM y los bordes del menisco y es
abundante en los sectores vascularizados e inervados de de la superficie superior e
inferior de la almohadilla retrodiscal. Las regiones que soportan presión en la
articulación no están cubiertas por sinovial; éstas son las superficies articulantes; en
especial, el vientre posterior de la eminencia articular, las superficies articulantes del
cóndilo y las áreas del menisco que soportan presión.
Ligamentos de la ATM
Ligamento temporomandibular: Es el medio de unión más importante y se dispone por
fuera de la cápsula fibrosa, insertándose por encima de la tuberosidad zigomática para
terminar en la cara posterointerna del cuello del cóndilo mandibular. Se considera como
ligamento colateral, ya que sus fibras están orientadas de tal manera que, en todo
movimiento mandibular, siempre se mantiene en un estado intermedio entre tenso y
relajado, por lo que este ligamento no restringe el movimiento de la ATM, dando
estabilidad a la articulación.
Ligamento esfenomandibular: Es una banda de tejido fibroso que une las apófisis
pterigoides del esfenoides con la mandíbula por su parte interna.
Ligamento estilomandibular: Es una banda fibrosa que une la apófisis estiloides del
temporal con la mandíbula, bajo la inserción del ligamento esfenomandibular.
Los dos últimos ligamentos son considerados accesorios por naturaleza, ya que no
tienen función aparente ni influencia sobre la ATM; sin embargo, se dice que el
ligamento esfenomandibular tiene mucha relación con el movimiento de la articulación.
Consideraciones funcionales de la ATM Esta articulación es sinovial bicondílea, pero se
comporta como una articulación de encaje reciproco, cuando el cóndilo está en la
cavidad glenoidea. Un movimiento como la apertura bucal implica que el cóndilo salga
de la cavidad articular relacionándose con la eminencia articular.
Además, el menisco desempaña un papel fundamental en el movimiento de las
articulaciones, ya que divide la articulación en dos compartimientos: uno suprameniscal
o temporal y otro inframeniscal o mandibular. Así, cada superficie que compone la
ATM tiene un papel en el movimiento de la articulación: la vertiente posterior de la
eminencia articular regula el ángulo de desplazamiento de la mandíbula, ya que esta por
medio del cóndilo, debe deslizarse por ella cuando sale de la cavidad glenoidea en los
movimientos mandibulares amplios (por esta razón el vientre posterior de la eminencia
también es llamado guía mandibular).
Cuando la mandíbula se mueve hacia delante, los incisivos inferiores chocan con la cara
posterior de los incisivos superiores, de manera que, para continuar el movimiento, la
mandíbula debe desplazarse hacia abajo y adelante con una cierta inclinación. Esta
inclinación es llamada guía incisiva. Lo importante de estas dos guías, es que ambas
tienen casi siempre el mismo grado de inclinación, por lo que el movimiento debe ser
paralelo entre las guías. Según señala Martín Granizo, el ser humano puede realizar
movimientos de apertura y cierre, lateralidad o diducción, protrusión y retrusión
mandibular. Es una articulación simétrica con dos grados de libertad de movimiento
(diartrosis); funcionalmente serían dos enartrosis que ven sacrificada parte de su
movilidad en beneficio recíproco y de las articulaciones interdentarias.
Durante la apertura de la cavidad oral se realiza un movimiento inicial de rotación
condilar sobre su eje mayor transversal (eje bisagra), permitiendo a éste una apertura de
unos 25 mm., que se produce en el compartimento inferior; después se produce una
traslación condilar hacia adelante (movimiento de Bonwill), acompañado por el
menisco articular, y que es responsable de la apertura hasta los 45 mm., en el
compartimiento superior.
Además, el cóndilo sufre un movimiento de descenso debido a la inclinación de la fosa
articular (movimiento de Walker). A partir de esta apertura, el cóndilo se subluxa
anteriormente bajo la protuberancia articular. Oclusalmente se produce una desoclusión
posterior (fenómeno de Christensen). El músculo pterigoideo externo tiene dos
fascículos que funcionan de manera independiente: el inferior durante la apertura,
protrusión y lateralidad, y el superior es activo durante el cierre bucal y la elevación
mandibular. El músculo temporal participa en el cierre y retrusión.
