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Asignatura

DERECHO ECOLOGICO

Alumno
Mahuatzin Leonel Díaz Rodríguez

Catedrático
Lic. Martín Cortez

Problemas Ambientales.

Enero 23 de 2021

Problemas ambientales nacionales.


1.- Deforestación
La fragmentación y la acelerada destrucción de los ecosistemas ha colocado en verdadero riesgo a una
gran variedad de especies y poblaciones de flora y fauna silvestre, y entre ellas, a ojos ciegos se
encuentra la especie humana. Nuestros bosques, selvas, desiertos, pastizales, matorrales y manglares se
desvanecen y con ellos todas las especies que los habitan. De acuerdo con el Instituto de Geografía de la
UNAM, el ritmo de deforestación en México es uno de los más intensos del planeta, cada año se pierden
aproximadamente 500 mil hectáreas de bosques y selvas, colocándonos en el quinto lugar de
deforestación a nivel mundial.
La principal causa de deforestación es el cambio de uso de suelo, para convertir estos espacios en
desarrollos urbanos, industrias, complejos turísticos, campos de cultivo, potreros, etc., todo ello
provocado por una pésima planeación y crecimiento urbano, y claro, corrupción en todos los niveles de
gobierno, que sólo han visto a los recursos naturales como áreas de oportunidad para un enriquecimiento
ilícito. Otro factor es la tala ilegal, se estima que el 70% del mercado nacional de madera tiene
procedencia ilegal.
2.- Contaminación atmosférica
La contaminación atmosférica representa un importante riesgo para el medio ambiente y para la salud
pública, dicha contaminación contribuye al calentamiento global con las emisiones de los automóviles,
de las fábricas, el polvo y las partículas que se encuentran suspendidas. La contaminación del aire afecta
la capacidad respiratoria, enfermedades cardiovasculares y favorece la acumulación de plomo, que
puede producir insomnios, pérdida de peso y problemas motrices.
La contaminación atmosférica en México ha provocado que los ciudadanos estén expuestos a niveles
importantes de cadmio, un metal cuya ingesta o absorción puede generar problemas renales, dolencias
estomacales y fragilidad en los huesos. Por otra parte, algunas publicaciones advierten que este tipo de
contaminación está relacionada con algunos tipos de cáncer.
También se presentan afectaciones en el suelo y en acuíferos, dañando cultivos y vegetación en general,
uno de los efectos más reconocidos es la generación de la lluvia ácida, que contiene partículas de
dióxido de azufre y óxido de nitrógeno, que cuando caen a la tierra en forma de precipitación modifican
la composición del suelo, dañando los cultivos y degradando la calidad de los cuerpos de agua.
3- Contaminación del agua
El derecho a tener agua potable y saludable significa tener el agua necesaria -para cualquier tipo de
actividad-, libre de microorganismos, sustancias químicas y/o peligrosas que constituyan una amenaza
para la salud. El agua ha de presentar un color, olor y sabor aceptables, sin embargo, la calidad del agua
comienza a ser un grave problema en México, por ejemplo; a nivel urbano, industrial y turístico pero
sobre todo, en los crecimientos irregulares y desordenados, suelen direccionar los residuos a cauces de
ríos, lagos, playas y demás ecosistemas acuáticos, lo cual ha provocado la destrucción de humedales,
manglares y arrecifes de coral. La ausencia o precaria existencia de regulaciones en cuanto al
tratamiento de las aguas residuales ha traído como consecuencia que ecosistemas y cientos de especies
silvestres sean perjudicadas.
Así mismo, diversas empresas carentes de ética ambiental abusan de los recursos naturales, en agosto de
2014 una empresa minera derramó en el río Sonora aproximadamente 40 mil litros de ácido sulfúrico,
elemento altamente tóxico para cualquier forma de vida, en ese mismo año en el río Hondo, en Veracruz
y en el río San Juan, en Nuevo León, hubo derrames petroleros, los cuales se atribuyeron a tomas
ilegales de los oleoductos. Accidentes ya sea por omisión o provocados se presentan con gran
regularidad en nuestro territorio, causando graves daños, muchos de ellos irreparables, sobre todo en los
seres vivos que habitan en el agua, un claro ejemplo de impunidad y corrupción son las muertes de
manatíes que recientemente se presentaron en Tabasco atribuibles a la contaminación química del agua,
es importante señalar que el manatí (Trichechus manatus) se encuentra en peligro de extinción de
acuerdo a la NOM-059-SEMARNAT-2010.
4- Especies en peligro de extinción
La modificación, fragmentación y destrucción de los ecosistemas pone en grave riesgo la continuidad
biológica y evolutiva de las especies silvestres. La expansión de la frontera agropecuaria, la falta de
planeación urbana y las obras de infraestructura industrial, carretera, turística, etc., generan graves
transformaciones ambientales, destruyendo hábitats enteros y con ello, la muerte de las especies
silvestres que albergaba. También la liberación accidental o intencional de especies de flora y fauna
invasora, colabora en la extinción de especies nativas y endémicas. Esto se debe a que carecen de sus
depredadores naturales, transmiten enfermedades y compiten por los recursos, desplazando a las
especies nativas y condenándolas al fracaso biológico y evolutivo.
El Tráfico Ilegal de especies de flora y fauna silvestre es otro factor que se relaciona con la extinción de
las especies, en los últimos años se ha presentado un creciente índice de comercialización -utilizando a
la Web cómo herramienta- ilegal de especies silvestres ya sea de ornato o cómo mascotas, entre las que
se destacan; pericos, primates, aves, peces, anfibios, reptiles, orquídeas y cactáceas. Del mismo modo
podemos mencionar que la caza y pesca ilegal -furtiva, deportiva, de subsistencia y pesca comercial-
son otro factor que impacta a las poblaciones, ya sea de forma directa o incidental, como ejemplo
podemos mencionar a la vaquita marina (Phocoena sinus), cetáceo endémico de México en vías de
extinción, con una población menor a 30 ejemplares. Se estima que actualmente más del 2% de la fauna
mexicana está en riesgo de extinguirse.
5- Basura
La basura es otro problema ambiental que enfrenta México, hace diez años, un habitante producía 0.7
kilogramos al día. Hoy, cada uno de los más de 130 millones de mexicanos produce 1.6 kilogramos,
casi el triple de los que genera un ciudadano europeo, basura que no se maneja de manera adecuada, el
87% de los tiraderos de basura son a cielo abierto y 13% son rellenos sanitarios. Se podría decir que una
cantidad mínima de estos tiraderos maneja de forma adecuada los residuos, ya que es común encontrar
montones de basura que no se degrada porque está almacenada en bolsas de plástico -material que tarda
400 años en ser degradado-. Esta basura acumulada genera gases tóxicos, fauna nociva y olores fétidos
que contaminan todo el ambiente.
