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SEMIÓTICA DE LA VIOLENCIA: UNA SOCIEDAD DESESPERADA

 “El hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido,


considero que la cultura es esa urdimbre y que el análisis cultural ha de ser por la tanto,
no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca
de significaciones. Lo que busca es la explicación, interpretando expresiones sociales que
son enigmáticas en su superficie.“

Geertz Clifford(1989)

A raíz de los acontecimientos irracionales sucedidos hace meses en el país,

acciones violentas tanto de la parte estatuida para velar por la vida y bienes de los

ciudadanos como por quienes acosados y cansados por los vejámenes  e

injusticias cometidas, no sólo por quienes deberían constitucionalmente 

defenderlos, sino también por unos gobiernos hegemónicos y antidemocráticos,

me he puesto a reflexionar del papel que juega el comportamiento humano

individual y colectivo, así como también lo que se asume como cultura desde su

interpretación semiótica, pues es casi que imposible que la reflexión pueda

soslayarse sin un ápice de criticidad.

En sí, los actos que, desde ninguna óptica civilizada se pueden aceptar, porque

sería como negar los avances del pensamiento, del conocimiento y de la

civilización, deberían ser rechazados enérgicamente, no obstante, puedan

asumirse como producto de una fuerza cataclísmica arraigada que explosionó y

que durante mucho tiempo ha sido sometida a intereses mezquinos de negación

sistemática al pensamiento divergente por los detentadores  del poder.


Ante lo planteado cabe preguntarse: ¿Han sido esas expresiones vandálicas

consecuencia de nuestra carga genética animalesca que todo lo resuelve con la

violencia y sin sindéresis? ¿Esa violencia de ambas partes, en algunos casos, se

podría interpretar como manifestación  de una  cultura de resentimiento social

arraigado desde el subyugamiento de la conquista y de la colonia? ¿Son esas

manifestaciones producto de la inequidad, injusticia, abandono y opresión de

gobiernos hegemónicos hacia un pueblo analfabeta funcional? ¿Es vandalismo

oportunista o expresión de dolor atragantado de un pueblo estigmatizado y

olvidado hacia una institución que ha sido creada bajo la égida del Dios cristiano,

del respeto, la patria, el honor y la democracia para salvaguardar la vida de los

ciudadanos? ¿Es ese el comportamiento  asesino de algunos integrantes de una

institución creada para la seguridad del ciudadano? ¿Qué se entiende por cultura,

por socio-genética?  ¿Se tendría que buscar respuesta en esas fuentes? ¿Es la

élite colombiana consciente de esa provocada pobreza y desigualdad del pueblo

cuando se deslegitima por cuestiones ideológicas y políticas a quienes piensan

diferente? ¿Dónde quedan, entonces, los principios de una sociedad democrática?

En ese contexto el concepto de cultura, que tiene más de cien significados, nos

podría, tal vez, iluminar hacia una respuesta aproximada a la realidad. Según

el antropólogo norteamericano Franz Boas, la cultura es “todas las

manifestaciones de los hábitos sociales en una comunidad, las reacciones del

individuo en la medida en que se ven afectadas por las costumbres del grupo en

que vive y los productos de las actividades humanas en la medida en que se ven

determinadas por dichas costumbres”. Esto es, todo ese andamiaje que nos
identifica como grupo social es cultura; todas las actividades,las costumbres y

representaciones son el eje catalizador de las transformaciones de los individuos y

los pueblos; luego entonces, las expresiones de protestas, alimentadas por las

injusticias e inequidades, son el producto de algo que se ha venido alimentando

desde hace tiempo y que brotan por no prestársele mínima atención a ellas. El

hambre, el desempleo,un pésimo servicio mercantilizado de salud, y educación

baja en calidad encontraron la válvula de escape, en ese momento de tensión,

unque desde la civilidad y el respeto a la vida son injustificables.

Tambien se puede traer a colación la definición de Ralph Linton Gillingham que

define la cultura como  la suma de conocimientos y modelos de comportamiento

que tienen en común y que transmiten los miembros de una sociedad particular.

Entonces, se puede expresar que toda esa suma de modelos de comportamiento

han sido transmitida culturalmente desde tiempos inmemoriales y nos constituyen

como pueblo, encontrando su cauce en la violencia. Es decir, comenzar a

vislumbrarse esa cultura contestataria como un texto cuyos significados deben ser

interpretados como el diálogo de los sujetos y sus acciones. Creo que hay que

prestar atención a la situación para que no haya derramamiento de sangre en este

sufrido pueblo. Es hora de no seguir chupando la sangre de un pueblo sufrido que

sólo busca la equidad y la justicia. No nos echemos mentiras; no podemos seguir

con los señalamientos estigmatizadores de que quien protesta es socialista o

castrochavista que desea el comunismo en nuestra región; se protesta porque se

padecen injusticias y éstas deben ser resueltas respetando la vida de los seres

humanos.
Edinson Pedroza Doria, docente del Distrito de Cartagena en la Institución Educativa
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Magister en Neuropedagogía de la Universidad del
Atlántico:Especialista en Metodología para la enseñanza del español la literaura de la
Universidad de pamplona y Licenciado en Lenguas Modernas español-francés de la
Universidad del Atlántico

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