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EDICIONES DE LA BANDA ORIENTAL


Gladys Castel vecchi

EDICIONES DE LA BANDA O RIENTAL


Poetas uruguayos de hoy
©
EDICIONES DE LA BANDA ORIENTAL S.R.L.
Gaboto 1582 - Tel. 4.32.06 - Montevideo
Queda hecho el depósito que marca la ley
impreso en el Uruguay - 1985
A mis hijos
V iuta prtoa
PROLOGO POSIBLE

En el centro del Mar Muerto,


en la bisectriz abisal de lo posible,
brotó un árbol.
De resultas,
los pájaros más furiosos
trasm utaron sus alas en aletas caudales;
un ballenato alborotó de surtidor y plancton
las olas que no había;
erizada la sal de desflecó entre algas,
se em puntilló de espuma;
varias hojas de otoño, mucho am arillilloro
y un persistente ruiseñor
orquestaron volidos;
un niño plegó dos barquitos de papel
con la página de los chistes,
los soltó a navegar
y el Mar Muerto —muerto de risa—
nunca más se murió.
Así empieza esta historia;
con un árbol.
— ¿Y la sem illa padre de ese árbol?
— Siempre queda algo para aclarar,
tem a para otro cuento.

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Buenos y malos
pensamientos
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AVISO

El calendario
se entiende con todo:
el cuerpo y sus almas.
Si algo sobra
—o algo falta—
auxiliarse
con el diccionario.

CALENDARIOS

Bienvenidos los útiles, gentiles,


suscribibles calendarios,
m atándole al tiempo un día por día,
con mesura;
comiéndonos con modales finos,
en pequeños bocados.
Existenciales, comprensivos,
reservan descampados memorables,
catástrofes
o equivalentes simulacros para dotar las lágrimas.
Calendario, cortés arrem etida,
germen grácil de un tiempo no tan tiempo,
que no se tam balea,
que va de fecha en fecha
como pendón maestro de su vuelo,
como segura propuesta divisoria.
O no: mejor un techo.
Eso: un techo contra tanto diluvio.
II
TRANSITO

En el instante mismo de ser parido


recibió cabal inform ación:
dispares biografías
parcelarían su carne.
Le fue perm itido indagar resquicios,
m utación, calicanto.
El aire entró a él,
lo arrancó del absoluto
y olvidó
(la primera mirada ya peldaño de agua en despedida),
olvidó recordarse
bajo el liviano,
conm inatorio peso de su carne.

12
PRIMERO DE ENERO

Limpísimo,
de estreno,
más atildado que una debutante,
más lleno de prisas que el deseo o el hambre,
tem blando de aventura como un juego de niños,
ave de prim er vuelo,
un recién nacido no proclama más hondo su apelación
al aire.
Porque promete todo con su forma no más,
con su prestigio,
con su seguridad de a sola firm a.
Por eso es tan confiable.
Qué pulcra superficie.
Paseando un dedo por su primor intacto
se le enredó en las falanges,
apretándoselas,
un hierbajo del jardín del edén,
momificado y ágil y difunto,
prim o hermano por primeras nupcias
y derecho de estirpe
del primero de enero
de este año.

13
CANTIGA PARA UN RECIEN NACIDO

Para que nadie reniegue la inocencia


el m ar está acercando a la ribera
la nave de los locos.
A hí vienes.
Toda barca es un riesgo
y el mar es su permiso.
Quien suba al barco, entienda.
Ningún náufrago deja huella de pasos.
¿Por dónde los naufragios de los pasos?
Ahí vienes escorando
desde un cordón umbilical a otro.
Ahí vienes.
La nave de los locos —eslora y proa—
y el gobernalle ¿a dónde?
Qué aventura de m iedo...

14
DESCUBRIMIENTOS

He descubierto que soy


m am ífero, om nívoro,
polifacético, unitario
y comestible.
Por un lado hago adioses
a las sombras de los que se fueron,
por el otro estrecho a los que no retengo.
El calendario se inquieta por no serme solidario,
no se aviene a ser bípedo y asim étrico,
se desguaza calculando sus infolios
de pasados futuros.
Se alivia de presentes.
Quién pudiera.

REGALO

Hoy gané mi día.


Puedo —y debo—
regalarm e un olvido.

15
UTILIDAD

Atenta a los hervores del verano,


a las necesidades del paisaje,
a trasm itir las señales de los vientos
por razón de algún nido y de sus pájaros,
sin más empeño
que alabar la lluvia y su fidelidad
a los jardines,
la sem illa pujó,
forzó,
parió su árbol.
SUCEDE

Atención tú y yo, yo,


habitación posible de excesivos fantasmas.
Atención, reposos,
incandescencias como para creer en Dios,
desesperaciones que redoblaron a infinito
antes de humildarse al qué se le ha de hacer,
o al silencio —peor— casi al olvido.
Terrib le, sí, con qué vara medirse.
Por suerte,
las desesperaciones reducidas a docilidad
abren sin misericordia
la puerta de los sueños
y fuerzan y chirrían.
Qué paz entonces llorar con inocencia
lo que ya no se llora.
Porque no debería ser, pero es;
es casi natural que ocurran cosas tales
que peinarse, o calentar el agua
desplacen a codazos de menuda inanidad
a lo trem endo.
Pero sucede.
Sucede que los zigzag del día abundan en pasadizos
por donde la locura se desata en galopes
y tam bién en permisos de inadmisible alivio.
Atención, por tanto,
tú y yo, yo,
novísimos tim oneles de la desmemoria:
la aventura más grande confluye hacia nosotros.
Lo más difícil de recordar son los olvidos.
17
PESADILLAS

V cuando llegan los barcos


traen las calas vacías
y cuando pasa el cartero
esta no es tu avenida
y cuando el mar averigua
los lienzos de la deriva
ni la arenisca en tu rumbo
y cuando el breve breviario
de cada santo por día
ni es tu santo ni es tu día.
Una hilera de cincuenta
calles de una sola acera
tu casa queda en el otro
ángulo del desacierto.
Tres semillas en la mesa
y ninguna brota un niño.

