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ITE 01 GENERALIDADES

ITE 01.1 TERMINOLOGÍA

Se comentan algunas definiciones de la norma UNE 100.000 por su especial interés en el contesto de
este Reglamento y al final se indicarán las reglas fundamentales para el empleo del sistema de unidades
de medida SI.
Antes se menciona que existe un informe CEN, CR 12792 de marzo de 1997, relativo a símbolos y
terminología, que, cuando sea traducido a la lengua castellana, sustituirá, por lo menos de forma parcial,
a la citada norma UNE.

1. Calderas
Se llama la atención del lector sobre las nuevas definiciones de calderas, introducidas en las normas
europeas armonizadas, y, en particular, la diferencia que se establece entre caldera convencional (o
calderas estándar, según la definición oficial), caldera de baja temperatura y caldera de condensación.

A continuación se reproducen literalmente las definiciones:

• caldera: el conjunto formado por el cuerpo de la caldera y el quemador, destinado a transmitir al agua
el calor liberado por la combustión
• caldera estándar: caldera cuya temperatura media de funcionamiento puede limitarse a partir de su
diseño
• caldera de baja temperatura: una caldera que puede funcionar continuamente con una temperatura
de agua de alimentación entre 35° y 40°C y que, en determinadas circunstancias, puede producir
condensación (se incluyen en esta definición las calderas de condensación que utilizan combustibles
líquidos)
• caldera de gas de condensación: una caldera diseñada para poder condensar de forma permanente
una parte importante del vapor de agua contenido en los gases de combustión

Igualmente, se prestará atención a las nuevas definiciones de potencia nominal útil y rendimiento útil de
una caldera; ésta última deberá leerse junto con las definiciones de los poderes caloríficos inferior PCI y
superior PCS del combustible.

• potencia nominal útil de una caldera: la potencia calorífica máxima que, según determine y
garantice el fabricante, se puede suministrar en funcionamiento continuo, ajustándose a los
rendimientos útiles declarados por el mismos fabricante

• rendimiento útil de una caldera: la relación entre el flujo de calor transmitido al fluido portador y el
producto del PCI a presión constante del combustible por el consumo en la unidad de tiempo

• poder calorífico (de un combustible): cantidad de calor producido por la combustión, a una presión
constante e igual a 101.325 Pa, de la unidad de volumen o de masa de combustible (si el combustible
es gaseoso, los componentes de la mezcla están tomados en las condiciones de referencia de 15°C y
101.325 Pa), tras ser conducidos los productos de la combustión a las mismas condiciones de
referencia. Se distinguen dos tipos de poder calorífico:

• Poder Calorífico Superior (Hs o PCS): el agua producida por la combustión está supuestamente
condensada
• Poder Calorífico Inferior (Hi o PCI): el agua producida por la combustión permanece
supuestamente en estado de vapor

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2. Coeficientes de eficiencia energética de maquinaria frigorífica
Unas palabras aparte merecen las definiciones de los coeficientes de eficiencia energética de una
máquina frigorífica, denominados EER para el régimen de refrigeración y COP para el régimen de
calentamiento, siempre de acuerdo a las normas europeas armonizadas.

Las definiciones, que son válidas para máquinas movidas por motores eléctricos, vienen a decir,
sucintamente, que el coeficiente de eficiencia energética, EER o COP, es igual a la relación entre la
potencia, frigorífica o calorífica respectivamente, entregada por la máquina al fluido portador y la potencia
absorbida útil.

No hay dificultad en comprender la definición de potencia entregada al fluido; sin embargo, se debe
prestar atención a como se define la potencia absorbida útil, que es la suma de tres términos:

1. potencia absorbida por el motor del compresor o los motores de los compresores
2. potencia absorbida por todos los dispositivos de control y seguridad
3. parte proporcional de la potencia absorbida por los equipos de movimiento de transferencia energética
dentro de la unidad (ventiladores y/o bombas)

Se advierte que las definiciones de potencia útil y potencia absorbida son ligeramente diferentes según el
tipo de fluido portador (aire o líquido) y el tipo de máquina (enfriadora o bomba de calor); el lector hará
bien en consultar la norma específica de la máquina en cuestión.

Se recuerda que, antes de la entrada en vigor de las normas europeas, las definiciones que se
empleaban eran, para un equipo, el CEE, acrónimo de Coeficiente de Eficiencia Energética, con los
subíndices "e" y "c" según se tratara del lado evaporador (régimen de refrigeración) y del lado
condensador (régimen de calentamiento) respectivamente, y, para un sistema, el COP, acrónimo de
COeficiente de Prestación o Coeficiente de OPeración.

Con las nuevas definiciones se echa de menos un acrónimo para indicar, de forma específica y exclusiva,
el coeficiente de prestación de un sistema o de un subsistema, precisamente el antiguo COP. Con el fin
de evitar complicaciones y eventuales discrepancias con futuras normas europeas, se recomienda seguir
empleando el acrónimo COP para este fin, indicando claramente que se refiere a las prestaciones de un
sistema.

En los últimos tiempos se están empleando con cierta frecuencia máquinas de compresión mecánica
movidas por motores endotérmicos, de gas generalmente, que aún no están contempladas en la
normativa europea.

Si se aplicaran a estas máquinas las definiciones válidas para las máquinas movidas eléctricamente, el
primero de los tres términos (la potencia absorbida por el motor del compresor) sería igual al producto del
caudal de combustible por su poder calorífico inferior.

En este caso, las máquinas con motor endotérmico darían una eficiencia mucho más baja que las con
motor eléctrico, un tercio en números redondos. Sin embargo, la realidad es diferente si se mira, como
debe ser, en términos de energía primaria.

La máquina movida por motor eléctrico está alimentada con una forma de energía que, para su
generación y entrega en bornes del motor, ha sido penalizada con un rendimiento global (producción,
transformación y transporte) que está alrededor del 35%, en números redondos. El motor eléctrico,
además, y la distribución en baja tensión tiene un rendimiento que está entre el 90 y el 95%, dependiendo
de su potencia. El producto de los dos rendimientos, un 30% aproximadamente, da la fracción de
potencia primaria realmente entregada al eje del compresor frigorífico.
Por otro lado, el motor endotérmico tiene un rendimiento de aproximadamente el 30%; es decir, la
potencia entregada al eje del compresor es igual al 30% de la potencia absorbida antes definida.

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Estos conceptos se expresan en este gráfico.

Pérdidas en:
- producción
- transformación
- transporte

Pérdidas en:
- distribución
Central 65% - motor
termoeléctrica
energía primaria 5% 30% energía útil

Pérdidas en:
- gases de escape
- camisa
- aceite

70%
Motor endotérmico
energía primaria
30% energía útil

Por lo tanto puede afirmarse que, en términos de energía primaria, las dos máquinas son equivalentes.
En este sentido el técnico deberá hacer sus consideraciones de carácter energético; las de carácter
económico dependerán, evidentemente, del costo de la energía entregada a pie de máquina, aparte el
costo de inversión.

De otra parte, si las definiciones se modificaran en el sentido de considerar la potencia absorbida por el
eje de la máquina movida, se complicaría su medición y no cambiaría la sustancia de la cuestión.

El técnico tendrá en cuenta, además, la posibilidad que ofrecen las máquinas de motor endotérmico de
recuperar el calor de la camisa del motor, del aceite de lubricación y de los gases de escape. Su
utilización en el régimen de bomba de calor, como calor a añadir al entregado por el condensador o como
precalentamiento del aire a la entrada del evaporador, incrementará, de forma notable, el COP de la
máquina.

Se hace hincapié sobre un concepto que, aún siendo obvio, el técnico nunca debe olvidar: mientras la
eficiencia energética de una máquina, del tipo que sea, es plena responsabilidad del fabricante de la
misma, la eficiencia del sistema de climatización o parte de él (subsistema) es responsabilidad del
proyectista del mismo.

