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Twitter: el próximo candidato

María Josefina Mas

Mi amigo Jack Dorsey, un gringo de Misuri, hombre tan bello como talentoso (insto a las
chicas amantes de las redes sociales a que busquen las fotos de esta caballero y
comprobarán que no exagero en nada), fue el inventor de Twitter. Para los desentendidos
en la materia que me lean, les digo que nos referimos a una inmensa plataforma
tecnológica, donde usted sigue “a”… y “a” si quiere, lo sigue a usted, que es lo mismo que
hacerse amigo, lo cual permite compartir infinidad de materiales. Entre los más comunes
están las noticias y fotos. Pero la cosa no termina allí, hay dos elementos relevantes.
Tiempo y arte.

Respecto al tiempo, diremos que el traslado de información es en tiempo real. Si usted


recibe un tweet diciendo: Hay carne en el abasto, pues corra porque el dato es inmediato.
Por tanto, dicha vía permite trasmitir información en el momento que está sucediendo, de
forma fehaciente, sin jefe de redacción, ni dueños que censuren los contenidos. Imagine
tiene el poder de ser parte de la comunicación mundial al golpe de la mano. Una
maravilla.

El segundo punto es el arte. Solo una línea y media es la magnitud de un tweet, por ende,
deberá convertirse en el mago de la síntesis. Las palabras deben ser estudiadas con
precisión para “decir mucho y escribir poco”. Estoy convencida que la comunicación
inteligente no comulga con esas habladeras infernales de hora y horas, que solo hacen
perder el tiempo de los aduladores. Que el largo encadenamiento comunicacional es
propio de los exhibicionistas cuyo interés es mostrarse, “hacer show” más que someterse
al delicado arte de comunicar, que además se realiza hasta con una mirada. Ese momento
mágico que las pupilas gritan el me gustas y la boca se frunce sin pronunciar palabra. “El
momento de la comunicación amorosa” que es sólo de dos, flechados por Cupido. A
través de esa red usted puede comunicarse con cualquiera de los usuarios del mundo,
ubicado en el lugar más recóndito de la tierra y a bajo costo. Atrás quedó el avión, el
hotel, la maleta, los dólares preferenciales. Le manda el tweet y estamos en comunidad
twiiterica ¿Qué tal? ¡Lo máximo!. Pero preparateeeeee….ahora se me caen las plumas
comunicacionales.

Verdaderamente a través de esta red se crea mucha alea y basura informática.


Pornografía, ventas fraudulentas, en fin, contenidos fatuos. Y la gente se desahoga y hasta
se insultan por tweet. ¿Ha visto tal perdedera de tiempo? Usar un medio trasnacional para
desbarrancar la esquizofrenia y la violencia propia. Pero ese no es un problema de la red
sino de la “LIBERTAD” que ella engendra. La base de la red de tweet es la gente y la
libertad de expresión y exposición que acarrea. Personas de todas partes del mundo
enlazándose a través de una línea y media ¿Y quién dijo que la libertad y la democracia no
problematiza el ser de la opresión?
Todos los países democráticos del mundo ponen límites en los contenidos públicos:
particularmente en materia de seguridad, inteligencia y defensa. ¿Qué pasará con el
gobierno de Venezuela que regulará ad infinitum la red de twitter más de lo que ya está?
Sería interesante conocer si los más pobres saben y usan este medio donde,
presuntamente, se cuenta con el mayor caudal de votos gubernamentales.

Saltan estas preguntas ¿Está dispuesto usted a cambiarse de bando político solo por leer
una línea y media? ¿Haría otros negocios? ¿Daría una vuelta a sus sentimientos de hoy
con respecto al poder en Venezuela? Si un tweet solito logra semejante acción hay que
hacerlo el próximo candidato.

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