EVIDENCIAS

H
Desde que supo
que el sol era una estrella,
se le borraron
— para siempre —
sus antiguos temores a la noche.

IB
SIGNIFICADOS o

Tan trabajoso como construir una ciudad


o levantar una pared
para alm acenar las tres o cuatro
sustancias de la bruma
es entregar a otro
una historia-niña de pasadizo
y trueno,
liviana, densa, sustantiva
(aquella, por ejemplo,
que equivalía a ruidos am arillos
de modo tan evidente como reno
a los brotes movibles de la escarcha
o techo y sábana
a una idéntica consistencia de refugio).
Tan trabajoso
es perm itirle al alma salir de oscuridades.

19
PROPUESTAS

Es una seria propuesta


a pie callando resbalar hacia el lado de los muertos
sin tim ón y sin ráfagas.
Darle por fin espalda a la derrota,
al fragor, al ocaso,
no velar los hastíos,
no arrim ar lo posible hasta las horas.
Va nada a desconfiar
y circulo cerrado.
Qué plácida tarea
deletrear una Infancia de fantasma.
Y sin embargo
las zanahorias se arrebujan de luz bajo los surcos.
Y sin embargo
el viento redondea las más reales uvas del estío.
Y sin em bargo...

20
LABERINTOS

Durmiendo
solemos transitar predios
de veneno y m aravilla.
Todo es nítido allí
y es fácil reconocerse
víctim a o victim ario.
En la vigilia
solemos transitar predios
de veneno y m aravilla.
Qué d ifícil, entonces,
reconocerse víctim a, victim ario,
o victim ario y víctim a.

21
PELIGROS

Por favor, no,


no se le agregue
más geografía de irrealidad al mapa.
Ya está bien asi
el rio
ajustado con su nombre al dibujo.
Bien va así
responsable de sur a norte
con un meandro acodado
hacia el oeste.
Por favor, no,
no se le ocurra a ningún escolar
perfeccionarle el azul
dem orarle a tracitos minuciosos
la m uerte
al casi ahogado.
Los niños no saben
lo que pueden
los lápices.

22
EL MAR

A los veinte artos


su desesperación era como los siglos:
innavegable.
Playa, m ar, vida, desiertos iguales.
En un crepúsculo de repugnante placidez
eligió el mar para su m uerte.
O lvidó quitarse las gafas,
y asi,
sin buscarlo,
vio tan hondo en el mar
que se murió — sto prisas,
arrugado de perplejidades —
en la deshilacliada historia de sus sábanas
unos sesenta
— y tantos —
años más tarde.

23
UNA CRUELDAD TAN GRANDE
(que se presente el acusado)

Jugábamos a las viejitas.


Ellas eran barquitos de papel
llenos de macachines
aniñando la o rilla del arroyo.
Ellas eran gotas de lluvia
haciéndole cosquillas a los pies de la arena.
Ellas eran el p erfil con sueño
todavía de la aurora.
Me alim entaban con papilla de hierbas,
pan de ayer, pastilla nueva y agua.
Ellas y yo, jugando.
Y yo no me atreví
(porque, adem ás, cómo aceptar
una tal burla,
una crueldad tan grande),
no me atreví a confesarme
que las vi navegando hacia rebozos grises.
Ellas le ajustaban el mantón a la abuelita chocha
y para que no lloriqueara
le pusieron entre las manos una margarita
— de las de "mucho — poquito y nada" —
y le peinaron un moño alto con broche Pato Donald.
Y jugam os.
Ellas y yo, jugábamos.

24
HOY SE ATIENDEN RECLAMOS

— Exponga su desdicha.

— A menudo me pierdo
y se me oblicua el norte.

— Justo reclamo.
Désele un espejismo
o una superstición.
Potencialm ente
son rumbos para el rumbo.

PALABRA DE VERDAD

Venid a mí,
los desconsolados por los desmanes de la aurora
y os consolaré.
Palabra de revelación.
Hordas de dedos pálidos avanzan al poniente
y en llegando
llam aréis sinsabor lo de la aurora.
Palabra de verdad.

25
CONFITEOR

Se indinó ante su hermano


y confesó:
— De dos pecados mayores
de orgullo
soy culpable.
Tras decenios de dolor
anhelé m uerte
y cometí el impudor
de no callárm elo.
Perdón, hermano.
— Tras decenios de dolor
persistí en vivir
y cometí el impudor
de callártelo.
Perdónam elo, hermano.

2b
CERTIFICADOS

Quién con más opinión de sí


quién con más autoría
que este imprevisto con que el alba impone
su ligereza de doncella a viuda.
Quién más certificante
quién más incierto que su costado
qué más breve que su aire.
Cuál artificio puede ser más hábil
o cuál realeza más inhabitada
que esa m entira de decirse
e irse
a dónde
y de continuo.

