ecuatoriano. Conocido con los apodos de El Ruiseñor de América y Míster Juramento, Julio Jaramillo es considerado el mejor cantante ecuatoriano de todos los tiempos. Sus canciones, que hablan de amores y desencuentros, calaron profundamente en el público que se reflejaba en ellas. Muchos consideran a este cantante como uno de los símbolos de la identidad nacional. Las melodías que popularizó, entre las que cabe mencionar De cigarro en cigarro, Alma mía, Interrogación, Odio en la sangre, Te odio y te quiero, Carnaval de la vida o Cuando llora mi guitarra, todavía se escuchan en las radios de Latinoamérica. Julio Jaramillo Habiendo perdido a su padre cuando apenas contaba con seis años de edad, su madre trabajó como enfermera para mantenerlo. Julio fue muy enfermizo durante su infancia: padeció bronconeumonía, difteria, disentería, y hasta tuvo un principio de parálisis infantil. Creció escuchando al dúo Guayaquil, a Olimpo Cárdenas, a Carlos Rubira Infante y al dúo Villafuerte, artistas que marcaron una época en la música nacional y que influyeron en su vocación por el canto. Junto con Pepe, su hermano mayor, y contra la voluntad de su madre, comenzó a cantar en casa del músico Toapanta. Realizó sus estudios en la Filantrópica y en una escuela fiscal, bajo la dirección del maestro Lauro Dávila, precisamente autor del pasillo Guayaquil de mis amores. Terminada la primaria, se empleó en una zapatería de calzado para mujer, y luego como barnizador de muebles. A los diecisiete años ya era conocido por su hermosa y cálida voz, y participaba en programas de Radio Cóndor. Con la grabación de su primer disco, Pobre mi madre querida (1954), en dúo con doña Fresia Saavedra, su nombre comenzó a ser conocido. A éste le siguieron el pasillo Esposa (1955), en dúo con Carlos Rubira Infante. El salto a la fama se dio en 1955 con su vals Fatalidad, que fue difundido por todas las radios del Ecuador y por las principales emisoras de otros países. Su consagración internacional llegó con el bolero Nuestro juramento (1957), momento en que realizó varias giras por América Latina: comenzó un peregrinaje por Ecuador, Colombia, Perú, Argentina, Uruguay y Chile. Al regresar a su país, fue detenido y llevado a cumplir el servicio militar. Vuelto a la vida civil en 1960, siguió con su carrera. Participó en la película Romance en Ecuador y en otra rodada en Argentina. En 1965 se radicó en Venezuela, desde donde realizó giras triunfales por México, Puerto Rico y toda América Central. Su última gira internacional tuvo lugar por Estados Unidos y Canadá. Además de haberse casado cinco veces, tuvo hijos con otras mujeres, que llegaron a sumar un total de veintiocho. A su regreso al Ecuador en 1975, cansado, envejecido prematuramente y carcomido por la cirrosis, fue abucheado en una actuación en su ciudad natal porque su voz ya no era la de antes. Después de su muerte, un empresario argentino lanzó al mercado los discos de larga duración que contenían las canciones (muchas de ellas inéditas) que Julio le grababa cuando tenía necesidad de dinero, dando así base al dicho popular de que "el Ruiseñor cantaba mejor después de muerto". Su vida ha sido llevada al cine en el largometraje Nuestro Juramento, rodado en México y Guayaquil, con argumento de su hermano Pepe.