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3. Rendimiento, eficiencia y eficacia
La técnica del aire acondicionado se caracteriza por pertenecer a múltiples y diferentes disciplinas. Por
ello, es necesario distinguir la habilidad de ciertos equipos, aparatos o sistemas a cumplir su función.
El diccionario de la lengua española de la Real Academia no ayuda en esta tarea. En efecto, se indican a
continuación las acepciones de las palabras indicadas en el título de este apartado (en el caso de
rendimiento las dos que más se acercan al significado técnico que se necesita en este contexto):

• rendimiento: "Producto o utilidad que rinde o da una persona o cosa" o bien "proporción entre el
producto o el resultado obtenido y los medios utilizados"
• eficiencia: "Virtud y facultad para lograr un efecto determinado"
• eficacia: "Virtud, actividad, fuerza y poder para obrar"

El Vocabulario Científico y Técnico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales emplea
estas definiciones, mucho más precisa que las anteriores:

• rendimiento: "Relación entre la cantidad de materia o energía resultante de un proceso y la cantidad


inicial de una u otra aportada al mismo "
• eficiencia: "Rendimiento del acoplamiento entre dos procesos"
• eficacia: sinónimo de eficiencia

El lector habrá notado, seguramente, que el término rendimiento se emplea para indicar la eficiencia de
la transformación de un tipo de energía a otra.
Por ejemplo: se puede hablar de rendimiento de un motor eléctrico porque en él tiene lugar una
transformación de energía eléctrica a energía mecánica o de un motor endotérmico, que transforma la
energía química del combustible en energía mecánica, o de una caldera, que transforma la energía
química del combustible en energía calorífica (y, luego, la transfiere al fluido portador), o de una bomba o
un ventilador, que transforman energía mecánica al eje en energía potencial y cinética (presiones
estáticas y dinámicas, respectivamente) en el fluido.

El término eficiencia, sin embargo, se emplea para indicar la habilidad para transferir la energía de un
fluido a otro; es decir, representa la eficiencia de transferencia de la energía en el acoplamiento entre dos
procesos.
Por ejemplo: un intercambiador de calor transfiere energía calorífica de un fluido (el primario) a otro (el
secundario) con una eficiencia que se define como relación entre la potencia que recibe el fluido
secundario, o potencia útil, y la potencia máxima que pueden intercambiar los dos fluidos.
Este concepto se puede expresar, en términos generales, con la siguiente relación:

C2 • [ M s 2 − M e 2 ]
ε=
Cmen • [ M e1 − M e 2 ]
en la que:

• M representa una Magnitud que puede ser la entalpía, la temperatura o, incluso, la humedad
específica (sí el fluido es el aire)
• C representa el Caudal, másico o capacitativo (el caudal “capacitativo” representa el producto del
caudal másico por el calor específico y se mide en W/K), dependiendo de la magnitud M
• los subíndices "e" y "s" de M quieren indicar "entrada" y "salida", respectivamente
• los subíndices "1" y "2" del caudal C representan los fluidos “primario” y “secundario” (que es el fluido
útil), respectivamente, mientras que "men" representa el "menor" entre los dos caudales, primario y
secundario

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Me1 Ms2

C1 C2

Ms1 Me2

Para comprender el significado físico de la ecuación, supóngase que la magnitud M sea la temperatura T.
Si los dos caudales fueran iguales o si el caudal menor fuera el caudal del fluido secundario ( Cmen = C2 ),
la eficiencia dependería solamente de las temperaturas, según se indica en esta ecuación:
Ts2 − Te2
ε=
Te1 − Te2
La eficiencia tiende a la unidad cuando la temperatura de salida del fluido secundario Ts2 se acerca a la
temperatura de entrada del fluido primario Te1. Para ello sería necesario que el área de la superficie de
intercambio fuera muy grande; si ésta fuera "infinita" la eficiencia sería exactamente igual a uno (en la
hipótesis que las pérdidas fueran nula).

Sin embargo, si la relación C2/Cmen fuera mayor que uno, es decir, si el caudal menor es igual al del fluido
primario o, lo que es lo mismo, si el caudal del fluido primario es menor que el caudal del fluido
secundario, la temperatura de salida del fluido secundario Ts2 nunca podría igualar la de entrada del fluido
primario, ni siquiera si el área de la superficie de intercambio fuera infinita.

Tenga presente el lector que las definiciones arriba indicadas son válidas únicamente en el ámbito de
este reglamento, lamentablemente. Por ejemplo, en la traducción al castellano de las normas europeas
sobre intercambiadores de calor se emplea el término "rendimiento" para indicar lo que aquí, para estos
aparatos, se ha denominado "eficiencia".
Sin embargo, en el contexto del reglamento debe mantenerse la distinción entre rendimiento y
eficiencia. El primero debe referirse al proceso que tiene lugar en un equipo activo, que produce CO2 por
el hecho del mismo proceso; el segundo a un equipo pasivo, que produce CO2 solamente por efecto de
fenómenos secundarios.

Igualmente importante es mantener la discriminación entre los conceptos de EER y COP, de un lado, y el
de rendimiento, por el otro, que muchas veces se confunden. El rendimiento, así como está definido,
nunca podrá ser superior a uno, mientras que el EER puede ser mayor que uno y el COP es siempre
mayor que uno, por definición.

Por último, unas palabras sobre el concepto de eficacia, referida a un sistema de ventilación. Se
reproduce aquí la ecuación que expresa esta eficacia:

Me − Mi
ε=
Mr − Mi
donde, una vez más, M representa una magnitud (todas expresadas con la misma unidad de medida,
obviamente) y los subíndices "e", "i" y "r" representan el valor de esa magnitud en el aire extraído del
local, en el aire impulsado al local y en un punto del recinto, respectivamente.
Si la magnitud representa la concentración de una cierta sustancia contaminante la eficacia se
denominará de ventilación mientras que, si representa la temperatura, se denominará de temperatura.

Se volverá en otra parte de estos comentarios sobre el tema, debido a su importancia para la selección
del sistema de difusión de aire en los locales. Ahora, se apunta solamente a que esta eficacia puede ser
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superior a la unidad e, incluso, por lo menos teóricamente, igual a infinito. Para ello es necesario que el
sistema de difusión sea capaz de reducir al mínimo la diferencia de la magnitud expresada en el
denominador de la ecuación.

Si, por ejemplo, en un lugar del recinto o en toda la zona ocupada se logra que la concentración de una
sustancia nociva sea igual a la del aire impulsado, es evidente que la calidad del aire será la máxima
posible; la eficacia de ventilación será igual a infinito.
Igualmente: si se lograra que la temperatura en la zona ocupada fuera igual a la de impulsión e igual,
naturalmente, a la temperatura de bienestar fijada en proyecto, la eficacia de temperatura sería igual a
infinito.

Los ejemplos arriba mencionados no existen en la realidad; sin embargo, la valoración de las eficacias
representa un instrumento fundamental para juzgar, de forma objetiva, un sistema de difusión de aire. Un
factor de creciente relevancia a tener en cuenta para el mantenimiento de la calidad del aire interior,
deteriorado por los nuevos materiales que se van empleando en la construcción y decoración de los
edificios y por el mismo sistema de climatización, es el que está ligado al concepto de eficacia de
ventilación.

La palabra "eficacia" se emplea, también, para indicar la capacidad de los filtros de eliminar partículas
sólidas en suspensión en el aire y, en general, de cualquier dispositivo de purificación del aire
(purificadores) concebido para eliminar sustancias contaminantes en fase sólida, líquida o gaseosa o en
fase de vapor, como filtros químicos, filtros de adsorción, ionizadores etc.

En resumen, se invita al técnico a emplear correctamente la terminología, sobre todo en la redacción de


documentos pero también en el lenguaje hablado, con el fin de evitar confusiones y malentendidos.

4. Sistema de unidades de medida


En toda la normativa española y europea se emplea el sistema internacional de unidades de medida SI
(véase la norma UNE 5.002). El uso del sistema SI es de fácil aplicación para los que proceden del
sistema técnico ST (denominado, erróneamente, métrico).

La resistencia a su difusión se debe, fundamentalmente, a que se carece, para ciertas medidas, de la


sensibilidad al valor numérico expresado con la unidad SI. Sin embargo, los casos son escasos; aquí se
da una muestra de ellos.