SOLEDAD

Da miedo
dejar crecer el polvo sobre la mesa,
obligarla a Sahara,
resecarle el oasis.
Da miedo el desasimiento,
renunciar a la amistad de las escobas.
Da vergüenza comprometerlas,
reflejarlas,
sum ergirlas en dos espejos negros.
27
DESPERTARSE

Qué acto desmedido despertarse.


(Lisam ente avanzaba la carroza verde
por una calle no más larga que ella misma
y amagaban verdura los puntos capitales.
Y en la carroza verde
un rostro amigo desconocido como lo cercano,
ni lento ni en apuros,
declarativo en sí.
Orden incompacto, aleación sin demandas.
¿A quién le importaría
en cuántas ruedas andaba la carroza?
Era verde: su razón suficiente
aquel rostro dispuesto a responder
—ya y cómo—
a cosa que llam ara por un rostro.)
Qué despertura seca prepotente.
Atosiga despertarse autor co-autor
trágico de su cuerpo;
atragantarse, desconfiar de las uñas
o del vello del pubis
o del pedazo de uno que despuertó primero;
am ilanarse ante tanta patota asesinando en frío.
(Se empaca una resaca de ruedas lejas
por una vía que no es ya mi sueño).
Siempre es así y por mi culpa siempre:
si no soñara estas porquerías
traidoras verdes que por dónde ahora
no sería
tan desconsiderado desmandado
— ¡y basta ! —
actualizar el mundo mordisqueando
descarrozadas sábanas.
Para peor
con esta facha de cigarra amputada
que esta noche sin falta (ya conozco el gambito)
rodará verde pimpantemente renga.
Asf de indespertables son los sueños,
párpados sin repliegue,
confiables por $f mismos,
encinta de si mismos,
bisagras del que sueña.

EPITAFIO

Un día vado,
un dfa inútil,
un día de m atar tiempo,
un dfa que nos mata.
Trizar ese calendarlo,
ya, de prisa y ya,
no sirve para vivir,
tiene menos fuerza
que una aurora de agonía.
Y si no hay coraje
para desgarrarlo,
vale otra m edida:
enterrarlo, enterrarse.
Ep itafio:
"A quí yace yace una brum a".

29
¿FINAL?

M usitaron
trém ulos:
"su últim o suspiro..."

(No, dolientes,
no un suspiro.
El grito de pavor
de llegar a la Muerte

y no encontrarla).

HACIENDOSE CRUCES

La realidad sobrepasa.
La dinám ica actúa.
La pasividad no preserva
La dialéctica piensa.
Y yo en el medio.
O jalá perdiera la razón
— y tanto —
que la fe me escaldara.

30
PARIDADES

Dio dos cerrojos lo casual


al suelo:
uno desabrochó coraza al verde,
otro crujió ciñéndole sequía.
Dio dos zalemas lo casual
al cielo:
uno el eros sincuerpo de la aurora
y la otra los pases de la luna.
Dio dos puñales lo casual
al hueso:
uno se entrevistó con carne ajena,
otro se interrogó por sus adentros.
Dio dos videncias lo casual
al tiempo.
una era ciega,
la otra no vidente.

LEGADO

Para mi nieta
lo único que me reservé en exclusividad
durante toda mi vida:
el recuerdo de aquel sueño
que me acompañó siempre
y que olvidé al despertar.
31
32
Tratado de la maravilla
ANTES DE TI

Este es
el lugar de antes de ti,
de cuando el sol, el aire,
me aluden me investigan
y ando
encandilada de mundo ni siquiera entrevisto
(como hojeando todavía
aquel diccionario ilustrado de mi infancia
con mapas y con fieras y con piedras preciosas
y banderas
y palabras para decir todas las cosas.
Antes de ti.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

CONTIGO

Nosotros ahora
y en alianza tanta flamante piel
y geografía cálida,
vamos de la noche a la alborada
despabilando estrellas,
alisamos las palabras y las sonrisas,
de lo inmediato retenemos
lo que se dice con los nombres hermosos esenciales
y para correspondemos
ajustamos el tiempo
a este horario en que no nos olvidamos.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

35
PARA ENCONTRARNOS

Para encontrarnos
pronunciamos palabras
y no nos entendemos
porque tú estás hablando de un agua subterránea
y yo estoy esperando verme espejada en ella.
Pero ciño tu cuerpo y tu cuerpo me sigue
y volteo tu sangre de una sola sonrisa
y no queda un rezago de la mirada al párpado
y te es fácil guardarme
vencida en tu sosiego.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

36
EL ROSTRO DE LA MARAVILLA

Ven conmigo
a mirar
el rostro de la maravilla.
Ven conmigo a palpar
su perfil de sonrisas
de ir diciendo que sí
sin preguntarse.
Qué inocente dibujo
qué levitada curva
qué resplandor de encuentros
es un amor haciéndose.
Ven conmigo
ven conmigo
porque sola no puedo
a llorar el rostro
muerto
de la maravilla.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