El masetero tiene dos fascículos: el profundo, que interviene en el cierre, la retrusión y
lateralidad contrayéndose unilateralmente; y el superficial, que participa en la
protrusión, el cierre y la lateralidad en el lado contrario al profundo. El pterigoideo
medial es similar al masetero. Los movimientos de lateralidad se producen por una
rotación alrededor de un eje vertical que pasa por un cóndilo. Éstos son: el del lado
hacia el cual se desplaza el mentón, llamado cóndilo rotacional o activo, y el
contralateral (traslatorio, de no trabajo o balanceo). Estos movimientos se producen en
el espacio articular inferior.
Consideraciones semiológicas
Se debe realizar una adecuada anamnesis del paciente. En ella se consignan todos los
síntomas que le aquejan y se completa la historia clínica con una exhaustiva inspección
morfofuncional, analizando las características morfológicas y funcionales de la boca del
paciente, para descubrir la causa que ha producido la disfunción cóndilo mandibular, la
cual suele ser dolorosa a la palpación de la o las ATM al abrir y cerrar la boca; en el
compromiso Articular no duelen las ATM a la palpación.
Patología de la ATM
La patología de la articulación temporomandibular (ATM), es similar a la de cualquier
otra articulación del organismo, incluyendo anomalías congénitas y del desarrollo,
traumatismos, artritis y neoplasias, que afectan al 25-50% de la población. Además, al
tener en su interior un disco articular, puede encontrarse patología relacionada con él,
como el síndrome de disfunción temporomandibular (SDTM), perforaciones y bloqueos
meniscales. Un aspecto fundamental es que la ATM se deteriora mucho más rápido que
otras articulaciones de nuestro organismo, ya que, a los 30 años, inicia su declive,
apareciendo o manifestándose diferentes trastornos o disfunciones.
Las alteraciones patológicas de la ATM adquirieron importancia a principios de 1930, y
el síndrome de Costen en honor a su descubridor fue difundido ampliamente en 1934.
Posteriormente, en las dos décadas siguientes se produjeron un sin fin de apreciaciones
y discusiones sobre el tema y no fue sino hasta la época en que Schwartz utilizó el
término de síndrome dolor disfunción de la ATM, cuando tomó la denominación que
hasta ahora conocemos. Fundamentalmente la patología relacionada con problemas
funcionales de la ATM afecta necesariamente los músculos que mueven la mandíbula
(músculos masticatorios).
Los trastornos de la ATM se extienden a problemas relativos a articulaciones y
músculos que la circundan. A menudo, la causa del trastorno de la ATM es una
combinación de tensión muscular y problemas anatómicos dentro de las articulaciones,
que se reflejan a través de los nervios que inervan la zona facial produciendo un
malestar reflejo de tipo sensitivo. Es así como podemos encontrar luxaciones, artrosis,
anquilosis y fracturas, entre otras. Con la introducción de nuevos métodos diagnósticos
como la resonancia magnética (RM), la tomografía computarizada (TAC) y la
gammagrafía ósea, se ha mejorado la capacidad diagnóstica de la patología articular. A
su vez, el manejo terapéutico de la patología de la ATM se ha convertido en
multidisciplinar, interviniendo médicos, odontólogos, fisioterapeutas y cirujanos
maxilofaciales.[ CITATION Bla11 \l 10250 ]
ANOMALÍAS CONGÉNITAS
Las alteraciones congénitas afectan no sólo la cavidad bucal, lengua, los maxilares si no
que tienen una amplia gama de patologías colindantes, dependiendo de estas será su
calidad de vida.
SINDROME DE CROUZON
EPIDEMIOLOGIA
Las craneosinostosis tienen una incidencia en la población general de 1 por cada 2.000 a
2.500 recién nacidos vivos, en cambio el síndrome de Crouzon se reporta en 1 caso por
cada 25.000 nacimientos, de los cuales, a pesar de ser una patología autosómica
dominante, el 30-60 % son casos esporádicos, por neomutaciones, sin historia familiar,
tal como lo indican autores como Howl y Krause & Buchanan que han reportado
craneosinostosis esporádicas no genéricas de origen ambiental o multifactorial.
ETIOLOGIA
El origen de este síndrome recae en una mutación del gen responsable por la
codificación de los receptores del factor de crecimiento fibroblástico tipo 3
(FGFR3, fibroblast groth factor receptor), localizado en el brazo largo del cromosoma
10. Esta mutación normalmente se transmite de forma mendeliana, tanto del padre como
de la madre, de modo que en cada embarazo la pareja tiene un 50% de probabilidad de
tener un hijo sano y un 50% de probabilidad de tener un hijo con la afección, no
obstante investigaciones recientes han relacionado la edad avanzada del padre con la
aparición de este síndrome.