• unidad de potencia
Es el W (Vatio) o sus múltiplos (kW, MW, GW etc.) y submúltiplos (raramente necesarios, salvo en
acústica: mW, µW, nW, pW etc.), en lugar de kcal/h o, en refrigeración, Frig/h (¿con la F mayúscula?). La
relación entre estas unidades, como es bien conocido, es la siguiente: 1 kW = 860 kcal/h.
No resulta difícil memorizar esta relación y calcular mentalmente, si alguien aún está afectado por el
"síndrome" del sistema técnico, el valor numérico de una cantidad en kcal/h dado un valor en kW.
Naturalmente, el “caballo” deberá sustituirse por el kW. Se recuerda que, para complicar un poco las
cosas, existen dos unidades denominadas “caballo”: el CV, que es igual a 0,736 kW, y el HP (caballo
americano), que es igual a 0,746 kW.

• unidad de energía
En el sistema SI la unidad es el Julio (J, que es igual a W·s); una kcal es equivalente a 4.186 J. Se ha de
reconocer que esta unidad presenta dificultades para una conversión rápida. De otra parte, la industria
eléctrica sigue empleando el kWh o sus múltiplos (se recuerda que la unidad de medida del tiempo en el
sistema SI es el segundo, no la hora; por tanto, el kWh es una unidad no admitida por el sistema SI).
Como conclusión y recomendación, parece sensato emplear el kWh como unidad de medida de la
energía, aunque no forme parte del sistema SI y dejar de un lado la "kcal" y su múltiplo la "termia" (1.000
kcal), para no hablar de otras unidades como la TEP (tonelada equivalente de petróleo), empleada en el
lenguaje económico, etc. El julio y sus múltiplos se emplearán preferentemente en trabajos de carácter
científico.

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Se menciona que, en contadas ocasiones, la unidad de potencia o energía térmica puede engendrar
confusión con las análogas eléctricas. Cuando esto ocurra, se recomienda hacer seguir a la unidad la
palabra "térmico" o el subíndice “t”.

• unidad de presión
La unidad fundamental del sistema SI es el Pa (Pascal, igual a N/m2).
El Pascal es equivalente, aproximadamente, a 0,1 milímetros de columna de agua.
Para las caídas de presión de un circuito de agua puede emplearse el kPa, que es igual, evidentemente,
a 0,1 metros de columna de agua, aproximadamente.
Para las presiones de pruebas de aparatos, cuya magnitud se mide, en el sistema técnico, en kg/cm2 o
atm, puede emplearse el bar, que es igual a 105 Pa (esta unidad es una excepción admitida en el sistema
SI: los múltiplos mayores de 103 y submúltiplos menores que 10-3 lo son en razón del multiplicador 10n,
donde "n" es un número entero múltiplo de 3).
Un bar es equivalente a 1 kg/cm2 del sistema técnico con la misma aproximación, antes citada, que se
debe a que la aceleración de la gravedad es algo inferior a 10 m/s2.
El mbar es muy empleado en la medida de la presión atmosférica. La presión atmosférica “normal” es
igual a 101.325 Pa (o 1,01325 bar o, mejor, 1013,25 mbar).
No se ve dificultad alguna para el empleo del Pascal como unidad de medida, porque su "traducción"
mnemotécnica es muy fácil.

• unidad de caudal
El sistema técnico ST emplea la hora (y, a veces, el minuto) como unidad de tiempo, lo que dificulta un
poco la "traducción" a la correspondiente unidad del sistema SI, ya que el factor multiplicativo para pasar
de la unidad SI a la unidad ST es 3.600 (número de segundos en una hora).
Se recuerda que el sistema SI admite el empleo del LITRO (igual a un dm3) como unidad de medida del
volumen y recomienda escribirlo con la letra inicial mayúscula “L”, porque la letra “l” minúscula se podría
confundir con el número "1".
Por lo tanto, las unidades de medidas a emplear para los caudales volumétricos son L/s y m3/s, en lugar
que L/h o m3/h y, menos aún, L/min o m3/min, que tan extendidas están, particularmente en los sectores
de fontanería y sistemas contraincendios.
Los caudales másicos se medirán en kg/s o g/s.

Por último, se recuerdan las siguientes reglas de aplicación del sistema de unidades SI:

• Las unidades básicas del sistema SI se escriben en letra minúscula (m, kg, s, mol y cd), salvo la
medida de la corriente eléctrica (A, Ampère) y de la temperatura termodinámica (K, Kelvin), porque
proceden de nombres de personas. Lo mismo dígase para las unidades derivadas siguientes: Hz
(Hertz), N (Newton), Pa (Pascal), J (Joule), W (Watt), V (Volt) y Ω (Ohm).

• Las unidades de medida no se puntúan nunca.

• En el sistema SI no ha lugar la confusión entre masa y peso como en el sistema técnico (unidades:
kilogramo y kilopondio); la masa se mide en kg y el peso, como fuerza que es, en N (Newton). Un N es
igual 0,1 "kilopondios", aproximadamente.
En los catálogos técnicos, los “pesos” de aparatos y equipos deberían denominarse “masas”.

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• Los prefijos de múltiplos y submúltiplos se escriben en letra minúscula, salvo los múltiplos iguales o
mayores que 106, como se indica en la siguiente tabla:

prefijo símbolo factor multiplicativo


exa E 1018
peta P 1015
tera T 1012
giga G 109
mega M 106
kilo k 103
hecto h 102
deca d 101
unidad - 1
deci d 10-1
centi c 10-2
mili m 10-3
micro µ 10-6
nano n 10-9
pico p 10-12
femto f 10-15
atto a 10-18

Cuando se expresa una cantidad con un valor numérico y la correspondiente unidad, se recomienda
que el prefijo se elija de manera que el valor numérico sea mayor que 0,1 y menor que 1.000.

• Las unidades compuestas se escriben poniendo entre paréntesis las que están en el denominador,
para evitar confusiones. Por ejemplo: la unidad de medida de la conductividad térmica debe escribirse
W/[m·K], no W/m·K porqué se interpretaría así: [W/m]·K, y la del calor específico J/[kg·K], no J/kg·K.
Puede omitirse el signo de multiplicación, dejando en su lugar un espacio: J/[kg K] o W/[m K].
Las unidades compuestas pueden también escribirse, como se hace en la literatura técnica y científica
(véanse las normas del CEN, por ejemplo), con exponentes negativos. Tomando los ejemplos
anteriores, la unidad de medida de la conductividad se puede escribir W·m-1·K-1 o W m-1 K-1 y la del
calor específico J·kg-1·K-1 o J kg-1 K-1.

• Para la medida de temperatura se usa la escala de grados Kelvin (K; no °K) o la escala de grados
Celsius (°C).
Las escalas de temperatura Kelvin y Celsius (o centígrados) parten de valores diferentes para el cero.
Para la escala Kelvin el cero corresponde a la temperatura a la cual la energía cinética de las
moléculas de un cuerpo es nula (cero absoluto), mientras que para la escala Celsius el cero es la
temperatura de cambio de estado de líquido a sólido del agua. Un intervalo de temperatura definido en
las dos escalas es igual: p.e., 3 K = 3ºC. Por esta razón puede escribirse, por ejemplo, la unidad de
medida de la conductividad térmica así W/[m·ºC] o, mejor, así W/[m·K].

• Las unidades de medida no siguen las reglas gramaticales del plural: "diez metros", por ejemplo, se
escribe, simplemente, "10 m" y no "10 mts." o "10 mtrs.".