En México se separa diariamente 11% de la basura recolectada; 46 de cada 100 hogares separan la
basura. Problema que crece por la apatía ciudadana y la ineficacia gubernamental para establecer
programas y leyes que hagan responsables a todos sobre esta situación. No sólo se trata de un
incremento en la cantidad de basura, sino también de un cambio importante en la calidad, antes se
trataba de un volumen formado en su mayoría por desechos orgánicos, hoy en día los residuos generados
son más voluminosos y no biodegradables, con un mayor contenido de sustancias tóxicas..
Pérdida de la biodiversidad.
Los factores directos que impactan y amenazan a las especies son cinco:
Pérdida de habitats
La pérdida y deterioro de los hábitats es la principal causa de pérdida de biodiversidad. Al transformar
selvas, bosques, matorrales, pastizales, manglares, lagunas, y arrecifes en campos agrícolas, ganaderos,
granjas camaroneras, presas, carreteras y zonas urbanas destruimos el hábitat de miles de especies.
Muchas veces la transformación no es completa, pero existe deterioro de la composición, estructura o
función de los ecosistemas que impacta a las especies y a los bienes y servicios que obtenemos de la
naturaleza.
Las últimas estimaciones señalan que en México se ha perdido alrededor del 50% de los ecosistemas
naturales. Las principales transformaciones se han llevado a cabo en las selvas húmedas y secas, los
pastizales, los bosques nublados y los manglares y en menor grado en matorrales y bosques templados.
Los ecosistemas más accesibles, productivos, con mejores suelos y en lugares planos han sido los más
transformados. Los principales remanentes se encuentran en lugares poco accesibles o poco
productivos.
La pérdida de hábitat sucede por el “cambio de uso del suelo” de ecosistemas naturales (bosques, selvas,
pastizales, etc.) a actividades agrícolas, ganaderos, industriales, turísticas, petroleras, mineras, etc., todas
ellas contempladas en las evaluaciones de impacto ambiental de la Ley General del Equilibrio Ecológico
y la Protección al Ambiente (LEEGEPA, Sección V, 2013) y normas y reglamentos asociados.
Especies invasoras
La introducción de especies no nativas (exóticas) que se convierten en invasoras (plagas) es una causa
muy importante de pérdida de biodiversidad. Estas especies que provienen de sitios lejanos de manera
accidental o deliberada, depredan a las especies nativas, compiten con ellas, transmiten enfermedades,
modifican los hábitats causando problemas ambientales, económicos y sociales. Algunas muy conocidas
son las ratas y ratones de Asia, el lirio acuático de Sudamérica y el pez león del Pacífico Oeste y
Oceanía. En CONABIO se lleva el Sistema de información sobre especies invasoras en México y se
coordina la Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras en México.

Sobreexplotación
La sobreexplotación es la extracción de individuos de una población a una tasa mayor a la de su
reproducción. Cuando esto sucede la población disminuye. Esta ha sido la historia de muchas de las
especies que se han explotado por distintas razones: las ballenas, los peces, venados, cactos, orquídeas.
Muchas de ellas ahora se encuentran en peligro de extinción. Algunas especies son más vulnerables que
otras por sus características biológicas como: distribución restringida, abundancia baja, tasa alta de
mortalidad, tasa reproductiva baja, alta congregación de la población, entre otras.
Las actividades de cacería, tala, pesca, comercio ilegal de especies con distintos fines, afectan a las
especies al sobreexplotar sus poblaciones. Los compradores de organismos y productos ilegales son
cómplices de la sobreexplotación. Las regulaciones sobre el aprovechamiento de las especies mexicanas
se encuentran en diversos tipos de normatividad. Existen restricciones de comercialización de las
especies en riesgo a nivel nacional (Norma Oficial Mexicana 059) y a nivel internacional (CITES).
Contaminación
El aumento en la presencia sustancias químicas en el ambiente como resultado de las actividades
humanas tiene graves consecuencias para muchas especies. Las actividades industriales, agrícolas,
ganaderas y urbanas contribuyen substancialmente a la contaminación de aire, agua y suelos. Por mucho
tiempo la contaminación fue un problema de una escala espacial pequeña, sin embargo actualmente la
producción de contaminantes afecta a todo el planeta. Algunos contaminantes han debilitado la capa de
ozono que protege a los seres vivos de las radiaciones ultravioletas del Sol, mientras que otros han
provocado el calentamiento global. La contaminación del agua, del suelo y del aire afecta directamente a
muchos organismos aun en lugares remotos.
Además de sustancias químicas también se considera al exceso de energía como sonido, calor o luz
como un contaminante, y a los organismos transgénicos. A nivel nacional la normatividad sobre la
contaminación se encuentra en la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente
(LEGGEPA, 2013).
Cambio climático
Durante los pasados 100 años se ha documentado el aumento de la temperatura promedio de la
atmósfera y de los océanos del planeta debido al incremento en la concentración de gases de efecto
invernadero (Bióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno, ozono, clorofluorocarbonados y vapor
de agua) producidos por la quema de combustibles fósiles y por la deforestación, una combinación de
producción en exceso y reducida capacidad para capturar la contaminación. | Cambio climático
Las consecuencias son cambios radicales en la distribución de ecosistemas y especies, aumento en el
nivel del mar, desaparición de glaciares y de grandes extensiones de corales, climas impredecibles y
extremos como sequías y tormentas. El cambio climático afecta a todos los organismos del planeta,
muchos de ellos ya están respondiendo a esta nueva dinámica a través de cambios en su distribución y
sus migraciones. En México se publicó la Ley General de Cambio Climático en 2012. A nivel mundial
existe la Convención sobre Cambio Climático (1994).
Amenazas a la biodiversidad.
La riqueza biológica de las comunidades y ecosistemas es, al fin y al cabo, el resultado de la compleja
interacción de procesos geológicos, climáticos, ecológicos y evolutivos. Los cambios ambientales que
sufren los ecosistemas por estos factores han conducido a la continua diversificación de los grupos
biológicos y, en contados periodos de la historia del planeta, a la repentina extinción de muchas de sus
especies.
Desde su aparición, la humanidad se ha convertido en una fuente constante de presión sobre los
ecosistemas y su biodiversidad. Para conseguir sus bienes de subsistencia, desde milenios atrás los
grupos humanos han empleado la caza, la pesca, la recolección de frutos y más tardíamente la
modificación del hábitat para el desarrollo de la agricultura. La colonización y presencia humana llevó a
la extinción de numerosas especies (como en el caso de algunos de los grandes herbívoros como el
mamut, el milodón y el megaterio; Barnosky y Lindsey, 2010; Sandom et al., 2014; Wojtal y
Wilczynski, 2015) y a cambios sustanciales en el funcionamiento de sus ecosistemas, en ambientes
particularmente sensibles como las islas. Sin embargo, durante muchos siglos estos cambios y sus
afectaciones fueron, hasta cierto grado, locales. Ha sido a partir de los siglos XIX y XX — y sobre todo
desde la década de los años cincuenta de este último — que los seres humanos se convirtieron en el
factor de cambio más importante para los ecosistemas terrestres y acuáticos del planeta (MEA, 2005).