CARATERISTICAS CLINICAS
Alteraciones craneofaciales
Durante los primeros meses de vida las características faciales pueden ser poco notorias,
haciéndose evidentes a partir del primer año, por lo que a la inspección se busca la
fusión precoz de una o varias suturas craneales, siendo en orden de afección: sagital
(40-60% de los casos), coronal (20-30% de los casos) y sutura metópica (menos del
10% de los casos) de modo que se produce una reducción de las fosas craneales
anterior, media y posterior que resultan trasladadas y que provocan desplazamiento de
las estructuras cerebrales, debido a esto, aumenta la presión craneana y se puede
producir retraso mental en distintos grados o no generar problemas a este nivel.
Alteraciones estomatológicas
Por otro lado, el síndrome de Crouzon puede producir otras alteraciones, como fusión
progresiva de las vértebras segunda, tercera, quinta y sexta cervicales (C2-C3-C5-C6),
hidrocefalia (con sus consiguientes efectos neurológicos), seno dural y subluxación de
las cabezas radiales.
DIAGNOSTICO RADIOLOGICO
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Otros síndromes muy parecidos al de Crouzon son los de Apert, Pfeiffer y disostosis
cleidocraneal, asimismo el síndrome de Apert es el que más similitud tiene, debido a
que comparten muchos signos clínicos, de los cuales en el campo odontológico se
destacan: hipoplasia maxilar, asimetría facial, cara plana, mandíbula
prominente, maloclusión Clase III, paladar ojival (generalmente fisurado), apiñamiento
dental, retardo en la erupción, anomalías dentarias e hiperplasia gingival.
PRONOSTICO
TRATAMIENTO
Tratamiento quirúrgico
Los autores Seeger & Gabrielsen, indican que las craneotomías deben involucrar otras
suturas como la frontoesfenoidal para lograr una forma facial satisfactoria, del mismo
modo Coccaro & cols. sugieren extender la craneotomía hasta la sutura
esfenocigomática debido a que esta operación mejora la longitud de la base anterior del
cráneo y el patrón de crecimiento maxilar.
Con respecto a estructuras lesionadas como el paladar o los ojos, se puede tratar el
exoftalmos, el prognatismo y el paladar hendido con un cirugía maxilofacial, no
obstante, las últimas dos patologías requieren de tratamiento ortondóntico.4 En algunos
casos durante la pubertad del paciente, es necesario planificar una cirugía maxilofacial y
ortognática, para corregir la hipoplasia media facial, porque al avanzar el tercio medio
de la cara se incrementa el volumen intracraneal e intraorbitario y se mejora aún más la
apariencia facial.
Tratamiento ortodóntico
Generalmente en la adolescencia se elige este tipo de operaciones que corregirá sobre
todo el tercio inferior de la cara, para ello se programará el plan de tratamiento que
variará según la gravedad de cada caso, mismo que puede incluir cirugía ortognática u
ortodoncia correctiva, por lo que para ello se planifica exámenes básicos como:
Radiografías periapicales.
Radiografías panorámicas.
Análisis de modelos
Es menester recalcar que el genetista se debe reunir con la familia para ver si la
condición corre en la misma, por lo que se realizarán una serie de pruebas sanguíneas y
laboratoriales para poder obtener datos relevantes que puedan repercutir en la salud de
los próximos integrantes de la familia.
SÍNDROME DE DOWN
Estatura baja.
Cuello corto.
Orejas pequeñas.
Iris con manchas de Brushfield, que son unas manchas blanquecinas que se
encuentran colocadas de forma concéntrica en el iris del ojo.
Trastornos oftalmológicos.
Pérdidas auditivas.
DIAGNÓSTICO
Amniocentesis
La técnica más frecuentemente utilizada para la obtención de material genético fetal es
la Amniocentesis. Esta técnica se empezó a generalizar en la década de los 60, y
consiste en la punción ecoguiada de la cavidad amniótica por vía abdominal. Se
consigue así una muestra de líquido amniótico, de donde es posible obtener células
fetales para su estudio. Debe realizarse preferentemente entre las semanas 14 a 17 del
embarazo. Es una técnica relativamente inocua y poco molesta, pero comporta un riesgo
del 1-2% de aborto, lesión fetal, o infección materna.