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Se resumen las unidades de medida básicas del sistema SI:

cantidad nombre símbolo


longitud metro m
masa kilogramo kg
tiempo segundo s
corriente eléctrica amperio A
temperatura termodinámica Kelvin K
cantidad de sustancia mole mol
intensidad luminosa candela cd

Las unidades derivadas más importantes son las siguientes:

expresiones en términos de
cantidad nombre símbolo otras unidades unidades básicas
frecuencia hertz Hz s-1
fuerza newton N m·kg·s-2
presión, tensión pascal Pa N/m2 kg·m-2·s-2
energía, trabajo joule J N·m m2·kg·s-2
potencia vatio W J/s m2·kg·s-3
tensión voltio V W/A m ·kg·(s-3·A-1
2

resistencia eléctrica ohm Ω V/a m2·kg·s-3·A-2


capacidad eléctrica farad F C/V kg-1·m-2·A2·s4

Las unidades más importantes en el campo de la climatización son las siguientes:

magnitud unidad magnitud unidad


aceleración m·s-2 entalpía J·kg-1
aceleración angular rad·s-2 fuerza N
capacidad térmica J·K-1 masa kg
calor específico J·kg-1·K-1 momento N·m
caudal másico kg·s-1 potencia W
caudal volumétrico m3·s-1 presión Pa
concentración mol·m-3 velocidad m·s-1
conductividad térmica W·m-1·K-1 velocidad angular rad·s-1 (1)
densidad kg·m-3 viscosidad dinámica N·s/m2
energía J viscosidad cinemática m2·s-1
entropía J·kg-1·K-1 volumen específico m3·kg-1

(1) la velocidad angular puede medirse también en revoluciones por segundo (r/s o rps) y
se tolera emplear revoluciones por minuto (r/min o rpm)

Cuando se escribe una ecuación, o se emplea una ecuación que procede de otra fuente, se recomienda
hacer siempre el análisis dimensional. Todos los términos deben tener las mismas dimensiones; si así no
fuera, la ecuación no es correcta. No debe olvidarse tampoco que todos los exponentes no tienen
dimensiones.

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Por último, se indican a continuación los factores de conversión para las unidades más comúnmente
empleadas en el sector de la climatización en el sistema internacional SI, sistema técnico ST y sistema
Inch-Pound (pulgada-libra) IP.

- longitud
1 pulgada = 0,0254 m
1 pie (12 pulgadas) = 0,3048 m
1 yarda (3 pies) = 0,9144 m
1 milla náutica (6.080 pies) = 1.853,1840 m
- masa
1 libra = 0,45359237 kg
1 onza = 2,8349523·10-2 kg
1 grano = 6,479891·10-5 kg
- tiempo
1 minuto = 60 s
1 hora = 3.600 s
1 día solar = 86.400 s
1 año solar (365,24 días) = 31.556.926 s
- ángulo plano
1 grado (°) = 0,017453293 rad
360° = 6,2831853 rad
- velocidad angular
1 rpm = 0,10471975 rad/s
- fuerza
1 kilopondio = 9,8066501 N
1 libra-fuerza = 4,4482217 N
- energía
1 kilocaloría = 4,184·103 J
1 BTU (British Thermal Unit) = 1,0543507·103 J
1 kWh = 3,6·106 J
- potencia
1 kilocaloría/hora = 1,1622 W
1 BTU/hora = 0,29287519 W
1 HP (técnico) = 735,49962 W
1 kp·m/s = 9,806652 W
- presión
1 kilopondio/cm2 = 98.066,520 Pa
1 mm c.d.a. = 9,8066520 Pa
1 pulgada c.d.a. = 249,08212 Pa
1 atmósfera = 101.325,03 Pa
1 psi = 6.894,7591 Pa
- viscosidad
dinámica 1 poise = 0,1 N·s/m2
cinemática 1 stokes = 0,0001 m2/s

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5. Números preferentes
Las series de números preferentes constituyen un instrumento técnico muy útil para racionalizar los
intervalos entre magnitudes y reducir, por tanto, los costos de producción y almacenamiento de cualquier
producto.
Ejemplos del uso de estas series normalizadas están constituidos por los rodetes de ventiladores,
dimensiones de conductos, dimensiones de tuberías, secciones de cables eléctricos, potencias de
motores eléctricos etc.

Las series más empleadas (véase ISO 497-1973) son las siguientes:

serie R5 R 10 R 20 R 40
razón 1,60 1,25 1,12 1,06
1,00 1,00 1,00 1,00
1,06
1,12 1,12
1,18
1,25 1,25 1,25
1,32
1,40 1,40
1,50
1,60 1,60 1,60 1,60
1,70
1,80 1,80
1,90
2,00 2,00 2,00
2,12
2,24 2,24
2,36
2,50 2,50 2,50 2,50
2,65
2,80 2,80
3,00
3,15 3,15 3,15
3,35
3,55 3,55
3,75
4,00 4,00 4,00 4,00
4,25
4,50 4,50
4,75
5,00 5,00 5,00
5,30
5,60 5,60
6,00
6,30 6,30 6,30 6,30
6,70
7,10 7,10
7,50
8,00 8,00 8,00
8,50
9,00 9,00
9,50
10,00 10,00 10,00 10,00

El dígito n que sigue a la letra R representa el número de elementos de la serie, de 1 a 10 (éste último
excluido).
De 10 en adelante las series siguen con el mismo criterio; hace falta solamente multiplicar por 10, 100 etc.
Las razones r indicadas en la segunda fila se hallan aplicando la ecuación:
1
r = 10 = 10
n n

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 11


donde n es el número identificativo de la serie (el resultado se redondea).

Cada pareja de valores está ligada por esta relación:

n −n
r1 2 1

= 10 n1 •n2
r2

Por ejemplo, el técnico reconocerá fácilmente en las series R10 y R20 las dimensiones nominales de
tuberías y efectivas de conductos circulares disponibles en el mercado:

R10 R20 R20


10 100 1000
110 1100
12 125 1250
140 1400
16 160 1600
180 1800
20 200 2000
225 etc.
25 250
280
32 315
355
40 400
450
50 500
560
63 630
710
80 800
900

Se menciona, por último, que las normas europeas relativas a conductos circulares emplean la serie R10
de números y toleran, durante un período de tiempo limitado, los diámetros que pertenecen a la serie
R20.

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 12


ITE 01.2 OTRAS REGLAMENTACIONES APLICABLES

Se comentan a continuación algunos de los aspectos más relevantes de los reglamentos y normas
actualmente vigentes en España.

En casi todas las reglamentaciones mencionadas en este apartado se fija la obligatoriedad de un título,
carné o autorización para ejecutar las instalaciones correspondientes.

Aunque la Ley no obliga a tener un título específico para proyectar un determinado tipo de instalación, lo
que queda claro es que el técnico competente, al que se suelen referir todos los Reglamentos, ha de
estar especializado en el tipo de instalación que se vaya a ejecutar.

Aún cuando la instalación sea muy sencilla, quienes intervienen en proyecto, montaje, dirección de obra,
puesta en marcha y mantenimiento deben tener capacidad técnica y autorización administrativa para
realizar un amplio abanico de tareas, pertenecientes a las múltiples y diferentes disciplinas que forman
parte de la técnica del acondicionamiento de aire.

Independientemente de las exigencias que la Administración imponga para asegurar el cumplimiento de


las diferentes reglamentaciones y, sobre todo, la adopción de las medidas de seguridad adecuadas, los
técnicos involucrados en la instalación, como proyectista, instaladores o mantenedores, deben poder
dominar todas las técnicas y oficios.

A continuación se comentan algunos aspectos de los reglamentos que, de una manera u otra, inciden en
una instalación de climatización.

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 13


1- Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (RBT)

El Reglamento Electrotécnico de baja tensión afecta, en la práctica, a todas las instalaciones térmicas.
Tomando en sentido estricto el contenido del Art.2 del Decreto 2413/1973, este Reglamento afecta
incluso a las instalaciones de control ya que, aún cuando usen pequeñas tensiones, no son
independientes de la red de suministro.

Las instalaciones con potencia térmica inferior a 5 kW quedan excluidas de la aplicación del RITE (véase
Anejo 1, artículo 7, apartado 4). Sin embargo, es evidente el peligro que puede generar un aparato de una
potencia térmica de 5 kW, por ejemplo, en una instalación doméstica de pequeño grado de electrificación
(el compresor de tal aparato será de unos 2 kW de potencia eléctrica, con influencia notable sobre la
instalación, sobre todo durante los arranques).

