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Derechos Fundamentales, Ciudadanía y Derechos Humanos

El Interculturalismo y los Estados Nacionales


El Interculturalismo ha sido un tema de interés para los Estados Nacionales, quienes
han impulsado la idea de una educación intercultural, con lo que buscan conservar la
autenticidad cultural de los pueblos amerindios. Sin embargo se encuentran
contradicciones entre la interculturalidad como praxis instituyente y la praxis instituida
para lo cual se tratará una idea de la realidad peruana como estado promotor del
multiculturalismo, la biculturalidad y su origen y, por último, la interculturalidad como
discurso oficial en el Estado Peruano.

En la constitución Política del Estado Peruano, se promueve el reconocimiento de las


diferentes culturas que conforman el Estado Peruano, la educación bilingüe según
cada zona y su oferta en todo el sistema educativo. Como modelo normativo puede
parecer adecuada, sin embargo al evaluarlo en la práctica, los indicadores no reflejan
lo que en el discurso prescriptivo, lo que lo convierte en un discurso infecundo. Esto
puede verse en las contradicciones entre las normas y lo que se lleva a cabo, como es
el ejemplo de la educación bilingüe intercultural, la que solo se da en la educación
primaria, significando esto una clara discontinuidad en la formación de la EBI.

La idea anterior a la interculturalidad, y por la cual esta surgió, fue la biculturalidad.


Este se basaba en el concepto de la funcionalidad de una persona a actuar bajo dos
normas culturales y de forma simultánea. Esta idea tuvo que ser dejada de lado debido
a su incoherencia entre forma y fondo: se buscaba una mezcla equitativa entre dos
culturas, sin embargo reconocían a una cultura como superior a la otra, propiciando
una absorción de la cultura secundaria por parte de la principal. Fue entonces que en
1983, tras una reunión organizada por la UNESCO en búsqueda de un proyecto de
educación en América Latina y el Caribe, se formuló la idea de una educación
intercultural. Esteban Emilio Monsonyi postuló que la educación no era bicultural
porque las culturas seguían siendo una sola cultura indígena ampliada según las
nuevas necesidades y circunstancias de orden social, económico y político.

Se entiende así que la cultura no se mantiene estática, sino que se le adhieren nuevas
ideas debido a las necesidades por las que estas atraviesan. Así, lo que se busca no
es una conservación de la cultura, sino una interacción cultural de mejor calidad en los
intercambios y simetría de los contactos, es decir cambios leves y mezclas con
culturas semejantes. Además se menciona también que la educación intercultural no
debe ser vista como una medida para conservar la esencia de las culturas originales.
Las culturas son esencialmente heterogéneas, por lo que buscar originalidad es una
búsqueda contraria a su propia esencia; por el contrario se busca preparar al individuo

Angel Jesús Sanchez López


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para que no se deje asimilar por otra cultura, sino que se posicione activamente frente
a las demás culturas aprendiendo nuevas ideas y decidiendo qué hacer desde su
propio punto de vista cultural crítico y auténtico.

En el Perú, el discurso y la praxis oficial sobre la EBI, son un concepto


descontextualizado: estas no se apegan ni responden a la realidad de los individuos.
Los programas de EBI están destinadas a las comunidades indígenas rurales, las que
en su mayoría se encuentran en pobreza y pobreza extrema; sin embargo este parece
ser un factor que no merece ser tomado en cuenta por parte del Estado. Esto debido a
que las medidas adoptadas por el Estado son universalistas que buscan aplicarse a la
realidad, cuando deberían ser hechas a partir de la realidad y a partir de ella encontrar
mecanismos que se adapten a los grupos sociales.

Una de las medidas que se proponen es el fortalecimiento de la identidad étnica y


cultural de los grupos étnicos más olvidados del país, para que, desde allí, puedan
escoger bajo una visión crítica, las ideas que crean necesarias asimilar del exterior.
Además se recomienda una enseñanza de la cosmovisión poética y filosófica de las
expresiones culturales, en lugar de su banalización, esto quiere decir que se le quite
énfasis a la enseñanza de las expresiones culturales y se redirija a la enseñanza de su
trasfondo.

Con miras al futuro, se debe tener claro que la enseñanza de una educación
intercultural no debe estar dirigida solo a las comunidades étnicas rurales, sino a toda
la sociedad. Esto no solo fortalecerá el pensamiento crítico de las comunidades
indígenas, sino que reducirá la discriminación por parte de los individuos de las
culturas hegemónicas hacia las demás.

Debemos separar los conceptos de multiculturalismo e interculturalismo: mientras la


primera demanda tolerancia, la segunda requiere de diálogo y una valoración de las
otras culturas. Así, la primera busca la confrontación; mientras la segunda busca
relaciones de equidad a partir del reconocimiento y valoración de sus diferencias.
Además, podemos mencionar que el multiculturalismo busca producir y produce
sociedades paralelas; por su parte, el interculturalismo busca reproducir sociedades
integradas y relaciones simétricas entre las diversas culturas. Cabe añadir que el
multiculturalismo no hace frente a los prejuicios y los estereotipos, mientras que el
interculturalismo busca erradicarlo de las bases sociales. En este sentido, los
programas de interculturalidad son proyectos a largo plazo que permiten la posibilidad
de ser apoyadas por medidas multiculturales.

Angel Jesús Sanchez López

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