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Rosas de sangre han florecido.

Reviven en tu cuerpo la pasi�n,


Francisco de amor est�s herido,
las manos, los pies y el coraz�n.

Tus manos que acogen a los pobres


y parten su pan con el mendigo
yo quiero tambi�n amar a todos.
�Ya puedes, Se�or, contar conmigo!

Sembrando la paz y el bien caminas,


y yo, sembrador, ir� a tu lado.
En ti el Evangelio es carne viva,
y Cristo otra vez crucificado

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