Al amparo de las instrucciones MIE-BT-042 y MIE-BT-043 del Reglamento Electrotécnico, se puede exigir
que las instalaciones donde se conecten estos aparatos sean inspeccionadas con informe favorable por
un instalador autorizado.

En las instalaciones de mayor envergadura no suele haber problemas de aplicación del RBT, ya que la
potencia eléctrica de la instalación exige la aprobación de un proyecto eléctrico o, al menos, la interven-
ción de un instalador autorizado.

Solo existe una posibilidad de conflicto cuando el instalador de climatización no está autorizado para
ejecutar instalaciones eléctricas. En estos casos, la dirección técnica de la obra tendrá que poner especial
cuidado en coordinar la actuación de ambas empresas instaladoras; una de ellas tendrá que asumir la
responsabilidad del correcto funcionamiento eléctrico de los aparatos térmicos y, desde luego, de los
posibles daños a terceros.

Por lo anterior, no es cuestión de señalar ninguna precaución especial en la aplicación del RBT al
instalador eléctrico que realice las redes de fuerza y control en una instalación de acondicionamiento
importante. La aplicación de dicho reglamento dará suficiente seguridad frente a personas o cosas.

Las salas de máquinas en las que se maneja agua, con altas probabilidades de tener goteos en válvulas
y bombas, o fluidos a baja temperatura, con peligro de que existan condensaciones en cualquier punto
con aislamiento defectuoso, se han de considerar locales húmedos y tratarlas según indica la MIE BT
027. La misma instrucción técnica se aplica para aparatos a la intemperie.

Asimismo, las instalaciones de almacenamiento de combustible y las salas por donde discurran redes o
existan aparatos de gas o líquido combustibles se deben tratar como ordena la MIE BT 026.

Si, además de tener en cuenta la seguridad de terceros ante las instalaciones eléctricas de fuerza y de
control, preocupa la fiabilidad del funcionamiento de la climatización, habrá que cuidar los aspectos que
se relacionan a continuación.

• La refrigeración de las salas de maquinaria eléctrica, sea ésta estática o dinámica.


Las condiciones normalizadas de funcionamiento de equipos y aparatos eléctricos están dadas por los
fabricantes para una temperatura del ambiente de 40ºC y una altitud sobre el nivel del mar menor que
1.000 m. Para valores de temperatura y altitud diferentes se adoptarán los coeficientes correctores de
potencia máxima admisible suministrados por los mismos fabricantes.

En la práctica, la temperatura de 40°C no se puede conseguir en muchos lugares de España, aún


cuando las salas de máquinas estén ventiladas de forma permanente y la temperatura exterior no
llegue a 40ºC, debido a la transformación en calor de las pérdidas de la maquinaria eléctrica.

Habrá que considerar, en primer lugar, la intermitencia de funcionamiento o el régimen de carga


parcial. Después, se deberá considerar si una ventilación del aparato no sería más efectiva que una
ventilación del local y, finalmente, si hay que emplear inevitablemente la refrigeración, estudiar
alternativas a la refrigeración mecánica (refrigeración por medios evaporativos, ventilación con aire de
extracción de otros locales etc.).
• La fiabilidad de la transmisión de datos en las redes de control.
Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 14
Normalmente, esta es una cuestión que se deja a los especialistas en tal materia. Muchas veces basta
con que el bus físico sea un par trenzado; pero, incluso para el mismo tipo de instalación, en
ocasiones ese mismo par tendrá que ir apantallado si el ruido eléctrico es intenso.

El tendido bajo tubo metálico constituiría, en principio, una pantalla adecuada Sin embargo, se debe
cuidar la ejecución material de la protección ya que, normalmente, el personal que hace instalaciones
bajo tubo persigue una protección mecánica, no la continuidad eléctrica, indispensable para el
apantallamiento.

Se estima oportuno reproducir a continuación el grado de protección IPxxx de las envolventes de los
materiales eléctricos según la norma EN 60529 (1991 más erratum de 1993).

Los tres dígitos que siguen las letras IP tienen el siguiente significado:

PRIMER DÍGITO SEGUNDO DÍGITO TERCER DÍGITO


protección contra los protección contra los protección contra los
cuerpos sólidos líquidos choques mecánicos
0 Sin protección 0 sin protección 0 sin protección
protegido contra cuerpos protegido contra energía de choque
sólidos de dimensiones (masa y altura)
1 superiores a 50 mm 1 caídas verticales de gotas 1 0,225 J (150 g, 15 cm)
de agua (condensaciones)
2 superiores a 12,5 mm 2 caídas de agua hasta
15° de la vertical
3 superiores a 2,5 mm 3 agua de lluvia hasta 3 0,5 J (250 g, 20 cm)
60° de la vertical
4 superiores a 1 mm 4 proyecciones de agua
en todas direcciones
5 protegido contra el polvo 5 lanzamiento de agua en 5 2,0 J (500 g, 40 cm)
(sin sedimentos perjudiciales) todas direcciones
6 totalmente protegido contra 6 lanzamiento de agua
el polvo similar a los golpes del mar
7 contra la inmersión 7 6,0 J (1,5 kg, 40 cm)
8 contra los efectos prolon-
gados de inmersión en con-
diciones especificadas
9 20 J (5 kg, 40 cm)

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2- Reglamento de Seguridad para Plantas e Instalaciones Frigoríficas (RSF)

La pieza esencial de la reglamentación aquí relacionada es el RSF y las correspondientes Instrucciones


Complementarias (MI-IF).

Esta reglamentación es anterior al gran cambio en el empleo de refrigerantes que está imponiendo el
deterioro de la capa de ozono y el desarrollo del efecto invernadero.

Tales efectos han provocado, en el ámbito mundial, una gran movilización de esfuerzos de investigación y
administrativos que han resultado en la prohibición de fabricación, siguiendo un calendario determinado,
de casi todos los refrigerantes que la MI-IF-002 califica de alta seguridad (los refrigerantes CFCs están
prohibido desde el 1 de enero de 1996).

Los refrigerantes de alta seguridad, además de contribuir fuertemente al desgaste del ozono, tienen un
elevado efecto invernadero directo e indirecto, provocado por las moléculas que dejan pasar la radiación
de onda corta procedente del sol e impiden el paso de las de menores frecuencias emitidas por la tierra,
lo que contribuye al recalentamiento del globo y a los consiguientes cambios climáticos.
El efecto directo está provocado por las moléculas de los mismos refrigerantes halogenados. El efecto
indirecto, por contra, está provocado por las moléculas de CO2 producidas durante el proceso de
generación de la energía eléctrica o por el motor de combustión interna que mueve el compresor.
En cualquier caso, el efecto indirecto es mucho más importante que el directo.

La línea marcada por ASHRAE y por el IIR (Instituto Internacional del Frío), así como por la norma
europea EN 378, simplifica la clasificación de los refrigerantes en cuanto a seguridad, denominándolos
con una letra y un número; la letra define el grado de toxicidad y el número el grado de inflamabilidad,
según este esquema:

A1 A2 A3

B1 B2 B3

La letra A significa que el refrigerante no tiene efectos tóxicos conocidos para concentraciones de hasta
400 ppm, estando una persona normal sometida continuamente a tal concentración en jornadas laborales
de 8 horas diarias y 40 horas semanales. En tales condiciones, si hay pruebas de algún efecto tóxico, el
refrigerante se clasifica con la letra B.

En cuanto al dígito que sigue a la letra, el significado es el siguiente:

• el número 1 se reserva a gases que no propagan la llama en condiciones normales de presión y


temperatura
• el número 2 indica una inflamabilidad baja o moderada (límite inferior de inflamabilidad: concentración
de 0,1 kg/m3 en condiciones normales y PCI menor de 19 MJ/kg)
• el número 3 se reserva para los refrigerantes altamente inflamables, que sobrepasan los valores
anteriores (p.e., hidrocarburos)

Se indica a continuación la clasificación de algunos de los más importantes refrigerantes actualmente


empleados:

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 16


fluido tipo clasificación
R 11 CFC A1
R 12 CFC A1
R 22 HCFC A1
R 123 HCFC B1
R 124 HCFC A1
R 141b HCFC A2
R 134a HCF A1
R 152a HCF A2
R 407c HCF A1
R 717 NH3 B2

En cuanto a la clasificación de los sistemas de refrigeración en función de su seguridad, el criterio


fundamental es la probabilidad de que una fuga de refrigerante alcance un espacio calificado. Así, los
sistemas son de alta o de baja probabilidad (debe hacerse notar que ésta es, en el fondo, la misma
preocupación que subyace en el Reglamento vigente en España, aunque en éste no se exprese con los
mismos términos).