Los efectos del cambio de la humanidad en el paisaje (con sus consecuentes impactos en el clima y en la
pérdida de la diversidad biológica que vivimos actualmente) han sido de tal magnitud que muchos
científicos han propuesto desde inicios del presente siglo, y con mayor impulso en años recientes,
nombrar a la época actual como el Antropoceno (ver Crutzen, 2002).
Una de las diferencias fundamentales de los efectos derivados, tanto de los cambios que suceden de
manera natural como de las actividades humanas, radica en la tasa y complejidad a la cual ocurren
(Challenger et al., 2009). En el caso particular de la biodiversidad, la velocidad a la que los científicos
han calculado que el planeta está perdiendo sus especies rebasa ampliamente (entre 10 y 1 000 veces;
Pimm et al., 1995) las tasas de extinción observadas en el registro geológico en épocas previas a la
aparición humana. Es por ello que se reconoce que la biodiversidad podría estar enfrentando en nuestros
días la sexta crisis de extinción más grave de su historia (Barnosky et al., 2011; Ceballos et al., 2015).
Entre las principales causas de pérdida de biodiversidad, ocasionadas por los humanos, están la
transformación, degradación y fragmentación de los ecosistemas naturales, en particular por la
expansión de la agricultura y la ganadería, la urbanización, la construcción de infraestructura (como
carreteras, muelles y presas) y por la apertura de minas y canteras (PNUMA, 2012). A ello debe sumarse
la sobreexplotación de las poblaciones silvestres de muchas especies (por la pesca, la caza y la
recolección), la introducción de especies exóticas invasoras y el cambio climático global. En esta
sección se describe, de forma general, la problemática derivada de la agricultura, la construcción de
carreteras y la introducción de especies exóticas como fuente de amenazas para la biodiversidad de
México. En el capítulo sobre Ecosistemas terrestres se pueden consultar mayores detalles respecto a
otras presiones que afectan los ecosistemas naturales (y a su biodiversidad) como son el cambio de uso
del suelo, el aprovechamiento de los recursos naturales y los incendios forestales.
Crecimiento de las ciudades.
Impactos ambientales del crecimiento de la población en México
Los vínculos entre la población, el medio ambiente y los recursos naturales están mediados por múltiples
factores. El acelerado crecimiento demográfico y la distribución desequilibrada de la población en el
territorio -al interactuar con desigualdades sociales y regionales-, las pautas de acceso y uso de los
recursos naturales, las tecnologías utilizadas para su explotación y consumos vigentes, ejercen una fuerte
presión sobre el medio ambiente y los recursos naturales.
Impactos ambientales de los asentamientos urbanos
El impacto ambiental inmediato de los asentamientos urbanos deriva del cambio de uso del suelo,
además de los procesos locales de contaminación. Sus impactos directos son de mucho mayor alcance
que los indirectos. Para su funcionamiento, las ciudades realizan intercambios materiales y energéticos
con un territorio muy amplio, contiguo o lejano. La ciudad requiere agua, alimentos y energía para
sostener sus procesos. Como resultado del consumo o transformación de bienes y servicios, las ciudades
generan copiosas cantidades de residuos sólidos y líquidos, además de contaminantes de la atmósfera,
que afectan ecosistemas locales y distantes. El territorio necesario para la sustentación de un
asentamiento urbano configura lo que se denomina su "huella ecológica".
Los impactos indirectos son también de gran envergadura. En la medida en que las ciudades concentran
la demanda de bienes y servicios, inciden en la dinámica productiva y ambiental de zonas rurales, de
otras zonas urbanas distantes e incluso de áreas localizadas en otros países. El proceso de urbanización
de la población genera además impactos culturales, entre los que figuran la transformación de hábitos de
consumo y la alienación de los ciudadanos de su entorno natural. En el medio urbano se pierde la
transparencia de las relaciones con los bienes y servicios ambientales que aportan los ecosistemas
naturales.
Impactos ambientales de las actividades industriales
Dentro de los asentamientos urbanos, la actividad industrial es una de las que genera mayores impactos
ambientales. De acuerdo con los patrones históricos que determinaban la ubicación de la industria en los
lugares donde se encontraba disponible la mano de obra necesaria y, simultáneamente, se encontraban
los mercados para los productos industriales, las actividades industriales tendieron a concentrarse en las
ciudades, preferentemente en las grandes ciudades.
Los efectos ambientales de dicha concentración se pusieron rápidamente de manifiesto: generación de
residuos sólidos, líquidos y gaseosos, con la consiguiente contaminación del suelo, hídrica y
atmosférica, así como producción de daños o de amenazas de daños con motivo de la realización de
actividades que pueden calificarse como de alto riesgo y del manejo de materiales y de residuos
peligrosos. Las relaciones entre industria y medio ambiente han venido cambiando, sin embargo,
subsisten en muchas partes, especialmente en los países en desarrollo como México, centros industriales
que presentan los problemas clásicos de la contaminación industrial. A estos problemas de
contaminación se agregan otros como la presión sobre los recursos naturales, especialmente los recursos
energéticos.
Impactos ambientales del transporte
El transporte está relacionado con diversos problemas ambientales entre los que se encuentran: la
emisión de contaminantes atmosféricos; la generación de residuos como aceites, lubricantes, llantas,
chatarra y la generación de ruido. Las actividades relacionadas con el transporte representan la fuente
más importante de contaminación de la atmósfera, especialmente en los grandes asentamientos
humanos. Esto es claro en el caso de México, donde el parque vehicular crece incluso a tasas mayores
que la población. Con acuerdo al Sexto Informe del Gobierno Federal 2006, en 1990 había 9 862 108
vehículos registrados en circulación, en el 2000 el número ascendió a 15 611 916 vehículos, en el año
2004, el número se elevó a 20 878 438.
Por otro lado, en lo que se refiere a la edad de la flota vehicular del autotransporte público federal, en
2003 la distribución por rangos de edad de las 257 mil unidades motrices, revela que el 38% tenía una
antigüedad inferior a 10 años, un 27% se ubicaba entre los 11 y los 20 años de antigüedad, y el 35%
sobrepasaba este límite de edad. Lo anterior significa que poco menos de dos terceras partes de la flota
de unidades motrices registradas en 2003, continuaban operando a pesar de haber llegado al final de su
vida útil (que es de 10 años). Lo anterior –sin contar con una cantidad importante de vehículos
indocumentados de procedencia norteamericana- incrementa los efectos negativos del transporte, ya que
un mayor número de vehículos asociado con un incremento en el número poblacional, así como un
incremento de vehículos viejos, tienen una importante participación en la emisión de contaminantes.