37
DE AMOR ESTABA HABLANDO

Cuando el prodigio
nutre sus propios resplandores,
las cosas amables ocupan su sitio
con empaque de eternidad,
Las cazuelas, las ropas, las cortinas,
parecen lavadas con dulce permanente agua reciente
y hasta el techo es testigo
del olor a sueño en el abrazo,
del color de alhucema
que halaga los rincones.
Todo es claro y adicto
en este tiempo
que se inscribe en la alegría
y si se piensa el minuto venidero
no se le inventa rostro.
Se le da el del milagro compartido:
de amor estoy hablando
que no hay otro prodigio.
Y como digo
así fue la tristeza.
Atroz como una furia de corderos
o como avance de formaciones tenebrosas
o como estólidas pizarras atestadas
de cifras de carencia.
Hace falta un cuchillo templado en ciego asesinato
hace falta la parábola de un cometa enloquecido
hace falta una astilla de un barco aniquilado
algo así hace falta
algo siniestro
para decir la pena.
De amor estoy hablando
padre de tanta pena.
58
La pena, sí,
El espanto de tristes destrucciones
de cándidas estructuras agobiadas
pedazos indefensos de prodigio
que brillan dulcemente mientras los muele
el pánico.
Lo triste es esta amarga ceniza machacada
que se pega a la piel al alma y a la entraña.
De milagro a fragmento
de fragmento a residuo
de residuo a ceniza.
De amor estaba hablando.
De amor estaba hablando.
Y es triste, sí.
Triste como la intromisión de muerte
que se adivina en la sonrisa de los vivos
cuando por mucho tiempo
se ha contemplado a un muerto.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

39
CORRESPONSALES

Nunca logró la amada


que el amado
le contara su transcurrir, infancia,
adoleceres.
El decía:
mis esponsales, tú,
tus ojos mi fianza.
Se prometieron correspondencia,
soñarse mutuamente,
componer para el otro un diccionario ¡lustrado
del más allá
donde si se imagina es la certeza.
Soñó la amada un pliego,
un cuadernillo-prólogo,
U i pata tarea de amor informativo:

Y luego, en síntesis,
con lealtad de anillo de bodas
ceñido a lo total del esqueleto:

La amada comprendió.

40
CONCLUSIONES

— 1—

Es cierta esta ceniza quejumbrosa


que han dejado los sueños.
No más cierta que el sueño.
Es otro sueño.

— 2 —

No hay afuera después antes ni entonces.


Se sueñan el amor y la ceniza
que también es soñar
pensar la nada.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

41
CASUAL

Un día de amor,
un día de marea alta llamando a la vigilia,
un dia que se apropia aletas de molino con viento
y modifica el aire,
lo imanta, lo aventura.
Un dia de amor así
es cualquier día;
respira desde la atalaya vidente de la médula
y puede ser de noche, o al alba,
o en la espalda del sol,
u oscilar de la sombra a la sombra
sin escapar del brillo.
Lo cierto es que anda envanecido de nacer,
o, pura maravilla,
y que su rica provincia de cantárida y lirio
no revela sus claves
sino al cordero que crece de la leche a la grama,
o a la aurora boreal inaugurándose.

42
M o n s t r u o s y a n tic u e rp o s
CRONICAS DE VIAJEROS (extractos)

CAPITULO 1.° - HABITOS

Ríen como cerdos,


hozan como hienas,
roban en jauría,
aúllan como profanadores,
mastican como lobos,
amaestran hurones,
afilan dagas en los pies más niños.
Son sensuales y lúdicos:
les place regoldar,
olisquear, husmear,
exhibir sus colecciones de falanges,
falanginas, falangetas.

CAPITULO 2 ° - ESTRUCTURA

Diez garras en cada uña,


cien esqueletos — o más —
por cada garra.
Ojos encebados
en causas que nos asombran doblemente.

CAPITULO 3.° - RELIGIOSIDAD

Son místicos.
Sus ídolos y ritos
— en extrañas leyes contra natura —
descienden de norte a sur
y ascienden de sur a norte.
De un río bravo
caen charcos de abominable consistencia
en los que beben ávidos,

45
de rodillas,
hasta que se les quiebra el espinazo
y caen
jamás de cara al cielo.

CAPITULO 4 ° - FINES SOCIALES

La antropofagia
— absolutamente horrible —
de los cuerpos de la verdad.
LOS MISMOS

El verano recrea
su sacrosanto imperio
y los soles de la especie
acondicionan gozo.
Pero
los malditos de la especie
engordan pecados
descerrajan el cántaro de la leche
atornillan mortajas a los mares
desfloran fogosamente
la estrella de la buena nueva:
misión cumplida.
Los malditos de la especie
se refugian
— sin soles —
en lo que creen su refugio
acolchonan y escarapelan abominaciones
y hieden.

47
APRENDIZAJE

Aquí
— con credo y signo —
tenaces contra esta arena movediza.
Aquí
atentos a su escándalo voraz,
a su fabricación de malos sueños.
Aquí
— en legítima defensa —
eficaces como los vegetales
del huerto hacia las mesas.
Aquí credo,
huesos útiles,
tenaces
contra esta arena movediza.


CLARIDAD

Curricular
la araña programa tiralíneas:
palo central, mesana, mastelero y trinquete.
Arte mayor es encelar mil ojos vigilantes.
Y espera. Arañamente espera
el goce final de un vientre azucarado.
La telaraña traspasa la noche
y amanece
clarísimo palanquín del rocío.
La araña no lo entiende
no entiende
no se entiende,
pero ahí está el rocío.

49
FUNCION DE LOS AUGURES

Los augures
trabajan para los asediados,
los hostigados
que necesitan de bs pájaros
algo más que las alas,
más magia que los vuelos.
En verdad
los augures saben
que la mata de hierba es todo el campo;
que el lecho de los enamorados
se duerme en sol y se despierta en soles;
que los planetas beben en conjunto
la misma clara segura anatomía
plural de vegetales y de cuerpos.
En verdad
los augures reverencian el presente
por donde anda
— ardiéndose en zarzales —
el presagio.

