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El calendario
se entiende con todo:
el cuerpo y sus almas.
Si algo sobra
—o algo falta—
auxiliarse
con el diccionario.
CALENDARIOS
12
PRIMERO DE ENERO
Limpísimo,
de estreno,
más atildado que una debutante,
más lleno de prisas que el deseo o el hambre,
tem blando de aventura como un juego de niños,
ave de prim er vuelo,
un recién nacido no proclama más hondo su apelación
al aire.
Porque promete todo con su forma no más,
con su prestigio,
con su seguridad de a sola firm a.
Por eso es tan confiable.
Qué pulcra superficie.
Paseando un dedo por su primor intacto
se le enredó en las falanges,
apretándoselas,
un hierbajo del jardín del edén,
momificado y ágil y difunto,
prim o hermano por primeras nupcias
y derecho de estirpe
del primero de enero
de este año.
13
CANTIGA PARA UN RECIEN NACIDO
14
DESCUBRIMIENTOS
REGALO
15
UTILIDAD
EVIDENCIAS
H
Desde que supo
que el sol era una estrella,
se le borraron
— para siempre —
sus antiguos temores a la noche.
IB
SIGNIFICADOS o
19
PROPUESTAS
20
LABERINTOS
Durmiendo
solemos transitar predios
de veneno y m aravilla.
Todo es nítido allí
y es fácil reconocerse
víctim a o victim ario.
En la vigilia
solemos transitar predios
de veneno y m aravilla.
Qué d ifícil, entonces,
reconocerse víctim a, victim ario,
o victim ario y víctim a.
21
PELIGROS
22
EL MAR
23
UNA CRUELDAD TAN GRANDE
(que se presente el acusado)
24
HOY SE ATIENDEN RECLAMOS
— Exponga su desdicha.
— A menudo me pierdo
y se me oblicua el norte.
— Justo reclamo.
Désele un espejismo
o una superstición.
Potencialm ente
son rumbos para el rumbo.
PALABRA DE VERDAD
Venid a mí,
los desconsolados por los desmanes de la aurora
y os consolaré.
Palabra de revelación.
Hordas de dedos pálidos avanzan al poniente
y en llegando
llam aréis sinsabor lo de la aurora.
Palabra de verdad.
25
CONFITEOR
2b
CERTIFICADOS
SOLEDAD
Da miedo
dejar crecer el polvo sobre la mesa,
obligarla a Sahara,
resecarle el oasis.
Da miedo el desasimiento,
renunciar a la amistad de las escobas.
Da vergüenza comprometerlas,
reflejarlas,
sum ergirlas en dos espejos negros.
27
DESPERTARSE
EPITAFIO
Un día vado,
un dfa inútil,
un día de m atar tiempo,
un dfa que nos mata.
Trizar ese calendarlo,
ya, de prisa y ya,
no sirve para vivir,
tiene menos fuerza
que una aurora de agonía.
Y si no hay coraje
para desgarrarlo,
vale otra m edida:
enterrarlo, enterrarse.
Ep itafio:
"A quí yace yace una brum a".
29
¿FINAL?
M usitaron
trém ulos:
"su últim o suspiro..."
(No, dolientes,
no un suspiro.
El grito de pavor
de llegar a la Muerte
y no encontrarla).
HACIENDOSE CRUCES
La realidad sobrepasa.
La dinám ica actúa.
La pasividad no preserva
La dialéctica piensa.
Y yo en el medio.
O jalá perdiera la razón
— y tanto —
que la fe me escaldara.
30
PARIDADES
LEGADO
Para mi nieta
lo único que me reservé en exclusividad
durante toda mi vida:
el recuerdo de aquel sueño
que me acompañó siempre
y que olvidé al despertar.
31
32
Tratado de la maravilla
ANTES DE TI
Este es
el lugar de antes de ti,
de cuando el sol, el aire,
me aluden me investigan
y ando
encandilada de mundo ni siquiera entrevisto
(como hojeando todavía
aquel diccionario ilustrado de mi infancia
con mapas y con fieras y con piedras preciosas
y banderas
y palabras para decir todas las cosas.