Impactos ambientales de los asentamientos rurales
La población rural vive por lo general del uso y manejo directo de los ecosistemas, por ello el impacto
ambiental de los asentamientos rurales deriva sobre todo de los procesos productivos promovidos por los
actores locales, más que de los asentamientos mismos. La economía rural es dual: se debe distinguir
entre una producción comercial especializada y una producción para la subsistencia basada en el
aprovechamiento de una amplia gama de especies silvestres y en el cultivo de una gran diversidad de
plantas.
En el caso de la producción comercial especializada, los ecosistemas naturales tienden a verse como
elementos de libre apropiación y transformación, para sustituirlos por terrenos nivelados para la
producción de monocultivos irrigados, que requieren maquinaria pesada e insumos químicos para su
buen desarrollo. De esta manera, las típicas zonas de producción agrícola tecnificada y especializada
carecen casi por completo de cualquier vestigio de sus ecosistemas naturales originales. El caso es
similar para las zonas que se especializan en la ganadería, en donde la vegetación natural se erradica
para inducir extensos pastizales para los hatos de ganado, con excepción de las zonas ganaderas del
norte árido del país, en donde los animales ramonean directamente la vegetación natural. Las presiones
para emplear formas de producción especializadas provienen de la población urbana, dada la necesidad
de producir grandes cantidades de productos primarios para satisfacer su creciente demanda.
La producción agropecuaria para la subsistencia que caracteriza la producción campesina, generalmente
practicada en áreas marginadas y en donde predominan los grupos indígenas, se basa en una utilización
diversificada de los ecosistemas naturales, con técnicas que con frecuencia incorporan procesos de
regeneración posterior de vegetación secundaria. Esta producción se complementa con el
aprovechamiento de una amplia diversidad de especies silvestres, incluyendo animales de caza, lo que
requiere la persistencia de ecosistemas poco modificados. Aunque esta modalidad de producción es
mucho más favorable a la conservación del entorno natural, en el último medio siglo también ha
incidido en el deterioro de grandes extensiones de bosques y selvas, en un medio social caracterizado
por el crecimiento de la población, la pobreza y la marginación, así como la transformación de patrones
culturales. Las relaciones entre la pobreza y el deterioro ambiental han sido objeto de múltiples análisis,
con frecuencia afectados por sesgos ideológicos. En términos históricos, la pobreza y el deterioro
ambiental se constituyen como efectos interactuantes de un proceso de desarrollo insustentable.
La referida dualidad productiva del espacio rural mexicano no excluye la presencia de múltiples
modalidades intermedias, frecuentes en la producción agropecuaria mexicana, sobre todo en los ejidos y
en algunas pequeñas propiedades. Una producción especializada en pequeña o mediana escala, dirigida
al mercado, coexiste y se complementa con procesos de autoconsumo, con el uso ocasional de
agroquímicos. La vegetación nativa persiste en aquellas áreas difíciles de sembrar por razones
topográficas o edáficas. En estos modelos híbridos, la intensificación productiva depende de las
condiciones del mercado. En años de malos precios para los cultivos se deja la tierra sin trabajar, por lo
que se reviste de una vegetación secundaria pobre en especies. Al persistir estas condiciones, la
vegetación puede crecer y enriquecerse, pero en algunos casos el productor reemplaza el cultivo por la
ganadería extensiva, sembrando pastos o permitiendo a los animales pastorear libremente en el rastrojo y
las malezas. Evidentemente, esta modalidad de producción no erradica por completo la vegetación
natural como en el caso de la producción especializada e intensificada, pero tampoco depende de la
conservación de ecosistemas, como en el caso de la producción de subsistencia típica de los sistemas
campesinos.
Migración por razones ambientales.
“Los migrantes por motivos ambientales son personas o grupos de personas que debido a,
principalmente, cambios repentinos y graduales en el medio ambiente, que inciden negativamente en sus
vidas o en sus condiciones de vida, se ven obligados, o deciden, a abandonar sus viviendas habituales,
ya sea de manera temporal o permanente, y se desplazan a otras partes de su propio país o fuera del
mismo. (OIM, Organización Internacional para las Migraciones)."
La OIM considera que hay diversos factores que influyen, en la mayoría de los contextos migratorios,
por tanto, y a veces es difícil separar los elementos desencadenantes del cambio climático de los
aspectos políticos, sociales y económicos, entre otros. No obstante, los factores determinantes del medio
ambiente y del cambio climático juegan un papel notable y cada vez más decisivo en la movilidad
humana:
El incremento de la frecuencia e intensidad de los desastres naturales repentinos y paulatinos
relacionados con el clima conlleva mayores probabilidades de que se produzcan emergencias
humanitarias con consiguientes desplazamientos de población.
Las consecuencias adversas del calentamiento, la variabilidad del clima y otros efectos del cambio
climático en las condiciones de vida, la salud pública, la seguridad alimentaria y la disponibilidad del
agua pueden exacerbar las vulnerabilidades preexistentes y fomentar la migración.
La subida del nivel del mar puede conllevar la inhabitabilidad de las zonas costeras y las islas de baja
altitud.
La competencia por los escasos recursos naturales puede generar tensiones y eventualmente conflictos y,
a su vez, la migración forzosa.
La migración puede constituir una estrategia de supervivencia, especialmente en caso de desastres
naturales. Asimismo, puede ser una estrategia de adaptación, en la medida en que es, y siempre lo ha
sido, parte integrante de la interacción entre el ser humano y su entorno. La migración permite que las
personas gestionen los riesgos, diversifiquen los medios de sustento y afronten los cambios ambientales
que inciden en su forma de vida. Por ejemplo, la migración temporal y las remesas de fondos pueden dar
lugar a fuentes de ingresos alternativas y reducir la dependencia del medio ambiente para la subsistencia.
Es más, la migración por motivos ambientales puede implicar desplazamientos tanto forzosos como
voluntarios; no obstante, no es fácil distinguir de cuál se trata.

Los sectores marginados de la sociedad, los grupos dependientes de la agricultura, las poblaciones en los
países menos desarrollados, las zonas costeras y las islas de baja altitud son los más expuestos a las
consecuencias del cambio climático. Sin embargo, debido a la falta de recursos, los grupos más pobres y
más gravemente afectados suelen tener mayor dificultad para evitar los daños. Hay quienes arguyen que
la migración por motivos ambientales ocurre principalmente en los confines territoriales de un país;
mientras que una proporción más pequeña de personas se dirige a los países vecinos; y una cifra todavía
menor emigra a países situados a grandes distancias. El traslado puede ser temporal o permanente,
dependiendo del factor medioambiental que lo motivó.
