Apolonio de Tiana era un respetado Gurú del siglo II, sus milagros se consideran superiores a los de Jesús en los medios paganos, definitivamente el más conocido es el de la erradicación de la epidemia de peste en la ciudad de Éfeso. Sucedió así: Los efesios no podían liberarse de la epidemia que los atormentaba, en medio de su desesperación llamaron a Apolonio, quien llego sobrenaturalmente a la ciudad y acabo con la epidemia de una horrible forma. Lo que hizo fue reunir a los efesios en el teatro, frente a su dios protector, por aquel lugar transitaba un mendigo, aparentemente ciego y totalmente desprotegido, Apolonio alentó a los ciudadanos a apedrear al hombre, al inicio los ciudadanos dudaron, pero Apolonio los convenció diciendo que aquel hombre era enemigo de sus dioses, en muy poco tiempo el hombre quedo muerto y cubierto por cientos de piedras, al dejar a la luz su cadáver tenía un muy mal aspecto, Apolonio consiguió que los aldeanos vieran a aquel hombre como lo que él quería (“el demonio de la peste”), no como lo que realmente era, así acabo la peste, pero no una peste bacteriana, jamás existió una de tal tipo, sino una peste de orden social, si Apolonio hubiera intervenido en un contexto de peste bacteriana, la lapidación al mendigo no hubiera tenido ningún resultado frente a la llamada “epidemia” Este milagro consiste en desencadenar un contagio mimético tan intenso que acaba uniendo a toda la población contra el mendigo, la única oportunidad de detener tal horror fue la negativa inicial por parte de los efesios, esta oportunidad logra ser suspendida por Apolonio, que consigue al final so cometido. Este horrible milagro es comparado con el de Jesús, que demuestra su piedad al salvar a una mujer adúltera que es llevada ante el: Los escribas y fariseos descubrieron en fragancia a una mujer adúltera, la llevaron ante Jesús afirmando que en las leyes de Moisés estaba bien estipulado que debía ser apedreada, Jesús la observo y luego observo a los ciudadanos y dijo “Quien de vosotros esté libre de pecado que lance la primera piedra”, pero nadie fue capaz de iniciar el ritual y la mujer fue salva. La expresión de “La primera piedra” está presente en ambas situaciones y ha estado vigente desde entonces. Esa primera piedra constituye la principal preocupación para Apolonio, dado que ningún efesio se decide a arrojarla, Apolonio resuelve esta preocupación cuando los efesios ven al mendigo como “el demonio que es”. Por otro lado, Jesús triunfa haciendo que ningún ciudadano se sienta digno de apedrear a aquella mujer, así triunfa la “No Violencia”, “Cuanto más piensen quienes van a tirar la primera piedra en la responsabilidad que asumirían si lo hacen, más posibilidades hay de que la piedra caiga en sus propias manos”- (El Horrible Milagro de Apolonio de Tiana-pág. 82). Una vez lanzada la primera piedra, la segunda será lanzada más fácilmente y consecuentemente la tercera y así sucesivamente. Así entendemos el dinamismo de las masas, definidas por la imitación y/o mimetismo observado en ambos ejemplos, en el primero de la manera negativa y en el segundo de manera positiva. REFLEXIÓN Considero que es parte del dinamismo de las masas el contagio mimético hacia algo, existe entonces un contagio mimético que alienta a los integrantes a una violencia colectiva en contra de una víctima señalada por todos, pero por la otra cara, existe también un contagio mimético que une a los miembros en reflexión de algo, evitando de esta manera el apasionamiento mimético violento, es decir renunciando a la lapidación de la víctima. Quiero demostrar porque se observa esta reacción de los ciudadanos en ambas situaciones. En el primer caso, si alguno de los ciudadanos en aquella plaza, hubiera sido más fuerte y valiente que Apolonio y se hubiera opuesto a aquel horroroso crimen, seguramente un porcentaje de los que allí se encontraban lo habrían apoyado y aquel mendigo hubiera tenido oportunidad de ser salvado, pero ¿Qué paso?, que no hubo tiempo para que ningún ciudadano se alzara frente Apolonio, antes de que alguno demostrara la valentía de oponerse, callo la primera piedra y no hubo reversa entonces. En el segundo caso, cuando Jesús dijo “Quien de vosotros esté libre de pecado, lance la primera piedra”, pudo existir alguien dentro de la multitud que se sintiera completamente digno de afirmar que no pecaba como los demás, en este caso los ciudadanos no hubieran sido convencidos por las palabras de Jesús y el también habría acabado apedreado. Creo que lo que sucedió fue que la culpa de haber pecado al igual que aquella mujer impedido que alguien intentara contra ella, y el mimetismo llamémoslo “reflexivo” se alzó por encima de la violencia colectiva de la situación anterior. Entonces, para fomentar la violencia colectiva hay que reforzar la inconsciencia de la misma, las personas deben tener una falsa razón para ser violentos, y deben pensar que esta violencia los Liberara de lo que los atormenta “peste”, y solo podrán conseguir su objetivo si actúan en conjunto. Para desalentar esa violencia hay que mostrarla tal cual como es, desenmascárala frente a todos, todas y cada una de las personas deben observar lo cruda y lo sangrienta que es la violencia por si sola y aún más cruda y horrorosa cuando se presenta como un “todos contra uno” sin razón. Aunque se presenta como casos aislados, son situaciones vigentes en nuestras comunidades, todos en algún momento nos hemos visto envueltos miméticamente en una situación ya sea positiva o negativamente. “La definición mimética de los comportamientos colectivos sigue siendo tan válida como hace dos mil años”, esto a raíz der que lo colectivo, lo que se da es comunidad es lo socialmente aceptado y a todos nos interesa encajar en la sociedad, aunque eso implique realizar acciones que no son o no deberían estar moralmente aceptadas. Bibliografía: Veo a Satán caer como el relámpago – René Girard. IV. El Horrible Milagro de Apolonio de Tiana ANGIE MILENA SAAVEDRA UMBARIVA SIGNIFICACIÓN TEOLÓGICA