Antes de ti.
CONTIGO
Nosotros ahora
y en alianza tanta flamante piel
y geografía cálida,
vamos de la noche a la alborada
despabilando estrellas,
alisamos las palabras y las sonrisas,
de lo inmediato retenemos
lo que se dice con los nombres hermosos esenciales
y para correspondemos
ajustamos el tiempo
a este horario en que no nos olvidamos.
35
PARA ENCONTRARNOS
Para encontrarnos
pronunciamos palabras
y no nos entendemos
porque tú estás hablando de un agua subterránea
y yo estoy esperando verme espejada en ella.
Pero ciño tu cuerpo y tu cuerpo me sigue
y volteo tu sangre de una sola sonrisa
y no queda un rezago de la mirada al párpado
y te es fácil guardarme
vencida en tu sosiego.
36
EL ROSTRO DE LA MARAVILLA
Ven conmigo
a mirar
el rostro de la maravilla.
Ven conmigo a palpar
su perfil de sonrisas
de ir diciendo que sí
sin preguntarse.
Qué inocente dibujo
qué levitada curva
qué resplandor de encuentros
es un amor haciéndose.
Ven conmigo
ven conmigo
porque sola no puedo
a llorar el rostro
muerto
de la maravilla.
37
DE AMOR ESTABA HABLANDO
Cuando el prodigio
nutre sus propios resplandores,
las cosas amables ocupan su sitio
con empaque de eternidad,
Las cazuelas, las ropas, las cortinas,
parecen lavadas con dulce permanente agua reciente
y hasta el techo es testigo
del olor a sueño en el abrazo,
del color de alhucema
que halaga los rincones.
Todo es claro y adicto
en este tiempo
que se inscribe en la alegría
y si se piensa el minuto venidero
no se le inventa rostro.
Se le da el del milagro compartido:
de amor estoy hablando
que no hay otro prodigio.
Y como digo
así fue la tristeza.
Atroz como una furia de corderos
o como avance de formaciones tenebrosas
o como estólidas pizarras atestadas
de cifras de carencia.
Hace falta un cuchillo templado en ciego asesinato
hace falta la parábola de un cometa enloquecido
hace falta una astilla de un barco aniquilado
algo así hace falta
algo siniestro
para decir la pena.
De amor estoy hablando
padre de tanta pena.
58
La pena, sí,
El espanto de tristes destrucciones
de cándidas estructuras agobiadas
pedazos indefensos de prodigio
que brillan dulcemente mientras los muele
el pánico.
Lo triste es esta amarga ceniza machacada
que se pega a la piel al alma y a la entraña.
De milagro a fragmento
de fragmento a residuo
de residuo a ceniza.
De amor estaba hablando.
De amor estaba hablando.
Y es triste, sí.
Triste como la intromisión de muerte
que se adivina en la sonrisa de los vivos
cuando por mucho tiempo
se ha contemplado a un muerto.
39
CORRESPONSALES
Y luego, en síntesis,
con lealtad de anillo de bodas
ceñido a lo total del esqueleto:
La amada comprendió.
40
CONCLUSIONES
— 1—
— 2 —
41
CASUAL
Un día de amor,
un día de marea alta llamando a la vigilia,
un dia que se apropia aletas de molino con viento
y modifica el aire,
lo imanta, lo aventura.
Un dia de amor así
es cualquier día;
respira desde la atalaya vidente de la médula
y puede ser de noche, o al alba,
o en la espalda del sol,
u oscilar de la sombra a la sombra
sin escapar del brillo.
Lo cierto es que anda envanecido de nacer,
o, pura maravilla,
y que su rica provincia de cantárida y lirio
no revela sus claves
sino al cordero que crece de la leche a la grama,
o a la aurora boreal inaugurándose.
42
M o n s t r u o s y a n tic u e rp o s
CRONICAS DE VIAJEROS (extractos)
CAPITULO 2 ° - ESTRUCTURA
Son místicos.