Crecimiento carretero.
El crecimiento de la población, la expansión de las zonas urbanas y de las actividades agropecuarias e
industriales, así como el movimiento de personas y mercancías, requieren del crecimiento de una amplia
red de infraestructura que incluye caminos y carreteras, puertos, presas para el abasto de agua y la
generación de energía eléctrica y de torres y estaciones para su transporte, entre otras obras.
La infraestructura es también, a pesar de sus beneficios, un factor de presión sobre los ecosistemas
terrestres y acuáticos, ocasionando frecuentemente la transformación y fragmentación de los hábitats de
muchas de sus especies, lo que conlleva a la pérdida de biodiversidad. Esta sección se enfocará al caso
de la infraestructura carretera (que también se trata, sobre todo por sus efectos en la fragmentación de
los ecosistemas terrestres, en el capítulo 2), en las presas y la construcción y operación de puertos.
Algunos de los efectos negativos directos de la construcción y operación de caminos y carreteras son, al
lado de la pérdida de superficie de ecosistemas, la aparición de barreras no naturales en las áreas de
distribución de las poblaciones de las especies (sobre todo en el caso de la fauna) y el incremento de su
tasa de mortalidad. La presencia de carreteras produce el aislamiento reproductivo, la mortalidad por
atropellamiento en el caso de la fauna y favorece también la dispersión y proliferación de especies
exóticas (Puc-Sánchez et al., 2013). Es importante señalar que los distintos tipos de caminos y
recubrimientos tienen impactos distintos en la biodiversidad. A diferencia de los caminos de terracería,
carreteras más amplias con recubrimientos impermeables y barreras de concreto o metálicas entre
carriles tienen mayores efectos de aislamiento y causan, por lo general, mayor mortalidad en la fauna
(González y Benítez, 2013).
México tiene una densidad de carreteras cercana a los 19 kilómetros por kilómetro cuadrado, cifra
comparativamente baja a la que registran otros países de la OCDE como Irlanda (137 km/km2), España
(132 km/km2) o la de países asiáticos como India (125 km/km2).
El crecimiento de la red de caminos y carreteras, sobre todo en el centro del país, ha sido muy
importante en las últimas décadas. Entre inicios de los años noventa y 2013, la extensión nacional de
carreteras creció en poco más de 100 mil kilómetros.
Si se observa el tipo de vegetación sobre el que está construida la red carretera, en 2014 la mayor
densidad de caminos se encontraba dentro del bosque mesófilo de montaña, con un valor 0.19
kilómetros por kilómetro cuadrado4 (Figura 4.10). Le seguían las selvas subhúmedas y húmedas (0.09 y
0.07 km/km2, respectivamente) y el bosque templado (0.08 km/km2). En general, la mayor parte de la
densidad carretera dentro de ecosistemas naturales corresponde a vías pavimentadas, con excepción del
bosque mesófilo de montaña y el bosque templado, en donde predominan las terracerías. En el caso del
bosque mesófilo, poco más del 62% de su red de caminos correspondía a terracería, mientras que para
los bosques templados, esta cifra alcanzaba cerca del 61%.
Como se ha mencionado anteriormente, otro de los efectos de la red carretera es el aumento de la
mortalidad provocado por el atropellamiento de la fauna. Su efecto más importante e inmediato es la
reducción del tamaño de las poblaciones de las especies afectadas. A la fecha, no existen estadísticas
precisas ni periódicas respecto a los impactos en las poblaciones naturales de las especies afectadas. Sin
embargo, algunos estudios publicados ofrecen una perspectiva general al respecto (Tabla 4.3; ver
González y Benítez, 2013). En algunas regiones, el número de especies afectadas puede ser importante.
En la selva húmeda de Los Tuxtlas, en Veracruz, se han registrado hasta 73 especies de vertebrados (en
su mayoría reptiles y aves) afectados por atropellamiento; en una localidad de selva subhúmeda en
Jalisco, esta cifra alcanzó 64 especies (principalmente de aves y mamíferos). Junto al número de
especies afectadas deben considerarse también la frecuencia de los eventos y la extensión de los caminos
en la que ocurre. En una selva baja caducifolia de Oaxaca, por ejemplo, se encontró que la mortalidad de
aves podía alcanzar hasta 0.82 animales por kilómetro de carretera por día (Tabla 4.4); si con esta cifra
se calcula cuál sería la mortalidad anual en este grupo, el total ascendería a cerca de 300 aves por año
por kilómetro.
El crecimiento futuro de las vías de comunicación en el mundo seguirá fragmentado muchos
ecosistemas y ejerciendo una mayor presión sobre su biodiversidad. Se calcula que para mediados del
presente siglo se habrán construido cerca de 25 millones de kilómetros de nuevas carreteras, de las
cuales 90% se realizarán en países en desarrollo, algunos de ellos de los considerados megadiversos,
como es el caso de México, Brasil, Colombia y China (Laurance et al., 2015). Particularmente en
México, de acuerdo al Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018, la red de carreteras federales se
ampliará en alrededor 2 772 kilómetros durante este sexenio (SHCP, 2014), lo que equivale a un
aumento del 1.9% respecto a la infraestructura pavimentada existente en 2014.
Calidad del aire.
Los impactos a la salud de la contaminación del aire van desde muerte prematura, sobrepeso y obeso
infarto cerebral, enfermedades cardíacas, varios tipos de cáncer, siendo el del pulmón el de mayor
prevalencia y enfermedades respiratorias agudas o crónicas, asma, enfermedad pulmonar obstructiva,
sobrepeso y obesidad, hasta efectos menos graves, pero más comunes como malestares respiratorios,
dolor de cabeza, mareo, irritación e inflamación de ojos.
“Las afectaciones a la población por calidad del aire representan una de las presiones más considerables
que mantiene en el colapso el sistema de salud pública. Urge la acción de los tres niveles de gobierno
para atender la crisis de calidad del aire que persiste desde hace décadas en varias ciudades del país y
con ello garantizar la cobertura sanitaria de la población. Se debe actualizar el marco normativo y
obligar a que los sectores más contaminantes reduzcan sus emisiones para garantizar el derecho de la
población a un ambiente sano”, declaró Stephan Brodziak, coordinador de la campaña de Calidad del
Aire y Seguridad Vehicular de El Poder del Consumidor.