TRATAMIENTO
Las personas con Síndrome de Down, más allá de sus diferencias individuales, poseen
algunas de estas características:
Cuando éste es demasiado protector, los chicos y chicas tienden (al igual que ocurriría
en una persona sin SD) a dejarse llevar, descubriendo escasamente sus potencialidades.
Los contextos estimulantes ayudan a que se generen conductas de superación que
impulsan el desarrollo de la inteligencia. Como consecuencia, es imposible determinar
los trabajos y desempeños que pueden conseguir durante la vida adulta. Potenciar sus
iniciativas y romper con los planteamientos estáticos que históricamente les han
perseguido son compromisos sociales ineludibles que las sociedades actuales deben
atender. [ CITATION Bas08 \l 10250 ]
SÍNDROME DE APERT
DESCRIPCIÓN ANATÓMICA
La descripción anatómica detallada en la mayoría de los casos basta para dar una
impresión diagnóstica que en raras ocasiones se descarta si se es observador y acucioso.
Por lo general se sospecha de SA al nacimiento, aunque un buen ultrasonografista
podría sospecharlo in utero. Comenzaremos por describir las anormalidades
dermatológicas habituales, entre las que se citan la hiperhidrosis, uñas dismórficas y
sinoniquia, acné moderado a severo; con frecuencia se observan infecciones por
Candida. Se han llegado a reportar hipopigmentación e hiperqueratosis.
En la lengua se encuentran tumores que por lo regular son hematomas y otros debido al
acúmulo de mucopolisacáridos. Es muy característico hallar alteraciones dentales como
dientes impactados, retraso en la erupción, erupción ectópica, dientes supernumerarios,
pérdida prematura de piezas, alta prevalencia de caries e hipertrofia gingival.
Oftalmológicamente, es común la hipoplasia del nervio óptico, hipertelorismo y
exoftalmia.
La craneosinostosis frontolamboidea es la más comúnmente encontrada en los pacientes
con SA, lo que produce un acortamiento asimétrico anteroposterior del cráneo y limita
el crecimiento y desarrollo cerebral.
DETECCIÓN
TRATAMIENTO
Tratamiento conservador
No debemos olvidar que el manejo inicial del SPR, en primera instancia, debe orientarse
hacia los problemas de la vía aérea y a establecer una adecuada nutrición. Un punto
importante a tener en cuenta es que la formación de la familia es fundamental para tener
éxito durante todas las etapas del tratamiento.
Manejo de la vía aérea
En general, el manejo de la vía aérea de la gran mayoría de los pacientes con SPR se
realiza de manera conservadora mediante la posición decúbito prono o ventral. Dicho
manejo postural mantiene por gravedad la lengua en una posición más anterior,
facilitando la respiración, lo que se muestra en la monitorización continua por la
inexistencia de desaturaciones importantes. En algunos pacientes, el manejo posicional
no logra aliviar su obstrucción, presentando episodios frecuentes de apneas e
hipoapneas obstructivas con caída de la saturación de oxígeno a niveles críticos.
En consecuencia, deben ser manejados con procedimientos destinados a estabilizar la
vía aérea superior, utilizando en su gran mayoría la intubación endotraqueal. La
intubación traqueal fallida es una causa importante de morbilidad y mortalidad, ya que
es difícil manejar la vía aérea por el tamaño de la lengua en relación a la mandíbula,
desplazándose posteriormente e impidiendo la alineación de los ejes laríngeo, faríngeo y
oral durante la laringoscopia directa y la apertura glótica no se puede visualizar.
Por ello se ha recomendado en pacientes con SPR la intubación traqueal asistida con
fibroscopio flexible. Otros autores recomiendan la inserción de la vía aérea
nasofaríngea, cuando es posible, evitando la obstrucción ocasionada por el
desplazamiento posterior de la lengua, ya que propulsa la lengua hacia delante y
permeabiliza la vía aérea.