Sus ídolos y ritos
— en extrañas leyes contra natura —
descienden de norte a sur
y ascienden de sur a norte.
De un río bravo
caen charcos de abominable consistencia
en los que beben ávidos,
45
de rodillas,
hasta que se les quiebra el espinazo
y caen
jamás de cara al cielo.
La antropofagia
— absolutamente horrible —
de los cuerpos de la verdad.
LOS MISMOS
El verano recrea
su sacrosanto imperio
y los soles de la especie
acondicionan gozo.
Pero
los malditos de la especie
engordan pecados
descerrajan el cántaro de la leche
atornillan mortajas a los mares
desfloran fogosamente
la estrella de la buena nueva:
misión cumplida.
Los malditos de la especie
se refugian
— sin soles —
en lo que creen su refugio
acolchonan y escarapelan abominaciones
y hieden.
47
APRENDIZAJE
Aquí
— con credo y signo —
tenaces contra esta arena movediza.
Aquí
atentos a su escándalo voraz,
a su fabricación de malos sueños.
Aquí
— en legítima defensa —
eficaces como los vegetales
del huerto hacia las mesas.
Aquí credo,
huesos útiles,
tenaces
contra esta arena movediza.
4«
CLARIDAD
Curricular
la araña programa tiralíneas:
palo central, mesana, mastelero y trinquete.
Arte mayor es encelar mil ojos vigilantes.
Y espera. Arañamente espera
el goce final de un vientre azucarado.
La telaraña traspasa la noche
y amanece
clarísimo palanquín del rocío.
La araña no lo entiende
no entiende
no se entiende,
pero ahí está el rocío.
49
FUNCION DE LOS AUGURES
Los augures
trabajan para los asediados,
los hostigados
que necesitan de bs pájaros
algo más que las alas,
más magia que los vuelos.
En verdad
los augures saben
que la mata de hierba es todo el campo;
que el lecho de los enamorados
se duerme en sol y se despierta en soles;
que los planetas beben en conjunto
la misma clara segura anatomía
plural de vegetales y de cuerpos.
En verdad
los augures reverencian el presente
por donde anda
— ardiéndose en zarzales —
el presagio.
50
LABORES
(con amistad, a Jesucristo)
51
PERSISTENCIA
Esta noche y
esta lluvia negra.
52
HOMBRE AL AGUA
El refugio final
por donde el alma mantuvo sus querencias
cayó.
No hay más esperas.
No hay más defensas.
Las profecías, mudas.
Presente: las palabras son acto.
Presente: la amenaza una apuesta.
Y el miedo, qué presencia.
Se maldijo el espanto.
Se respetó el espanto.
Se recordó marchando con el río.
El río, qué presencia.
Y entrevio cómo negarle
ganancias al acoso.
COMPROMISO
Es a solas
54
"RECUERDALO TU..."
55
Estas aladas palabras
DESNUDEZ
La palabra
tan monda y tan lironda
y nunca calva.
Y tan de pelo en pecho,
desnuda,
por el tiempo,
averiguando.
59
"...ESTAS ALADAS PALABRAS..."
60
"LA POESIA DEBE TENER POR FIN LA VERDAD PRACTICA"
61
VOLAR MAS LEJOS
62
COETANEOS - GOETHE y BEETHOVEN
65
BEETHOVEN
66
Muertos nuestros
68
HORA FIJA
Lloro un muerto.
Largamente largamente lloro un muerto.
Al fin las flores lloran por mis ojos
y mis ojos acogen otro muerto
y largamente muy largamente lloran.
69
TIEMPO EN BATALLA
70
MUERTOS MIOS
71
EL PADRE
7.2
CARTEANDO
5eñora la mi madre,
doña Braulia González:
qué lindo nombre para milonga criolla
vivió usté, doña Braulia.
Que bien vivió su nombre de paridora fuerte,
de vientre siempre en fruto,
cómo estaba su nombre en sus manos tan fieles,
en los pies afanándose por un lado en la cuna,
por el otro en la máquina de hacer nuevo lo viejo,
déle fuerza y fuerzaza
sin parar, doña Braulia.