En sistemas de alta probabilidad sin salas de máquinas, los diferentes refrigerantes están severamente
limitados o totalmente prohibidos, según sea el uso del local y la clasificación del refrigerante. Así, en la
reglamentación americana, un refrigerante A1, tal como el R-22, en lugares de pública concurrencia
tendría como límite el peso que pudiera dar lugar, en caso de fuga, a concentración de 150 g/m3; mientras
que, aplicando el RSF, según MI-IF-004, el límite resultaría de 360 g/m3 para el local más pequeño.

Según el RSF, el amoníaco (R-717) puede emplearse para acondicionar incluso locales institucionales,
siempre que la carga máxima por circuito fuera inferior a 250 kg y que el sistema empleado fuera indirecto
cerrado o bien doble indirecto. El amoníaco, además, es un refrigerante que proporciona COPs muy
elevados.
Así, una tendencia muy actual es el empleo, en grandes instalaciones de climatización, de enfriadores de
agua con pequeña carga de amoníaco.

Este reglamento será pronto sustituido por la norma europea prEN 378 del CEN/TC 182 sobre
requerimientos de seguridad y medioambientales para sistemas de refrigeración y bombas de calor, que
está dividida en cuatro partes.

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 17


3- Aparatos a presión

Prácticamente, toda la reglamentación enumerada en este apartado se refiere a la seguridad frente a


terceros, que está tratada con cierto detalle en ITE 02.14.

Reglamento sobre utilización de productos petrolíferos en calefacción y otros usos no


industriales

Este reglamento se refiere, esencialmente, a la seguridad frente a terceros y, pese a su relativa


antigüedad, no ha perdido vigencia.

Nota:
Este Reglamento impone que los depósitos enterrados sean de acero, que sean protegidos contra oxidaciones
mediante pinturas de productos asfálticos y que sean enterrados en arena.
La adaptación a la normativa europea y a las prácticas en países industrializados ha hecho que las Direcciones de
Industria de algunas Autonomías se hayan abierto en el sentido de tolerar la utilización de depósitos de combustible
construidos con otros materiales (por ejemplo, plásticos, reforzados o no con fibras), tanto enterrados como en
superficie.

Instalaciones y aparatos a presión


La disposición principal es el Reglamento de Aparatos a Presión (RAP). Los otros decretos afectan
prácticamente sólo a los fabricantes de aparatos y recipientes a presión y adoptan las mismas
disposiciones de la Unión Europea para la homologación y marcado de los aparatos.

Como consecuencia, los que intervengan en las instalaciones de climatización habrán de preocuparse
de que todos los aparatos estén debidamente homologados por el fabricante.

Hay un apartado muy importante para los proyectistas e instaladores de climatización: el referente a las
calderas.
La normativa a aplicar en su instalación resulta muy diferente según sea el valor del producto V • P ,
donde V es el volumen, en m3, del líquido contenido en la caldera (no del agua contenida en la red de
calefacción) y P es la presión de diseño, en bar.

Si el producto anterior es igual o menor que 10, la Instrucción Técnica Complementaria MIE - AP12
suaviza mucho las exigencias que plantea el RAP. De hecho, exime al instalador de tales calderas de la
necesidad de la Autorización de Instalación y de Puesta en Servicio que señala el RAP y señala que su
instalación debe sujetarse a lo que dispone el R.D. 1618/1980 y sus Instrucciones Técnicas Comple-
mentarias.

Por el contrario, si el producto es superior a 10, hay que remitirse en primer lugar al Art. 7º de la ITC-
MIE-AP1, que clasifica las calderas en tres categorías, según su grado de peligrosidad.

Si la caldera resulta de Categoría C (la menos peligrosa), la caldera puede instalarse sin limitaciones en
cuanto a su emplazamiento. La categoría C la tienen no sólo las calderas cuyo producto P·V sea menor
que 10 sino cuando, siendo P·V>10, se trate de calderas acuotubulares que cumplan determinadas
condiciones o de calderas de fluidos térmicos.

En caso de que las calderas resulten de Categoría B, las exigencias son muy severas; las
responsabilidades (reglamentadas en la ITC-MIE-AP1) no sólo alcanzan al fabricante, sino también al
instalador y al usuario:

• El proyecto de la instalación, siguiendo la Instrucción citada, habrá de estar redactado por Técnico
competente y visado por el correspondiente Colegio Oficial.

• Ha de hacerse una primera prueba, tras su instalación y antes de su puesta en marcha, así como
inspecciones y pruebas periódicas minuciosas a los cinco y diez años de su puesta en marcha y,
posteriormente, cada tres años (detalladamente descritas en la Instrucción Técnica).

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 18


• El usuario está obligado a solicitar del fabricante una inspección anual, cuyo resultado llevará
controlado en un Libro Registro oficial.

En el caso de que las calderas resulten de Categoría A, las exigencias son aún mayores.

Las salas de calderas se reglamentan en el Cap. V de la Instrucción, al que deben remitirse el


proyectista y el instalador.

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 19


4- Aparatos de gas

El R.D. 494/1988, en su primer artículo, se fija por objeto "establecer las condiciones que deben cumplir
los aparatos que utilizan gases como combustibles en orden a la seguridad de las personas y los bienes".
Esto atañe a las consiguientes Órdenes de 7/6/88 y de 15/12/88, que aprueban las correspondientes
MIE-AG.

El cumplimiento de las Instrucciones MIE-AG también incide en la fiabilidad de funcionamiento, puesto


que se exigen comprobaciones técnicas, precauciones en la instalación de los aparatos, pruebas de
puesta en marcha y ensayos de los dispositivos de seguridad que, en buena parte, ayudarán a una buena
instalación y un buen mantenimiento.

Pero es necesario recalcar la responsabilidad que la ley da al usuario, quien debe contratar el
mantenimiento de la instalación y de los aparatos.

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 20


5- Normas Básicas de la Edificación

5.1- NBE-CA
Esta norma tenga poca incidencia en el proyecto de las instalaciones, aunque sea la única disposición
que puede condicionarlas desde el punto de vista acústico. Dado que el aspecto acústico es algo que
debe cuidarse especialmente al estudiar las instalaciones térmicas, es obligado referirse a esta norma.

Los límites dados en la NBE-CA a la inmisión de ruido aéreo son mucho menos restrictivos que los que
fija el RITE. En primer lugar, porque esta norma recomienda, no obliga, a respetar los límites que señala.
Luego, porque los límites están fijados en niveles sonoros continuos equivalentes, mientras que la RITE
señala valores instantáneos máximos de la presión sonora.

Los niveles fijados por la norma se ponderan en la escala A, como en el RITE. Sin embargo, en estos
comentarios se señalarán las limitaciones de forma mucho más exigente de las escalas NR, NC o RC
(véanse los comentarios a 2.2.3.1).

En todo caso, el proyecto acústico del edificio ha de tener en cuenta los tres puntos fundamentales en
acústica:

• la fuente de ruido
• el camino por el que éste puede transmitirse
• el receptor que percibe un determinado nivel de presión sonora

La NBE fija, sobre todo, las características constructivas como atenuadoras del ruido en su propagación
hacia el sujeto que lo percibe, que es el objetivo principal del proyecto acústico.

La influencia de la instalación viene dada por dos factores:

• el ruido de funcionamiento de los aparatos que ha de medirse tal como le llega al observador, no en el
sitio en que se produce

• las atenuaciones que presente el camino que ha de recorrer el ruido, desde la fuente al receptor. En
este sentido, la instalación no suele presentar obstáculos para la transmisión. Más bien ocurre lo
contrario: los conductos, los pasatubos, orificios, rejillas de retorno etc. representan caminos que
facilitan la transmisión de ruidos "cruzados" (es decir, transmitidos de un recinto a otro) y actúan como
"puentes" de transmisión del ruido, "cortocircuitando" la resistencia sonora de cerramientos
intermedios e, incluso, facilitando la resonancia a determinadas frecuencias.