Se pueda administrar oxígeno y anestésico inhalado durante el procedimiento, lo que
mantiene la oxigenación y una profundidad anestésica adecuada, utilizándose como
tratamiento de la vía aérea de forma ambulatoria. La principal desventaja de este
método es que no se puede ventilar manualmente al paciente y, en caso de ser necesario,
se debe retirar el tubo nasofaríngeo y ventilar con mascarilla facial estándar. En la
investigación técnica que se lleva a cabo, se ha desarrollado un adaptador de acrílico a
la nariz para sostener la intubación nasofaríngea y evitar que el niño la retire.
Otro procedimiento terapéutico que se contempla es
la glosopexia, la cual fija la lengua al labio inferior o
incluso a la mandíbula para que la tracción anterior
mejore la obstrucción de la vía aérea y se usa durante
el primer año de vida.
Alteraciones Inflamatorias
Los procesos inflamatorios agudos o crónicos pueden estar relacionados a presencia de
microorganismos, traumas o dientes desvitalizados.
Pulpitis
La pulpitis es la inflamación de la
pulpa dentaria producida por caries sin
tratar, traumatismos o múltiples
arreglos. Su síntoma principal es el
dolor. El diagnóstico se basa en los
hallazgos clínicos y en los resultados
de la radiografía y las pruebas de
vitalidad pulpar. El tratamiento
implica la eliminación del tejido
necrótico, la curación del tejido dental dañado y, a veces, la realización de un
tratamiento de conducto o la extracción del diente.
La pulpitis puede producirse cuando:
Las caries progresan hacia la dentina
Un diente requiere varios procedimientos invasivos
Los traumatismos destruyen los linfáticos y la irrigación de la pulpa
La pulpitis se designa como:
Reversible: la pulpitis comienza como una inflamación limitada, y el diente puede
salvarse con un simple arreglo.
Irreversible: cuando el edema dentro de la cavidad cerrada de la dentina compromete
la circulación, haciendo que la pulpa se necrose y se predisponga a la infección.
Pulpitis indolora: La pulpitis indolora es una respuesta inflamatoria del tejido
conjuntivo culpar a un irritante. En este caso se observa una hiperactividad de las
fuerzas proliferativas que tiene un papel dominante no produce dolor debido a la escasa
actividad inflamatoria exudativa y a la consiguiente disminución de la presión intra
culpar por debajo del umbral de los receptores para el dolor. la pulpitis indolora abarca
los siguientes trastornos:
Pulpitis crónica forma un serosa o abierta: Se trata de una inflamación crónica de la
pulpa sometida a una exposición cariosa y se caracteriza por la formación de un acceso
en el de exposición. La inflamación crónica puede ser parcial o total dependiendo de la
extensión del tejido culpa afectado.
Pulpitis crónica forma cerrada: Ausencia de lesión cariosa: puede ser secundaria a
una intervención operatoria un traumatismo o una lesión periodontal que se extiende
apicalmente dependiendo de la intensidad y la duración del factor irritante la pulpitis
puede ser crónica desde un primer momento hacerse crónica tras la remisión de las
respuestas exudativas.
Pulpitis crónica forma hiperplásica: Esta inflamación crónica de la culpa sometida
una exposición cariosa se caracteriza por una proliferación de tejido granulomatoso
dentro de la cavidad cariosa.
Complicaciones
Las secuelas infecciosas de la pulpitis incluyen la periodontitis apical, el absceso
periapical, la celulitis y (raramente) la osteomielitis de la mandíbula. La diseminación
desde los dientes maxilares puede producir sinusitis purulenta, meningitis, absceso
cerebral, celulitis orbitaria y trombosis de los senos cavernosos.
La diseminación desde los dientes mandibulares puede producir una angina de Ludwig,
abscesos parafaríngeos, mediastinitis, pericarditis, empiema y tromboflebitis yugular.
Signos y síntomas
En la pulpitis reversible, el dolor aparece cuando se aplica un estímulo en el diente (en
general, frío o dulce). Una vez retirado el estímulo, el dolor cesa en 1 o 2 segundos.
En la pulpitis irreversible, el dolor aparece espontáneamente o dura unos minutos
después de que el estímulo (en general calor, con menor frecuencia frío) se ha
eliminado. Un paciente puede tener dificultades en localizar el diente en el cual se
origina el dolor, hasta confundir los arcos maxilar y mandibular (pero no los lados
izquierdo y derecho de la boca). Luego, el dolor puede cesar por varios días debido a la
necrosis de la pulpa.