50
LABORES
(con amistad, a Jesucristo)

Amasar panes, días.


Panes y peces.
Sin candores la harina.
A cada rato mana
agua de los desiertos.
Hay sal:
basta con encontrarla.
Un pan alto
y doblemente alerta.
El hambre y el deseo de lo bueno,
la pequeña justicia de las horas
reclaman su bocado.
Un pan
como el que habla por primera vez
y confía.
Un pan
como el que oye por primera vez
y confía
Y peces.

51
PERSISTENCIA

“Sobre los ataúdes feroces en acecho"


Miguel Hernández

Esta noche y
esta lluvia negra.

En lo negro el agua empuja


y puja fuerte
lo verde.

52
HOMBRE AL AGUA

Si andas al garete alrededor de nadie


y no aciertas ni el rumbo de tu sombra,
remítete al concepto de espejismo.
Y recuérdalo:
los espejismos no se prodigan en el jardín;
arremeten en el desierto, en el hambre,
en el olvido,
y te engañan el alma
o tal vez la alimentan con el relumbre justo.
Si andas al garete
remítete al concepto de espejismo.
No hay más ola que esa que te ahoga
y esa alianza entre espejismo y ola
— y donde tú no cuentas —
te levanta
— como si algo valieras —
de la nada.
Y te añade una orilla, un primer paso
de manotón de ahogado.
Todo depende de ese primer paso.
La alta historia de los sobrevivientes
que inventaron el día,
se apoya en una cifra,
la más larga del mundo y más exacta:
el cero antes del cero
y suma y sigue.
Y sigue.
RELATO

El refugio final
por donde el alma mantuvo sus querencias
cayó.
No hay más esperas.
No hay más defensas.
Las profecías, mudas.
Presente: las palabras son acto.
Presente: la amenaza una apuesta.
Y el miedo, qué presencia.
Se maldijo el espanto.
Se respetó el espanto.
Se recordó marchando con el río.
El río, qué presencia.
Y entrevio cómo negarle
ganancias al acoso.

COMPROMISO

Es a solas

que se enfrenta uno


a la inocente confianza
de los otros.

54
"RECUERDALO TU..."

Una mujer me contó:


— " Y después me desnudaron
y me ataron frente a frente
a un compañero
desnudo y vendado como yo."
Y agregó, sencillísima:
— "¿Sabes?, me sentí como santificada.
Nunca supe quién era el compañero.”
No tuve qué decir, salvo decirme
que no lo olvidaría.
Cernuda — el español austero
cuyos "lentos ojos no verán más el sur" —
tuvo las palabras:
"Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
cuando asqueados de la bajeza humana,
cuando iracundos de la dureza humana:
este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros".

55
Estas aladas palabras
DESNUDEZ

La palabra
tan monda y tan lironda
y nunca calva.
Y tan de pelo en pecho,
desnuda,
por el tiempo,
averiguando.

59
"...ESTAS ALADAS PALABRAS..."

Hemos dado trabajo de vigilia


a las manos.
Las mandamos esparcir el agua bautismal
para que nazcan las cosas
y sus nombres casuales.
Dormimos
acariciamos la inocencia para hipnotizarla
despertarla
porque nos lloran tantas pieles por el cuerpo.
La primera vigilia habló de castidades.
Los dioses regalan fuego
coincidencias y rocas.
El rayo divino astilló al árbol.
Ya adiestrados
dimos trabajo de vigilia a las manos
El ladrillo delimitó
trasladamos el árbol al establo
bienvenimos al cántaro comunal
le borramos desiertos a la noche
la iniciamos en hechos asombrosos
aunque nos dudan tantos mundos por el cuerpo.
Trabajos de vigilia
creamos cosas — palabras
titubeantes hallazgos y torpezas.
Para ordenar
creamos
cautelamos azarosos sonidos
como a dioses les pedimos milagros.
Creacionamos alado material
como artículo de fe
bajo palabra
que no alcanzan los huesos para umbral de lo ambiguo.

60
"LA POESIA DEBE TENER POR FIN LA VERDAD PRACTICA"

(Agradecimiento a Paul Eluard)

La poesía debe tener por fin la verdad práctica


y no hay verdad más práctica
que el corazón del hombre y su latido.
Es la voz de la vida
su sentido.
Ningún corazón comenzó a latir solo.
Así es de cierto,
cierto.
Recuérdate recostado sobre otro corazón
que te enseñaba cómo estrenar la vida
y compartirla.
Oye latir, latir la persistencia;
aquí se está latiendo de todo en todo,
de uno en todos, que el corazón es eso:
la verdad práctica de la fraternidad,
de derrotar a lo imposible
moliéndolo a latidos,
con la redoblante verdad de la poesía práctica
latiendo y redoblando y redoblando.

61
VOLAR MAS LEJOS

"un sauce de cristal que el viento arquea"


Octavio Paz

Un sauce de cristal que el viento arquea


le presta barlovento a un niño de agua
el sauce juega a niño
el niño a viento
el mundo cambia
y es mucho lo que pasa
si van dos en ascenso por dos aires.