“La ciudadanía requiere de sistemas de transporte limpios y calles saludables, donde niñas y niños
tengan la oportunidad de disfrutar del espacio público y activarse, sin correr el riesgo de sufrir
consecuencias permanentes en su salud. La calidad del aire es una fundamental para ello. Exigimos
contar con opciones de transporte sustentable y eficientes para aumentar la calidad de vida a las personas
y permitirles ejercer su derecho a un medio ambiente sano”, señaló Clara Vadillo Quesada, gerente de
Política Pública y Seguridad Vial del ITDP México.
Es por ello que es urgente atacar el problema de la contaminación del aire desde el origen modificando
los sistemas de movilidad de tal manera que den prioridad al transporte público, principalmente
eléctrico, al transporte activo (como lo son el uso de la bicicleta y caminar), a fin de disminuir las
emisiones generadas por el transporte que actualmente son la principal causa de contaminación del aire.
Asimismo, es imperante actualizar y expandir las normas de salud ambiental para que se armonicen con
los límites de protección a la salud establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para
incluir a sectores no regulados adecuadamente y obligar a que los sectores más contaminantes, como el
transporte (Plan Integral de Movilidad) y la industria acaten límites que protejan la salud y buscar
alternativas para operar, así como obligar a las ciudades a fortalecer sus Programas para mejorar la
calidad del aire (Proaires).
“De acuerdo con el recién presentado Informe Nacional sobre Calidad del Aire 2017,2 vemos con alerta
que existen dos graves deudas con la población en esta materia: por un lado, el acceso a la información,
ya que no se cuenta con datos suficientes sobre qué estamos respirando para poder desarrollar planes
efectivos de mitigación de contaminación; y, por otro lado, la otra gran deuda, la mejora en la calidad
del aire que respiramos día a día, ya que los datos que ofrece este reporte revelan porcentajes muy bajos
de cumplimiento de los límites máximos permitidos de presencia de contaminantes establecidos en las
normas oficiales”, apuntó Pablo Ramírez, responsable de los Temas de Calidad del Aire del Proyecto de
Revolución Urbana de Greenpeace México.
Los datos son contundentes, el informe incluye 20 sistemas de monitoreo de calidad del aire (SMCA) en
18 estados del país, que incluyen 177 estaciones de monitoreo en 71 ciudades y zonas metropolitanas.
Para el caso del monitoreo del ozono, de 177 sólo 102 estaciones presentaron información válida y de
éstas solo 8 cumplieron con la norma.
Para las partículas suspendidas menores a los 10 micrómetros (PM10), de 87 estaciones que presentaron
información válida solo 8 cumplieron con la norma.
Respecto a las partículas menores a los 2.5 micrómetros (PM2.5), de 48 estaciones que presentaron
información válida sólo 1 cumplió con la norma.
Visto por ciudades, de 71 en las que se midió ozono solo Mexicali, Purísima del Rincón y San Juan del
Río cumplieron con la Norma Oficial Mexicana (NOM), de las 56 ciudades en las que se midió PM10
sólo Saltillo, Tula de Allende y Tulancingo cumplieron con la NOM y de las 20 que aportaron datos
válidos para PM2.5 ninguna cumplió con la NOM.
Además, se dejaron fuera del monitoreo 14 estados3 que no aportaron información, es decir, no sólo se
está violando el derecho a la salud y a un medio ambiente sano, sino también el derecho al acceso a la
información.

Bajo estas condiciones resulta imposible garantizar salud a los mexicanos. La misma OMS ha señalado
que la contaminación del aire es considerada la amenaza ambiental más grande que enfrenta la
humanidad y para 2050, la contaminación del aire se convertirá en la primer causa de mortalidad, por
encima de la falta de acceso a agua potable y saneamiento, según proyecciones de la Organización para
la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE).
En México, el artículo 4 de la Constitución reconoce que “toda persona tiene derecho a la protección de
la salud” y el aire contaminado que respiramos en las ciudades afecta este derecho. La contaminación
del aire es un problema que se ha extendido en todo el país, debido principalmente al modelo de
movilidad que se ha impuesto en las ciudades.
Problemas ambientales locales.
Principales problemas ambientales en Nayarit.
Se considera contaminante toda materia, sustancia, energía, organismo vivo a sus derivados, que al
incorporarse a los componentes del ambiente, airean sus características y obstaculiza el disfruto de la
naturaleza, donando los bienes o perjudicando la salud de las personas, animales o plantas.
De acuerdo a la reconocida organización ambientalista Greenpeace, los destinos turísticos de Bahía de
Banderas, Rincón de Guayabitos y San Blas presentan graves problemas de contaminación, crecimiento
irregular, zonas carentes de los servicios básicos, invasión de arroyos por asentamientos irregulares,
alteración del hábitat de especies de flora y fauna, por mencionar algunos.
Principales tipos de contaminantes que afectan a distintos medios se pueden clasificar en:
Residuos radio activos, residuos industriales y mineros, residuos gaseosos desprendidos de automóviles,
plaguicidas, desechos urbanos y desechos orgánicos animales y humanos.
Lo que demuestra que Nayarit ha sido víctima del turismo depredador, de acuerdo con los diagnósticos
de sustentabilidad realizados por la Sectur.
Sin duda, el mayor reto que enfrenta el ambiente es la sobrepoblación de la raza humana puesto que ésta
genera mayor contaminación; ya que aumenta el consumo de productos y, sobre todo, de fuentes de
energía como los derivados del petróleo (gasolina y disel). Por otra parte el cambio climático, la
disminución de la biodiversidad, la deforestación, entre otras.
Aumento del parque vehicular.
En el Valle de México las emisiones generadas por vehículos representan hasta un 60% de la
contaminación total por partículas suspendidas gruesas como reportan los estudios de la ONU, lo más
alarmante es que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren en
nuestro país más de 14 mil personas a causa de enfermedades asociadas a la contaminación del aire.
México es un país con una importante dotación de recursos naturales, entre ellos se contempla la reserva
de hidrocarburos. El gas natural es considerado un importante combustible e insumo industrial por sus
ventajas comparativas de precio e impacto ambiental
El gas natural usado como combustible vehicular, además de ser accesible económicamente, es
ecológico y no permite tomas clandestinas debido a la presión a la que se encuentra en los ductos. El gas
natural, no puede generar grandes explosiones ya que al contacto con el aire se dispersa.
En México se comenzaron a operar vehículos cuyos motores funcionan a gas natural vehicular (GNV)
desde hace 10 años, aumentando de manera constante el parque vehicular, impactando de forma
instantánea a al transporte de algunos estados que han visto grandes ahorros y beneficios ecológicos en
su utilización.
El GNV provee una serie de beneficios con un impacto a nivel económico y ambiental. Si comparamos
su precio con la gasolina magna y el diesel, existe una diferencia de hasta el 50%. Además, reduce
emisiones en un 90% de monóxido de carbono (CO), 30% de dióxido de carbono (CO2), 100% de
partículas suspendidas y no produce óxidos de azufre (SOX).