La norma interesa especialmente por sus Artículos 17 y 18, así como por su Anexo 2.2.1, prácticamente,
los únicos puntos en que se refiere a las instalaciones térmicas.

En el Artº 17, aparte de señalar la necesidad de que el proyectista acústico pueda contar con datos de la
potencia sonora emitida (muchas veces, el fabricante podrá facilitar datos incluso mucho más precisos
que los que aquí pide la norma), menciona las suspensiones elásticas de los aparatos sobre las
bancadas.

La eficacia en la eliminación de vibraciones por parte de una bancada es tanto mayor cuanto más
elasticidad tenga la suspensión y más rígido sea, por el contrario, el apoyo de la suspensión (el forjado,
por ejemplo). Con el único límite de evitar la resonancia (la coincidencia de la frecuencia de vibración de
funcionamiento con la frecuencia de oscilación propia de la suspensión) esta condición de la suspensión
es siempre válida, aunque, por razones económicas, normalmente hay que limitarse a conseguir que la
elasticidad de la suspensión sea 4 ó 5 veces la del apoyo.

El Artº 18 obliga a que las canalizaciones, de aire y de agua, se fijen siempre con dispositivos
antivibratorios. Lógicamente, si las vibraciones que se pueden esperar son prácticamente nulas, las
medidas antivibratorias (cuya eficacia no se reglamenta) serán también muy elementales. En cualquier

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 21


caso, es siempre muy recomendable interponer un elemento elástico (de caucho o fieltro, p.e.) entre las
partes metálicas del soporte y la canalización que, además, actuará como junta dieléctrica entre la
conducción y el soporte metálicos.
Mucho más difícil es la solución cuando las canalizaciones deban atravesar o quedar suspendidas de un
cerramiento lindante con un local sensible a ruidos y vibraciones

En su Apéndice 2, apartados 2.2.1, la norma se limita a señalar posibles fuentes y caminos de ruido que
puede tener una instalación térmica. Aunque la relación no sea exhaustiva, sí deben de tenerse en cuenta
los elementos que señala a la hora de proyectar.

5.2- NBE-CPI
La vigente normativa de incendios está orientada a disminuir los riesgos de iniciación y de propagación
del fuego. Evidentemente, las instalaciones térmicas tienen unas grandes posibilidades de estar
implicadas en uno u otro de estos aspectos si se produce el siniestro. Por ello, la más elemental
prudencia aconseja, para cubrir las responsabilidades propias del proyectista o del instalador, seguir las
normas legales.

Se menciona que la inmensa mayoría de las muertes en caso de incendio están provocadas por el humo
y no por el fuego.
Así el proyectista hará bien en tratar lo más a fondo posible lo que se llama control de humos (véase la
norma UNE 100-040).

En esencia, la técnica de control de humos persigue que, hasta que se evacue el edificio:

1. se mantengan libre de humos las vías de escape


2. se dificulte la propagación del humo desde el foco del incendio a otros lugares habitados

Hay otros aspectos de la CPI que afectan a las instalaciones de climatización.

Los conductos deben pertenecer a la clase M1 u otra más favorable (clase determinada según UNE-23-
727-90). Téngase en cuenta que esta exigencia la debe cumplir el material principal (p.e., un conducto de
chapa), así como los materiales de revestimiento interior o exterior.

La CPI evita clasificar los materiales de los conductos sobre la base de su potencial de desprendimiento
de humos y a la toxicidad de los mismos.
Aunque no exista por el momento normativa española y tampoco se ha consensuado una norma europea
(entre las normas existentes en algunos países existen divergencias que están retardando el consenso),
el proyectista debe cuidar este aspecto, puesto que hay materiales que, aún siendo de la clase M1,
desprenden gases muy tóxicos en cantidades peligrosas sin llegar a altas temperaturas.

Es muy importante observar las disposiciones del Art. 18 y, muy especialmente, sus apartados 1, 2 y 3.

En el apartado 18.1, se trata el paso de las tuberías y conductos a través de los elementos constructivos;
esto reviste la mayor importancia cuando hay que atravesar elementos que delimitan zonas de fuego
distintas. En la práctica, tales pasos tienen que ir siempre provistos de compuertas cortafuegos de cierre
automático que han de actuar indispensablemente por fusible, aunque puedan tener también otros
métodos de actuación.

El apartado 18.2 señala prescripciones para los subsistemas que manejen un caudal de aire mayor de
10.000 m3/h (2,8 m3/s). En tales subsistemas los conductos, las compuertas cortafuego, las unidades de
tratamiento de aire, las baterías eléctricas y hasta los filtros deberán cumplir, según el uso del local, las
prescripciones que se detallan en ese apartado.

El apartado 18.3 se dedica a las instalaciones para extracción de humos en cocinas industriales; sus
exigencias son tan lógicas que se recomienda su estricta observación incluso para cocinas no
industriales.

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5.3- NBE-CT
Esta norma, quizá por el beneficioso efecto que ha tenido en la calidad de la edificación, sigue siendo casi
indiscutida. Sin embargo, necesita una revisión, sobre todo para su aplicación en edificios comerciales
dotados de sistemas de acondicionamiento de aire.

Se están actualmente redactando normas europeas en el ámbito de CEN que, cuando sean transpuestas
a normas UNE, servirán de apoyo a una nueva norma de condiciones térmicas en la edificación.

Se menciona que el coeficiente global de transferencia de calor KG bajo ningún concepto puede
emplearse para calcular la carga punta de calefacción y, mucho menos, la de refrigeración, como se
comprende de las definiciones que a continuación se recuerdan.

El KG, en W/(m2·K), es la media de los coeficientes de transmisión de calor de las superficies de los
distintos elementos de separación del edificio (ver Anexo 3 de dicha norma), ponderada por las
superficies de los mismos y por coeficientes correctores que tienen en cuenta las condiciones de
temperatura que se encuentran, como media, en la otra cara de ciertos cerramientos (de separación con
el terreno, con locales no calefactados y la cubierta por la insolación que recibe).

La norma distingue el tipo de energía empleado: combustibles sólidos, líquidos y gaseoso por un lado y
energía eléctrica por el otro (este caso se aplica también para edificios sin calefacción).

Según el tipo de energía que se quiere emplear y la zona climática en la que el edificio está situado (ver
Mapa 1 de la norma), el KG máximo admitido responde a la ecuación:

 1
KG = a •  3 + 
 f
donde a, en W/(m3·K), es un coeficiente que se obtiene de la Tabla 1 bis de la norma en función de la
zona climática y el tipo de energía y f (m-1) es el factor de forma, definido como la relación entre las
superficies de los cerramientos y el volumen por ellas encerrado.

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6- Directivas europeas

Se indica a continuación las principales Directivas del Consejo aplicables al sector de la climatización, con
algún comentario en su caso. Una Directiva europea viene transpuesta al ordenamiento jurídico español
mediante Decreto Ley y es, por tanto, de obligado cumplimiento.

1. Directiva de baja tensión 73/23/CEE y enmienda 93/68/CEE (nota: la Directiva 93/68/CEE es una
modificación a varias Directivas).
Esta Directiva persigue la seguridad de los equipos desde el punto de vista eléctrico y tiene plena
vigencia desde el 1 de enero de 1997.

2. Directivas de máquinas 89/392/CEE, 91/368/CEE y enmienda 93/68/CEE


Estas Directivas han entrado en vigor el 1 de enero de 1996.

3. Directivas sobre compatibilidad electromagnética 89/336/CEE, modificada por las Directivas 91/263,
92/31 y 93/68 (el Real Decreto 444/94 de 11 de marzo no incluye la modificación de esta última
Directiva).
Estas Directivas, que han entrado en vigor el 1 de enero de 1996, establecen los procedimientos de
evaluación de la conformidad y los requisitos de protección relativos a compatibilidad electromagnética
de equipos, sistemas e instalaciones.