62
COETANEOS - GOETHE y BEETHOVEN

Goethe, caballero fino,


muy Frankfurt, muy Weimar,
bailaba con tan alto estilo
que su pie apoyaba
en la cera, en el brillo,
más que en la madera.
Goethe, poeta muy fino,
hacía reverencias tan caballerescas
que la misma gracia de su corbatín
se sentía molesta.
En su pie el patín
era un besamanos,
era un arabesco.
Y amaba la luz
y la luz lo amaba
como a un madrigal.
Y no hubo cojín
que no le entregara la llave
de su camarín.
Tan universal,
tan clara la mente como un astrolabio,
andaba a caballo.
Nunca rozó el suelo
ni con la puntita de su calcetín,
de seda, por cierto.
Vio tantos paisajes, colinas y valles
y salas de baile.
Anduvo a caballo
y nunca topó con una alimaña.
Tan alto, tan alto
su paso galano, su venablo alado,
que no tuvo oído para la pasión
del sordo de Bonn.
Si conoció a Fausto,
señor de la noche,
y atinó a su sombra,
repitió el clamor:
"Toda la experiencia
y todo el amor y todo el dolor
y toda pasión
y el astro, el abismo;
por guía, la acción."
Era un gran poeta.
Goethe fue coetáneo,
vecino de puerta y oyente
del año sonoro, piojoso y bul lente
de 1700 y 80
más 9.
Y hay que comprender
que andando en baladas con el rey de Thule,
Goethe, tan Frankfurt, tan Weimar,
tan alma de hoguera
no oyera ni viera.
Más luz, pedía Goethe,
no tanto bullicio.
Sin duda que amaba la justicia justa
pero más el orden.
(Lo dijo, lo dijo,
vaya qué acertijo de salón de danza,
qué hombre tan prolijo...)
Se volvió algo sordo:
Fausto le bramaba
"m aldita, sobre todo,
la paciencia",
pero él le hizo mutis
a humanos Walpurgis.
64
Goethe era alma fina,
griega, alejandrina,
tenaz y alemana,
de clave italiana.
Es un gran poeta.
Y en 1800 y 30 y 2
culminó el escaño de su pedestal.
Por bastón, la luz.
La mirada, un mar.
Ninguna paloma confundió su estatua
con un palomar.
Es un gran poeta.
Qué pena
que no viera el vuelo
el confín sin fines
que da el palomar.

65
BEETHOVEN

Ludwig van Beethoven nadó


y no murió
porque se olvidó.
Era descuidado, rabioso, sondo como el viento
y andante y absorto.
Descuidaba todo:
su traje, su peine y su vino.
Atizaba brasas en el corazón.
No montó a caballo,
a no ser a veces el corcel del miedo,
o la grupa densa, de seda calmosa,
de la peregrina que le salta al paso
al que tiene agallas de preñar la muerte
y la abre
y la estalla, feroz de alegría,
hasta la alegría.

66
Muertos nuestros
68
HORA FIJA

Lloro un muerto.
Largamente largamente lloro un muerto.
Al fin las flores lloran por mis ojos
y mis ojos acogen otro muerto
y largamente muy largamente lloran.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

69
TIEMPO EN BATALLA

Tiempo en batalla en batalla en pie


en mural de sangre
cada paso despierta su tiniebla
todo capullo claudica
frutos ocasionales apresuran su término
esta luz se deshace en aire usado
yo quiere decir palabras terribles
como antepasado y descendencia
y el tiempo está lleno de cadáveres
de nacientes de cada día.
Es demasiado.
Y el tiempo estaba lleno de cadáveres
cómo no sentirse culpable
de no morir por otro
de no abreviar destinos con el mío.
El tiempo está lleno de cadáveres
tengo los míos
corriendo a lo largo de mis gritos
es demasiado
demasiada muerte.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

70
MUERTOS MIOS

Os escurrís a mis sueños,


muertos míos,
con vuestro dulce pisar
de ya sin tiempo.
Llegáis livianamente
desde el fieltro silente,
desde la honda placenta acogedora,
desde el envolvente denominador común
de muerto y muerte.
No hay silencios entre yo y vosotros,
porque venís tan enterados
de la alegría oculta, de la congoja dicha,
que ya voy alentando un gozo cómplice
de pensarnos vivientes,
yo de este lado,
vosotros desde el otro.
(Soñar es un misterio
como nacer, como vivir, como morir.
Por eso sólo digo
lo que ya tantas veces he sentido:
soñé un muerto
y un muerto me soñaba.)

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

71
EL PADRE

Por un camino de escarcha,


por la escarcha de un camino
justamente a medio tramo
entre la tierra y el cielo,
por un camino de escarcha
con mi padre de la mano,
con mi infancia de su mano
Me explicaba tantas cosas
de cómo florece el agua
con sólo agitar los dedos,
o que la sombra del árbol
es el bosque de los peces,
o cómo aparece el sol
por sobre el ala de un pájaro.
Me explicaba tantas cosas
mientras huía la escarcha.
Está muerto.
Yo lo llevo.
Dulcemente doy mi mano
a su mano de recuerdo.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