La Asociación Mexicana de la Industria del GNV, GNC, GNL y Biogás (AMGNV) indicó que el valor
de este sector tendrá un crecimiento exponencial, debido a las políticas mundiales de transición
energética.
Se precisó que el mercado del gas vehicular se detonará en los próximos años, pues la reforma
energética permite el servicio multimodal en las gasolinerías, el incremento en la oferta de vehículos que
funcionan con combustibles alternativos, así como las reservas de gas existentes en México,
continuarán.
Los retos y oportunidades de los combustibles alternativos como el GNV, así como el actual escenario
de la industria, serán abordados en AltFuels México 2019 que se llevará a cabo del 11 al 14 de marzo en
WTC de la Ciudad de México, tendrá conferencias impartidas por los actores más prestigiados del
mundo y nuestro país, quienes debatirán sobre el futuro del gas natural y otras energías limpias para la
movilidad. AltFuels 2019 contará con un piso de exposición en el que se podrán conocer los avances en
materia de combustibles alternativos, así como las nuevas tecnologías sostenibles en el sector del
transporte..
Contaminación acústica.
La contaminación auditiva en México es un grave problema. De acuerdo con un estudio realizado por la
aplicación Mimi Hearing Technologies, México ocupa el puesto número ocho en ciudades con mayor
contaminación acústica del mundo. Esto, a lo largo del tiempo, ha afectado a los ciudadanos que viven
cerca de las alcaldías de la Ciudad de México, provocando distintas afectaciones a su salud y a su
calidad de vida.
Entre las molestias generales que una persona puede sufrir debido a la contaminación auditiva en
CDMX se encuentran: estrés, ansiedad, irritabilidad, falta de sueño, dolores de cabeza, pérdida del oído
y pérdida de la atención.
La Secretaría del Medio Ambiente ha establecido un límite máximo de 65 decibeles para un horario de 6
a 20 horas y 62 decibeles para las horas restantes del día con el propósito de reducir el nivel de
contaminación auditiva en la CDMX, sin embargo, existen alcaldías que sobrepasan este límite,
poniendo en peligro la salud de sus habitantes.
Estos ruidos excesivos muchas veces provienen de restaurantes, bares, karaokes y otros lugares de
entretenimiento, sin embargo, existen factores como ruidos de industrias, sonidos de animales, tráfico
vehicular, vibraciones y molestias provenientes de vehículos pesados.
Aunque la contaminación auditiva ocurre en todo México, si estás considerando mudarte a alguna de las
16 alcaldías, será mejor que sepas cuáles cuentan con más contaminación auditiva en CDMX para que
no pongas en peligro tu salud ni la de tu familia..

Contaminación lumínica.
La contaminación lumínica se define como el flujo luminoso proveniente de fuentes artificiales de luz
que provoca el aumento del brillo del cielo nocturno, disminuyendo la visibilidad de los cuerpos
celestes. Es innecesaria tanto su intensidad, uso, dirección de alumbrado y horarios de funcionamiento
dadas las actividades para las que originalmente fue diseñada.
La contaminación lumínica se refiere a muchos tipos de problemas producto del uso ineficiente,
innecesario y extremo de fuentes de luz artificial. Dicha contaminación aumenta el brillo del cielo
nocturno a través de la reflexión y difusión de la luz artificial en las partículas que conforman la
atmósfera terrestre, disminuyendo la visibilidad de cuerpos celestes.
Existen categorías específicas sobre el mal uso de luz artifical: brillo celeste, sobre-iluminación,
resplandor y abarrotamiento.
Brillo celeste
Es la combinación de toda la luz que escapa al cielo desde zonas iluminadas y que se dispersa en la
atmósfera terrestre, aumentando el brillo del cielo nocturno y ocultando hasta el 90% de las estrellas.
Sobre-iluminación
Es el uso excesivo de luz artificial, puede representar entre el 30 y 60% del consumo energético y
producto de usos inadecuados que mencionamos a continuación:
No usar temporizadores para apagar la luz cuando no es necesaria.
Uso de altos niveles de iluminación para tareas que no lo requieren.
Incorrecta proyección de la luz hacia áreas que no la necesitan.
Falta de mantenimiento en el equipo de iluminación, lo que resulta en un mayor gasto energético.
El uso de iluminación artificial cuando se puede utilizar la luz natural.
Resplandor
Existen diversas categorías de resplandor: resplandor cegador, resplandor deshabilitante y resplandor
molesto.
El primero es generado por fuentes extremadamente luminosas, como el Sol, provocando pérdida de
vista temporal o permanente; el segundo es generado por fuentes temporales e intensas de luz, que
disminuyen el contraste y la capacidad visual (por ejemplo, luces altas de un automóvil visto de frente);
el tercero solamente representa molestia y fatiga producto de la exposición continua a fuentes de luz.
Abarrotamiento
Es el uso excesivo y mala colocación de luz artificial, en particular en vías de tránsito y anuncios
comerciales. Puede generar confusión y distracción en situaciones delicadas (por ejemplo, en la aviación
comercial).

Contaminación personal.
Existen diversas maneras de contaminar nuestro espacio personal o el espacio de los demás en lugares
públicos como mercados, restaurantes o parques recreacionales, entre estas se encuentran:
No realizar el lavado de manos de manera constante, dando como resultado mala higiene y manos
contaminadas en lugares públicos poniendo en riesgo a las demás personas y a nosotros mismos. Por
ejemplo, al tocar a otra persona accidentalmente en un pasillo o tocar las manos del cajero del
supermercado.
Tocar o probar algún alimento contaminado en el supermercado o restaurante y contagiarse rápidamente
de algún virus o infección bacteriana.
No mantener la distancia social reglamentaria que respeta nuestro espacio personal y el de los demás nos
protege entre todos.
De que manera se contamina nuestro espacio personal o contaminamos el espacio de los demás en
lugares públicos como mercados , restaurantes o parques recreacionales
-fumando, -botando basura, -ensuciando, -quemando basura, -utilizando muchas bolsas.
Algunos hábitos adquiridos, algunas acciones que realizamos casi mecánicamente o sin darnos cuenta
tienen un cierto impacto ambiental que, aunque sea relativamente bajo, multiplicado por los millones de
personas que habitamos el planeta sus consecuencias adquieren unas dimensiones verdaderamente
enormes.
Es difícil enumerar todas y cada una de las acciones cotidianas que llevamos a cabo todos los días y que
pueden tener un mayor impacto medio ambiental: cada casa es un mundo y los hábitos de cada cual muy
distintos entre sí.