Cuando la necrosis pulpar se ha completado, la pulpa ya no responde al calor o al frío,
pero suele responder a la percusión. A medida que progresa la infección y se extiende a
través del foramen apical, el diente se vuelve exquisitamente sensible a la presión o la
percusión. Un absceso periapical (dentoalveolar) eleva el diente de su alvéolo y la pieza
dental se siente "más alta" cuando el paciente muerde.
Diagnóstico
Evaluación clínica
A veces, radiografías dentales
El diagnóstico se basa en los antecedentes y el examen físico, que hace uso de un
estímulo (aplicación de calor, frío y/o percusión). Los dentistas también pueden utilizar
un probador pulpar eléctrico, que indica si la pulpa está viva, pero no si está sana. Si el
paciente siente la pequeña carga eléctrica entregada al diente, la pulpa está viva.
Los rayos X determinan si la inflamación se ha extendido más allá del ápice del diente y
ayudan a excluir otras enfermedades.
Tratamiento
Perforación y obturación en la pulpitis reversible
Tratamiento de conducto y corona o extracción en la pulpitis irreversible
Antibióticos (p. ej., amoxicilina) para la infección
En la pulpitis reversible, la vitalidad de la pulpa puede conservarse si se trata el diente,
mediante la curación de la caries.
La pulpitis irreversible, y sus secuelas requieren tratamiento endodóntico (tratamiento
de conducto) o extracción. En el tratamiento endodóntico, se realiza una abertura en el
diente y se extrae la pulpa. El conducto radicular se desbrida, se lima y se rellena con
gutapercha. Después de tratar el conducto, la curación se manifiesta clínicamente por la
resolución de los síntomas y radiográficamente por una imagen radiolúcida en el área de
la raíz en un período de meses. Si el paciente tiene síntomas sistémicos de infección (p.
ej., fiebre), se indican antibióticos orales (amoxicilina 500 mg cada 8 hs; para los
pacientes alérgicos a la penicilina, clindamicina 150 mg o 300 mg cada 6 horas). Si los
síntomas persisten o empeoran, en general se repite el tratamiento del conducto si quedó
omitida una raíz, pero deben considerarse diagnósticos alternativos (p. ej., trastorno
temporomandibular, fractura dental oculta, trastornos neurológicos).
Rara vez, después de usar un perforador o una turbina de aire comprimido en un diente
para un tratamiento de conducto o una extracción, puede aparecer un enfisema
subcutáneo o mediastínico. Estos dispositivos fuerzan aire hacia los tejidos alrededor
del alvéolo dentario y disecan los planos fasciales. La aparición de una hinchazón aguda
de la mandíbula o el cuello con crépito característico de la piel a la palpación es
diagnóstica. En general, no se requiere tratamiento, aunque a veces se administra
profilaxis antibiótica.[ CITATION Alv12 \l 10250 ]
Absceso periapical
Este es el más confuso, ya que comparte la
mayoría o todos los síntomas de un absceso
periodontal agudo. Radiográficamente,
aparece como una zona radiolúcida en el
ápice del diente afectado. Sin embargo, en
un absceso periapical recién formado
podrán no existir cambios radiográficos
evidentes. La falta de vitalidad pulpar y la
presencia de lesiones cariosas profundas, obturaciones profundas y coronas son útiles
cuando se sospecha de un absceso periapical, pero no son específicas para este
trastorno. El dolor a la palpación del tejido blando en el ápice del diente puede ser una
evidencia de infección periapical. El absceso periodontal casi siempre se presenta en un
saco preexistente. El sondeo identificará una comunicación entre el margen gingival y el
área del absceso. El dolor en sí, podrá ser el síntoma más útil para diferenciar entre un
absceso periapical y un periodontal. En un absceso periapical el dolor es agudo,
intermitente, grave y difuso. El paciente será incapaz de localizar el diente afectado. Por
otra parte, en un absceso periodontal el dolor es sordo, constante y menos grave pero
localizado.
Osteomielitis
En el caso particular de la boca los
microorganismos generalmente involucrados
son los estafilococos, estrep-tococos, aunque
puede asociarse también con Actinomyces
israelii.
Diagnóstico
d) Biopsia: es recomendable tomar muestra para biopsia en todos los casos que se
sospeche la OM, pues el resultado de la misma es concluyente.
f) Hematopoyéticas:
Leucocitos: puede haber una desviación a la derecha o a la izquierda, lo que indica que
la resistencia del huésped está disminuida.