7.2
CARTEANDO

5eñora la mi madre,
doña Braulia González:
qué lindo nombre para milonga criolla
vivió usté, doña Braulia.
Que bien vivió su nombre de paridora fuerte,
de vientre siempre en fruto,
cómo estaba su nombre en sus manos tan fieles,
en los pies afanándose por un lado en la cuna,
por el otro en la máquina de hacer nuevo lo viejo,
déle fuerza y fuerzaza
sin parar, doña Braulia.
Usted ahora sabe,
señora la mi madre,
cómo yo me moría por algo tierno suyo.
Eso que tienen todos: un beso, una caricia.
Aprendí muy de a poco
que su vida de pobre, sus tareas de pobre,
su cocina de pobre, su dignidad de pobre
(me inclino, doña Braulia),
eran todo lo tierno que tenía a su alcance.
Uno aprende despacio.
Aquí la estoy pensando como la vi por años,
su aguja, su dedal,
boca seria, ojos mansos
y el libro que leía
para llorar de tristezas no suyas,
hoy pienso.
Aunque heredé su nombre,
nadie me llamará como a usté, doña Braulia,
y es justo.
Hay que ser mucha cosa para llamarse Braulia.
73
Y en usted había algo
como de agua en cántaro,
como tierra impregnada,
como de hoja silvestre con un secreto adentro,
como de india, vamos.
Siempre me he preguntado
cuántos indios habría sosteniendo su sangre.
A canoa por sus venas, jadeando, y por las mías,
anda un indio, me juego.
Un indio muy formal, tatarabuelo,
muerto de hambre en su río,
codicioso de peces que se escapan, se escurren
(uno de ellos, justamente,
es el que viene a rebullir mi sangre, aún,
de vez en cuando).
Yo le escribo esta carta
nada más de nostalgia.
Bien pocas lunas hace se me asomó en un sueño
y estaba trabajando
sin sacarle ni un poco de reposo
a ésa, su eternidad.
Y quiero aconsejarle que descanse,
señora Doña Braulia.
Deje de acicalarle las alas a los ángeles
o esponjarle blancuras al Espíritu Santo.
(Yo la pienso en un cielo
como usted lo pensaba.
Infierno y Purgatorio,
los vivió en estos pagos).
Y mire que no me olvido que usté era manolarga.
Modérese, mi madre.
Pobre del angelito que andando por su lado
se las pase de diablo.
Porque esto tengo cierto:
donde está usted, hay ángeles.
Como hubo flores en su jardín,
en su quinta verduras
y pasteles caseros en las festividades.
Ternuras, doña Braulia,
ternuras. Se agradecen,
aunque se entiendan tarde.
Y hasta más ver, señora.

75
SI LLORARA
(esto no es un poem a)

Pocas veces coinciden


su nombre con mis lágrimas
y al cabo de los años sé por qué:
si llorara, creería.
Jamás entro al Registro Civil
ni me hace falta.
Sé que allí en un papel sin fallas dice
nació Román Arregui de padre y madre
y con destino infancia
y ningún otro sello, ningún dato.
Sólo una vez tu nombre
para constar la vida.
Doy rodeos para no atravesar la calle
donde juegan
sin peligro
los niños en el parque.
No quiero que me veas, que se te ocurra
que tengo miedo.
Vuela en los patines.
En la calle de los niños no hay más peligro
que el de un árbol llorando por patines.
Y además, ¿a qué yo?,
si la infancia de tus hermanos
es hermana de leche de la tuya
y ahí te andan de guarda y de rodeo
y eso alcanza,
y si no, nada alcanza.
Yo no salgo a la casi noche y grito
Román que se hace tarde.
Si no me contestaras tendría miedo
y me pondría a llorar de desamparo
en el hombro de nadie y no dejaría
de llorar por años.
Tengo miedo del miedo.

No puedo ver un niño de pelo rubio y largo


aleteando en el aire
sin sentir enemiga a la tijera.
Yo sé que el negro Pereira
es tu amigo más íntimo
y que sólo a tu mano confía su dos metros de altura
y sus lágrimas de vino y sus
nunca más Romanato, te lo juro,
Te lo sigue jurando.
Y si recuento cosas como estas
es porque en un calendario con idas y venidas
y venidas,
en algún rlncondto hay que decir
soy madre
y tengo cuatro hijos
Martin,
Alejandro,
Vanlna,
creciéndose en sus días,
Román, un niño Idéntico a sí mismo.
Y si hoy hay frío por mi calendarlo
es que es invierno y es la madrugada
y por descuido
casi se cruzan su nombre con mis lágrimas.
(No,
nada de pábulo a las creencias vanas).

77
MARIO ARREGUI

Día vendrá, Mario Arregui,


en que el paso final de los que amamos
tus previsibles modos,
diluirá la música casual, predestinada
de tu nombre,
su brevísima curva melodiosa:
Marioarregui.
Vengo a saber una vez más
al calendario
puntual en atropellos
y tan deficitario este lenguaje
de decires en "ex"
(ex-amor, ex-brujo de los días).
Lo justo de la vida y su mansalva
nos trueca y nos trasmuta
en "¿qué nos fuimos,
en cuánto nos robamos?"
Ayer — como quien dice nunca —
parece que decidiste
morirte Marioarregui.
En rebelión ante tu frente de Greco afincada a soledades
tu melena enhebrando obstinación y canas
tu nariz de cortesano desdeñoso
domesticada a máscara injustísima,
apedrearon los "ex" sus herramientas pérfidas,
se creció el desacierto,
no asomaron las lágrimas,
el diccionario se quedó sin sílabas
arrinconó vocablos de a dos voces
y numeró los otros, los exactos
que cifran tu coraje de vasco audaz y tímido,
las palabras y asuntos que araste tan paciente
y quedan resguardándote.
78
Sin duda
nos gustaría llorarnos
(y no hay lágrimas,
ex-amor, ex-brujo de los días).
Después sabremos, pasado amor,
— hay tiempo Marioarregui —
cuánto fragor arrimamos — sabiendo y sin saberlo —
hasta el ocaso.

