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PARABOLA DEL SEMBRADOR

Mateo 13: 1-23

Las parábolas de Jesús son relatos cortos que nos dejan una gran enseñanza, es
una pequeña historia que nos deja una gran verdad, como lo es la parábola de
Sembrador. La cual Jesús nos narra por medio de un sembrador que nos quiere dar
a entender que hay muchos tipos de cristianos, los cuales compara con las semillas
que son regadas en diferentes tipos de tierra, que simbolizan los tipos de personas
que no deberían existir, sino que todas deberían ser iguales, en el primer caso nos
ilustra que la semillas cayeron al lado del camino y que llegaron las aves y se las
comieron, lo cual simboliza a las personas que a pesar de que la semillas esta en
nuestro corazón, nos dejamos influenciar por el diablo y esa semilla no germina sino
que se nos arrebata y tomamos malos caminos, otra parte de las semillas cayo en
los pedregales nació pronto, pero la raíz al no tener profundidad el sol la marchito,
esta representa a los seres humanos que reciben la palabra de Dios
momentáneamente, asisten a la iglesia, pero la palabra de Dios no llena su corazón
y cuando llegan los problemas y las aflicciones se alejan de Dios nuevamente, la
tercera semilla cayo entre los espinos pero estos las ahogaron, simboliza aquellas
personas que entienden y reciben la palabra de Dios en su corazón, pero las
vanaglorias de este mundo y el dinero los atrae mucho más y se alejan de Dios, por
lo tanto esa semilla no crece, la cuarta semilla cayo en buena tierra, nos muestra
aquellas personas que oyen y entienden la Palabra de Jesús, se mantienen firmes,
obedecen su palabras, dan frutos multiplicados, predicando con sus buenas obras,
agradando a Dios en todos los sentidos de su proceder. Esta palabra nos invita a
reflexionar, sobre como llevamos nuestra vida espiritual con Dios, debemos ser como
la buena semilla, ser un ejemplo para la sociedad y aun para nosotros mismos, para
estar en comunión con Dios, seguir su camino con obediencia, con rectitud, ayudar
a los demás, predicar la palabra de Dios, para que más personas lleguen a sus pies.

Por: Andrés David Wochna Estrada

Decimo A

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