Tratamiento
La historia del tratamiento de esta afección está llena de frustraciones, lo cual puede
deberse a la naturaleza inherente de la lesión ósea. Carrell, a finales del siglo xix
practicó un método por el cual se introducían finos tubos en la herida luego de la
escisión de sustancias necróticas, con irrigación intermitente de hipoclorito de
sodio. Grase y Bruson, entre 1947 y 1950, introdujeron un tubo en forma de T o catéter
en la cavidad y aplicaban penicilina cada 4 horas. Los antibióticos han venido a resolver
un gran problema.
Angina de Ludwing
La angina de Ludwig fue descrita hacia 1836 por el médico Wilhelm Friedrich von Ludwig,
nacido en Alemania, que por su genialidad llegó a ser médico personal del rey Frederick I de
Wurttemberg y de la familia real. Al describir la enfermedad fue tan preciso que, incluso, hoy
se dice que nadie la ha descrito tan perfectamente. Se desconocía la causa bacteriana de la
enfermedad, por lo tanto, Ludwig nunca la relacionó con una infección y menos odontogénica.
Dos años después de describir la enfermedad Ludwig muere, aparentemente por una
enfermedad inflamatoria en el cuello. Suele asociarse con la presencia de algunas
enfermedades como anemia aplástica, neutropenia, inmunodeficiencias, diabetes o a
condiciones como alcoholismo desnutrición y trasplante de órganos.
Diagnostico
El diagnóstico de esta entidad es eminentemente clínico y, por lo tanto, el médico debe estar
alerta, ya que el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno resultan de vital importancia
para asegurar la vida del paciente. Las infecciones de tejido blando de origen ontogénico
tienden a diseminarse a lo largo de los planos de menor resistencia, desde la estructura de
sostén del diente afectado hasta distintos espacios virtuales de la vecindad, pudiendo, incluso,
perforar el hueso y extenderse a espacios aponeuróticos profundos. Posteriormente a la
destrucción ósea, se produce el despegamiento del periostio y la formación de un absceso
subperióstico palpable, a la altura del ápice dentario involucrado.
Tratamiento
Tratamiento antibiótico
Tratamiento quirúrgico
La angina de Ludwid es un proceso infeccioso grave que se extiende por el suelo de la boca y
cuello, y puede comprometer la vida del paciente debido a la progresiva oclusión de la vía
aérea, lo que trae como consecuencia colapso de la misma siendo la traqueotomía el
tratamiento de elección. Sin embargo, esta puede ser muy difícil debido al masivo edema
cervical y a la distorsión de los tejidos. Se pueden evitar técnicas quirúrgicas para asegurar la
vía aérea en este tipo de pacientes al poder realizar una maniobra de intubación cuidadosa o
avanzada a través de técnicas retrógradas, con fibras ópticas, con el paciente despierto o con
el uso de equipos avanzados, sin embargo, el uso de esteroides como metilprednisolona,
dexametasona o hidrocortisona ayudarán a disminuir dicho volumen y, de ser necesario,
facilitaría maniobras invasivas.
Está contraindicado el uso de depresores o sedantes que puedan deprimir aún más la
respiración. La descompresión quirúrgica está indicada en abscesos de gran tamaño, o si
después de 48 horas de antibióticos parenterales no se observa mejoría clínica. En abscesos
pequeños, los antibióticos con aspiración con aguja es una alternativa al drenaje quirúrgico; se
cree que el aumento de la perfusión local la disminución de la presión hidrostática o la
introducción de las floras superficiales mucosas o cutáneos los cuales inhiben por competencia
a los patógenos invasores son las hipótesis más aceptadas. Dentro de las complicaciones
potencialmente fatales destacan edema de la glotis, fascitis necrotizante y mediastinitis
descendente necrotizante; esta última tiene una elevada tasa de mortalidad. La técnica
quirúrgica para emplear en drenajes de pacientes con angina de Ludwig debe garantizar el
acceso y la comunicación de los espacios subaponeuróticos involucrados, asegurando el
cambio de microambiente anaerobio a aerobio, y logrando perpetuar esto, con la colocación
de drenes pasivos. [CITATION Cas \l 10250 ]
Bibliografía
Alejandra, R. M. (2013). Acta médica Grupo Angeles, 11(4). Obtenido de
https://www.medigraphic.com/pdfs/actmed/am-2013/am134b.pdf