79
PLAZOS

Es de tarde,
es de noche,
es mediodía,
es el tiempo.
Es el tiempo
cercándome en precisiones
como a una esquela fúnebre.
Estaban ardidas de belleza las lágrimas
y aquel brillo
que parecía nacer de la memoria de la entraña
y la sonrisa
que cobijé en el costado más seguro del corazón.
No pude prevenir sus muertes,
mis muertes paulatinas.
(Sólo los niños mueren
con una sola muerte).
Apenas si me queda
el claror de una mañana
retenido entre la carne y el filo de una uña;
y con esto,
nada más que con esto,
comienzo el tránsito que lleva a mi fantasma.
Quiero tener,
siquiera,
un fantasma mañanero,
sin una sola cana
y con dientes blanquísimos,
rientes,
para morder la nada.

(De "No más cierto que el sueño" — 1965)

80
CONCLUSION 3

Una fecha,
un instante,
excede la medida de las horas
como la muerte excede
la medida de una muerte.
Por eso, si ves desfallecer un calendario,
no le creas:
en el centro del Mar Muerto,
en la bisectriz abisal de lo posible,
brotó un árbol.

81
PUNTO FINAL

Soy el Universo.
No existen los cadáveres.

82
CONFIDENCIA

Qué hemos de hacer:


fascina esta tarea de transformar el mundo
(a costa nuestra).

tti
MDICE

Prólogo posible ..................................................................................................... 7

BUENOS Y MALOS PENSAMIENTOS ................................................................. 9


Aviso ................................................................................... 11
Calendarios ................................................................................... 11
Tránsito ..................................................................................................................... 12
Primero de enero ................................................................................................. 13
Cantiga para un recién nacido ......................................................................... 14
Descubrimientos ..................................................................................................... 15
Regalo ....................................................................................................................... 15
Utilidad ..................................................................................................................... 16
Sucede ....................................................................................................................... 17
Pesadillas ................................................................................................................... 18
Evidencias ................................................................................................................. 18
Significados ............................................................................................................. 19
Propuestas ................................................................................................................. 20
Laberintos ................................................................................................................... 21
Peligros .......................................................................................................................22
El mar ......................................................................................................................... 23
Una crueldad tan grande ..................................................................................... 24
Hoy se atienden reclamos ................................................................................... 25
Palabra de verdad ...................................................................................................25
Confíteor ..................................................................................................................... 26
Certificados ............................................................................................................... 27
Soledad ..................................................................................................................... 27
Despertar-se ............................................................................................................... 28
Epitafio .......................................................................................................................29
Final .........................................................................................................................30
Haciéndose cruces ...................................................................................................30
Paridades ...................................................................................................................31
Legado ......................................................................................................................... 31

TRATADO DE LA MARAVILLA ............................................................................. 33


Antes de ti ...............................................................................................................35
Contigo ....................................................................................................................... 35
Para encontrarnos ................................................................................................... 36
El rostro de la maravilla ....................................................................................... 37
De amor estaba hablando ................................................................................... 38
Corresponsales ........................................................................................................... 40
Conclusiones ............................................................................................................. 41
Casual ......................................................................................................................... 42

MONSTRUOS Y ANTICUERPOS ............................................................................. 43


Crónicas de viajeros (extractos) ......................................................................... 45
Los mismos ................................................................................................................. 47
Aprendizaje ............................................................................................................... 48
Claridad ....................................................................................................................... 49
Función de los augures ....................................................................................... 50
Labores ..................................................................................................................... 51
Persistencia ............................................................................................................... 52
Hombre al agua ..................................................................................................... 53
Relato ....................................................................................................................... 54
Compromiso ............................................................................................................... 54
"Recuérdalo tú" ....................................................................................................... 55

ESTAS ALADAS PALABRAS ................................................................................. 57


Desnudez ................................................................................................................... 59
"...Estas aladas palabras..." ....................................................................................60
"La poesía debe tener por fin la verdad práctica" ....................................61
Volar más lejos ......................................................................................................... 62
Coetáneos - Goethe y Beethoven ......................................................................63
Beethoven ................................................................................................................. 66

MUERTOS NUESTROS ..............................................................................................67


Hora fija ..................................................................................................................... 69
Tiempo en batalla ................................................................................................... 70
Muertos míos ......................................................................................................... 71
El padre ..................................................................................................................... 72
Carteando ................................................................................................................. 73
Si llorara ..................................................................................................................... 76
Mario Arregui ........................................................................................................... 78
Plazos ........................................................................................................................... 80
Conclusión 3 ..............................................................................................................81
Punto final ............................................................................................................... 82
Confidencia ............................................................................................................... 83
Se terminó de imprimir en PR ISM A Ltda.,
Gaboto 1582, Montevideo, Uruguay,
en diciembre de 1985 Edición amparada
al a rt, 79 de la ley 13.349 (Comisión del Papel)
D.L. 212.458/85
A fin de cuentas

Qué intrépida cosa


que el papel s e escriba.
Y qué inteligente
que el papel s e rompa.
Qué cosa sensata
que del papel viejo
salga papel nuevo.
Qué cosa prudente

Obras publicadas
HB
1965 - “No más cierto que el sueño” - Edit. “Alfa”
1983 - “Fe de remo". Edit. “Banda Oriental”
1984 - “Ejercicios de castellano" (poesía) Edit. Monteverde
1985 - “Calendarios” - Edit. “Banda Oriental”
En preparación: “Perversidades reales”

EDICIONES DE LA BANDA ORIENTAL


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