No obstante, sí que podemos elegir 5 de las acciones más comunes para ilustrar cómo contaminamos el
medio ambiente sin darnos cuenta y, de esta manera, concienciarnos sobre las consecuencias de nuestros
propios actos.
Este es el primer paso para tomar medidas que contribuyan a mejorar el mundo que compartimos,
medidas que en algunos casos pueden parecer insignificantes pero que, en la práctica y sin un gran
esfuerzo por nuestra parte, mejoran sustancialmente un entorno entorno natural que bien merece ser
objeto de todas las atenciones posibles.
Cinco ejemplos de cómo contaminamos el medio ambiente
Lo dicho: te invitamos a repasar 5 ejemplos de acciones cotidianas que perjudican el medioambiente, así
como sus respectivas medidas para prevenirlas. Toma nota de ello:
1. Envoltorios y embalajes
Cada vez más gente está concienciada con la importancia del reciclaje. Sin embargo, aún queda mucho
trecho por recorrer, y a veces nos cuesta saber cómo reciclar adecuadamente algunos productos como
medicamentos, bombillas, móviles, plásticos... incluso reciclando, ¡también contaminamos!
Medida: el mejor reciclaje es el que no debe realizarse. Por eso, cuando compres, procura adquirir
productos a granel (siempre que te sea posible), o con envases respetuosos con el medio ambiente;
reduce el volumen de residuos que generas, y asegúrate de que todos los miembros de tu familia saben
cómo reciclar correctamente. En caso de duda, puedes consultar algunas páginas con información útil al
respecto, como Ecoembes.
2. Comer melones y sandías en invierno, o naranjas en verano...
En relación con lo anterior, podemos añadir que el consumo de determinados productos en lugar de
otros daña en mayor medida el medio ambiente. Por ejemplo en alimentación, que representa una buena
parte de nuestro consumo diario, las frutas y verduras fuera de temporada (producidas en invernaderos, o
provenientes de lugares muy lejanos obtenidas y transportadas sin garantías ecológicas), los alimentos
genéticamente modificados o el abuso de carne y pescado son algunos de los malos hábitos que
muestran cómo contaminamos el medio ambiente sin darnos cuenta, y que podemos corregir de un modo
sencillo y sin esfuerzo.
Medida: puedes ser más responsable con tu consumo diario consumiendo productos de proximidad,
adquiriéndolos directamente de los productores o en alianza con otros consumidores: las cooperativas de
consumo son una opción cómoda, sencilla y respetuosa con el medio ambiente. También puedes
comprar en tiendas de comercio justo, donde garantizan la procedencia de todos sus productos,
elaborados teniendo en cuenta el respeto al medio ambiente y la dignidad de las personas que los
producen.
3. Esperando el agua caliente en la ducha
El agua es un recurso natural tan necesario como limitado. Se estima que en España, por persona y día,
consumimos unos 150 litros de agua (según datos del INE para 2013). Una ducha de 15 minutos, por
ejemplo, representa un consumo de más de 60 litros, o un lavado de manos, vajilla... de 1 minuto,
requiere casi 4 litros de agua.
Medida: además de cerrar el grifo mientras nos enjabonamos o nos cepillamos los dientes, en la ducha,
podemos ahorrar entre 5 y 10 litros de agua si, por ejemplo, mientras esperamos que salga agua caliente,
aprovechamos el resto de agua fría para llenar el cubo de fregar los suelos o la regadera si tenemos
plantas en casa.
4. Usar bombillas incandescentes
No es solo una preocupación ambiental la que nos ha de llevar a tener más en cuenta el consumo de luz
en nuestro hogar. La constante subida del precio de la electricidad ya es motivo por sí mismo suficiente
para controlar nuestro gasto doméstico, y que en términos ambientales se puede traducir en una
reducción de las fuentes de energía sucia (nucleares, térmicas...).

Si además le añadimos que en la mayoría de los hogares todavía se utilizan bombillas incandescentes
(las cuales ya no se producen en la UE, siguiendo una normativa medioambiental aprobada en los
últimos años), la electricidad extra que consumimos sin darnos cuenta se multiplica exponencialmente.
Medida: procurando tener encendidas únicamente las luces necesarias, sustituir las bombillas
tradicionales o incandescentes por bombillas de bajo consumo o LED, desconectar los electrodomésticos
que no estemos usando o emplear enchufes con botón de encendido y apagado general puede ahorrarnos
hasta un 20% en nuestra factura eléctrica, ¡con los beneficios ambientales que supone este ahorro!
5. Utilizar determinados productos de limpieza
La mayoría de los productos de limpieza procedentes de la industria están elaborados con productos
potencialmente tóxicos, y algunos incluso muy contaminantes. Para evitarlos, lee atentamente la
composición de los productos que adquieras o, si te animas, te proponemos que los fabriques en tu
propia casa con componentes completamente naturales. A continuación te ofrecemos algunos ejemplos
de productos de limpieza completamente biodegradables y caseros, aunque en Internet podrás encontrar
mucha más información sobre el tema:
Suavizante: además de ser respetuoso con el medio ambiente, el suavizante casero elaborado
simplemente con vinagre (medio litro), agua (1 litro) y bicarbonato (un par de cucharadas soperas) te
permitirá ahorrar algunos euros, ¡que siempre vienen bien!
Limpiador de plata: los productos químicos para limpiar cuberterías u otros objetos de plata suelen ser
altamente tóxicos y abrasivos, pero los puedes sustituir por una simple piel de plátano: frotando su cara
interior contra los objetos de plata conseguirás limpiarlos y hacerlos brillar como nunca.
Restauradores de madera: las masillas para cubrir arañazos y golpes en los muebles de madera se pueden
sustituir con nueces sin cáscara: si las frotas sobre los arañazos, verás cómo en pocos minutos
desaparecen sin tener que emplear productos abrasivos de ninguna clase.
Otras claves para no contaminar el medioambiente en tu día a día
Además de las medidas que te hemos expuesto en el apartado anterior para combatir aquellas acciones
con las que contaminamos el medioambiente sin darnos cuenta, también puedes poner en práctica otros
hábitos en tu día a día. Veamos:
Reducir tu consumo de bolsas plásticas. No es suficiente que tengas que pagar por ellas en los
supermercados y tiendas. La mejor opción es reciclarlas, reutilizarlas o simplemente buscar cestas o
bolsas de hechas con otro material.
Usa bombillas de bajo consumo en tu casa y en tus espacios cotidianos. Recuerda que producir la
electricidad que consumimos es un proceso que deja una huella notoria en los entornos.
Construye un huerto urbano en casa y prueba a cultivar tus propias frutas o productos. La idea no es que
te conviertas en un productor a gran escala (o al menos no en un principio), pero sí que tengas
conciencia de los ciclos naturales, la producción local y el cuidado de los recursos.

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