4. Directivas de productos de la construcción 89/106/CEE y enmienda 93/68/CEE


Esta Directiva tiene como objetivo asegurar la libre circulación de los productos de la construcción en
el ámbito de la Unión Europea.

5. Directiva de aparatos de gas 90/396/CEE y enmienda 93/68/CEE.

6. Directiva 92/42/CEE relativa a los requisitos de rendimiento de las calderas y enmienda 93/68/CEE.

7. Directiva 93/76/CEE relativa a la limitación de las emisiones de dióxido de carbono mediante la mejora
de la eficiencia energética.
Esta Directiva propone acciones en seis direcciones:

• la certificación o calificación energética de los edificios


• la facturación de los gastos de climatización y agua caliente sanitaria en función del consumo
• el aislamiento térmico de los edificios de nueva construcción
• la inspección periódica de calderas
• las auditorías energéticas en las empresas con elevado consumo de energía
• la financiación por terceros de las inversiones necesarias para el ahorro de energía en el sector
público

En virtud de la aplicación de las Directivas indicadas bajo los números 1 a 3, a partir del 1 de enero de
1996 se exige que todo equipo o aparato comercializado e instalado en cualquier parte del territorio
nacional esté amparado por el

CERTIFICADO DE CONFORMIDAD CE
y lleve la marca CE con las dos cifras correspondientes al año de implantación de la marca (en caso
de tratarse de un equipo o aparato en el cual, por su tamaño, no pueda instalarse la marca CE, ésta
puede insertarse en el libro de instrucciones y manejo correspondiente). El marcaje es indicativo del
cumplimiento de todas las Directivas que sean relevantes al mismo.

Los equipos y aparatos que no cuenten con este certificado sólo podrán ser presentados en ferias y
exposiciones. El que comercializara o instalara un equipo o aparato sin el correspondiente Certificado
será responsable subsidiariamente.

Libro de “Comentarios al RITE” - ITE 01 Generalidades – ©IDAE 24


7- Otras normas

Existen normas que no son de obligado cumplimiento, salvo cuando así se establezca por ley, y que, por
ello, no son menos importantes.

Las normas de control de la calidad de la serie ISO 9000 son aplicable a empresas de ingeniería,
fabricantes, instaladores, mantenedores y empresas constructoras.

Las normas de certificación europea de EUROVENT, asociación europea de fabricantes de equipos de


climatización, fundada en 1959, garantizan, con el marcado EUROVENT, que los datos publicados por
los fabricantes de los equipos son fiables.
El Fabricante que se haya sometido voluntariamente a la certificación EUROVENT está obligado a
cumplir con las prestaciones indicadas, dentro de las tolerancias establecidas por EUROVENT.

Mientras el Certificado CE se refiere a cuestiones relacionadas con la seguridad y aptitud a la función, el


certificado EUROCENT se refiere a las prestaciones del equipo o aparato.

Las normas UNE constituyen el conjunto de normas relacionadas con requisitos y especificaciones de
materiales, equipos o aparatos o con materia de terminología, procedimientos de cálculo, requerimientos
mínimos, condiciones climáticas, ensayos de equipos en laboratorio etc. De ellas se hablará en el
siguiente apartado.

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ITE 01.3 NORMAS UNE DE REFERENCIA

En el apéndice 01.1 de esta instrucción técnica están recopiladas las normas UNE referenciadas en el
texto de este Reglamento.
En el Anexo 1 se relacionan otras normas UNE relacionadas con el sector de la climatización, vigentes
al momento de la redacción de este reglamento.
Todas las normas UNE que afectan al sector de la climatización han sido recopiladas por AENOR en
tres tomos, 8, 9 y 10, titulados “Calefacción y Climatización”.

Esta lista se verá gradualmente incrementada en el tiempo por las normas que redacten el Comité
Europeo de Normalización (CEN) y los distintos Comités Técnicos de Normalización (CTNs) del
AENOR, en particular el CTN 100, Climatización.

Se menciona que la numeración de las normas UNE sigue el criterio de hacer preceder el número de
orden por unos dígitos que están relacionados con el número del Comité Técnico de Normalización,
CTN. Por ejemplo, las normas de climatización, a cargo del CTN 100, están precedidas por la terna de
dígitos 100; el primer dígito de la segunda terna suele representar, en algunos CTN, el número del grupo
de trabajo. Este criterio hace que sea fácil averiguar el sector al que pertenece cada norma.

Sin embargo, las normas europeas transpuestas a normas españolas por el AENOR, deben conservar
el número original, que sigue las reglas de una numeración internacional, con lo cual se pierde el
número identificativo del sector.

Las normas ISO, antes de ser tales, pasan a través de las fases CD (anteproyecto) y DIS (proyecto).

Por último, unas palabras sobre la Clasificación Internacional de Normas (ICS).

ICS es el sistema de clasificación propuesto por ISO (International Standard Organization; Organización Internacional
de Normalización) que sirve de estructura para los catálogos y documentos normativos internacionales, regionales y
nacionales, con el objetivo de establecer un criterio de clasificación unívoco.

ICS es una clasificación jerárquica de tres niveles.

El primer nivel comprende los grandes campos de actividad de la normalización y se compone de un número
identificativo de dos dígitos; por ejemplo:

91 CONSTRUCCIÓN Y MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN


En el segundo nivel los campos se subdividen en grupos, compuestos por el identificativo del campo
seguido de un punto y de un número de tres cifras; por ejemplo:

91.040 EDIFICACIÓN EN GENERAL


91.060 ELEMENTOS CONSTRUCTIVOS
91.080 ESTRUCTURAS DE CONSTRUCCIÓN
91.090 ESTRUCTURAS EXTERIORES
91.100 MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
91.120 PROTECCIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN
91.140 INSTALACIONES EN LA CONSTRUCCIÓN
91.160 ILUMINACIÓN
91.180 ACABADOS
91.220 EQUIPAMIENTO PARA CONSTRUCCIÓN

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En el tercer nivel los grupos son divididos en subgrupos, compuestos por el identificativo de campo, un
punto, el identificativo de grupo, un punto y un número de dos cifras; por ejemplo:

91.140.10 SISTEMAS DE CALEFACCIÓN CENTRAL


91.140.20 APARATOS DE CALEFACCIÓN
91.140.30 SISTEMAS DE VENTILACIÓN Y CLIMATIZACIÓN
91.140.40 SISTEMAS DE SUMINISTROS DE GAS
91.140.50 SISTEMAS DE SUMINISTROS DE ELECTRICIDAD
91.140.60 SISTEMAS DE ABASTECIMIENTO DE AGUA
91.140.70 INSTALACIONES SANITARIAS
91.140.80 SISTEMAS DE SANEAMIENTO
91.140.90 ASCENSORES Y ESCALERAS MECÁNICAS
Las normas que proceden de ISO conservan su número original. Este es el caso, por ejemplo, de la
norma UNE-EN ISO 7730 de julio de 1996, cuyo título es: “Ambientes térmicos moderados.
Determinación de los índices PMV y PPD y especificaciones de las condiciones para el bienestar
térmico.”

Esta norma es la versión oficial, en español, de la Norma Europea EN ISO 7730 de julio de 1995 que, a
su vez, adopta en su totalidad la Norma Internacional ISO 7730-1994; su traducción ha sido elaborada
por el Comité 81 “Prevención y Medios de Protección Personal y Colectiva en el Trabajo”.

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ANEXO 1 de ITE 01- GENERALIDADES

Apéndice 01.1- Relación de normas UNE de referencia

La lista de normas que afectan al sector está continuamente sujeta a cambios, debido a la constante
producción por parte de los organismos normativos AENOR, CEN e ISO. Además, en el seno del CEN y
de AENOR existen muchas normas en fase de proyecto o en encuesta pública que estarán finalizadas en
tiempos no definidos.

Para comodidad del lector, se adjunta una lista de normas en vigor y en fase de proyecto, entre las que
están las normas de referencia listadas en el RITE.

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