Usted ahora sabe,
señora la mi madre,
cómo yo me moría por algo tierno suyo.
Eso que tienen todos: un beso, una caricia.
Aprendí muy de a poco
que su vida de pobre, sus tareas de pobre,
su cocina de pobre, su dignidad de pobre
(me inclino, doña Braulia),
eran todo lo tierno que tenía a su alcance.
Uno aprende despacio.
Aquí la estoy pensando como la vi por años,
su aguja, su dedal,
boca seria, ojos mansos
y el libro que leía
para llorar de tristezas no suyas,
hoy pienso.
Aunque heredé su nombre,
nadie me llamará como a usté, doña Braulia,
y es justo.
Hay que ser mucha cosa para llamarse Braulia.
73
Y en usted había algo
como de agua en cántaro,
como tierra impregnada,
como de hoja silvestre con un secreto adentro,
como de india, vamos.
Siempre me he preguntado
cuántos indios habría sosteniendo su sangre.
A canoa por sus venas, jadeando, y por las mías,
anda un indio, me juego.
Un indio muy formal, tatarabuelo,
muerto de hambre en su río,
codicioso de peces que se escapan, se escurren
(uno de ellos, justamente,
es el que viene a rebullir mi sangre, aún,
de vez en cuando).
Yo le escribo esta carta
nada más de nostalgia.
Bien pocas lunas hace se me asomó en un sueño
y estaba trabajando
sin sacarle ni un poco de reposo
a ésa, su eternidad.
Y quiero aconsejarle que descanse,
señora Doña Braulia.
Deje de acicalarle las alas a los ángeles
o esponjarle blancuras al Espíritu Santo.
(Yo la pienso en un cielo
como usted lo pensaba.
Infierno y Purgatorio,
los vivió en estos pagos).
Y mire que no me olvido que usté era manolarga.
Modérese, mi madre.
Pobre del angelito que andando por su lado
se las pase de diablo.
Porque esto tengo cierto:
donde está usted, hay ángeles.
Como hubo flores en su jardín,
en su quinta verduras
y pasteles caseros en las festividades.
Ternuras, doña Braulia,
ternuras. Se agradecen,
aunque se entiendan tarde.
Y hasta más ver, señora.
75
SI LLORARA
(esto no es un poem a)
77
MARIO ARREGUI
79
PLAZOS
Es de tarde,
es de noche,
es mediodía,
es el tiempo.
Es el tiempo
cercándome en precisiones
como a una esquela fúnebre.
Estaban ardidas de belleza las lágrimas
y aquel brillo
que parecía nacer de la memoria de la entraña
y la sonrisa
que cobijé en el costado más seguro del corazón.
No pude prevenir sus muertes,
mis muertes paulatinas.
(Sólo los niños mueren
con una sola muerte).
Apenas si me queda
el claror de una mañana
retenido entre la carne y el filo de una uña;
y con esto,
nada más que con esto,
comienzo el tránsito que lleva a mi fantasma.
Quiero tener,
siquiera,
un fantasma mañanero,
sin una sola cana
y con dientes blanquísimos,
rientes,
para morder la nada.
80
CONCLUSION 3
Una fecha,
un instante,
excede la medida de las horas
como la muerte excede
la medida de una muerte.
Por eso, si ves desfallecer un calendario,
no le creas:
en el centro del Mar Muerto,
en la bisectriz abisal de lo posible,
brotó un árbol.
81
PUNTO FINAL
Soy el Universo.
No existen los cadáveres.
82
CONFIDENCIA
tti
MDICE
Obras publicadas
HB
1965 - “No más cierto que el sueño” - Edit. “Alfa”
1983 - “Fe de remo". Edit. “Banda Oriental”
1984 - “Ejercicios de castellano" (poesía) Edit. Monteverde
1985 - “Calendarios” - Edit. “Banda Oriental”
En preparación: “Perversidades reales”